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EL MATRIMONIO EN LOS

PRIMEROS SIGLOS DEL


CRISTIANISMO
JULIÁN AGUDELO
Contexto

• Los Santos Padres, bien a nivel de enseñanza catequética o en el ámbito de


la exégesis a los textos bíblicos, transmiten una doctrina abundante sobre la
naturaleza del matrimonio.
CONTEXTO

• a) Los textos divorcistas del derecho civil, aun de los Emperadores


cristianos, no cabe admitirlos como doctrina asumida por la Jerarquía —
Quienes mantienen que la iglesia primitiva fue permisiva en torno al
divorcio, con la posibilidad de contraer un nuevo matrimonio, argumentan
sobre este supuesto: "Los cristianos no podían hacer aquello que el derecho
civil no permitía".
CONTEXTO

• A este respecto conviene alegar la norma formulada en el siglo IV por San


Jerónimo, pero vivida ya desde el inicio del cristianismo: "Una cosa son las
leyes del César y otra la ley de Cristo; una cosa es la ley de Papiniano y otra
la de Pablo....
Carlomagno S.
Poder religioso
Giro X
- Poder legal
Constantiniano (Iglesia=poder
(Gn 2,22)
civil)
Separación y divorcio

• c) Distinguir entre "separación" y "divorcio"


• Porque la terminología no está todavía suficientemente fijada, es preciso
distinguir netamente entre "separación" de los cónyuges y "divorcio", o sea,
separación con posibilidad de iniciar nuevo matrimonio.
• Cuando los Padres hablan de "ruptura" de matrimonio, no lo entienden
conforme al Derecho Romano, es decir, con la posibilidad de contraer un
nuevo matrimonio, sino que expresan la simple separación de los esposos.
El problema de los testimonios

• Cuando nos encontramos con un testimonio patrístico que se muestra


tolerante con el divorcio, es indispensable juzgar si la enseñanza de los
Padres se refiere al aspecto teológico (por cuanto claudicaría en la doctrina)
o considera tan sólo la dimensión jurídica, al no exigir el cumplimiento de la
norma o más bien se atiende al aspecto moral, ante el cual el jerarca asume
una actitud de perdón.
Unidad del Matrimonio

• a) CLEMENTE ALEJANDRINO (> 216) formula esta clara definición:


"Matrimonio es la primera sociedad por la que, según la ley, se une un
hombre y una mujer para vivir juntos y educar a los hijos".
• El Alejandrino comenta la poligamia permitida en el A. T. : "tomar una
segunda mujer, escribe, no estaba prohibido por la ley". La razón de tal
permisión a los Patriarcas fue "porque era necesario para fomentar la
descendencia y multiplicarse, no por concesión a las pasiones del hombre".
Unidad del Matrimonio

• c) TERTULIANO (155—220) recurre a la pareja de Adán y de Eva para


legitimar el matrimonio monogámico: Dios instituyó el matrimonio para
propagar la especie, pero el hombre "sólo puede tener una mujer", así como
"Adán fue el único marido de Eva y ésta la única mujer de Adán: una mujer,
una costilla" .
Indisolubilidad

• El Pastor de Hermas
• Primera pregunta: "Si uno tiene mujer fiel en el Señor y la sorprende en adulterio,
¿peca el hombre que convive con ella?". Esta es la respuesta: "Mientras lo ignora,
no peca; mas si el hombre sabe el pecado de ella y la mujer no se arrepiente, sino
que persevera en su fornicación, si en este caso convive con ella, se hace reo de su
pecado y participa de la fornicación".
• La segunda pregunta es demandada por la respuesta anterior: "¿Y qué ha de hacer
al marido si ella perdura en su pecado?". Responde: "Repúdiela y viva solo, porque
si después de repudiar a su mujer se casare con otra, también él comete adulterio".
Indisolubilidad

• b) ORIGENES es contundente: cita la palabras de San Pablo (1 Cor 7,10–11) y


concluye:
• "El principio es que una vez que se ha llevado a cabo el vínculo, no puede
romperse. Ciertamente, pueden darse muchos motivos por los que se
rompa el vínculo, por ejemplo, que la mujer sea adúltera... Entonces que se
separen, pero en este caso no se ha roto el vínculo, por lo que no es posible
volverse a casar. Que perseveren así o que vuelvan a juntarse"
Indisolubilidad

• c) TERTULIANO escribe:
• "Veamos qué es motivo ante Dios para saber qué significa adulterio:
Matrimonio es la unión de dos llevada a cabo por Dios para formar una sola
carne y a los dos unidos en un carne los bendijo.
• El adulterio es en realidad lo contrario: es introducir a un tercero en medio
de los dos, de forma que ya no se puede decir esta es carne de mi carne y
huesos de mis huesos... Por lo tanto, quien no repudia el adulterio, adultera
el mismo".
II. INTERPRETACIÓN DE LAS CLÁUSULAS DEL
EVANGELIO DE SAN MATEO. ENSEÑANZA DE LOS
PADRES

• 1. Comprensión de los "incisos"


• Los Padres han entendido que los incisos de Mateo se refieren al caso de
adulterio y han comprendido que en el texto se habla de la posibilidad de
contraer un segundo matrimonio. De aquí la atención que prestan al texto
de las cláusulas de Mt 5,32 y 19,9, que podían suponer una excepción.
Hemos constatado en el Capítulo IV que, así como el denominado “privilegio
paulino”. (1 Cor 7,12—16).
Evangelio de Mateo
• a) JUSTINO (> 163), después de las citas de Mateo, comenta: "Por eso, para nuestro
Maestro, son pecadores los que contraen doble matrimonio conforme a la ley
humana".
• b) ATENÁGORAS (> 177) parece contraponer las leyes divorcistas del Imperio,
frente a la nueva ley del matrimonio único, tal como declara San Mateo: "Cada uno
de nosotros tiene por mujer a la que tomó conforme a las leyes que por nosotros
han sido establecidas".
• c) LACTANCIO (> hac. 320) reprueba a los paganos que, al permitir el divorcio,
facilitan el adulterio, lo cual va contra la naturaleza, puesto que la ley divina "unió a
dos en un solo cuerpo".
• d) CLEMENTE ALEJANDRINO (> 216) escribe: "La Escritura aconseja casarse, pero
prohíbe romper la unión de los esposos”. La firmeza del Alejandrino contra los
encratitas es contundente: les muestra los textos del Señor y de Pablo " y afirma
que las segundas nupcias que siguen a la separación en nada se distinguen del
adulterio".
Evangelio de Mateo

• e) ORÍGENES (> 254), con trasfondo de las cláusulas de Mateo, no muestra duda alguna.
• Recoge las palabras de San Pablo, "no lo ordeno yo, sino el Señor", y escribe: "Esto es lo
principal: el vínculo que se ha unido no debe deshacerse... Si, pues ella se separa, que no se
case o que vuelva con su marido, y asimismo que el marido vuelva con su mujer".
• En otro texto, en comentario explícito a Mateo, Orígenes sentencia con esta claridad: "Al
modo como la esposa, mientras viva su primer marido, es adúltera, aunque aparentemente
esté unida a un hombre, de igual modo no contrae matrimonio el hombre que se une a la
mujer repudiada, pues, según la respuesta del Señor, ese tal comete adulterio".
Evangelio de Mateo

• h) AMBROSIO (> 397), en el mismo contexto, advierte:


• "Dejas a tu mujer y piensas que te es lícito porque la ley humana no lo prohíbe. Pero
lo prohíbe la divina... Oye, pues, la ley divina que dice: "lo que Dios unió no lo
separe el hombre".
• i) CRISÓSTOMO (> 407), en oposición a quienes invocaban las leyes del Imperio,
replica:
• "No me propongas las leyes exteriores que permiten dar el libelo de repudio. Tú no
has de ser juzgado por ellas, sino por la que Dios te dio... lo que Dios unió no lo
separe el hombre".
¿Unanimidad?

• Y J. Pospishil es un canonista de rito oriental que tiene a la vista más los cánones de
la Iglesia de Oriente que los documentos de la Iglesia latina, si bien sus argumentos
fundamentales los deduce de los textos dudosos de algunos Padres de Occidente.
A modo de tesis, Pospishil escribe:
• "La mayoría de los Padres y de los escritores eclesiásticos permiten el matrimonio
de los separados que conviven de modo adúltero en favor de la parte inocente".
• En el caso de que el abandonado sea el marido, éste merece cierta consideración,
lo mismo que la mujer con quien convive de modo adulterino: "Mas el que ha sido
abandonado es digno de excusa (synnostós) y la que habita con él no es
condenada". San Basilio
Respuesta…

• En ningún caso se legitima un nuevo matrimonio y menos aún se afirma que


el esposo abandonado pueda volver a casarse. Simplemente se reconoce un
hecho y se "excusa".
• Tampoco consta que la nueva pareja esté unida por un nuevo vínculo
matrimonial. Más aún, supuesto que estuviesen casados, no se afirma que el
segundo matrimonio sea reconocido por la Iglesia como tal. De hecho,
Basilio a la mujer no la denomina "esposa", sino "la que habita con él".
San Agustín

• Se encuentra en la obra De fide et operibus, un escrito también pastoral, que,


concretamente, tiene a la vista las dificultades que crean los matrimonios de los
separados. Este es el texto:
• "No es fácil deducir de las palabras divinas si a quien le está permitido rechazar a la
esposa adúltera, es o no adúltero si se casa con otra. En mi opinión, éste peca, pero
de forma digna de perdón".
• El contexto puede ayudar a dar alguna luz. San Agustín trata de responder a la
cuestión si cabe recibir al bautismo a una persona que vive en concubinato, San
Agustín parece ceder aquí a una solución benevolente.
Aclaración de las cuestiones

• Las excepciones —si las hay— habrá que explicarlas: en ocasiones se trata
de que los Padres de la Iglesia han ido lentamente descubriendo la
verdadera doctrina.
• No es, pues, legitimo identificar con la doctrina común la enseñanza
particular, ni igualar la autoridad de las figuras más egregias de la patrística,
como son San Basilio y San Agustín, con autores de menor rango, hay que
decir que se trata de casos particulares vistos con tolerancia en orden a
evitar mayores males.
Aclaración de las cuestiones

• No obstante, a partir del siglo IV sobre todo después de San Agustín, la


homogeneidad de la doctrina patrística se universaliza. Desde esa época, la
Iglesia tiene ya conciencia muy explícita de la indisolubilidad del
matrimonio, por lo que los Pastores se muestran más rigurosos en exigir a
los creyentes que sean fieles al compromiso dado. Esta convicción destaca
tanto a nivel de catequesis como de reflexión teológica.
Indisolubilidad del matrimonio en la praxis

• La Iglesia antigua admitió ciertas causas legítimas de separación... Pero en


cualquier caso los Padres demandan la vuelta del adúltero y recomiendan
seriamente a la parte inocente que no puede casarse mientras viva el otro cónyuge,
no sólo por respeto a ley de la indisolubilidad, enseñada en la Sagrada Escritura,
sino también por fidelidad al ideal de la monogamia...
• Frente a los casos particulares… no quiere decir que ellos sacrifiquen los principios
aprobando expresamente los matrimonios en cuestión, sino que buscan el mal
menor y tratan de evitar las situaciones desastrosas que se seguirían
III. LA INDISOLUBILIDAD DEL MATRIMONIO EN
LOS CONCILIOS PARTICULARES Y EN LAS
COLECCIONES CANÓNICAS
• Sacramentalidad del matrimonio:
• En este tema se dividen los autores: algunos descubren la afirmación de la sacramentalidad
en época muy temprana, desde el comienzo de la literatura cristiana". Otros, por el
contrario, apenas si encuentran rastro alguno para explicar la sacramentalidad del
matrimonio en la patrística".
• "¿Cómo describiré la felicidad de ese matrimonio que la Iglesia une, que la entrega
confirma, que la bendición sella, que los ángeles proclaman, y al que Dios Padre tiene por
celebrado?...Porque verdaderamente son dos en una sola carne, y donde hay una sola carne
debe haber un solo espíritu... Al contemplar esos hogares, Cristo se alegra, y les envía su
paz; donde están dos allí está también El, y donde Él está no puede haber nada malo".
Tertuliano
magisterio
• a) Concilio de Elvira (300? 306?)
• El canon 8 contempla el caso de una mujer que, separada de su marido,
intenta juntarse a otro: "Las mujeres que, sin motivo suficiente,
abandonan a sus maridos y se unen a otro hombre, son excluidas de la
comunión de la Iglesia y ni siquiera son admitidas al final de la vida".
• El canon 9 se refiere a la mujer cristiana que se separa del marido adúltero
y se casa con otro: "Una mujer cristiana que abandona a su marido
culpable de adulterio, si intenta casarse con otro, ha de ser impedida. En
el caso de que se case, no ha de ser admitida a la comunión de la Iglesia,
mientras viva aquél a quien abandonó, excepto en caso de grave
enfermedad".
• El canon 10 hace referencia a la mujer que se casa con un hombre del que
sabe que, sin causa grave —o sea, sin que mediase adulterio—, se separó
de su verdadera esposa. Tal mujer no será recibida en la Iglesia al final de
su vida.
b) Concilio de Arlés (314)
• El 1 de agosto del año 314 se celebra este concilio en la Galia. Dos de entre sus
cánones reproducen la condena del adulterio, pero referida al hombre, que
intenta casarse después del adulterio de su esposa.
• El canon 10 (u 11) de este concilio establece lo siguiente respecto al marido
inocente, pero cuya esposa es adúltera: "En relación a aquellos que sorprenden a
su esposa en delito de adulterio —nosotros contemplamos el caso de fieles aún
jóvenes a los que les está prohibido casarse— se ha decidido que, mediante los
consejos posibles, es preciso animarles a que no tomen otra mujer, mientras viva
su esposa, aunque ésta sea adúltera"
• El canon 24, que no aparece en todas las Colecciones, determina que, al que
intente casarse en tales condiciones, se le niegue la comunión eclesial, parece
que incluso a la hora de la muerte: "Se convino en que —en cuanto sea posible—,
no se permita al varón que contraiga matrimonio con otra, viviendo aún la
esposa abandonada. Quien tal hiciere será privado de la comunión católica".
c) Concilio de Ancira (314)

• A los Concilios de Elvira y Arlés, de Occidente, es preciso citar este otro Sínodo celebrado en
Asia Menor por las mismas fechas.
• Pues bien, las segundas nupcias, viviendo uno de los dos cónyuges, están tan proscritas en
el ámbito cristiano que el Concilio de Ancira considera bígamos aun a "aquellos que,
después de haber prometido la virginidad, menospreciaron su profesión, y contrajeron
segundas nupcias".
• En resumen, muy a comienzo del siglo IV, cincuenta años después que Orígenes lamente
que algunos pastores se dejen llevar por la misericordia y autoricen segundas nupcias a
hombres separados de sus legítimas esposas, diversos Sínodos prohiben y castigan con
graves penas al cónyuge que intente contraer un nuevo matrimonio mientras viva la otra
parte, aunque el origen de la separación en ambos casos sea el adulterio de uno de ellos.
d) Concilio XI de Cartago (407)

• "Se determina que, según el Evangelio y la disciplina apostólica, ni el marido abandonado


por la mujer, ni la esposa abandonada por el marido se casen con otro, sino que
permanezcan así o que se reconcilien, y si desprecian esta ley, que se sometan a penitencia.
Para llevarlo a término. se debe pedir que esta decisión la ratifique una ley imperial".
• "A lo largo del siglo XII, la distinción entre nulidad ab initio del matrimonio y la disolución de
un matrimonio válidamente contraído aparece ya con claridad". Es evidente que esta
importante distinción habría evitado no pocas insuficiencias que denotan escritos de
algunos Concilios y Colecciones canónicas. Pero las ideas tienen su tempo y la historia en
ocasiones es lenta en formular los principios que rigen las grandes instituciones de la
humanidad”.

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