En octubre de 1987, el gobierno de García Pérez devaluó el inti en
24%. El anuncio de los paquetazos continuaban, y al finalizar ese año, la crisis y recesión económica ya eran evidentes. A falta de dólares, el Banco Central no pudo controlar el alza de la tasa de cambio. Es así que García decide recurrir a préstamos del El Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial, que pidieron el pago anticipado de las moras, por US$ 1,500 millones Alan García tenía como meta controlar la inflación. Decidió aumentar el precio de los combustibles y de algunos productos básicos, de primera necesidad. Para evitar el choque, el gobierno compensó las alzas con subsidios estatales.