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ABORTO CONSENTIDO Y
NO CONSENTIDO
ABORTO CONSENTIDO
Código Civil:
Art. 1: La persona humana es sujeto de derecho desde su nacimiento.
La vida humana comienza con la concepción. El concebido es sujeto de derecho para todo cuanto le favorece.
La atribución de derechos patrimoniales está condicionada a que nazca vivo.
TIPICIDAD
El legislador del Código Penal de 1991, aplicando de manera coherente los conceptos y categorías
del derecho punitivo moderno, ha tipificado en el artículo 115 la conducta delictiva de causar el
aborto con el consentimiento de la gestante como única conducta típica, dejando de lado la acción
de "prestar asistencia", la cual se encuentra prevista como una hipótesis del artículo 25 del Código
Penal que regula la complicidad, según sea el grado de cooperación del tercero.
En esa línea, actualmente el hecho punible que se conoce con el nomen iuris de aborto consentido
aparece cuando el sujeto activo, contando con el consentimiento de la embarazada, le somete a
prácticas abortivas y le provoca la interrupción de su embarazo. En el supuesto recogido en el tipo
penal, el tercero actúa activamente ejecutando la interrupción del estado gestacional. La conducta
de la mujer aparece circunscrita a prestar su consentimiento para que el tercero ejecute la acción
delictiva. Resultando como circunstancia agravante del actuar del agente, la muerte de la gestante,
pudiendo preverlo o suponerlo y, por ende, evitarlo.
El consentimiento prestado por la gestante debe ser legal, voluntario y espontáneo y sin ningún vicio
que lo invalide, esto es, debe ser emitido por mujer mayor de 18 años, sin violencia ni coacciones
de algún tipo, caso contrario, estaremos frente a la figura delictiva del aborto no consentido.
ANTIJURICIDAD
Indudablemente, en principio y de manera principal, se pretende defender, amparar o tutelar la vida dependiente del producto
de la gestación y de realizarse el segundo supuesto, la vida independiente de la frustrada madre. Ello se desprende de la
ubicación que tiene en el Código Penal la figura delictuosa conocida con el nomen iuris de "aborto no consentido". De ningún
modo se protege otro interés como sostienen Hurtado Pozo), Villa Stein y Bramont-Arias Torres/García Cantizano.
No obstante, aparece obvio que, de manera secundaria y accesoria, también se atenta contra intereses jurídicos fundamentales
como son la salud y la libertad de la mujer sometida al aborto. Igual ocurre, por ejemplo, con el delito de robo, en el cual el
patrimonio es el bien jurídico principal que se pretende tutelar, deviniendo en intereses secundarios la salud (en caso de
lesiones a consecuencia de la violencia utilizada por el agente) y la libertad de la víctima.
No se agrava la responsabilidad penal que le asiste al autor por atacar o poner en peligro a varios bienes jurídicamente
protegidos, sino por la conducta per se del autor, quien actuando en forma dolosa hace todo lo necesario para lograr su
objetivo cual es frustrar el embarazo de su víctima aun en contra de su voluntad. Incluso puede llegar a utilizar la violencia
para vencer la resistencia de su víctima con la finalidad de aniquilar la vida del embrión. El leit motivo móvil del agente es
irrelevante.
En cierto sentido no les falta razón a Bramont-Arias Torres/García Cantizano (244), cuando afirman que el aborto practicado
contra la voluntad de la mujer embarazada representa el mayor ataque que puede cometerse contra los bienes jurídicos
afectados, la vida del embrión o feto, por un lado, y la vida, salud y libertad de la mujer, por otro.
TIPICIDAD
La forma de redacción del tipo penal exige la presencia del dolo en la conducta
del agente, esto es, el sujeto activo tiene conocimiento que la gestante no ha
prestado su consentimiento e incluso que se opone o no puede darlo válidamente,
sin embargo, voluntariamente le somete a maniobras abortivas con la finalidad de
acabar con la vida del embrión que se proyecta decididamente a convertirse en
persona.
Como ocurre con las demás figuras de aborto, el hecho punible se perfecciona
cuando se verifica realmente la muerte del producto de la concepción. Es
irrelevante si se logró o no la expulsión del feto del seno materno. En el
segundo supuesto, el delito se perfecciona con la muerte previsible o
presumida de la gestante a consecuencia de la práctica abortiva.