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Preguntémonos entonces:
¿Acaso nuestra tendencia a la maldad depende de cuán
felices o infelices hemos sido?
Y es que
si no les damos confianza, les enseñamos a desconfiar
Contextualización en el programa:
Después de que, desde el enfoque psicológico social, en el curso
se presentaron algunos conceptos, como marginación, desviación
social y discriminación negativa, asociados a personas que
evidencian los efectos de una incorrecta socialización, se
expondrá en las próximas clases sobre un concepto que se liga a
la psicología social (casos de bebés abandonados o desatendidos
en la etapa primaria de socialización), al desarrollo afectivo-
emocional de las personas y a la psicología clínica (cuidado y
recuperación de los bebés con un inseguro vínculo inicial). Se
trata del concepto de APEGO.
El vínculo de apego
¿Cómo se describe básicamente el
apego?
Podemos resumirlo:
A través de todos los momentos en que le vas
entregando, a la niña o al niño, una contención estable,
predecible y efectiva contralo que le hace daño, lo vas
ayudando a construir una base segura desde la cual
puede conocer con confianza el mundo, con la
tranquilidad y seguridad en que, al menos, una persona
estará disponible para ayudarlo y acompañarlo cuando
lo necesite.
Socialmente somos responsables de si los niños son
felices o no...
Para desarrollar un vínculo de apego seguro se necesita
una relación estable con una figura que entregue
protección y seguridad en momentos de estrés o
malestar. Tal figura es la de cuidadora o cuidador.
Los cambios frecuentes de cuidador pueden ser
perjudiciales para un niño/a, particularmente en sus
primeros años de vida.
Para que los humanos desarrollen una sana expresión de
sus afectos, necesitan un vínculo de apego base.
En las próximas clases: