Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Platón
El bien es un principio absolutamente
trascendente y difícil de definir. Platón lo hará
indirectamente a través de la analogía con el
sol: como este hace visible las cosas, así la
idea de Bien permite hacer los objetos El Bien se entiende sobre todo como Valor. La
inteligibles. Como el sol, aun dando vida, calor suya es una ética del Valor
y alimento a los objetos sensibles, no se
identifica con estos, así el Bien trasciende los
objetos inteligibles, a los que dona la
existencia y la esencia
Entiende el bien como fin: “el
bien es aquello a lo que toda cosa El bien como fin es para el
tiende, y tiende a ello porque hombre la felicidad: hay una casi
encuentra la propia perfección”: identidad entre bien sumo y
el bien es lo que constituye el felicidad, mientras que en Platón
objeto de aspiración y es lo que son distintos
perfecciona el ente
Aristóteles
El bien humano más alto y la
felicidad más alta están en la
El bien está en el acto, es decir,
actividad que actualiza la parte
en la existencia y en la acción
más noble del alma y consiste en
la actividad contemplativa
Identifica el bien absoluto con
El bien está dotado de
Dios mismo: de tal modo que las
amabilidad, es digno de ser
ideas de bien y felicidad no se
amado: todas las cosas lo desean,
superponen como en Aristóteles,
porque es lo que le perfecciona
sino que son distintas
Pensamiento
moral de la
escolástica La trascendencia del bien sobre
la felicidad es la condición para
que el hombre alcance la
contemplación más allá del
tiempo, e la que coincidirán fin
último objetivo y fin último
subjetivo
Esquema griego y cristiano sobre el
bien en la ética
Descubrimiento del bien como perfección del hombre (Sócrates)
Distinción entre bien del hombre y bien absoluto (Platón, Aristóteles, Agustín, Tomás)
Doble manifestación del bien: bien como fin y bien como valor (ídem)
Posibilidad existencial de coincidencia, por don divino, entre fin último subjetivo y fin último objetivo. Primacía del bien sobre la felicidad (cristianismo)
Trascendencia del fin último absoluto de la persona respecto al bien común político (Agustín, Tomás)
La crisis es completada en el
siglo XIX, no habiéndose
La crisis es acelerada en el podido sustituir la ciencia
Nacen muchas versiones de ciencia moral en rechazo de la
siglo XVIII, disolviéndose la moral por otra de igual poder
tarea de la razón en la experiencia moral:
ciencia moral clásica y capaz de responder
fundadamente a las
preguntas vitales de la ética
La dirección empírico
La dirección lógico normativa
positivista
“propongo entender el proceso de secularización cultural y social como un doble proceso de
aprendizaje, que fuerce tanto a las tradiciones de la Ilustración como a las enseñanzas religiosas
a una reflexión sobre sus respectivos límites” (Habermas & Ratzinger, 2006, 26)
La base moral
de la política “Si la acción política se inspira en principios morales
inmutables para situaciones mudables, un objetivo de la
filosofía pública será conocer y determinar los primeros. Pero
si sólo pueden elegirse de modo arbitrario, la acción política
está, en principio, abierta a todo acto, y no se regulará por un
criterio, sino sólo por la fuerza” (Possenti, 1997, 112)
El no-cognotivismo ético asume una posición antifundamentalista.
En sus variantes «moderadas» mantiene la posibilidad de aportar
«buenas razones» en pro o en contra de determinadas elecciones;
pero nunca razones decisivas.
En las versiones en las que este elemento se elimina, se adoptan
formas más o menos abiertas de decisionismo moral.
Aquí los principios morales no pueden conocerse nunca, sino sólo
elegirse o decidirse arbitrariamente: a veces esta posición mantiene
Ética sin verdad y que la idea misma de razón práctica es contradictoria en sí, porque
todo el dominio de la acción se tiene como irracional. La incoherencia
antifundamentalismo lógica no es pequeña cuando los partidarios de la ética sin verdad
predican la tolerancia.
La tolerancia es una elección inmotivada que vale tanto como la
intolerancia: por mucho que se haga, no se podrán encontrar razones
para una o para la otra.
El reclamo al pluralismo democrático y a la tolerancia democrática,
animado desde los graderíos del no-cognotivismo, es insuficiente,
porque no constituye un criterio racional de elección, sino un
parámetro empírico variable. Sin una base racional común es difícil
someterse a la tolerancia hacia toda opción
“la fundamentación del Estado democrático a partir de las fuentes de la razón práctica”
(Habermas & Ratzinger, 2006, 27)
“¿Fundamentos
“Desde un punto de vista cognitivo la duda se refiere a la cuestión de si puede
prepolíticos del siquiera alcanzarse un poder político –una vez llevada a cabo una completa
Estado positivación del derecho– de justificación secularizada, es decir no religiosa o
democrático?” Cognitivo postmetafísica. Y aún cuando se admita tal legitimación queda la duda
(Habermas & motivacional de la estabilidad normativa, más allá del simple «modus vivendi», de
Ratzinger, 2006, una sociedad pluralista en lo referente a la cosmovisión, sujeta en el mejor de los
casos a un consenso limitado a procedimientos y principios” (Habermas &
23) Ratzinger, 2006, 26)
“El liberalismo político (que defiendo en la figura especial de un republicanismo
kantiano) se entiende como una justificación no religiosa y postmetafísica de los
principios normativos del Estado constitucional democrático. Esta teoría se sitúa
Motivacional en la tradición de un derecho racional que ha renunciado a las enseñanzas del
“no existe en el Estado constitucional derecho natural clásico y religioso fuertemente ancladas en suposiciones
cosmológicas o relativas a la historia de la salvación” (Habermas & Ratzinger,
ningún sujeto de dominio que se 2006, 27)
alimente de algún tipo de sustancia
prejurídica” (Habermas & Ratzinger,
2006, 29)
“los presupuestos normativos en los que se basa el Estado constitucional
democrático son más exigentes en lo que respecta a la función de los
ciudadanos, si se entienden estos como autores del derecho que si se
entienden como meros destinatarios del derecho […] Frente a esta mera
obediencia a las leyes que coartan los actos individuales está la motivación y
la actitud que se espera de los ciudadanos en su función de coautores
democráticos del derecho. De ellos se espera que hagan uso activo de sus
derechos de comunicación y de participación no sólo por un interés propio
bien entendido sino también en interés del bien común, es decir, solidario.
Esto requiere un gran esfuerzo en lo que se refiere a la motivación de los
ciudadanos, que no puede imponerse por vía legal” (Habermas & Ratzinger,
2006, 31)
“De todo lo anterior sin embargo no se puede concluir que el Estado liberal
no tenga la capacidad para reproducir sus presupuestos motivacionales con
El papel de los sus propias existencias seculares. Es cierto que la motivación para la
participación de los ciudadanos en una educación de opinión y de voluntad