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Los hijos de ministros son forzados a crecer antes de tiempo y
luchan por su propia identidad. Todas estas presiones,
decepciones y demandas causan asolación y depresión en
80% de los hijos de ministros según las estadísticas. Lo más
triste del caso es que no se les permite confesarlo por lo que
reprimen sus heridas. Una gran mayoría se sienten que no
tiene salida y contemplan el suicidio como vía de escape.
Una joven expresó: “En mi adolescencia, la mayoría de mis
pensamientos eran de suicidio. Me veía a través de los ojos de mis padres --
no tenía autoestima y era muy insegura. La depresión era mi amigo
constante”.

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“Lo más difícil para mí fue pedir ayuda”, nos
confiesa otra hija de ministro. Confrontar
sus emociones es una decisión muy
personal, pero cambios positivos nacen.
El anhelo principal de un hijo de pastor es
la transparencia. Conocen bien la
religiosidad y se saben de memoria el
vocabulario “espiritual”, pero todo lo que
añoran es conocer personas que sean
reales y transparentes con ellos -- tener
una relación en la que puedan hablar de
sus luchas, entablar preguntas y recibir
algunas respuestas.
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33% sienten que tienen que ser
perfectos durante su crecimiento.
45 % dicen que no pueden confiar en
nadie.
48% siente que las necesidades de
otras personas son más importantes
que las suyas.
64% cree que los demás esperan que
ellos sepan más de lo que realmente
saben.
50% de los hijos de pastor están en el
ministerio.
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Los líderes del ministerio de hijos de pastores también
pueden construir relaciones y crear ambientes propicios
para marcarles positivamente la vida.
1.- Apoye a los hijos de pastores con amistad y
comprensión. Es más importante caminar con ellos que
predicarles.
2.- Cree ambientes de encuentro con Dios. Al hijo de
pastor le cuesta adorar y conectarse con Dios en la
iglesia de sus papás. Los campamentos para hijos de
pastores les dan un ambiente libre de observación.

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3.- Ayúdeles a crear una identidad positiva como hijo de
pastor. Conéctelos e identifíquelos con camisetas
especiales, actividades informales, redes sociales.
4.- Esté atento y disponible para los momentos de crisis. El
hijo de pastor no tiene con quién compartir su crisis – sea la
válvula de escape que necesita para desahogarse.
5.- La amistad con otros hijos de pastores es importantísima.
Juntos la vida es más tolerable.
6.- Aproveche los testimonios. El hijo de pastor tiene menos
excusas cuando puede escuchar a un compañero decir: “A
mí me han pasado cosas feas también, pero yo he escogido ser una
persona de Dios. ¿Cuál es tu problema?”
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 “Jesús dijo: Dejen que los niños
vengan a mí, y no se lo impidan,
porque el reino de los cielos es de
quienes son como ellos”.
Mateo 19:14.

PD. Los hijos de pastor, también son o

fueron niños.