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Accidentales
ELEMENTOS ESENCIALES
“Los necesarios y suficientes para la constitución de un cato
jurídico”.
a.- Necesarios: porque la falta de uno de ellos excluye la existencia del
negocio.
b.- Suficientes: porque ellos se bastan para darle esa existencia y, por
consiguiente, su concurrencia constituye el contenido mínimo del acto.
ELEMENTOS DE LA NATURALEZA
Se observa que, no existen elementos de la naturaleza del acto jurídico.
Lo que sí hay son efectos naturales – aquellos que la ley subentiende y
que no requieren de una declaración de voluntad para existir, pero que
las partes, si quieren, pueden eliminar, sin alterar con ello la esencia del
acto jurídico.
Nuestro Código Civil en el art. ,plasma esta situación a propósito de los
contratos.
Ej: art. 1489 CC .- Condición resolutoria tácita.
ELEMENTOS ACCIDENTALES
“Son aquellos que las partes pueden, en virtud de la autonomía privada,
incorporar a éste sin alterar su naturaleza”.
Así las partes, pueden formular una declaración expresa de voluntad por la cual
agregan a un acto jurídico algo que la ley no requiere como esencial para la
existencia del acto y que tampoco se subentiende.
Con todo, será un requisito sine qua non su presencia ya que su omisión impide
que el acto nazca y que produzca efectos.
Por ej: CV de bienes muebles, se perfecciona con el solo consentimiento; en
cambio de la bienes inmueble requiere de escritura pública e inscripciones. Sin
embargo, las partes podrían acordar que la CVBM se realizará de la misma manera
que para los BINM.
Por tanto, son cláusulas que las partes incorporan a un acto jurídico y que dice
relación con la exigibilidad de los derechos que de él emanan, un ejemplo típico lo
constituye la estipulación de un plazo para el cumplimiento de la obligación.
REQUISITOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS
Todo acto jurídico debe contener ciertos elementos esenciales para su
existencia jurídica.
Por consiguiente, el acto que nace a la vida del derecho debe cumplir
con ciertas condiciones para tener una existencia sana y producir sus
efectos en forma estable.
De lo anterior fluye en doctrina una distinción tradicional:
i) Requisitos de la existencia
ii) Requisitos de validez
REQUISITOS DE EXISTENCIA
Son indispensables para que el acto nazca a la vida del derecho (para que
exista como tal y produzca efectos).
¿Qué ocurre si el acto jurídico carece de este requisito?
El acto jurídico es sancionado
¿Cuál es la sanción?
La inexistencia del acto jurídico. Por tanto, no produce efecto alguno.
¿Cuáles son los requisitos de existencia?
1) La voluntad
2) El objeto
3) La causa, y
4) Las solemnidades requeridas para la existencia del acto.
REQUISITOS DE VALIDEZ
Aquellos que son necesarios para que éste tenga una vida sana y produzca sus
efectos en forma estable.
¿Cuál es la sanción al acto jurídico que nace sin ellos?
La omisión de un requisito de validez no impide que el acto nazca; que
produzca sus efectos. Pero nace “enfermo”, con un vicio que lo expone a morir
si es invalidado.
¿Cuáles son los requisitos de validez?
1) La voluntad no viciada
2) El objeto lícito
3) La causa lícita
4) La capacidad
CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS
JURÍDICOS
A) Atendiendo al número de voluntades: Unilaterales y Bilaterales
B) Atendiendo a si el acto es: Entre vivos o Mortis causa
C) Atendiendo a la utilidad o beneficio que reporta: Gratuito, Oneroso y
lucrativo
D) Atendiendo a que pueda o no producir sus efectos: Puros y simples o
Sujetos a modalidades
E) Atendiendo al contenido: Patrimoniales y No patrimoniales
F) Atendiendo a que pueda o no subsistir por sí mismo: Principales y
Accesorios
G) Atendiendo a que la ley pueda o no exigir formalidades: Solemnes y No
solemnes
H) Atendiendo a que pueda o no encontrarse regulado por ley: Nominados e
Innominados
Atendiendo al número de voluntades:
Unilaterales y Bilaterales
A.- Unilaterales: son aquellos actos jurídicos que para nacer a la vida del
derecho requieren solamente la manifestación de voluntad de una parte. Por
ej: el testamento; la oferta; la aceptación; la renuncia de un derecho; la
revocación del poder; la aceptación de la herencia.
B.- Bilaterales: son aquellos que para nacer a la vida del derecho requieren la
manifestación de voluntad de dos partes. Por ej: los contratos (todos los
contratos son actos jurídicos bilaterales porque requieren de ambas
voluntades para surtir efecto – así el comodato – se obliga solo una persona
pero existe desde el comienzo el consenso de ambas voluntades); la
tradición; el matrimonio.
La doctrina designa al acto jurídico bilateral con el nombre de convención.
Atendiendo a si el acto es: Entre vivos o
Mortis causa
A.- Entre vivos: produce sus efectos en vida de las partes o de su autor
y constituye la regla general. Por ej: la compraventa; arrendamiento;
comodato etc…
B.- Mortis causa: Nace en vida de las partes o de su autor, pero sus
efectos patrimoniales se producen a contar de la muerte de ellos. Estos
actos tienen una particularidad, que consisten en que, como sus efectos
se producen a la muerte de su autor, se pueden revocar cuantas veces se
deseen. Por ej: el testamento, este se hace en vida del testador y
mientras viva puede revocarlo o modificarlo.
Atendiendo a la utilidad o beneficio que reporta el
acto jurídico: Gratuitos, Onerosos y Lucrativos.
A.- Gratuito: son aquellos que se celebran en beneficio exclusivo de
una persona o de una parte, pero que no producen empobrecimiento en
la otra por ej: el comodato (préstamo de uso)
B.- Oneroso: son aquellos que se celebran teniendo en consideración la
utilidad o beneficio de ambas partes, por ej: el contrato de compraventa.
C.- Lucrativo: son aquellos que producen enriquecimiento a una de las
partes y empobrecimiento a la otra. por ej: la donación, el donante lejos
de obtener utilidad alguna se va a empobrecer pues disminuye su
patrimonio.
Atendiendo a que pueda o no producir sus efectos
de inmediato y sin limitaciones:
Puros y Simples o Sujetos a Modalidades
A.- Puros y Simples: son aquellos que producen sus efectos de
inmediato y sin limitaciones, constituyendo la regla general.
B.- Sujetos a Modalidades: son aquellos cuyos efectos están
subordinados a una modalidad (condición, plazo, modo).
La modalidad es una cláusula que se incorpora a un acto jurídico con el
fin de alterar sus efectos normales, por ej: las partes estipulan una
condición de que dependa el nacimiento de un derecho o un plazo para
el ejercicio del mismo.
La doctrina agrega la representación y la solidaridad, pues alteran los
efectos normales del acto jurídico en que inciden.
Atendiendo al contenido de los actos
jurídicos: Extrapatrimoniales y Patrimoniales
A.- Extrapatrimoniales:
B.- Patrimoniales: son aquellos que tienen por finalidad la adquisición,
modificación o extinción de un derecho pecuniario (un derecho
apreciable o evaluable en dinero), por ej: el contrato de mutuo, el pago
de una deuda.
Atendiendo a que el acto pueda o no subsistir
por sí mismos: Principales y Accesorios.
A.- Principales: son aquellos que subsisten por sí mismos, sin
necesidad de otro acto que les sirva de sustento o de apoyo, por
ejemplo: la compraventa.
B.- Accesorios: son aquellos que para poder subsistir necesitan de un
acto principal que les sirva de sustento o de apoyo.
Los actos accesorios i.- Actos jurídicos de garantía “cauciones”
ii.- Actos jurídicos dependientes
i.- Accesorios o cauciones: las cauciones se constituyen para asegurar
el cumplimiento de una obligación principal, de tal manera que no
pueden subsistir sin ella (art.46 CC) por ej: la prenda, la hipoteca, la
fianza.
ii.- Dependientes: son aquellos que si bien no pueden subsistir sin un
acto principal, no persiguen asegurar el cumplimiento de obligación
alguna. Por ej: las capitulaciones matrimoniales : estas se celebran antes
del matrimonio y en virtud de esta los esposos pactan el régimen
patrimonial. Dicha capitulación no puede subsistir sin el acto principal
“el matrimonio”.
Atendiendo a que la ley puede o no exigir
formalidades para su celebración: Solemnes y No
Solemnes.
A.- Solemnes: aquellos que están sujetos a la observancia de ciertas
formalidades especiales requeridas, sea para la existencia misma del
acto, sea para su validez, de tal modo que su omisión trae como
consecuencia la inexistencia del acto o su nulidad. Por ej: art. 1801 CC
Por insolvencia
“ACEPTA”
“AL CONOCER
“CONCIENTO ERRADAMENTE”
VICIADAMENTE”.
CLASIFICACIÓN DEL ERROR
En nuestro ordenamiento jurídico la dicotomía respecto a esta materia es:
A) Error de Derecho
B) Error de Hecho
Analicemos el primero de ellos: el error de derecho es la falsa o inexacta
representación de la realidad jurídica por la ignorancia de una norma o bien por la
equivocada interpretación o inexacta aplicación de la misma a un caso concreto.
De esta manera, el art. 1452 del Código de Bello, establece: “El error sobre un
punto de derecho no vicia el consentimiento”.
En efecto, si se aceptara que fuera vicio del consentimiento atentaría contra el
principio de conocimiento de la ley, a que se refiere el art. 8 del CC : “Nadie
podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado en vigencia”.
CLASIFICACIÓN DEL ERROR
Que el error de derecho no vicie la voluntad significa que el que ha
contratado teniendo un concepto equivocado de la ley o ignorándola del
todo, no puede con posterioridad argumentar este error para excusarse
del cumplimiento de sus obligaciones, o para pedir la nulidad del
contrato en su caso.
Concluyendo: Por regla general y en materia civil, el error de
derecho no vicia el consentimiento.
ERROR DE HECHO
Es la falsa representación que se tiene de:
i.- Una persona
ii.- Una cosa Este error por regla general,
iii.- Un hecho o circunstancia vicia la voluntad, como consecuencia
de ignorancia o de equivocación
EL ERROR DE HECHO SE CLASIFICA EN
SEIS CATEGORÍAS:
1.- Error Esencial
2.- Error Sustancial
3.- Error Accidental
4.- Error en la Persona
5.- Error en los Motivos
6.- Error Común
EL ERROR ESENCIAL
Llamado también “obstáculo u obstativo”, es aquel que consagra el art. 1453
del CC. Este error puede revertir dos formas diferentes:
A.- Error in negotio
B.- Error in corpore
El primero de ellos es aquél que recae en la especie del acto o contrato que se
ejecuta o celebra, por ej: una parte entendió donación y la otra préstamo.
En este caso no existe consentimiento porque las voluntades de las partes
nunca se van a encontrar y ambas voluntades se encuentran viciadas.
Sin embargo, la mayoría de los autores considera que en este caso no existe
voluntad, porque ambas partes se encuentran en error; existe ausencia de
intencionalidad y las voluntades de las partes no serán jurídicas, porque esas
voluntades no permitirán formar el consentimiento, y por lo tanto, no
producirán efectos jurídicos
EL ERROR ESENCIAL
Por su parte el error in corpore es aquel que recae en la identidad de la
cosa específica de que se trata, por ej: una parte cree comprar una cosa y
la otra parte vender otra cosa distinta.
En esta forma de error, las partes coinciden en el contrato o acto que se
celebra, pero el error recae en el objeto del contrato, por ej: en un
remate una persona subastó una gran cantidad de tarros de conserva
creyendo que eran de marisco y en realidad eran de legumbres.
En esta especie tampoco existe voluntad jurídica, porque la voluntad
que emana de las partes no podrá producir efectos jurídicos, y por lo
tanto, no se podrá formar el consentimiento ya que no se produce el
acuerdo en la prestación debida.
SANCIÓN AL ERROR ESENCIAL
La doctrina se encuentra dividida y por tanto, se distinguen tres posiciones:
1.- Inexistencia jurídica: porque hay tal divergencia entre las voluntades de las partes, que jamás podría formarse
el consentimiento, y así la voluntad de ellas no será una voluntad jurídica, y como la voluntad es un requisito de
existencia del acto jurídico, su ausencia debe producir la inexistencia.
2.- Nulidad Absoluta: porque es la máxima sanción que establece nuestro Código Civil y por consiguiente
afirman que la voluntad exenta de vicios es un requerimiento de validez exigido en atención a la naturaleza del
acto o contrato y en estos casos la sanción es la NA.
3.- Nulidad Relativa: se establecen tres razones para indicar que esta es la sanción:
i.- El art. 1682 del CC, establece taxativamente las causales de NA, y en ellas no se consagra el error esencial.
ii.- El mismo art. 1682 consagra la regla general en materia de nulidad señalando que es la NR.
iii.- El art. 1454 consagra el error sustancial que tiene como sanción la NR. El artículo in comento indica que este
error “vicia asimismo el consentimiento”, con la expresión, “asimismo” los autores coligen que se esta refiriendo
al artículo anterior que consagra el error esencial y por lo tanto, si vicia de la misma manera la voluntad para
ambas formas de error debería ser la NR
Las opiniones más aceptadas son las dos primeras porque en el error esencial no hay voluntad jurídica.
EL ERROR SUSTANCIAL
Consagrado en el art. 1454 inc. 1 del CC: “El error de hecho vicia asimismo el consentimiento
cuando la sustancia o calidad esencial del objeto sobre que versa el acto o contrato, es diversa de lo
que se cree; como si por alguna de las partes se supone que el objeto es una barra de plata, y
realmente es una masa de algún otro metal semejante”.
Por consiguiente, recae en la sustancia o calidad esencial del objeto sobre que versa el acto o
contrato.
En la época en que se dictó el Código, se discutía si procedía distinguir entre la sustancia de una cosa
y su calidad o cualidad esencial, y existían dos criterios al respecto:
1.- Criterio objetivo: señala que en el error sustancial lo que importaba era la sustancia de la cosa,
su composición química, su estructura.
2.- Criterio subjetivo: consideraba que el error sustancial también podría recaer en la calidad o
cualidad de la cosa.
El Código Civil Francés siguió el criterio objetivo, sin embargo Bello se inclinó por el segundo
debido a la influencia de Pothier que era partidario del criterio subjetivo, estableciéndolo claramente
el art. 1454 que establece que el error puede recaer o en la sustancia o en la calidad esencial del
objeto.
EL ERROR SUSTANCIAL
En el error sustancial a diferencia del esencial no se requiere
bilateralidad en el error, es decir, es posible que sólo una parte este en
error y no las dos, por lo tanto, el error sustancial, puede recaer primero
en la sustancia de la cosa, que es la materia de que se compone el
objeto; y en segundo lugar, puede recaer en la calidad esencial del
objeto, que son las cualidades de la cosa que la hacen diferente a las
demás.
SANCIÓN: Nulidad Relativa (existen acuerdo doctrinal a razón de
texto).
EL ERROR ACCIDENTAL
El art. 1454 inc. 2 indica: “El error acerca de otra cualquiera calidad de la cosa no vicia el
consentimiento de los que contratan , sino cuando esa calidad es el principal motivo de una de
ellas para contratar, y este motivo ha sido conocido de la otra parte”.
De esta manera, es aquel que recae sobre una calidad “subalterna” de la cosa y la regla general
es que no vicia el consentimiento.
Excepcionalmente este error sí puede viciar la voluntad, y esto se produce cuando la calidad
accidental es el principal motivo que induce a una de las partes a contratar, y además, esta
circunstancia es conocida por la otra parte.
Así las cosas, para que el error accidental vicie la voluntad deben darse dos requisitos:
1.- Una de las partes debe elevar un elemento accidental a la categoría de esencial, y
2.- Esa circunstancia debe ser conocida de la otra parte.
Las calidades accidentales de la cosa son aquellas que ordinariamente son indiferentes para
determinar la voluntad de las personas, son calidades secundarias.
SANCIÓN: regla general Nulidad Relativa en aquellos casos en que vicia la voluntad.
EL ERROR EN LA PERSONA
Consagrado en el art. 1455 del CC: “El error acerca de la persona con
quien se tiene intención de contratar no vicia el consentimiento salvo
que la consideración de esta persona sea la causa principal del
contrato”.
La regla general es que las personas contraten para satisfacer
necesidades, y por este motivo no tiene importancia la persona con
quien se contrata, sólo excepcionalmente cuando el acto o contrato se ha
celebrado en consideración a una persona determinada – actos intuitu
personae – “hasta el punto que la misma ha sido la razón principal o
exclusiva de la declaración de voluntad, el error in personam es
relevante, reviste carácter esencial, anulando el negocio celebrado,
como por ej: en el mandato, el comodato y el matrimonio.
EL ERROR EN LA PERSONA
¿Cuándo el error en la persona vicia la voluntad?
Hay que distinguir el tipo de acto de que se trate:
1° Los actos jurídicos onerosos: en ellos la regla general es que el error en la persona no vicia la
voluntad. Con todo, son muy pocos los actos de esta naturaleza “intuito personae”.
2° Los actos jurídicos gratuitos: la regla general en estos actos es que sí vicia la voluntad este
tipo de error – y esto – porque las “liberalidades o gratuidades” no se hacen a cualquier
individuo (no le dono a cualquiera un bien de mi patrimonio).
3° Los actos de familia: también la regla general es que vician el consentimiento, por ej: el
testamento, reconocimiento de un hijo. Así la ley de matrimonio civil N°19.947 art. 8 señala:
“Falta el consentimiento libre y espontáneo en los siguientes casos:
1) Si ha habido error acerca de la identidad de la persona del otro contrayente;
2) Si ha habido error acerca de alguna de sus cualidades personales que, atendida la naturaleza
o los fines del matrimonio, ha de ser estimada como determinante para otorgar el
consentimiento, y
3) Si ha habido fuerza, en los términos de los arts. 1456 y 1457 del CC, ocasionada por una
persona o por una circunstancia externa, que hubiere sido determinante para contraer el
vínculo.
EL ERROR EN LA PERSONA
La ley señala que en aquellos casos en que el error en la persona vicia la
voluntad se debe indemnizar de perjuicios a la persona con la que
erróneamente se contrato siempre que ésta haya concurrido de buena fe.
SANCIÓN: Si la persona es la causa principal del contrato “Nulidad
Relativa”.
Si la persona con la que erróneamente se contrató está de buena fe
tendrá derecho a ser indemnizada.
EL ERROR EN LOS MOTIVOS
Este recae en las “razones” que se tienen para contratar.
La doctrina ha discutido si este error vicia o no la voluntad – por regla general
– no la vicia, a menos que el error recaiga en la “causa” principal que induce
al contrato.
Algunos autores indican que este sería una especie de error esencial, porque
excluye la voluntad y por lo tanto la sanción debería ser la nulidad absoluta.
Sin embargo, otros autores señalan que este error implica la ausencia de causa
y como la causa es un requisito de existencia del acto, la sanción debería ser
la inexistencia.
En materia sucesoria se reconoce este tipo de vicio, así se establece en el art.
1058 CC: “La asignación que pareciere motivada por un error de hecho, de
manera que sea claro que sin este error no hubiera tenido lugar, se tendrá
por no escrita”.
EL ERROR COMÚN
Es aquel compartido por una gran cantidad de personas en una determinada localidad.
Este error en vez de viciar el acto, por un acto del legislador, se entiende válido.
Con posterioridad dio origen a la “teoría de la apariencia”, que consiste en darle valor a las
actuaciones, que si bien son nulas tienen la apariencia de validez.
Requisitos para que proceda:
1° El error debe ser común: el falso concepto de la realidad debe ser compartido por una
gran cantidad de personas.
2° Debe haber una justa causa de error: un motivo plausible, el error debe ser verosímil,
lógico de creer.
3° Las personas que están en error común, deben encontrarse de buena fe.
La Corte Suprema ha señalado que el error común no representa una norma jurídica, solo
permite convalidar el acto por la apariencia de normalidad que presenta una situación o
realidad jurídica, que en el fondo es irregular, por ej: los juicios de paternidad y la “posesión
notoria” (el interés superior del niño es proyectar cuál va a ser su bienestar).
PRUEBA DEL ERROR
Debe probarlo quien lo alega, y así el juez determinará si el error tiene la
trascendencia como para declarar la nulidad.
La regla general es que el error no da derecho a la indemnización de
perjuicios – con excepción – del error en la persona, cuando si la persona que
erróneamente se contrató esta de buena fe, tendrá derecho a ser indemnizada.
Si el acto jurídico es bilateral, no es necesario que ambas partes estén en
error, esto lo ha dicho la jurisprudencia basándose en el art.1454 “alguna de
las partes”, de ser así, si ambas están en error, estaríamos en presencia de un
error esencial.
El error para que vicie la voluntad debe ser justificable, creíble, porque si es
inexcusable o se debe a la propia negligencia del que lo sufre, no va a viciar
la voluntad.
LA FUERZA
Consiste en apremios físicos o morales que se ejercen sobre una persona
destinados a que preste su consentimiento para la celebración de un acto
jurídico.
La fuerza se encuentra regulada en los arts. 1454 y 1455 del CC:
“La fuerza no vicia el consentimiento, sino cuando es capaz de producir
una impresión fuerte en una persona de sano juicio, tomando en cuenta
su edad, sexo y condición…”
CLASIFICACIÓN DE LA FUERZA
Puede ser:,
A.- Física
B.- Moral o sicológica
La primera de ellas consiste en el empleo de procedimientos materiales de
violencia, reduce a la víctima a un estado puramente pasivo y no vicia la
voluntad, porque la excluye en forma absoluta.
El jurista francés Planiol señala que: “Cuando hay fuerza física es imposible
que el acto produzca efectos jurídicos y su sanción es la inexistencia o
nulidad absoluta”.
La voluntad es un requisito de existencia del acto jurídico y su ausencia
produce la inexistencia o nulidad absoluta, por lo tanto a la fuerza física se le
aplica esta sanción.
CLASIFICACIÓN DE LA FUERZA
La fuerza moral o sicológica consiste en el empleo de amenazas – en
esta – se le hace saber a la víctima que si no consiente sufrirá un mal
mayor. Esta fuerza es la que vicia la voluntad porque la persona que es
la víctima de la fuerza moral no tiene la posibilidad de optar o
enfrentarla, rindiéndose a ella y en consecuencia, expresará una
voluntad distorsionada pero que existe.
Así las cosas, la fuerza puede estar presente en los actos jurídicos:
Unilaterales, bilaterales, patrimoniales y extrapatrimoniales.
REQUISITOS DE LA FUERZA
1.- Que sea grave
2.- Que sea actual
3.- Que sea determinante
4.- Que sea ilegítima o injusta
5.- Que sea obra del hombre
QUE SEA GRAVE
Debe presentar cierta intensidad y verosimilitud.
El art. 1456 CC. “… cuando es capaz de una impresión fuerte en una persona de sano juicio,
tomando en cuenta su edad, sexo y condición”.
De esta manera, nuestro Código siguió un criterio subjetivo para determinar la gravedad de la
fuerza, al igual que el Código Francés, de tal forma que el juez para determinar si la fuerza es
grave o no, necesariamente debe considerar las circunstancias particulares de cada caso.
El legislador en el mismo art. 1456 inc. 1° consagra un caso que para la mayoría de la doctrina
es una “presunción de derecho” – así las cosas – cuando se da la situación plasmada en esta
norma, no es necesario probar la gravedad de la fuerza, porque se “presume de derecho que la
fuerza es grave”.
Este caso se presenta cuando una persona sufre un justo temor de verse expuesta ella, o su
consorte o alguno de sus ascendientes o descendientes a un mal irreparable y grave.
Para que la fuerza sea grave es necesario que sea verosímil, es decir, que sea posible su
realización.
DEBE SER ACTUAL
Debe estar presente en el momento en que se expresa la voluntad,
aunque el mal haya de realizarse en el futuro, por ej: una amenaza.
QUE SEA DETERMINANTE
Debe ser trascendente, es indispensable que exista una relación de
causalidad entre amenaza o presión y la conducta que observa el sujeto.
Asimismo, para que la fuerza vicie la voluntad, es necesaria que sea de
tal magnitud que sin ella la persona o no habría contratado en términos
muy diferentes.
QUE SEA ILEGÍTIMA, INJUSTA O
CONTRARIA A DERECHO
La fuerza es injusta, cuando el procedimiento empleado no está
autorizado por el ordenamiento jurídico.
Hay fuerzas que son legítimas, y por tanto, no vician la voluntad, por ej:
si yo presto dinero y no me lo devuelven, amenazó con demandar al
deudor; también cuando el receptor judicial ingresa a la fuerza para la
traba y posterior embargo.
QUE SEA OBRA DEL HOMBRE
En el caso de la fuerza – esta amenaza – puede provenir de cualquier
persona, es decir, si el acto jurídico es bilateral, para que se entienda
viciada la voluntad no es necesario que la fuerza provenga de la
contraparte, puede venir de cualquier persona – así lo confirma – el art.
1457 CC.
EL TEMOR REVERENCIAL
El inciso segundo del art. 1456 del CC define el temor reverencial
como: “El solo temor de desagradar a las personas a quienes se debe
sumisión y respeto”. Y determina que no vivía el consentimiento.
En consecuencia, la persona que ha celebrado un acto jurídico para no
desagradar a otra a quien debe sumisión y respeto, no puede, basado en
esa sola circunstancia, alegar que se ha visto forzado a prestar su
consentimiento, ni pretender, que éste se encuentre viciado.
SANCIÓN: la Nulidad Relativa, en el caso de la fuerza moral que es la
que vicia la voluntad.
En el caso de la fuerza física que excluye la voluntad, habría
inexistencia o según otros autores nulidad absoluta.
EL DOLO
Este constituye el tercer vicio de la voluntad y se encuentra establecido
en el art. 44 inc. final del CC: “El dolo consiste en la intención positiva
de inferir injuria a la persona o propiedad de otro”.
La Corte Suprema en reiterados fallos ha interpretado la palabra
“injuria” y ha dicho que se debe entenderse como sinónimo de daño o
perjuicio.
TEORIA UNITARIA DEL DOLO
El dolo lo encontramos en tres áreas diferentes del Derecho Civil, en su
naturaleza es el mismo que se aplica a diferentes instituciones.
i.- Determinación
ii.- Posibilidad
iii.- Licitud
DETERMINACION
El objeto debe determinarse al momento de la conclusión del acto
jurídico o a lo menos, debe ser determinable , lo que presupone y exige
que se haya establecido desde dicho momento un medio objetivo de
determinación, o sea, que exista la posibilidad de una determinación no
dejada a la voluntad del declarante o de los declarantes.
Por ej: si el objeto del acto jurídico es un automóvil – habrá que
precisar: marca, modelo, color, número de chasis etc…
POSIBILIDAD
El objeto debe ser posible, tanto en el hecho como en el derecho. Se opone a este
requisito o cualidad la imposibilidad, que asimismo, puede ser de hecho o jurídica.
La imposibilidad de hecho, material o física, se tiene por ejemplo: en la venta de
cosas inexistentes o en la promesa de un inalcanzable, por ej: un viaje al sol.
Lo que se requiere es que el objeto sea posible objetivamente al momento de
celebrar el acto jurídico.
La imposibilidad jurídica se debe a razones o causas de derecho, por ej: hay
imposibilidad jurídica en el contrato de venta que se hace al extranjero de
mercancías para las cuales está prohibida la exportación. También, hay
imposibilidad jurídica en el contrato de prenda sobre bienes raíces o el de hipoteca
sobre un mueble, que no sea nave o aeronave.
Desde el punto de vista de la posibilidad jurídica, no es obstáculo la no existencia
actual de las cosas: puede, en efecto, ser objeto del contrato las cosas futuras; salvo,
disposiciones excepcionales que contengan prohibiciones, como la que prohíbe los
pactos relativos a sucesiones todavía no abiertas.
LICITUD
Finalmente, el objeto debe ser “lícito”, es decir, no debe ser contrario a
la ley, al orden público o a las buenas costumbres.
Se dice que el objeto que contraviene a la ley o al orden público es
ilegal; y que el que contraviene a las buenas costumbres es inmoral.
¿Qué es el objeto lícito?
Cualquier prestación que no sea objeto ilícito.
EL OBJETO PARA EL CÓDIGO CIVIL
Requisitos que debe reunir el objeto:
Hemos mencionado que para nuestro Código Civil el objeto de todo acto o
declaración de voluntad es una cosa que debe darse o entregarse o un hecho
que debe o no ejecutarse.
Consecuentemente con lo anterior, el Código al establecer los requisitos del
objeto, distingue si éste consiste en una cosa que debe darse o entregarse o en
un hecho que debe o no ejecutarse.
Si el objeto de la declaración de voluntad es una cosa que debe darse o
entregarse, la cosa debe ser real, comerciable y determinada.
Si el objeto de la declaración de voluntad es un hecho, éste debe ser
determinado, física y moralmente posible.
REQUISTOS O CONDICIONES QUE DEBE
REUNIR LA COSA OBJETO DE LA
DECLARACION DE VOLUNTAD
a) Cosa Real: la cosa que debe darse o entregarse debe ser real, es decir, tiene que
existir al momento de la declaración de voluntad o a lo menos, debe esperarse que
exista. Así se desprende del art. 1461 inc. 1°: “No sólo las cosas que existen
pueden ser objetos de una declaración de voluntad, sino las que se espera que
existan.”
Supongamos por ej: un contrato de compraventa en virtud del cual A vende a B un
caballo en un precio determinado.
El caballo que debe dar A a B tiene que existir al tiempo del contrato o esperarse
que exista.
De conformidad con lo dispuesto en el art. 1813 CC, la venta de una cosa que no
existe, pero se espera que exista, se entiende hecha bajo la condición de que la
cosa llegue a existir, a menos que se exprese lo contrario o que por la naturaleza
del contrato aparezca que se compró la suerte.
REQUISTOS O CONDICIONES QUE DEBE
REUNIR LA COSA OBJETO DE LA
DECLARACION DE VOLUNTAD
b) Cosa Comerciable: la cosa que debe darse o entregarse debe estar
determinada a lo menos en cuanto a su género. Así lo establece el art. 1461
inc. 1° CC : “…pero es menester que las unas y las otras sean
comerciables…”
Se dice que la cosa es comerciable cuando es susceptible de dominio o
posesión por los particulares, o bien, cuando se encuentra en el comercio
humano y no excluida de él por su naturaleza, por su destinación o por la
ley , como salvaguardia del orden público.
REQUISTOS O CONDICIONES QUE DEBE
REUNIR LA COSA OBJETO DE LA
DECLARACION DE VOLUNTAD
c) Cosa determinada: la cosa que debe darse o entregarse debe estar determinada a
lo menos en cuanto a su género. Así lo establece el art. 1461 inc. 1° CC.
La cosa debe determinarse en especie o género. La determinación es específica
cuando se indeterminadamente un individuo de un género también determinado, por
ej: el caballo finasangre Torbellino, ganador del Derby de Kentucky.
La determinación es genérica cuando se indica indeterminadamente un individuo de
un género determinado, por ej: un automóvil; dos caballos.
Cuando la cosa se ha determinado sólo genéricamente , es preciso indicar además, la
cantidad.
El artículo 1461 inc. 2° permite que la cantidad sea incierta, ósea que no se indique
con precisión en el acto contrato, con tal de que este contenga datos o fije reglas que
sirvan para determinarla. Se dice – en este caso – que la cantidad es determinable.
REQUISITOS QUE DEBE REUNIR EL HECHO
OBJETO DE LA DECLARACIÓN DE
VOLUNTAD
A.- Hecho Determinado:
El hecho objeto de la declaración de voluntad debe estar determinado, en el sentido de que la persona que se obliga
tiene que saber qué hecho debe ejecutar o de qué debe abstenerse. Del mismo modo, el acreedor debe saber qué es
lo que puede exigir al deudor.
Sanción para la falta de objeto lícito: El acto jurídico que adolece de objeto
lícito, será sancionado con la nulidad absoluta del acto o contrato.
LA CAUSA
La doctrina tradicional considera que el acto jurídico además de la
voluntad y el objeto requiere como supuesto esencial para su existencia
que tenga una causa. Para que el acto sea válido, la causa debe ser lícita.
Esta es la posición de los “causalistas”, refutada por quienes consideran
que, para la existencia del acto jurídico, basta la manifestación de
voluntad y el objeto sobre el cual ésta recae, constituyendo la causa un
requisito artificial y prescindible (anticausalistas).
Con todo, el Código de Bello en los artículos 1445. 1467 y 1468 hace
referencia a la causa, y es más, el propio legislador en el art. 1467 inc.
2° se encarga de definirla: “Se entiende por causa el motivo que induce
al acto o contrato”.
LA CAUSA
La principal dificultad que presenta la causa por los interpretes y
tratadistas, esta constituida por el hecho de ser un término que admite
diversas y variadas acepciones. Las más importantes son las siguientes:
a) Causa eficiente
b) Causa final
c) Causa ocasional
CAUSA EFICIENTE
(Lo produce)
Se llama causa eficiente al elemento generador del efecto, al elemento
que da vida a lo que antes no existía. En este sentido puede afirmarse
que las fuentes de las obligaciones, esto es, los hechos jurídicos que les
dan origen, por ej: en el contrato de compraventa, la obligación que
asume el vendedor de entregar la cosa.
CAUSA FINAL
(Finalidad perseguida – la objetiva)
La causa final es el fin inmediato o invariable de un acto, o sea, el fin
próximo que determina la voluntad de obrar y que siempre es posible
encontrar en la estructura misma del contrato y que es siempre idéntica
para todos los actos pertenecientes a la misma especie.
En este sentido, la causa o fin del comprador, en todos los contratos de
compraventa, es incorporar a su patrimonio una cosa; y la causa o fin
del vendedor, asimismo en todas las compraventas es procurarse dinero
a cambio de las cosas que entrega.
Con todo, advertir que esta “causa final” es la que establece nuestro
Código Civil.
CAUSA OCASIONAL
(Sicológica – el motivo que induce al acto o contrato)
Esta constituida por el fin lejano y variable de un acto y es de carácter
estrictamente personal y sicológico. Es diferente para cada individuo, ya
que es el móvil, la razón que lo impulsa a celebrar un acto o contrato en
determinadas circunstancia. De ahí que una misma especie de acto
pueda tener infinitas causas, según sean los fines que hayan perseguido
las partes.
Así las cosas, la causa ocasional para el vendedor puede ser la necesidad
de cumplir una obligación, para lo cual necesita dinero; y causa
ocasional para el comprador puede ser la necesidad de hacer un regalo
de matrimonio con la cosa comprada.
REQUISITO DE LA CAUSA: CAUSA
REAL Y LÍCITA
La ley señala que no es necesario que el autor de un acto jurídico o las partes de una
convención expresen la causa, esto es, el motivo que los induce al acto o contrato. Y
ello porque la ley presume que todo acto o contrato tiene una causa; constituida por los
motivos que normal y ordinariamente inducen a celebrar las diversas especies o tipos de
actos jurídicos.
Asimismo, la ley presume que el motivo que induce a la celebración del acto jurídico es
lícito, en el sentido de que no se opone ni contraviene a la ley, el orden público o las
buenas costumbres.
La prueba de la falta de causa corresponde al que la alega.
Podemos concluir que falta la causa en dos casos:
i.- En los actos jurídicos simulados o aparentes: aquellos que ocultan o encubren lo que
las partes realmente quieren (simulación).
ii.- Los actos que tienen como único motivo la creencia errada de que existe una
obligación, como en el caso del pago de lo que no se debe.
SANCION PARA LA FALTA DE CAUSA Y
PARA LA CAUSA ILÍCITA
El acto jurídico en que falta la causa es, inexistente, pues se ha omitido
un requisito esencial para su existencia jurídica.
Para los autores nacionales que niegan cabida a la inexistencia jurídica
como máxima sanción dentro del Código, el acto en que falta la causa se
sanciona con la nulidad absoluta.
En lo que respecta a la causa ilícita, el Código la sanciona expresamente
con la nulidad absoluta – art. 1682 CC .
LAS FORMALIDADES
Son ciertos requisitos que dicen relación con la forma o aspecto externo
del acto jurídico, requeridos por la ley con objetivos diversos y cuya
omisión se sanciona en la forma prevista por el legislador.
Atendidos los objetivos perseguidos se clasifican en cuatro grupos:
1° Formalidades propiamente tales o solemnidades
2° Formalidades habilitantes
3° Formalidades por vía de prueba o ad probationem; y
4° Formas o medidas de publicidad
FORMALIDADES PROPIAMENTE TALES
O SOLEMNIDADES
Son los requisitos externos que exige la ley para la celebración de ciertos actos
jurídicos pasando a ser solemnidad el único medio a través del cual el autor o las
partes que celebran el acto pueden manifestar su voluntad.
Estas solemnidades constituyen un requisito esencial para la existencia del acto
jurídico, al igual que lo es la voluntad, el objeto o la causa, y en tal carácter las
mencionan la mayoría de los autores.
Lo normal, por lo tanto, es que los actos jurídicos sean consensuales, es decir que se
perfeccionen por el solo consentimiento.
Por excepción, subsisten algunos actos solemnes, constituyendo la solemnidad un
requisito de existencia de los mismos. Si falta solemnidad, el acto no existe, no
produce efecto alguno.
Las solemnidades no se presumen: sólo existen en virtud de un texto expreso de la
ley. Sin embargo, los particulares, ejerciendo la autonomía privada pueden hacer
solemne un acto meramente consensual.
FORMALIDADES HABILITANTES
Son los requisitos exigidos por la ley para completar la voluntad de un
incapaz, o para protegerlo.
La doctrina señala que precisamente la capacidad reducida de que adolecen
los relativamente incapaces constituye el “estado o calidad” que la ley toma
en cuenta para exigir como requisito de validez una formalidad especial o
habilitante, que consiste por lo general, en la autorización de una persona
determinada.
A modo de ejemplo:
i.- Art. 253 CC, en virtud del cual la ley exige la autorización del padre o
madre o del curador adjunto para ciertos actos del hijo de familia.
ii.- Art. 255 CC, en virtud del cual se consagra una formalidad habilitante de
protección que consiste en la autorización judicial con conocimiento de causa
para enajenar o hipotecar los bienes
FORMALIDAD POR VÍA DE PRUEBA
Son aquellas en que la ley para los fines de acreditar un acto no solemne
requiere un documento de modo que son él aún cuando el acto es
plenamente válido no pueda probarse por testigos, por ej: 1709 inc. 1°
CC
“Deberán contar por escrito los actos o contratos que contienen la
entrega o promesa de una cosa que valga más de dos unidades
tributarias”.
FORMAS O MEDIDAS DE PUBLICIDAD
Aquellas que tienen por objeto proteger a los terceros que puedan verse
alcanzados por los efectos del acto jurídico. Con este propósito la ley
exige la inscripción del acto en un registro público, su publicación en un
periódico etc…
SANCION POR LA OMISION DE UNA
FORMALIDAD
Hay que distinguir:
A.- En el caso de una solemnidad:
La omisión de una solemnidad impide que el acto exista, pues faltando la
solemnidad no hay voluntad, y como ya se dijo, dicha formalidad es
precisamente el medio establecido por la ley para que la voluntad se
manifieste, por ej: si se omite la escritura pública de compraventa en la
adquisición de un bien raíz (art. 1801 inc. 2° CC)
B.- Formalidad habilitante:
Por regla general, la omisión acarrea la nulidad relativa del acto o contrato.
SANCION POR LA OMISION DE UNA
FORMALIDAD
C.- Formalidad ad probationem:
No afecta la existencia, ni la validez del acto jurídico. Simplemente, no se podrá
probar el acto por testigos, lo que no obsta a que dicha prueba se produzca por
los medios legales, como sería, por ej: la confesión.
D.- Medida de publicidad:
En este caso hay que volver a distinguir; d.1) si se trata de una medida de
publicidad de simple noticia, da derecho a la persona que ha sufrido un perjuicio
como consecuencia de ella, a demandar la correspondiente indemnización. Ello,
porque el responsable es autor de un hecho ilícito.
d.2) En cambio, la sanción por la omisión de la forma o medida de publicidad
sustancial es la inoponibilidad, esto es, la ineficacia con respecto de terceros del
derecho que ha nacido como consecuencia de la celebración del acto jurídico.
INEFICACIA DE LOS ACTOS JURIDICOS
Los actos o contratos pueden nacer a la vida jurídica ya sea enfermos pero con
la esperanza de recuperarse o definitivamente terminales.
Frente a este lúdico escenario y aterrizando en un lenguaje técnico,
estudiaremos una tradicional controversia que proviene de la doctrina nacional
acerca de cuál es la sanción que establece nuestro ordenamiento jurídico.
De esta manera, se establece que si falta un requisito de existencia del acto o
contrato debe proceder la inexistencia de éste. Sin embargo, encontramos dos
clásicas líneas encabezadas por los profesores Claro Solar y Alessandri
respectivamente.
Para el primero, la inexistencia tiene aplicación en el Código Civil chileno.
Para el segundo, la teoría de la inexistencia sería aceptable solo en doctrina ya
que el Código no la reconoce como sanción.
INEXISTENCIA V/S NULIDAD
Posición del Prof. Alessandri:
Para este autor, la teoría de la inexistencia no encuentra acogida en nuestro
Código, el cual establece como máxima sanción la nulidad absoluta. Y en la
práctica, si a un acto le falta algún requisito de aquellos llamados existencia,
dicha omisión autoriza para la declaración de nulidad absoluta del referido acto.
Sus principales argumentos se fundan:
1° Nuestro Código no contempla la inexistencia como sanción, ni menos
reglamenta sus consecuencias. En cambio, en el Título XX, del Libro IV
denominado “De la Nulidad y Rescisión”, determina los efectos que produce la
omisión exigida por la ley tanto para la existencia como para la validez de los
actos
INEXISTENCIA V/S NULIDAD
2° El art. 1682 CC., sanciona con nulidad absoluta la omisión de los
requisitos o formalidades que las leyes prescriben para el valor de
ciertos actos o contratos, en consideración a su naturaleza.
3° Cuando dos o más personas han contratado con un tercero, la nulidad declarada a
favor de una de ellas no aprovechará a las otras (art. 1690 CC).