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HISTORIA DE TENA

Jairo Martin Gómez Molina


Docente
• Tena fue fundada hace 448 años a raíz de la
encomienda otorgada al general don Pedro de
Orzua y Orzua en 1548 por el señor licenciado
Miguel Díaz de Armendáriz y la cual fue expedida
de puño y letra por Juan Flórez de Ocáriz, escribano
mayor del Nuevo Reino de Granada
• Ya en 1627 la historia relata que la población de Tena
contaba con quinientas almas y la hacienda de ese
nombre era de propiedad de Francisco Maldonado de
Mendoza, de quien fue heredero el marques de San Jorge,
y quien recibió en encomienda la Hacienda de Tena.
Estaba casado con Jerónima Correa, descendiente de
capitán Anton de Olaya, quien en 1530 pasó a Las Indias y
acompañó a Jiménez de Quesada en la fundación de
Bogotá.
• El mismo Maldonado de Mendoza fue dueño
de la dehesa (bosque) de Bogotá del
marquesado de San Jorge. Posteriormente, la
compañía De Jesús, estimulada por el
gobierno de Juan de Borja en 1690, adquirió
muchos terrenos en el valle de Tena.
• Los Jesuitas, cuentan las crónicas,
explotaron allí una mina de diamantes.
Hay tradición que los Padres Jesuitas
explotaron una mina de diamantes en
Tena.
• El 12 de mayo de 1709, encontró nuestro
Reverendo Padre Maximino Rivero, en la
exploración que hizo por las peñas
blancas de Tena, para la apertura de un
camino entre nuestra hacienda y
nuestros apartaderos de Viotá, un
criadero de diamantes de la misma
calidad, brillo y fineza que los que se
encuentran en el Brasil...
• El Padre Rivero recogió veinte y dos piedras, que pulidas y
pesadas han dado 1523 quilates. Nuestra magnífica
Custodia del Templo de la Compañía tiene ciento dos
diamantes, pulimentados por el maestro Ignacio Quintero.
La rica custodia del Templo de San Ignacio se encuentra
guarnecida de diamantes provenientes de la misma mina.
A raíz de la expulsión de la Comunidad Jesuita ordenada
por la Real Pragmática de Carlos III en 1767, la Real
Audiencia de Santa Fe levantó expediente para investigar
el paradero de la mina. Pero el tesoro aún sigue escondido.
• Esta mina también se relata, que se encontraba en
Ciénaga, al otro lado del río Bogotá, hacienda que
perteneció a don Mariano Santamaría. Es así como varios
hacendados de esa margen izquierda del río Bogotá
reclamaron para sus tierras el lugar privilegiado en donde
los jesuitas escondieron la legendaria mina.
BOLÍVAR Y SANTANDER, DUEÑOS
DE TENA.
• Tena Abandonada por Clemente Alguacil, quien
desapareció con los realistas, Tena quedó en poder y pasó
a ser de propiedad del gobierno de la Gran Colombia, el
cual hizo donación de la hacienda a los generales Simón
Bolívar y Francisco de P. Santander, por partes iguales,
quienes cedieron sus sendos derechos a sus hermanas
Juana Bolívar y Josefa Santander.
• Luego, la primera cedió a la segunda todos sus derechos. El
general Santander visitaba la hacienda de su hermana con
mucha frecuencia, ponía orden en la región, disfrutando
además de la placidez del paisaje de la bonanza y
tranquilidad de Tena y de sus gentes e inspiro sus gestas
republicanas.

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