El principio de razonabilidad establece que las decisiones administrativas deben adaptarse a los límites de la facultad atribuida y mantener proporcionalidad entre los medios empleados y los fines públicos tutelados, usando sólo lo estrictamente necesario. También requiere que haya una relación lógica y proporcional entre el objeto y el fin de las medidas.
El principio de razonabilidad establece que las decisiones administrativas deben adaptarse a los límites de la facultad atribuida y mantener proporcionalidad entre los medios empleados y los fines públicos tutelados, usando sólo lo estrictamente necesario. También requiere que haya una relación lógica y proporcional entre el objeto y el fin de las medidas.
El principio de razonabilidad establece que las decisiones administrativas deben adaptarse a los límites de la facultad atribuida y mantener proporcionalidad entre los medios empleados y los fines públicos tutelados, usando sólo lo estrictamente necesario. También requiere que haya una relación lógica y proporcional entre el objeto y el fin de las medidas.
Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido. Principio de razonabilidad
Ello alude a que las decisiones, cuando creen
obligaciones califiquen infracciones, impongan sanciones o establezcan restricciones a los administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida. Manteniendo la debida proporción entre medios a emplear y fines públicos a tutelar.
Para que un acto sea razonable, debe existir una relación
lógica y proporcionada entre el consecuente y los antecedentes, entre el objeto y el fin, debiendo los agentes públicos a valorar razonablemente las circunstancias de hecho y el derecho aplicable; así como disponer medidas proporcionalmente adecuadas al fin perseguido por el orden jurídico. Principio de imparcialidad
Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general. Principio de imparcialidad
Este principio comprende:
a) Igual trato y tutela a todos los administrados en el procedimiento. b) Resolución de los casos de acuerdo al ordenamiento jurídico vigente. c) Atención el interés general, refiriéndose a la finalidad del Acto
Los administrados deber ser tratados y tutelados por igual,
no se puede hacer distinciones por razones de sexo, condición económicas y otras, no hacerlo implicaría ir en contra de lo señalado en la Constitución, siendo pasible el funcionario público de las responsabilidades civiles, administrativas y penales. Principio de informalismo
Las normas de procedimientos deben ser interpretadas en
forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de terceros o el interés público. Principio de informalismo
su aplicación impide que el particular pierda un derecho por incumplimiento de un
deber formal, con lo que obliga a la administración a optar por la solución mas favorable para aquel. En definitiva se propugna un equilibrio entre la acción administrativa que no puede ser entorpecida y el derecho de los administrados a no encontrarse sometidos a rigorismos que lo perjudiquen, porque seria inconstitucional negar una solución al particular por causas meramente formales. Principio de presunción de veracidad
En la tramitación del procedimiento administrativo, se
presume que los documentos y declaraciones formulados por los administrados en la forma descrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción admite prueba en contrario. Principio de presunción de veracidad Este principio es una garantía a favor del administrado de modo tal que sus intereses no se verán afectados por exigencias formales, sin embargo la norma prevé que en cualquier caso estas exigencias, pueden ser subsanadas dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de terceros o el interés público Una de las facultades de la administración es poder fiscalizar posteriormente la documentación presentada por el administrado, en el caso de que sea falso puede la administración denunciarlo en la vía penal, independientemente de las sanciones administrativas y civiles.
Reflexiones en torno a la potestad administrativa sancionadora: aplicación en el sector energético, ambiental, de telecomunicaciones y en otros sectores