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EN BUSCA DE UN LEXICO PARA TEORIZAR LA EXPERIENCIA TERRITORIAL CONTEMPORANEA Rita Laura Segato Departamento de Anteopologia, Universidade de Brasilia rracombhe 1 de la Universidad de Bu magiter y doctora en docente y escrito neta y teligiosi idad territorial y idad de Belfast. Com explora conceptos que permitan emprender ln tarea de comprender el nuevo musdo de constitucién de los territorins en la modernisad 3 wa post Para el efecto se transita desde una precisiéin sobre las diferencias entre espacio, kerio rio lugar, pasando por un anslisis del papel del tertitorio en los modos de gobernabil propuestes por Michel Foucaul presentes en experiencias contempordneas d is de territorial hasta la bisqued Je identidad y en la diferencia fete tierra matera y pateia-hogar como mo les de apego territorial, Se propone aque en fa modernishad tardia se da una inversion de la relacién pueblo-territorio: ki cid es el eje del tersitoriay el territario pasa a ser un atributo espacial mdvi de la poblacisn, IN SEARCH OF A LEXICON TO THEORIZE CONTEMPORARY TERRITO- RIAL EXPERIENCE ABSTRACT This article explores the new ‘oncepts which allow us to undertake the task of understanding state modernity. To this ay of establishing territories in the advanced end 1 delimitation of the difference ace, teritory and place pas an analysis of the role of territory in the forms of governability put forward by Michel Foucault, to the search for new forms of territoriality present in contemporaty experiences of ethnicity and identity and the difference between motherland! and father-home as kinds of territorial attachment. We ps meslernity an inversion of the people-territory relationship takes place: the population spose that in kate is the axis of the rerritory and the tettitory becomes a mobile spatial attribute of the Definiciones analitica como Ia que aqué ada uno tiene su papel y st Espacio, terrtorio, lugar: estos términos, en una tar emprendemos, no son ni pueden ser intercambiables. sentido y debe colaborar de forma particular para entender el contexto de la vida humana, Cuando abordadas desde la perspectiva simbolica, nuestras apropiaciones discursivas del “espacio natural” que nos contiene y atraviesa, se muestran ciclicamente Uleficientes y desharatadhs por crisis historicas o catistrofes naturales que prueban st precariedad frente a la realidad inaprensible de un horizonte material por ellas, al aprisionada y huidiza. Por eso, si tratamos de mismo tiempo, revelada y escond definir el espcio dentro, todavia, del canon tesrico que acata la referencia a un plane simbélico ordenador del sentido, creo posible decir que el espacio pertenece a eve dominio de lo realy es una precondici6n de nuestra existencia, una realidad inalean xceder las categorias y medidas que le lancemos como able que siempre demostra | mismo tiempo rigido y elistico, contenido e incon: tuna red al mat, comprobando ser tenible, narrable e inenarrable, conmensurable y furtivo. La noci6n de tertitorio es de un orden mas accesible, porque territorio ya nace como representacién. Es, por ast decit, espacio representado ¥ apmpiade, wna de las formas de aprchensi6n discursiva del espacio. Pero no cualquier forma de aprehen- sin. No, por ejemplo, una representacién cientifica del espacio, como los enunciados cn lenguaje formalizado de la fisica, la geometria, o la trigonometria, o las formulas topoligicas de los matematicos y isicos, al crear modelos para atribuir una “forma” al espacio. Territorio alude a una apropiacién politica del espacio, que tiene que ver con su administracidn y, por lo tanto, con su delimitacisn, clasificacién, habitacisn, uso, Uistribucién, defensa y, muy especialmente, identificacién, Para el gedgrafo Edward Soja, territorialidad “contiene alusiones a nociones patt cularizadas, como soberanfa, propiedad, disciplina, vigilancia y jurisdicei6n” (1993: 183)". Territorio es siempre representacisn social del espacio, espacio fijado y espacio de fijacidn vinculado a entidades soctol6gicas, unidades politica, Sryanos de ‘ministeacion, y a ka aceidn y existencia de sujetos individuales y colectives. Por lo Tanto, no es espacio ni es cualquier lugar. Territorio es espacio apropiado, trazado, recotrido, delimitado. Es mbito bajo el control de un sujeto individual o colectivo, smareado por la identidad de su presencia, y por lo tanto indisociable de las categort de dominio y de poder. Por la misma razén, no existe idea de territorio que no venga ‘compahada de una idea de frontera, Limite y territorio, en una definicién endeuda sritorialidad” de Robert Sack (1986), son nociones correlati- dda con ka nocién de“ sults enfrentals rio: "Caen Enum suestivo pie de pagina, sin embargo, nos advierte sob hi A intcntar dilticlrlos estratos de sentido gue forma parte dela nocidn de Investig cl concept de territorial humana y su relacn con la onganizacidn politica del espace tines si 60 (wer Soin 1971), Buena parte de ese trabajo tuve que ser puramente defensiva, pues br Vision eneonces vigente de la tertitorialidad estaba eargada de imperatives bioctolsgicws gue Chscorectan cualquier intespretacisn socio-poktica. Para un antenta reciente de reseat y reform Hee achat sore ly erator! humana, ver Sack 1986, Pero nb mi srabajo anterior ni el de Sack poovven tit ontoloia social satisfactoria de hy tereitorilidad” (19952183) 76 vas, indisoe Nohayt yno hay en cl campo si entendien lenguajes d mancia ind dimensiéne administra de laideolo asentamien nes espacial inevitablen fisico y nat de los traba Para ac ‘mos apegar por disposi de una for hacer, pode crisis natur ficados, yd ideologta d cualquiera que nunca cia del lug tros, aise Foucault-, Ese con tituyaens activos de ‘mos llama activismo rmiento; la ros recone ojos de los Alpen nuestro cu violaciond mano, aT nizadap. prisi6n de; los cuerpo 0 la que aqui su papel y su 10 de la vida propiacions \ciclicamente Je pre por ells, tratamos de iaaun plano, renece a ese idad inalean nidoe incon orio ya nace na de las de aprehen. s enunciados las formulas na “forma” al eque ver con tain, us0, rciones parti urisdiccidn’ pacio fijado y wosde tives. Por lo pdo,trazado, Lo colectivo, que no venga én endeuda- pes correlati icade espacio fers, ie a etlipcos eke de Sack vas, indisociables, y esto se deriva en nociones varias de adyacencia, continuidad, contigitidad, discontinuidad y alteridad. No hay territorio sin sujeto de esta apropiacisn ~sujeto en posesisn y en posicién~ 1 por y no hay territorio sin otro. Terttorio es, en esta perspectiva, realidad estructura el campo simbélica y, asf como el espacio es del dominio de Lo real, supuesto pero inaleanzable en si, slo accesible en Jos formatos que la fantasia te permite asumir entendiendo como concreciones del imaginario espacial de una época y cultura los lenguajes de la arquitectura y el urbanismo, los circuitos recurrentes de la trashu- amos-, el feritorio es ka mancia individual o colectiva, y los paisajes a que nos ap dimensién econémico-politica de esta realidad imaginatia, e implica en su propiedad, administracidn y estrategias defensivas ~campo de la fantasta de dominio del sujeto y de la ideologgia patristica o nacionalista de un pueblo. El lagary, sobre todo el lugar de ssentamiento de un sujeto individual y colectivo, es el soporte donde esas produccio. tes espaciales y reritoriales se concretizan, donde se yerguen sus mojones y también, inevitablemente, donde los Kmites de un real emanado de la materialidad del espacio fisico y natural emergen en crisis periddicas e imprevisibles mostrando la precariedad de los trabajos de la imaginacién y el trayecto indeterminable de la historia, Para acceder alas diferencias importantes entre espacio, lugar y territorio, pode mos apegarnos, alternativamente, a una perspectiva que los sefiala como construidos pordispositivos de un poder omnipresente que nos instala ~sujeta y subjetiva~en ellos de una forma particular para cada época y cultura, a lo Foucault; 0, como acabo de hacer, podemos apelar al modelo ternario de un real que silo se revela al aflorar en crisis naturales o histdricas y desestabilizar el esquema simbslico que organiza los signi: ficados, y de un imaginario emanado de las fantastas de un sujeto individual y de la ideologia de un sujeto colectivo, a lo Lacan. Pero lo importante y coincidente en cualquiera de estas dos perspectivas, en todo lo demas tan antagGnicas entre si, es {que nunca las percepciones y concepciones de los diserios espaciales, de Ia experien- cia del lugar y de los apegos territoriales son independientes de un sentido del noso- t1os, asi sea este sentido del nosotros instituido al mismo tiempo que ellos ~como en Foucault, asi entre como significante en la sintaxis general de estos elementos. Ese conjunto de caracteristicas hace que lo que denominamos territorio se cons: tituya en significante de identidad (personal o colectiva), instrumento en los procesos activos de identificacién y representacién de la identidad en un sentido que poxrie mos lamar militante. Se trata de una especie de militancia de la identidad, de un activismo de los procesos de identificacién. El territorio es el escenario del reconoc rmiento; los paisajes (geogrdficos y humanos) que lo forman son los emblemas en que idad y materialidad ante nuestros propios ojos y los ‘nos reconocemos y cobramos te ojos de los otros 'Al punto que, cuando no quedan otros, nos reducimos y remitimos al territorio de nuestro cuerpo como primero y tiltimo bastién de la identidad. Es por eso que kx violacién de los cuetpos y la conquista territorial han andado y andan siempre mano a mano, alo largo de las épocas mis variadas, de las sociedades tribales a las mis moder. Los ejemplos llegan hasta hoy, cuando, en las imsgenes de tortura de la prisién de Abu-Graib, no quedan dudas sobre la sexualizacién del sometimiento de Jos cuerpos en un proceso de invasi6n contemporsnes. Esporesto que el territorio tis tos narrativa, Es una representaeién que nos representa: ntinca algo puramente referenciade por las descripeiones que de él hacemos, objetivamente, en nuestros chunciades, sino siempre también un indice que delata dénde estoy, quién soy, a qué “nyosotres” pertenezco, dinde me localizo como significance eneadenado a él en un: sintaxis singular El territorio siempre existe marcado por los emblemas identificadotes de su ocupa cisn por tn grupo particular, inseripto por la identidad de ese grupo que lo considera propio y lo transita libremente. Llamamos a esto “cultura”, y me parece interesante aiue cl paisaje mismo y el paisajismo pietorico de una nacién o regidn funcions, veces, como pintura histérica, como monumento de una historia y de una civil isn’. Esto es asf porque el paisaje emblematiza un territorio para sus apropiadores det Ja misma forma que las tradiciones, monuments y sitios historicos que alberga lo fijan Y significan su vinculo indisoluble con un grupo humano. En los regimenes moderns, son los Estados nacionales las figuras jurfdicas que ejercen el dominio 0 soberania sobre el territorio de un pais, respondiendo por su axlministracion y defensa. En los regimenes feudales, es el sefior o noble de fa comarca el duciio dela tierra y todo lo que ella alberga. Sin embargo, podriamos hablar de una contemporaneidad neo feudal caracterizada, debido a un conjunto de tazones que no 5 posible examinar aqui, por Ia declinacién y el detetioro de los Estados nacionales, en donde matias urbanas, condominios inmobiliarios, facciones partidarias, uniones comerciales, iglesias y una variedad de entidades de este nivel intermediatio, contro- lan y administran directa o indirectamente cotos teritoriales. Desde tna petspectiva local, este proceso se presenta y parece resulta de recortes tribalisticos perpetrados progresivamente sobre un espacio antes defendido como politicamente continuo. Desde una perspectiva global, e! gran gedgrafo brasilefio Milron Santos nos afrece ripcisn con gran poder de sintesis sobre el map we ese cargeter especular, como todo discurso, come una des [.s-] los territorios nacionales se transforman en un espacio nacional de economia in: ternacional {...]. La nocién de territorialidad es amenazada y no falta quien hable de destertitoriaizacidn (O. lanni, 1992:94; |.L. Margolin, 1991: 100) ateibuyéndole aleu thos significados extremos, como el de la'supresiéin del espacio por el tiempo (P. Vitiio 1984) o el del surgimiento de lo que Haman *no-lugar” (M. Augé 1992) [...]. Las empre- sas multinacionales corto-circuitan los Estados (R. Petrella 1989, M.C. de Andrade 1994), ejerciendo lo que Aldo Paviani y N. Pires (1993:125-136) llaman “gestion exter: nna de territorios”(...}. La globalizacidn fy cita a P Velt2 (1993:52)] debe ser entendida una gestion global de méltiples diferenciaciones territoriales" [...] Se verifica tuna verdadera “erosiin de la soberania nacional” [Cf H. I. Schiller 1986:21-34}. (San- tos 2004:244-245, mi traduccién). Milton Santos asocia territorio de forma general a “normas” de utilizacién y lo de- fine como espacio reglamentado. A medida que una entidad ~grupo econdmico, socie dhcl 0 colectividad émnica o religiosa— se expande y apropia de un territorio, rect brigndolo con sus marcas de cultura y administréndolo con sus normas propias, le fia también lugares para sus rituales y ceremonias de orden religioso 0 cfvico, Esas ceremo- ‘Ver, por ejemplo, para el caso de ls Estados Unidos, donde existe una literatura considera fe este tema, Boime (1991), Cronon (1992) y Novak (1979 y 1980), entre orn establecido, po humane, Esto qui colectividad asfcomo la ya partic de historia, as cia de guer tiene un ten Como i lisis como u definicion n sabido, una tidos alos qu una naci6n de referente como lo den una religion nnacidn, sino la prensa es y fundament En realid leza, como n definiciones hhumanos pa una intera 1a cultura t paisaje cultu aqui, resulta territorio ni, existenteso* politica hast desprenderse Sin emba manece cor alo que cons Ia oposicién esta autoradk otro. La rupg simulténe: limite para la proceso, e que exper siGn y corte g asa a ser ex scurs0, con © puramente én soy, qué foadlen tna sdesu ocupn e lo considera interesante n funciona, una civ ropiadores de Mberga lo fijan jurdicas que jiendo por su delacomarca hablar de una ones que no os nacionales, arias, uniones iatio, contro- naperspectiva 3s perpetrados continuo tos nas ofrece e economi quien huble uyéndole alg empo (P Vitilio J: Lasempre C de Andrade postin exter Je ser entendia verifea 3). (San- 6 zacion ylode mémico, socie ritori, rec propas, le fia > Esasceremo- nias, con sus fGrmulas y procedimientos repetidos rigurosamente en tiempo y ln in, la inscripeisn performativa del espacio por mn xvUr establecido, son la drama pohumano. Esto quiere decir que una sociedad ocupa un territoriv, pero sti constituciéin come colectividad puede ser anterior en el tempo a su contorno territorial para cada 6poca, isi eomo la construccién como nacién, como sociedad unitaria, puede darse despues ya partir de su asentamiento en un territorio, Sucede también ie, a lo largo de se iustoria, is naciones expanden o reducen sus contornos, en general como consecten- le fronteras. Estos fendmenos revelan que tina naci6n jerras 0 conilictos cia de tiene un territorio propio pero no se confunde con él ‘Como bien ha demostrade Benedict Anderson (1991), la nacidn se revela al ani lisis como una entidad evanescente, demandando un gran esfuerzo para alcanzar una definicidn no falseable por ninguno de los casos conocidos. Para Anderson, como es ahido, una nacidn es una comunidad imaginada a partir de eventos 0 temas compar tio alos que todos sus miembros pueden o acostumbran referirse. En otras palabras, tuna nacign es un gran dmbito 0 espacio de interlocucién delimitada por la citeulaciGn de referentes discursivos por todos conocidos, de conocimiente comin. Por lo tanto, come lo demuestra con su detallado anslisis de casos, no es ni una lengua comin ni tuna religiin comin y ni siquiera una ley comin lo que da realidad y unidad a una hacidn, sino un temario de referencias compartidas. Es por eso que la circulacién ie cencia de Estados nacionales la prensa escrita es concomitante con el petiodo de emer y fundamental para el disefio de sus contornos. Fn realidad, en las definiciones de territorio que he propuesto, el espacio natura como nocién de un paisaje natural y pre-cultural, casi desaparece. Se trata de deliniciones mucho mis ragicales que la formulacidn ya ckisica entre los yest ale humans para superar el determinismo ambiental de! siglo xix Esta formulae Una interacci6n entre la sociedad y un medio ambiente pre-existente y supone que ta cultura trabaja con los materiales oftecides por st irea natural originando as un puaisaje cultural idiosinerésico (Sauer 1963). El ambito territorial de una cultura seria, na, resultado de esa interaccidn. En el modelo que propongo, ni los aspectos del territorio ni del paisaje que lo marca y le confiere identidad aparecen como pre existentes o “naturales”, una vez que territorio es una nocidn plenamente hist6rica y politica hasta el punto que, como argumentaré, en la mexlernidad avanzada, Heys Uesprenderse de anclajes materiales fijos y adquitir movilidad Sin embargo, el espacia-naturaleza no desaparece completamente sino ute per monece como indice irreducible de la existencia de lo otro, de la ottedad. Alude aqué 1 lo que considero como una resolucién ocurrente que Judith Butler encuentra para Jnaposicidn idealismo constructivista/materialismo. En su libro Cie que important, estiautora desdobla el argumento feeudiano y apunta ki materiaidad como el primer otro, La ruptura de ica con el cuerpo materno ocurre y es sentida Simulcineamente como evidencia de la existencia de un horizonte material y como Timite para ka completud y omnipotencia de un sujeto que, justamente mediante este proceso, emerge como tal. Es como materia que se aparta y se vuelve incontrolable ‘que experimentamos por primera vez fa ausencia. La Tey hace st entrad como esc: sién y corte en el cuerpo, creando con eso un margen de naturaleza-materialidad que pasta ser experimentade como limite, como efecto de la ley: En palabras de Butler » Lis cateyorfas linghisticas destinadas a “denotar” la materialidad del cuerpo son ellas imismias perturbaulas por un reference que auanca puede set resueltoo contenider significante. De hecho, ese referente petsiste como un tipo de ausencia © pérdida, ayuello que el le tuaje no captura pero que, er ‘cambio, impulsa al lenguaje repetidamente a intentarsu captura, su citcunseripcion ya tuaje como una Taman demand insistente que, mientras est en el lenguaje, sunea es completamente de le uaje (1993.67), fracasar en este intento. Esta pérdida toma st lugar en el En otras palabras, el espacio-naturaleza, asi como el cuerpo en st: material, juega en la experiencia el papel de limite de las posibilidades del lenguaje y de las ‘obras de la imaginacién ~econdmica, arquitecténica, urbanistica, militar politica el resto que no puede ser incorporado, garantia contra la omnipotencia voluntarists de los sujetos. La materialidad misma, ef horizonte referencial del habla, al mismo tiempo que no puede ser “colapsada sumariamente a una identidad con el lengua", es lo que “coloca esta demanda en y al lenguaje” percibida como falla e ineptitud de la capacidad discursiva (Butler 1993:68-69). De esta forma, es posible comprender el eneierno ideokigico de nuestros disciios espaciales, entre ellos el territorio, in caer en tun idealismo constructivista y en tn relativismo que accederfan a su inclinacidn hacia ‘cierto auto-complaciente ya su pretensién de totalizar Ia realidad histrica y natural Otro intento de atribuir un papel a la realidad material y externa a los sujetos ipela al anlisis de emo el escenario espacial se introduce en el discurso. Encontr mos un ejemplo en la coleecién Je ensayos intitulada Freualismo, tii bosyuejo exten firmada por Valentin Voloshinov pero atribuida a la co-atitoria de Mibail Bakhtin, en donde se describe este espacio de interlocucién a escala interpersonal y su papel en el dislogo entre sujetos particulates. El ensayo en cuestién se llama “El diseurso en la vida y el discurso en el arte (acerca de la poética sociolégica)" y, en su parte tt, cl autor va a argumentar que en la vida esté claro que yt que “surge de una situacisn pragmatica extraverhs ciueda a cargo, frecuentementey d | discurso no es autasuficiente donde el pa los eventos del eampo espacial y isc: wel de lo extraverhal 4Ciimo se relaciona el discurso en Ia vida con fa situacisn extraverbul que lo engenda. Pemitasenos analizar esta cuestin empleando un ejemplo deliheradamente simpliticado, Dos personas estin sentadas en una habitacién, ambas en sileneiv; una de ells dice “ifient”. |... Aislaua, la manifestaciéin *iBien!” es vacta e ininteligible.[...|. (Qué eslo «que nos falta? Nos falta el “contexto extraverbal” que convierte la palabra “bien” en un ficativa para el oyente. Este contexto extraverbal del enuncinalo comprende apo espucial comin de los interlocutores (la unidad de lo visible, en este caso In habitacidn, la ventana, etcétera); 2) el eonociniente y la compronst tes factores: 1) el ni compartides por los interlocutores, y 3) suetahuacitn comin de esa situaciin, En mento en que el cologuio se produje, ambos interlocutores mitahw ala ventana y jue estahan ya en plena prinavens Finalmente, ambos estahan hartos del invierno prolongado [...]. El enunciado depenic que habfa comenzado a neva; ambos sa dlirectamente de fo “conjuntamente visto” [...J,“conjuntamente sabida” [...] y“unsni mewente evaluado” [...] este fendmeno fundamentalmente social es completamente vbjetisu; consiste sobre todo en fa amid del m cam del lacie Ly dela vida, que generan una comunidad dejuicios de var Le 1-Demodo que en la vida préctica todo enunciado es un entinema [prestpuesto]s0- ono que entra cen Kaui de las condiciones cial mani Elesp alos quel mentares entre los interlocu cio territ acuerdos ara mi a comunali “ritualese miin, med Los in otorgarén ast un ter este sentid hablar de interlocut cuando el su circuito espacio oc Ambito esp Entien se vuelve c digma tert L Gobie Enel que respect culturalme darias en su cci6n rituali 3. En realidad ‘obtengo de M cin y tert pertenecet a Tidad, como Foucault se un elemento} cid muy t radicalmente cuenpo son ellas nrenido comple ra pero que, en o una llamado amente del len » materialidad pguaje y de las taro politica ia voluntari abla, al mish nel len Je inepritucd comprender ef io, sin caer en clinacidin hacia tric y natura aa ks sujetos 80. Encontea boscugo citci ail Bakhtin, ev ys Hdiscurso en fa su parte i, el gutosuficiente”™ eloextravertal ico: pe fo engenata? nc simpliicad na de ells dice [}-iQuéesk ca "bien" en una ido comprenie de lo vse, en ome sa sinacidn. En ena primavers ciado depends * [ely “und completamente dellocuor[...1y deuce valor presupuestol s cial objetivo. Representa algo asi come tna “eonteaselia” yu Silo conocer los que pet tenecen al mismo campo social. Sin embaryn, el campo unificad el eval depend est manifestacidn puede expandirse en el espacio y el tiempo (Voloshinoy 1999:175-179) El espacio, de esta forma, en cualquier escala de que se trate, contiene los temas 1 Jos que la interlocucién hace referencia. Creo, sin embargo, que es posible comple: mentar esta formulaciGn notando que los enunciados que citculan responsivamente entre los incerlocutores trazan su cimbito, hasta el punto que cabe preguntarse si ka interlocucién no construy. por medio de actos selectivos 0 mismo creatives, el espa cio territorial en que tiene lugar, sino erige sus cercas espaciales con hase en los acuerdes que sellan fa mutualidad de los gue hablin, En este sentido para mi argumento destacar que los rituales de la comunicacidn e comunalichad del ambiente en que tienen lugar y, en este sentido, se los podria Hamar “rituales edilicios": materializan sus territorios compartidos, esculpen el espacio co. min, mediante un trabajo de seleccién y real Tos interlocutores seleccionan verbalmente los eventos de un ambiente a los que organ significaci6n para su situacién de comunalidad y obliteran otros. Instakan as{un territorio propio y, en el mismo acto, su propia comunalick este sentido, mis que de una determinaciin por los eventos del espacio fisico, se debe hablar de una produccién de mutualidad y de territorialidad que emana de interlocutores y se imprime en los espacios que atraviesan, (Esto es asf inclusive aun, id como sociedad. En. cuando el hablante se encuentra solo, monologando. En este caso, su enuinciado, en, su citcuito de ida y vuelta, en su retomo reflexivo, no dejara de ofrecer un disefio al espacio ocupado por el sujet. Todo acto de habla presupone, hasta fisicamente, un imbito espacial de circukacisn entre fa emisi6n y ka recepcidin) En tiempos como los zctuales, esta movilidad de los escensrios de fa comunalidad se vuelve crucial para entender lo que aguf intento caracterizar como un nuevo para- diya territorial o nueva forma de territorialidad en curso. 1. Gobierno, poblacién y territorio: Foucault y su historia de la gobernabilidad’ En el mundo de hoy seria posible decir que hay un nuevo proceso en curso en lo que respecta.a la “territorialidad”, entendida como experiencia particular, histética y culturalmente definida del territorio. Grupos que se comportan como patrias secu, dariasen sus formas de organizacién y apelativo a la lealtad y, en especial, ala exhibi zada de frmulas que expresan esa lealtad, se expanden creande franjas de uclicg el moxlelo Lacan de los ta cel rea, imayinarioysimbilico para organiza las ide ‘hema de Michel Boucautt la inspiacici pata el ani i tin ytetrtrio, No anor ol antagonism tet jou de la rela ene paler, pole Iuiles pew ont per petenecer 2 i Hnaje de autores que apuestan ala posbiidad se encom raam punt Tada conve Ith Butler ha fgg de tx sw ba hasta el momento Seat Hel (1996). EL isi Foucault se retire a Lacan con ineguivics simpatin en un entrevista se F9ST (1999), encnranal tn elemento comin em et escrutinio del shjeto que anos empaendieron pa bel se a cance radicalmente libre para opt ona lo decretaha determina por condiciones scales SI identidad comin, Podria Hecirse que las personas llevan su tertitorio a cues Reta de teritorios extensibles, que crecen a medida que sex Fespectivas poblacia counts asa tdualmente, un pueblo parecerin ser definido mene: oe) Conjunto de los habitantes de un territorio sever icamnente delimitado, y mis como Vl edna tra herdldica de una leaked comin ,con estos institage ote el espacio que ecupa, Eneste proceso, los mojonese m aucadores tertitoriales se trasladan acompatian, despazamientos humanos ~cadka vez mas masivos-, © ineorporando, wsregando, en, bros, nuevos fragmentes poblacionales, su pss territoriales cuya unidad esti dada por seviales claeriticas de aathesion son disefiadas en el mapa mantel Dy trabajar activiamente en procesos de expansicin very los lugares que habitan con marcas ce un pais mental, de un estilo com constante expansidn, nuevos miemb “Isobaras” socio-politicas, lonjas verses grupas parecen, taculary se esfuerzan por imprint sje que emana cada vez mis del bugaje nportamental y de un padrsn edilicio —van ereand * medida que ayregan nuevos miembros. Etnigidad yl huis al papel de repertorio de emblemas que sisven territorializacién— la etnicidad cada v antropiiloges I fo territorio Tigiosidad se adaptan cada vez en este nueva modalidad de menos densa en contenidos que los ams culturalesy cada vez mis enfitica en los aspectos leoicacs docmanibices de la tradiciin; li religiin cada vex mis superficie sus contenidos doctrinarios y en la profiundidad de la discusion teoligic en formulas litdrgicas, diseiplinarias y ormamentales Pextriamos intentar entender esta nueva experiencia territorial Ta luz del piro de [i formas de gobiemo gue Michel Foucault anaien ohae ca stios del College de fines de 1977-1978 y 1978-1979 (Secuite tertivie, jy dation y Nuissunce de da [iePaltguc) publicados en francés en 2004 toi medion inglés y castellano) Ensu anslisis, preanunciadoen el seminario de 1973-1096 ih fat clefeudre la society iecesible en referencias dispersasen otros volimencs, Fewecat hus modalidates de gobierno y distingue locue Leer gy biermo de la poblacign’ ta Foucault el siglo xvt habria sido palco ee una transcion en la historia de la pobernabilidad®, que pas “de un arte de gehierey una ciencia politica, de Freer giinaalo por estructuras de soberanéaa uno reyulado peg ee as de yo. hieano, volvigndose hacia el tema det poblaciin yp ky tanto, también hacia el diny he aa economia politica” (2000; 217-218) mm tradueckin) Ea ey Me: shi ls Antigiedad clisica, ka cuestcn de la gobernatiitel coy eat una serie d {fatades con consejos al principe” que versan sobre lis cuslidheher Tas en lve gobernantes, Entre mediados del siglo xvty medivloc defen 1M, aquellos son subvtituides por tratados sobre el “arte de gobernat” (2000 D0)) Desde el origen de la cuestidn earacte lidhd”, Ja dimension religiosa y ln dimension “historia de a gobernabilidad” (2000:219), es ‘para dejar Lugar al énfasis eshoza una historia de iene del territorio” de personales neces a por Foucaule como “de la gobernabi territorial se entrelazan. En esta larga Ta religion o, mas exactamente, las adhe. dja de ido que tanto camino de retorm de pueblo Ciuyrtatewectortaupucsta de loserstianos (, del “puchlormeare cent to de espansicin del crstinismey, la palabee a Imandacas bins ye anclan |i Tiesta Prometida nun franco proyee Jess Cristo adoncle no eta Convcidh, sont antheg i i alneannionts etsy hts IU. Modalid Jen se exh in mew de rs Veen. si etlceckn ee nts iy a CTH und En mite 1 1. Es stance ee camo ae 18 «que los paisa feast pierce ios enemy ahs Fee Ia flora ode| nea dernidad tar ‘ ; mos y cobra 7 otros. Ensup es patra: pat su patticipac limite y otted cién donde k parecen pres occidental. iEsestoi pre un efect : : aliviar de fo patria, es en ntesciin rae “ ‘ cacién. Mer cmeniran en 6 nen ay civ , " M necesita un sganicaciones Matos . , Améry,f nombre no con Ia ident ningdin tra en las fest fios cada af yiddish. Hat eso, cuan “racial”, Je tampoco Los di se-y llama llevar a cue entendido. por un sol » podria ser pblemente, su eae jurisdic i abular fs de investi disciphinn pu, apt ologia pico en as 0.0 sea, sini rok de ari i revel Jan e ive ue, em Je rete qe mi bral | Jdemarcatirie ransnatcionales s poder mbatidh mar por atales, [nude ps de alianzas y ediseiio ya la os fein la capacinl et IPS chilona, gue econfiguracién del orden territorial, sin cuslificar por ahora los agentes responsables porel curso de esa tendlenciat histories, El espititu del territorio deja de ser st localizacidn espacial fija vse transtiene it ka cireunscripeidin demareada por el asentamiente de “cultaras” partictlares, inchayen doel trayecto que resulta de su capacidad de agregar nuevos segmentos al reba en procesos que ame de “anexidn blinds”. En esta inversién de la relacidn pueblo, cttitario, es pasible decir que fa poblicién es el eje del rerritorio y que el tertitori pasta ser un aitributo espacial mavil de la pabhacisin, IIL. Modalidades del apego territorial En mi tentativa de ceresr la nocidin de territorial inieiar este ensayo, insist en aque los paisajes que lo formian sean éstos topogréiicos, ambientales, provenientes de Fiaflora ode la fauna, © exchasivamente humanos y transportables, como en esta mo. dlernidad tarda a ha que acabo de referirme- aportan emblems en que nos reconoce- mos y cobramos realidad y materialidad ante nuesttos propis ojos y Jos ojos de los otros, En su papel de soporte proyectivo para los procesos de reconocimient, fettilorio inal, patria nacional, “patria chica”, “patria grande”, y dennis. Por su purticipacién intensat en los procesos de identificacidn, los sentidos de adyacenci imite y otredhud se encuentran inevitablemente presentes en los procesos de ciin donde kr idea de territorio esté involuerada, Tertitorio y su epicentto, el sujeto, iii. parecen presuponer exelusién, y esta idea tiene una larga trayectoria en la Filosofia soceidentil Eyesto includible? ‘Siempre el sujeto emerge en un mar de neyaciones? ZEs siem pre un efecto dle operaciones de exclusiin? El aporte de Levinas es reconiortante, al aliviar de forma radical esta terrible certeza filos6fica. En el caso del territorio, de la putria, es en otro autor judio que creo encontrar pistas para tna esperanza de pacif acid, Me refiero a Jean Améry (2001) ya su extraordinario ensay"¢Cusinta patria necesita un ser humane Améry, hautizado Hans Mayes, pero que al terminat I nombre no marcade por Ja geemaniacl gute lof con Ta identidad judéa bajo fa forma de conde guern adapta un nuevo nado, tiene stu encuentro Hasta sus 20 aos, ney habia en él n taco que To dlistinguiese del joven tirolés mvs contin: vestia las tops tipicas umadkre, catilica, re fioscada aio; yel joven Hans no habia nunca viddish, Hans/Jean era plenamente alemn y no tenia cémo soxpechar de no serho, Por eso, cuando fas leyes ke Nuremberg decretaron compulsivamente ln identificacisn ‘racial, Jean Améry se quueds sin py cen las festividades local ritwales navide hablar de la existencia del idioma ria, sin territorio propio: no era ya alemiin, pete judia obligatoria, Los disidentes alemanes si, dice Amery; llevaron consigo tn paisaje al desbandar sey llama este paisaje “patria mévil"-. Pero en su caso esto no era posible: no poxtia llevar a cuestas una patria que nunca habja existido, un equivoco de patria un mal: entendilo, En una determinad situacisn, ya en el exilio belga, Améry es interpelado por un sol alemain que hablaba en el dialecto de su regidn

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