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Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores

Federico García Lorca


Contexto histórico y literario

• El teatro de preguerra destaca por presentar propuestas


comerciales del gusto del público burgués pero hubo algunos
dramaturgos que intentaron renovar la escena teatral
española, aunque con poco éxito. Dentro de este grupo
encontramos a Valle-Inclán, Unamuno, Azorín y
García Lorca. Este último fue uno de los pocos que logró
hacerse un hueco dentro del teatro comercial.
Federico García Lorca
• La dramaturgia de Lorca
aúna muchas de las
características del teatro
clásico español al que el gran
poeta granadino añade un
lenguaje poético y en
ocasiones con rasgos
vanguardistas.
Federico García Lorca • El tema dominante de
toda su obra teatral es el
enfrentamiento entre
el individuo y la
autoridad. El individuo,
que defiende el amor, la
libertad, el deseo, es
derrotado por la autoridad
(el orden, el sometimiento
a las tradiciones,
convenciones sociales).
• Su gran personaje es
la mujer y su tema
esencial, al cual
podrían reducirse
todas las variantes que
aparecen en sus obras,
es el del amor
imposible.
Doña Rosita
la soltera o el
lenguaje de
las flores
"Concebí Doña Rosita en 1924. Mi amigo Moreno
Villa me dijo un día: «Te voy a contar la
historia bonita de la vida de una flor, la Rosa
mutábile, de un libro de rosas del siglo XVIII».
Venga. «Había una vez una rosa ... » y cuando
acabó el cuento maravilloso de la rosa, yo tenía
hecha mi comedia. Se me apareció terminada,
única, imposible de reformar."
Origen y tema
• La obra se escribió en
1935 y fue la última
estrenada en vida de
Lorca de la mano de la
compañía de Margarita
Xirgu.
Origen y tema

• Tema: Lorca plantea el tema


de la "solterona", la mujer
provinciana que ve consumirse
su vida en un noviazgo que no
se define, en la espera triste y
desairada de un matrimonio
que no llega. El ambiente
familiar y social en el que vive,
lleno de prejuicios, va llevando
al personaje a la dolorosa
angustia de la frustración hasta
llegar a la destrucción.
Estructura
La obra se divide en tres actos. Cada acto representa una
acción fundamental en el devenir vital de la protagonista y en
cada uno de ellos ocurre un suceso inesperado que provoca un
cambio imprevisible en el curso de los acontecimientos:

Primera acto: la partida del novio de Rosita (factor


desencadenante de toda la acción posterior).

Segundo acto: la carta que anuncia el casamiento


por poder.

Tercer acto: la mudanza.


Estructura
Los hechos, más o menos importantes,
tienen lugar en realidad entre un acto y
otro. Vemos el irrestañable paso del
tiempo como elemento que corroe,
desgasta, destruye,...
Toda la obra se caracteriza por su acción
lenta y demorada: la mayoría de las
situaciones se reducen a largas
conversaciones con las diversas visitas
que van llegando a la casa de Rosita a lo
largo de los tres actos.
Estructura
El ritmo de la pieza es lento,
y ello es perfectamente adecuado
a la índole del tema y de las vidas
que se quiere describir: el primer
acto es el más movido y ágil; en el
segundo la única momentánea
animación se produce con la
llegada de la carta; el desenlace se
desarrolla lenta,
desmayadamente, mostrando al
público paso a paso los detalles de
la decadencia y disolución de un
mundo que siempre careció de
verdadera sustentación.
Personajes
Rosita

La tía

El ama

Grupos femeninos
• Las manolas
• Las solteronas
• Las ayolas
Personajes masculinos
Personajes: Rosita
• Su presencia y su drama
dominan toda la obra.
• No hay en este personaje una
verdadera evolución o cambio
interior, lo que se modifica es
su suerte por circunstancias
externas, pero ella se mantiene
siempre igual: ya en el primer
acto manifiesta una urgencia
por el paso del tiempo, que
revela su incapacidad de vivir a
fondo cualquier situación.
Personajes: Rosita
• En Rosita hay una profunda imposibilidad
de enfrentar la realidad y hallar soluciones
positivas y vitales.
• El medio social plagado de
convencionalismos y prejuicios la ha
moldeado de tal forma que ha anulado su
capacidad de reacción. Su escala de valores
sufre una lamentable confusión: para ella
olvidar a su novio y realizarse como esposa
junto a otro hombre sería "dar que hablar", y
su "seriedad" de mujer honesta no se lo
permite. Por eso la solución es huir de la
realidad, fingir no verla.
Personajes: la tía
A pesar de su carácter bondadoso y maternal, pesa negativamente en la
vida de la protagonista: al principio niega al sobrino la posibilidad de
casarse con ella porque aún debe labrarse un futuro económico y sólo al
final, cuando ya es definitivamente tarde, le reprocha no haber sabido
hallar mejor solución para su vida. Es un personaje desdibujado, sin vida
propia ni peso dramático.
Personajes: el ama
Es todo lo contrario a la tía: un personaje vigorosamente trazado y del
cual emana una intensa afectividad y calor vital. Es la contrapartida de la
tía, con la cual se enfrenta pacíficamente en reiteradas oportunidades. El
autor la ha enriquecido con una serie de connotaciones populares: es
supersticiosa, le gustan las expresiones picantes, tiene un gran sentido
común y una visión práctica y realista de la vida, es activa y trabajadora
y su generosa capacidad de amar la erige constantemente en el centro
afectivo y vital de la pieza.
Personajes: grupos femeninos
Grupos femeninos que rodean a Rosita: constituyen
una especie de coro y de telón de fondo de su presencia.
• Las manolas: participan de su misma actitud vital: la esperanza en un
mañana plena y feliz.
• Las solteronas: son una especie de espejo deformante en el que Rosita
puede contemplarse. Son figuras grotescas que anticipan en su miseria actual
la decadente situación económica de aquella en el futuro.
• Las ayolas. Son la contrapartida de Rosita y de las solteronas. Sus frescas
ansias de vivir, de casarse, de realizarse, su juventud, acentúan por contraste
el paso del tiempo y el deterioro de las cuatro mujeres maduras.
Personajes: personajes masculinos
Tienen muy poco peso en la obra, salvo el novio, no por
presencia sino por ausencia. Los que se mueven en
escena, o son poco importantes dentro de la acción o
cumplen funciones específicas y subsidiarias.
El tiempo
El tiempo es el real desencadenante de situaciones.
Lorca refleja cómo fluye el tiempo, que todo lo carcome
y lo deteriora, por ser un tiempo vacío y sin sentido. Lo
más importante que tiene lugar entre un acto y otro es el
transcurso de los primeros quince años y de los diez
siguientes, veinticinco en total. Ese paso del tiempo se
marca en la obra a través de diversos elementos:
• La transformación de la propia protagonista: el proceso que va desde
la lozanía a la decrepitud (este proceso se sintetiza en la "Rosa
mutábile" cuyo día equivale a la vida de la protagonista).
• El cambio de la moda es el elemento visual que expresa el fluir
temporal.
• Las actitudes de Rosita ante el tiempo varían según las diversas
épocas de su vida y señalan cambios fundamentales: de la vitalidad
del primer acto a la falta de energía del último.
• La insistencia con que se marca la hora “crepuscular” del último acto.
El lenguaje
La obra está escrita en prosa y su más
profunda esencia es dramática, pero
se intercalan numerosos fragmentos
líricos que subrayan las ideas claves
de la obra (“Poema de la rosa
mutábile”, “El poema a las tres
Manolas”, “El lenguaje de las
flores”,...).
El lenguaje

Lorca siempre hace uso


de los símbolos en sus
obras. Aquí lo vemos
en la propia “rosa
mutábile” (símbolo de
la propia Rosita) o en el
uso de los colores.
El simbolismo de los colores
El blanco: es el color de
la vejez, de la plata de
El rosa: de ese color son
los cabellos, del metal
los tres vestidos de
de la noche (la luna). La
Rosita a lo largo de los
flor y Rosita se
tres actos. Nombre, flor
identifican en el vestido
y color simbolizan la
El rojo (es el color de la blanco que ésta se pone
esencia misma del
Rosa mutábile por la para abandonar la casa
personaje que
mañana): es símbolo de al final de la obra. Al
permanece inalterable:
la plenitud vital, de la mismo tiempo, las
cambia la moda, es
lozanía y de la pasión blancas cortinas que se
decir, pasa el tiempo,
juvenil. mueven agitadas por el
pero no la tonalidad,
viento en la sala vacía,
que la representa en su
antes de que el telón
ser femenino y en su
baje definitivamente,
melancólico matiz de
evocan los velos del
postal antigua.
traje de novia que
nunca llegó a vestir.
Valoración final
Como su poesía, las obras de Lorca están
dotadas también de un sentimiento
trágico y a la vez lírico. Todos los
problemas se convierten en generadores
del conflicto individual o social y de la
misma acción dramática. En sus obras la
mujer es protagonista relevante. En
Doña Rosita la soltera vemos lo mejor
del teatro lorquiano: la mujer como
protagonista absoluta, el conflicto entre
lo que soñamos y lo que realmente
vivimos, y el drama de vivir una vida
condenada a la soledad. Todo ello
expresado con un lenguaje poético que
alcanza las más altas cotas de fuerza
expresiva y extraordinaria eficacia
dramática.
Romance de la pena negra
Las piquetas de los gallos
cavan buscando la aurora,
cuando por el monte oscuro
baja Soledad Montoya.
Cobre amarillo, su carne
huele a caballo y a sombra.
Yunques ahumados sus pechos,
gimen canciones redondas.
—Soledad: ¿por quién preguntas
sin compaña y a estas horas?
—Pregunte por quien pregunte,
dime: ¿a ti qué se te importa?
Vengo a buscar lo que busco,
mi alegría y mi persona.
Romance de la pena negra

—Soledad de mis pesares,


caballo que se desboca,
al fin encuentra la mar
y se lo tragan las olas.
—No me recuerdes el mar
que la pena negra, brota
en las tierras de aceituna
bajo el rumor de las hojas.
—¡Soledad, qué penas tienes!
¡Qué pena tan lastimosa!
Lloras zumo de limón
agrio de espera y de boca.
Romance de la pena negra
—¡Qué pena tan grande! Corro
mi casa como una loca,
mis dos trenzas por el suelo
de la cocina a la alcoba.
¡Qué pena! Me estoy poniendo
de azabache, carne y ropa.
¡Ay, mis camisas de hilo!
¡Ay, mis muslos de amapola!
—Soledad: lava tu cuerpo
con agua de las alondras,
y deja tu corazón
en paz, Soledad Montoya.

*
Romance de la pena negra

Por abajo canta el río:


volante de cielo y hojas.
Con flores de calabaza
la nueva luz se corona.
¡Oh, pena de los gitanos!
Pena limpia y siempre sola.
¡Oh, pena de cauce oculto
y madrugada remota!

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