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¿Cómo emplear esta estrategia de apelación a

la autoridad en un texto?
Nohemy Solórzano y Cristina Rivera, autoras de la
definición de “identidad” en el Diccionario de Estudios
Culturales Latinoamericanos, afirman que “en su
acepción más básica, la identidad incluye asociaciones,
por una parte, con los rasgos que caracterizan a los
miembros de una colectividad frente a los otros que no
pertenecen a la misma y, por otra, a la conciencia que
un individuo tiene de ser él mismo y, entonces, distinto a
los demás”.
Según Shirley Biagi, profesora de periodismo en la
Universidad Estatal de California, la concentración de la
propiedad en los medios de comunicación es
perjudicial porque “la concentración de tanto poder
limita la diversidad de opiniones y la calidad de ideas
disponible para el público, además de reducir lo que los
académicos llaman pluralidad del mensaje”.
Una sociedad puede alcanzar un estado de bienestar si
toma decisiones adecuadas sobre gestión, inversión y
consumo. En ese sentido, el escritor y diplomático Ángel
Gavinet señalaba: “Quien vive con más desahogo no es
el que tiene más, sino el que administra bien lo mucho o
poco que tiene”.
Víctor Vich, investigador del IEP y profesor de la PUCP,
explica que, en la canción “Soy provinciano” de
Chacalón y la Nueva Crema, el migrante “se distingue
por un sinnúmero de estrategias de sobrevivencia, pero
sobre todo porque se ha comprometido con el mito del
progreso, dada su capacidad de trabajar en lo que
encuentre”.
En la prosa de Baltasar Gracián, la concisión expresiva
se manifiesta en el frecuente empleo de referentes que
aparecen sobreentendidos por el contexto lingüístico
que lo antecede o porque la relación lógica se da por
supuesta y delegada a la inteligencia del lector. De este
modo, en sus textos, es habitual la elipsis del verbo ser.
Un ejemplo de ello lo observamos en su conocida
máxima: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y aun lo
malo, si poco, no tan malo”.
El novelista Gabriel García Márquez sintió desde niño una
fascinación por el nombre de Macondo. Así lo refiere en su
autobiografía cuando describe un viaje que hizo con su
madre de vuelta a Aracataca: “El tren se detuvo en una
estación que no tenía ciudad, y un rato más tarde pasó la
única plantación de banano (plátano) a lo largo de la ruta
que tenía su nombre escrito en la puerta: Macondo. Esta
palabra ha atraído mi atención desde los primeros viajes
que había hecho con mi abuelo, pero solo he descubierto
como un adulto que me gustaba su resonancia poética”.
Baltasar Gracián, escritor y filósofo del Siglo de Oro
español, afirmaba que “Lo bueno, si breve, dos veces
bueno. Y aun lo malo, si poco, no tan malo”. Es decir, en
un discurso, es preferible el empleo de pocas palabras
debido a que si estuviesen equivocadas, su daño sería
menor a que si fuesen muchas. Además, el empleo de
pocas palabras, si son exactas, resulta más eficaz que el
empleo de muchas.
Para Joan Ferrés, especialista en comunicación audiovisual y
educación, es necesario que el televidente cuente con cierto
nivel de educación. En ese sentido, señala: “Una persona bien
educada, de acuerdo con los parámetros tradicionales, no es
necesariamente una persona capacitada para ser un buen
telespectador. La educación del telespectador requiere
prestar atención preferencial a unos contenidos y a unos
valores específicos”. Por esta razón, considera que las
escuelas deben enseñar cómo funciona la industria de la
televisión, ya que solo de esta manera se podrá lograr una
reflexión crítica y un consumo adecuado de este medio de
comunicación.
Martí y Muñoz, autores del libro Engagement Marketing, una
nueva publicidad para un marketing de compromiso, definen el
emplazamiento de producto como una técnica publicitaria no
intrusiva que “consiste en emplazar una marca en un contexto
narrativo de forma natural, de manera que sea percibida como
un elemento más, perfectamente integrado en dicho contexto,
con el objetivo de que esta integración reporte beneficios
para la marca”. Un ejemplo de esta técnica lo encontramos en
la aparición de la marca ACME dentro de la serie de dibujos
animados “El Coyote y el Correcaminos” (1949) de Warner
Brothers.

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