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INCAUTACIÓN Y

EMBARGO
DRA. LIZET KATHERINE LOZANO VILELA.
MEDIDAS CAUTELARES EN GENERAL
De manera inicial debemos señalar que, para el desarrollo e
implementación cada una de las medidas limitativas de derecho de
naturaleza real objeto de análisis, deben cumplirse dos criterios
fundamentales:

El fumus boni iuris, el cual es entendido como la apariencia de buen derecho, el


cual implica la existencia de indicios de verosimilitud de las pretensiones de la
parte que la solicita.

Y, periculum in mora, el cual es entendido como el peligro en la demora,


entendiéndose como la existencia de un riesgo que afecte la efectividad del
proceso, como lo seria en un caso penal su desaparición o destrucción.
LA INCAUTACIÓN
Conforme a lo advertido en el Art. 316° del C.P.P., la incautación
solo afecta a los bienes que fueron empleados en la infracción
penal o los instrumentos que se hubiesen empleado en su
ejecución.

Ejemplo:

- Arma homicida.
- Ketes de droga.
- Bienes Inmuebles.
- Etc.
No obstante, al ser una medida cautelar, esta sometida al principio
rebus sic stantibus, es decir, que pueden ser reexaminada en razón a la
naturaleza de la propiedad del bien o su desvinculación de los
propietarios del hecho delictivo, como bien puede ser advertido en el
Art. 319° del C.P.P.

EJEMPLO:

El propietario de un vehículo sujeto a la modalidad de alquiler para taxi, puede


pedir la devolución de su bien siempre que no se encuentre vinculado al hecho
delictivo, como seria el caso de un accidente de transito o conducción en estado
de ebriedad.
EMBARGO
Como bien se advierte del Art. 303° del C.P.P., el embargo es una
medida cautelar de naturaleza real, que recae exclusivamente
sobre bienes del investigado con la finalidad de garantizar el
pago de la pretensión resarcitoria por el daño causado.

Es decir, busca asegurar el pago de las responsabilidades


pecuniarias ante una posible sentencia condenatoria.
EJECUCIÓN E IMPUGNACIÓN DEL
EMBARGO
Una vez ejecutada la medida es notificada a las partes con el
mandato de embargo, pudiendo este ser apelado dentro del
tercer día de notificado el recurso.

Siendo un punto relevante a observar en el presente caso el


desarrollo de la naturaleza del bien embargado, la propiedad
sobre tercero de buena fe.
JURISPRUDENCIA RELEVANTE
PRIMERA SALA PENAL DE APELACIONES NACIONAL
EXP. N° 249-2015-40
CASO: NADINE HEREDIA
INCIDENTE: INCAUTACIÓN

Sumilla: La naturaleza real del embargo es incompatible con los fines de la


incautación.

3.1.1. Sobre el particular, es de anotar que tanto el embargo como la inhibición


resultan, ciertamente, incompatibles con una medida de incautación ya que
recaen sobre elementos patrimoniales con caracteres distintos. En efecto,
mientras la incautación se refiere a los bienes constituidos en una relación
causal con el hecho punible [instrumentos, objetos y efectos del delito], los
cuales serán ulteriormente decomisados; el embargo y la inhibición afectan los
bienes que, sin ser delictivos ni estar vinculados al hecho punible, resultan
aptos para asegurar las responsabilidades pecuniarias derivadas del ilícito
incriminado, sea bien como consecuencia de la responsabilidad penal [pena de
multa], civil [resarcimiento del daño causado] o propiamente procesal [condena
en costas procesales] de los sujetos comprendidos en la causa.
3.1.2. Por lo demás, cabe señalar que la relación entres estas tres medidas
cautelares ha sido analizada en la Casación Penal N° 864- 2017/Nacional,
del 21 de mayo de 2018, en cuyos fundamentos Décimo-Tercero y
Décimo Cuarto, la Corte Suprema establece que:

[…] La inhibición, a diferencia del embargo, no solo impide la venta o gravámenes


de bienes inmuebles y muebles de carácter registrable –bloquea el patrimonio
desde fuera–, sino que se impone cuando procediendo el embargo éste no tiene
efectividad por no conocerse bienes concretos del obligado o porque los bienes
conocidos no cubren el importe total del daño causado y reclamado –recae en
bienes libres, no delictivos–. […] Mientras que, la incautación y su respectiva
inscripción registral impide, por su propia naturaleza, el gravamen y la
transferencia del bien en cuestión. Por lo que no es de recibo una inhibición
acumulativa, por ser una medida cautelar configurada para otro tipo de situaciones
jurídicas.
3.1.3. En el caso de autos, se tiene que el Ministerio Público, sin alterar la situación del
embargo e inhibición ya definidos a nivel cautelar, propone que los bienes inmuebles de
Santiago de Surco ubicado en la Calle Castrat N° 177-183, urbanización Chama y el de
Lurín, lote 3 de la Parcela C.26 del Predio Salinas estarían vinculados al hecho punible
materia de investigación, por lo que la incautación requerida aseguraría el eventual
decomiso del que serían pasibles. Para esta Sala Superior, no es aceptable esta proposición,
pues la medida coercitiva real de incautación, vista desde un ángulo estrictamente jurídico,
no podría ejecutarse simultáneamente con el embargo e inhibición antes detallados.

En primer lugar, porque su fin cautelar es distinto –la incautación es instrumento de la


sanción de decomiso, mientras el embargo e inhibición, como ya se anotó, versa sobre la
pena de multa, la reparación civil y las costas del proceso-; y, en segundo lugar, porque el
efecto asegurativo finalmente perseguido–evitar que la libre disponibilidad de los bienes
pueda prolongar o extender el ámbito delictivo- se cumple, especialmente, con la medida de
inhibición dispuesta, la cual importa la imposibilidad de que se dispongan o graven los
bienes en cuestión.

En este contexto, la ocupación y desposesión de los inmuebles-efectos propios de la


incautación- resulta manifiestamente excesiva si se tiene en consideración que, aun siendo
ocupados por sus titulares o terceras personas, los bienes no podrían ser enajenados,
transferidos o traslados en su titularidad fuera de la custodia jurisdiccional –su bloqueo
provisional así lo ha dispuesto el juez con la inhibición[81]-.En conclusión: la medida de
incautación peticionada por el Fiscal, en lo relativo a los bienes inmuebles citados, debe
ser revocada en este extremo y reformándola se declare improcedente.
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
SALA PENAL PERMANENTE
CASACIÓN N° 382-2013-PUNO

Décimo Octavo: Por lo señalado precedentemente, se puede afirmar que el derecho a la propiedad solo puede limitarse bajo
supuestos legalmente establecidos, como en efecto lo es la incautación, y posteriormente de ser necesario el decomiso; sin
embargo al tratarse de la limitación –permanente, o temporal en el mejor de los casos– de un derecho constitucional, debe
proceder a verificar ciertos supuestos –¿quién es el propietario del bien?, ¿el propietario del bien, intervino en el ilícito?–, y
realizar un análisis para dictar una decisión acorde a ley y proporcional.

Es así que prima facie, tal como lo establece el Tribunal Constitucional, solo resulta legítimo una limitación al derecho de
propiedad mediante la incautación, si el bien pertenece a uno de los procesados por el delito materia de investigación. Con
mayor razón, el decomiso al ser una consecuencia accesoria del delito solo corresponderá aplicarse si el bien –sujeto a posible
comiso– es de propiedad de uno de los responsables penales del ilícito investigado.

Por lo tanto, si el propietario de un bien incautado, demuestra fehacientemente que no tiene una vinculación objetiva con el
delito investigado, pues se trata de un tercero ajeno al ilícito, podrá solicitar la devolución del bien y deberá concedérsele
inmediatamente, o de necesitarse para la investigación del ilícito podrá postergarse su entrega hasta el fin del proceso –
motivando la necesidad de su cautela–. En todo caso, la limitación al derecho de propiedad del tercero ajeno al delito, nunca
será de manera permanente, eventualmente se dictará temporalmente por razones de investigación del delito, pero siempre
con una debida motivación que demuestre la proporcionalidad de la medida.

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