PUELLES CALDERÓN ESTHER ROXANA QUIROZ GAMARRA CESAR ALBERTO ROJAS VÁSQUEZ IRIS BRUNELLA APRENDIZAJE EL TÉRMINO 'ESTILO DE APRENDIZAJE' SE REFIERE AL HECHO DE QUE CUANDO QUEREMOS APRENDER ALGO CADA UNO DE NOSOTROS UTILIZA SU PROPIO MÉTODO O CONJUNTO DE ESTRATEGIAS. AUNQUE LAS ESTRATEGIAS CONCRETAS QUE UTILIZAMOS VARÍAN SEGÚN LO QUE QUERAMOS APRENDER, CADA UNO DE NOSOTROS TIENDE A DESARROLLAR UNAS PREFERENCIAS GLOBALES. ESAS PREFERENCIAS O TENDENCIAS A UTILIZAR MÁS UNAS DETERMINADAS MANERAS DE APRENDER QUE OTRAS constituyen nuestro estilo de aprendizaje. Que no todos aprendemos igual, ni a la misma velocidad no es ninguna novedad. En cualquier grupo en el que más de dos personas empiecen a estudiar una materia todos juntos y partiendo del mismo nivel, nos encontraremos al cabo de muy poco tiempo con grandes diferencias en los conocimientos de cada miembro del grupo y eso a pesar del hecho de que aparentemente todos han recibido las mismas explicaciones y hecho las mismas actividades y ejercicios. Cada miembro del grupo aprenderá de manera distinta, tendrá dudas distintas y avanzará más en unas áreas que en otras. Tanto desde el punto de vista del alumno como del punto de vista del profesor el concepto de los estilos de aprendizaje resulta especialmente atrayente porque nos ofrece grandes posibilidades de actuación para conseguir un aprendizaje más efectivo. • El concepto de los estilos de aprendizaje está directamente relacionado con la concepción del aprendizaje como un proceso activo. Si consideramos que el aprendizaje equivale a recibir información de manera pasiva lo que el alumno haga o piense no es muy importante, pero si entendemos el aprendizaje como la elaboración por parte del receptor de la información recibida parece bastante evidente que cada uno de nosotros elaborará y relacionará los datos recibidos en función de sus propias características. Los distintos modelos y teorías existentes sobre estilos de aprendizaje lo que nos ofrecen es un marco conceptual que nos ayude a entender los comportamientos que observamos a diario en el aula, como se relacionan esos comportamientos con la forma en que están aprendiendo nuestros alumnos y el tipo de actuaciones que pueden resultar más eficaces en un momento dado. NUESTRO ESTILO DE APRENDIZAJE ESTA DIRECTAMENTE RELACIONADO CON LAS ESTRATEGIAS QUE UTILIZAMOS PARA APRENDER ALGO. UNA MANERA DE ENTENDERLO SERIA PENSAR EN NUESTRO ESTILO DE APRENDIZAJE COMO LA MEDIA ESTADÍSTICA DE TODAS LAS DISTINTAS ESTRATEGIAS QUE UTILIZAMOS . NUESTRO ESTILO DE APRENDIZAJE SE CORRESPONDE POR TANTO A LAS GRANDES TENDENCIAS, CON LAS ESTRATEGIAS MÁS USADAS ESTILOS DE APRENDIZAJE- MODELOS: GARDNER Y GOLEMAN
Gardner y los seguidores de su teoría consideran que "el ámbito
de la cognición humana debe abarcar una gama de aptitudes más universales, asegurando que los seres humanos han evolucionado para mostrar distintas inteligencias y no para recurrir de diversas maneras a una sola inteligencia flexible". L OS DEFENSORES DE ESTA TEORÍA DEFINEN LA INTELIGENCIA COMO "LA CAPACIDAD PARA RESOLVER PROBLEMAS O PARA ELABORAR PRODUCTOS QUE SON DE GRAN VALOR PARA UNO O VARIOS CONTEXTOS COMUNITARIOS O CULTURALES". GARDNER ARGUMENTA QUE EXISTE UN AMPLIO ABANICO DE NO MENOS DE SIETE VARIEDADES DISTINTAS DE INTELIGENCIA Y, DESPUÉS DE ANALIZAR INDICIOS A PARTIR DE LA INVESTIGACIÓN CEREBRAL, DEL DESARROLLO HUMANO, DE LA EVOLUCIÓN Y COMPARANDO LAS DIFERENTES CULTURAS. Gardner agrupó está variedad de capacidades en siete inteligencias:
INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA: LA CAPACIDAD PARA USAR PALABRAS DE
MANERA EFECTIVA, SEA EN FORMA ORAL O DE MANERA ESCRITA. ESTA INTELIGENCIA INCLUYE LA HABILIDAD PARA MANIPULAR LA SINTAXIS O SIGNIFICADOS DEL LENGUAJE O USOS PRÁCTICOS DEL LENGUAJE. ALGUNOS USOS INCLUYEN LA RETÓRICA (USAR EL LENGUAJE PARA CONVENCER A OTROS DE TOMAR UN DETERMINADO CURSO DE ACCIÓN), LA MNEMÓNICA (USAR EL LENGUAJE PARA RECORDAR INFORMACIÓN), LA EXPLICACIÓN (USAR EL LENGUAJE PARA INFORMAR) Y EL METALENGUAJE (USAR EL LENGUAJE PARA HABLAR DEL LENGUAJE). La inteligencia lógico matemática: la capacidad para usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente. Esta inteligencia incluye la sensibilidad a los esquemas y relaciones lógicas, las afirmaciones y las proposiciones (si-entonces, causa-efecto), las funciones y las abstracciones. Los tipos de procesos que se usan al servicio de esta inteligencia incluyen: la categorización, la clasificación, la inferencia, la generalización, el cálculo y la demostración de la hipótesis. La inteligencia corporal-kinética: la capacidad para usar todo el cuerpo para expresar ideas y sentimientos (por ejemplo un actor, un mimo, un atleta, un bailarín) y la facilidad en el uso de las propias manos para producir o transformar cosas (por ejemplo un artesano, escultor, mecánico, cirujano). Esta inteligencia incluye habilidades físicas como la coordinación, el equilibrio, la destreza, la fuerza, la flexibilidad y la velocidad, así como las capacidades auto perceptivas, las táctiles y la percepción de medidas y volúmenes. La inteligencia espacial: la habilidad para percibir de manera exacta el mundo visual-espacial (por ejemplo un cazador, explorador, guía) y de ejecutar transformaciones sobre esas percepciones (por ejemplo un decorador de interiores, arquitecto, artista, inventor). Esta inteligencia incluye la sensibilidad al color, la línea, la forma, el espacio y las relaciones que existen entre estos elementos. Incluye la capacidad de visualizar, de representar de manera gráfica ideas visuales o espaciales. La inteligencia musical: la capacidad de percibir (por ejemplo un aficionado a la música), discriminar (como un crítico musical), transformar ( un compositor) y expresar (una persona que toca un instrumento) las formas musicales. Esta inteligencia incluye la sensibilidad al ritmo, el tono, la melodía, el timbre o el color tonal de una pieza musical. La inteligencia interpersonal: la capacidad de percibir y establecer distinciones en los estados de ánimo, las intenciones, las motivaciones, y los sentimientos de otras personas. Esto puede incluir la sensibilidad a las expresiones faciales, la voz y los gestos, la capacidad para discriminar entre diferentes clases de señales interpersonales y la habilidad para responder de manera efectiva a estas señales en la práctica. La inteligencia intrapersonal: el conocimiento de sí mismo y la habilidad para adaptar las propias maneras de actuar a partir de ese conocimiento. Esta inteligencia incluye tener una imagen precisa de uno mismo (los propios poderes y limitaciones), tener conciencia de los estados de ánimo interiores, las intenciones, las motivaciones, los temperamentos y los deseos, y la capacidad para la autodisciplina, la auto-comprensión y la autoestima Además, en 1995 el mismo Gardner incluye la inteligencia naturalista que se describe como la competencia para percibir las relaciones que existen entre varias especies o grupos de objetos y personas, así como reconocer y establecer si existen distinciones y semejanzas entre ellos. Son habilidades para observar, identificar y clasificar a los miembros de un grupo o especie, e incluso, para descubrir nuevas. Su campo de observación más afín es el mundo natural: flora y fauna. Esta propuesta nos provoca una nueva visión de la escuela y el alumnado que se ha visto ampliada por el trabajo de otros investigadores que han sumado algunas inteligencias más que aportan nuevos matices. Daniel Goleman popularizó el término “Inteligencia Emocional” aunque este ya había antes en otros textos. La define como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. La organiza entorno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación, y gestionar las relaciones. Además, después ha introducido el concepto de Inteligencia Social mediante un estudio neurocientífico de cerebros en interacción social. Hace referencia a la importancia del impacto de nuestras relaciones sociales en nuestra vida, en nuestra biología y en nuestra salud. Propone 8 habilidades a desarrollar cimentadas en dos presunciones esenciales: la Conciencia Social y la Aptitud Social. La Conciencia Social vendría a ser el cúmulo de sentimientos que tenemos hacia los demás derivados de la capacidad cerebral que nos permite ser empáticos, y que estaría compuesta por lo que Goleman define como la empatía primordial, la sintonía, la exactitud empática y la cognición social. Y por otro lado, la Aptitud Social vendría determinada por lo que hacemos con esa conciencia social, es decir, nuestro comportamiento relacional y que estaría determinado por la sincronía, la presentación de uno mismo, la influencia y el interés por los demás.