Capitulo 1
ECONOMIA Y SOCIEDAD
En los aflos que transcurrieron de 1808 a 1825 se establecié una nueva
relacidn entre la economia hispanoamericana y la economia mundial. Si bien los
cambios que siguieron a la consecucién de la independencia pueden parecer
superfciales y limitados en comparacién con la incorporacién mucho més com-
pleta en la economia mundial en expansién que empez6 a producirse a mediados
de siglo y que se acentud a partir de la década de 1870, sin embargo fueron
Aecisivos en las relaciones entre Hispanoamérice y el resto de! mundo.
El viejo sistema comercial colonial se estaba desintegrando desde finales det
siglo xvut, pero sélo después de 1808 Espana quedé eliminada en su papel de
termediaria entre Hispanoamérica y Europa (sobre todo Gran Bretafia). Las
‘ircunstancias que, como un todo, imperaban tanto en Europa como en la
‘economia atléntica tuvieron graves consecuencias para las futuras relaciones
‘comerciales de Hispanoamérica. Fl avance del ejército francés en la peninsula
‘bérica, que provocé la separacién de las colonias americanas de Espata y
Portugal, se emprendié para completar el cierre de la Europa continental al
ccomercio briténico. Inglaterra, estando cada vez més aislada de sus mercados
‘europeos, buscé reemplazarlos con una urgencia que empezaba a parecerse a la
ddesesperacién. Por esta razén la ocasién que representé la transferencia de la
corte portuguesa a Rio de Janeiro para comerciar directamente con Brasil por
primera vez se acepté calurosamente. Y como, tras el derrocamiento de la mo-
rnarquia espafiola en Madrid, se produjeron los primeros levantamientos politi
cos en Ia América espafiola, Rio de Janeiro se convirtié en el centro de la
agresiva actividad comercial briténica no slo en Brasil, sino también en
la América espafola, especialmente la zona del Rio de la Plata y la costa del
Pacifico de América del Sur.
En 1809 el ultimo virrey espafiol del Rio de la Plata abrié el terrtorio que
gobernaba al comercio inglés. La expansién posterior de éste en la América del
Sur espaftola seguiria sobre todo la suerte de las armas revolucionarias; aunque
quienes administraban las zonas realistas terminarian por manifestarse dispues-
tos a abrirlas a titulo excepcional al comercio directo con Gran Bretafa, la
actividad de los corsarios patriotas lo hacia poco atractivo. Chile sélo se abriéHISTORIA DE AMERICA LATINA
Hispanoameérca en 1830[ECONOMIA ¥ SOcIEDAD 3
definitivamente al exterior en 1818, y Lima en 1821, si bien el resto de Peri no
lo hizo hasta mas tarde. En las tierras bafladas por el mar de las Antillas las
transformaciones fueron mas lentas y parciales. En Venezuela la guerra de la
independencia duré veinte afios, al igual que en Nueva Granada. México, que
contenta mas de la mitad de la poblacin y de la riqueza de las Indias espafiolas,
logré independizarse tarde, en 1821. Incluso entonces pasaron unos cuantos
aos antes de que se liquidara a los realistas de San Juan de Ulia y esto afects
fa Veracruz, el principal puerto mexicano en el Caribe. Las islas de Cuba y de
Puerto Rico continuaron en manos de los espanoles, pero desde 1817 quedaron
tas al comercio directo con el extranjero, si bien este comercio suftié res-
tricsiones al reservarse este iltimo mercado colonial para los productos espaito-
les, empezando por los tejidos y terminando por Ia harina. Santo Domingo
estuvo ocupada por los haitianos hasta 1844.
La franja maritima del Atldntico suramericano fue la zona que primero se
Incorporé al nuevo sistema comercial y donde la peculiar coyuntura que empujé
a Gran Bretafa a expansionar répidamente sus mercados ultramarinos alcanz6
su primer y maximo impacto. En 1808-1812 los comerciantes-aventureros brita
nicos llegaron a Rio de Janeiro, a Buenos Aires y a Montevideo en gran cant
ad, Pocos ahos después Valparaiso se convirtié en el principal puerto del
Pacifico suramericano; Tue ef centro desde donde los productos ingleses eran
twasladados a otros puertos desde La Serena a Guayaguil. Estos comerciantes-
aventureros que emprendieron la exploracién y la explotacién del mercado lati-
roamericano actuaban de modo distinto a los comerciantes y los industiales que
vivian en Gran Bretafa: su objetivo era encontrar fo antes posible un mercado
para el excedente que amenazaba el crecimiento de la economia inglesa. Desde el
comienzo se preocuparon menos de los precios que de la venta répida y de la
obtencién de retornos igualmente répidos (entre los cuales se preferian com gran
diferencia los metales preciosos). Para poder efectuar esta penetraci6n comercial,
los productos ingleses a menudo se oftecian a precios mas bajos de lo que en
principio se habia pensado. Por ejemplo, en 1810, ante las noticias de la lbera-
cidn mercantl y del estallido de la revolucién en Buenos Aires, muchos comer-
ciantes-aventureros salieron de Londres esperando vender productos ingleses en
Suramérica; cuando llegaron a Buenos Aires no sélo se encontraron con que
eran demasiados, sino que tuvieron que sufrr Ia inesperada competencia de los
envios de los comerciantes britinicos instalados en Rio de Janeiro. El resultado
fue que terminaron vendiendo a pérdida y con ello aceleraron Ia victoria de los
productos ultramarinos sobre los que tradicionalmente habjan surtido el merca-
do de Buenos Aires desde zonas tan alejadas como los contrafuertes andinos 0
el Alto y el Bajo Peri. Otra consecuencia fue la expansiOn del mercado de
consumo existente al incorporarse a él niveles sociales que antes s6lo de forma
‘muy limitada habian sido consumidores.
‘La apertura del comercio latinoamericano al mundo exterior y la Megada de
gran numero de ingleses también constituyeron un severo golpe a las viejas
pricticas comerciales que al menos en la América espafola se habian basado en
tuna rigida jerarquia. El comerciante-exportador espafol estaba relacionado con
el comerciante espaol de los puertos y de los centros distribuidores de la Amé-
tea espafiola, éste con los comerciantes menores de las poblaciones mas peque-