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Desde el punto de vista de la arquitectura y el urbanismo, los


renacentistas tenían las enseñanzas de la antigüedad romana y en
especial el códice de Vitrubio. Con todo ello y dado el típico espíritu de
los hombres de la época, se puede afirmar que la ciudad ideal del
renacimiento era más una construcción intelectual y utópica.

Según Vitrubio la figura ideal de la ciudad renacentista sería:


"Una ciudad cuya planta es un octógono rodeado de murallas. Cada
lienzo de muralla se opone a un viento. En los ángulos del octógono,
torres circulares muy salientes. Las razones de índole militar se suman
a las consideraciones meteorológicas. La figura de la ciudad no puede
ser cuadrada ni formada por ángulos muy salientes. Debe ser un recinto
para poder ver al enemigo desde varios lugares; los ángulos avanzados
no son propios para la defensa y son más favorables a los sitiadores
que a los sitiados"
      

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ÿLA PERSPECTIVA Y SU UNICO PUNTO DE VISTA SE ASOCIA AL


INDIVIDUALISMO MODERNO.
ÿCADA PUNTO RELACIONADO CON UN ÚNICO PUNTO DE VISTA: EL DEL
ESPECTADOR.
ÿSE PIENSA LA CIUDAD COMO UN ESQUEMA INTELECTUAL
(CONCEPCIÓN ESPACIAL DEL RENACIMIENTO).
ÿEL ESQUEMA ES CENTRALIZADO CON UNA CONFIGURACIÓN EN
ESTRELLA.
ÿCALLES RADIALES CONDUCEN A LA ZONA CENTRAL DONDE SE
ENCUENTRA EL EDIFICIO PRINCIPAL.
   

La Revolución Industrial transformó la vida de la ciudad e hizo posible una mayor


productividad, que determinó sostener concentraciones demográficas cada vez
más densas en Europa y posteriormente en otras zonas del mundo.

La ciudad industrial trajo consigo la proliferación de viviendas hacinadas para


albergar a la multitud de obreros que venían del el campo a la ciudad en busca de
trabajo y de mejores niveles de subsistencia.

Surgidas a mitad del siglo XIX, estas ciudades crearon una serie de problemas
que, unidos a los que surgieron posteriormente, en especial el crecimiento
desmesurado de los núcleos urbanos, han llevado a los arquitectos, urbanistas,
planificadores y gobernantes a diseñar ciudades un poco más racionales y
humanas.
Es cuando la introducción de nuevos materiales como el cemento, el hierro y el
cristal determinaron el nuevo reto constructivo propio de la revolución industrial.

Las fábricas, las minas y el ferrocarril, estimularon la formación de nuevos


núcleos urbanos que dieron al traste con los conceptos tradicionales del
urbanismo. Y la superpoblación de las ciudades industriales, se unió la deficiente
planificación constructiva, insuficiencias infraestructurales y una creciente
contaminación ambiental.

Los problemas de la ciudad industrial como la contaminación y la aglomeración,


produjeron tempranamente la revolución en la planeación con Le Corbusier,
quien ideó la "ciudad verde" con espacios abiertos, las "unidades de habitación",
los espacios habitables organizados, las edificaciones de carácter vertical,
íntimamente ligadas al espacio circundante; separación de las vías peatonales
de las automovilísticas y le dio a cada sector urbano su propia función. De ahí
provienen el funcionalismo y el racionalismo en materia de planificación urbana.
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