El documento presenta las diferentes acepciones del término matrimonio desde las perspectivas del derecho canónico y civil. Define el matrimonio como un sacramento y contrato en derecho canónico, y como un contrato bilateral y solemne en derecho civil, aunque reconoce que no puede regularse completamente como un contrato debido a sus características especiales. También discute las teorías del matrimonio como institución o negocio jurídico.
El documento presenta las diferentes acepciones del término matrimonio desde las perspectivas del derecho canónico y civil. Define el matrimonio como un sacramento y contrato en derecho canónico, y como un contrato bilateral y solemne en derecho civil, aunque reconoce que no puede regularse completamente como un contrato debido a sus características especiales. También discute las teorías del matrimonio como institución o negocio jurídico.
El documento presenta las diferentes acepciones del término matrimonio desde las perspectivas del derecho canónico y civil. Define el matrimonio como un sacramento y contrato en derecho canónico, y como un contrato bilateral y solemne en derecho civil, aunque reconoce que no puede regularse completamente como un contrato debido a sus características especiales. También discute las teorías del matrimonio como institución o negocio jurídico.
ACEPCIONES DE LA PALABRA MATRIMONIO Con éste término suelen denominarse dos aspectos diferentes aunque estrechamente relacionados entre sí: El acto conformativo del matrimonio y el estado matrimonial, lo que en Derecho Canónico se denomina matrimonio in fieri y matrimonio in facto esse: acto constitutivo del matrimonio y estado del matrimonio. Aunque estos distintos significados en la mayoría de las lenguas latinas se expresan con el término MATRIMONIO, en la lengua castellana se distingue entre casamiento, como consentimiento matrimonial y matrimonio como estado permanente. Según el diccionario de la RAE, el término CASAMIENTO significa: “Contrato hecho con las solemnidades legales entre hombre y mujer, para vivir maridablemente”, al paso que con el término MATRIMONIO se designa a la “unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales”. NATURALEZA JURÍDICA DEL MATRIMONIO La discusión sobre la naturaleza jurídica del MATRIMONIO ha traído dificultades y disenso en la doctrina, sin que haya unanimidad sobre el particular. Se han sostenido varias posiciones que lo califican desde contrato, hasta negocio jurídico, pasando por el de institución. EN EL CAMPO DEL DERECHO CANÓNICO En el Derecho Canónico, el Matrimonio celebrado entre Católicos (personas bautizadas), en su calificación jurídica se con figuran dos aspectos, por una parte es un SACRAMENTO y por otra, es un CONTRATO, lo cual resulta indisoluble. El Tribunal Eclesiástico Superior de Colombia, sostiene que: “El Matrimonio es un verdadero contrato, de la mayor importancia, y al mismo tiempo un sacramento. Como contrato debe aplicársele la antigua definición que lo considera como concurrencia de dos voluntades en un mismo objeto. Y como sacramento, es el mismo contrato que Cristo elevó a la dignidad de signo productivo de gracia, por lo cual lo que sea esencial al contrato, lo es también al sacramento (…)”. Obviamente ésta unión tiene más fundamento teológico que jurídico. EN EL CAMPO DEL DERECHO CIVIL A partir de la revolución francesa de 1789, el Matrimonio empezó a mirarse como un contrato. Por ello, la constitución francesa de 1791, acogió dicha teoría en forma expresa. A ésta calificación, que fue indiscutible a lo largo de todo el siglo XIX, adhirió el Código Civil Chileno, que con varias reformas, vino a ser posteriormente el de la República de Colombia. Así, según el Artículo 113 del C.C., el MATRIMONIO es un CONTRATO. Es decir, la ley le da ese carácter de una manera expresa. También el Artículo 115 del C.C., o configura como tal al anotar que el “contrato de matrimonio se constituye y se perfecciona por el libre y mutuo consentimiento de los contrayentes”. El Artículo 135 ibídem, de igual forma, al referirse a “la naturaleza del contrato de matrimonio (…). El Artículo 16 de la Ley 57 de 1887 reitera tal carácter cuando manifiesta que “fuera de las causas de nulidad de matrimonio civil enumeradas en el Artículo 140 del C.C. y el Art. 13 de dicha ley, no hay otras que invaliden el CONTRATO MATRIMONIAL” .
El legislador afirma tal carácter al calificarlo de
solemne, toda vez que se requiere una serie de formalidades o ritualidades para la válida expresión del consentimiento. Se trata también de un CONTRATO BILATERAL en razón de que las partes contratantes se obligan recíprocamente (Art. 1496 C.C.). De TRACTO SUCESIVO, porque las obligaciones que de aquel emanan se satisfacen jurídicamente y permanecen durante todo el transcurso del matrimonio. PRINCIPAL, en razón a que subsiste por sí mismo (Art. 1499 C.C.). NOMINADO, porque el C.C. lo consagra, lo califica y lo desarrolla. CONMUTATIVO, porque las obligaciones que emergen para los contrayentes son equivalentes (Art. 1498 C.C.). INTUITU PERSONAE, pues se acuerda en consideración a la persona. El Artículo 1495 del C.C., al presentar la definición legal de contrato siguiendo a SAVIGNY, creo una sinonimia entre contrato y convención. Analizada la regulación que respecto de los contratos trae el C.C. Colombiano y su definición en particular , se observa que, el legislador le otorga al vocablo “contrato”, un contenido conceptual bien determinado, con capacidad para generar prestaciones igualmente determinadas por la ley, las que aparecen con un trasfondo de tipo patrimonial o económico. Estos aspectos hacen que la regulación de los contratos del C.C. no se pueda aplicar de forma íntegra al matrimonio, porque le es extraña. “El MATRIMONIO no es un simple contrato, dice D’ AGUANNO, porque en aquel se tienen relaciones jurídicas permanentes no interesan solamente a los individuos que lo celebran, sino a la sociedad entera; de lo que se desprende que no es posible aplicar las reglas comunes a todos los contratos. Con el matrimonio nacen, ante todo, vínculos afectivos, entre las personas que se unen, los cuales son de carácter ético, porque tienden al mejoramiento del individuo y al bienestar social. Además con el matrimonio se origina la prole; por esto nacen relaciones varias entre padres e hijos, relaciones muy distintas de aquellas que provienen de los contratos, puesto que ni pueden romperse por medio de la voluntad, ni prescriben con el tiempo. La comunidad de sangre entre engendradores y engendrados, es un hecho biológico que no depende del arbitrio individual. Por otra parte, la familia originada por el matrimonio, es la que prepara a los hombres para la vida social; por tanto es de interés vital para la sociedad el que aquella esté construida de la manera que mejor responda a los fines sociales. La CORTE CONSTITUCIONAL, sobre el particular afirma “que si bien el ordenamiento jurídico recon0ce al matrimonio la naturaleza jurídica de un acto convencional, de un contrato en los términos del citado Art. 113 del C.C., las especiales características de su principal consecuencia, la familia, impiden aplicar esta modalidad de acuerdo de voluntades en sus diversas etapas, los mismos criterios que se aplican dentro del régimen general de los actos jurídicos y de los contratos en particular. Tampoco pueden predicarse a la responsabilidad que surge entre los cónyuges por efecto del matrimonio los criterios determinantes de la misma en otra clase de relaciones jurídicas”. EL MATRIMONIO COMO INSTITUCIÓN Quizá como reacción a los excesos de la teoría contractualista del MATRIMONIO, surgió también en FRANCIA, hacia los albores del siglo XX, la teoría de la institución y su aplicación al matrimonio, originada en las ideas de LABREDA y en CHARLES LEFEVRE desarrolladas por HAURIOU y RENARD quien la aplicó al Matrimonio. El profesor CARBONNIER adhiere a ésta teoría pues dice que el matrimonio, como acto jurídico o acuerdo de voluntades, es una verdadera institución jurídica llamada a mantenerse en tanto vivan los cónyuges. El matrimonio como institución es “un todo orgánico, algo así como un cuerpo social que desborda la esfera de las voluntades individuales”. Quienes sostienen ésta teoría dicen que es la que más se ajusta a la realidad jurídica “porque comprende en el concepto de matrimonio tanto su característica contractual como su aspecto de estado. EL MATRIMONIO COMO NEGOCIO JURÍDICO Modernamente y frente a las demás acepciones, ha venido emergiendo la teoría del matrimonio como negocio jurídico. Todos aquellos autores que distinguen entre contrato y convención pueden ser considerados lo precursores de ésta corriente. Se fundamentan en: El Matrimonio es un hecho humano, una acción del hombre y no un hecho material como los que ocurren en la naturaleza con prescindencia de la mano del hombre. El matrimonio es un acto voluntario, porque se conforma con base en el consentimiento y la libertad. Encierra fines sobretodo jurídicos, estableciendo vínculos de la misma naturaleza entre los esposos. Es un acto lícito, por que es auspiciado por la misma ley. Teniendo en cuenta nuestro ordenamiento jurídico no es plausible afirmar que, el MATRIMONIO sea un NEGOCIO JURÍDICO, pues esa acepción noes es extraña. Hoy se habla de ACTO JURÍDICO FAMILIAR, refiriéndose a todos los acuerdos de voluntades ocurridos dentro del campo del Derecho de Familia, lo que constituye un acto jurídico, sin querer crear otra categoría.