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JESÚS, DIOS Y HOMBRE

Por Alberto Valdivia


JESÚS HOMBRE PERFECTO

La humanidad de Jesús era


perfecta, sin pecado.

«Pues nuestro Sumo sacerdote


puede compadecerse de nuestra
debilidad, porque él también
estuvo sometido a las mismas
pruebas que nosotros; sólo que
él jamás pecó» (Hebreos 4:15)

«Cristo no cometió ningún


pecado ni engañó jamás a
nadie» (1Pedro 2:22)
JESÚS NO PODÍA PECAR.
Él era hombre y también era Dios y en esa unión de
naturalezas era imposible que exista el pecado, pues
si hubiera sido así el pecado habría sido atribuido a
Dios mismo. Además la acción del Espíritu Santo en
su naturaleza humana hacía imposible que Jesús
cometiese el menor pecado
Jesús fue hecho pecado
solo en el sentido judicial,
no real

«Cristo no cometió
pecado alguno; pero
por causa nuestra,
Dios lo hizo pecado,
para hacernos a
nosotros justicia de
Dios en Cristo» (2Corintios
5:21)
JESÚS TENÍA QUE SER HOMBRE

Puesto que el hombre pecó, era


necesario que la consecuencia de
dicho pecado lo recibiera el hombre.
Esto implicaba el sufrimiento del
cuerpo y del alma, por lo tanto solo
un hombre era capaz de sufrirlo.

«Así como los hijos de una


familia son de la misma carne y
sangre, así también Jesús fue de
carne y sangre humanas, para
derrotar con su muerte al que
tenía poder para matar, es
decir, al diablo» (Hebreos 2:14)
Era necesario que Cristo tomara
la naturaleza humana, no
únicamente con todas sus
propiedades esenciales sino
también con todas sus flaquezas a
las que está propensa desde la
caída

«Pues nuestro Sumo sacerdote


puede compadecerse de
nuestra debilidad, porque él
también estuvo sometido a las
mismas pruebas que nosotros;
sólo que él jamás pecó»
(Hebreos 4:15)
JESÚS NO PODÍA TENER PECADO

Al mismo tiempo tenía que ser un


hombre sin pecado, porque un
pecador que había arruinado su
propia vida no podía hacer
expiación por otros

«Así pues, Jesús es


precisamente el Sumo
sacerdote que necesitábamos.
Él es santo, sin maldad y sin
mancha, apartado de los
pecadores y puesto más alto
que el cielo» (Hebreos 7:26)
JESÚS COMO HOMBRE NOS FAVORECE

ES NUESTRO REPRESENTANTE

«Y así como el delito de Adán puso


bajo condenación a todos los
hombres, así también el acto justo
de Jesucristo hace justos a todos
los hombres para que tengan vida.
Es decir, que por la desobediencia
de un solo hombre, muchos fueron
hechos pecadores; pero, de la
misma manera, por la obediencia
de un solo hombre, muchos serán
hechos justos» (Romanos 5:17-19)
ES NUESTRO SUSTITUTO

«El amor de Cristo se ha


apoderado de nosotros desde
que comprendimos que uno
murió por todos y que, por
consiguiente, todos han
muerto. Y Cristo murió por
todos, para que los que viven
ya no vivan para sí mismos,
sino para él, que murió y
resucitó por ellos»
(2Corintios 5:14,15)
ES NUESTRO PROTOTIPO

«A los que de antemano Dios


había conocido, los destinó
desde un principio a ser como
su Hijo, para que su Hijo fuera
el primero entre muchos
hermanos» (Romanos 8:29)

«Queridos hermanos, ya somos


hijos de Dios. Y aunque no se
ve todavía lo que seremos
después, sabemos que cuando
Jesucristo aparezca seremos
como él, porque lo veremos tal
como es» (1Juan 3:2)
LA APARIENCIA FÍSICA DE JESÚS

En el Salmo 45:2 aparece una profecía


mesiánica que anuncia la belleza del
Mesías.
«¡Eres el más hermoso de los
hombres!
¡El encanto brota de tus labios!
Por eso Dios te bendijo para
siempre»

Los evangelios no nos describen con


exactitud la apariencia de Cristo, pero
podemos deducir que tuvo una
apariencia atractiva.
De seguro, como todo carpintero de la
época, tenía un tórax muy bien formado,
y un buen estado físico.
Como la mayoría de judíos en esa época,
era de tez clara, bronceado, cabello
castaño y ojos café.
LA DIVINIDAD DE JESÚS
EL NUEVO TESTAMENTO DECLARA
QUE JESÚS ERA DIOS

«En el principio era el Verbo, y el


Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios» (Juan 1:1)
«Señor mío y Dios mío» (Juan 20:28)
«Cristo, quien es Dios sobre todas las
cosas» (Romanos 9:5)
«Cristo, siendo en forma de Dios»
(Filipenses 2:6,7)
«En él habita corporalmente toda la
plenitud de la deidad» (Colosenses 2:9)
«Nuestro gran Dios y salvador
Jesucristo» (Tito 2:13)
«Por buena obra no te apedreamos
sino por la blasfemia, porque tu
siendo hombre te haces Dios»
(Juan 10:33)
JESÚS DECLARA SU DIVINIDAD
«SEÑOR» UN TÍTULO DIVINO
JESÚS AFIRMA QUE EL MESÍAS
ERA SEÑOR, COMO DIOS ES
SEÑOR

«Mientras los fariseos todavía


estaban reunidos, Jesús les
preguntó: ¿Qué piensan ustedes del
Mesías? ¿De quién desciende? Le
contestaron: Desciende de David.
Entonces les dijo Jesús: ¿Pues cómo
es que David, inspirado por el
Espíritu, lo llama Señor? Porque
David dijo: “El Señor dijo a mi
Señor: Siéntate a mi derecha, hasta
que yo ponga a tus enemigos debajo
de tus pies.”
¿Cómo puede el Mesías descender de
David, si David mismo lo llama
Señor? Nadie pudo responderle ni
una sola palabra, y desde ese día
ninguno se atrevió a hacerle más
preguntas» (Mateo 22:41-46)
EL TÍTULO SEÑOR SUSTITUÍA
EL NOMBRE DE DIOS EN EL
ANTIGUO TESTAMENTO, PERO
EN EL NUEVO TESTAMENTO SE
APLICA A JESÚS
«Y sucederá que todo el que
invoque el nombre de Yahveh
será salvo» (Joel 2:32)
«que si confesares con tu boca
que Jesús es el Señor, y creyeres
en tu corazón que Dios le levantó
de los muertos, serás
salvo…porque todo aquel que
invocare el nombre del Señor,
será salvo» (Romanos 10:9,13)
Por lo tanto cuando la Biblia dice
que JESÚS ES EL SEÑOR esta
declarando su divinidad
JESÚS POSEE ATRIBUTOS DIVINOS
OMNIPRESENCIA
«Jesús le contestó: El que me ama, hace
caso de mi palabra; y mi Padre lo
amará, y mi Padre y yo vendremos a
vivir con él» (Juan 14:23)

OMNIPOTENCIA
«(Jesús) cambiará nuestro cuerpo
miserable para que sea como su propio
cuerpo glorioso. Y lo hará por medio
del poder que tiene para dominar
todas las cosas» (Filipenses 3:21)

OMNISCIENCIA
«Pero Jesús no confiaba en ellos,
porque los conocía a todos. No
necesitaba que nadie le dijera nada
acerca de la gente, pues él mismo
conocía el corazón del hombre» (Juan
2:24,25)
JESÚS EJECUTA ACCIONES DIVINAS
CREADOR
«En él Dios creó todo lo que hay en
el cielo y en la tierra, tanto lo
visible como lo invisible, así como
los seres espirituales que tienen
dominio, autoridad y poder. Todo
fue creado por medio de él y para
él» (Col 1:16)

PERDONADOR DE PECADOS
«Cuando Jesús vio la fe que tenían,
le dijo al enfermo: Hijo mío, tus
pecados quedan perdonados.
Algunos maestros de la ley que
estaban allí sentados, pensaron:
¿Cómo se atreve éste a hablar así?
Sus palabras son una ofensa contra
Dios. Sólo Dios puede perdonar
pecados» (Mt 9:5-7)
PRESIDE EL JUICIO FINAL
«Cuando el Hijo del hombre
venga, rodeado de esplendor y de
todos sus ángeles, se sentará en
su trono glorioso. La gente de
todas las naciones se reunirá
delante de él, y él separará unos
de otros, como el pastor separa
las ovejas de las cabras»
(Mt 25:31,32)
COMPARTE EL MISMO TRONO
CON DIOS
«El ángel me mostró un río
limpio, de agua de vida. Era
claro como el cristal, y salía del
trono de Dios y del Cordero»
(Apocalipsis 22:1)
LA UNIÓN DE SUS DOS NATURALEZAS

 En la teología a la unión de las


dos naturalezas de Cristo se le
llama “UNIÓN HIPOSTÁTICA”
(Hipostática significa en griego
naturaleza)
 Jesús tiene dos naturalezas
(humana y divina). Estas dos
naturalezas se han unido sin
mezcla ni cambio, han mantenido
sus características propias pero se
han unido en un solo ser.
 La naturaleza humana de Jesús
no posee un yo o personalidad
propia, sino subsiste en la
persona del Verbo, pues solo así
puede llegar a ser un individuo,
pues sino Jesús tendría dos yo.
 La naturaleza divina de Jesús
aportó la personalidad o yo,
pues fue la segunda persona de
la divinidad la que se encarnó y
no solo la naturaleza divina
 Las dos naturalezas tienen su
propia realidad y existencia en
cuanto tales, pero las dos
existen y subsisten en la
persona del Hijo
 Todo lo que pertenece a las dos
naturalezas es doble, pero hay
un solo «yo» que algunas veces
actúa y se expresa como Dios,
otras veces como hombre y
otras veces como Dios-hombre
 Lucas 1:35 da base para estos conceptos:
«El ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el
poder del Dios altísimo se posará sobre ti. Por eso, el niño que va
a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios»

Noten que en el momento en que el Verbo se encarnó, se dio origen a un


ser (no a dos), y noten que la personalidad de este ser sería la del Hijo
de Dios, no una personalidad humana

 Esta unión hipostática es indisoluble, para siempre, por toda la


eternidad
«La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la
alumbra el resplandor de Dios, y su lámpara es el Cordero»
(Apocalipsis 21:23)
Jesús tiene dos Hipóstasis (Naturalezas)

HUMANA DIVINA
E (María) (El Verbo)
N S S P
I I E
Voluntad N N
Voluntad R
P Emociones Emociones
E S
R Conciencia M C Conciencia O
S Cuerpo E A Escencia N
Z M A
O Mente C B
Mente L
N
A L I
L A O

YO
Personalidad

Crear (Divinidad)
Comer (Humanidad)
Hacer milagros (Humano/divino)
¿QUÉ PASO CON LA DIVINIDAD DE JESÚS EN
SU ENCARNACIÓN?

«el cual, siendo en forma de Dios,


no estimó el ser igual a Dios como
cosa a que aferrarse, sino que se
despojó a sí mismo, tomando
forma de siervo, hecho semejante
a los hombres; y estando en la
condición de hombre, se humilló a
sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un
nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; y toda lengua
confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre»
(Filipenses 2:6-7)
 El Verbo de Dios (2da persona de la
Trinidad), siendo de la forma de Dios
(Morphe) y de la esencia de Dios (Ison) se
despojó, no de su esencia ni de su
naturaleza divina sino de su aspecto
exterior o forma (su gloria o shéma)
«Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado
tuyo, con aquella gloria que tuve contigo
antes que el mundo fuese» (Juan 17:5)

 Tomo una naturaleza humana, perfecta


pero con las limitaciones propias de la
humanidad. Desde ese momento El Verbo
encarnado no mostró su gloria divina
(salvo en contadas ocasiones como en la
transfiguración, la resurrección y la
ascensión), pero mantuvo intacta su
naturaleza divina, la cual actúo en él en
algunas ocasiones.
 Este despojarse tiene que ver con dejar su
gloria, su majestad, su apariencia divina,
eso lo podemos deducir claramente en los
versículos 10 y 11 en que precisamente
son estas cosas las que Jesús recuperará
después en su exaltación, pues Él solo se
despojó de aquello que después recuperó

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