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CONOCE EL RIESGO

DE EXIGIRLES
DEMASIADO A LOS
NIÑOS
Acelerar los tiempos de aprendizaje no asegura
su futuro y puede entorpecer su desarrollo.
¿Qué pasa cuando se les pide mucho? Exigir
demasiado crea dependencia de los niños
hacia sus padres. Las continuas órdenes para
hacer esto o aquello terminan formando adultos
obedientes pero con poca autonomía.

En otras palabras: hombres y mujeres que


siempre esperan a que alguien más les diga lo
que tienen que hacer. Por eso, no sorprende
que se les dificulte tomar decisiones.
Es cierto que los hijos vienen sin manual y
educarlos es una tarea que requiere mucho
esfuerzo durante varios años. Mantener el
equilibrio entre ser estrictos y flexibles no es
tan fácil. Además, no existe un método
infalible de buena crianza. Sin saberlo
algunos padres pueden estar cargando de
exigencias innecesarias a sus hijos y eso tiene
consecuencias.
De acuerdo con el portal español La
Vanguardia, psicólogos y pedagogos han
encontrados que el exceso de exigencia
está detrás de muchos de los problemas
que llegan a sus consultas. Cuando la
norma se obedece por temor o imposición
no se interiorizan los valores.

Según el psiquiatra argentino Gustavo


Dupuy, existen cinco casos comunes de
sobreexigencia.
LOS MUDOS
Un niño debe empezar a balbucear sus
primeras palabras después del primer año.
Dupuy afirma que hay niños diagnosticados
con autismo cuando en realidad no lo
padecen.

En su afán por ver progresos, los padres


exigentes buscan explicaciones y no esperan
al desarrollo individual y natural de su hijo.
El psiquiatra explica que estos padres
encasillan a sus hijos. Lo modelos
tradicionales de educación no
pueden hacer réplicas exactas de
niños.

El ser humano se desarrolla bajo


diferentes parámetros y en distintos
momentos.
RÁPIDOS Y FURIOSOS
Es frecuente ver niños que viven a millón.
Corren por todos lados sin control. Su
comportamiento es desmedido y no hay
lugar para la reflexión y el silencio.

Esto puede ser un signo de que a las


emociones de estos niños no se les dio
mucha relevancia durante la primera
etapa de crianza. Por eso crecieron
ocultando sus sentimientos.
NIÑOS EJECUTIVOS
La agenda de actividades de los niños es
parecida o igual a los gerentes de las
multinacionales. No se sabe si es por
mantenerlos ocupados o por darles gusto
en todo, pero muchos padres los tienen en
múltiples extracurriculares. Lunes karate,
martes golf, miércoles gimnasia, jueves
música, viernes canto.

¿Dónde quedó el tiempo para divertirse?


¿Cuántas veces a la semana sus padres
juegan en el cuarto con ellos? Las
actividades fuera clase terminan
convirtiéndose en una exigencia más.
SI NO LA GANA,
LA EMPATA
El juego pasó de ser un espacio placentero
a una batalla campal. Los niños tienen en
sus cabezas un espíritu competitivo
transmitido por los padres exigentes. Ya no
disfrutan de actividades naturales para su
edad.

Salen al parque pero que les preocupa


ensuciarse, juegan un partido de futbol
pero que pueden perderlo.
EL TESTAMENTO
Los hijos de padres sobre exigentes no solo
deben alcanzar con las expectativas de sus
progenitores, tíos y abuelos. También deben
cumplir los sueños familiares frustrados.

La cuenta de los bebés recién nacidos está


en rojo desde que llegan al mundo. Ya
tienen tareas y metas por cumplir.
Difícilmente les queda tiempo para pensar
en qué es realmente lo que quieren.

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