Bienes Del Sector Público

BIENES DEL SECTOR PÚBLICO
O PATRIMONIO PÚBLICO
DERECHO ADMINISTRATIVO II
• PATRIMONIO PÚBLICO.
Para iniciar el conocimiento de los bienes del sector público, nos debemos
referir al Patrimonio Público respecto del cual, el maestro Jesús María Carrillo
Ballesteros señala que el concepto de patrimonio es de clara raigambre civilista
y su origen puede situarse en el del propio concepto de persona, por cuanto
históricamente aquel es una emanación de ésta, manifiesta que la sabiduría
romana no desestimó del todo, el tema del patrimonio público, en efecto, los
textos consignan la expresión “rex pública” con la cual se alude al “interés
público” que atañe al ciudadano en calidad de tal. Para cuya protección, el
ordenamiento confería las acciones populares, de las cuales el ciudadano
derivaba una especie de participación en el producto de la condena
correspondiente, es decir, pagaba su condena con su patrimonio a favor del
Estado.”.
• El derecho clásico francés, dio origen a la teoría del patrimonio privado

como un atributo de la personalidad, que poco a poco ha venido
adquiriendo nuevos contornos y aplicación en el derecho público, en
cuanto el Estado no solo es una persona jurídica con todas sus
prerrogativas, sino también con todas sus obligaciones funcionales y
patrimoniales. El estado de Derecho, reclama pues la necesidad del
concepto patrimonial en su plenitud para responder a su propia misión.
Son las constituciones políticas las que han permitido este progreso, de
la misma manera que ocurrió en el campo de la responsabilidad
patrimonial del Estado, institución que nació a semejanza de la
responsabilidad civil de los particulares, que luego se derivó del
mandato constitucional según el cual el Estado tiene como fin la
protección de la vida, los bienes y la honra de sus ciudadanos.
El maestro Jean Carbonier, reconoce como integrantes del patrimonio público
dos clases de bienes: Los que son de uso común a todos los habitantes (Mares,
ríos, playas, islas, etc.) no susceptibles de propiedad privada; y la infraestructura
que forma parte del patrimonio del Estado (Edificios, carreteras, puentes,
parques, etc.). Agrega una tercera categoría de bienes que no son de uso
público ni tampoco fiscales como por ejemplo las minas, los terrenos baldíos,
etc., bienes que pertenecen al Estado, pero que son adjudicables según lo
establezca la ley.
Precisa que hay tres clases de bienes del Estado, los de uso público o común, los
fiscales o patrimoniales y los adjudicables. Los primeros a disposición de todos
los habitantes; los segundos, patrimonio exclusivo del Estado; y, los terceros a
disposición del Estado, los que pueden ser adjudicados o concesionados a
personas naturales o jurídicas de derecho privado o público exclusivamente por
parte del Estado, según la ley.
Para el tratadista Hernán Olano García, el Patrimonio Público es: “El conjunto de
bienes, impuestos, rentas, valores y derechos del Estado, destinados a la
satisfacción de las necesidades sociales.”
De otra parte, el profesor colombiano Carlos Pachón Lucas define al Patrimonio
Público como: “El conjunto de bienes y derechos económicos que pertenecen a
las entidades públicas. Bienes fiscales. Forma parte de los denominados bienes
públicos.”
DEFINICIÓN DE PATRIMONIO PÚBLICO
Los estudiosos Ernesto Peña Quiñones y Gabriel Ernesto Peña Rodríguez definen
al Patrimonio Público de la siguiente manera: “Son aquellos cuya titularidad
corresponde siempre a una persona jurídica de derecho público de carácter
nacional, departamental o municipal, y están afectos o sirven como medios para
la prestación de todas las funciones y servicios públicos.”
Para el jurista Alejandro Morales Becerra: “El patrimonio público es el conjunto
de obligaciones y derechos susceptibles de una valorización pecuniaria,
constitutivo de una universalidad de hecho que tiene como titular a una
persona jurídica”
DEFINICIÓN DE PATRIMONIO PÚBLICO
El doctor Jorge Olivera Toro, dice que el patrimonio del Estado es “el conjunto
de bienes, recursos e inversiones que se destinan o afectan en forma
permanente a la prestación directa o indirecta de los servicios públicos o a la
realización de sus objetivos o finalidades de política social o económica”
CARACTERISTICAS DEL PATRIMONIO PÚBLICO
• 1. El Patrimonio Público es parte del Derecho Público Administrativo.
• 2. El Patrimonio Público le corresponde a un Estado Unitario y se lo utilizará en su
beneficio, ningún otro Estado puede aprovecharse del Patrimonio de otro Estado,
sino conforme a la legislación de cada país.
• 3. Su manejo y administración le pertenece al Estado a través de sus
instituciones.
• 4. El Patrimonio Público sirve en forma directa o indirecta para la prestación de
servicios públicos y la realización de beneficios sociales.
• 5. El Patrimonio Público esta compuesto por todos los bienes, impuestos, rentas,
valores y derechos tangibles e intangibles, que pertenecen al Estado.
CARACTERÍSTICAS DEL PATRIMONIO PÚBLICO
Como se ve el Patrimonio Público atañe al derecho público administrativo, de su
correcta utilización depende la calidad de los servicios públicos y la cantidad de los
beneficios sociales a favor de los socios de un Estado, por lo que consideramos que
por una parte constituye objeto de gestión y por otra objeto de preservación de la
cosa pública, para evitar atentados contra el mismo Estado; Además, interesa al
orden interno y al orden internacional, pues en principio tiene que ver con el
derecho interno tanto en el orden privado como en el orden público, en atención al
principio según el cual el Estado de Derecho se caracteriza por su sujeción al
ordenamiento jurídico, como corresponde a todo sujeto de naturaleza pública o
privada; y, por otra parte en la esfera internacional los Estados están obligados a
respetar sus Patrimonios conforme la normativa internacional vigente.
CARACTERÍSTICAS DEL PATRIMONIO PÚBLICO
Como se ve el Patrimonio Público atañe al derecho público administrativo, de su
correcta utilización depende la calidad de los servicios públicos y la cantidad de los
beneficios sociales a favor de los socios de un Estado, por lo que consideramos que
por una parte constituye objeto de gestión y por otra objeto de preservación de la
cosa pública, para evitar atentados contra el mismo Estado; Además, interesa al
orden interno y al orden internacional, pues en principio tiene que ver con el
derecho interno tanto en el orden privado como en el orden público, en atención al
principio según el cual el Estado de Derecho se caracteriza por su sujeción al
ordenamiento jurídico, como corresponde a todo sujeto de naturaleza pública o
privada; y, por otra parte en la esfera internacional los Estados están obligados a
respetar sus Patrimonios conforme la normativa internacional vigente.
Los dominios públicos y los bienes públicos
Para varios expertos del Derecho Administrativo Público, existen varios bienes
públicos que no pertenecerían ni al dominio público ni al dominio privado, sobre
los cuales el Estado ejerce potestades, por ejemplo, los bienes del patrimonio
cultural, aunque sean de propiedad de particulares, sobre ellos el Estado ejerce
potestades. Entonces, la discusión esta orientada en saber si sobre estos bienes de
propiedad particular el Estado ejerce dominio, equivalente a la propiedad que
tienen los particulares. Para el maestro ecuatoriano Efraín Pérez, para el estudio de
los bienes públicos se puede considerar un aspecto objetivo y un aspecto subjetivo.
Desde el punto de vista objetivo, son bienes públicos aquellos que pertenecen al
Estado. Subjetivamente son aquellos de dominio público natural como el mar
territorial, las montañas etc. Además señala que de acuerdo a la doctrina española,
el dominio público se ha referido al dominio público natural, donde se distingue a
los bienes de uso común y a los bienes destinados al fomento de la riqueza natural,
como montes, bosques y minas; No obstante, la Carta Política española define a los
bienes de dominio público estatal, a todos aquellos determinados por la ley,
incluyendo la zona marítimo terrestre, las playas, el mar territorial y los recursos
naturales de la zona económica y la plataforma continental. Al amparo de esta
valoración jurídica podríamos afirmar que constituyen bienes públicos únicamente
los determinados o señalados por la ley.
Al decir del tratadista SANCHEZ MORAN, el dominio público es un título de
intervención administrativa, destinado a proteger y ordenar la utilización de
determinados bienes de interés general.
Discutido como esta el tema, podríamos señalar que el dominio público en si, es el
conjunto de potestades o atribuciones que las ejerce el Estado a través de sus
instituciones públicas sobre los bienes de uso público, en ejercicio pleno de sus
Derechos para la consecución del bien común.
Los bienes públicos
En el derecho romano, en función de su disponibilidad las cosas podían ser
comerciales o extracomercium; entre estas últimas están las cosas comunes como
el mar, el aire, las riberas del mar, las cosas públicas, las vías públicas, los puentes,
las plazas, los foros, los teatros y las cosas universales semejantes alas cosas
públicas que pertenecían a los municipios; también eran cosas extra comercio las
cosas divinas, como los templos, las cosas sagradas, las murallas y puentes y los
sepulcros.
Según el profesor de la Universidad Complutense de Derecho, Fernando Puentes
Bodegón, en su libro sobre los bienes en el derecho administrativo, en el desarrollo
histórico del derecho romano en el que se formó el dominio público, es preciso
resaltar que aunque antes del dominio público se formaron las cosas consideradas
extra comercio y en ellas se incluyeron las categorías divinas, posteriormente en un
proceso de laicización pasaron a convertirse en cosas públicas. Además de la
indisponibilidad de las pertenencias que integran el dominio público, que es una de
las notas más características respecto del régimen jurídico que las cobijaba y que se
basaban a su vez en la consideración de estar fuera del comercio, también existía
sobre ellas la imposibilidad de ser objeto de posesión que llegase a la prescripción
adquisitiva.
Simultáneamente, existían las cosas del pueblo romano, que así se entendían por el
hecho mismo de su destinación a un uso público sin requisitos, las cuales en el
Digesto se regulan como cosas que por derecho natural pertenecen a toda la
comunidad, así como las de uso inmemorial, hacían presumir su carácter público,
sin necesidad de título formal alguno, tales como los ríos, los mares, etc.
El mismo autor indica que en el antiguo régimen, es decir, en el derecho medieval,
el régimen patrimonial público se encuentra afectado por una confusión entre el
derecho público y el privado, en el cual se partía del concepto de un sistema
infinito de privilegios, en el que los derechos adquiridos emanaban del monarca y
de los distintos señores feudales. En esos tiempos no se reconoce la personalidad
jurídica de los entes sociales, careciendo entonces de un sujeto para imputar la
totalidad de las cosas de uso público, que se consideraban comunes a todos.
A partir de la baja Edad Media se distinguen entre los bienes de soberano unos
denominados bienes fiscales, que pertenecen al fisco o al reino, y otros
patrimoniales que pertenecen a la propiedad personal del príncipe como si fuera
un particular. Esta clasificación de los bienes surge o se apoya en la doble
personalidad del príncipe y en una doble condición de las cosas, por cuanto de los
bienes fiscales el reino tiene plena titularidad y el monarca es administrador, no
propietario; por ello no puede enajenarlos ni disponer de ellos, por lo cual se
consideraban bienes fiscales: los ríos, los mares, los puertos, los bienes comunes y
las regalías.
Entre los patrimoniales estaban los recibidos por herencia de la familia, las rentas a
ellos agregados y las plazas fuertes (murallas).
En el período subsiguiente a la revolución francesa que produjo la semilla del actual
derecho administrativo, al liquidar los bienes que estaban en poder de manos
muertas se obliga a una reestructuración de la hacienda patrimonial del monarca y
de los príncipes.
Como producto de estos cambios, durante el siglo XIX se tiene la tendencia a la
desaparición del patrimonio privado de la administración, y en virtud de la
sustitución del poder político del monarca con el poder del pueblo hay un cambio de
titularidad de los bienes domínales (uso comunitario) que pasan a ser bienes de la
nación, que el Estado podrá explotar directamente. En el Código de Napoleón
identifica entonces el dominio público con las cosas pertenecientes al Estado. En
España, en el Código Civil de 1851 se distinguen los bienes de propiedad pública que
pertenecen al Estado, provincia o municipio, y el patrimonio real y los bienes de
propiedad privada.
Hoy la diferencia fundamental entre los bienes del Estado y los bienes particulares
reside en el principal fin que tienen que cumplir, pues en los bienes del Estado el fin
siempre es el interés general, es el interés público, es decir, tienen que cumplir o
servir de instrumento en una forma directa o indirecta en todas las funciones del
Estado; por consiguiente, los bienes de éste son “simples medios a través de los
cuales el Estado cumple las funciones propias que le corresponden, prestar los
servicios públicos y lograr un bienestar general o bien común de todos los habitantes
que vivan en él. Por el contrario, los bienes particulares tienen como fin satisfacer las
necesidades propias y personales de su dueño, su utilización y ganancias le
pertenecen exclusivamente a su dueño, el que tendrá que cumplir con el Estado con
el pago de sus impuestos, estos últimos se constituyen en bienes patrimoniales de
propiedad del Estado, los que de no ser cubiertos o pagados en la vía tributaria,
serán cobrados por parte del Esta en la vía coactiva.
Clasificación de los bienes del Estado

Existen una serie de puntos de vista sobre el particular pero la mayoría de autores de
derecho público sostienen que los bienes públicos, se dividen en: Bienes
Patrimoniales y Fiscales desafectables y Bienes de Uso Público no desafectables o
universales.
Bienes patrimoniales o fiscales del Estado
Son aquellos cuya titularidad corresponde siempre a una persona jurídica de derecho
público de carácter nacional, departamental o municipal, y están afectos o sirven
como medios para la prestación de todas las funciones y servicios públicos. En estos
bienes se incluyen los bienes fiscales, los terrenos baldíos y, en fin, todos aquellos
bienes que en una u otra forma pertenecen al Estado pero que no son bienes de uso
público.
Estos bienes, en cuanto a su administración, custodia, guarda y destino, se rigen por
las normas de derecho público, es decir, por las normas de derecho administrativo;
pero sobre ellos el Estado tiene una propiedad igual a la de los particulares, por
cuanto poseen todas las características de un derecho real, y además, al Estado o a la
entidad pública respectiva que parece como propietaria de él le corresponde el ius
utendi, que es el derecho de usar la cosa, el ius fruendi, la facultad de percibir los
frutos, y el ius abutendi o derecho de disposición.
Bienes patrimoniales o fiscales del Estado
Esto significa que sobre él, el Estado o la entidad correspondiente, además de las
acciones públicas y de policía especiales, tiene las mismas defensas o protección que
el particular, y, en consecuencia puede reivindicar y obtener declaratorias de
dominio a su favor y la posibilidad de desafectar los gravámenes, y tiene además
todas las acciones cautelares, tales como las acciones posesorias especiales y los
interdictos posesorios. Igualmente, como tiene los plenos poderes del derecho de
dominio, puede gravarlos, darlos en prenda o hipoteca, construir servidumbres o
desmembraciones y limitaciones de dominio, etc., así el maestro Jean Carbonier,
señala que existen los bienes adjudicables como por ejemplo las minas, los terrenos
baldíos, etc., bienes que pertenecen al Estado, pero que son adjudicables según lo
que establezca la ley, estos bienes están a disposición del Estado y pueden ser
adjudicados o concesionados a personas naturales o jurídicas de derecho privado o
público exclusivamente por parte del Estado.
Bienes de uso público
Son aquellos constituidos por el territorio y los bienes públicos que de él forman
parte; Estos bienes de uso público son distintos de los bienes patrimoniales del
Estado o bienes fiscales, por cuanto sobre los primeros el Estado tiene el derecho de
administración, pues son inalienables, imprescriptibles, irreductibles, etc.; en cambio
sobre los segundos, el Estado tiene libre disposición.
Para varios estudiosos del Derecho Administrativo, los bienes de uso público tienen
las siguientes características:
• Pertenecen a la Nación Entera: Por cuanto existen bienes de uso público que
pertenecen al supuesto de hecho, según el cual los particulares pueden construir
puentes o caminos en tierras que les pertenecen y permitir su uso y goce a todos
los habitantes de un territorio, sin que tal permiso signifique un menoscabo a su
derecho de dominio, por cuanto él mismo se le considera por la ley civil como un
acto de mera facultad o tolerancia que no confiere posesión ni da fundamento a
prescripción alguna.
Bienes de uso público
Lo mismo se extiende a cualesquiera otras construcciones hechas a expensas de
particulares y en sus tierras, aún cuando su uso sea público, por permiso del dueño.”
Ejemplo de estos bienes de particulares destinados al uso público son además
algunos bienes de la Iglesia, como las capillas o centros de expresión del culto, los
cuales se han construido con destino especial hacia el público; estos bienes no son
de uso público, precisamente porque no pertenecen al Estado.
• Destino Común: el destino de los bienes es al uso común de los habitantes, quienes
tienen una especie de derecho; su uso les pertenece a todos ellos mientras los
bienes tengan dicho destino.
El estudioso Gustavo Cuello agrega que el patrimonio público se descompone en
bienes de dominio público y bienes fiscales.
El derecho que el Estado tiene en principio sobre los bienes, tanto los patrimoniales
como los de uso público, es un derecho igual al de los particulares, lo que ocurre es
que en ese derecho real de propiedad sobre algunos bienes de uso público se
suspenden las características propias de ser total, esto es, el ius utendi, el ius
fruendi y el ius abutendi, pero se mantiene la persecución, preferencia, rango y
publicidad, y en otros bienes de uso público, ese uso, goce y disposición del Estado
lo ejerce por medio de todos los habitantes, por cuanto, por la misma naturaleza
del bien, éste no se puede otorgar a ningún otro sujeto, ni el uso ni el goce
exclusivo del mismo; lo que acontece, por ejemplo, con los mares, la atmósfera, el
espacio aéreo sin límite, el paisaje, etc. Mas en otros bienes de uso público, esas
facultades de usar, gozar, disfrutar y disponer, se hallan simplemente suspendidas,
aunque el Estado puede, por conducto legislativo, sustraer de un uso común dicho
bien y destinarlo a servir de medio para una función pública o un servicio público.
Visto lo anterior, los bienes de los particulares se clasifican en:
• Bienes propiamente individuales.
• Bienes de particulares afectos a un servicio público.
• Bienes de particulares destinados a un servicio público.
La primera clase es la simple propiedad particular que debe ser garantizada,
respetada y defendida por todas las instituciones del Estado, y los bienes
particulares afectos a un servicio público, o sea, aquellos que por una u otra razón
los utiliza el particular para prestar un servicio público propio del Estado, que el
particular puede prestar en virtud de un permiso o concesión.
Estos bienes, aunque tienen las mismas características de ser capital de los
particulares, en cierto momento puede ser suspendida su administración particular
por parte del Estado, cuando éste asume, por razones de crisis económica o de
orden público.
Recursos públicos administrados por los particulares
De acuerdo a nuestra legislación los recursos públicos pueden ser administrados
por los particulares a través de la figura jurídica conocida como delegación o
concesión. Los artículos 315 y 316 de la Constitución de la República determinan
que en primer lugar corresponde la operación de los sectores estratégicos a las
empresas públicas, en segundo lugar se puede delegar su participación a
compañías de economía mixta en la cual tenga participación accionaria mayoritaria
y de forma excepcional se puede delegar a la iniciática privada y a la economía
popular y solidaria.
Para el profesor colombiano de derecho administrativo Carlos Pachón Lucas: “…La
concesión en sentido general es la acción o efecto de conceder, otorgamiento que
el Estado realiza a favor de los particulares, para la explotación de bienes, servicios
o recursos públicos, desempeño de funciones administrativas o la construcción y
consiguiente explotación de obras públicas.
Por otra parte, el maestro Hernán Alejandro Olano García define al contrato de
concesión de la siguiente manera: “Son contratos de concesión los que celebran las
entidades estatales con el objeto de otorgar a una persona llamada concesionario,
la prestación, operación, explotación, organización o gestión, total o parcial, de un
servicio público, o la construcción, explotación o conservación, total o parcial, de
una obra o bien destinados al servicio o uso público, así como todas aquellas
actividades necesarias para la adecuada prestación o funcionamiento de la obra o
servicio por cuenta y riesgo del concesionario y bajo la vigilancia y control de la
entidad concedente, a cambio de una remuneración que puede consistir en
derechos, tarifas, tasas, valorización, o en la participación que se le otorgue en la
explotación del bien, o en suma periódica, única o porcentual y, en general, en
cualquier otra modalidad de contraprestación que las partes acuerden.”
Al referirse a la concesión de servicio público el argentino Roberto Dromí señala:
“La concesión de servicio público es el contrato por el cual el Estado encomienda a
una persona, física o jurídica, privada o pública no estatal, la prestación de un
servicio público bajo determinadas condiciones objetivas, subjetivas y temporales.
Esta persona “concesionario”, actúa por su propia cuenta y riesgo. La labor se
retribuye con el precio o tarifa pagado por los usuarios o con subvenciones y
garantías otorgadas por el Estado, o con ambos medios a la vez.
• El Estado podrá delegar a empresas mixtas o privadas:
• • La prestación de los servicios públicos; y,
• • La exploración y explotación de recursos naturales no renovables de su
propiedad.
En el primer caso, si se tratare de prestación de servicios, tales como: de agua
potable, riego, saneamiento, fuerza eléctrica, telecomunicaciones, vialidad,
facilidades portuarias, servicio postal u otras de naturaleza similar, éstos
responderán a principios de eficiencia, responsabilidad, universalidad,
accesibilidad, continuidad y calidad, con especial énfasis en la determinación
equitativa de precios y tarifas; y en el segundo caso, si se tratare de la exploración y
explotación de recursos, se realizará en función de los intereses nacionales.
La explotación de los recursos naturales no renovables cuya propiedad inalienable
e imprescriptible pertenece al Estado, podrá hacerse a través de empresas públicas,
mixtas o privadas e inclusive a la gestión comunitaria; que dichos contratos de
delegación contendrán las cláusulas necesarias para asegurar que los servicios
públicos a prestarse atiendan los intereses de los usuarios y la preservación del
ambiente.
La concesión de servicio público se otorga, directa e inmediatamente, en “interés
público”; por eso la concesión de servicio público no pude ser “renunciada”
unilateralmente por el concesionario y el control del Estado sobre la actividad del
concesionario se acrecienta e intensifica, en comparación con el control estatal
sobre la actividad del contratista en los demás contratos administrativos. A pesar
de la concesión, la actividad sigue siendo “servicio público”, por lo cual los
principios esenciales de este tienen plena vigencia en el ámbito de la concesión.
Se puede mencionar a modo de ejemplo exitoso de concesiones de servicio público
en nuestro país, las autopistas de circulación vehicular de la provincia del
Guayas.Entre el concesionario y el concedente: El vínculo que une al concedente y
al concesionario es contractual. La concesión de servicio público es un contrato
administrativo. Las relaciones se rigen por el Derecho Administrativo. Los
eventuales conflictos deben tramitarse en la jurisdicción contencioso-
administrativa. (Código Orgánico General de Procesos, Código Orgánico Administrativo)
Afectación o daño del Patrimonio Público
Este tema tiene trascendencia mundial y permanente, pues el actual estado de
cosas del planeta, ha hecho que hoy existan corrientes de pensamiento mundiales
que orientan todos sus esfuerzos a la protección de los recursos naturales en su
conjunto, por los excesos y abusos cometidos por nosotros en perjuicio de nuestra
propia conservación como especie, individual y colectivamente. Si bien el
desarrollo industrial y tecnológico que se ha experimentado trajo de la mano el
desarrollo en la producción de bienes de servicio, en la industria en general, en los
medios de trasporte y las telecomunicaciones en particular, también trajo de la
mano la alteración, también sistemática y sostenida, de nuestras condiciones
naturales de vida, esto, porque para mantener el desarrollo industrial se tuvo que
afectar recursos naturales como la deforestación, por ejemplo.
En el caso del Ecuador, frente a este problema mundial, la Constitución del 2008
(Montecristi), elevó a la naturaleza a sujeto de derecho para protegerla.
Afectación o daño del Patrimonio Público
Posición constitucional frente al problema
• Nuestra Constitución Política, vigente, en forma amplia y detallada se refiere a
nuestro entorno ambiental y a la protección del mismo, con una orientación
eminentemente proteccionista y también sancionadora: arts. 14, 15, 66, 71, 72,
213, 315, 316, 317, 391, 395, 396, 397, 399, 404, 406, 407, 408, 409, 411, 412,
413, 414, 415.
Hay que advertir que según lo señalado en el último inciso del artículo 396 del
Cuerpo Legal en revisión, las acciones legales para perseguir y sancionar por los
daños ambientales serán imprescriptibles.
Patrimonio público desde el punto de vista de nuestra legislación
• De acuerdo con la Constitución:
Nuestra Constitución Política, no agrupa en un solo Capítulo al Patrimonio Público,
sino que lo trata y define en forma muy desordenada, pero con un mérito
indiscutible, establece todas las cautelas y precautelas para su administración en
beneficio del Estado; lo cual en teoría, es conveniente para favorecer, por un lado,
la economía estatal; y por otra, para favorecer el entorno natural o medio
ambiente. Los opositores a esta tendencia nacionalista, en cambio, afirman que el
nacionalismo únicamente provoca el aislamiento comercial, la ausencia de
inversión internacional, seguido del decrecimiento económico con sus secuelas
inflacionarias que provocan mayor desocupación y subocupación y por
consiguiente mayor pobreza y delincuencia.
Se debe revisar la versión constitucional de Patrimonio Natural, con la definición
que trae el artículo 408 de Recursos Naturales.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 313 del Código Político de la República, los
sectores estratégicos del Estado, son aquellos que por su trascendencia y magnitud
tienen decisiva influencia económica, social, política o ambiental, y deberán
orientarse al pleno desarrollo de los derechos y al interés social.
LOS SECTORES ESTRATÉGICOS DEL ESTADO SON:
• La energía en todas sus formas.
• Las telecomunicaciones.
• Los recursos naturales no renovables
• El transporte y la refinación de hidrocarburos.
• La biodiversidad y el patrimonio genético.
• El espectro radioeléctrico.
• El agua.
• Los demás que determine la ley ( Arts. 606 y 607 Código Civil; art. 1 Ley de Hidrocarburos; Art. 2 Ley de Régimen del Sector Eléctrico,
etc.).
Esta norma constitucional se refiere a los recursos naturales no renovables que se
encuentran en el subsuelo, inclusive las que se encuentran en las áreas cubiertas
por las aguas del mar territorial. Adicionalmente en la nueva Carta Política, se
incorporan elementos nuevos como: Patrimonio Genético y el espectro
radioeléctrico. Asimismo se declara que estos bienes sólo podrán ser explotados en
estricto cumplimiento de los principios ambientales descritos en el artículo 395 de
la invocada Ley Superior.
En cuanto al patrimonio genético, tenemos que este nuevo elemento se incorpora
a nuestra legislación, teniendo como antecedente, el gran avance científico
determinado por el conocimiento adquirido en estos tiempos.
En lo que tiene que ver al espectro radioeléctrico, conviene destacar que su
utilización y control constituye una gran fuente de desarrollo para nuestro país, por
el gran avance que tiene hoy las telecomunicaciones.
Respecto de la apropiación que hace el Estado ecuatoriano de la porción espacial
que se encuentra sobre nuestro territorio llamada órbita sincrónica
geoestacionaria, sobre la cual nuestro país declara su soberanía, resulta ser
eminentemente declarativa, por cuanto en la práctica no existe control de nuestro
Estado sobre la órbita geoestacionaria, donde se ubican los satélites de las grandes
potencias, y no existe tal control porque no tenemos los recursos económicos y
técnicos para hacerlo.
• De acuerdo con el Código Civil, (ver Art. 604), se clasifican en:
• Bienes nacionales, aquellos cuyo dominio pertenece a la Nación toda.
• Bienes del Estado o bienes fiscales, son bienes nacionales cuyo uso no pertenece
generalmente a los habitantes, sino al Estado como tal.
Asimismo revisar Art. 606, 609 y 610, entre otro del Código Civil.
De acuerdo con la Ley Orgánica de Contraloría: (Ver Arts. 3 y 4).- Para efecto de
dicha ley, se entenderán por recursos públicos, todos los bienes, fondos, títulos, acciones,
participaciones, activos, rentas, utilidades, excedentes, subvenciones y todos los derechos
que pertenecen al Estado y a sus instituciones, sea cual fuere la fuente de la que procedan,
inclusive los provenientes de préstamos, donaciones y entregas que, a cualquier otro título,
realicen a favor del Estado o de sus instituciones, personas naturales o jurídicas u
organismos nacionales o internacionales.
Es importante, conocer por lo menos lo fundamental de lo que debemos entender
por “efecto”, se denomina efecto a todo título y, en general, a todo documento de
crédito, tales como un pagaré, una letra de cambio, etc.
Para el estudioso Guillermo Cabanellas, los efectos en general son: “Bienes, cosas,
muebles, enseres, objetos en general.”
Los efectos son públicos o privados.
Son efectos públicos los “Documentos o títulos de crédito que emite el Estado,
Municipio o Entidad reconocida por el Gobierno.”
Nuestro Código de Comercio cuando se refiere a los efectos públicos señala: “Son
objeto de la contratación de la Bolsa: 1.- La negociación de los efectos públicos, o
sea: a) Los que representan créditos contra el Estado y se hallen reconocidos
legalmente como negociables; b) Los emitidos con garantía prestada por el Gobierno y
con obligación subsidiaria del Estado; y, c) Los emitidos por un gobierno extranjero, si
su negociación se halla autorizada.”
Para las actividades de auditoría o del control gubernamental son bienes del
Estado, todos aquellos que se encuentren contabilizados como tales en las cuentas
públicas o privadas.
Régimen de excepción o tratamiento especial a favor de las comunidades,
pueblos y nacionalidades, respecto del patrimonio público:
La vigente Constitución Política, establece un régimen especial en el manejo de los
recursos públicos a favor de las comunidades, pueblos y nacionalidades del
Ecuador, fundamentalmente, por su condición de grupos socio- económicos
vulnerables. En esta orientación constitucional de tutela y protección para las
comunidades, pueblos y nacionalidades, tenemos que se cobijan en la misma, los
pueblos ancestrales, indígenas, afroecuatorianos y montubios.
(Ver artículos 57 al 60 de la Constitución de la República del Ecuador).

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Clasificación de los bienes del Estado

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