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“EL SUFRIMIENTO MENTAL,

EL PODER, LA LEY Y LOS


DERECHOS”

Emiliano Galende – Alfredo Jorge Kraut


LOCO:
 Motivo de desorden social.

 Portador de dominios.

 Otras Percepciones míticas sobre un comportamiento


que no hallaba explicación.

 En el siglo XII, se hallaban algunos establecimientos


que cuidaban a estas persona.
 Pero no había una conciencia medica frente a la
enfermedad mental.
 No había una disciplina que las tratara.
 Y no había un orden jurídico para estos individuos.
 Siglo XVIII nacimiento de la psiquiatría.
 Desde un pensamiento filosófico. Resulta claro que la
locura desde lo político y social constituye un
problema, y requiere una acción correctora.
 Son estas razones las que dan lugar al nacimiento de
la psiquiatría.
 Y es así que ante toda conducta que no se maneje
dentro de los parámetros normales de una sociedad se
requería una acción correctora.
 La figura de autoridad encargada del cuidado del loco,
en primer lugar era el sacerdote, luego el monarca,
para pasar después a la del juez.
 Y en el siglo XVIII la figura de autoridad era el
medico, que a su vez reúne en su persona a las
autoridades antes mencionadas.
 En el siglo XIX junto al encierro se produce el
despojo de todo derecho al loco, como así también
al indigente y al mendigo.
 No solo se los somete a un encierro permanente
sino que también las leyes generales no lo
comprenden en cuanto libertad personal, al
manejo de sus bienes, a recibir y administrar
una herencia, a participar de la elección de sus
gobernantes.
 No será un ciudadano mas sino que se va a
encontrar sometido al poder del director del asilo,
este juzgara su capacidad, su libertad para vivir
en comunidad.
 En los comienzos del siglo XVII, la internación
resulta de una decisión del director (medico) o de
la policía, y el caso del loco suelto, libre, era una
cuestión policial.
 Esta situación se mantiene hasta mas allá del
siglo XX, ya que hay una intervención de la
policía, juez o un medico quienes deciden y
ejercitan la condena del encierro.
 Donde lo que se intenta, con esta acción, es
tranquilizar a toda una sociedad.
FUNDACIÓN DE LA PSIQUIATRÍA
 La historia del manicomio, como un lugar especifico para la
internación y el tratamiento del enfermo mental, no es una
creación originada en la medicina, ni representa un
progreso de la psiquiatría, sino que mas bien fue una
decisión política para mantener el orden de una sociedad.
 Ley Esquirol:
 Esquirol puede ser considerado como el padre de la
psiquiatría y fue quien crea la ley para los enfermos
mentales.
 Esta ley se creo en 1938 y consistió en la creación de asilos
para alienados, ella fija también las condiciones de
internación, (certificado medico de internación) y las
garantías concernientes a la libertad individual, prevé la
situación jurídica de los internados (suspensión de todos
sus derechos), organiza la suspensión de bienes y fija las
reglas concernientes a los gastos de los alienados.
 Esta ley representa un todo homogéneo que se
mantiene en el tiempo.
 Pero sus cualidades no han tenido la flexibilidad
suficiente para adaptarse a la evolución de la
técnica y a la variedad de casos.
 Son estas cuestiones las que se pueden reconocer
en los mismos criterios que rigen las practicas
actuales de muchos hospitales psiquiátricos:
 El enfermo es peligroso para si mismo y para
terceros.
 El enfermo debe ser hospitalizado con o sin su
consentimiento, y producida la internación se le
retira todo tipo de derechos.
 El director del hospital es quien va a decidir las
condiciones de internación ( régimen de visitas,
imposición de tratamientos, medidas de
seguridad).
 Cuando la policía o un juez han decido una
internación, en merito de la seguridad de una
sociedad, el medico no puede negarse.

 Estas características son la base del imaginario


social sobre el loco, la ecuación loco-encierro, que
constituye el centro de el imaginario social, tiene
al poder del psiquiatra.
 De allí el temor de la sociedad, no solo al loco,
sino también al medico y al manicomio.
 Si bien la internación reunía a mendigos y
pobres, marginados de la sociedad, criminales y
locos, en una situación de asistencia y encierro, es
esta la situación que se prolonga en los
manicomios modernos.
 Asistencia al pobre y al incapaz, el argumento
habitual para retener individuos en el hospital,
ya que estos han perdido su capacidad para vivir
en sociedad, sin contacto de sus familias, pobres,
y sin contar con los recursos suficientes para vivir
a fuera de la del hospital.
 En cuanto a las dimensiones epistemológicas, la
psiquiatría hace ingresar al loco al mundo de la
ciencia, al precio de despojarlo de su condición de
sujeto de derecho, y de convertirlo en objeto de
derecho.
 Desde esta incapacidad y la peligrosidad como
elemento propio de la enfermedad, el psiquiatra
puede aplicar como cura los elementos correccionales,
o imponer castigo como modo de corrección a la
conducta del enfermo.
 Esta unión entre medicina y orden jurídico se expresa
en su forma mas variada.
 El loco visto como violento, sin tener en cuenta la
violencia de los tratamientos que recibe.
LOS TRATAMIENTOS CORRECCIONALES Y
LOS CASTIGOS EN LOS MANICOMIOS.

 En siglo XIX los psiquiatras ya habían


consolidado su poder en los asilos.
 Pinel puede situarse como a uno de los que le
importaba mas la autoridad del medico y el
cuidado moral como factores terapéuticos y el
castigo para quienes se resistían o no obedecían
al medico.
 En ese mismo tiempo Kreapelin refiere el uso de
cadenas y grilletes para sujetar a los enfermos.
 No existía una diferencia entre los castigos y las
medidas terapéuticas.
 En 1.890 se crea la camisa de fuerza, que se
utiliza desde esa época hasta nuestros días, para
controlar al enfermo a que no se lastime y/o no
atacara al medico, al personal del establecimiento
o a otros pacientes.
 Otro método utilizado era la correa para locos, un
cinturón de cuero con el que se sujetaban las
manos del enfermo al cuerpo, impidiendo que
sean utilizadas para defenderse o agredir a otros.
 Otro de los tratamiento fue la silla de fuerza, se
trata de una silla abierta en la que se ata al
enfermo, sujetándolo desde el vientre, los brazos
y las piernas inmovilizándolo totalmente.
 También se inventa la cama de fuerza, con un
agujero en el medio para que cayera la materia
fecal y la orina, en la cual se acostaba al enfermo
con el chaleco de fuerza y atado a la cama a
través de correas, allí la inmovilidad del enfermo
era total, y permanecía varios días en esa
situación.
 Ya en esos años, y aun en la actualidad había un
enfermero para cincuenta pacientes.
 Recién a mediados del siglo XIX se comienza a
separar a aquellos enfermos que han
permanecido durante años en el manicomio cuyo
estado ya era crónico, de los que recién
ingresaban.
 Otro de los tratamientos eran los baños
terapéuticos, que consistía en la inmersión
brusca de agua helada, esperando que la
conmoción violenta del cuerpo por el contacto con
la misma provocaría una reacción “ juiciosa y
pacifica”.
 Otro de los tratamientos era la utilización de
electricidad (electroshock), en el siglo XIX.
 Se apelaba a diferentes procedimientos para
“aliviar” la situación del enfermo.
 Muchas de las medidas utilizadas y las características
de los establecimientos en el siglo XIX se siguen
manteniendo hasta la actualidad en algunos
hospitales donde el reglamento sigue siendo el mismo;
la mala conducta del paciente o su desobediencia ya
eran y son motivo suficiente para el castigo
 Frente al escándalo de estas instituciones de encierro,
la capacidad de la psiquiatría para dar respuesta
frente al procedimientos de los tratamientos, y
especialmente frente a la perdida de casi todos los
derechos que sufre el enfermo, surge luego de la
segunda guerra mundial, la denuncia de la institución
psiquiátrica y las propuestas alternativas para
atender de quienes sufren de problemas mentales.
EL PODER PSIQUIÁTRICO Y LAS RAZONES
DE SU CONTROL.
 El enfermo encerrado y controlado en una institución
asilar responde a una lógica de poder, y ese poder es
prioritariamente político.
 Se trata de controlar al loco que crea o puede crear
situaciones disruptivas en la vida de la ciudad.
 Es sobre la base de la decisión política y de este
ejercicio de poder que el medico instala luego su
pretensión de un saber disciplinario sobre la locura.
 La internación psiquiátrica conserva un rasgo
distintivo. Es primero una decisión dentro de una
lógica de poder, el paciente no esta en una relación
simétrica con su medico, ya que debe someterse a su
decisión, esto hace que la decisión tenga sentido de
sentencia.
 El medico fundamenta su diagnostico y su saber
desde un supuesto de objetividad y deja afuera de
su observación lo esencial del drama del loco; su
condición de SUJETO.
 Afirmando el saber hipotético sobre la causa
cerebral del trastorno, el psiquiatra cumple con el
postulado de objetividad, pero no supera con esto
su ignorancia sobre las condiciones subjetiva de
la enfermedad.
 Relación medico – paciente, es un encuentro de
dos voluntades con poder asimétrico, una que
decide e impone su autoridad y otra a que se
somete y resiste a ese saber.
 Los rasgos que caracterizan al enfermo mental no
son el resultado exclusivo del trastorno que
padece, donde estos son un conjunto complejo de
la subjetividad del sujeto, por esta razón van a
diferir según su historia, y a una cultura
determinada.
 El desafío de los hospitales psiquiátrico era y lo
es, el de controlar y internar al enfermo
aislándolo de su vida social.
 Uno de los efectos principales del trastorno
mental es el de dañar en el sujeto su capacidad
de desarrollar vínculos sociales satisfactorio, la
ruptura del lazo social, con el consiguiente
aislamiento físico y simbólico.
Diferencia entre medicina mental y salud mental:
 M.M: se sustenta en la objetividad.

 S.M: propone una mirada desde un enfoque mas


amplio en el cual la subjetividad del individuo, la
sociedad, la cultura, los dispositivo de atención,
forman un texto complejo en el cual deben
interpretarse el proceso salud-enfermedad.
 También la S.M incluye el conocimiento objetivo
de los síntomas.
 La inclusión del sujeto, sus condiciones de
existencia social, su pertenencia a una cultura,
altera el dominio de poder psiquiatra, ya que la
relación con el paciente, deja de ser una relación
de sujeto (psiquiatra) con objeto de conocimiento
(paciente) para ser, desde la salud mental una
relación INTERSUBJETIVA.
PARA UNA ÉTICA EN SALUD MENTAL
 Desde la psiquiatría la intervención con el paciente no
se encuentra ligada desde el dialogo y la palabra.
 Desde la ética de la Salud Mental, no se trata de una
intervención a partir de la objetivación de un otro,
sino que mas bien las practicas son dirigidas hacia
una comprensión, a partir de un encuentro singular
con otro.
 Hay que tener bien en claro que el sujeto enfermo no
es una pieza anatómica, ni una función aislable, no
puede ser observado, descripto de un modo objetivo,
ya que todos sus síntomas hacen a una experiencia
singular en la que están presente todas las
dimensiones histórico sociales de un sujeto.
 Otra de las exigencias éticas, es que aquello que el
terapeuta dice, lo que comunica a sus pacientes, a la
familia, a sus colegas, debe responder a un principio
de verdad, a partir de el reconocimiento del otro como
semejante.
 Frecuentemente el psiquiatra no acepta su
desconocimiento frente al sufrimiento mental, ya que
de esa manera abriría un espacio a la palabra de
paciente.
 Otra de las consideraciones éticas, tiene que ver con
el ACCIONAR SOBRE EL OTRO, donde esto debe
responder a una relación simétrica con el paciente, su
comprensión, su interlocución, y a la comunidad a la
pertenece. Solo esta coherencia puede hacer de su
discurso y de su hacer una palabra plena y verdadera.
 En cuanto a la medicación, esta debe ser
utilizada como ayuda al sufrimiento del paciente
y también para facilitar una mayor profundidad
de la capacidad de reflexión en el individuo
enfermo y en el dialogo de la relación
psicoterapéutica.
 Pero puede servir a la imposición de un poder
para dominar a un sujeto cuyo comportamiento
no se adecua al orden y a la disciplina.
PRINCIPIOS RELATIVOS A LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES DE LOS PACIENTES

 Derecho a la intimidad: Suele ser frecuente que la


intimidad del paciente se encuentre afectada. De allí
es necesario considerar estrictamente los limites de la
reserva.
 Derecho a la confidencialidad: Este derecho alude
tanto al secreto profesional en el tratamiento como a
la reserva de las actuaciones políticas.
 Derecho a la igualdad: Protección para quienes
padecen una discapacidad contra el trato desigual.
 Derecho a la rehabilitación y a la resocialización: Son
los estados los que deben permitir y promover la
reinserción laboral y social de los individuos con
trastornos mentales.
 Derecho a la libertad de religión y conciencia: el
derecho a recibir o rechazar auxilio espiritual o
religioso.
 Derecho a la protección del Estado: El poder
judicial tiene el deber de controlar el efectivo
respeto a todos los derechos que acaban de
enunciarse, en especial el de no ser sometido a
humillaciones, torturas o tratamientos crueles e
innecesarios.
PRINCIPIOS VINCULADOS AL TRATAMIENTO
Y AL DIAGNOSTICO

 Derecho al consentimiento informado: todo


tratamiento debe ser precedido por el consentimiento
informado del paciente. Este derecho implica, para el
paciente, tener la posibilidad de conocer el programa
terapéutico, y prestar luego su consentimiento a las
practicas propuestas.
 Derecho a una historia clínica adecuada y tener
acceso a ese registro: tanto el tratamiento como las
indicaciones relativas a la atención del enfermo, han
de registrarse en el historial clínico del paciente,
donde debe asentarse si el tratamiento es voluntario o
involuntario. En la medida que ese acceso no sea
perjudicial para su tratamiento, el paciente tiene
derecho a conocer su historia clínica con solo pedirlo.
 Derecho a la asistencia en la comunidad: el
paciente, si se lo permite su estado de salud, debe
recibir asistencia en la comunidad donde vive. Si
la terapia se le administra en una institución
psiquiátrica, tiene derecho a ser tratado, siempre
que sea posible, cerca de su hogar o del hogar de
sus familiares, y tendrá derecho a regresar a la
comunidad lo antes posible.
 Derecho a la terapia farmacológica adecuada:
Nunca se suministrará medicación como castigo o
para la conveniencia de terceros, sino para
atender a las necesidades fundamentales del
paciente y solo con fines terapéuticos o
diagnostico.
PRINCIPIOS VINCULADOS CON LAS
RESTRICCIONES A LA LIBERTAD: INTERNACIÓN
PSIQUIÁTRICA
 Derecho a la internación: el paciente tiene derecho a que
su tratamiento se cumpla en una institución, siempre y
cuando sea pertinente para su recuperación. El
internamiento tiene que ser el medio menos restrictivo de
su libertad.
La admisión obligatoria del paciente, se extenderá a un lapso
breve, con propósito de conservación y diagnostico
preliminar.
 Internación involuntaria: los principios de la Salud Mental
permiten una internación involuntaria para prevenir un
deterioro considerable de la persona. Semejante
tratamiento involuntario se justifica únicamente si da
cuenta de un tratamiento adecuando que debe realizarse en
una institución hospitalaria. Si la persona puede recibir el
tratamiento en la comunidad donde vive, no esta
justificada la internación involuntaria.
Solo es legitima una internación obligatoria cuando el
paciente presenta riesgo para si mismo o para terceros.
 Derecho al egreso: tan pronto como hayan cesado
las causas de la internación, el paciente tiene
derecho al egreso, lo que no implica el termino del
tratamiento, que el paciente puede continuar
voluntariamente.
 La preservación de estos derechos tiene que ver con
una responsabilidad del estado, al sostener
instituciones con atención psiquiátrica, pero también
de quienes al indicar estos tratamientos e imponerlos,
son participes de la privación de los derechos
humanos.
 Se trata de una nueva política, donde se incluya
organismos institucionales de salud y de derechos
humanos, incluida las Naciones Unidas, y asumida
por muchos estados.
 Una nueva política pero esta vez NO al servicio del
CONTROL CORRECCIONAL y al CASTIGO DEL
ENFERMO, sino una política DEMOCRATICA, que
establezca definitivamente su DIGNIDAD HUMANA
y su condición de CIUDADANO PLENO.
Ley Nacional de Salud Mental
26.657
Sancionada 25 de noviembre de 2010

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