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A las princesas Azucena, Patricia y Mónica.

A mi querido editor y consejero


Andrés I de Austria y México (Andrés Ramírez), a mi editor David Veláz-
quez; a Quetzalli de la Concha; a Antonio Ramos Revillas; para y por Marco
Alejandro. Alos descendientes de Carlota de Coburgo, por ayudar a generar
este proyecto.
A mi padre Leopoldo Mendívil Echevarría: por ser león feroz como Na-
poleón Bonaparte; y justo y visionario como Abraham Lincoln; y amable y
caballero comoMaximiliano; ysagaz,valiente ypatriota comoBenitoJuárez.
Ami socio, tío yamigo Ramón López Guerrero.
A los cuarenta mil mexicanos que murieron debido a la Operación
Maximiliano yala OperaciónJuárez.
Para el admirado maestro Bernardo Bátiz, por sugerirme iniciar esta
investigación. Alosamigosquemeinspiraron paradesarrollarla:Fernan- do
Morales, Juan Antonio Negrete, José Luis Benavides, don Manuel Ji-
ménez Guzmán, Miguel Ángel López Farías, César G. Madruga, Pako
Moreno, Alejandro Cruz Sánchez, Antonio Velasco Piña, Juan Becerra
Acosta, Rodolfo Valverde, general Tomás Ángeles Dauahare, Guillermo
Núñez van Steenberghe, Eleazar Ortega van Steenberghe, Ramón Corde-
ro, Alfonso Segovia, Rafael Cortés Déciga, Mario Murillo, Juan Manuel
Sena, Pedro Hess, Carlos Ramos Padilla, Guillermo Fárber, José Antonio
Crespo, Israel Reyna, David Izquierdo, Miguel Salinas Chávez, Octavio
Fitch, Hugo Salinas Price, Sócrates Campos Lemus, Federico Vale Chiri-
no, Rosalía Buaún, Juan Gildardo Ledesma, Dios Edward, Luis Gómez
Berlie, Julio Jiménez, Omar Chavarría, Carlos García Peláez, José García
Sánchez, Emilio y José Emilio España Krauss, Humberto Hernández-
Haddad, Cristina Cruz Cruz, Vladimir Galeana, Fernando Amerlinck,
Raúl Domínguez, Mario Andrés Campa Landeros, Salvador Munguía,
arquitecto Juan José Ríos, Swald Huerta, Eduardo Vázquez Célis, Isadora
Adams, Valter Wernli, doctor Víctor Hugo Moreno Melgar, Marco Tulio
Hernández, Georgina Abud, Michelle Pineda, José Cruz Luis Sánchez.
Para Alejandro Cárdenas Cantero por crear el soundtrack Secreto Maximi-
liano con sugrupo Flexner Dissident.
Esta investigación está basada en el trabajo de los grandes historiadores,
periodistas y pensadores que han explorado y documentado los diversos
componentes de este episodio apabullante: José Antonio Crespo, Patricia
Galeana de Valadés, Armando Victoria Santamaría, Héctor de Mauleón,
Alejandro Rosas,Paco IgnacioTaibo II, Benito Taibo, C. M. Mayo, Pedro
J. Fernández, Konrad Ratz, David Estrada, Wenceslao Vargas Márquez,
Pedro Salmerón, Bertha Hernández, Martha Zamora, David R. Stevens,
M. M. McAllen, Martha Robles, José Manuel Villalpando, Carlos Tello
Díaz, H. Hyde, William M. Ferraro, Fernando del Paso, José Luis Blasio,
Samuel Basch, Wilhelm Knechtel, Juan de Dios Arias, Francisco Castella-
nos, Doralicia Carmona, Josué Huerta, Anton von Magnus, Luis Reed To-
rres, Brigitte Hamann, Anka Muhlstein, Francisco Martín Moreno, Henry
Kissinger, Laura Martínez-Belli, Lília Díaz, José Fuentes Mares, Friedrich
Katz, Guadalupe Loaeza, Suzanne Desternes, Henriette Chandet, Eloy
Garza, Esther Acevedo, Paul Johnson, Salvador Abascal, Marie-ftérèse Vi-
llain, Centro de Estudios de Historia de México Carso Fundación Carlos
Slim, Museo Nacional de las Intervenciones inah, Laurence van Ypersele,
Adam Hochschild, Andrés Garrido del Toral, Norbert Fryd, David Sali-
nas, Leopoldo Silberman, Erika Pani, Enrique Krauze, Robert Ryal Miller,
Ralph E. Weber, Ahmed Valtier, Paulina Andrea Moreno Castillo, Carlos
Eduardo Díaz, Verónica Díaz Favela (Expansión /cnn Español), Agustín
Rivera, Antorcha.Net,MemoriaPoliticadeMexico.org.
Antesala imperial

Las figuras de Juárez y Maximiliano están extremadamente idealizadas.


El público en general no conoce lo que sucedió realmente en lo que se
denomina Guerra de Reforma (1857-1860) e Intervención Francesa
(1861-1867), episodios claveen la definición del actual México.
La historia conocida sobre estos diez años enigmáticos generalmen-
te es una colección de leyendas romantizadas tanto de Maximiliano y
Juárezcomo de Carlota.
Sobre Maximiliano y Carlota se han escrito incontables libros en
torno a una historia de “amor” sin ahondar en sus grandes incógnitas.
Los agujeros que existen en esta trama, y el porqué vinieron a México,
llevan ciento cincuenta añossin respuestas.
El 17 de diciembre de 1861 desembarcaron en México los ejérci- tos
invasores de los siguientes países: Inglaterra, España y Francia, por una
famosa “deuda” que México no había pagado. Ocurrió mientras los
Estados Unidos vivían su Guerra Civil contra los estados rebeldes del
sur, los cuales intentaban independizarse y crear un nuevo país: la
“Confederación deEstados Americanos”, compuesta deplantaciones de
esclavos —incluyendo el gran territorio que acababan de quitarle a
México (es decir,Texas,en1848)—.
Al llegar a Veracruz, las tropas invasoras se separaron: Inglaterra y
España sorpresivamente se “rajaron” y se regresaron a sus países (el por-
qué, otro misterio, se responde en este libro), mientras que las france-
sas, al mando del ambicioso emperador Napoleón III (presunto sobrino
de Napoleón Bonaparte; genéticamente no lo fue), avanzaron hacia la
capital para invadir México y en 1864 dicho emperador trajo al país,
para que se sentara como gobernante de la nación conquistada, a un
joven príncipe europeo que carecía de la experiencia y la malicia necesa-
rias para el cargo: Maximiliano de Habsburgo. Transcurrieron tres años
ylos mexicanoslo fusilaron.

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Pasaron ciento cincuenta años más y se olvidó o borró de la historia
—en el dominio público— lo que ocurrió detrás de toda estatrama.
Hoysesabela verdad:
La Guerra Civil de los Estados Unidos y la presencia de Maximi-
liano en México no fueron dos eventos aislados y simultáneos por ca-
sualidad: se trató de un mismo fenómeno. Maximiliano (y su “Imperio
Mexicano”) fue parte de este enfrentamiento, así lo afirmaron los gene-
rales estadounidenses Philip Sheridan y Ulysses Grant (y en este libro se
explica adetalle cómo Maximiliano suministró armamento de Francia a
los rebeldes esclavistas del sur con el objetivo francés de dividir a los
Estados Unidos para siempre). A su vez, en forma más global, tanto la
guerra de Secesión como el implantar en México a Maximiliano fueron
parte de la guerra secreta que Inglaterra y Francia (y en general Europa)
estaban librando para destruir o debilitar a los Estados Unidos y evitar
queseconvirtieranen lapotencia dominante del planeta.
Los mismos Estados Unidos —hoy potencia dominante en el mun-
do— han suprimidoo minimizadoesta trama de supropio pasado.
¿Por qué? Porque sus antiguos enemigos (Inglaterra y Francia, y en
general Europa) sonsusactuales aliados.
Benito Juárez paralos mexicanos esel héroe indiscutible que ven- ció
prácticamente soloalos franceses ylos sacódeMéxico, yquien derrotó y
capturó a Maximiliano y lo condenó al fusilamiento. Pero en su
fascinante historia se borró el hecho de que los Estados Unidos
complotaron para colocarlo en el poder dos veces (1860 y1867) en esta
gran guerra secreta contra Europa, y que el enfrentamiento para sacar a
Francia ya Maximiliano de México —en pro de la Doctrina Monroe—
fue una operación norteamericana, aprobada por Lincoln, a cargo de
cinco generalesdesconocidos parael mexicanopromedio: UlyssesGrant
(quien se volvió presidente tras el éxito contra “Maxi- milian”), Philip
Sheridan, William Sherman, Lew Wallace y Herman Sturm. La
población mexicana desconoce esto porque Lincoln le or- denó a Grant
que dicha operación fuera “secreta”, y que se le ocultara incluso al
secretario de Estado.
En resumen: se borró de los libros no sólo esta operación sino el
hecho de que México fue el patio de combate entre dos adversarios
(Europa y los Estados Unidos), y que Maximiliano, Juárez, Carlota, e
incluso el propio Napoleón III, fueron sólo piezas, mas no títeres.
¿Por qué en México se ha suprimido o minimizado o distorsionado
esta trama denuestro propio pasado?

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¿Por qué los mexicanos tenemos la idea simplificada de Carlota
como una mujer bella que “se volvió loca”? ¿Por qué nadie ha investi-
gadoquéeslo que la volvió loca? Ella mismadijo categóricamente que la
envenenaron, ydio el nombre de quien lo hizo, pero hasta hoy nadie se
ha molestado en explorar su cuerpo en Laeken, cuando todo apunta a
que eso fue exactamente lo que sucedió, y que el culpable fue una
potencia, como partedel complot contra México.
¿Por qué un emperador como Napoleón III tuvo la “ocurrencia loca”
de invadir México y volverlo un “imperio”, una “superpotencia”, arries-
gando el dinero y las tropas de Francia, cuando su propia población se
oponía al proyecto por ser un “Vietnam” del siglo xix: una carnicería de
soldados que sólo estaba vaciando las arcas francesas y, según ftiers,
destruyendoala mismaFrancia? Laversión hastahoy “oficial” esque fue
un“capricho”.
El público da por hecho que los “emperadores” Maximiliano y Car-
lota no tuvieron hijos, pero ¿a qué se debió la falta de intercambios
sexualesen la pareja?, y¿existieron hijos fueradelmatrimonio? Este libro
presenta información más que abundante al respecto, así como las
pruebashasta hoydisponibles,inclusoapersonasvivas.
¿Maximiliano fue masón al igual que Juárez? ¿Es cierta la teoría de
que Maximiliano no murió, sino que la masonería lo perdonó y le dio
una nueva vida en otro lugar del mundo, con un nuevo nombre y una
nueva identidad?

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Estás a punto de explorar el siglo xix

En la era de Maximiliano, Lincoln y Napoleón III (1864), el franco


francés valía aproximadamente doce dólares de hoy (doscientos diez
pesos actuales, o 4.5 gramos de plata, o 0.29 gramos de oro, o treinta y
nuevecentavos dedólar deesaépoca, o cuarenta yseis centavos de florín
austrohúngaro). Un dólar en ese momento valía veinte dólares de hoy, o
1.85 pesosmexicanosdeeseentonces (4.36 apartir de1866).
Una leguaequivalía a4.19 kilómetros.
La avenida Insurgentes de la Ciudad de México no existía, ni tampo-
co Avenida Reforma (la creó Maximiliano). El actual Circuito Interior se
llamaba “Calzada de la Verónica”. La calle 16 de Septiembre se llamaba
“Coliseo Viejo”, pues alguna vez hubo ahí un coliseo. La ciudad termi-
naba en los actuales metros San Cosme (Garita de San Cosme), metro
Chabacano (Garita o Puerta de San Antonio Abad), y metro San Lázaro
(Garita de San Lázaro), que era de hecho aún una bahía del gran lago de
Texcoco.

Hacia elenigma

Carlota de Bélgica
Esposa de Maximiliano y emperatriz de México.
Carta al militar francés Charles Loysel (encontrada por Laurence Ypersele).
5 de mayo de 1869:

Mientras [yo] continúe siendo mujer siempre habrá posibles violencias


y el futuro del mundo no estará asegurado completamente más que con
mi cambiode sexo.

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Carlota de Bélgica
También al militar Charles Loysel (encontrada por Laurence Ypersele).
22 de abril de 1869:

Tenga usted dos cosas por seguro: quiero ser hombre, quiero desposar-
lo, ustedserálo mismoqueyo.

Robert Ryal Miller


Historiador.
Lew Wallace and the French Intervention in Mexico. 1963:

La victoria de Juárez [en 1867, contra Maximiliano] se debió en parte a


las armas, hombres, y dinero que le aseguraron en los Estados Unidos
agentescomo[el general] LewWallace.

General José María Arteaga


General mexicano del bando liberal.
Citado por Francisco Regis Planchet (1906).
Ciudad Guzmán, 22 de junio de 1864:

El Contrato del señor Juárez con los estados del sur [de los Estados
Unidos] es cierto. He visto con Uraga las cartas con las que se comu-
nica; yaunque no se fijan los términos, por otros conductos se sabe que
consisten en que entregarán al señor Juárez tres millones de pesos por
permisos para nacionalizar el algodón, y licencia para enganchar a
treinta mil americanos. (El original de esta carta hállase en poder del
señoringeniero Don Cirilo Gómez Mendívil, Lagos,Jalisco.)

General Philip Sheridan


General estadounidense a cargo de la operación secretapara derrumbar
a Maximiliano y colocar en la presidencia a Benito Juárez.
Memorias.1888:

Durante el invierno y primavera de 1866 nosotros continuamos su-


ministrando secretamente armamento y municiones a los liberales co-
mandados por Benito Juárez en México —enviándoles hasta treinta mil
mosquetas sólo del Arsenal de Baton Rouge— y para la mitad del
verano, Juárez, habiendo organizado un ejército considerable en tama-
ño, tenía posesión de toda la línea del Río Grande, y de hecho casi de
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todo México bajando hasta San Luis Potosí. Mi envío del puente flo-
tante aBrownsvilleyestasdemostracionesresultaron alarmantespara los
imperialistas de Maximiliano, tanto que en Matamoros los soldados
franceses y austriacos recularon, y prácticamente abandonaron todo el
norte deMéxico bajando hasta Monterrey.

General TomásMejía
General del bando de Maximiliano.
Previo a su fusilamiento, por parte de los liberales comandados
por Benito Juárez, tras su derrota. Junio de 1867:

En Matamoros y no en [la Ciudad de] México estaba la llave del Impe-


rio [de Maximiliano]; debimos poner allí á toda costa una fuerte guar-
nición, la cual habría hecho frente á los americanos [quienes estaban
proveyendo armamento secretamente a Benito Juárez, de Brownsville
hacia Matamoros].

Matías Romero
Representante de Benito Juárez ante el gobierno de los Estados Unidos.
Washington, 17 de agosto de 1867:

La entrada del general Grant en el ministerio de Guerra hace que ten-


gamosunamigomásen el gabinete.

Samuel Basch
Médico imperial de Maximiliano en México.
31 de mayo de 1867:

En los celos verdaderamente pueriles de los mexicanos con respecto á


cualquier intervención extranjera, les conozco tanto, que una interven-
ción abierta no serviría de nada […] Sólo una influencia secreta, y por
decirloasíconfidencial, pudieraser útil.

General William T. Sherman


Estadounidense responsable de la intervención secreta en México para
“sacar” a Maximiliano y encumbrar a Juárez en la presidencia.
Carta al general Ulysses S. Grant, jefe de los ejércitos
de los Estados Unidos.
1 de diciembre de 1866:

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Me siento tan amargado como usted sobre esta intromisión de Napo-
león [III, al colocar tropas francesas en el continente americano por su
intervención en México yla entronizaciónde Maximiliano].

Elsa Cecilia Frost


Tlalpan, México. Mayo de 1988:

Posiblemente habrá quien se indigne por los juicios de [el militar aus-
trohúngaro Carl] Khevenhüller, porque habla sin tapujos [en sus me-
morias] del apoyo económico que los Estados Unidos proporcionaron a
Juárez.

Ralph E. Weber
docid: 3928751 Seward’s Other Folly Unclassified.
Aprobado para desclasificación por la nsa (National Security Agencyde
los Estados Unidos). 12 de enero de 2011:

En los meses inmediatos después de la rendición del sur [en la Gue- rra
Civil estadounidense], el aprehensivo Seward [Secretario de Estado
americano] presionó a Napoleón III para retirar sus fuerzas militares de
México […]. En enero de 1866, el emperador francés ordenó a su per-
sonal militar en México, encabezado por el Mariscal François Achille
Bazaine,prepararla evacuación.

John H. Haswell
Asistente en el Departamento de Estado y participante en la redacción
del Cable Seward:

Este primer cablegrama enviado por el Departamento [al emperador


francés Napoleón III] fue importante para nuestro embajador en París
[John Bigelow]: causó que los franceses se fueran de México. El Secre-
tario [Seward] ordenóqueseenviaracifrado.

Paola Vázquez
La biografía de Benito Juárez que nadie nos contó en la escuela.
27 de febrero de 2016:

Juárez es recordado como el liberal que expulsó a los franceses de Méxi-


co yfusilóaMaximiliano.
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William M. Ferraro
A Struggle for Respect. 2008:

[Ulysses] Grant [general supremo de los Estados Unidos] veía a los


imperialistas mexicanos [los partidarios de Maximiliano y Francia]
como una verdadera amenaza a la Doctrina Monroe [“América para los
americanos”] y simpatizó de corazón con los republicanos [Juárez y su
ejército].

Ulysses S. Grant
General en jefe de los ejércitos de los Estados Unidos durante la Guerra
Civil (1861-1865), nombrado por el presidente Abraham Lincoln.
Una vez que él y Lincoln lograron vencer a los estados rebeldes del sur y
pusieron fin al enfrentamiento. 1865:

Now, on Mexico.
(Ahora, sobre México)

General Ulysses S. Grant


Personal Memoirs of General U. S. Grant. 1885:

La rebelión de los estados del sur [que dio lugar a la Guerra Civil es-
tadounidense en 1861] se debió en gran medida a nuestra guerra con
México [de 1847-1848, donde los Estados Unidos se apropiaron de
Texas]. Recibimos nuestro castigo en la mássanguinaria ycara guerra de
los tiemposmodernos.

Michael Liebig
Historiador. 28 de abril de 2006:

Bismarck [Canciller de Alemania/Prusia] se arriesgó a desatar esa guerra


[en Europa, contra Dinamarca, en 1864, paraapoderarse deSchleswig y
Holstein e iniciar la integración de Alemania] porque él sabía que
Francia e Inglaterra estaban atadas en la Guerra Civil de los Estados
Unidos y en su aventura con el emperador Maximiliano en México. Por
ello, [John Lothrop] Motley [embajador estadounidense en Austria y
amigo de Bismarck] consideraba la guerra contra Dinamarca como un
alivio útil paralos EstadosUnidos.

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John Lothrop Motley
Carta su mamá. Viena, Austria. 22 de septiembre de 1863:

La situación es realmente grave yamenazante para nosotros [el apoyo de


los franceses para colocar a un europeo en México como emperador, es
decir, Maximiliano]. Afortunadamente nuestro presidente [Abraham
Lincoln] es el hombre más honesto que ha existido, y no hay Ministro
de Asuntos Extreriores más hábil que William Seward. Creo que ellos
vanaevitarel declararnosen guerra[contra Francia].

William Seward
Memorándum al presidente Abraham Lincoln. 1 de abril de 1861:

De no recibir explicaciones satisfactorias por parte de España y Francia


[sobre su envío de ejércitos de invasión a México mientras los Estados
Unidos estaban en su Guerra Civil], usted debe convenir al Congreso
paradeclararlelaguerraa ambos.

Lord Wodehouse
Virrey de Inglaterra en Irlanda.
27 de septiembre de 1865:

El ataque estadounidense contra Irlanda bajo el nombre de “Fenianis-


mo” [una rebelión social de irlandeses contra el yugo británico, insti-
gada desde los Estados Unidos] puede haber fallado por ahora, pero la
serpiente sólo fue quemada, no murió. Es poco probable que los cons-
piradores americanos ahora intenten obtener compensación en nuestras
provincias norteamericanas [Canadá] […]. Debemos enviar más arma-
mentos a Canadá y también envíenme más a Irlanda, todos son contra
los EstadosUnidos.

General Lew Wallace


Responsable secreto estadounidense de proporcionar armamento a Benito
Juárez contra Maximiliano y contra las tropas de Francia en México.
Informe al general Ulysses S. Grant en el Hotel Metropolitan.
14 de diciembre de 1865:

¿No es posible efectuar algo a través de un fondo secreto?, o ¿no se pue-


de hacerun tratadode un préstamo secreto con México?[para proveer
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armamento desde Nueva Orleans hacia Brownsville, Texas, para los jua-
ristas en Matamoros con el fin de coordinar las tropas estadounidenses a
lo largo dela frontera con México paraunaeventual invasión].

Carl Khevenhüller
Comandante austrohúngaro al servico de Maximiliano.
10 de mayo de 1865:

Los americanos están concentrando tropas en Monterrey. La guerra ci-


vil ahí ha terminado. Es inconcebible el pensamiento de un imperio al
lado de esa república infame [los Estados Unidos]. ¡Qué error cometió
Europa al no apoyar con tiempo al sur [de los Estados Unidos, en su
rebelión contrael norte].

Carl Khevenhüller
28 de mayo de 1865:

El rocío de balas de los fusiles de dieciséis tiros que ahora tiene el ene-
migo [los mexicanos juaristas, opuestos a Maximiliano], proporcionado
porlos americanos, estan terrible queresultadifícil dedescribir.

Benito Juárez
Presidente mexicano expulsado y en lucha mientras Maximiliano fue
impuesto como emperador por los franceses.
Carta a Bernardo Revilla. 24 de abril de 1866:

Hasta ahora, todas las probabilidades están en contra [de Maximilia-


no], no porque el gobierno del norte [Estados Unidos] haya exigido a
Napoleón que retire sus tropas para mediados de mayo, lo que no pasa
de un borrego, sino porque la opinión pública en Francia está
pronunciada abierta yenérgicamente contra la permanencia del ejército
francés en esta República [Mexicana] […]. Lo que el gobierno del norte
ha hecho últimamente es pedir a Napoleón que fije el tiempo en que ha
de retirar sus tropas […] y, como éste tiene un interés más grande que
asegurar, que es la permanencia de su dinastía, poco le importa que se
lleveel diablo a Maximiliano.

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JamesBuchanan
Presidente de los Estados Unidos anterior a Lincoln.
Mensaje ante el Senado. 7 de enero de 1858:

Está fuera de dudas que el destino de nuestra raza es expandirnos por el


continente deNorteamérica […] hacia el sur.

William M. Churchwell
Carta confidencial al presidente James Buchanan.
Veracruz, 22 de febrero de 1859. (Fuente: Jorge L. Tamayo):

El Presidente [Benito] Juárez es hombre de unos cuarenta y cinco años


de edad, indio sin mezcla, bien versado en las leyes de su país, recto y
prudente jurisconsulto pero político tímido y desconfiado; enérgico e
incorruptible y, sin embargo, bueno, apacible en su trato, modesto
como un niño […], pero no tiene influencia sobre sus ministros […].
[ASebastián] LerdodeTejada —que estáen el gabinete porsugestión de
vuestroagente[…]— debemos considerarlo como la persona más digna
de confianza por sus simpatías hacia nosotros [los Estados Uni- dos]
[…] Los recursos naturales del país [México] deben ser inmensos […],
aunque el comercio de exportación e importación está paralizado en
buena parte [por la Guerra Civil entre Benito Juárez y Miguel Mira-
món] […] Su riqueza mineral jamás ha sido desarrollada y su valor ma-
terial es inconcebible […] No se sorprenda cuando sepa que Miramón
ha ocupado Jalapa; si él lo intenta, existe la intención de permitírselo,
para cortarle más efectivamente la retirada, atacarlo por la retaguardia y
acercarlo aVeracruzlo más posible.

Brigitte Hamann
Historiadora austriaca.
Viena-Múnich, 1983:

Los estados más afectados [por las deudas mexicanas al exterior]


—Francia, España e Inglaterra— resolvieron realizar una intervención
militar y enviaron sus tropas a Veracruz. Los Estados Unidos estaban
preocupados con suspropios problemas en la guerra de Secesión yno se
interpusieron en México, como habían amenazado hacerlo con su
Doctrina Monroe.

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Brigitte Hamann
Viena-Múnich, 1983:

La conclusión de la Guerra Civil norteamericana en abril de 1865 tuvo


gran trascendencia para el Imperio Mexicano [de Maximiliano, auspi-
ciado por el ejército de Francia]. Más que nunca los Estados Unidos
apoyaron a los republicanos bajo [Benito] Juárez, por una parte con
armas, por otra, sin embargo, con la opinión pública […]. Los imperia-
listas [de Maximiliano] tuvieron que contar ahora con la posibilidad de
un ataque estadounidense por el norte […]. A partir de ese momento,
NapoleónIII trató deretirarse de México.

Folliot de Crenneville
Asesor político del hermano de Maximiliano, Francisco José de Austria.
24 de septiembre de 1863:

Esperoque[Maximiliano] nunca regresea Austria.

Carlota de Bélgica
Cuando su esposo Maximiliano estaba temeroso, pensando en renunciar
al trono de México, ante la amenaza de un ataque estadounidensey ante
la fuga de soldados hacia Francia. 10 de junio de1866:

Abdicar es condenarse, extenderse a sí mismo un certificado de inca-


pacidad, y esto es sólo aceptable en ancianos o en imbéciles, no es la
manera de obrar de un príncipe de treinta y cuatro años […]. Yo no
conozco ninguna situación en la cual la abdicación no fuese otra cosa
queunafalta o una cobardía.

General LewWallace
1865:

El presidente Lincoln me aconsejó no mencionar el asunto [de la


operación secreta de armamentos a México para Benito Juárez] al Sr.
[William] Seward[Ministro deAsuntosExtrerioresamericano.

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Robert Ryal Miller
Indiana Magazine of History, Volume 58:

La Comisión de Reclamaciones Estados Unidos-México de 1868 [en


los archivos del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Gru-
po de Registros 76 (U.S. National Archives-Docket 676); establece]
aprovisionamientos militares de los Estados Unidos por dos millones de
dólaresenviadosaBenito JuárezenMéxico.

Edwin C. Fishel
Documento inicialmente confidencial aprobado por la cia paradifusión
el 22 de septiembre de 1993:

[Ésta es la] historia sobre un descubrimiento crítico de inteligencia casi


no dado a conocer en la historia de la intervención de Francia en Méxi-
co duranteydespuésdela guerra civil.

David Salinas
Realidad y ficción en el diálogo interno de Carlota. Abril de 2015:

Así, concluye vanYpersele, esa crisis de nervios “insoportable” hace que


la emperatriz [Carlota] tenga “fantasías masoquistas y sádicas” […]. En
la carta fechada el 13 de mayo de 1869, Carlota le comenta a Loysel el
placer que siente al azotarse en su habitación yle explica la cantidad de
azotes que se suministra y las partes de su cuerpo que se golpea para
podersentir más placer.

Maximiliano
Siendo ya emperador de México.
Decreto de Pase de Bulas y Rescriptos. 7 de enero de 1865:

Se prohíbe en el ImperioMexicanola publicación de la encíclica papal


Quanta Cura dediciembre de1864.

22
1

Miércoles 19 de junio de 1867, 07:00 h


Querétaro, México

En el frío del amanecer, el alto, barbudo, flaco y pelirrojo ex emperador


de México, Fernando Maximiliano de Habsburgo-Lorena, de treinta y
cuatro años y 1.87 metros de altura —príncipe de la Casa del Imperio
austrohúngaro—, miró al horizonte, endirección alasalidadelsol.
Escuchó el graznidodel cuervo. Siguió subiendo por las piedras secas
del Cerro de las Campanas, entre los magueyes, observado por los
cuatro mil soldados mexicanos convocados por el general Mariano
Escobedo parapresenciar sufusilamiento: hombres bajo el comando del
general JesúsDíaz deLeón.
Detrás de Maximiliano —capturado por el ejército de Benito
Juárez— trotaba nerviosamente su fotógrafo imperial: el “ardoroso”
François Aubert; temblando, arrastraba entre las rocas su pesado apa-
rato de emulsiones de plata. Lo detuvo el coronel Miguel Palacios, “la
Hiena”.Colocó susable detal formaquele obstruyóla cámara.
—Esto no. Regrésese abajo. Nadie va a tomar fotografías del fusila-
miento —y lo empujó.
Lo vio irse ladera abajo, protestando en francés, entre los soldados de
las vallas. Uno de ellos pateó su pesado aparato, el cual se deslizó por la
montaña.
Los tres convictos —Maximiliano y sus dos máximos generales du-
rante el conflicto: el alto Miguel Miramón y el indio otomí Tomás Me-
jía—, sentenciados a morir por traición a México, por crimen contra la
Independencia y contra la seguridad nacional, avanzaron seguidos por
los guardias.
Subieron por el terraplén hasta el punto donde la ladera estaba des-
pejada de magueyes y había una pequeña barda de ladrillos de adobe,
resquebrajados.

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