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LA NECESIDAD DE UN
RESCATE
“El hijo del hombre …[vino] para
servir, y para dar su vida en rescate
por muchos”.
Mateo 20:28
Divalmir
Nogueira, de 43
años, de pronto
notó que un
camión estaba
ocupando su
espacio y
cerrando su
passo...
La Biblia presenta
el mejor plan de
rescate que haya
ocurrido en la
historia de la
humanidad.
Entender este rescate
protagonizado por Jesucristo
nos ayuda a comprender más
acerca de nuestra necesidad
de este plan tan esencial
para proveer redención, así
como esperanza para toda la
humanidad.
“El hijo del hombre …[vino] para
servir, y para dar su vida en rescate
por muchos”.
Mateo 20:28
RESCATE: precio
pagado para
librar a alguien de
la esclavitud o de
la prisión.
El precio pagado
por la liberación
del pecado y la
condenación tuvo
un costo elevado,
el sacrificio y la
crucifixión de
Jesús.
En el Calvario,
Cristo dio la vida
en favor de
muchos,
reparando un
error del pasado.
El pecado se reveló
no como algo
puntual, sino
generacional. La
muerte pasó a
todos los hombres,
de generación en
generación.
“Así que, como por la transgresión de
uno vino la condenación a todos los
hombres, de la misma manera por la
justicia de uno vino a todos los
hombres la justificación de vida”.
Rom. 5:18
Dios es amor,
pero también es
justicia.
Por ese motivo, el
sacrificio de
Jesús fue
pensado y
ofrecido a la
humanidad.
Por medio del sacrificio de
Cristo se produce la
liberación de Dios para la
humanidad, que en este acto
tiene la posibilidad de
obtener la victoria sobre el
pecado y la muerte.
Y en la
actualidad,
¿hasta qué punto
este rescate
continúa siendo
necesario?
El rescate de Cristo
libera
completamente del
yugo de la esclavitud.
La libertad de Cristo es
plena. Él nos libera del
pecado. Pensar en el rescate
de Jesús como ejercicio
diario ayuda a traer este
contexto a la vida espiritual
del cristiano.
Los cristianos fueron
“comprados por precio” (1
Corintios 6:20; 7:23).
Éxodo 30:13-16
fuimos comprados
por buen precio, en
un plan de rescate
perfecto.
El pecado
provocó la
separación entre
el hombre y Dios.
“Mediante Cristo, se dan al hombre tanto restauración como
reconciliación. El abismo abierto por el pecado ha sido salvado por
la cruz del Calvario. Un rescate pleno y completo ha sido pagado por
Jesús en virtud del cual es perdonado el pecador y es mantenida la
justicia de la ley. Todos los que creen que Cristo es el sacrifico
expiatorio pueden ir y recibir el perdón de sus pecados, pues
mediante los méritos de Cristo se ha abierto la comunicación entre
Dios y el hombre. Dios puede aceptarme como a su hijo y yo puedo
tener derecho a él y puedo regocijarme en él como en mi Padre
amante. Debemos centralizar nuestras esperanzas del cielo
únicamente en Cristo, pues él es nuestro sustituto y garantía”