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Dejando aparte todos los méritos o deméritos teori- cos que los dos “apéndices” puedan tener, cada uno tiene sus limitaciones mas cotidianas. Los datos toma- dos para “el censo, el mapa y el museo” proceden, inte- gramente, del sudeste de Asia. En ciertas maneras, esa regién ofrece espléndidas oportunidades para las teorias ‘comparativas, ya que abarca zonas antes colonizadas por casi todas las grandes potencias imperiales (Ingla- terra, Francia, Holanda, Portugal, Espaiia y los Estados Unidos) asi como el no colonizado Siam. Sin embargo, queda por ver si mi analisis, aun si es verosimil para esta regidn, puede aplicarse convincentemente a todo el glo- bo, En el segundo apéndice, el material empirico bos- quejado se relaciona casi exclusivamente con la Euro- pa occidental y con el Nuevo Mundo, regiones sobre las, cuales mi conocimiento es muy superficial. Pero ahi de- bia estar el enfoque, pues fue en estas zonas donde las, amnesias del nacionalismo fueron anunciadas por vez primera. BENEDICT ANDERSON Febrero de 1991 16 I. INTRODUCCION Quizi sin que lo notemos mucho todavia, vivimos una ansformacién fundamental en la historia del marxis- mo y de los movimientos marxistas. Sus sefiales mas vi- sibles son las guerras recientes entre Vietnam, Camboya y China. Estas guerras tienen una importancia hist6 ‘ca mundial porque son las primeras que ocurren entre regimenes de independencia y credenciales revolu- ionarias innegables, y porque ninguno de los belige- rantes ha hecho mas que esfuerzos superficiales para |justificar el derrame de sangre desde el punto de vista de una teoria manista reconocible. Mientras que fue ape- znas posible interpretar los choques fronterizos sino-so- vieticos de 1969, y las intervenciones militares soviéticas cen Alemania (1953), Hungria (1956), Checoslovaquia (1968) y Afganistan (1980) en funcién del “imperialis- ‘mo social”, la “defensa del socialismo”, etc. —de acuer- do con los gustos— supongo que nadie creera seriamen- te que tales términos sean muy aplicables a lo que ha cocurrido en Camboya. Si la invasion y la ocupacién de Camboya por parte de los vietnamitas, en diciembre de 1978 y enero de 1979, representaban la primera guerra. convencional en gran escalalibrada entre regimenes marxistas revolucio- naarios' el ataque perpetrado por China contra Vietnam, en febrero, confirmé répidamente el precedente. S6lo "Se escoge esta formulackin slo para destacar Ia escalay las con- iciones de la pelea, no para culpar a nadie. A fin de evitar posbles ‘malentendidos, convendra aclarar que Ia invasién de diciembre de W lor mis fieles se atreverian a apostar que, en los itimos aiios de este siglo, todo estallido significativo de hostl- dades interestatales pond por fuerza ala URSS ya Chi- zna —ya no digamos los Estados socialistas mas peque- fBos— del mismo lado.

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