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EL NUEVO TERAPEUTA, SU ROL Y SU

COMPROMISO

Rodrigo Mazo Zea PHD (c)


2018
“La psicoterapia es cuestión de piel,
cuestión de poros y de olfato. Si no
ponemos a disposición del paciente
nuestro pellejo, nuestros afectos, nuestra
energía, más vale no intentarlo. Tal vez
esto sea para algunos algo exagerado,
para otros, no tan necesario; pero para
ellos, los pacientes, es algo primordial”
(Loretta Cornejo, 2000)
XXXV CONGRESO INTERAMERICANO DE
PSICOLOGIA, LIMA, 2015
PROFESIONALES DE
SALUD MENTAL
• Los profesionales de salud mental son aquellos
que han elegido carreras que tienen que ver
con la promoción de estados y conductas
saludables, con la prevención de la enfermedad
mental y con la intervención o abordaje de
personas con alguna dificultad que afecte su
estabilidad o que presenten algún trastorno
mental.
• Entre ellos, los psicólogos clínicos y los
psicoterapeutas ocupan un lugar
preponderante.
• Aquellos terapeutas que se hallan actualmente
comprometidos en la conducción de nuevas
propuestas de intervención, llevan sobre sí
responsabilidades bien pesadas, por cuanto
actúan en un campo relativamente nuevo y
controvertido, por los alcances inferidos en su
ejercicio.
• Sin embargo, solamente aquellos terapeutas
que han sido entrenados en lo profesional y lo
personal deberían ser quienes conduzcan los
procesos psicoterapéuticos.
LA PERSONA DEL PSICÓLOGO
CLÍNICO.
• Ciertamente no basta con que el terapeuta sea una persona
abierta que no tiene temor de tocar y confrontar a sus
pacientes.
• Debe saber también cómo hacerlo y cuando hacerlo. Esta
habilidad sólo es adquirida mediante un proceso de
entrenamiento y de acompañamiento en sus primeros intentos
de ser terapeuta.
• Los terapeutas inexpertos suelen ser o extremadamente suaves,
queriendo complacer a sus usuarios, o muy intrusivos,
creyéndose con autoridad para violentar la intimidad de sus
pacientes. Cualquiera de las dos tendencias suele ser
catastrófica y conlleva al fracaso terapéutico.
(Mazo y López, 2010).
CARACTERÍSTICAS
PERSONALES DEL PSICÓLOGO
CLÍNICO

(Cormier y Cormier, 1994)
Tener un interés sincero por las personas.
• Saber y aceptar que hay estilos de vida diferentes
• Autoconocimiento
• Autorregulación
• Tener un buen ajuste psicológico general
• Experiencia vital.
• Conocimiento de contextos socioculturales diversos
• confiar en su propia habilidad y técnicas terapéuticas
• Energía y persistencia
• Flexibilidad
• Cumplimiento de principios éticos y profesionales
Motivaciones funcionales
para ser Clínico (Guy, 1993)
• Interés natural por la gente y curiosidad sobre sí mismos y los
demás.
• Capacidad de escuchar e interés en ello.
• Capacidad de conversar e interés en ello.
• Empatía y comprensión.
• Conocimiento y aceptación de las propias emociones, positivas y
negativas.
• Capacidad de introspección.
• Capacidad de supeditar las gratificaciones personales a las de los
clientes.
Motivaciones funcionales
para ser Clínico (Cont)
• Tolerancia a la ambigüedad, es decir, capacidad para
soportar lo desconocido, las respuestas parciales y las
respuestas incompletas.
• Paciencia y cariño hacia los demás y aceptación de las
personas tal como son.
• Tolerancia a la intimidad profunda.
• Satisfacción por tener poder e influencia sobre otras
personas, pero sin caer ni en el abuso ni en la sensación de
omnipotencia.
• Capacidad de tomarse las cosas con humor.
Dificultades del Clínico
• Etiquetar a un paciente como difícil en vez de ver la situación
como un problema a resolver.
• El terapeuta experimenta intensas reacciones emocionales
hacia el paciente.
• El terapeuta presenta o ha presentado (sin superarlo) el
mismo problema por el que consulta el cliente.
• El terapeuta queda bloqueado en un momento dado, no
sabe cómo seguir.
• El terapeuta tiene problemas con relación a los silencios del
cliente.
Dificultades del Clínico (cont)
• El terapeuta está más preocupado por su propia
competencia que por el problema del paciente.
• El terapeuta busca ser apreciado por el paciente.
Habilidades
• El terapeuta está en un conflicto entre atender a las
preocupaciones inmediatas del cliente, que
cambian cada semana, y mantener el tratamiento
dirigido a las metas previamente acordadas.
• El terapeuta está demasiado volcado en su trabajo y
se despreocupa de sí mismo
“Dentro del énfasis actual que enfoca el
rol terapéutico de la relación entre
clientes y terapeutas, el papel del
terapeuta precisa de una clarificación. Si
éste ve su rol primordialmente como un
refinado de destrezas técnicas,
propenderá a reforzar el uso de palabras
por parte del cliente como un medio de
esconderse y mantener su status quo…
• Los terapeutas que encuentran mayor éxito en
su trabajo, son aquellos cuya conformación
personal los conduce a relacionarse
intensamente con las personas. Han
desarrollado una convicción originada en sus
propios esfuerzos por crecer .
• Son capaces de exponerse ante los pacientes, y
tienen una actitud de escucha activa para
intervenir con preguntas, señalamientos o
cuestionamientos en los momentos oportunos.
(Forer, 1989).
• Es importante señalar el rol y lugar que la
psicoterapia tiene en nuestra sociedad hoy.
• Los terapeutas no deben verse como los
redentores o mesías de la sociedad.
• La psicoterapia no efectúa curaciones, y es
menester que los terapeutas se den cuenta de
esto.
• Proporcionamos oportunidad de agudizar la
conciencia pero no formulamos ningún modus
vivendi a nuestros pacientes. Más bien, les
ofrecemos alguna preparación para su encuentro
consigo mismos, con la vida y el mundo.
• Es menester que la psicoterapia se
“despatologice” y deje de focalizarse en los
trastornos mentales y en la necesidad de lograr
diagnósticos certeros basados en nosologías
existentes.
• Inculcar formas de vida saludables requiere del
reconocimiento en el otro, el paciente, de
factores protectores, de potencialidades y de
formas de afrontamiento que le permitan
asumir una vida más cercana a sus expectativas,
intereses y anhelos.
“Todo esto no hace más fácil la tarea del
nuevo terapeuta. El no puede evadir un
envolvimiento de sí mismo con el paciente.
Se le requiere el máximo de destreza, tacto y
comprensión, y también su compasión para
trabajar con la necesidad de sus pacientes...”
MUCHAS GRACIAS!!!
rodrigo.mazo@upb.edu.co

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