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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
En el siglo XVI se multiplicaron las escuelas de la doctrina cristiana.
El concilio de Trento prescribió el catecismo dominical y festivo
para niños y jóvenes.
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2) Del Símbolo de los Apóstoles a los catecismos doctrinales
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3) El catecismo-libro doctrinal: de Lutero al Astete y Ripalda
El catecismo de Lutero
Lutero, inspirándose probablemente en
la obrita de A. Althamer, publicó
su célebre Katechismus en dos ediciones o
modalidades (1529).
Se había dado como un instrumento
educativo eficaz de largo alcance para
el crecimiento en la fe del pueblo
cristiano. Por eso Lutero es considerado
como el padre de los catecismos
modernos y el iniciador de la enseñanza
religiosa popular. Contribuyó a su éxito
la gran calidad de lenguaje alemán y
el progreso de la difusión escrita por 14
medio de la imprenta.
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3) El catecismo-libro doctrinal: de Lutero al Astete y Ripalda
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3) El catecismo-libro doctrinal: de Lutero al Astete y Ripalda
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3) El catecismo-libro doctrinal: de Lutero al Astete y Ripalda
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3) El catecismo-libro doctrinal: de Luerto al Astete y Ripalda
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4) Necesidad de un nuevo catecismo universal
Tantos catecismos breves y tan diferentes métodos de
transmitir lo esencial de la fe, hizo nacer el deseo de un
catecismo único para toda la Iglesia.
Concilio.
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4) Necesidad de un nuevo catecismo universal
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4) Necesidad de un nuevo catecismo universal
Antes de publicarse el Directorio general
de pastoral catequética (Directorium
catechisticum generale [1971]), reverdeció
el tema del catecismo universal en la
sesión del sínodo de obispos de 1967.
Algunos obispos pidieron que apareciera
algún documento magisterial o regla de fe
con las verdades fundamentales, frente a
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los errores u opiniones peligrosas, o una
versión actualizada del catecismo de
Trento o, mejor, un catecismo del
Vaticano II.
Pero el sínodo (1967) no dejó constancia
de esta cuestión.
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4) Necesidad de un nuevo catecismo universal
Entre los años 1965 y 1992, sólo en Europa, aparecieron diferentes
catecismos oficiales tan renovadores como variados:
El catecismo holandés: Nuevo catecismo de adultos, con
el suplemento de Roma (1966).
El catecismo del episcopado alemán: Nuevo catecismo católico:
Creer-Vivir-Obrar (10-14 años, 1971); y el Catecismo católico para
adultos. La fe de la Iglesia (1988).
El catecismo del episcopado español: Con vosotros está (12-15
años, 1976); Ésta es nuestra fe. Ésta es la fe de la Iglesia (adultos 22
relacionados con niños de 9-11 años, 1986).
El catecismo del episcopado italiano: No sólo de pan (Jóvenes,
1979).
El catecismo del episcopado francés: Piedras vivas (9-11 años,
1980); y el Catecismo para adultos (1993).
El catecismo de la conferencia episcopal belga: Libro de la fe
(1987). índice
4) Necesidad de un nuevo catecismo universal
Estos catecismos oficiales respondían a la finalidad de
proporcionar un aprendizaje práctico de los documentos de
la revelación y de la tradición cristiana y los principales
elementos que debían servir para la actividad catequística,
para la educación personal de la fe.
Ponían al alcance de la mano las principales fuentes de fe en
relación con la edad determinada, a la que se dirigen.
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5) El Sínodo extraordinario de los Obispos de 1985
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5) El Sínodo extraordinario de los Obispos de 1985
¿Por qué pidió el Sínodo lo que el Concilio había obviado?
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5) El Sínodo extraordinario de los Obispos de 1985
El sínodo extraordinario de 1985 hizo, además, balance de
los veinte años transcurridos desde la clausura del Concilio.
La relación final hablaba, entre otras cosas, de los frutos muy
grandes y también de los defectos y dificultades.
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5) El Sínodo extraordinario de los Obispos de 1985
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5) El Sínodo extraordinario de los Obispos de 1985
Con el fin de salir al paso de esta situación, el Sínodo hizo en este
mismo epígrafe la famosa sugerencia que iba a acabar siendo
llevada a la práctica siete años después con el Catecismo:
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6) Historia de la redacción
Al terminar el sínodo extraordinario de
1985 Juan Pablo II nombraba una comisión
pontificia encargada de presidir
la elaboración de dicho libro.
Los miembros de la comisión eran doce:
cinco cardenales de la curia romana y seis
arzobispos y un obispo de todas las partes
del mundo. Al cardenal J. Ratzinger,
prefecto de la Congregación para
la doctrina de la fe, el Papa le encargó
la presidencia de la comisión.
El 15 de noviembre de 1986 comenzaron
los trabajos.
Se creó asimismo un secretariado,
un comité de redacción y un colegio 29
de consultores. índice
6) Historia de la redacción
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6) Historia de la redacción
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6) Historia de la redacción
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7) Autor y autoridad del Catecismo de la Iglesia Católica
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7) Autor y autoridad del Catecismo de la Iglesia Católica
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7) Autor y autoridad del Catecismo de la Iglesia Católica
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9) Objetivos del catecismo
1. Ofrecer a todos una síntesis armónica de la fe católica en
su conjunto.
En este sentido su utilidad es amplísima: desde instrumento para
la formación permanente de sacerdotes, catequistas, etc., hasta
libro de consulta esporádica para la familia o el interesado por
las cuestiones de la Iglesia, sin excluir su utilización para la oración
personal o para la predicación.
Es un libro profundamente religioso y mistagógico: está 38
orientado a introducción en el misterio de Dios y de la vida
humana en su profundidad divina.
Ha de ser visto y utilizado en el marco de la economía divina de
la salvación, porque es un instrumento que, por la iniciativa y
con el refrendo de la autoridad apostólica, la Iglesia se ha dado
hoy a sí misma para llevar adelante su misión.
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9) Objetivos del catecismo
2. Promocionar el género catecismo.
Dentro de la misión de enseñar, los obispos han de prestar una
especial atención a la catequesis.
A cada obispo diocesano le corresponde dictar normas sobre
la catequesis y procurar que se disponga de instrumentos adecuados
para la misma, incluso elaborando un catecismo, si les parece
oportuno; así como fomentar y coordinar las iniciativas catequéticas.
Pues, bien, el Catecismo de la Iglesia Católica debe ser acogido como 39
punto de referencia obligado para los catecismos locales y para
los demás materiales didácticos al servicio de la transmisión de la fe,
que en las diferentes regiones del mundo se puedan elaborar.
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8) Objetivos del Catecismo
3. Servir de instrumento auténtico de la comunión en
la diversidad.
El Catecismo de la Iglesia Católica (CCE) surgió de la necesidad
sentida por muchos obispos de:
Hacer una síntesis que pusiera al alcance de diversos círculos
de personas una comprensión completa del conjunto de la fe
cristiana en el contexto de la cultura actual.
Poder expresar la maravillosa sinfonía de la fe católica, sus 40
fundamentos y su universalidad en un cierto lenguaje común,
de modo que cualquier persona pueda tener fácilmente al
alcance de la mano la fe y la moral que nos identifica a
los que creemos en Cristo y formamos parte de su Iglesia.
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9) Objetivos del catecismo
3. Servir de instrumento auténtico de la comunión en
la diversidad.
Por todo ello, a la hora de elaborar este Catecismo se ha puesto el
acento especialmente en la exposición doctrinal, aunque se han
tenido también muy en cuenta otros lenguajes propios de
la transmisión de la fe:
el lenguaje bíblico,
los textos de los santos padres, 41
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9) Objetivos del catecismo
3. Servir de instrumento auténtico de la comunión en
la diversidad.
De cualquier modo hay que advertir que el Catecismo no es un
tratado teológico, ni tampoco una especie de Suma, como lo
fue, por ejemplo, la de santo Tomás de Aquino.
Su interés es más básico. Pretende ser una ayuda que permita a los
miembros del pueblo de Dios profundizar en el conocimiento de
la fe. Está más orientado a hacer madurar la fe y a enraizar la fe 42
en la vida, que a ser un manual al uso de cualquiera de
los tratados, o de alguno de los tratados teológicos más
importantes.
«Si la fe no se concreta en obras, permanece muerta
[cfr, Sant 2,14-26]» (Fidei depositum, 3).
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9) Objetivos del catecismo
3. Servir de instrumento auténtico de la comunión en
la diversidad.
Por último, con el Catecismo en la mano, el sucesor de Pedro
puede:
prestar mejor su servicio a favor de
la comunión en la Iglesia católica
contribuir más eficazmente al
sostenimiento y la confirmación en 43
la fe de todos aquellos que
el Señor le encomendó a su
cuidado pastoral.
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9) Objetivos del catecismo
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10) El Catecismo debe ser entendido en su totalidad
1. Del texto:
No resultará buena una lectura del Catecismo de la Iglesia
Católica, ni una catequesis hecha con su ayuda, si la atención se
centra unilateralmente en un capítulo o una parte del mismo.
Se trata, como hemos puesto de relieve, de un libro que
presenta la doctrina cristiana como un organismo vivo.
La organicidad del texto catequético es —nos atrevemos a decir
— su valor fundamental. Cuando es troceado, es despojado de 45
su valor más original.
El Catecismo no es un prontuario de soluciones a problemas
morales. Si fuera leído como tal, separando su parte tercera de
las demás, no podría ser bien entendido el conjunto de la vida
cristiana y se correría el riesgo de caer en un moralismo de uno
u otro signo.
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10) El Catecismo debe ser entendido en su totalidad
1. Del texto:
Una concentración excesiva en la primera parte, por
el contrario, conduciría a un doctrinarismo contrario al espíritu
cristiano y al del Catecismo de la Iglesia Católica. El propio
Catecismo remite continuamente al todo, al conjunto, no sólo
por medio de las referencias marginales sino desde su mismo
contenido y redacción.
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10) El Catecismo debe ser entendido en su totalidad
2. Del contexto:
Un momento de especial dificultad para la transmisión de la fe
a las generaciones nuevas que reclama de los responsables de
la catequesis no sólo una metodología pedagógica adecuada,
sino, ante todo, la familiaridad viva con el contenido de la fe.
El Catecismo es un gran instrumento para conseguir esa
familiaridad, esa es su razón de ser.
En el contexto de la vida de la Iglesia, que es el lugar propio de 47
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11) Características y líneas de fondo más destacadas
La impostación del Catecismo es fundamentalmente trinitaria.
Se parte de que el misterio de Dios,
Padre, Hijo y Espíritu Santo, es
la fuente de todos los demás misterios
de la fe y, además, es la luz que
los ilumina.
La creación, el hombre, la Iglesia,
la liturgia y la vida espiritual de los 48
creyentes se entienden desde la luz
que proyecta el misterio del ser
de Dios: Padre, Hijo y Espíritu,
la comunión entre las personas divinas
y lo que cada una de ellas realiza de
forma propia.
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11) Características y líneas de fondo más destacadas
La articulación es, además de trinitaria, eminentemente
cristocéntrica.
Cristo es quien nos revela
el misterio de Dios.
Cristo es quien da sentido y
sustenta la creación entera,
lo visible y lo invisible.
Cristo es la revelación plena del 49
hombre y de su destino.
Cristo, y el misterio pascual, es
el centro de la liturgia de la Iglesia.
La unión con Cristo es lo que da
sentido a la vida espiritual
del cristiano.
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11) Características y líneas de fondo más destacadas
También la dimensión pneumatológica atraviesa de parte a parte
el Catecismo.
Porque no se puede decir «creo» si no es bajo la acción del
Espíritu Santo.
Porque es el Espíritu quien hace eficaces cada una de
las acciones sacramentales de la Iglesia.
Porque no hay vida cristiana si no está animada por el Espíritu
Santo. 50
Porque la oración y el progreso en la vida espiritual sólo son
posibles si hay docilidad al Espíritu Santo.
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11) Características y líneas de fondo más destacadas
Nunca se pierde de vista tampoco la perspectiva eclesiológica.
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12) La economía salvífica, hilo conductor del Catecismo
Aunque no se pueda decir que haya un hilo conductor que recorra
todo el CCE, pues no se buscó de manera explícita a la hora de
redactarlo.
Sin embargo, sí es evidente que la cuestión de la economía divina
atraviesa las cuatro partes del Catecismo como una especie de
estribillo que se repite con cierta frecuencia.
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A) LA EXPOSICIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA REVELACIÓN
La primera parte es una exposición de la economía de la
Revelación
Arranca desde el momento mismo de la creación, cuando Dios
empezó a dar testimonio de sí mismo en sus obras, y llega hasta
Cristo, Palabra hecha carne y plenitud de la revelación del Padre.
No cabe esperar ya otra revelación de parte de Dios, pues al
enviar a su Hijo ya nos lo ha dicho todo.
El hombre, creado por Dios y destinado a la comunión con Él, 53
está capacitado para acoger naturalmente la revelación y
también para responder a ella, ayudado siempre por el auxilio
de la gracia, del Espíritu Santo, que no le ha de faltar.
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A) LA EXPOSICIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA REVELACIÓN
La primera parte es una exposición de la economía de la
Revelación
El Catecismo expone la fe de la Iglesia para que ésta pueda ser
conocida, pero, sobre todo:
1. Para que pueda ser profesada en la celebración de los
sacramentos.
2. Para que se convierta en luz de la vida y criterio que ayude a
caminar día a día. 54
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A) LA EXPOSICIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA REVELACIÓN
Tiene dos secciones:
1. Creo-creemos:
Capítulo 1: El hombre es capaz de Dios.
El deseo de Dios.
Las vías de acceso al conocimiento de Dios.
El conocimiento de Dios según la Iglesia.
¿Cómo hablar de Dios?
Capítulo 2: Dios al encuentro del hombre.
Artículo 1: La Revelación de Dios.
Artículo 2: La transmisión de la Revelación divina.
Artículo 3: La Sagrada Escritura
Capítulo 3: La respuesta del hombre a Dios.
Artículo 1: Creo. 55
Artículo 2: Creemos.
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A) LA EXPOSICIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA REVELACIÓN
2. La profesión de la fe cristiana:
Capítulo 1: Creo en Dios Padre
Artículo 1: «Creo en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo
y de la tierra».
Capítulo 2: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios.
Artículo 2: «Y en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor».
Artículo 3: «Jesucristo fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo y nació de santa María Virgen». 56
Artículo 4: «Jesucristo padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado»
Artículo 5: «Jesucristo descendió a los infiernos, al tercer día
resucitó de entre los muertos».
Artículo 6: «Jesucristo subió a los cielos, y está sentado a la
derecha de Dios, Padre Todopoderoso».
Artículo 7: «Desde allí ha de venir a Juzgar a vivos y muertos». índice
A) LA EXPOSICIÓN DE LA ECONOMÍA DE LA REVELACIÓN
2. La profesión de la fe cristiana:
Capítulo 3: Creo en el Espíritu Santo
Artículo 8: «Creo en el Espíritu Santo».
Artículo 9: «Creo en la Santa Iglesia Católica».
Artículo 10: «Creo en el perdón de los pecados».
Artículo 11: «Creo en la resurrección de la carne».
Artículo 12: «Creo en la vida eterna». 57
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B) LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
En la segunda parte el eje vertebrador es la economía sacramental
Aquí lo importante es descubrir cómo Dios sigue actuando ahora,
en el tiempo de la Iglesia, para comunicar al hombre su propia vida
divina.
El tiempo y el espacio siguen siendo los ámbitos en los que Dios
se encuentra con el hombre, y el hombre con Dios.
Los ritos, los signos, las plegarias sirven para que Dios y
el hombre (el hombre y Dios) se encuentren aquí y ahora de 58
forma real, aunque misteriosa.
Las acciones sacramentales, en tanto que acciones de Cristo y de
su Iglesia, nos incorporan al Cuerpo Místico de Cristo,
haciéndonos miembros de su pueblo, gracias al cual empezamos
a gustar ya aquí en la tierra los dones que nos están reservados
en el cielo.
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B) LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
Tiene dos secciones:
1. La economía sacramental:
Capítulo 1: El misterio pascual en el tiempo de la Iglesia.
Artículo 1: La liturgia, obra de la
Santísima Trinidad.
Artículo 2: El misterio pascual en
los sacramentos de la Iglesia.
Capítulo 2: La celebración
sacramental del misterio pascual.
Artículo 1: Celebrar la Liturgia de
la Iglesia.
Artículo 2: Diversidad litúrgica y
unidad de misterio.
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B) LA ECONOMÍA SACRAMENTAL
2. Los siete sacramentos de la Iglesia:
Capítulo 1: Los sacramentos de la Iniciación Cristiana.
Artículo 1: El sacramento del Bautismo.
Artículo 2: El sacramento de la Confirmación.
Artículo 3: El sacramento de la Eucaristía.
Capítulo 2: Los sacramentos de curación.
Artículo 4: El sacramento de la Penitencia y la Reconciliación.
Artículo 5: La Unción de enfermos. 60
Capítulo 3: Los sacramentos al servicio de la comunidad.
Artículo 6: El sacramento del Orden.
Artículo 7: El sacramento del matrimonio.
Capítulo 4: Otras celebraciones litúrgicas.
Artículo 1: Los sacramentales.
Artículo 2: Las exequias cristianas. índice
C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
En la tercera parte la economía salvífica muestra
sus efectos en el hombre redimido
Por el bautismo, al quedar injertados en Cristo:
quedamos destinados a la eterna
bienaventuranza,
recibimos, además, la fuerza del Espíritu Santo
que nos consagra como templos vivos de Dios y
nos sella para salvación definitiva.
Mientras tanto, alentados por esta Esperanza cierta y segura,
siguiendo las huellas de Cristo y guiados por el Espíritu Santo,
los bautizados dan muerte al hombre viejo con todas sus
concupiscencias y se habitúan a vivir como hombres celestiales en
medio de este mundo.
Un mundo en el que poco a poco la semilla del evangelio y
la levadura de la salvación va dando paso a que surja y se 61
manifieste el Reino de Dios. índice
C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
Tiene dos secciones:
1. La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Esta primera sección está construida en la perspectiva del actuar
del hombre y del actuar de Dios.
Se parte de la vocación del hombre a la felicidad (o
bienaventuranza). Después se explica el mecanismo del actuar
libre del hombre. Sin libertad no habría responsabilidad y,
por tanto, ni actos buenos ni actos malos. 62
A continuación se habla de la conciencia moral, o sea, de
la capacidad de hacer juicios sobre nuestros propios actos.
El siguiente punto que se aborda es el de las virtudes humanas
generadas por actos buenos repetidos. Acto seguido viene
lo referente a las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
Para cerrar hablando de los pecados.
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C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
1. La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
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C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
1. La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Capítulo 1: La dignidad de la persona humana
Artículo 1: El hombre, imagen de Dios.
Artículo 2: Nuestra vocación a la bienaventuranza.
Artículo 3: La libertad del hombre.
Artículo 4: La moralidad de los actos humanos.
Artículo 5: La moralidad de las pasiones. 64
Artículo 6: La conciencia moral.
Artículo 7: Las virtudes.
Artículo 8: El pecado.
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C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
1. La vocación del hombre: La vida en el Espíritu
Capítulo 2: La comunidad humana.
Artículo 1: La persona y la sociedad.
Artículo 2: La participación en la vida social.
Artículo 3: La justicia social.
Capítulo 3: La salvación de Dios: La Ley y la Gracia.
Artículo 1: La ley moral. 65
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C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
2. Los diez mandamientos
La segunda sección no se limita a exponer las prohibiciones que
conlleva cada uno de los mandamientos, sino que arranca
hablando de las virtudes correspondientes para vivir lo que
el mandato pide.
El primero: con las virtudes teologales
y la virtud de la religión.
El cuarto: con la piedad filial. 66
El sexto: con la castidad.
El séptimo: con la justicia.
El octavo: con la veracidad.
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C) LA ECONOMÍA SALVÍFICA
2. Los diez mandamientos
Capítulo 1: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón.
Artículo 1: Amarás a Dios sobre todas las cosas
Artículo 2: No tomarás el nombre de Dios en vano.
Artículo 3: Santificarás las fiestas.
Capítulo 2: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Artículo 4: Honrarás a tu padre y a tu madre.
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Artículo 5: No matarás.
Artículo 6: No cometerás actos impuros.
Artículo 7: No robarás.
Artículo 8: No dirás falso testimonio ni mentirás.
Artículo 9: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
Artículo 10: No codiciarás los bienes ajenos.
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D) LA ECONOMÍA ESPIRITUAL
En la cuarta parte se nos muestra cómo la gracia de la salvación
se manifiesta y se hace presente en la oración y en la vida
espiritual de los cristianos
Tiene dos secciones
En la primera sección se parte de la exposición del deseo innato
a la comunión con Dios y al encuentro con Él, que se da en todas
las religiones, y que se traduce en distintas formas de orar y de
dirigirse a Dios. 68
Luego, poco a poco, se va exponiendo cómo han ido
evolucionando esas formas de oración a lo largo de la historia de
la salvación, hasta llegar a la plenitud que nos ha sido revelada
en Cristo, camino que nos conduce al Padre y manifestación
visible del Dios invisible.
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D) LA ECONOMÍA ESPIRITUAL
Además de exponer los principios básicos de la oración cristiana, el
Catecismo ha querido hablar sobre las principales dificultades que
el cristiano debe afrontar en su vida de oración, y también de los
medios más habituales, tal y como enseña la tradición, para poder
superarlas.
1. La oración en la vida cristiana
Capítulo 1: La revelación de la oración. La llamada universal a
la oración. 69
Artículo 1: En el Antiguo Testamento.
Artículo 2: En la plenitud de los tiempos.
Artículo 3: En el tiempo de la Iglesia.
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D) LA ECONOMÍA ESPIRITUAL
1. La oración en la vida cristiana
Capítulo 2: La tradición de la oración.
Artículo 1: Las fuentes de la oración.
Artículo 2: El camino de la oración.
Artículo 3: Maestros y lugares de oración.
Capítulo 3: La vida de oración.
Artículo 1: Las expresiones de la oración.
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Artículo 2: El combate de la oración.
Artículo 3: La oración de la hora de Jesús.
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D) LA ECONOMÍA ESPIRITUAL
La segunda sección es una exposición básica de las peticiones
contenidas en el Padre nuestro.
2. La oración del Señor: «Padre nuestro»
Artículo 1: «Resumen de todo el Evangelio».
Artículo 2: «Padre nuestro que estás en el cielo».
Artículo 3: Las siete peticiones.
La doxología final.
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