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El puente de Akashi iba a ser casi medio kilómetro más largo que cualquier
puente en suspensión que se había construido hasta entonces. En teoría el
diseño de puentes en suspensiones es muy sencillo, sobre el agua se
extienden dos cables principales sujetados por dos torres, la carretera
cuelga de esos cables que están anclados a ambos lados de la misma, es
una fórmula probada hasta la saciedad y funciona de forma excelente. Pero
la longitud de los puentes en suspensión tiene un límite, para impedir que se
desplomen los cables y la carretera, tienen que ser mucho más fuertes y tan
ligeros como sea posible. Cuanto más largo sea un puente más pesa; un
puente en suspensión está diseñado en primer lugar para sostener su
propio peso y la fortaleza de sobra será utilizada para soportar la carga del
tráfico. El puente de Akashi soporta el 91% de su propio peso y sólo el 9%
de su carga corresponde al tráfico de vehículos.
CIMENTACIÓN
Normalmente los cimientos de los puentes se colocan en medio del
agua, se rellena de hormigón secciones cilíndricas y se hunden por
su propio peso, se repite el proceso y se levantan los cimientos
desde las orillas en distintas fases, pero los estrechos de Akashi
tienen 110 metros de profundidad y son muchos más hondos que la
mayoría de los cimientos donde se construyen puentes, es más, las
rápidas corrientes impiden que se empleen las técnicas normales
de construcción porque el agua lo arrastra todo, así que a los
diseñadores del puente se les ocurrió una solución novedosa,
arriesgada y no comprobada a esa escala. Propusieron fabricar dos
enormes moldes de acero en diques secos, uno para cada una de
las cimentaciones del puente, una vez fabricadas se remolcaron
hacia el mar y se hundieron con precisión en el punto exacto. Hasta
entonces, nadie había intentado hacer nada igual a una escala
similar.
TORRES
Cada torre del puente de 283 metros estaba
formada por cinco secciones de 170 toneladas
encajadas cada una encima de la otra, por más de
700 mil tornillos. Cada sección tenía que ser
perfectamente llana, cualquier irregularidad se iría
magnificando a medida que la torre ganase altura,
si las torres se desviaban nada más un par de
centímetros al llegar a su máxima altura, el puente
podría derrumbarse. Por todo ello su construcción y
ensamblaje requirió de una precisión absoluta y
detallada, tardando 18 meses en completar todo el
proceso de construcción de las torres.
CABLE DE SOPORTE
En noviembre de 1993, los ingenieros iniciaron la fase
más crítica del proyecto, la construcción del gigantesco
cable principal de más de un metro de ancho del que
suspendería casi todo el peso del puente, un total de
160 mil toneladas, tres veces el peso del Titanic.
Fueron necesarios 300 mil kilómetros de cables,
suficientes para rodear la tierra siete veces, además
cada uno de los dos cables principales estaba
fabricado con 37 mil hebras de alambre. El peso de
unos cables tan grandes es uno de los elementos que
limitan la longitud de los puentes en suspensión,
cuantos más largos son más pesan y al final el puente
se hunde por su propio peso.