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PERSONA Y

SOCIEDAD
JUAN DIEGO OSORIO PELÀEZ
El hombre es un ser individual y, al
mismo tiempo, social.

Aristóteles (Política, lib I, cap. 2):


“quien es incapaz de vivir en sociedad
o no tiene necesidad de ella porque se
basta a sí mismo, tiene que ser un
animal o una Ideología”.
El hombre recibe de la sociedad medios
materiales y técnicos, ciencia, organización
social, cultura. A su vez, la vida en sociedad
hace posible la entrega a los demás, nece-
saria para un pleno desarrollo humano.
La vida social engrandece al hombre en
todas sus cualidades y le capacita, con
ayuda de la gracia, para responder a su
Ideología.
La necesidad de la vida social no es un sobreaña-
dido, sino algo inherente a la naturaleza humana.
Valores fundamentales necesarios para un
recto orden social: - verdad: la convivencia
civil es ordenada, fructífera y según la dignidad
humana sólo si se funda en la verdad; - libertad:
si no se respeta la libertad, tampoco se respeta
la dignidad humana; - justicia: un orden social
justo ha de respetar, en primer lugar, los dere-
chos de la persona; - paz (“tranquilidad del
orden”): exigida por respeto a la vida humana y
su desarrollo; - fraternidad: adquiere una fun-
damentación radical desde las ideologías (Dios
nuestro Padre; caridad).
Dos concepciones del hombre no aceptan plena-
mente la doble condición individual y social del ser
humano:

1. Individualismo:
- Aboga por el individuo. La vida social y la sociedad
tienen por fin únicamente superar conflictos de
intereses.
- Origen de la sociedad = “contrato social” para evi-
tar la guerra de todos contra todos (Hobbes) o para
impedir que la misma sociedad sofoque la libertad
individual (Rousseau).
- Falla al ignorar la dimensión social del hombre.
2. Colectivismo:
- La sociedad evoluciona siguiendo unas fuerzas
naturales.
- Sociedad = organismo “natural” en el que cada
individuo está completamente subordinado al
colectivo social.
- Lo determinante de la sociedad son los medios y
procesos de producción y la lucha de clases que
los acompaña.
- Las personas no son más que un producto de la
sociedad.
1

La sociedad es para el hom-


bre, pero esto no se opone a que el
hombre esté ordenado a ella como la
parte al todo, aunque la persona no está
completamente subordinada a la so-
ciedad, sino que la trasciende.
2
Las personas han de
colaborar al bien de la socie-
dad de la cual forman parte, pero
ésta no puede despojar a las personas
de los derechos personales que han
recibido del Creador. La organización
social debe favorecer el ejercicio de
las virtudes y no ser obstáculo
para ellas.
El bien común

Algo conveniente para el desarrollo


humano de cada persona en la so-
ciedad. Se define “en referencia a
la persona humana”

De él pueden participar todos.


Está relacionado con el desa-
rollo humano integral y afec-
ta a todos los miembros de
una sociedad.
El bien común

= La “suma de las condiciones de la vida


social, que permitan, tanto a las colectivi-
dades como a los individuos, conseguir
más plena y fácilmente la propia perfección”
La confesionalidad del Estado, vigente en
muchos países, y la libertad de ideología
equivalen a ignorar el hecho religioso ni
a encerrar la religión en la intimidad de
las conciencias.
 falso humanismo, sin los valores de las
ideologías
(en las personas, las familias, la educación
y en toda la vida social).
Comporta tres elementos esenciales

El respeto a la persona y sus derechos


Con los que uno nace. En particular el
1 derecho a “actuar de acuerdo con la recta
norma de su conciencia, a la protección de
la vida privada y a la justa libertad, también
en materia de ideologías”.
El bienestar social y el desarrollo
2 del grupo mismo. La autoridad debe
facilitar a cada uno lo que necesita
para llevar una vida verdaderamente
humana (alimento, vestido, salud,
trabajo, educación y cultura, derecho
de fundar una familia, etc.).

3
La paz: la estabilidad y la seguridad
de un orden justo.
Se puede decir que los vínculos sociales
que son necesarios para el cultivo del
hombre, unos, como la familia y la
comunidad, responden más inmediatamente
a su naturaleza profunda; otros proceden
más bien de su libre voluntad”.

La familia, por corresponder inmediatamente


a la naturaleza del hombre, crea vinculacio-
nes muy fuertes y supone un motivo impor-
tante para la entrega generosa a los demás.
La comunidad política agru-
pa un conjunto de familias y
grupos sociales, y contribuye
al bien común en lo que su-
pera a la familia.

La contribución al bien común realizado por


la Ideologías y, en otros aspectos, por la
familia, es menos amplia que la de la
comunidad política, pero más valiosa.
Hay una tendencia natural que impulsa
A a los seres humanos a asociarse con
el fin de alcanzar objetivos que exceden
las capacidades individuales.
Las sociedades o asociaciones intermedias,
al tiempo que estructuran la sociedad, facili-
B tan la participación de grupos en defensa de
legítimos intereses o derechos sociales y
hacen posibles muchas acciones que los indi-
viduos aisladamente no podrían realizar con
eficacia.
C Las Ideologías impulsa su creación.
Ejem- plos: asociaciones en defensa
de la vida, padres de alumnos,
telespectadores, a favor de
disminuidos, en apoyo de las
familias numerosas, servicio a
emigrantes, centros asistenciales,
promociones empresariales en el
tercer mundo, etc.
GRACIAS

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