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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

NOCIONES PRELIMINARES

1. Definición - División - Importancia de la Cosmología

1º Definición: Cosmología es la parte de la filosofía que estudia el mundo


material en sus causas y razones últimas.
1) Su objeto material es el mundo o universo físico, llamado "cosmos" por los griegos
y "mundus" por los latinos, a causa de su belleza, orden y elegancia; y los seres
materiales que lo integran. 2) Su objeto formal es el estudio de sus causas últimas, ya
externas: la eficiente y la final, ya internas: la material y la formal.

La primera causa eficiente del mundo suele estudiarse en Teodicea: es Dios en


cuanto Creador. En Cosmología suelen estudiarse las otras causas: la material y la
formal, o sea la constitución íntima de los cuerpos; y la final, o sea el orden y finalidad
que observamos en el universo.

2º División: Podemos dividirla atendiendo a los principales problemas que encierra.


Dada la índole de este libro no analizaremos sino los siguientes:
1º Estudio científico de los cuerpos.
2º Estudio filosófico o naturaleza última de los cuerpos.
3º El mundo - su origen y finalidad - La naturaleza y sus leyes.
4º Estudio de la cantidad y de las nociones de tiempo y espacio, que le son afines.
5º La naturaleza de la vida y el problema de la evolución de las especies.

3º Importancia y utilidad de este estudio: La importancia de este estudio, y la


utilidad consiguiente se desprende de los problemas que encierra y de la urgencia
filosófica de resolverlos convenientemente; p. e.: la primera causa eficiente del mundo;
la finalidad de éste, la constitución íntima de los cuerpos, las nociones de tiempo y
espacio, y la naturaleza y origen de la vida.

2. Método de la Cosmología

El método de la Cosmología debe ser esencialmente inductivo, esto es, basado en


la observación de los cuerpos y de los fenómenos corporales.
A la verdad, como no podemos penetrar en la naturaleza íntima de los cuerpos, y sólo
la conocemos a través de los fenómenos, es indudable que cuanto mejor estudiemos
éstos, tanto más podremos avanzar en el conocimiento de la naturaleza de aquéllos.

Comenzaremos, pues, nuestro estudio por exponer ciertas nociones científicas, para
poder levantar sobre ellas las construcciones filosóficas.

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LIBRO I
ESTUDIO CIENTÍFICO DE LOS CUERPOS1

CAPITULO I

NATURALEZA DE LOS CUERPOS

3. Necesidad de este estudio científico preliminar

El primer libro de la Cosmología está destinado al estudio científico de los cuerpos.


Dicho estudio es imprescindible, porque las conclusiones filosóficas, para que sean
valederas, deben basarse en la verdad o realidad científica.
Por otra parte, urge hacer una exposición sintética de dichos fundamentos científicos,
porque muchos de ellos no se encuentran sino en forma muy incompleta y dispersa en
los manuales de ciencias; y porque hay necesidad de tener presentes los datos
científicos que sirven de base al estudio filosófico de los cuerpos.

Art. 1º NOCIÓN Y DIVISIÓN DE LOS CUERPOS

4. Noción de cuerpo. Sus principales propiedades


Cuerpo es una sustancia material, cuyas principales propiedades: extensión,
peso, figura, etc. son percibidas por los sentidos.

Se dice: a) sustancia material, esto es, que tiene cantidad o partes extensas; b) cuyas
principales propiedades: extensión, peso, figura, son percibidas por los sentidos: en
efecto, mediante dichas propiedades los cuerpos son el objeto propio de nuestros
sentidos.

Dos clases de propiedades encontramos en los cuerpos, unas pasivas a estáticas;


otras activas o dinámicas, que constituyen las diversas clases de energía.
1º Las principales propiedades pasivas son:
a) La cantidad, que pone partes en el cuerpo.
b) La extensión: todo cuerpo tiene tres dimensiones: altura, anchura y
profundidad, dimensiones que forman su extensión.
c) Su peso o masa, que se mide par la resistencia que el cuerpo opone a ser
movido por otro.
d) La divisibilidad, o capacidad de ser fraccionado en partes.
e) La impenetrabilidad, o sea la oposición de todo cuerpo a que otro ocupe
simultáneamente el mismo lugar que él ocupa.
f) La figura o determinada forma exterior.

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No es necesario ni conveniente, dada la amplitud del programa, que el profesor exija todo el estudio
de este primer libro. Abrevie y escoja las nociones que considere más fundamentales para el desarrollo de
las doctrinas filosóficas.

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2º Las principales energías o propiedades dinámicas de los cuerpos son: el calor,


la electricidad, la afinidad química, el sonido, etc.; cualidades que suelen conocerse
científicamente con el nombre de fenómenos.

5. División de los cuerpos

Los cuerpos se dividen en simples y compuestos. a) Simples son los que no pueden
descomponerse en otros de naturaleza diferente; v. gr. el oxígeno, el hidrógeno, el hierro.
b) Compuestos los que pueden desintegrarse en otros de naturaleza diferente; p. e. el
agua que se descompone en O y H.
1º Los simples toman el nombre de elementos. Se han descubierto alrededor de
100. Cada cuerpo simple tiene propiedades específicas diferentes; v. gr. diferente peso,
afinidad. Por tener propiedades específicas diferentes es legítimo concluir que todos los
cuerpos simples son de naturaleza diferente.
2º Los cuerpos compuestos son muy numerosos y suelen tener propiedades muy
diferentes a las de los cuerpos simples que los componen; como se ve en el agua,
compuesta de dos gases: el O y el H; y en la sal de cocina, compuesta de cloro, gas
verdusco de olor sofocante y de sodio, metal blanco de color plateado.

6. Art. 2º CUESTIONES FUNDAMENTALES RELATIVAS A LOS CUERPOS

Tres cuestiones fundamentales ocurren respecto a los cuerpos 1º cuáles son sus
elementos esenciales constitutivos; 2º cuáles sus principales propiedades; 3º cuáles los
elementos integrales o cuantitativos que los componen.
1º Respecto a la composición entitativa, encontramos en los cuerpos dos
elementos fundamentales: la materia y la energía. Esto en términos científicos, porque
filosóficamente los elementos constitutivos de los cuerpos son la materia y la forma,
como lo estudiaremos en su lugar.
2º Respecto a sus propiedades, hallamos en los cuerpos fenómenos o modos de
manifestarse, que dimanan de su actividad o energía.
3º Respecto a su composición integral o cuantitativa, encontramos que los
cuerpos están compuesto de partículas muy pequeñas, llamadas moléculas; las
moléculas se descomponen en átomos y los átomos en partículas pequeñísimas,
llamadas electrones y protones. Encontramos también que la energía que emiten no es
continua, sino intermitente y que los cuerpos la irradian por cantidades discontinuas
llamadas cuantos. Esos puntos serán tratados brevemente.

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CAPITULO II

ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LOS CUERPOS

MATERIA Y ENERGÍA

Art. 1º MATERIA Y NOCIONES AFINES

7. Materia

Materia es la sustancia dotada de extensión e inercia.


1º La extensión está constituida por las tres dimensiones que hallamos en todo
cuerpo: longitud, latitud y altura.
2º Inercia es la propiedad de la materia de no pasar del estado de reposo al de
movimiento, o del de movimiento al de reposo, sin causa proporcionada. Newton enuncia
así el principio de inercia: "Los cuerpos no pueden modificar por sí mismos su estado de
quietud o movimiento".

Ambas propiedades de la inercia son confirmadas por la experiencia. En efecto: a)


Nos consta experimentalmente que ningún cuerpo se mueve si otro no le presta impulso.
b) Observamos igualmente que el impulso dado a un cuerpo dura tanto más cuanto
menos roce sufra, pues el roce es causa de que el movimiento disminuya.
Sobre la causa que va disminuyendo el impulso hay dos explicaciones: a) Los
antiguos opinaban que el impulso, como finito que es, va disminuyendo de suyo hasta
desaparecer b) Muchos modernos opinan que es de suyo indefinido y que sólo
desaparece por causas accidentales, a saber, por el roce del cuerpo con otros cuerpos.
Esta última opinión está más de acuerdo con las ciencias modernas, pero no puede
comprobarse experimentalmente, porque en la práctica todo cuerpo en movimiento sufre
el roce de otros cuerpos, por lo menos el del aire.

Conviene advertir que en filosofía el término inercia denota mucho más la


incapacidad de la materia de darse a sí misma movimiento, que la propiedad de no
perder de suyo el movimiento recibido. En sentido filosófico, inercia es simplemente la
incapacidad de la materia de pasar por sí misma del estado de reposo al de movimiento.

8. Materia ponderable y materia imponderable o éter

Admite la ciencia actual dos clases de materia:


1ª La ponderable está sometida a la acción de la gravedad. De ella están formados
los astros y los cuerpos terrestres, y se puede encontrar en tres estados: sólido, líquido
y gaseoso.
2ª La imponderable no tiene peso apreciable, y es de gran movilidad y sutileza.
Toma el nombre de éter, y según las conclusiones de la ciencia, llena enteramente el

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espacio, incluso los espacios que separan las moléculas entre sí.
Aunque no se ha podido percibir el éter por los sentidos, ni comprobar su presencia
por medio de instrumentos, las conclusiones de la ciencia nos llevan a admitir su
existencia, aunque nada podamos afirmar de su naturaleza. Nos mueve a admitir su
existencia la necesidad de un substrato material en el cual se verifiquen las ondulaciones
que constituyen el calor, la luz, la electricidad, etc. El principal papel del éter, ha dicho un
sabio, es servir de sujeto al verbo ondular.

9. Fuerza, masa, peso

1º Fuerza es toda causa capaz de producir un cambio en el estado de la materia, o


sea, de modificar el estado de reposo o movimiento de los cuerpos.
Fuerza e inercia se oponen entre sí. Inercia es la resistencia a todo cambio; fuerza,
lo que pueda vencer esa resistencia y determinar el cambio.

No debe confundirse la fuerza con la actividad. La fuerza es extrínseca al cuerpo; la


actividad es intrínseca, como luego lo veremos.
2º Masa es la cantidad de materia de un cuerpo, avaluada por la resistencia que
opone al movimiento.

En términos matemáticos, es la relación constante entre el valor de una fuerza, que


actúa sobre un cuerpo y la aceleración determinada en él: m = f/a.
Por ejemplo si tratamos de darle impulso a una bola de hierro y a un balón inflado
que tengan el mismo volumen, es claro que se requiere un impulso mayor para mover la
primera. En consecuencia, la bola de hierro tiene mayor masa, porque opone mayor
resistencia al movimiento o sea porque el movimiento determina en ella una aceleración
menor.

Observaciones: 1ª La masa es siempre una propiedad real del cuerpo, y no una


simple noción matemática. No es, en consecuencia, como la extensión, que a veces es
propiedad real y a veces noción puramente ideal y matemática.
2ª En la masa podemos distinguir dos partes: una invariable, que el cuerpo conserva
cuando está en reposo y otra variable, dependiente de la velocidad con que el cuerpo se
mueva. Es claro que un cuerpo ya en movimiento necesita de un impulso menor para
llegar a una aceleración determinada que otro que no tiene movimiento. En
consecuencia, el primero tiene menos masa. Esta idea se enuncia también diciendo que
hay una parte de la masa que es relativa al movimiento.
3ª La noción de peso es afín de la masa; sólo que le agrega un concepto más: el de
atracción. El peso se debe a un tiempo a la masa del cuerpo y a la atracción de la tierra.
Es claro, por otra parte que la atracción se deja sentir con más fuerza cuanto mayor sea
la masa del cuerpo. El peso puede definirse: Fuerza de atracción de la tierra sobre la
masa de un cuerpo.
4ª Peso y masa son términos proporcionales, pero no perfectamente equivalentes.
En efecto, el peso pierde al alejarse el cuerpo de la tierra, por disminuir la atracción de

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ésta sobre él. En cambio la masa, o lo que es lo mismo, la resistencia del cuerpo al
cambio del estado, se conserva igual, cualquiera que sea la distancia que guarde
respecto de la tierra. Por este motivo peso y masa no son términos sinónimos sino
cuando se trata de cuerpos que estén en el mismo lugar.

Art. 2º ENERGÍA O ACTIVIDAD

10. Noción y divisiones


Energía es la capacidad de la materia de producir trabajo. Por trabajo se entiende
toda suerte de efectos mecánicos, físicos o químicos.
División: 1º La energía se divide en cinética, física, química o atómica e intraatómica.

1º La cinética es la que engendra movimiento local. Se subdivide en tres: a) La de


atracción o gravitación, que se manifiesta bajo la forma de revolución y rotación de los
astros; b) La de gravedad, que se deja sentir en forma de desplazamientos verticales de
los cuerpos, es una de las formas de la atracción; c) La mecánica, que produce el cambio
de lugar de los cuerpos, p. e. la causada por las corrientes de agua o los vientos.
2º La molecular o física es la producida por la atracción o repulsión de las
moléculas. Se manifiesta en formas muy variadas: a) cambios de volumen: dilatación,
contracción, tensión; b) cambios de estado: paso del estado sólido al líquido o gaseoso,
o viceversa; c) elasticidad o desplazamiento de las moléculas en los cuerpos elásticos;
d) los movimientos vibratorios que producen el calor, sonido, electricidad, etc.
3º La atómica o química, debida a la atracción de los átomos, que se conoce con
el nombre de afinidad química y da lugar a las combinaciones y descomposiciones de
los cuerpos.
4º La intraatómica, producida por la desintegración del átomo.

Advertencias: 1ª Fuera del movimiento mecánico, que le viene al cuerpo del exterior,
las demás formas de energía tienen origen interno, nacen del mismo ser, aunque
generalmente necesitan circunstancias externas adecuadas para actuar.
2ª Estas energías pueden transformarse unas en otras, natural o artificialmente; v.
gr. el movimiento mecánico puede cambiarse en electricidad, o la electricidad en
movimiento. Las transformaciones son reversibles cuando se pueden verificar
alternativamente en los dos sentidos, e irreversibles en el caso contrario. Las reversibles
son muy pocas y ninguna en forma perfecta, porque en toda transformación hay
producción de calor o de otras energías inutilizables.
3ª Se habla también de energía radiante. Viene a ser el residuo que resta de las
otras energías al degradarse, pues éstas tampoco desaparecen del todo. El nombre de
energía sólo le conviene de manera impropia o análoga, pues no desarrolla actividad
alguna, que es lo propio de la energía. No tenemos tampoco una idea precisa sobre la
naturaleza. Para muchos físicos la energía radiante se confunde con el éter o sea, el
sujeto o substrato material indispensable para que las vibraciones de la luz, sonido etc.
puedan transmitirse.

La energía se divide también en actual a cinética y potencial.

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1º La actual o cinética es la capacidad de desarrollar trabajo que tiene todo cuerpo


en movimiento; v. gr. el agua que corre, la corriente eléctrica que atraviesa un alambre.
Se la llama también fuerza viva.
2º La potencial es la que se halla en estado latente; v. gr. la de un cuerpo que reposa
sobre un apoyo, la de un explosivo o un objeto electrizado.
La potencial implica ordinariamente cierta tensión o estado violento, que impide el
ejercicio natural de alguna fuerza, como se ve en los ejemplos aludidos.

Art. 3º LEYES SOBRE LA MATERIA Y LA ENERGÍA

11. Leyes sobre su conservación


A fines del siglo pasado la física reconocía tres grandes leyes: la de la conservación
de la materia, de la masa y de la energía. Veámoslas.
1º Ley de la conservación de la materia. Aparece ya en Leucipo y Demócrito,
quienes suponían la materia compuesta de átomos indestructibles, afirmando que el
contenido del universo era constante.
2º Ley de la conservación de la masa. Fue formulada así por Lavoisier: "La masa
permanece inalterable a través de las modificaciones que el cuerpo experimenta".
3º Ley de la conservación de la energía. Es más reciente y puede enunciarse así:
En las modificaciones que sufren los cuerpos la energía no desaparece, sino que se
cambia en alguna otra de sus formas. Así cuando chocan dos bolas de billar la energía
cinética se cambia en calórica y acústica; en una dínamo el trabajo se cambia en electri-
cidad; en un electroimán, la electricidad en trabajo; en una máquina de vapor, el calor en
trabajo, etc.

Es importante notar que la ley de la conservación de la energía sólo tiene lugar en


sistemas cerrados. Sistema cerrado o aislado es un sistema en que sólo actúan fuerzas
interiores, esto es, que no recibe ninguna acción externa ni tampoco actúa hacia afuera.
De esta suerte el universo entero nunca podrá considerarse como sistema cerrado,
porque no sabemos que energías puedan entrar a él o salir de él.

Estas tres leyes no conservan hay el mismo valor de antes. En efecto, hoy día se
admiten tres hechos que las contradicen, al menos en parte, a saber: a) la materia puede
ser destruida, o sea, puede convertirse en energía radiante (No 10); b) la masa no es
inalterable, sino que varia con la velocidad (No 9); c) la energía se degrada, como
entramos a ver.

12. Principio de la degradación de la energía

La energía se degrada; esto es, aunque en las transformaciones se conserve la


misma cantidad de energía, su cualidad degenera. Así, aunque todo trabajo mecánico

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pueda cambiarse en calor, el calor no puede cambiarse en trabajo mecánico sino en una
mínima parte.
Sady Carnot, quien descubrió dicha ley, llamada también ley de entropía, la expresa
en la siguiente forma: "Las energías se degradan, esto es, se transforman en
energías inferiores cada vez menos reversibles, y propenden al equilibrio térmico
estable, en que toda nueva trasformación sería imposible".
Esto disgusta sobremanera a los materialistas, que sueñan con un mundo infinito,
sin principio ni fin, y que evoluciona hacia el progreso indefinido. En efecto ¿qué progreso
indefinido puede darse en un mundo cuya energía se degrada y tiende a desaparecer?
Sin embargo, su demostración es evidente y basta observar lo que pasa en la
naturaleza para comprobarlo. Lo mismo que produce una trasformación es lo que la hace
irreversible. La fuerza mecánica producida por un chorro de agua no es reversible, pues
fuera preciso que el agua subiera a la altura de donde cae; una vez producida la descarga
eléctrica, la fuente de donde venía pierde la tensión. Así todas las fuerzas propenden al
equilibrio térmico, mecánico, eléctrico, químico, que hace la energía irreversible.

CAPITULO III
LOS FENÓMENOS CORPORALES

13. Noción. División

Los cuerpos experimentan ciertos cambios, más o menos profundos, que toman el
nombre de fenómenos. Estos fenómenos, aunque comunes a todos ellos, se presentan
de modo diferente en cada cuerpo, por tener cada uno de éstos diferente naturaleza y
propiedades. De esta manera los fenómenos llegan a ser característicos o específicos
de cada cuerpo.
Los fenómenos se dividen en mecánicos, físicos, químicos e intraatómicos.
a) Los mecánicos consisten en simples vibraciones de las moléculas; p. e. las
vibraciones de un cuerpo al que se sacude.
b) Los físicos son modificaciones superficiales y pasajeras de las moléculas de
un cuerpo, que no incluyen cambio en su naturaleza; p. e. el calor, la
electricidad, etc.
c) Los químicos son modificaciones profundas y duraderas en las moléculas de
un cuerpo, que se disgregan para formar un cuerpo nuevo de naturaleza y
propiedades diferentes; p. e. las reacciones químicas.
d) Los intraatómicos son cambios aún más profundos, en que el mismo átomo
se descompone en sus elementos corpusculares, causando la desintegración
de los cuerpos.

14. A) FENÓMENOS FÍSICOS

Los principales fenómenos físicos son: el calor, el sonido, la electricidad, el


magnetismo, la cristalización, el peso, etc.
Estudiemos brevemente algunos de ellos.

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Cristalización. Cuando dos cuerpos pasan lentamente y sin causa perturbadora del
estado gaseoso al sólido, muchos de ellos toman formas regulares geométricas, que
reciben el nombre de cristales. Estas formas son específicas en cada cuerpo y sirven
para distinguirlos unos de otros.
La ley fundamental de los cristales la formuló el abate Haüy de la siguiente manera:
Los cuerpos de igual composición química tienen una misma forma cristalina; y los de
composición diferente tienen una forma diferente. Hay por ejemplo cristales cúbicos,
hexagonales, tetragonales, rómbicos, etc. Algunas excepciones son aparentes y no
alcanzan a desvirtuar la ley.

Peso específico. Todos los cuerpos tienen su peso propio o específico. Para
calcularlo se ha tomado como medida el peso del agua. Así el peso específico de un
cuerpo sólido a líquido es la relación que guarda con el peso de un volumen igual de
agua.
El peso de 1 centímetro cúbico de agua destilada se ha denominado gramo. Al decir,
pues, que el peso del cobre es de 8,9 se significa que un centímetro cúbico de cobre
pesa 8,9 veces más que uno de agua. El peso específico toma también el nombre de
densidad. Son más densos aquellos cuerpos que dentro del mismo volumen tienen
mayor peso.

Calor especifico. Todos los cuerpos tienen su calor específico, es decir, cada cuerpo
necesita diferente cantidad de calorías para elevar esa temperatura en un grado.

Otras propiedades específicas de los cuerpos. Cada cuerpo tiene su


conductibilidad específica propia, o sea la velocidad con que el calor o la electricidad se
trasmiten a través de él. Cada cuerpo tiene su sabor, olor, color propios. Cada cuerpo
también tiene su espectro propio y su peso atómico propio, propiedades que
estudiaremos más adelante.

15. B) FENÓMENOS QUÍMICOS

Afinidad. Combinaciones. Llamase afinidad la tendencia de los cuerpos simples a


combinarse con algunos otros en proporciones fijas y determinadas para formar nuevos
cuerpos. Así el cloro tiene afinidad a unirse con el hidrógeno en proporción de 35,5 a 1,
para formar el ácido clorhídrico. Los cuerpos así reunidos forman combinaciones.
Valencia. Es la capacidad de combinación que tienen los átomos. Para expresarla
numéricamente se han escogido como unidades el hidrógeno y cloro. La valencia de un
cuerpo se mide por el número de átomos de hidrógeno o de cloro con los que se une
dicho cuerpo para formar un compuesto binario.
Los metales, o elementos positivos como el hierro, plomo etc. se unen muy bien con
el cloro que es elemento negativo, y los metaloides o elementos negativos, se unen muy
bien con el hidrógeno que es positivo. Los átomos del H y Cl tienen la propiedad de que
se asocian exactamente el uno con el otro, agotando su cantidad de combinación
(aunque como queda dicho el átomo de cloro sea 35,5 veces más pesado que el de H);
lo que no pasa con los demás cuerpos simples.

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Son monovalentes los cuerpos que se juntan con un solo átomo de H o de Cl, como
estos dos cuerpos entre sí; bivalentes, los que se juntan con dos, v. gr. el oxígeno (OH2);
trivalentes, los que se juntan con tres, como el amoníaco (NH3); tetravalentes, los que se
juntan con cuatro, como el Carbono (CH4). También hay hexavalentes, heptavalentes,
etc.
Así tanto en los metales como en los metaloides pueden establecerse series
especiales o familias, que van desde los monovalentes basta los heptavalentes, y que
cerradas por los gases nobles han permitido elaborar el cuadro de clasificación de los
elementos.
Al analizar el cuadro de los elementos se observa que, dejando de lado al H y al Helio,
los demás cuerpos que encabezan las diversas series, primero metales y después
metaloides, están dispuestos de tal manera que en la primera columna estén los
monovalentes, en la 2ª los bivalentes, y así hasta la 7ª.

Atomicidad. Es el número de átomos contenidos en la molécula. Así la atomicidad


de H es de dos, y la del fósforo de cuatro.
Ni la atomicidad ni la valencia deben confundirse con la afinidad química. La
atomicidad y la valencia son simples capacidades de saturación; la afinidad, en cambio,
es una energía que mueve los cuerpos a combinarse. Así los cuerpos de mayor actividad
en sus combinaciones, esto es, de afinidad más viva, se distinguen por su corta
atomicidad, p. e. el H.

16. Mezcla y combinación

Las moléculas de los cuerpos forman dos clases de compuestos: la combinación y la


mezcla. 1º En la combinación la fusión de los elementos es muy íntima; las
moléculas se desintegran para formar moléculas nuevas; hay, pues, cambios
intermoleculares, y ni el más poderoso microscopio puede distinguir los cuerpos
componentes. 2º En la mezcla la juntura de los elementos es superficial y no hay en
ella cambios intermoleculares. Así, p. e., si se reúnen polvo de azufre y limadura de hierro
se forma una mezcla de color intermedio; al mirarla al microscopio es fácil distinguir las
moléculas de uno y otro cuerpo; un imán podrá atraer al hierro y separarlo del azufre; si
la mezcla se leviga con agua, el hierro ira al fondo con más facilidad que el azufre, y
decantándolo podrá separarse de él. El hierro y el azufre pueden también reunirse en
determinadas condiciones para formar sulfuro de hierro; en este caso se forma una
combinación, en la cual no podrán observarse ninguno de los fenómenos observados en
la mezcla.

Principales diferencias entre ambas. Además de las ya anotadas respecto a


cambios intermoleculares, podemos señalar estas otras:
1ª La mezcla se, puede realizar entre cualesquiera sustancias; la combinación sólo
entre aquellas que tienen afinidad entre sí.
2ª La combinación produce un nuevo cuerpo, de propiedades específicamente
diferentes a las de los componentes. La mezcla no produce un nuevo cuerpo de

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propiedades diferentes, sino una mezcolanza entre los cuerpos, con propiedades
intermedias. Así cuando por medio de la chispa eléctrica se reúnen en las debidas
proporciones dos gases, hidrógeno y oxígeno resulta un nuevo cuerpo, de propiedades
específicas diferentes: el agua. Pero si se mezcla agua y vino el resultado es una
mezcolanza de propiedades intermedias.
3ª En la combinación la proporción de los elementos diferentes es constante para
cada cuerpo; así para formar el ácido clorhídrico es necesario que 35,5 partes de cloro
se junten a 1 parte de hidrógeno. Si no hay sino 34 partes de claro la combinación no se
realiza. Por el contrario en la mezcla la composición varía de manera continua. Así se
puede mezclar el agua con el vino en proporciones indefinidas.
4ª En toda combinación se desprende una gran cantidad de calor, electricidad,
energía, etc.; como consecuencia de ello, el medio ambiente se calienta, se ilumina, se
electriza; la causa de ello son los cambios atómicos. Nada de ello pasa en la simple
mezcla.

Otra diferencia: sólo en las combinaciones se realizan las leyes sobre los pesos que
entramos a estudiar en seguida.

17. Leyes sobre las combinaciones de los cuerpos

Son las siguientes:


1ª Ley de los pesos de Lavoisier. El peso del compuesto es igual a la suma del
peso de los componentes.
2ª Ley de las proporciones definidas de Proust. Los cuerpos simples se combinan
siempre en proporciones definidas e invariables de peso, para formar los compuestos.
Así para formar el agua se reúnen 8 partes de O por 1 de H (en proporción exacta,
12,2/100 de H por 88,2/100 de O). De esta suerte todos los cuerpos químicos están
caracterizados por una proporción constante de sus componentes.

3ª Ley de las proporciones múltiples de Dalton. Cuando un cuerpo se reúne con


otros en varias cantidades, éstas son proporcionales a números enteros. Pasa con
frecuencia que dos elementos presentan no una sino varias combinaciones; v. gr. el
carbono y el oxígeno forman el gas carbónico y el óxido de carbono; en estos casos a
una misma cantidad de C se juntan varios pesos de O, que son proporcionales a números
enteros simples. Así el óxido de C está formado por 1 gramo de C y 1,33 de O; y el gas
carbónico por 1 de C y 2,66 de O. Como se ve hay una proporción simple de 1 a 2 entre
1,33 y 2,66.

Estas leyes, que han tenido una comprobación uniforme en los laboratorios,
gobiernan toda la química moderna; todas las combinaciones de los cuerpos sin
excepción ninguna se rigen por ellas.

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CAPITULO IV

ELEMENTOS CUANTITATIVOS DE LOS CUERPOS

Art. 1º TEORÍA ATÓMICA


18. En qué consiste

La teoría atómica estudia la descomposición de los cuerpos, tanto simples como


compuestos, en moléculas y átomos. Aunque los cuerpos materiales se presentan
como continuos a nuestros sentidos, sin embargo, no es así; su estructura es granular y
no continua. Si examinamos un cuerpo al microscopio, lo encontramos formado por
partículas pequeñísimas, llamadas moléculas, separadas unas de otras por
porosidades. Las moléculas se descomponen en átomos.

19. Qué es la molécula

La molécula es la parte material más pequeña en que se realiza la naturaleza de un


cuerpo. La molécula posee todas las propiedades químicas y físicas del cuerpo
respectivo, reducidas naturalmente a proporciones mínimas. Al desintegrarse la
molécula desaparece el cuerpo como tal y sus propiedades específicas, para dar
nacimiento a otros cuerpos de propiedades diferentes. Así al desintegrarse la molécula
de agua en H y O desaparece el agua con sus propiedades específicas, para dar
nacimiento a estos dos gases de propiedades diferentes.
Las moléculas están separadas por espacios vacíos, que se suponen llenos de éter.
El volumen de un cuerpo encierra las moléculas y los vacíos. Esta hipótesis molecular
explica muy bien cómo puede verificarse la dilatación y la contracción de los cuerpos sin
que cambie la masa.
Las moléculas químicas se reúnen para formar moléculas más complejas, llamadas
moléculas físicas, de las cuales resulta el cuerpo natural.

20. Qué es el átomo

Los átomos son partículas pequeñísimas, aunque extensas y ponderables,


indivisibles químicamente, y dotadas de caracteres específicos.

Decimos: a) partículas menudísimas, puesto que son invisibles, aun con


microscopio; son, sin embargo, extensas y ponderables; b) químicamente indivisibles,
pues hasta el presente ningún proceso químico ha podido desintegrar el átomo. Esto
sólo se verifica o espontáneamente en los cuerpos llamados radioactivos; o en otros
cuerpos mediante descargas o bombardeos eléctricos; c) y dotados de caracteres
específicos; pues el átomo de cada elemento tiene sus propiedades peculiares, en
especial el peso atómico, que lo diferencia de los átomos de los demás elementos.

Respecto a la pequeñez de la molécula y el átomo, he aquí lo que dice el Padre


Puig, distinguido sabio: "Los objetos invisibles a simple vista se dividen en tres grupos;
los microscópicos, de tamaño entre 0,11 y 0,03 micras (o milésimas de milímetro); los

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ultramicroscópicos de tamaño entre 0,03 y 0,003 micras; y los amicroscópicos de tamaño


inferior a 0,0003 micras. El tamaño de las moléculas es por término medio de 0,0006
micras, 0 sea 8 a 10 veces menos que el de las partículas ultramicroscópicas. En
consecuencia no vemos las moléculas, ni mucho menos los átomos, sino que
comprobamos indirectamente su existencia".

21. Peso atómico. Isótopos

1º El peso del átomo puede ser absoluto o relativo. El absoluto no ha podido


establecerse con precisión. No así el relativo, que se ha fijado tomando como unidad
el peso del hidrógeno.
Fue Proust quien en 1815 emitió la hipótesis de que todos los cuerpos se reducen a
una sola y única materia: el hidrógeno, por ser este el más liviano de los gases conocidos.
Y a la verdad, se pudo establecer que gran número de los cuerpos simples eran múltiplos
completos de H, y se dio una explicación satisfactoria de las excepciones que se
presentaban. De esta manera pudo comprobarse que el peso atómico difiere en cada
elemento, pudiendo los elementos clasificarse de acuerdo con él. Así el H pesa 1; el
helio 4; el oxígeno, 16; y el uranio, el más pesado de todos los cuerpos, 238.
Cuerpos isótopos. Surgió una dificultad contra la hipótesis de Proust y fue que
muchos elementos no se presentaban como múltiplos simples del átomo de H sino que
aparecían con decimales; así el átomo de neo pesa 20,20 y el de cloro 35,5. Por eso la
hipótesis de Proust perdió terreno; pero le devolvió su valor el descubrimiento de los
isótopos.
Llámense isótopos ciertos cuerpos de propiedades químicas idénticas, aunque de
pesos atómicos diferentes. Los isótopos son múltiplos enteros del H; pero al combinarse
en diversas proporciones, forman un múltiplo que no es entero. Así el neo está
compuesto por dos elementos isótopos, de peso 20 y 22 en proporción de 9 a 1. El peso
medio es de: (9 x 20 + 1 x 22) /10 = 20,20.
El cloro está formado por dos isótopos de pesos atómicos 35 y 37, en proporción de
3 a 1. El peso medio es de (3 x 35 + 37) /4 = 35,5.

De esta suerte se comprobó que el hecho de que cuerpos simples no sean múltiplos
exactos del H no se oponía a la teoría de Proust, y el descubrimiento de los isótopos la
favoreció grandemente.

Art. 2º TEORÍA ELECTRÓNICA

22. Noción

Llamase así la que estudia la estructura interna y la actividad del átomo.


El átomo es indivisible química y mecánicamente; pero se descompone
espontáneamente en ciertas substancias llamadas radioactivas, y ha logrado ser
desintegrado en otras mediante la electricidad. La desintegración espontánea del átomo

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

fue observada primero por Becquerel y más tarde por los esposos Curie. La
desintegración forzada se obtiene cuando se somete el elemento a la acción de fuertes
descargas eléctricas, y fue obtenida por Rutherford y otros experimentadores.
Las partículas más importantes en que el átomo se desintegra son los protones y los
electrones, de donde viene el nombre de electrónica, dado a esta teoría. Estudiaremos
en primer término la estructura interna del átomo, para ocuparnos luego de su actividad.
Veremos A) La estructura del átomo. B) Su actividad interna, o sea las diversas
radiaciones. C) El análisis espectral. Naturaleza de las radiaciones. D) Los cuantos, o
sea la discontinuidad de las radiaciones.

A)\ESTRUCTURA INTERNA DEL ÁTOMO

23. Núcleo y periferia. Protones y electrones

El átomo está constituido de dos partes: núcleo y periferia.


1º El núcleo es la parte interior del átomo y consta de protones y electrones internos
o nucleares, con excepción del átomo de H, que consta, de un solo protón y de un solo
electrón externo, sin electrones internos.
a) El protón o protones constituyen la parte principal del núcleo del átomo. El protón
tiene carga eléctrica positiva, y su masa es igual a 1. Se confunde, pues, con el núcleo
de H ya que son iguales en masa y en carga eléctrica. El número de protones varía con
la naturaleza del átomo: hay 1 en el H, 4 en el helio y 238 en el uranio.
b) En el núcleo, junto con el protón, se encuentra cierto número de electrones
internos o nucleares. La carga de éstos es negativa pero por ser reducidísima, no
impide que la electricidad del núcleo sea positiva.
2º La periferia es la parte externa del átomo, y está constituida por electrones,
distribuidos a diversas distancias del núcleo.
Los electrones son partículas mínimas de electricidad negativa. Su masa es
prácticamente nula, pues es 1.840 veces menor que la del núcleo de H. Por ello en el
átomo toda la masa depende del núcleo. Aunque los electrones tengan carga negativa,
y el núcleo la tenga positiva, la fuerza centrífuga de rotación impide que se junten, pues
giran alrededor del núcleo a grandes velocidades.

24. Número atómico. Su importancia

El número atómico corresponde al número de electrones externos o periféricos


de un átomo. Cada uno de los 92 elementos tiene su número atómico característico, por
tener diferente número de electrones en la periferia. Así el número atómico del H es 1, el
del helio 2, etc.
Los electrones externos más los internos o centrales igualan al número de protones.
Véanse algunos ejemplos:

Electrones Id.
Protones
Externos Internos

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Hidrógeno 1 1 0
Helio 4 2 2
Litio 7 3 4
Radio 226 88 138
Uranio 238 92 146

Por donde se ve que el número atómico es igual al número de electrones externos, o


también al número de protones menos los electrones internos.

Se llegó a la idea de electrones internos por deducción. Así el núcleo de helio sólo
tiene dos electrones en la periferia; sin embargo, siendo 4 veces más pesado que el H,
debe tener 4 protones, y como consecuencia, también 4 electrones, para mantenerse en
equilibrio eléctrico. Luego es necesario que tenga en el núcleo los dos electrones que
faltan en la periferia. Esta hipótesis se extendió a los demás átomos.

2º Su importancia. Dijimos que el número atómico es el número de electrones


externos. La circunstancia de que las propiedades químicas, específicas de cada cuerpo,
dependen de estos electrones exteriores, ha hecho que la clasificación por pesos
atómicos haya perdido en importancia y que en cambio la haya venido ganando la clasifi-
cación por números atómicos. Y a la verdad, lo que caracteriza a un elemento no es
su peso atómico, sino su número atómico. Así el polonio y el radio tienen pesos
atómicos iguales, pero tienen propiedades químicas bien diferentes, por tener diverso
número de electrones periféricos.

25. Configuración interna del átomo. Los varios niveles

Según la teoría de Bohr y de Sommerfield, aceptada hoy unánimemente, el átomo


debe considerarse, como un pequeño sistema planetario; los electrones exteriores
giran alrededor del núcleo en órbitas diferentes y fijas, a enormes distancias (miles de
veces mayores que el núcleo).
Las órbitas en que giran los átomos toman el nombre de niveles, configuraciones o
pisos; y son tanto más numerosas cuanto mayor número de electrones tiene el átomo.
En cada una sólo puede moverse un número determinado de electrones; pueden ser
menos, pero si llega a haber un electrón más, se forma un nuevo nivel.
Distinguen los autores 7 niveles o configuraciones:

Niveles No de electrones Elementos No Atómico

1º 2 Del hidrogeno al helio 1y2


2º 8 Del litio al neón 3 a 10
3º 8 Del sodio al argo 11 a 18
4º 18 Del potasio al cripto 19 a 36
5º 18 Del rubidio al xeno 37 a 54
6º 32 Del cesio al radón 55 a 86

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7º 6 Del virginio al uranio 87 a 92

Los seis primeros niveles terminan por un gas noble: helio, neón, argo, cripto, xeno,
radón, y son estables; estos gases rechazan las combinaciones, precisamente por tener
completo el número de electrones de la órbita a que pertenecen. El séptimo nivel encierra
las sustancias radioactivas: virginio, radio, actinio, jonio, torio, uranio, no terminan en gas
noble, ni son estables, y los cuerpos que lo componen se desintegran naturalmente.

26. Corpúsculos elementales del átomo

Al principio se creyó que el átomo sólo tenía dos corpúsculos elementales: el protón
y el electrón. Después la ciencia ha encontrado en él cuatro corpúsculos simples o
elementales, y varios compuestos.
a) Los simples son:
1º El protón o núcleo de H, de carga, y que es prácticamente la masa del átomo.
Hay también los neutrones de masa igual a la del protón -o sea 1- pero que no tienen
carga.
2º El positón y el negatón se conocen con el nombre genérico de electrones.
El positón tiene carga positiva y es de masa muy reducida 0,0015.

Duró mucho tiempo sin ser advertido, por ser su vida del orden de la diezmilésima de
segundo. Por eso pudo escapar, tanto tiempo a las pesquisas de los físicos. El negatón
tiene la misma reducida masa 0,0015, y carga negativa. En el electrón prima la carga
negativa.
Los compuestos: deutrones heliones etc. son mezclas de los anteriores.
El átomo es monovalente neutro.
El negatón y el positón se conocen con el nombre genérico de electrones.

El positón o electrón positivo fue descubierto en 1932. Desaparece al atravesar la


materia para convertirse en energía radiante. Su vida sería del orden de la
diezmillonésima de segundo. Por ello pudo escapar tanto tiempo a las pesquisas de los
físicos.
b) Los compuestos son mezclas de los anteriores.

B) ACTIVIDAD INTERNA DEL ÁTOMO

27. Cómo se manifiesta

La actividad o energía del átomo se pone de manifiesto cada vez que se le


desintegra en sus elementos componentes. Esta desintegración puede obtenerse o
por electricidad, o por descomposición de las sustancias radioactivas. Pueden
igualmente combinarse ambos métodos.
1º La descomposición por electricidad se obtiene ya por electrólisis, ya por el

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

empleo de los tubos de Crookes, que emiten los rayos catódicos y los rayos X.
2º La descomposición del átomo de las sustancias radioactivas da origen a una
energía especial, llamada radioactividad. Esta produce los rayos α, β, γ.
Trataremos estos puntos y luego hablaremos del análisis espectral, que ha traído
nuevas y muy interesantes conocimientos sobre la actividad y constitución del átomo.

C) ACTIVIDAD DEL ÁTOMO DESINTEGRADO POR ELECTRICIDAD

28. La electrólisis. Los Iones

Llámase electrólisis al fenómeno siguiente: cuando un alambre electrizado atraviesa


ciertos líquidos, llamados electrólitos, los descompone en átomos y tiene lugar un doble
trasporte de éstos: los átomos electrizados negativamente se van al polo positivo del
alambre, llamado, ánodo; y los átomos electrizados positivamente se van al polo
negativo, llamado cátodo.

Estos líquidos se llaman electrolitos precisamente por ser buenos conductores de la


electricidad. El ordinariamente empleado es el ácido sulfúrico, (SO4), diluido en agua
(OH2). Los átomos de H, que es negativo, se van al ánodo; y los del grupo de S O, que
es positivo, se van al cátodo. Así el átomo, normalmente neutro, llega a electrizarse
positiva o negativamente al ser trasportado por la corriente eléctrica.
Llámase Ion, palabra griega que significa "el que va", a los átomos o electrones
arrancados de su puesto natural y transportados a otro por la corriente eléctrica.

29. Los rayos catódicos. Descubrimiento de los electrones

Los descubrió Pleuker en 1859. Al ser atravesado un tubo de Crookes por una
corriente eléctrica, se advierte una viva fluorescencia en la región opuesta al cátodo; y si
el tubo está provisto de una ventanita de aluminio, los rayos la atraviesan y salen al aire.
Al principio se creyó que los rayos catódicos eran ondularios, después se descubrió
que eran corpusculares, esto es que arrastraban partículas, mucho más pequeñas
que el átomo. Estas particulitas, formadas por la disolución de un cierto número de
átomos, recibieron el nombre de electrones.
Los rayos catódicos, salen con gran velocidad, de 30.000 a 60.000 km. por segundo;
y cuando son expulsados por corrientes muy poderosas llegan a velocidades mucho
mayores; en cambio tienen poco poder de penetración.

La actividad de estos rayos es múltiple: producen efectos químicos (impresionan una


placa fotográfica), luminosos (la fluorescencia), caloríficos (calientan los cuerpos hasta
la incandescencia) y mecánicos (determinan un movimiento en molinete); se propagan
en línea recta, pero pueden ser desviados por un imán; transportan electricidad
negativa.

30. Rayos X o rayos Roentgen. Estructura atómica de la electricidad

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Los descubrió Roentgen en 1895 al trabajar sobre los rayos catódicos. Observó, en
efecto, que cada vez que éstos encuentran algún obstáculo, producen vibraciones de
extraordinaria rapidez. A estas vibraciones de naturaleza desconocida les dio el
nombre de rayos X. Al contrario de los rayos catódicos no son desviables por un imán,
y tienen fuerte poder penetrativo, ya que pueden atravesar gruesas láminas de acero.
El descubrimiento de estos rayos vino a confirmar la tesis sostenida por Helmholtz
desde 1881, de atribuir a la electricidad una estructura atómica, como la que posee
la materia. Tanto la electricidad positiva como la negativa consisten en partículas
diminutas que contienen cargas opuestas. Protones y electrones son partículas
materiales, individuales y libres, conectadas entre sí por la afinidad o la simple cohesión.

D) LA RADIOACTIVIDAD RAYOS

Llámase radioactividad la actividad que sigue a la descomposición del átomo del


radio, del uranio y de las demás sustancias radioactivas. Becquerel descubrió los
rayos de uranio, y los esposos Curie, de Paris, los del radio.

Los rayos emitidos por las sustancias radioactivas se dividen en tres clases, α, β, γ,
que pueden separarse sometiéndolos a la acción de un campo eléctrico o magnético.
Los α se desvían ligeramente en el sentido de una corriente eléctrica positiva; los β son
desviados con mayor fuerza en el sentido contrario; y los γ no sufren desviación, como
si se tratara de una corriente ondulatoria.
Los rayos α de gran actividad, pues contienen la mayor parte de la energía irradiada,
están formados por átomos de helio, cuatro veces más pesado que el H; esto explica la
enorme energía en que son proyectados fuera de los cuerpos radioactivos. Tienen una
velocidad hasta de 20.000 km. por segundo y son de poca penetración.
Los rayos β tienen mayor velocidad (entre 120.000 y 200.000 km.) y mayor poder
penetrativo. Constituyen una fuente de electrones rápidos y de cómoda aplicación.
Los rayos γ tienen aun mayor velocidad, comparable a la de la luz y mayor poder
penetrativo. Son muy semejantes a los rayos X.
Radioactividad inducida. Ya hemos dicho que esta desintegración del átomo de las
sustancias radioactivas se verifica en forma espontánea. Pero puede: ser también
provocada artificialmente, aun en sustancias no radioactivas, esto es, de menos peso
atómico (hasta el azufre, cuyo peso atómico es de 32), dejando caer sobre ellas fuertes
corrientes eléctricas, por medio de aparatos de alto voltaje. (En Estados Unidos se han
llegado a emplear aparatos hasta de 10.000.000 de voltios). Es claro que cuanto más
rico en electrones es el átomo, mayor es el efecto de la radioactividad. Esto es lo que se
llama radioactividad inducida.

E) ANÁLISIS ESPECTRAL

31. Noción

El análisis espectral, consiste en descubrir los diversos elementos que entran en


la composición de un cuerpo mediante procedimientos que lo hacen luminoso.
Cada elemento produce en el espectro determinado número de rayas, que ocupan

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

posición fija, y que permiten descubrir su presencia en el cuerpo que se examina. Así ha
surgido una nueva ciencia: el análisis espectral, causa de enormes progresos, sobre todo
en lo referente al conocimiento de la estructura del átomo.

El análisis espectral fue descubierto por Kirchhoff y Bunsen en 1859. Tuvo como
antecesores a Newton, Herschel, Ritcher y Fraunhofer. Newton advirtió que cuando un
prisma horizontal es atravesado por un rayo de sol que penetra en una cámara oscura,
la luz se descompone en los colores del arco iris, al reflejarse en una pantalla. Newton le
dio a estos fenómenos el nombre de espectro solar. Herschel y Ritcher descubrieron los
rayos infrarrojos y los ultraviolados respectivamente. Fraunhofer construyo el primer
espectroscopio, aparato que permite analizar no sólo la luz del sol, sino también la de
cualquier cuerpo simple o compuesto, mediante procedimientos que hacen luminosas
las diversas substancias. Fraunhofer descubrió que el espectro solar contenía una
multitud de caras oscuras, llamadas rayas Fraunhofer. Kirchhoff y Bunsen descubrieron
que cada uno de los elementos tiene sus rayas características, de posición fija en
el espectro, mediante las cuales se puede comprobar su presencia.
Igualmente se observó que algunos elementos dan dos espectros diferentes: uno de
bandas y otro de rayas. Hoy se sabe que el primero procede de las moléculas y el
segundo de los átomos.

Los estudios sobre el análisis espectral se han venido siguiendo cada día con mayor
éxito. Angström fue el primero que consiguió medir la longitud de las rayas Fraunhofer;
su nombre ha sido perpetuado en el angström, unidad pequeñísima, equivalente a una
diezmillonésima de milímetro 1/10.000.000 mm. Rowlan empleó redes o cratículas de
dispersión, que hicieron determinar con gran precisión las rayas espectrales. Así
mientras Fraunhofer sólo había logrado determinar 370 rayas en el espectro solar,
Rowlan logró fotografiar 20.000 en él. Se lograron tomar medidas con una precisión de
milésima de angström.

Luego multitud de sabios se dedicaron a descubrir, mediante la observación de los


diversos espectros, la estructura de los corpúsculos del átomo, a los que debe
atribuirse la emisión de partículas.

32. Tres clases de espectros. Ventajas de la espectroscopia

Hay tres clases de espectros: el continuo, el discontinuo y el de absorción.

1º El continuo es el mismo espectral o solar; se halla formado por bandas luminosas


sin interrupción, donde se reflejan todos los colores del arco iris. Lo producen las
substancias líquidas y sólidas en incandescencia.

2º El discontinuo se halla formado por bandas luminosas aisladas por grandes


espacios oscuros. Lo producen los vapores y gases incandescentes.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

3º El de absorción es un espectro continuo atravesado por finas rayas oscuras. Dan


este espectro las substancias líquidas y sólidas en incandescencia cuando su luz
atraviesa gases y vapores a mediana temperatura.

Enumeraremos algunas de las múltiples ventajas del análisis espectral: a) ha


permitido localizar en los cuerpos determinadas sustancias, como el sodio, el potasio, el
bario, etc.: b) ha permitido predecir la existencia de nuevas elementos no conocidos,
cuya realidad fue comprobada después experimentalmente; p. e. los cinco gases raros:
helio, argo, neo, cripto y xeno, y algunos otros cuerpos; c) ha permitido estudiar la
naturaleza de los cuerpos celestes y de las atmósferas que los rodean, dándonos a
conocer los elementos de que constan; d) por último, ha dado un notable impulso a la
teoría electrónica.

33. F) NATURALEZA DE LAS RADIACIONES

El análisis espectral ha permitido estudiar más de cerca la naturaleza de las


radiaciones y comprobar que ellas no son otra cosa que desprendimiento de
electrones. Todos los cambios en el espectro obedecen a cambio de electrones dentro
del átomo.
Los electrones, en efecto no quedan siempre ligados al piso al que pertenecen y
pueden saltar bien a un piso interior, bien a otro exterior, bien fuera del átomo. Y cada
vez que salen de su órbita natural producen energía.

Cuando saltan a un piso exterior, almacenan energía; cuando saltan a uno interior
desprenden energía; llámense entonces electrones excitados. Cuando saltan fuera del
átomo se llaman electrones ionizados o iones y forman las radiaciones. Estas
diversas modificaciones de las fuerzas eléctricas del átomo se hacen ostensibles en el
espectro.
Las diversas radiaciones tienen tanto menor longitud de onda cuanto más interior sea
el nivel de donde se desprenden; y a menor longitud de onda corresponden mayor
velocidad y mayor poder penetrativo.
La actividad interna del átomo se concibe hoy así: a las órbitas más externas
corresponden las propiedades físico-químicas; a las intermedias, las radiaciones
caloríficas y luminosas; y a las internas, los fenómenos radioactivos.

34. Explicación de las valencias, combinaciones y afinidad

Cuando los niveles del átomo encierran el número de electrones que les corresponde,
el átomo se halla en equilibrio. Pero cuando par cualquier causa, p. e. Por la acción de
la corriente eléctrica, desaparece un electrón de un nivel, inmediatamente otro de un
nivel vecino ocupa su puesto.
Este fenómeno influye decisivamente en las valencias, combinaciones y afinidad.

1º Las valencias expresan el número de electrones que puede comunicar o recibir


un átomo. Un átomo tiene tantas valencias positivas posibles cuantos electrones le
sobren después de completado el último nivel estable; y tantas valencias negativas

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

posibles cuantos electrones le falten para formal la siguiente configuración estable. Esto
sólo ocurre en las órbitas exteriores del átomo que, como dijimos, son el asiento de los
fenómenos químicos. Los gases nobles: helio, neón, argo, etc., tienen todos sus niveles
estables; por eso no tienen valencia.

2º Las combinaciones. Cuando hay valencias positivas o electrones sobrantes en


la esfera de atracción de valencias negativas, unas y otras se completan hasta que se
forma un nivel estable. Entonces se efectúa una combinación. V. gr. el Cl que tiene siete
electrones en la última capa, atrae al electrón de H para llegar al número de ocho,
configuración estable. Así se forma el ácido clorhídrico: Los gases nobles por no tener
valencias, rehuyen toda combinación.

3º La afinidad. La afinidad consiste en la atracción mutua que ejercen los electrones


de unos átomos sobre los de otros átomos, por la tendencia que tienen a formar
configuraciones estables; más o menos completas. Esta atracción no se ejerce entre
electrones aislados, sino que es obra del átomo en conjunto. Esta atracción es tanto
mayor cuantos menos electrones le falten al átomo para llegar a un nivel completo; y es
máxima cuando sólo le falta un electrón. Es lo que pasa en los halógenos: cloro, bromo,
fluor y yodo, que se juntan con enorme facilidad al átomo de H.

La teoría electrónica y la de las valencias positivas y negativas, que explican la


afinidad y las combinaciones, son inseparables y se completan mutuamente.

G) LOS CUANTOS O DISCONTINUIDAD DE LA ENERGÍA DE LAS RADIACIONES

35. La irradiación del calor no es continua. Los cuantos.

Al estudiar Planck la energía calorífica, observó que ésta no se irradia de un modo


continuo y uniforme, sino por saltos, o sea por cantidades fijas y constantes, de
suerte que una vez irradiada tal cantidad de calor hay necesidad de que la misma
cantidad vuelva a juntarse para que pueda haber una nueva irradiación, y siempre así.
Estas cantidades constantes necesarias para que la irradiación de calor se repita, fueron
llamadas "cuantos".

Supongamos un tanque de agua con un mecanismo dispuesto de tal suerte que al


subir el agua a cierto punto, el peso del agua hunda el mecanismo y deje escapar el
líquido; disminuido el peso, el mecanismo subiría de nuevo hasta que se reuniera la
cantidad de agua capaz de volver a hundirlo, y así indefinidamente. Este mecanismo da
una idea de los cuantos de Planck.
Ya en las combinaciones se habían observado estos saltos o discontinuidades,
puesto que ellas tienen su límite; así el H y el O se combinan en proporción 1 a 8 de
peso, y hay que aguardar a que haya 2 de H y 16 de O, 3 de H y 24 de O para que haya
nuevas combinaciones.
Planck estableció que los cuantos son proporcionales a la longitud de la onda
calorífica. Si llamamos v la frecuencia de onda, y h la cantidad constante llamada hoy

21
COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

constante de Planck, encontramos que la energía emitida es esa cantidad o un múltiplo


exacto de ella. Así tenemos que la energía emitida es hv, 2 hv, 3 hv, 4 hv, etc.; pero
jamás encontraremos una fracción de hv.

36. Novedad e importancia de la nueva teoría

La hipótesis de Planck implicaba un rompimiento total con lo que hasta entonces se


había admitido, pues se creía que la irradiación era constante, y que en consecuencia,
la energía era divisible indefinidamente. Planck descubrió que la energía ni es
constante, ni indefinidamente divisible; sino que esta división tiene sus límites, ya se
trate de emisión de energía, ya de absorción de ella. Y así como se comprobó, mediante
los átomos, que la materia no es divisible indefinidamente, así también se comprobó
mediante los cuantos, que tampoco lo es la energía.
La importancia de la nueva teoría se echó de ver en que explicaba muy bien ciertos
problemas antes insolubles relativos a la irradiación del calor en el espectro; y subió de
punto cuando se comprobó que era aplicable no sólo al calor, sino también a toda clase
de radiaciones.
Einstein demostró que era aplicable a la energía y al calor específico de los cuerpos,
y más tarde la aplicó a la luz, formulando la hipótesis de que los cuantos de luz tienen
existencia y actividad independientes.
Bohr la aplicó con éxito para explicar la radiación de electrones. Según la teoría
de Maxwell, anterior y contraria a la de Planck, el átomo emite energía de modo continuo
y en consecuencia pierde continuamente energías, y los electrones se van aproximando
permanentemente al núcleo hasta desaparecer en él. En tal hipótesis el número de
niveles sería indefinido, pues los electrones se irían acercando lentamente al núcleo.
Bohr supone, en cambio, que el número de niveles es fijo y que el salto de electrones
de un nivel a otro tiene lugar precisamente cuando la energía llega a ser de un
cuanto; de modo que solamente cuando hay estos saltos que equivalen a un cuanto hay
en el átomo perdida o ganancia de energía.
De esta suerte la teoría de Planck ha introducido en la física y química modernas la
innovación más revolucionaria, hasta ahora siempre con éxito. En opinión de los sabios
el salto de electrones de un nivel a otro tiene lugar precisamente cuando la energía
llega a ser de un cuanto.

LIBRO II

ESTUDIO FILOSÓFICO DE LOS CUERPOS

Después de haber estudiado científicamente la naturaleza y principales propiedades


de los cuerpos, pasamos a su estudio filosófico, analizando las diversas opiniones que
han tenido los filósofos sobre su naturaleza, y hacienda su critica.

37. Diversos sistemas inventados para explicar filosóficamente los cuerpos

22
COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

La naturaleza íntima de los cuerpos es tema que desde la antigüedad ha interesado


a los filósofos. Para explicarla han surgido principalmente cuatro grandes sistemas:
atomismo, hilemorfismo, mecanicismo y dinamismo. El atomismo y el hilemorfismo
vienen desde la filosofía griega, siendo sus principales representantes Demócrito y Aris-
tóteles respectivamente (Siglo IV a. C.). El mecanismo y el dinamismo vienen de
Descartes y Leibnitz (Siglo XVII).
Todos cuatro sistemas han tenido modificaciones importantes al contacto con la
ciencia moderna. Y así tenemos el atomismo filosófico moderno (distinto del científico),
el hilemorfismo moderno, el mecanicismo moderno y el energetismo o dinamismo
moderno.
Procedamos a la exposición y crítica de estos sistemas.

CAPITULO I
SISTEMAS ANTIGUOS

Art. 1º EL ATOMISMO ANTIGUO

38. Exposición
Para Demócrito, su principal representante, los cuerpos todos están formados de
partículas pequeñísimas, llamadas átomos (de a, sin, y tome, división). Los átomos son
infinitos en número, indivisibles, homogéneos en su naturaleza, bien que de forma
diferente. Están dotados de movimiento propio y forman los diversos cuerpos
combinándose al azar. El alma está formada de átomos esféricos y sutiles. Otro tanto
debe decirse de los dioses, que están sometidos al fatum, o ley del movimiento atómico.
El atomismo de Demócrito es, pues, un materialismo crudo y absoluto, que puede
reducirse a los siguientes puntos fundamentales: a) constitución atómica de los cuerpos
y número infinito de átomos; b) negación de todo cuanto no sea materia; en especial,
negación de toda causa eficiente, ordenadora y final en el universo; c) negación de toda
actividad distinta del movimiento mecánico. Epicuro modificó el atomismo de Demócrito,
introduciendo las ideas del clinamen (de clino, inclinar); el clinamen es una propiedad de
los átomos de desviarse de la vertical; pretende así explicar mejor la formación de los
cuerpos y sobre todo, la libertad.

39. Crítica

Científicamente Demócrito tiene el mérito de haber previsto los átomos, por una
intuición genial, cuando no tenía medio alguno para comprobar su existencia.
Filosóficamente cayó en gravísimos errores; señalaremos los más importantes: a) la
negación de todo lo que no es materia, y en consecuencia, del espíritu y de la libertad;
b) el admitir como propiedad natural de la materia el movimiento, cuando ella es de suyo
inerte; c) el haber negado la existencia de una inteligencia ordenadora del mundo, y
admitido que el orden y belleza que en el se encuentran son el fruto del acaso; d) el haber
admitido una materia eterna e increada, y aceptado un número infinito de átomos.

Estos errores son refutados en diferentes partes de la filosofía y no hay por qué volver
sobre ellos. Por otra parte quedaran de hecho refutados con los argumentos con que se

23
COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

refute el atomismo moderno. Contentémonos con refutar el grave error de poner el


movimiento como propiedad natural de la materia. En efecto: la experiencia nos
demuestra que el estado propio de la materia es la inercia o la quietud.

a) Nunca vemos que el movimiento local se despierte de suyo en la materia; hay


necesidad de una causa exterior que lo determine.

b) Cuando la materia recibe el movimiento, éste no puede perpetuarse en ella, porque


siempre encuentra causas exteriores que lo debilitan y terminan por extinguirlo.

c) Más aún, no solamente el movimiento local, sino el mismo ejercicio de sus energías
internas exige en los cuerpos una causa exterior que lo determine. Es necesario por
ejemplo que los cuerpos electrizados, o que los cuerpos afines se pongan en contacto
para que la descarga eléctrica o la combinación se verifiquen.

Por eso el estado propio de la materia es la falta de actividad actual (no potencial)
y sobre todo la falta de movimiento local. En cuanto al clinamen, digamos que es un
absurdo; cuando no se admite sino materia y movimiento mecánico, no se explica como
pueda despojarse a la materia de su propiedad y ley fundamental: la gravedad.

40. El atomismo moderno. Atomismo científico y filosófico

Su principal representante es Gassendi, filósofo trances del S. XVIII. Atacó el


hilemorfismo a Aristóteles, y aceptó y defendió la doctrina de Demócrito y Epicuro
dándole así un nuevo impulso al atomismo. Quiso despojarlo de todo lo que en él era
contrario al dogma católico. Para ello pretendió erradamente excluir del terreno científico
todo cuanto se relaciona con la Religión Revelada. Este atomismo viene a retundirse con
el mecanicismo moderno.

Es necesario no confundir el atomismo filosófico con el científico.


1º Atomismo científico es el que acepta las nociones expuestas sobre la molécula y
el átomo, y las teorías sobre éste: la atómica, electrónica y cuántica. En él hay hechos
plenamente comprobados, y otros que se mantienen en el terreno de la hipótesis. Este
atomismo científico, al menos en sus partes comprobadas, no encierra ninguna
enseñaza que no pueda admitir la sana filosofía.

2º El atomismo filosófico consiste en querer dar la última explicación filosófica de los


cuerpos mediante los átomos y el movimiento mecánico, con exclusión de toda forma
substancial y de toda cualidad que no puedan reducirse al movimiento.

Art. 2º EL HILEMORFISMO O TEORÍA DE LA MATERIA Y DE LA FORMA

41. Noción del hilemorfismo

Es el sistema inventado por Aristóteles y aceptado por la filosofía tradicional, que

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

explica la naturaleza y propiedades fundamentales de los cuerpos mediante dos


principios fundamentales diferentes: la materia y la forma.

Aristóteles basó su sistema en el hecho común y corriente de la transformación de


unos elementos en otros. En efecto, en toda transformación debe haber un sujeto
común a los dos términos de ella, es a saber, al ser que existía antes del cambio y al
nuevo ser que aparece después del cambio. Es evidente que sin sujeto que cambie, el
cambio no puede verificarse. Pues bien, el principio substancial que permanece a través
del cambio fue llamado por Aristóteles materia; y el principio substancial que lo modifica
fue llamado forma. Aunque ambas son nociones abstractas o metafísicas, encuentran
su fundamento en la experiencia concreta que nos proporcionan los sentidos.

42. Definiciones

1º Materia es el elemento indeterminado y extenso de los cuerpos, receptivo y pasivo,


que permanece idéntico a través de las trasformaciones del cuerpo. Se dice: a) elemento
indeterminado, porque es común a todos los cuerpos, e indiferente para recibir esta o
aquella forma; b) extenso, porque tiene partes, siendo en consecuencia, el fundamento
de la extensión y divisibilidad en el ser; c) receptivo, porgue recibe la forma; d) pasivo,
porque es asiento de las propiedades pasivas o estáticas del ser: masa, inercia,
resistencia; e) que permanece idéntico a través de las modificaciones del cuerpo, como
ya queda explicado.

2º Forma es el elemento determinante e inextenso de los cuerpos, actuativo y activo,


que cambia en las modificaciones substanciales del ser. Se dice: a) elemento
determinante, porque determina y especifica la materia; la materia, indeterminada de
suyo, llega a ser tal materia y no tal otra; v. gr. madera y no piedra, merced a la forma.
b) inextenso: la forma es simple, no tiene partes; si la materia es el fundamento de la
extensión y de lo múltiple, la forma es el fundamento de la unidad del ser; así cualquier
objeto, a pesar de estar compuesto de muchas partes materiales, es uno por su forma;
c) actuativo: porque es el acto de la materia, lo que le da realidad; d) activo, porque es
el principio de la energía y propiedades activas o dinámicas del ser; e) que cambia con
las modificaciones substanciales del ser; por eso dichas modificaciones se
denominan, con nombre muy apropiado, transformaciones, esto es, cambios de forma.

43. El compuesto natural

La materia y la forma son dos principios substanciales e intrínsecos de los cuerpos,


ambos incompletos, que al unirse forman la substancia completa, llamada
compuesto, o cuerpo natural.
Ambos principios están hechos para constituir o integrar al ser: la materia, para recibir
la forma; la forma, para actuar la materia; es, pues, lógico que de la unión de ambos
resulte un todo completo y substancial, un ser uno por naturaleza.

Como es fácil de advertir, la causalidad propia de la materia consiste en recibir la


forma; y la causalidad o modo específico de causar la forma, consiste en actuar la

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

materia.
Es importante advertir que sólo el compuesto existe en la realidad. La materia sin
forma que la actúe es una pura potencia; la forma a su vez no existe sin la materia. Pero
unidas las dos constituyen el ser real y son elementos reales del compuesto.

44. Divisiones de la materia y de la forma

1º Materia prima y forma substancial. El primer elemento indeterminado y


receptivo, y el primer elemento determinante y actuativo que constituyen al ser toman el
nombre de materia prima y forma substancial.

2º Materia segunda y formas accidentales. La materia prima ya determinada por la


forma substancial toma el nombre de materia segunda; y ésta es la que común y
corrientemente conocemos con el nombre de materia o cuerpo. V. gr. la madera, la
piedra, etc. La materia segunda se hace sujeto apto para recibir nuevas formas, que ya
no son substanciales, sino accidentales, v. gr. lo que convierte la madera en puerta o
mesa, o la hace tener determinado color o suavidad de superficie.

3º Entre la materia prima y la segunda hay estas diferencias:

a) La materia prima, como lo indicamos al principio, es una noción metafísica, que no


cae bajo el dominio de los sentidos. La materia segunda es el cuerpo concreto que
impresiona los sentidos.

b) La materia prima es perfectamente homogénea, por lo mismo que es


perfectamente indeterminada. La materia segunda es heterogénea, pues ya está
determinada por la forma substancial. Los átomos son ya heterogéneos, porque
pertenecen a una naturaleza determinada.

c) La materia prima y la forma substancial son nociones de orden metafísico, como el


acto y la potencia, la esencia y la existencia. En consecuencia, no pueden ser percibidos
por los sentidos. Es necesario tener esto en cuenta, pues de otra manera uno se ve
tentado a negar su realidad.

45. Observaciones

1ª No debemos confundir forma con energía: a) La energía es un principio físico;


la forma, metafísico; la energía puede transformarse en materia; la forma de ninguna
manera. El cuerpo científicamente consta de materia y energía; filosóficamente, de
materia y forma.

2ª Entre las formas: a) hay algunas subsistentes, esto es, que aunque de suyo
estén hechas para Informar un cuerpo, pueden existir separadas de él, en razón de su
absoluta superioridad. Tal es por ejemplo el alma humana, como se prueba por las
operaciones absolutamente superiores al orden material que realiza (V. Psicología No

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

234). b) Otras no son subsistentes y perecen al disgregarse el cuerpo; tales son las
formas de las plantas y de los animales.

3ª Hablando con propiedad, la materia prima no es de suyo extensa, sino que la


extensión le viene al cuerpo por el accidente de cantidad. Pero como la materia tiene
una exigencia natural de la cantidad, y no puede existir sin que la cantidad la
complemente, bien podemos afirmar que la materia prima es extensa, pues lo es en
razón de la cantidad, la cual nunca le falta. La materia segunda es extensa con absoluta
propiedad.

Lo esencial del hilemorfismo se puede condensar en estas palabras: existen en los


cuerpos dos principios substanciales e incompletos, realmente distintos: la
materia y la forma.

A) CRITICA DEL HILEMORFISMO

Aceptamos la verdad del hilemorfismo por las siguientes pruebas:

46. 1ª Prueba

Porque sólo él explica satisfactoriamente las propiedades diversas y encontradas de


los cuerpos.
En efecto:
1º Encontramos en ellos por una parte propiedades pasivas o geométricas, que
nada tienen que ver con la actividad del ser; v. gr. la cantidad, inercia, pasividad, etc.
Pero hay también en ellos propiedades activas o dinámicas: la electricidad, el calor, la
afinidad química.

2º Hallamos la extensión que es la fuente de la multiplicidad de partes y de la


divisibilidad de los cuerpos. Pero hay también en ellos algo que no es extenso: así la
esencia del agua se encuentra tanto en la gota como en el océano. Este algo no extenso
es para el cuerpo fundamento de su unidad: un árbol, un cristal son un cuerpo a pesar
de sus múltiples partes.

3º En fin, descubrimos en los cuerpos propiedades que son comunes a todos ellos,
v. gr. la cantidad, extensión y pasividad; y otras que son características o peculiares
de cada cuerpo: la afinidad, el peso y calor específico, la figura, etc.
Pues bien, es necesario que a propiedades opuestas correspondan en el sujeto
principios diferentes. Debe, pues, haber en todo cuerpo dos principios: uno de
pasividad, extensión e indeterminación, que llamamos materia; y otro de actividad,
unidad y determinación que llamamos forma: ya que no podemos concebir propiedades
sin sujetos que las sustenten.
Este argumento es convincente para quien reflexione en él con seriedad y sin
prejuicios, y es la base fundamental de la doctrina sobre la materia y la forma.

47. 2ª Prueba

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Porque las nociones de materia y forma son necesarias para explicar las mutaciones
substanciales de los cuerpos.
Existen en los cuerpos cambios substanciales -combinaciones, en lenguaje
químico-, cuyo efecto es hacer aparecer cuerpos de naturaleza y propiedades nuevas.
Nadie negará que el O y el H al combinarse, forman un cuerpo específicamente nuevo:
de propiedades específicas perfectamente diferentes, el agua. Pues bien, en todo cambio
substancial hay una parte que permanece y otra que cambia. a) Permanece la parte
cuantitativa, la materia; y la mejor prueba de ello es que la substancia puede volver a
convertirse en sus elementos primitivos; v. gr. el agua en H y O; b) Cambia la parte
cualitativa o específica del ser, lo que llamamos forma; aquello que lo caracteriza, y de
donde derivan las propiedades que lo especifican. Permanece, pues, algo substancial, y
aparece algo substancial nuevo. La materia o parte cuantitativa que permanece es lo que
sirve de base al cambio substancial. Si OH2 se cambia únicamente en agua, y si el agua
se cambia únicamente en OH2, es evidente que entre el OH2 Y el agua hay algo de
común que sirve de base o sustento al cambio que se realiza.
Existen, pues, en los cuerpos dos elementos substanciales incompletos: la
materia y la forma que reunidos forman el cuerpo natural.
Agregaremos nuevas pruebas sacadas de las ciencias modernas al estudiar el
hilemorfismo moderno (No. 71 y s.).

48. Art. 3º EL MECANICISMO

El mecanicismo en general es todo sistema que pretende dar la última explicación de


la naturaleza de los cuerpos reduciéndolos a materia y movimiento local.

El mecanicismo niega en los cuerpos la existencia de cualquier principio substancial


distinto de la materia, y de toda propiedad que no pueda reducirse al movimiento local.

Podemos distinguir varias clases de mecanicismo:

a) El mecanicismo antiguo, que es el mismo atomismo de Demócrito y Epicuro, que


reduce los cuerpos a átomos y movimiento, que se juntan al acaso y niega toda finalidad
en ellos, ya queda refutado (No. 40).

b) El mecanicismo de Descartes, quien negó la existencia de los átomos, y redujo


los cuerpos a extensión y movimiento, negando también la existencia de la forma
substancial y de las cualidades.

c) El mecanicismo moderno que presenta dos formas: exagerada y moderada. La


primera vuelve a la formula átomos y movimiento. La segunda acepta además la
existencia de fuerzas; pero sigue negando las formas substanciales y las cualidades en
los cuerpos, y vuelve a la enseñanza de Demócrito de negar toda ley de finalidad en
ellos.

Estudiemos estas diversas formas de mecanicismo.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

CAPITULO II

SISTEMAS MODERNOS

1º MECANICISMO DE DESCARTES

49. Exposición

Descartes rechazo el hilemorfismo, aunque tampoco aceptó el atomismo; y trató de


explicar la naturaleza de los cuerpos reduciéndolos a la extensión y al movimiento
mecánico, de donde el nombre de mecanicismo, dado a su sistema. He aquí sus puntos
fundamentales:

1º La extensión constituye la esencia de los cuerpos. Advirtió Descartes que al


representarnos un cuerpo, podemos prescindir con la imaginación de todas sus
propiedades: color, tamaño, figura, peso, etc.; menos de la extensión, pues de ninguna
manera podemos figurárnoslo como inextenso. De aquí concluyó que la extensión es la
misma esencia o naturaleza de los cuerpos.

2º Identifica la materia con la extensión geométrica. La materia, tal como él la


concibe, continua y homogénea, no difiere del espacio o extensión geométrica. "Declaro
abiertamente, dice Descartes, que no conozco ninguna otra materia en las cosas
corporales, sino aquella de todo punto divisible, figurable y móvil que los geómetras
llaman cantidad y que toman por objeto de sus demostraciones". (Principios de filosofía.
Parte 2ª, No 64).

3º Con los dos factores materia y movimiento pretende explicar la naturaleza y


los fenómenos de todos los cuerpos. "Dadme materia y movimiento, y yo fabricaré el
mundo" son sus palabras. En consecuencia le niega a los cuerpos todas las propiedades
que no pueden deducirse lógicamente de la extensión, y el movimiento local, en especial
la actividad. Para él toda actividad o causalidad viene de Dios.

4º Al afirmar que la extensión o materia es continua, afirma la imposibilidad del


vacío; y en consecuencia admite que el movimiento local sólo puede verificarse en
espiral o torbellino; esto es, que no puede moverse un cuerpo sin que todos los demás
del universo se muevan.

50. Crítica del mecanicismo de Descartes

La doctrina de Descartes tiene gravísimos errores:

1º Es un grave error confundir la extensión con la esencia o naturaleza de los


cuerpos. La extensión es una propiedad esencial del cuerpo, pero no su esencia. Son

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

éstas dos cosas completamente distintas. La esencia o naturaleza del cuerpo


corresponde a la pregunta: “¿Qué es la cosa?” La extensión, a esta otra: “¿Qué tan
grande es la cosa?”. Esto es fácil de advertir también por una simple consideración: si la
extensión y la esencia del cuerpo se confundieran, un terrón de azúcar y uno de sal que
tuvieran idéntica extensión, tendrían la misma esencia: o bien dos terrones de azúcar,
uno grande y otra pequeño, no tuvieran la misma esencia, por no tener la misma
extensión; conclusiones absolutamente inadmisibles.

2º Es imposible confundir la materia o extensión reales con la extensión


geométrica. La materia y extensión reales son cosas concretas; en cambio la extensión
y espacio geométricos son nociones mentales. Esta doctrina lleva al idealismo, pues
convierte a los cuerpos en nociones de la mente.

3º Es inadmisible la tesis mecanicista de querer reducir todas las propiedades de


los cuerpos a la extensión y al movimiento mecánico. Ello equivale a suprimir la
física, y la química, y a quererlas reducir a la geometría y la mecánica.

4º No se justifica la negación del vacío, al menos relativo, ni la negación del


movimiento parcial de los cuerpos, que son hechos de simple experiencia y sentido
común.

Son tan graves los errores del mecanicismo cartesiano, y tan contrarios a la razón y
a las conclusiones de la ciencia moderna, que hoy sólo puede concedérsele interés
histórico.
Descartes declara que "abomina de las formas substanciales y de las cualidades
reales". Rechaza las formas substanciales porque las concebía erradamente como
substancias completas agregadas a la materia concreta o real; interpretando mal la
doctrina escolástica, para la cual tanto la forma como la materia son principios
substanciales incompletos, que constituyen al compuesto o ser completo.

Rechaza las cualidades como diversas de las substancias en virtud de su doctrina


general que "niega la distinción real entre la substancia y los accidentes". "Repugnan
los accidentes reales, dice, porque todo lo que es real puede existir separadamente". De
esta suerte todos los errores cosmológicos de Descartes provienen de una mala
metafísica.

2º EL MECANICISMO MODERNO

A) FORMA EXAGERADA

51. Refutación

En su forma exagerada podemos refutarlo mediante cuatro pruebas, a saber:


a) No logra explicar el carácter específico, fijo e interno de los fenómenos corporales;
b) No puede explicar la afinidad;
c) No explica la diferencia entre mezcla y combinación;

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

d) No puede explicar la teoría cuántica.

52. 1ª Prueba. El mecanicismo no logra explicar el carácter específico, fijo e interno


de los fenómenos corporales.

Argumentamos de la siguiente manera:


1º La materia es de suyo inerte y pasiva, y no puede en manera alguna ser la fuente
y raíz de la actividad y movimiento de los cuerpos.

2º El movimiento, a su vez, a) Es común y uniforme; en consecuencia, incapaz de


explicar los fenómenos específicos; b) es fugaz; en consecuencia, incapaz de justificar
los fenómenos estables; c) es externo al ser; en consecuencia incapaz de explicar los
fenómenos internos. Es así que en los cuerpos se dan fenómenos específicos, estables
e internos. Luego además de la materia y el movimiento, hay que admitir en ellos
otro principio que explique estos fenómenos, principio que llamamos forma.
Probemos en primer lugar que el movimiento local es común, fugaz y externo. Luego
probaremos que en los cuerpos se dan fenómenos específicos, estables e internos.

53. El movimiento es común, fugaz y externo

1º El movimiento es común y uniforme en los cuerpos. El movimiento local no tiene


nada de especificante o determinante; y dondequiera que se encuentre, se verifica de
manera uniforme. Las leyes de la mecánica no tienen aplicación específica para cada
cuerpo, sino general para todos ellos.

2º El movimiento es fugaz. La misma esencia del movimiento es ser móvil o fugaz,


es el cambio permanente. No se entiende movimiento sin cambio en el cuerpo.

3º El movimiento es externo al cuerpo. Ningún cuerpo se mueve si el movimiento no


le es comunicado por otro cuerpo.

Probemos en seguida por partes que se dan en los cuerpos fenómenos específicos,
fijos e internos; y que es imposible en consecuencia, explicarlos por la pura materia y
movimiento.

54. 1º Existen en los cuerpos fenómenos específicos

Los fenómenos físicos: v. gr. el peso, calor; los fenómenos químicos: afinidad,
valencia, combinaciones; los fenómenos intraatómicos: número atómico, peso atómico,
etc.: todos son específicos, como ya queda establecido; cada uno de ellos caracteriza
a cada elemento y sirve para distinguirlo de los demás. En consecuencia, no pueden
explicarse por el mero movimiento local, que, como ya dijimos, es común y uniforme
en los cuerpos.
Poner en la homogeneidad de la materia o del movimiento la razón explicativa de los
fenómenos específicos, es atribuir diversidad de efectos a identidad absoluta de
causas.

31
COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

55. 2º Existen en los cuerpos fenómenos constantes

a) Lo primero que nos llama la atención es la firmeza con que el átomo defiende
su estabilidad. Sabemos en efecto que el átomo resiste a todos los medios mecánicos
y químicos, y que sólo puede ser desintegrado por corrientes eléctricas potentísimas.

b) Los fenómenos físicos, químicos y radioactivos y las leyes que los rigen son
absolutamente fijos. Todos se realizan con admirable constancia (Ver No. 17).

Recordemos en especial la ley de las proporciones fijas y determinadas, en que


se combinan los cuerpos simples, y que son el fundamento de toda la química.

c) Como consecuencia de la firmeza de estos fenómenos y leyes, tenemos la


absoluta permanencia de las especies inorgánicas, a pesar de las múltiples causas
de variabilidad que se dan en el universo. Si no hubiera firmeza en los fenómenos y
leyes, a cada paso nos sorprenderían los cambios mas extraños en los fenómenos y
combinaciones de los cuerpos, y las ciencias físico-químicas no pudieran existir por no
encontrar base firme para sus conclusiones.

Pero, como queda dicho, el movimiento mecánico es de suyo fugaz, móvil e


inestable. Luego no puede explicar la firmeza del átomo, la invariabilidad de los
fenómenos y leyes, y la absoluta persistencia de las especies inorgánicas.

Más aún, el puro movimiento mecánico no pudiera menos de ser causa de


confusión en los elementos que integran los diversos átomos, de perturbación en los
fenómenos y leyes, y de inestabilidad de las especies. El movimiento mecánico no
podría hacer otra cosa que mezclar los electrones y los átomos al azar y producir
combinaciones al azar, como pasaría con los tipos de una caja de imprenta que se
arrojaran al azar. Hay, pues, necesidad de admitir un principio de estabilidad y firmeza
en los cuerpos, que los defienda de la acción voluble y desintegradora del movimiento.

56. 3º Existen en los cuerpos fenómenos internos

Como ya dijimos, todos los fenómenos físicos, químicos e intraatómicos son


específicos de los cuerpos y llegan a convertirse en su característica propia. Pues bien,
la actividad específica de un cuerpo, la que se observa en él de una manera firme e
invariable, hasta el punto de servir para caracterizarlo, tiene que derivar de su misma
esencia o naturaleza. Es indiscutible que todo cuerpo obra de acuerdo con lo que es,
con su naturaleza. Dichos fenómenos tienen, pues, origen en lo más íntimo que hay en
el cuerpo, en su misma naturaleza.

Pero el movimiento mecánico, por el contrario, le viene al cuerpo del exterior, de


otro cuerpo. Luego no puede, en forma alguna, ser razón suficiente de lo que hay en él
de más interno y esencial: de su naturaleza y propiedades características. Hay pues
necesidad de admitir en los cuerpos un principio distinto de la materia y el movimiento

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

mecánico.

57. 2ª Prueba. El mecanicismo no explica la afinidad

La afinidad determina en los cuerpos un marcado carácter de selección. "Las


combinaciones de los cuerpos no se hacen al azar; cada cuerpo tiene sus tendencias
propias, sus preferencias marcadas, que la naturaleza y el químico deben respetar. Hay
cuerpos que tienen tal simpatía por otros, que basta ponerles en contacto para provocar
su unión. Otros se combinan, pero a condición de que se despierten sus adormecidas
energías por medios físicos, p. e. la electricidad, el calor. Algunos tienen una aptitud tan
débil que no ceden sino a la fuerza y no dan sino combinaciones precarias. En fin, otros
cuya antipatía es invencible, cualquiera que sea el medio con que se les quiera juntar".
(Nys, Cosmo p. 51).

Pues bien, el movimiento local no puede explicar este carácter de selección de


la afinidad. Si en los cuerpos no hubiera sino materia y movimiento local, no se explica
la enorme facilidad con que unos se combinan y la absoluta resistencia que otros oponen
a toda combinación. Todos debieran combinarse mecánicamente, sin especial facilidad
ni resistencia.

58. 3ª Prueba. El mecanicismo no explica la diferencia entre mezcla y combinación

En efecto, el mecanicismo no admite sino materia y movimiento mecánico; y dentro


de esta doctrina los cuerpos debieran mezclarse de una manera semejante y producir
resultados semejantes.

Pues bien, ¿Cómo explicar que unas veces sobrevenga la combinación y otras
la mezcla, siendo tan fundamentales las diferencias que median entre ambas?
Si son homogéneos la materia y movimiento, o sea la totalidad de los elementos que
intervienen, ¿como se explica que resulten efectos específicamente diferentes?

59. 4ª Prueba. El mecanicismo no explica la energía cuántica

Los cuantos son una nueva e irrebatible prueba de la falsedad del mecanicismo.
Es indiscutible que el movimiento mecánico ininterrumpido produce energía mecánica
ininterrumpida; tal cosa pasa p. e. con una caída de agua o con el movimiento de una
máquina. Luego si las radiaciones fueran simples movimientos mecánicos, debieran pro-
ducir energía ininterrumpida. Esto queda directamente contradicho por la teoría
cuántica, cuyo principio fundamental es la discontinuidad de la energía.

He aquí como se expresa otro gran físico: "A fines del siglo XIX fue por primera vez
posible estudiar el comportamiento de la molécula, del átomo, del electrón. El siglo se ha
prolongado suficientemente para que la ciencia descubriese que ciertos fenómenos, la
radiación en particular, resistían a todos los ensayos de explicación puramente

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

mecánica... En los últimos meses de la centuria pasada Max Planck, de Berlín, realizó
una tentativa para explicar ciertos fenómenos de radiación que hasta aquel día no habían
podido ser explicados. Su explicación no sólo no era mecánica en su naturaleza,
sino que parecía imposible relacionarla con el pensamiento mecánico. Por esta
razón fue grandemente criticado, atacado e incluso ridiculizado. Pero Planck demostró
brillantemente su exactitud, y luego la desarrolló en la moderna teoría de los cuantos,
que constituye uno de los principios dominantes de la física. También, aunque esto no
se llegó a comprender por el momento, su hallazgo marca el fin de la era mecánica
de la ciencia, y la aparición de una nueva era". (Sir James Jean, en el prologo de J.
Murphy, en la obra: "¿A donde va la ciencia?" de Max Planck).

B) FORMA MODERADA

Refutamos al mecanicismo en su forma moderada, comprobando:


a) Que existen en los cuerpos cualidades.
b) Que existen en los cuerpos las formas substanciales.
c) Que una clara ley de finalidad rige los cuerpos.

60. 1º Existen cualidades en los cuerpos

Comencemos por establecer la diferencia entre propiedad y cualidad.


Llamamos propiedades los accidentes o modificaciones de los cuerpos. Las
dividimos en geométricas, mecánicas, físicas, químicas y atómicas.

a) Las geométricas son completamente pasivas, como la cantidad, extensión,


mensurabilidad, etc.

b) Las mecánicas incluyen la noción de fuerza, o movimiento; tales son la atracción,


gravedad, resistencia, etc.

c) Las físicas, químicas y atómicas incluyen una actividad interna del cuerpo,
que produce en éste modificaciones cada vez más profundas; a saber: las físicas
producen cambios en las moléculas; las químicas, la descomposición de la molécula; y
las atómicas, la descomposición del mismo átomo.

Pues bien, reservamos el nombre de propiedades para designar los caracteres


geométricos y mecánicos; y el de cualidades, para denotar las de orden físico, químico
y atómico. Las cualidades se designan también con el nombre de fenómenos.

La cualidad llega a ser toda determinación que confiere a la substancia corporal


atributos que ella de suyo no tiene.

Las cualidades o fenómenos:


a) incluyen siempre una actividad interna en el ser.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

b) son específicos de cada cuerpo, de suerte que nos dan a conocer la naturaleza
peculiar de cada cuerpo.

61. Pruebas de la existencia de las cualidades

1ª Es imposible reducir las actividades físicas, químicas y atómicas a la materia


y movimiento local.

a) No se reducen a la materia o cantidad. Nadie que reflexione confundirá la


cantidad de agua con su pureza, color o buen gusto; ni la cantidad de un metal con su
dureza, conductibilidad o peso específico.

b) No se reducen al movimiento mecánico. Nadie que reflexione confundirá la


vibración de un alambre al sacudirlo con la vibración que le imprime la corriente
magnética o eléctrica; o el choque mecánico de un ladrillo que cae al suelo con la
explosión del cloro puesto en contacto con el antimonio.

2ª Todos los fenómenos físicos, químicos y atómicos son específicos de cada


cuerpo; luego es imposible reducirlos a puras fuerzas mecánicas, que nunca
presentan ni leyes ni resultados específicos.

Las leyes del movimiento mecánico son perfectamente uniformes, y a todos los
cuerpos se aplican por igual. En cambio los fenómenos físicos, químicos y atómicos
tienen sus características propias, perfectamente definidas, como por ejemplo, la luz, la
electricidad, las combinaciones. Luego es imposible explicarlos por simples fuerzas
mecánicas.
Hoy día sería una necedad reducir la química y la física a un simple capítulo de la
mecánica, o lo que es lo mismo, los fenómenos físico-químicos a las propiedades
mecánicas.

Dos objeciones suelen hacer los mecanicistas contra esta tesis.


1º La primera es que las llamadas cualidades son cuantitativas y mensurables; así se
miden matemáticamente la electricidad, el calor, etc.; concluyendo de ahí el que se
reducen a la cantidad. Contestamos que las cualidades o energías de los cuerpos,
aunque no son materia ni puedan reducirse a la materia, son sin embargo extensas y
cuantitativas en razón del sujeto que las recibe, la substancia cuanta; y que merced
a esta estrecha unión se pueden medir los efectos cualitativos por los cuantitativos; v. gr.
el grado de calor por la dilatación del mercurio.

2º La segunda es que no concebimos ningún fenómeno físico-químico sin movimiento


local. Respondemos que el movimiento es absolutamente necesario en todo fenómeno
corpóreo; pero negamos que los fenómenos físicos, químicos y atómicos puedan
reducirse sólo a él.

El movimiento espacial deja de ser en estos fenómenos el aspecto principal,


para ceder el puesto a las energías que se ponen de manifiesto en ellos. El calor, el

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

sabor, la electricidad, la valencia, la afinidad, la radioactividad relegan a un papel muy


secundario al puro movimiento local.

62. 2º Existen en los cuerpos formas substanciales

Al probar la verdad del hilemorfismo, hicimos resaltar la existencia en los cuerpos de


propiedades, no solamente diversas, sino también opuestas. (N. 46) De ahí dedujimos
la existencia de dos principios: materia y forma, por la imposibilidad de que un solo
principio pueda engendrar propiedades fundamentalmente opuestas.
Podemos agregar algunas otras consideraciones:
1º Ya hemos comprobado la existencia de fenómenos cualitativos en los cuerpos, o
sea de cualidades. Pues bien, no podemos admitir ni que estas cualidades existan en
sí mismas, porque todo fenómeno exige un sujeto en que pueda existir; ni que la pura
materia sea el sujeto de ellas, porque siendo las cualidades activas y específicas, exigen
un principio de actividad y especificación, que no puede ser la materia. Existe entonces
al lado de la materia, un principio de actividad y especificación, al que llamamos
forma.

2º También porque no podemos aceptar transformaciones substanciales sin


forma substancial. A cada momento los sabios nos están hablando de transformaciones
substanciales. Sin duda no es lo mismo el cambio del agua en hidrógeno y oxígeno, que
el cambio de ella en fría a caliente. Pero no tiene sentido el hablar de cambios
substanciales, si no hay un principio substancial que cambie. Si el agua no tiene forma
substancial que la especifique, ni el hidrógeno y oxígeno tampoco tienen formas
substanciales que los especifiquen, ¿cómo es posible hablar de transformación
substancial cuando el agua se transforma en oxígeno e hidrógeno?

63. 3º Los cuerpos inorgánicos están regidos por una ley de finalidad

Se prueba tanto por la constitución de los cuerpos, como por su modo uniforme de
obrar.

1º Los átomos no están constituidos al azar. Cada átomo es un sistema solar en


miniatura, en que las leyes de la atracción y del movimiento se realizan en forma
admirable. Siempre hay en el átomo de cada elemento un número fijo de protones y de
electrones, siendo el número de electrones exteriores o número atómico, el distintivo
fundamental de cada átomo. Por otra parte el átomo defiende acérrimamente su
integridad. El átomo de plomo con sus 82 electrones exteriores la defiende con la misma
firmeza que el de H que sólo tiene un electrón.

2º Tampoco las moléculas están constituidas o se combinan al azar. Una ley fija
e inmutable rige el mundo entero de las combinaciones químicas; ninguna de ellas se
produce al azar; todas obedecen a leyes fijas e inalterables, que constituyen la base
misma de la química moderna. No se ha dado el caso de que un solo elemento usurpe
el modo propio de combinarse de otro.
Todo esto no puede explicarse sin una ley de finalidad intrínseca, sin una norma

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

de obrar estable y permanente, que rija a cada electrón, a cada átomo, a cada
molécula, a cada elemento.

3º Por otra parte el modo de obrar uniforme de todos los cuerpos prueba la ley
de finalidad que los preside. Nada marcha en los cuerpos al azar; ninguna de sus
actividades está entregada a la casualidad; por el contrario todo en ellos está regido por
un orden fijo, sabiamente establecido. Luce, pues, en ellos un principio de orientación,
una eminente finalidad, que no puede desconocerse sin cerrar los ojos a la luz.

64. No puede aceptarse la homogeneidad de la materia

Advertencia: No se trata aquí de la materia prima, la cual por ser totalmente


indeterminada, es absolutamente homogénea; sino de la materia real y concreta, la
cual por estar ya unida a una forma substancial específica, tiene propiedades y
naturaleza específica. (V. No. 44). En consecuencia negamos su homogeneidad.

No podemos admitir la doctrina que afirma la homogeneidad de la materia por los


siguientes motivos:

1º Porque descansa en un fundamento falso. La afirmación de la homogeneidad


de la materia deriva lógicamente de la negación de la forma substancial. Negada la forma
substancial, no hay en los cuerpos principio alguno especificante. Pero si existen las
formas, cada uno de los cuerpos y en especial cada uno de los elementos, tiene su
forma que lo especifica, y es imposible aceptar la homogeneidad de ellos.

2º Porque dentro de la perfecta homogeneidad de la materia, la afinidad y demás


propiedades específicas serían inexplicables. A la verdad las fuerzas que acepta el
mecanicismo moderado: atracción, gravedad, resistencia, etc., no son específicas de
cada cuerpo, sino comunes a todos ellos, y como el movimiento mecánico tampoco es
específico, no habría en los cuerpos principio alguno capaz de explicar la afinidad y
demás fenómenos específicos de ellos.

65. Objeciones

Los partidarios del mecanicismo presentan contra la heterogeneidad de la materia


varias objeciones; demos cuenta de las principales:

1ª Todos los cuerpos simples aparecen como múltiplos perfectos del H, de


acuerdo con la hipótesis de Proust, confirmada con la química. Luego toda la materia se
puede reducir al H.

R. No está probado que todos los elementos sean múltiplos del H. Pero aún
concediéndolo así, no puede afirmarse por ello la homogeneidad de la materia.

En efecto: a) no es el peso atómico, sino el número atómico el que especifica a

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

los cuerpos.

b) Si la variación en el peso atómico de los cuerpos fuera la única causa de las


variaciones de las propiedades fundamentales que vemos en cada elemento, debiera
existir una proporción exacta entre el peso atómico y las demás propiedades de
los cuerpos, en especial con el número atómico, que es como la clave de ellas. Pues
bien, dicha proporción no existe, como puede observarse en el siguiente cuadro
comparativo:

Peso atómico No. atómico Peso atómico No. atómico


H. 1 1 plata 107.88 47
helio 4 2 platino 195 78
litio 7 3 plomo 207 82
berilio 9.2 4

En los primeros elementos el peso atómico se acerca al duplo del número atómico.
Pero esta proporción se altera notablemente en los otros.

En consecuencia, debemos concluir que los elementos no son variación gradual de


un elemento único, sino que son otras tantas especies o tipos diferentes de cuerpos.

2ª Son muchos los elementos que se han logrado transformar en otros; lo que nos
permite suponer que todos son simples condensaciones o agregados de átomos de H.

R. 1º No negamos la convertibilidad de unos elementos en otros, sino su


identidad. Un papel mediante la combustión se convierte en cenizas; pero ello no quiere
decir que papel y ceniza sean iguales. Convertibilidad no es, pues, sinónimo de identidad.

2º Aunque todos los elementos pudieran reducirse a átomos de H no puede decirse


que los elementos sean simples agregaciones de átomo de H; pues una simple
suma de átomos homogéneos no puede dar explicación de propiedades
heterogéneas tan fundamentales. En consecuencia fuera de átomos de H hay que
admitir en los elementos un principio formal.

Ya el átomo de H tiene su elemento formal, el cual, en las combinaciones desaparece


para dar campo a otros.

3º Según las conclusiones de la química la diversidad de los cuerpos se debe a la


diversa colocación de los átomos en la molécula. No hay, pues, que admitir diversidad
de cuerpos, sino diversa colocación de los átomos y en consecuencia la materia es
uniforme.
Respondemos que una circunstancia permanentemente accidental, como es la

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

colocación de los átomos, no puede dar cuenta de la diversidad esencial de los


cuerpos. Y a la verdad, o los átomos que constituyen la molécula son de diversa
naturaleza, o no lo son. Si lo primero, la materia no es homogénea. Si lo segundo, el
simple cambio de colocación de átomos de la misma naturaleza no puede dar cuenta de
la diversidad de propiedades esenciales.

Por el mismo motivo tampoco podemos admitir que baste para dar cuenta de la
diversidad de los átomos la diversa colocación de los electrones.
En consecuencia, los átomos de cada elemento deben ser tenidos como de
naturaleza diversa, esto es, como verdaderas especies naturales.

66. 4º No puede aceptarse una sola energía específica

Es claro que las diversas formas en que se presenta la energía: gravitatoria,


cinética, calórica, eléctrica, elástica, química, atómica, etc., se identifican dentro del
género energía, pero constituyen diversas especies de ésta. La prueba es que estas
energías son diversas y específicas para cada cuerpo, en especial para cada
elemento.
Se objetará que estas formas de energía se transforman unas en otras. Se responde:
a) No todas las energías pueden transformarse; así la energía cinética o gravitatoria
jamás se transforma en energía física o química.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

b) Transformación no equivale a identificación. Porque una corriente de agua


mueva una rueda Pelton, y ésta desarrolle por inducción electricidad en un electroimán,
nadie va a confundir la energía cinética del agua o de la rueda con la eléctrica del
electroimán. En esos casos hay entre las energías relación de causa a efecto, pero no
solamente la causa y el efecto son realmente diferentes entre sí, sino que en
muchos casos, como en el presente, son equívocos, esto es de naturaleza diferente.
(Véase Met. No. 399, B, 21).

¿La materia puede convertirse en energía?


1º Muchos sabios así lo admiten, entre ellos Einstein. Para él la energía encierra
cierta inercia; y la materia, cierta energía. La energía eléctrica está compuesta de
corpúsculos materiales: electrones, protones etc.; el radio pierde de su masa para
convertirse en energía. Los principios de la conservación de la masa y de la energía se
sustituirían por un tercero, a saber, el principio de la conservación del conjunto masa-
energía. Otros no piensan de la misma manera.

2º Para el filósofo no hay inconveniente en admitir la convertibilidad de materia


y energía. Como la energía es una fuerza de orden material no se ve tropiezo de orden
filosófico en que se convierta en materia, y viceversa. Lo que sí no puede aceptarse
filosóficamente es la conversión de la materia en lo que metafísicamente llamamos
forma, por ser principios irreductibles. Ya dejamos establecido que si las ciencias nos
hablan de materia y energía, la filosofía nos habla de materia y forma; y de ninguna
manera acepta que se confundan los conceptos forma y energía.

67. C) FRACASO DEL MECANICISM0

El principio fundamental del mecanicismo de querer reducir todo a la materia y al


movimiento local; de no ver en los cuerpos sino materia homogénea, borrando en
ellos todo lo específico; de reducir todo a lo cuantitativo, despreciando lo cualitativo,
que al fin y al cabo es lo principal en cada cuerpo, por ser el elemento determinante, es
una doctrina inadmisible no sólo dentro del terreno filosófico, sino también dentro
del científico.

La circunstancia de que todo fenómeno vaya acompañado de movimiento, y de que


este movimiento sea proporcional a la intensidad de la acción, da derecho a buscar en
el movimiento la medida de la intensidad del fenómeno producido. Esto lo aceptamos: y
si los mecanicistas se contentaran con esta afirmación, Dada tuviéramos que
reprocharles. El error está en querer reducir todas las energías al movimiento local. Por
este motivo el mecanicismo, al menos en esta forma radical, está justamente
desprestigiado, aún entre los sabios.

He aquí como se expresa el físico Duhén: "Buen número de físicos han echado atrás
para buscar un camino más largo y seguro. Se han tornado el trabajo de examinar de
nuevo los fundamentos de las teorías físicas, de determinar cuáles son las condiciones

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

necesarias para que tal teoría pueda ser traducida en lenguaje matemático. Han
reconocido que de ningún modo era necesario para ello que las propiedades físicas
fueran reemplazadas por agregados de materia y movimiento: que los estados y
cualidades pueden ser no explicados, sino simbolizados por números y figuras;
en fin, que estos números y figuras permitían la constitución de una ciencia, de la cual la
antigua mecánica no era sino primer capítulo y el más sencillo: de una ciencia que abrace
no sólo el movimiento, sino toda especie de cambio de estado y cualidad".

Art. 3º EL DINAMISMO DE LEIBNITZ

68. Exposición del sistema

Leibnitz reaccionó contra el mecanicismo de Descartes, que todo lo redujo a la


extensión y movimiento mecánico, pero se fue al extremo opuesto, pues convirtió a los
cuerpos en fuerzas inmateriales. Fuerza se dice dinamis en griego, de donde el
nombre de dinamismo, dado al sistema. Leibnitz enseñó la existencia de ciertos
elementos primordiales, a los que llama mónadas, que tienen las siguientes
propiedades: a) son simples, inextensas e indivisibles; b) existen en número infinito en
cada parte de la materia; c) gozan de actividad interna, y están dotadas todas, aunque
en grado diferente, de percepción y apetición. d) Hay graduación entre ellas: las inferiores
(minerales y plantas) no tienen percepción conscientes ni claras; otras gozan de
apercepción (percepción clara) y memoria: los animales; otras disfrutan además de
reflexión: el alma humana; en fin hay una mónada suprema e increada: Dios. e) Estas
mónadas no pueden obrar unas en otras; y para explicar la actividad que vemos en los
seres, recurrió Leibnitz al sistema de la armonía preestablecida, según la cual Dios ha
establecido desde toda eternidad que los movimientos de uno correspondan
matemáticamente a los de los otros, aunque sin interacción mutua; como pasaría con
dos relojes de gran precisión, que sin influir uno en otro, marcasen siempre la misma
hora.

69. Crítica

Este sistema es inadmisible por los siguientes motivos:

1º Va contra la experiencia sensible, que nos muestra con perfecta claridad la


existencia en los cuerpos de materia extensa y de propiedades materiales: figura,
tamaño, resistencia, peso, etc.

2º Va contra la razón. En efecto, a) fuerzas inextensas más fuerzas inextensas, por


mucho que se las sume, jamás podrán formar o explicar una materia extensa. b) Es
evidente el influjo real de unos cuerpos en otros; y no hay por que atribuir la causalidad
exclusivamente a Dios, cuando la vemos tan claramente en los seres materiales.

3º Lleva a graves errores: a) al idealismo, porque al negar la extensión, priva a los

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

cuerpos de su elemento real y concreto; b) al determinismo, pues al negar la causalidad


de las criaturas, debe lógicamente negar la libertad, que no es otra cosa que una
causalidad libre; c) al pansiquismo, pues al poner en todos los seres percepción y
apetición, debe conceder a los cuerpos puramente materiales, vida, sensibilidad y
conciencia; lo que es un absurdo.

4º Tampoco puede aceptarse el número infinito de mónadas, porque repugna el


número infinito en acto.
Muchos de los puntos más arbitrarios de su sistema, como p. e. el pansiquismo, la
negación de actividad en los cuerpos, el número infinito de las mónadas, han sido
suprimidos por algunos dinamistas modernos, entre los cuales sobresale el Padre
Boscowich; pero queda en pie el error fundamental del sistema: la negación de una
materia extensa, y el pretender explicar lo extenso por la suma de cualidades inextensas.

70. Art. 4º EL ENERGETISMO O DINAMISMO MODERNO

Los energetistas v. gr. Mach, Ostwald, etc., admiten en los cuerpos cualidades
diferentes del movimiento local; p. e. el calor, la electricidad, etc. Pero están en
desacuerdo con el hilemorfismo: a) No admiten sino un solo principio fundamental en
los cuerpos, al que reducen la materia y la energía; para muchos de ellos la materia es
energía condensada; y el peso y la masa diversas formas de energía, etc. b) Niegan la
substancia, o la declaran inconocible: para ellos la única realidad son los fenómenos:
energía, luz, calor, electricidad, etc.

Crítica. Es falsa la concepción monística de los cuerpos, o sea el quererlos


reducir a un solo elemento. Probamos ya la necesidad de admitir un doble elemento para
poder explicar satisfactoriamente las propiedades diversas y aún encontradas que
hallamos en los cuerpos.

2º Es falso su fenomenalismo, o sea la negación de la substancia, pues no podemos


admitir propiedades sin sujeto que las sustente.

Art. 5º EL HILEMORFISMO MODERNO

71. El Hilemorfismo aunque ha evolucionado permanece firme en sus puntos


capitales

El hilemorfismo moderno se ha despojado de ciertos errores provenientes de la


antigua física; v. gr. de creer que los elementos de que están formados los cuerpos eran
cuatro: tierra, aire, fuego y agua; que la materia de los astros era diferente de la terrestre;
que las cualidades de los cuerpos podían reducirse a estas: lo seco, lo húmedo, lo
caliente y lo frío, etc. Igualmente ha puesto sus afirmaciones de acuerdo con los
adelantos y lenguaje de la ciencia moderna.
Pero permanece firme en sus puntos capitales, a saber:

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

1º Hay dos principios substanciales en los cuerpos: la materia y la forma


substancial.

2º Estos principios son realmente distintos e irreductibles el uno al otro.

3º Aunque principios substanciales, son incompletos y se reúnen para formar una


sola substancia completa: el compuesto a cuerpo natural.

Nos confirmamos en la aceptación del hilemorfismo por los siguientes motivos,


además de los ya indicados:

a) Porque se presenta como término medio justo entre dos sistemas extremos
falsos: el atomismo, que, como ya hemos expuesto sólo acepta la noción de materia; y
el dinamismo, que, como luego veremos, sólo admite formas, o fuerzas inextensas.

b) Porque se presenta de acuerdo con la ciencia moderna, como entramos a


comprobar en los dos números que siguen.

72. Las nociones de materia y forma son necesarias para explicar filosóficamente
la diferencia entre mezcla y combinación

Porque las nociones de materia y de forma son necesarias para explicar


filosóficamente la diferencia entre la combinación y la mezcla.

La explicación filosófica es ésta: a) En la combinación aparece una forma


substancial nueva y desaparecen las anteriores. Desaparecen, en consecuencia, las
propiedades específicas y aparecen otras nuevas que siguen a la nueva forma. b) En la
mezcla no sobreviene una forma substancial nueva, sino que perduran las anteriores.
Por eso tampoco aparecen propiedades específicas nuevas, las que siguen siempre a la
forma; sino que se conservan las antiguas un tanto modificadas.

Pues bien, si no hubiera sino materia homogénea y movimiento local no habría


razón suficiente para explicar estas diferencias fundamentales.

73. El hilemorfismo está de acuerdo con los principios de la química moderna

1º Con el principio de la conservación de la masa: "La masa permanece inalterable


a través de las modificaciones que el cuerpo experimenta". Según este principio, a) En
los cambios substanciales hay una parte del ser que permanece inalterable: la masa, la
materia. b) Pero en estos cambios hay otra parte que se modifica. Es la misma química
la que nos enseña que en las combinaciones el nuevo cuerpo tiene propiedades
fundamentales diferentes, y en consecuencia naturaleza diferente, forma diferente.
Permanece, pues, la materia; cambia la forma.

2º Igual conclusión se saca si consideramos el principio: "Nada se crea, nada se

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pierde". A la verdad en las combinaciones o transformaciones substanciales nada se


crea, pues nada brota de la nada; nada se pierde, pues la materia perdura para servir de
sujeto a la nueva forma. Si en las combinaciones desapareciera por completo el primer
ser, habría aniquilamiento de él, y en consecuencia verdadera creación o edución de la
nada del segundo. Mientras que admitida la teoría de la materia y la forma, no hay
aniquilamiento del primer ser, puesto que la materia perdura; ni hay creación del
segundo, sino tan sólo transformación o cambio de forma.

Objeción. La química enseña que las nuevas propiedades específicas que le vienen
a un cuerpo por una combinación, dependen de la nueva colocación de los átomos
en la formación de la molécula, o de los electrones en el átomo, pero ¿cómo es posible
que de un mero accidente local dependan las propiedades esenciales y en consecuencia
la esencia misma del cuerpo?

Respondemos a esta objeción que nada impide considerar este accidente local
como signo del cambio substancial obrado, y no como causa eficiente de él. La
causa eficiente es la afinidad. Pues bien, la afinidad no se explica sin un principio
específico de actividad, sin una forma substancial.

En consecuencia aceptamos el hilemorfismo como la doctrina más sólida y más


conforme con los hechos que se hayan presentado para explicar la naturaleza de los
cuerpos.

Nos queda, para terminar, hacer una comparación entre los términos científicos
materia y energía, y los filosóficos materia y forma, con el fin de precisar estas nociones.

74. Materia y energía no equivalen a materia y forma

Los términos científicos materia y energía de ninguna manera son equivalentes a los
términos materia y forma de la filosofía tradicional.

1º Los científicos entienden por materia el cuerpo ya constituido; en consecuencia,


designan con tal nombre al compuesto material entero, constante ya de los principios
llamados en filosofía materia y forma, y dotado de propiedades específicas.

2º Entienden por energía dos cosas diferentes: las fuerzas mecánicas, físicas,
químicas e intraatómicas; y la energía radiante. Pues bien: a) Las fuerzas o energías
mecánicas, físicas, químicas e intraatómicas de los cuerpos son filosóficamente
cualidades, en consecuencia propios o accidentes, y no un principio substancial. Por eso
difieren de la forma substancial filosófica.

b) La energía radiante o éter no es cualidad o propiedad, sino materia, aunque muy


tenue o imponderable, como dice la ciencia.

En conclusión, tanto en la materia como en la energía encontramos los dos

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principios filosóficos materia y forma: 1º En la materia, porque se trata de una


materia ya constituida, o dotada de propiedades características. 2º En la energía, pues
en ella encontramos también materia y forma: a) materia, puesto que reside en un sujeto
material y se forma a expensas de éste (concebimos la energía como vibraciones o
emisiones materiales); b) forma, ya que toda energía es un principio activo y
especificante.

En conclusión, los términos científicos materia y energía de ninguna manera son


equivalentes a los términos filosóficos materia y forma.

LIBRO III

LA CANTIDAD Y SUS DETERMINACIONES

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

CAPITULO I

BREVE ESTUDIO SOBRE LA CANTIDAD

75. Qué es la cantidad

Cantidad viene de cuanto. Etimológicamente puede definirse: lo que hace cuanto a


un cuerpo, esto es, grande o pequeño. Penetrando un poco más en su naturaleza,
podemos definirla: Accidente por el cual la substancia corporal tiene partes y ocupa
determinada extensión.

Como vimos en Metafísica (No. 398) la cantidad se divide en continua y discontinua:


es continua si sus partes no están actualmente separadas; y discontinua o discreta, en
el caso contrario. La cantidad continua constituye la extensión y, es objeto de la
geometría; la discontinua constituye el número y es el objeto de la aritmética.

La cantidad se divide también en permanente y sucesiva. En la permanente las


partes existen simultáneamente; en la sucesiva una parte tras de otra, sin que coincidan,
como vemos en el movimiento y en los cambios de los cuerpos. A la cantidad permanente
se refiere el espacio, a la sucesiva el tiempo. El espacio y el tiempo no son cantidades,
pero reciben por su misma naturaleza la medida propia de la cantidad.

Complementamos lo visto en Metafísica con el estudio de algunos puntos


relacionados con la Cosmología, a saber: 1º Esencia de la cantidad. 2º Divisibilidad de
la cantidad. 3º Modo de estar las partes en el continuo. 4º Repugnancia del número y de
la mole infinita en acto. Luego estudiaremos lo relativo al espacio y al tiempo.

Art. 1º ESENCIA DE LA CANTIDAD

76. La cantidad no se confunde con la substancia

Descartes afirmó que la cantidad o extensión se confunden con la esencia de los


cuerpos. Esta afirmación es falsa (V. No. 54). La esencia del cuerpo, como lo vimos en
el capítulo anterior, consiste en tener un doble principio: uno extenso, común a todo
cuerpo y pasivo: la materia; y otro inextenso, específico y activo: la forma. Estudiemos
un poco más por que la substancia no se puede confundir con la cantidad.

1º Porque son nociones absolutamente diferentes. La substancia corresponde a


la naturaleza o esencia del cuerpo; la cantidad a su mole o extensión. Admitir que la
cantidad es la esencia de los cuerpos equivaldría a negar que hay diversas especies de
cuerpos, pues bastaría tomarlos en idéntica cantidad para que fueran idénticos. Pues
bien, la química ha demostrado la existencia de 92 cuerpos simples diferentes y de
muchos cuerpos compuestos.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

2º La cantidad recibe más o menos; la substancia no. Así es una misma la


substancia del agua en la gota y en el océano, lo que evidentemente no podemos decir
de su cantidad.

3º La cantidad se percibe por los sentidos, lo que de ninguna manera ocurre con
la substancia.

4º La cantidad puede mudarse, permaneciendo idéntica la substancia.

77. Materia, cantidad y extensión

Establezcamos las relaciones que existen entre materia, cantidad y extensión. La


materia es fundamento de la cantidad, y la cantidad lo es de la extensión. a) Antes de
concebir un cuerpo como extenso, es decir, como ocupando un lugar en el espacio, es
necesario concebirlo como cuanto, es decir, hay necesidad de concebir partes en él, en
lo cual consiste la cantidad. b) Pero antes de concebir partes en el cuerpo, debemos
concebir en él un principio que las reciba; este principia o substrato es la materia prima.

De esta suerte, a) la materia es principio substancial del cuerpo, junto con la forma, y
raíz de la cantidad; b) la cantidad es el primer accidente que modifica la substancia
corpórea, complementando la materia; c) la extensión es una propiedad de la cantidad.

78. La esencia de la cantidad. Sus propiedades

La esencia de la cantidad está en hacer cuanta la substancia, esto es, en hacer


que la substancia tenga partes distintas unas de otras.

Esto ha sido llamado por algunos filósofos la extensión interna de la substancia. La


substancia antes de que le venga la cantidad no tiene partes, aunque si una natural
exigencia de tenerlas; pero el tener partes actuales lo debe a la cantidad.

El accidente de cantidad, después de hacer la substancia cuanta en sí misma, la hace


extensa respecto al espacio. En esto consiste la extensión externa, en cuanto las partes
de la substancia vienen a ocupar las partes correspondientes del espacio.

Algunos filósofos colocaron la esencia misma de la cantidad en esta extensión


externa o conmensuración con el espacio. Pero dicha doctrina es falsa, porque para que
la substancia corresponda a partes del espacio, debe tener partes en sí misma.
Otros autores pusieron la esencia de la cantidad en la divisibilidad o en la mensurabilidad;
pero su opinión flaquea por el mismo motivo. Antes de ser divisible o mensurable, es
necesario que la substancia tenga partes.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

El constitutivo esencial de la cantidad está en darle partes internas a la


substancia; y de este constitutivo fundamental arrancan las demás propiedades de la
substancia: extensión, divisibilidad, mensurabilidad, impenetrabilidad. Veámoslo:

a) La extensión, porque esta es la colocación de las partes del cuerpo en el espacio;


es la conmensuración o coincidencia de sus partes internas con las partes externas del
lugar o espacio.

b) La divisibilidad, porque sólo es divisible lo que tiene partes.

c) La mensurabilidad, porque sólo lo extenso puede medirse en un sentido estricto.

d) La impenetrabilidad, porque el tener un cuerpo partes reales y concretas es lo


que impide ser penetrado por otro.

Art. 2º DIVISIBILIDAD DE LA CANTIDAD

79. Diversas partes de un todo

En un todo podemos distinguir dos clases de partes: constitutivas e integrantes. a)


Las entitativas o constitutivas son los elementos substanciales, a saber, la materia y
la forma; p. e. el cuerpo y el alma en el hombre. b) Las integrantes o cuantitativas son
las partes extensas o cuantitativas en que puede dividirse; p. e. los diversos órganos o
miembros en el hombre.

Las partes constitutivas miran a la esencia; las integrantes a la extensión. El todo


desaparece cuando se suprime una de sus partes esenciales; suprimida una de las
partes integrantes, apenas se disminuye. Las partes constitutivas forman el todo
esencial; las integrantes, el todo entitativo.

En Cosmología cuando se habla de todo y de partes, debe, entenderse de todo


cuantitativo y de las partes integrantes.

Las partes integrantes se llaman alícuotas cuando la división no deja residuos; v. gr.:
1/2, 1/4, 1/5; y alicuantas, cuando sí lo dejan; p. e. 10/3.

Llámanse partes proporcionales las que se dividen o subdividen en la misma


proporción; v. gr.: 1/2, 1/4, 1/8 (dicotomía o división por 2 y múltiplos de 2); 1/3, 1/9, 1/27
(tricotomía o división por 3 y múltiplos de 3).

Dadas estas nociones, discutamos: a) si la cantidad puede dividirse en partes


infinitas; b) si puede contar de partes inextensas.

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80. El cuerpo real no puede dividirse hasta lo infinito o hasta lo inextenso

A) No puede dividirse hasta lo infinito. Cabe aquí una distinción entre el continuo
matemático y el continuo real.

1º El continuo o extensión matemáticos son divisibles hasta lo infinito. En


efecto, a) la, partes del continuo son siempre extensas, y lo extenso puede siempre
dividirse; b) el continuo matemático puede representarse por una cantidad o número; y
el número y la cantidad son siempre divisibles, pues por pequeños que sean, puede
colocarse un denominador debajo de ellos.

2º Pero el continuo real o físico no puede dividirse en infinito:

a) En razón de la materia; pues llegaría después de muchas divisiones y


subdivisiones a ser tan diminuta que no pudiera ser dividida, ya por falta de
medios físicos, ya por falta de sujeto material, que llegaría a desaparecer.

b) En razón de la forma. En efecto el cuerpo no es divisible en razón de la


substancia, sino en razón de su extensión. Pero llega un momento en que la
extensión es tan pequeña que la divisibilidad no puede adelantarse sin que la
forma desaparezca, para dar origen a otra forma inferior: así al dividirse la
molécula, desaparece la esencia del cuerpo, y aparecen nuevos cuerpos.
Además, estos mismos elementos materiales no pueden dividirse hasta lo
infinito, pues llega un instante en que la forma no encuentra sustento material
adecuado.

Esto también se comprueba con la teoría cuántica, que nos enseña que el cuanto o
electrón no puede dividirse sin desaparecer.

B) Tampoco puede dividirse hasta lo inextenso. La cantidad puede resolverse en


partes indivisibles, pero no en partes inextensas. En efecto, como la suma de las partes
es igual al todo, tendríamos que partes inextensas más partes inextensas darían lo
extenso, esto repugna. Lo inextenso, por no tener principio de extensión, excluye
positivamente lo extenso.

81. Art. 3º COMO ESTÁN LAS PARTES EN EL CONTINUO

Es claro que las partes deben de existir en alguna forma en el continuo, pues si éste
no tuviera partes, no pudiera dividirse. Se disputa entre los autores si las partes antes de
la división ya están formalmente, como partes en acto; o sólo fundamental o virtualmente,
como partes en potencia. Para nuestro criterio las partes están sólo virtual o
fundamentalmente en el continuo, como partes en potencia.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Advirtamos dos cosas: 1º el término partes puede tomarse en dos sentidos: a)


materialmente, en el sentido de entidad o realidad, a saber, la entidad o realidad que es
o será parte; b) formalmente: precisamente en cuanto parte.

2º El constitutivo formal de las partes, lo que hace precisamente que sean partes, es,
el tener límites propios. Cuando un objeto no tiene sino un solo límite, hay que decir
que es un todo, no que son partes.

Esto supuesto, es fácil sentar las siguientes proposiciones:


1ª Las partes preexisten materialmente en el continuo, en cuanto entidades; pues
la división no crea las partes, sino que las supone. Así el lado derecho de una cosa no
es el lado izquierdo, aunque el objeto sea uno solo.

2ª Las partes no preexisten en el todo formalmente o en cuanto partes; puesto


que lo que constituye la formalidad de la parte es tener límite propio; y mientras no haya
división las partes no tienen límite propio, sino que están encerradas en un límite común.
Es la división la que les da límite propio, y la que de realidades diferentes las hace partes
formalmente diferentes.

Nota. - Los antiguos admitían una continuidad perfecta en la materia. Después de los
últimos adelantos de las ciencias modernas, ello es inadmisible; no existe la
continuidad perfecta en los cuerpos, ni en la molécula, ni siquiera en el átomo,
pues, como ya vimos, los electrones giran en torno del núcleo a distancias
proporcionalmente enormes. Sin embargo, al menos en los últimos elementos de la
materia debemos encontrar el continuo; pues sin el no podemos comprender ni la
extensión, ni la cantidad real. Ahora: ¿cuáles son los últimos elementos materiales, en
los cuales es necesario encontrar el continuo? Esto ya es cuestión científica; no filosófica;
y es a la ciencia a la que corresponde resolverla.

82. Art. 4º NO PUEDEN EXISTIR EL NÚMERO, LA MAGNITUD Y LA MOLE INFINITOS


EN ACTO

Algunos autores han afirmado la existencia del número infinito en acto, p. e. que el
número de átomos o móneras es infinito; otros han admitido la posibilidad de la mole o
magnitud infinita. Probemos que el número, la magnitud y la mole infinitos repugnan.

1º Argumento deducido de la naturaleza misma de número, magnitud o mole.


Todo número, toda magnitud, toda mole, por su misma condición pueden ser
aumentados o disminuidos. Pero lo infinito no puede ser aumentado ni disminuido,
porque en el primer caso ya no era infinito; y en el segundo dejaría de serlo.

2º Argumento de experiencia. Todo cuerpo tiene figura, desde el átomo hasta la


mayor de las estrellas y la mayor de las constelaciones. Vemos también que minerales,
vegetales y plantas tienen figura; más aún, es la figura la que en muchos casos los
especifica.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Pues bien, todo cuanto tiene figura tiene límites, porque son precisamente los límites
o contornos del cuerpo los que le dan determinada figura; y lo que tiene límites no puede
ser infinito.

3º Argumento de razón. La cantidad infinita supone una substancia infinita que la


reciba. Pero no puede haber una substancia material infinita. Sólo es infinito el acto puro,
que a causa de su infinita simplicidad, no puede tener materia, ni ser dividido en partes.

CAPITULO II

ESPACIO Y TIEMPO

Art. 1º NOCIONES GENERALES

83. Idea vulgar del espacio y el tiempo. Origen de estas nociones

1º En un sentido vulgar, espacio y tiempo son nociones muy sencillas, al alcance de


los entendimientos más rudimentarios. Todos sabemos lo que es estar cerca o distante
una cosa de otra, ser de día o de noche. Pero pasa con estas nociones lo que ocurre con
otras cuantas nociones filosóficas: que siendo las más fáciles de conocer con
conocimiento vulgar, son las más difíciles de entender con conocimiento reflexivo y
filosófico. A esta dificultad se debe el que hayan sido interpretados de muy distinta
manera por los diversos filósofos.

2º Su origen. Ambas nociones nos son suministradas por los datos exteriores que
nos brindan los sentidos, y luego por el examen atento de nuestro propio yo.
La noción de espacio nos la dan nuestros sentidos externos, en especial el tacto y los
ojos, pues todo cuanto tocamos y vemos es extenso y ocupa determinado lugar. La de
tiempo nos la dan también nuestros sentidos al mostrarnos la sucesión de hechos y
fenómenos que ocurren fuera de nosotros, en especial la clarísima sucesión del día y de
la noche. La conciencia psicológica nos brinda también ambas nociones: la de espacio,
al darnos cuenta de que nuestro cuerpo tiene determinada extensión y dimensiones; la
del tiempo al reparar en la sucesión de los fenómenos que se realizan en nosotros
mismos.

84. Espacio y tiempo nociones estrechamente unidas, pero diversas

1º Espacio y tiempo son nociones estrechamente unidas:


a) En primer término, porque nadie puede ocupar un lugar o recorrer una distancia
sino en determinado tiempo, ni para nadie puede transcurrir el tiempo sino en
determinado lugar.

b) Luego, porque la síntesis de tiempo y espacio la encontramos en el movimiento


local. En efecto, en todo movimiento es necesario que el móvil recorra cierto espacio en

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determinado tiempo; y el movimiento será rápido o lento según el tiempo empleado en


recorrerlo.

c) Uno y otro son considerados como relaciones de distancia; así decimos ciudad
muy distante, acontecimiento muy distante.

d) En fin, solemos representárnoslos a ambos como grandes receptáculos de todos


los seres, imaginando que el espacio encerraría todos los cuerpos y el tiempo todos los
acontecimientos.

2º Sin embargo, a pesar de su íntimo nexo, el espacio y tiempo no pueden reducirse


el uno al otro; median entre ellos diferencias fundamentales:

a) El espacio se funda en la extensión de los cuerpos: todo espacio es


necesariamente extenso. El tiempo se funda en la duración de los seres: todo tiempo
implica permanencia en el ser.

b) Las partes del espacio son simultáneas, existen a la vez. Las del tiempo son
sucesivas: cada momento existe después de otro.

c) Espacio y tiempo pueden ser medidos y son medida de los seres, pero de diversa
manera: el espacio sólo mide cuerpos materiales; el tiempo mide no sólo los cuerpos,
sino también los fenómenos psicológicos.

85. Extensión y duración

Para apreciar mejor las nociones abstractas de espacio y tiempo, consideremos las
nociones concretas de extensión y duración, que les sirven de base. Así les daremos un
fundamento real, pues no debemos perder de vista que la mejor filosofía es la que mas
de lleno se cimienta en la realidad.
1º La extensión es un accidente o modo de ser de la substancia corporal, que le
hace tener partes exteriormente. Como vimos (No. 77) la extensión se basa en la
cantidad; la cantidad hace que la substancia tenga partes internas en orden a sí misma;
la extensión hace que estas partes se hagan externas, que limiten exteriormente al
cuerpo.
La extensión, como la cantidad, se divide en física y matemática. a) La física o real
es propiedad de los cuerpos concretos; b) la matemática es noción de la mente.

2º La duración puede ser sucesiva o simultánea. a) Sucesiva, si transcurre por


momentos: un antes, un ahora, un después; un pasado, un presente, un futuro. Esta
duración sucesiva es el tiempo. b) Simultánea, si para el ser no hay pasado ni futuro,
sino que por ser acto puro, todo es presente en él. Esta duración simultánea es la
eternidad en sentido estricto, que sólo a Dios corresponde.

86. Modos de considerar el espacio y el tiempo

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Espacio y tiempo se pueden considerar de diferentes maneras:

1º Como medida de distancia entre dos o varios seres; así entre dos cuerpos hay
tal distancia; entre dos acontecimientos tal duración. Por ser ambos medidas de cuerpos
reales, se han escogido para expresarlos dos medidas tomadas de la realidad material:
el metro, que es la diez millonésima parte de la distancia del Ecuador al Polo, para el
espacio; y el día, que es la duración del movimiento de rotación de la tierra sobre su eje,
para el tiempo.

2º Como medidas dentro del mismo ser. Como en todo ser que tenga extensión y
duración sucesiva cabe medida, espacio y tiempo sirven para medir al ser en sí mismo,
ya en sus partes simultáneas (extensión) ya en las sucesivas (duración); p. e. Juan mide
1,70 mts. Y tiene 18 años.

3º Como conjunto de todos los seres reales en relación con sus dimensiones,
ya simultáneas, ya sucesivas. El espacio es entonces el conjunto de todos los cuerpos
del universo y de sus respectivas distancias. El tiempo, el conjunto de todos los
momentos desde que hubo el primer ser creado, hasta que haya seres.

4º En fin, solemos considerarlos como inmensos receptáculos que subsistirían aun


cuando no hubiese cuerpos.
En los tres primeros casos espacio y tiempo son cosas reales; en el último, son
imaginarios.

87. Tiempo y espacio reales, posibles e imaginarios

Partiendo del principio de que tanto el espacio como el tiempo son relaciones de
medida, tendremos que:

1º Si los seres que se miden son reales, espacio y tiempo serán reales.
2º Si uno de los seres no es real, habrá tiempo y espacio posibles.
3º Si no hay cuerpos qué medir, sólo habrá espacio y tiempo imaginarios.

Así a) entre la tierra y el sol, hay espacio real; b) si extendemos el universo más allá
de los límites reales de su extensión y duración, habrá espacio y tiempo posibles; c) si
por imaginación suprimimos todos los cuerpos, habrá espacio y tiempo imaginarios.
En otros términos, tanto el espacio como el tiempo tienen sus límites reales, a saber,
los últimos seres en el orden de la extensión o la duración. Si se extienden por
abstracción dichos límites, tendremos espacio y tiempo posibles. Si se suprime todo ser
y todo límite tendremos el espacio y el tiempo imaginarios. (Estas nociones serán
ampliadas en el Art. 5º).

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88. Art. 2º TEORÍAS SOBRE EL ESPACIO Y EL TIEMPO

Podemos dividirlas en tres grupos: 1º Los que opinan que espacio y tiempo son
nociones de la mente sin fundamento en la realidad. 2º Los que creen que son
realidades objetivas substanciales, esto es substancias realmente diferentes de los
cuerpos. 3º Los que les dan realidad objetiva, pero no substancial, de suerte que para
ellos ni son puras nociones de la mente, ni realidades objetivas en sí. Estudiemos estas
diversas teorías.

89. Primer grupo. TEORÍAS SUBJETIVAS

Espacio y tiempo son meras nociones de la mente. Enseñan esto Leibnitz y Kant.

1º Leibnitz niega la realidad de los cuerpos y trata de explicarlos por puras fuerzas o
mónadas (No. 52). Mira, en consecuencia la extensión "como pura ilusión del espíritu".
Es lógico que niegue también toda realidad a las nociones de espacio y tiempo. Para él
el espacio es una simple relación de coexistencia entre seres inextensos, y el tiempo
mera relación de sucesión entre ellos.

Crítica. La teoría de Leibnitz es falsa por descansar en un fundamento falso: la


negación de la realidad de los cuerpos y de la extensión. Pero admitida la realidad de los
cuerpos y de su extensión y su duración podemos aceptar que el espacio es una relación
de distancia entre seres coexistentes, y el tiempo, relación de duración entre seres
sucesivos, como veremos luego.

2º Kant afirma que espacio y tiempo son formas a priori de la mente, y no conceptos
fundados en la realidad sensible. Para él no podemos percibir ningún fenómeno externo
sino a través de la forma innata de espacio, ni ningún fenómeno interno, sino a través de
la forma innata de tiempo. Siendo ambas formas innatas y a priori, no sabemos si nuestro
conocimiento corresponda a la realidad. (Véase Lógica, No. 248). Después de Kant
muchos filósofos modernos tienden a considerar el espacio y el tiempo como meras
nociones subjetivas.

Crítica. Es cierto que adquirimos las nociones de espacio y tiempo por medio de la
conciencia psicológica, a saber, por medio de las nociones de extensión y duración que
intuimos en nosotros. Pero además de intuirlas en nosotros mismos por la conciencia
psicológica, nuestros sentidos las advierten en el mundo exterior, que indiscutiblemente
se nos muestra como extenso y durable. En consecuencia, estas nociones no son a
priori, sino suministradas por la experiencia interna y externa, y tienen su
fundamento en la realidad del mundo y del yo.

90. Segundo grupo. TEORÍAS OBJETIVAS EXAGERADAS

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Espacio y tiempo existen en sí, como realidades substanciales, independientes de


los cuerpos y del conocimiento. Tal enseñan Newton, Clarke y Gassendi.

1º Newton, y en forma más explícita Clarke, conciben el espacio y el tiempo como


dos substancias independientes de nosotros mismos y de los objetos exteriores, de tal
suerte que existirían aunque no existieran los cuerpos. En realidad, confunden el espacio
y el tiempo con dos atributos divinos: su inmensidad y su eternidad.

2º Gassendi y otros también le dan realidad absoluta al espacio y al tiempo, aunque


sin confundirlos con los atributos divinos.

Crítica. La teoría de Newton y Clarke no es aceptable, ya que el espacio y el tiempo


son divisibles y finitos, y Dios es simplísimo e infinito. Tampoco puede aceptarse la de
Gassendi, porque si espacio y tiempo fueran realidades substanciales concretas, serían
ellos mismos cuerpos; y a su vez debieran tener un espacio y un tiempo que los midiera,
y así caeríamos en un proceso infinito, lo que repugna.

91. Tercer grupo. TEORÍA TRADICIONAL. OBJETIVISMO MODERADO

Es la doctrina de Aristóteles, los escolásticos y la gran mayoría de los autores


modernos. Es un término medio entre la teoría objetiva y exagerada y la subjetiva;
podemos sintetizarla en las siguientes afirmaciones:

1º Ni al espacio ni al tiempo se les puede conceder la realidad propia de la substancia.


No son seres en sí, sino accidentes, o bien nociones de la mente fundadas en la realidad.
2º Tampoco se les puede considerar como ideas de la mente sin fundamento en la
realidad, porque se basan en las nociones de la extensión, duración, que suministra la
experiencia externa e interna.
3º ¿Qué realidad debemos concederles? Para contestar, debemos tener en cuenta
los diversos modos de considerar el espacio y el tiempo. Cuando se consideran como
medida de seres reales, son accidentes reales, que modifican realmente a los cuerpos.
Pero cuando no miden seres reales, o cuando por imaginación se suprimen los cuerpos,
son nociones de la mente; pero no formas a priori, porque en todo caso las formamos
partiendo de la extensión y la duración.

Crítica. La teoría escolástica nos parece la verdadera, a) porque es un término medio


entre la teoría subjetiva y la objetiva, que son falsas por exageradas: b) Porque da a las
nociones de tiempo y espacio la realidad que les corresponde, ya que efectivamente
unas veces son accidentes reales, y otras nociones de la mente con fundamento en la
realidad. Al final de esta cuestión trataremos el punto con mayor detenimiento.

Art. 3º DEL ESPACIO EN ESPECIAL Y DEL LUGAR

92. A) DEL ESPACIO EN ESPECIAL

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La palabra espacio envuelve diferentes conceptos, relacionados entre sí, pero que
no pueden confundirse, por tener propiedades diferentes. En efecto, espacio significa
tres cosas:
a) Distancia: de Bogota a Caracas hay mucho espacio que recorrer;
b) Extensión: esta plaza ocupa mucho espacio;
c) Volumen, capacidad receptiva: la tierra se mueve en el espacio.

Analizando este triple concepto, encontramos que: a) en la distancia sólo se


considera una dimensión: la longitud; en la extensión dos: longitud y anchura; y en la
capacidad receptiva, tres: longitud, anchura y profundidad.
Observamos igualmente que en todos los tres casos la mensurabilidad, la capacidad
de medir y ser medido, acompaña al espacio. Así se ha escogido para medida de la
distancia, el metro; de la extensión, el metro cuadrado, y de la capacidad receptiva, el
metro cúbico.
Hay ciertas propiedades que le convienen al espacio en un sentido, y no en otro. Así el
estar lleno o vacío conviene al espacio receptáculo, o al espacio extensión, pero no al
espacio distancia.

93. Constitutivo formal del espacio

¿Cuál de los tres elementos es el constitutivo esencial o formal del espacio?


¿Cuál de ellos debe entrar como elemento esencia! de su definición? No están de
acuerdo los autores, y por eso se dan tres clases de definiciones del espacio:

1º Los que hacen intervenir como su elemento esencial la distancia lo definen:


"Relación de distancia de los cuerpos en su triple dimensión".

2º Los que consideran como elemento esencial la extensión, lo definen: "Conjunto de


todas las extensiones o de todos los lugares del universo".

3º Los que hacen intervenir la capacidad, lo definen: "Capacidad receptiva de todos


los cuerpos".

Crítica. Es de rigor tener en cuenta que siendo el espacio real y el imaginario cosas
bien diferentes, es lógico que tengan definiciones diferentes: a) Si se trata de definir el
espacio imaginario, la definición que más les cuadra es la de capacidad receptiva, pues
sólo a ella le convienen las propiedades que atribuimos al espacio imaginario: ser infinito
o ilímite, y ser necesario, esto es, existir aunque no existieran los cuerpos. b) Pero si se
trata de espacio real, es preferible recurrir a las nociones de extensión o distancia.
Nosotros proponemos la definición que sigue, en que entran ambas nociones.

94. Definición del espacio

Espacio es la medida de la distancia extensiva entre las partes de un cuerpo, o entre

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varios cuerpos en su triple dimensión. Decimos:

a) Es la medida, porque el espacio no es una substancia, ni siquiera un accidente


absoluto, sino un accidente relativo, una relación de medida o distancia.
b) De la distancia extensiva, porque mide la extensión de los cuerpos en su triple
dimensión; y en esto difiere del tiempo, que mide su duración.
c) Entre las partes de un cuerpo: todo cuerpo tiene su extensión, y el espacio no es
otra cosa que lo encerrado entre los límites de ella.
d) O entre varios cuerpos en su triple dimensión: en efecto, entre los cuerpos
podemos establecer relaciones de distancia, no sólo en el sentido de su longitud, sino
también entre su anchura y profundidad. El conjunto de esas relaciones de distancia
viene a formar el espacio entre ellos.

B) DEL LUGAR

95. Noción y división

Lugar es el límite o contorno que rodea a un cuerpo. Todo cuerpo, por el hecho
de ser extenso, tiene su límite; y este límite constituye su lugar. Es de advertir que aquí
se trata de una extensión real y concreta, y que en consecuencia el lugar es siempre un
accidente real.

El límite de un cuerpo puede considerarse de dos maneras: como límite interno del
cuerpo en sí, y como límite externo con los cuerpos que lo rodean. Tenemos así el lugar
interno y el externo.

a) Lugar interno es la extrema superficie de un cuerpo. b) Lugar externo es el


contorno circundante de un cuerpo. Así en una vasija con agua la última superficie de
agua es su lugar interno; y la superficie contigua de la vasija que la contiene, su lugar
externo; la extrema superficie de este libro es su lugar interno, y la primera superficie del
aire que lo circunda, su lugar externo. En resumen, lugar interno es la extrema superficie
del cuerpo rodeado; lugar externo la primera superficie del cuerpo rodeante.

Advertencias: 1ª El lugar externo supone el interno. Para que un cuerpo pueda ser
limitado por otro debe primero tener límite en sí mismo. De hecho la última superficie del
cuerpo rodeado y la primera del cuerpo rodeante coinciden; pero no se confunden,
porque, como advierte Santo Tomás: "rodear y ser rodeado son dos propiedades que se
excluyen y que exigen diversos sujetos".
2ª El lugar en sentido estricto es el lugar externo, el contorno circundante del cuerpo;
sólo a él hace referencia la filosofía tradicional, y cada vez que hablemos del lugar sin
hacer distinción, nos referimos a él.
3ª El lugar se divide también en propio y común. El propio es el peculiar de cada
cuerpo; el común es el que cobija varios cuerpos. Así una sala es el lugar común de
todos los cuerpos que se hallan en ella.

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Algunos autores definen el lugar: "Parte del espacio ocupado o circunscrito por
un cuerpo". Otros motejan esta definición, porque siendo el lugar un accidente
plenamente real, no debe ser definido por el espacio, que es, más que todo, una noción
de la mente. Nosotros no la empleamos, porque siendo la noción de lugar más clara y
real que la de espacio, la claridad que dicha definición parece darle, es más bien
aparente.

96. Definición de Aristóteles

Aristóteles define el lugar "Primera superficie inmóvil que rodea a un cuerpo". Se


dice: 1ª primera superficie, o contorno más próximo: 2ª inmóvil; esta superficie es
muchas veces móvil de hecho; v. gr. el aire o el agua que rodean a un cuerpo, pero se
considera inmóvil por varias causas: a) porque cuando cambia, inmediatamente viene a
ser reemplazada por otra homogénea; b) porque dicho contorno es inmóvil con relación
a ciertos puntos fijos, como los puntos cardinales; c) porque es necesario considerar
como inmóvil el contorno para que el cuerpo cambie de lugar. Por eso aunque muchas
veces el contorno es materialmente móvil, se le considera como formalmente inmóvil.
Nos parece que esta definición encierra algunos inconvenientes: a) Al decir:
primera superficie, excluye el lugar común; b) el término inmóvil es metafórico, porque
en realidad la primera superficie circundante es muchas veces móvil; c) el lugar es un
accidente determinativo, para el criterio común; y la primera superficie circundante (de
aire, agua, etc.) es por lo común muy poco determinativa. Por estos motivos preferimos
la definición propuesta.

97. Localización o ubicación

Llámase localización o ubicación (accidente ubi o donde) la determinación que


recibe un cuerpo por el lugar que ocupa. V. gr.: el libro que está en el centro de la
mesa, el último árbol de aquella hilera.
Todo cuerpo es de suyo indiferente a ocupar este o aquel lugar. Si de hecho ocupa
tal lugar y no otro, es claro que el lugar le comunica una determinación especial; a saber,
el donde, la localización.

La localización de un objeto puede precisarse mediante ciertos objetos fijos que


rodean al cuerpo, y que tienen la suficiente importancia para determinar su situación o
colocación; v. gr.: una montaña, una ciudad, un río, etc. En la generalidad de los casos
la ubicación viene de los puntos cardinales, que son inmóviles para toda clase de
cuerpos, y que permiten por medio de las coordenadas geográficas determinar la
localización con términos precisos.

Lugar y localización son términos afines. Sin embargo la localización sirve para
determinar, mejor que el lugar, en donde está un cuerpo; de aquí su mayor importancia
práctica. Cuando queremos precisar la ubicación de un cuerpo, no nos referimos a la
superficie que lo circunda, ni a sus límites internos o externos inmediatos, sino a puntos
de referencia aptos para determinar dónde está situado.

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98. Nociones comparativas

1ª La noción de lugar interno es absoluta, como la noción de extensión, con la cual


se confunde. Todo cuerpo por tener cantidad y extensión, tiene un límite dentro del cual
se extiende.
2ª La noción de lugar externo ya es relativa, porque relaciona el cuerpo contenido
con el continente.
3ª La noción de localización o ubicación es plenamente relativa, es un simple
respecto de un cuerpo hacia los cuerpos que lo rodean.
4ª Movido un cuerpo, cambia su lugar externo, porque ya no lo limitan los mismos
contornos; cambia también su localización, pues tiene otras referencias exteriores; pero
no cambia su lugar interno, porque conserva su misma extensión y contornos internos.

Cómo contestar a la pregunta de si el universo tiene lugar, respondemos: tiene


lugar interno, límite en su extensión, puesto que no es infinito. No tiene lugar externo, ni
mucho menos localización, por no tener cuerpo exterior que lo circunde, ni puntos
inmóviles de referencia.

Art. 4º DEL TIEMPO EN ESPECIAL

99. Definición del tiempo

Tiempo es la medida de la distancia sucesiva entre los varios momentos de un ser, o


entre varios seres o acontecimientos. Se dice:

a) Medida, porque el tiempo no es una substancia, ni siquiera un accidente absoluto


que traiga una modificación real a la substancia, sino un accidente relativo, una relación
de medida.

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b) De la distancia sucesiva, esto es, de la duración de un ser en sus momentos


sucesivos; y en esto se distingue del espacio, que es medida de la distancia extensiva.

c) Entre los varios momentos de un ser: todo ser tiene duración, y en este caso el
tiempo es lo encerrado entre los límites de ella, o sea, la distancias entre sus varios
momentos.

d) O entre varios seres o acontecimientos. En este caso el tiempo los relaciona


entre sí y mide la distancia transcurrida entre ellos.

100. El tiempo es duración sucesiva. Partes del tiempo. Tiempo psicológico

1º Es de la esencia del tiempo el tener duración sucesiva. Hay en el un perpetuo


flujo, una sucesión ininterrumpida de movimientos o fenómenos. Se nos va dando por
momentos y nunca pueden coincidir dos instantes en él. Sin duración sucesiva no habría
tiempo, sino eternidad.

2º En la duración sucesiva del tiempo podemos distinguir tres partes: el pasado, el


presente y el futuro. De ellos sólo el presente tiene realidad actual; el pasado la tuvo, el
futuro no la tiene aún; pero como no concebimos al pasado y al futuro sino con relación
al presente, extendemos a aquellos la noción de realidad que éste posee.
Dice profundamente San Agustín: "Si nada hubiera transcurrido; no existiría el
pasado; si nada estuviera por venir, no habría futuro; y en cuanto al presente, si
permaneciera inmóvil, ya no habría tiempo, sino eternidad".

3º Llámase tiempo psicológico al que se basa en los datos de nuestra conciencia.


Nos damos cuenta de que nuestros fenómenos internos no son simultáneos, sino que se
suceden unos a otros. Pues bien, un hecho a fenómeno cualquiera se nos puede hacer
más o menos largo según que nos guste o nos disguste y según nuestro estado de
conciencia (cansancio, fatiga, disgusto, etc.).

101. Definición de Aristóteles

"Tiempo es el número del movimiento según un antes y un después".


Expliquémosla:

a) Por movimiento se entiende en este caso el movimiento local, o traslación de un


cuerpo de un lugar a otro. b) El movimiento se verifica según un antes y un después,
porque el móvil recorre la distancia por etapas sucesivas. Así un auto debe recorrer el
kilómetro primero antes de recorrer el segundo; es imposible que recorra dos sectores a
la vez. c) Según dice número del movimiento, porque el movimiento tiene partes capaces
de ser numeradas o medidas.

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Nota 1ª En esta definición número del movimiento viene a ser sinónimo de medida
del movimiento. Sin la medida no hay tiempo, sino puro movimiento. Es necesario que el
entendimiento numere o mida las partes del movimiento según un antes y un después
para que haya tiempo. En el movimiento encontramos el elemento material del
tiempo; en la medida o número su elemento formal. Y como sólo la inteligencia
percibe la medida o el número; el elemento formal del tiempo existe en la mente.
2ª El antes y después del movimiento que entran en la definición no se refieren al
antes y después del tiempo, lo que fuera tautología (explicar lo mismo por lo mismo),
sino al antes y después del movimiento.

Donde no hay movimiento, dice Santo Tomás, no puede haber tiempo, pues donde
el movimiento no existe, no puede entenderse que cosa sea un antes y un después. (IV
Phisic. 1.20).

102. La eternidad. Definición. Diferencias con el tiempo. El evo

1º Es clásica la definición de eternidad, dada por Boecio: "Posesión perfecta y


simultánea de una vida interminable".
Llama a la eternidad: a) posesión, para denotar el dominio actual de todos los bienes;
b) perfecta, porque no comenzó a existir, sino que siempre ha existido; c) simultánea,
porque en ella no hay sucesión, sino que los bienes son poseídos todos de una vez; d)
de una vida; Boecio emplea este término, porque vivir es más perfecto que ser; e)
interminable, porque es propio de ella no tener fin.

2º Diferencias con el tiempo: 1ª Es de la esencia del tiempo el tener sucesión de


momentos y bienes; la eternidad es un eterno presente, que excluye toda sucesión, y en
que los bienes se disfrutan todos de una vez. 2ª El tiempo es esencialmente una medida
y apto para ser medido. La eternidad excluye en absoluto la noción de medida, porque
lo eterno no puede medirse. 3ª El tiempo es la duración propia de los seres contingentes,
que recibieron la existencia. La eternidad es la duración propia del ser necesario, que no
ha tenida principio.

3º El evo. Llámase evo la duración de las substancias puramente espirituales


distintas de Dios, que no teniendo cuerpo, no tienen movimiento local, ni medida en sus
movimientos. El evo es la duración de una cosa inmutable en su esencia; pero mudable
en sus accidentes; de una cosa que no tiene mutación en su ser substancial, pero que sí
la tiene en sus operaciones; v. g. en sus pensamientos o deseos.

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103. Art. 5º ¿QUÉ REALIDAD LES COMPETE AL ESPACIO Y AL TIEMPO?

A la pregunta: ¿qué realidad debe concederse al espacio y al tiempo?, no podemos


responder de una manera uniforme, sino con distinciones, pues bajo el nombre de
espacio y tiempo se encierran nociones bastante diferentes. Las diferencias de criterio
entre los autores obedecen, en nuestro concepto, a no haber atendido a estas
distinciones.
Compendiando lo dicho, podemos sentar como ciertos los tres puntos siguientes: 1º
En ningún caso se les puede conceder al espacio y al tiempo la realidad absoluta propia
de la substancia; no son seres en sí, sino modos de ser.

2º En ningún caso se les puede considerar coma nociones a priori de la mente, sin
fundamento en la realidad, pues se basan siempre en las nociones de extensión y
duración, que nos suministran los sentidos y el yo psicológico.

3º En consecuencia, son siempre o accidentes reales o nociones de la mente con


fundamento en la realidad.

104. Cuándo son accidente reales y cuándo nociones de la mente

A) Son accidentes reales cada vez que expresan medidas o relaciones de


cuerpos reales. Esto puede ocurrir de tres maneras, que corresponden a tres diversas
cuestiones:
1º La primera es: ¿cuánto mide un objeto? , ¿Cuánto duró un hecho?, v. gr.
¿Cuánto mide Bogotá? ¿cuánto duró la Independencia?
2º La segunda es: ¿Dónde está un objeto? ¿Cuándo se verificó un hecho?, v. gr.
¿Dónde queda Bogotá? ¿Cuándo ocurrió la Independencia?
3º La tercera es: ¿Cuánto dista un objeto o un hecho de otro?, v. gr. ¿Cuánto dista
Bogotá de Quito? ¿Cuánto dista entre la Independencia y la muerte de Bolívar?

Consideremos este triple aspecto de la cuestión.

1ª cuestión. La primera cuestión: ¿Cuánto mide un objeto? ¿Cuánto duró un hecho?


Se refiere a la extensión y a la duración, que son el fundamento del espacio y del tiempo.
En efecto, la extensión y la duración se pueden considerar de dos maneras: o en sí
mismas o en relación con una medida.
a) Consideradas en sí mismas, son accidentes absolutos modificativos de la
cantidad; la extensión corresponde a la cantidad permanente; la duración a la cantidad
fluyente. Todo cuerpo tiene extensión y duración en sí, sin necesidad de relacionarlo con
otro cuerpo. b) Pero consideradas como medida, son accidentes relativos; el espacio
es la medida de la extensión, y el tiempo la medida de la duración sucesiva del ser.
En este caso, espacio y tiempo son accidentes reales de relación: a) reales: así
nadie dudará de la realidad de estas relaciones o medidas: Bogotá tiene doce kilómetros
de largo; la guerra de la independencia duró 10 años; b) de relación, porque toda su

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entidad consiste en relacionar el objeto con su medida espacial o temporal.

2ª cuestión. ¿Dónde está el objeto? ¿Cuándo se verificó el hecho? Esta cuestión


se refiere a los accidentes de lugar o localización y de temporalización. Estos
accidentes demarcan los límites del ser, ya en lo espacial, ya en lo temporal; el lugar es
la demarcación o limitación del ser en el espacio; la temporalización su demarcación en
el tiempo.
El lugar y la temporalización son accidentes reales de relación; a) reales, porque
modifican seres reales; b) de relación porque relacionan el cuerpo con los demás cuerpos
que lo limitan. Corresponden a las categorías dónde (ubi) y cuándo (quando); y no a la
noción formal de espacio y de tiempo, aunque están íntimamente relacionados con ella.

3ª cuestión. ¿Cuánto dista este objeto de otros (distancia espacial), o éste


acontecimiento de otro? (distancia temporal). Esta cuestión se refiere a la relación de
distancia entre varios objetos o acontecimientos. Para nuestro concepto esta es la
noción formal y más precisa del espacio y del tiempo.
En este tercer caso, espacio y tiempo son igualmente accidentes reales de relación:
a) reales, así nadie negará la realidad de estas relaciones: Bogotá dista de Caracas mil
y tantos kilómetros; Roma fue fundada en 754 años antes del nacimiento de Cristo; b)
relativos pues toda su entidad consiste en relacionar un ser con otro.

B) Considerados como inmensos receptáculos de los cuerpos, son simples


nociones de la mente, aunque con fundamento en la realidad. Lo primero porque no
son medida o propiedad de seres reales. Lo segundo porque se forman partiendo de las
nociones concretas extensión y duración; más aún, vienen a ser la extensión y la
duración privadas mediante la abstracción, de todo límite real. De modo que ni aún en
este caso son nociones a priori de la mente.

Art. 6º RELATIVISMO DE EINSTEIN

105. Nociones previas

Relativo se opone a absoluto; si absoluto es lo que no depende de otro ser, relativo


será lo que depende de otro en cualquier sentido.

En Criteriología se entiende por relativismo el sistema que enseña que la verdad no


es absoluta, sino que va cambiando con los tiempos y los individuos (Log. 1ª 151). En
Cosmología el relativismo es muy diferente. Es un relativismo científico, respecto a
las nociones de espacio, tiempo y masa. Einstein, su principal defensor, no admite
que estas nociones sean absolutas, sino relativas al movimiento del sistema a que se
refieren, de suerte que cambian con éste.
Están de acuerdo los autores en admitir que la exposición del relativismo einsteiniano
es muy difícil, ya por estar fundado en complicadas cuestiones matemáticas y físicas, ya
porque nos sitúa en un mundo nuevo, completamente distinto del que nuestras
percepciones nos presentan; y así no hay dos autores que lo expliquen lo mismo. Aunque

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es un sistema fundamentalmente científico, lleva a conclusiones filosóficas, que nos


interesa conocer y criticar.

Estudiando Einstein las ondas electromagnéticas, encontró problemas difíciles de


solucionar si se admiten como absolutas las nociones de espacio, tiempo y masa; en
consecuencia afirmó su relatividad. Prescindimos de su exposición científica2 para
exponer algunas conclusiones adelantadas por Einstein, Ninkowsky y otros seguidores
de su sistema, relacionadas con puntos de vista filosóficos. Las principales son las
siguientes:

1º El tiempo no es absoluto, sino relativo al movimiento; es una función del


movimiento y cambia con éste. En consecuencia cuanto más rápido es el movimiento,
tanto más se abrevia el tiempo. He aquí un ejemplo traído por un autor partidario de su
sistema: supongamos un viajero que marchara dentro de un proyectil con una velocidad
semejante a la de la luz (300.000 Kms. por segundo) hacia una estrella vecina. A causa
de esta enorme velocidad sólo habría envejecido de dos años al término de su viaje; en
cambio encontraría a la tierra envejecida de doscientos años, pues ella solo recorre
30.000 Kms. por hora. Por otra parte, el tiempo no es universal ni uniforme sino que hay
un tiempo local para cada sistema en movimiento.

2º Tampoco es absoluto el espacio, sino relativo a la velocidad del movimiento, de


modo que se acorta proporcionalmente a éste.

3º Las dimensiones de los cuerpos son igualmente relativas al movimiento y


disminuyen en proporción de la velocidad. Así un hombre de 1,70 de alto, que se moviera
en el sentido de su longitud a la velocidad de 260.000 Kms. por segundo, llegaría a tener
sólo 0,85 de altura; y cuando un cuerpo alcanza la velocidad de la luz, pierde la tercera
dimensión. En cambio, la masa de los cuerpos aumenta con la velocidad; y a la velocidad
de la luz, llega a hacerse infinita.

4º Hay íntima fusión entre espacio y tiempo, hasta el punto de no tener sentido el
uno sin el otro Einstein lo enseñó en su teoría de la relatividad restringida (esto es,
restringida al movimiento rectilíneo y uniforme). Años más tarde en su teoría de la
relatividad generalizada (generalizada al movimiento acelerado), concibió el universo
espacio-tiempo, admitiendo un universo de cuatro dimensiones: "Lo real es el
universo de cuatro dimensiones: las tres del espacio real y la del tiempo".

Esta teoría ha llegado a proclamar, como expresa Leans, "que no existe ninguna
diferencia neta entre espacio y tiempo; el tiempo esta tan íntimamente entretejido al
espacio, que es imposible dividirlo de manera absoluta en pasado, presente y futuro".
(Cita de Liard, Lógica, pág. 276). Hay necesidad de advertir que muchos de los
partidarios o intérpretes de la doctrina de Einstein la han exagerado o interpretado mal.

2
Véase una exposición relativamente sencilla del pensamiento científico de Einstein en Puig,
Materia y energía, C. XIX; Abel Rey, Lógica. (Teorías científicas); Planck, A donde va la ciencia.
P. 53 y s., etc.
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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

CRITICA DEL RELATIVISMO

106. Puntos de vista aceptables

Sin duda hay en el relativismo algunos puntos de vista aceptables, pero las
conclusiones extremas a que llega no lo son de ninguna manera. Estudiemos sus puntas
de vista aceptables.

1º Einstein tiene razón en no admitir un espacio y tiempo absolutos en el sentido de


Newton y de Clarke, esto es, como substancias o seres en sí. Espacio y tiempo son
accidentes, y es claro que el accidente es relativo a la substancia.

2º Aún más, el espacio y el tiempo no sólo son accidentes, sino que son accidentes
de relación, es decir, relativos en un sentido aún más estricto, en cuanto no aumentan
nada real a la substancia, sino puras relaciones a otros seres.

3º Además, es imposible asignar al tiempo y al espacio una medida intrínseca; lo que


hace que tengamos que considerarlos con relación a medidas arbitrariamente escogidas.

4º También se debe aceptar el relativismo en el sentido de que hasta ahora no se ha


hallado en el universo físico un cuerpo absolutamente inmóvil; así la tierra se mueve
alrededor del sol, éste se desplaza hacia la constelación de Hércules, ni ésta tampoco
parece inmóvil.

5º Igualmente hay en la teoría de Einstein muchos puntos científicos que parecen


fundados y que, por lo menos el filósofo no tiene motivos para rechazar. Así no hay
motivo para rechazar que una parte de la masa sea relativa al movimiento y aumente
cuando este aumenta, o que al contrario las dimensiones del cuerpo disminuyan en él;
aunque no sea fácil comprender lo que enseña el relativismo: que si el cuerpo llegara a
alcanzar la velocidad de la luz, la tercera dimensión desaparecía por completo.

Por otra parte, la teoría de Einstein es una teoría científica, y como tal puede admitirse
dentro del terreno científico, mientras no se pruebe que contrarié hechos científicamente
comprobados, o los principios de la sana razón. Pero esto no significa que haya dejado
de ser teoría para convertirse en verdad científica, y ser la única explicación que
corresponda a la realidad de los hechos.

107. Puntos de vista erróneos

Pero Einstein y sobre todo sus partidarios exageran mucho el relativismo hasta llegar
a conclusiones plenamente contrarias a la razón y a la experiencia. Señalemos los
principales puntos falsos.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Es cierto que el espacio y el tiempo son relativos en cuanto son relaciones de medida,
y la medida siempre dice relación a lo medido. Pero son absolutos en el sentido de que
una vez determinada la medida para calcular la extensión y la duración, ni el espado ni
el tiempo cambian en función del movimiento.

1º No aceptamos que el espacio se abrevie en razón del movimiento. Es absurdo


admitir que la distancia entre dos ciudades sea en sí misma más corta cuando el viaje
se hace en avión que cuando se hace a caballo. Tampoco aceptamos que el tiempo se
encoja o dilate en el sentido einsteiniano. Es claro que se gasta menos tiempo en recorrer
determinada distancia cuando el movimiento es más rápido. Pero esto no significa que
el tiempo se acorte en sí, y que veinte horas lleguen a convertirse en cinco. Hay, pues,
una medida absoluta de tiempo, que el movimiento no puede modificar.

2º El relativismo invierte los términos al plantear el problema. Ni el espacio ni el tiempo


cambian con relación al movimiento, en el sentido de que se abrevien o alarguen en sí
mismos. Es el movimiento el que cambia con relación al espacio y al tiempo. Su
medida, o sea su velocidad se modifica, esto es, se abrevia o alarga, según que gaste
más o menos tiempo en recorrer determinado espacio.

3º El relativismo llega a conclusiones contrarias al sentido común. Así repugna


biológicamente que una madre llegue a ser más joven que su hijo. Sin embargo esto es
posible en la teoría relativista; bastaría que hiciera un viaje a un astro con una velocidad
bastante mayor que la de la tierra en su movimiento de rotación sobre su eje. Dentro de
dicho sistema, este viaje, aunque todavía no se haya realizado, no envuelve
contradicción alguna. Sin embargo, el sentido común sí encuentra contradicción en la
consecuencia anotada.

4º El relativismo confunde el sentimiento psicológico del tiempo con el tiempo


real. El tiempo psicológico es, a no dudarlo, relativo al género de ocupación, que tenemos
entre manos y a los sentimientos que nos dominan. Así una hora se nos hace muy breve
o muy larga, según que la empleemos en presenciar un espectáculo interesante o en
aguardar a una persona incumplida. Pero nuestro placer o disgusto no hacen mover más
rápida o lentamente ni el giro del sol ni las manecillas del reloj.

5º Tampoco podemos aceptar la identificación del tiempo y del espacio, puesto


que según advertimos (No. 84), hay entre los dos, diferencias fundamentales. Por otra
parte los argumentos traídos para probar esa identificación son verdaderos sofismas.
Einstein pretende identificar tiempo y espacio basándose en que tienen una propiedad
común: la continuidad. Pero no repara que en el espacio hay continuidad de extensión
simultánea, y en el tiempo continuidad de duración sucesiva, y que en consecuencia es
imposible identificarlos. Minkowski sostiene que puesto que la luz recorre 300.000 kms.
por segundo, es lo mismo 300.000 kms. que un segundo de luz. Esto es falso, pues
confunde la medida con lo medido, y la proporción con la identidad. La proporción y la
medida miran a la cantidad, la identidad a la naturaleza o substancia del ser.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

En consecuencia, el relativismo einsteiniano tiene puntos inaceptables en el terreno


filosófico.

108. No puede admitirse el espacio tetradimensional

Einstein ha propuesto la noción de un espacio de cuatro dimensiones: las tres de


nuestro espacio y el tiempo. Esto no puede admitirse. a) Por una parte lo temporal es
de naturaleza perfectamente diferente, para aceptarlo como dimensión de lo espacial.
b) Par otra parte un espacio tetradimensional, si bien puede admitirse como abstracción
o símbolo algebraico, no puede imaginarse como figura geométrica, ni mucho menos
admitirse como realidad para explicar el espacio actual. Expliquémoslo. 1º El espacio
tetradimensional puede aceptarse como abstracción o símbolo algebraico. En
efecto, si consideramos las potencias sucesivas de a, podemos representar por a la línea
recta; por a2 (en que a es el lado) el cuadrado; por a3 (en que a es la arista) el cubo; y
prosiguiendo en esta forma podemos imaginar las magnitudes a4, a5, etc.; que sugieren
la posibilidad de nuevas espacios. Como se ve, se trata en este caso de una pura
abstracción o símbolo algebraico.

2º Pero no podemos representarnos geométricamente el espacio de cuatro


dimensiones. En efecto, en el espacio, tal como lo presenta la geometría, sólo podemos
trazar tres rectas perpendiculares entre sí, y cada una a las otras dos, como ya lo advertía
Tolomeo. En consecuencia, sólo pueden darse tres dimensiones espaciales: lo largo, lo
ancho y lo alto. No podemos imaginar otra dimensión distinta de estas tres.

3º Mucho menos podemos admitir el espacio tetradimensional como una


realidad actual. Todos los datos de los sentidos nos dan cuenta únicamente de un
espacio de tres dimensiones. Luego, si queremos tener del espacio una noción conforme
a la realidad, no podemos figurárnoslo sino como tridimensional.

Advirtamos además que la noción de espacio la formamos directamente sobre la de


extensión. Por ese, siéndonos imposible encontrar un cuerpo extenso de más de tres
dimensiones, el que ni siquiera podemos imaginar, sacamos como consecuencia que el
espacio tetradimensional está en pugna con la realidad del universo.

LIBRO IV

EL MUNDO - LA NATURALEZA

Analizaremos en primer lugar el origen del mundo, o sea su causa eficiente; y luego
su finalidad o causa final. Luego estudiaremos la naturaleza o sea el mundo en cuanto

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

actividad; para terminar por un breve examen del milagro, que es una excepción
transitoria a las leyes que rigen la naturaleza.

109. Origen del mundo

Las escuelas materialistas siempre han aceptado para explicar el origen del mundo
la existencia de una materia eterna.

a) Los atomistas antiguos, con Demócrito y Epicuro a la cabeza, supusieron


que el mundo estaba constituido por átomos eternos e infinitos. Los
materialistas modernos como Haeckel y Buchner, etc. admiten una materia
eterna que evoluciona ciegamente para formar los diversos seres del universo.
b) El positivismo con su principio de no atenerse sino a los hechos interpretado
falsamente en el sentido de no aceptar nada superior a la experiencia sensible,
rechaza como insoluble la solución de este problema, o se inclina al
materialismo.
c) El panteísmo enseña que el mundo es una emanación de la substancia divina.
d) La filosofía tradicional, con San Agustín y Santo Tomás a la cabeza, afirma
y prueba que el mundo no es eterno, sino que tuvo principio, y que comenzó a
existir por creación, o producción de la nada.

Esta última es la verdadera doctrina, la que comprobaremos al mismo tiempo que


refutamos como falsas las opiniones contrarias.

110. El mundo no es eterno

1º Prueba de razón. La razón nos demuestra que un ser tan limitado, imperfecto y
mudable como el mundo, no puede ser eterno, ya que la eternidad es el modo de existir
del ser necesario e infinito.
En efecto, sólo el ser necesario puede ser eterno, porque sólo el ser que tiene en sí
la razón de su existencia nunca ha pedido dejar de existir.

Además sólo el ser infinito puede ser eterno. Porque sólo el ser infinito no puede tener
limitación ni mutación ninguna en su ser y en su existir; y si no fuere eterno tendría
limitación en su existencia, puesto que en algún tiempo no hubiere existido; y tendría
también mutación, pues hubiera pasado de la no existencia a la existencia.
Pues bien, no se ve que el mundo sea necesario, que lleve en sí la razón de su
existencia, y bien hubiera podido no existir. Ni tampoco es ser infinito, sino por el contrario
limitado y lleno de imperfecciones.

2º Prueba científica. La ciencia ha comprobado la ley de la entropía, o degradación


de la energía en el mundo (V. No. 12). Toda energía no es reversible; si el movimiento
se puede cambiar siempre en calor, no siempre el calor se puede cambiar en movimiento.
Hay una gran cantidad de energía que se transforma en un calor difuso, el cual no puede
utilizarse para nuevos cambios. Así fatalmente ocurrirá que todas las energías del

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

mundo: movimiento, luz, reacciones químicas, vida, etc. disminuirán hasta dejar de
existir.
a) Pues bien, si suponemos que el mundo hubiera existido ab eterno, hace mucho
habría terminado; en efecto, hubiera comenzado hace millones de millones de siglos y
ya sus energías hubieran desaparecido. Una vela puede durar eternamente si no se
enciende. Pero si se enciende, es imposible considerarla como eterna, porque sus
energías se desgastan.
b) Además desde el punto de vista filosófico el ser que tiene fin no puede concebirse
como necesario y eterno; y en consecuencia debe tener principio.

111. El mundo fue creado, esto es, producido de la nada por un poder infinito

Llámase creación la producción de un ser de la nada. De la nada se entiende sin


ninguna causa material anterior, de la cual hubiera sido formado; pero evidentemente no
sin una causa eficiente que le hubiera dado la existencia.

La creación supone una causa de poder infinito, porque sólo un ser de omnipotencia
infinita puede producir un ser donde antes no había nada de ser.
De la creación no podemos tener un concepto adecuado porque es un acto por su
naturaleza infinito, que supera las fuerzas de nuestro entendimiento. Tampoco podemos
probarla directamente, ya por el mismo motivo de ser acto infinito, cuya compresión
supera nuestro entendimiento; ya porque sobre ella nada nos atestigua la experiencia.
Pero sí podemos probarla indirectamente, refutando las opiniones contrarias.

Prueba: Por un argumento exclusivo de cuatro miembros: Para explicar el origen


de los seres:

1º O se excluye la existencia de Dios, y se admite que los seres derivan por evolución
de una materia eterna e increada. (Materialismo).

2º O se acepta la existencia de Dios, y en este caso: a) O se admite que los seres


provienen por evolución de la esencia divina (Panteísmo); b) O se admite que Dios los
formó de una materia increada (Dualismo, dos principios eternos); c) O se admite que
Dios los creó de la nada, sin materia alguna preexistente (Creacionismo).

Esta proposición exclusiva es perfecta pues sus cuatro miembros se excluyen entre
sí y no aceptan término medio.

Pues bien, las tres primeras hipótesis son falsas:

La primera, porque acepta que el orden perfectísimo del mundo proviene


espontáneamente del acaso, esto es, del desorden, sin designio alguno, lo que es
absurdo.

La segunda, porque los seres que pueblan el mundo y Dios ser infinito tienen

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

propiedades contradictorias; los seres mundanos son múltiples, limitados e imperfectos;


y Dios es uno, infinito y perfectísimo.

La tercera es falsa, porque equivale a aceptar dos seres eternos e infinitos. Pero dos
seres infinitos se excluyen porque ninguno pudiera tener las perfecciones del otro, y en
consecuencia ninguno sería infinito.

La cuarta hipótesis queda pues como la única verdadera, a saber, que los seres
del mundo provienen de Dios por creación o educción de la nada. Y aunque es cierto
que no podemos comprender el acto creador, también lo es que no hay absurdo en que
una causa de poder infinito pueda producir el ser.

112. Leyes del mundo

Que el mundo tenga leyes que lo rijan se prueba porque, así como no fue hecho al
acaso sino por una inteligencia ordenadora, así también no se rige por el acaso, sino
por las leyes o normas de obrar que esa inteligencia infinita estableció para los
diversos seres.
Es un absurdo atribuir al azar y a la causalidad el orden maravilloso del mundo,
porque así como lo que caracteriza al designio inteligente es la ordenada disposición de
las cosas al fin; así también lo que caracteriza al azar es el pleno desorden, o sea la falta
de disposición ordenada en las cosas.

Al hablar de la naturaleza, hablaremos de sus leyes, que son las mismas leyes del
mundo.

FINALIDAD DEL MUNDO

113. Noción y divisiones de la finalidad

Finalidad es la conveniente disposición de los medios a un fin determinado.


Donde hay orden hay finalidad, porque no podemos concebir el orden sin la
conveniente disposición de las cosas ordenadas, y sin un fin al cual se ordenen.

La finalidad implica, pues, la intervención de una causa inteligente, que constituya al


ser con sus tendencias específicas y que dirija su actividad al fin que ella se propone.
Hay pues finalidad cada vez que una cosa es constituida para determinados fines;
como también cuando varias cosas conspiran de manera uniforme a la consecución de
un bien común.
De aquí nace la división de la finalidad en intrínseca y extrínseca. Todo ser tiene
impulsos o tendencias que lo llevan a cumplir los fines a que los destina su misma
naturaleza; esta es su finalidad intrínseca. Pero el hombre u otro ser inteligente puede
aprovechar esas tendencias o actividad natural del ser para realizar sus fines
particulares; tenemos así una finalidad extrínseca. Además hay finalidad extrínseca

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

cuando la finalidad de un ser contribuye junto con la de otros a un efecto total de conjunto.
Niegan la finalidad de los seres y del universo los materialistas, mecanicistas y
evolucionistas absolutos, que afirman que en el mundo todo es fortuito, todo obra del
azar, y que nada se realiza en él por un designio directivo. Contra ellos probamos que

114. Existe en el mundo la finalidad

En efecto los seres que lo pueblan están dotados de finalidad intrínseca y extrínseca.
a) Hay en el mundo finalidad intrínseca, pues los seres que lo integran tienen fines
determinados, a los cuales los encamina su actividad natural; así el aire está hecho para
la respiración de los animales; la tierra, para la fructificación de las semillas, etc.
Hay también en los seres una finalidad extrínseca porque en ellos se nota una
recíproca colaboración; y la actividad de cada uno de ellos concurre con los demás a la
armonía general del universo.

Extractamos del No. 424 de nuestro curso de Lógica, los siguientes apartes:

1º La finalidad interna la podemos observar en nuestros órganos y sentidos. “¿Será


posible dice el profesor Charles Richet, negar que el ojo esta hecho para ver? En mi
concepto no puede darse mayor absurdo que el suponer que no hay relación de causa
a efecto entre el ojo y la visión. No es por casualidad como ve el ojo; hay arreglo de todo
un mecanismo maravilloso en el conjunto y en los detalles más pequeñitos, que nos
permite decir con certeza: el ojo esta hecho para ver”.

2º La finalidad externa la podemos apreciar en múltiples seres: el orden admirable


de los millones de astros que componen el universo; las relaciones de distancia y
posición entre la tierra y el calor solar, que aseguran la vida y desarrollo de los seres (si
estuviéramos más cerca del sol nos abrasaríamos; si más lejos, nos helaríamos); la
mezcla de los elementos que componen la atmósfera y que nos hacen posible la
respiración; el ciclo de las aguas: los ríos las llevan al mar, allí se evaporan, caen en
forma de lluvias a fecundar la tierra y de aquí tornan al mar; la subordinación de los reinos
mineral, vegetal y animal, de suerte que los inferiores hacen posible la existencia de los
seres superiores; la presencia en las materias minerales y vegetales de todos los
elementos que el animal necesita para su sustento; el maravilloso instinto de los
animales; la elasticidad del aire, que permite la transmisión del sonido; las leyes de
afinidad de las substancias químicas, etc. etc. son otras tantos hechos que demuestran
con evidencia la admirable finalidad externa de los seres.
Es muy de admirar que la armonía general del universo nace de la naturaleza y
propiedades de cada uno de los seres que lo integran. De esta suerte la finalidad
intrínseca del ser es la base y fundamento de su finalidad extrínseca. Por eso
advierte Santo Tomás que cuando se dice que Dios dirige a su fin a los seres irracionales,
no se trata de un impulso exterior, adicional al ser, sino de un impulso que nace de la
naturaleza misma del ser; es la inclinación a fines determinados que Dios puso en ellos.

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

LA NATURALEZA - SUS LEYES - EL MILAGRO

115. A) LA NATURALEZA Y SUS LEYES

Entendemos por naturaleza a todo el conjunto de seres que integran el universo,


considerado en cuanto dotado de actividad.
La naturaleza es regida por leyes generales que tratan de explicar la actividad
general del mundo, y cuyo estudio constituye el objeto de las diversas ciencias. Así por
ejemplo la física estudia las leyes del movimiento, del calor y del sonido; la química, las
que rigen la composición de los cuerpos, la biología las leyes de la vida, etc. Estas leyes
toman el nombre de leyes naturales.

Si analizamos a fondo estas leyes, sacamos la conclusión de que:


a) No son absolutamente, sino hipotéticamente necesarias;
b) No son tampoco absoluta, sino hipotéticamente inmutables;
c) No son verdades absolutas, sino hechos empíricos.

1º No son absolutamente necesarias; en efecto, no han existido siempre, sino que


aparecen con el mundo; ni repugna que éste sea regido por leyes diferentes de las
actuales; por ejemplo que los cuerpos permanezcan en el aire, o que el agua sea O2H y
no OH2. Son tan sólo hipotéticamente necesarias, es decir supuesta la existencia de los
seres, son necesariamente observadas, mientras una causa o ley superior no suspenda
sus efectos.

2º No son absolutamente inmutables. Debemos distinguir entre las leyes


ontológicas que rigen las esencias, y las leyes dinámicas que rigen la actividad de los
seres. Evidentemente, ni Dios puede hacer que el agua no sea agua, porque repugna
que un ser sea y no sea en el mismo sentido; pero no hay repugnancia en que Dios
convierta el agua en vino, o que naturalmente el alimento se cambie en nuestra, propia
substancia.

3º Tampoco son verdades absolutas sino hechos empíricos. Verdades absolutas


son ciertas proposiciones generales que por basarse directamente en los primeros
principios no pueden ser de otra manera; por ejemplo, el todo es mayor que la parte; sólo
el ser necesario es eterno. Hechos empíricos son los que se comprueban experimental-
mente, pero que bien pudieran ser de otra manera; por ejemplo el calor dilata los metales.
No hay ninguna repugnancia en que el calor no los dilatara.

Sacamos como conclusión que si las leyes naturales no son ni absolutamente


necesarias ni inmutables, ni verdades absolutas, se comprende perfectamente que
puedan sufrir excepción en el ejercicio de su actividad, por parte de aquel que las
estableció y determinó.

B) EL MILAGRO

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

116. Su naturaleza

El milagro es un hecho sensible y extraordinario, que supera las fuerzas de la


naturaleza. Sensible, esto es, perceptible a los sentidos; extraordinario, es decir,
contrario al modo ordinario de obrar un ser; que supera las fuerzas naturales, es decir,
que naturalmente no podrá nunca producirse, como la resurrección de un muerto.

El milagro no destruye las leyes de la naturaleza, sino que es una excepción a ellas
en un caso particular.

Niegan el milagro no sólo los ateos y materialistas, sino también los deístas,
racionalistas y todos los que niegan el orden sobrenatural. Estos últimos basados en el
falso principio de que lo sobrenatural es imposible. Y esto aunque tengan que negar
hechos reales y desmentir sus mismos principios.

Contentémonos con probar la posibilidad del milagro. Comprobar su existencia


corresponde a la religión.

117. Posibilidad del milagro

Lo probamos por cuatro argumentos. El milagro es posible:

1º Porque el milagro es un hecho; y ante el hecho no cabe duda sobre su


posibilidad.

He aquí por ejemplo un hecho milagroso: Gabriela Durán de París, se vio invadida
por tuberculosis; en 1906 le atacó los pulmones, en 1907 la columna vertebral
(enfermedad de Pott), en octubre del mismo año, las caderas (Coxitis) en diciembre el
peritoneo, y en junio de 1908 el cerebro (meningitis tuberculosa). No tenía ni siquiera
movimiento y su estado general: era gravísimo. En agosto de ese año fue llevada a
Lourdes; sumergida en la piscina y casi sin conocimiento, se curó instantáneamente y se
puso a caminar en la misma piscina. Visitada inmediatamente se encontró sin traza
alguna de tuberculosis y continúo largos años perfectamente curada.

2º Porque el milagro es intrínseca y extrínsecamente posible. a) Intrínsecamente


posible, porque la noción de milagro no envuelve contradicción. No repugna, en efecto
que Dios autor de las leyes naturales suspenda en un caso particular el efecto de ellas.
b) Extrínsecamente posible, porque siendo Dios de poder infinito, puede hacer todo
cuanto no envuelve contradicción en sus notas.

3º Porque las leyes naturales, como ya queda probado no son absolutamente


necesarias ni absolutamente inmutables, ni verdades absolutas. En consecuencia se
comprende perfectamente que puedan sufrir alguna excepción en el ejercicio de su
actividad por parte de aquel que las estableció y determinó. Tanto más cuanto que Dios
ejecute el milagro no por capricho, sino en cumplimiento de altos designios de su

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COSMOLOGÍA Somatología J. Rafael Faria, Pbro.

Providencia, en especial para comprobar la divinidad de su doctrina, o ejercitar su


misericordia.

4º Porque al negar la posibilidad del milagro los positivistas y racionalistas


contradicen sus propios principios. Su principio fundamental es no atenerse sino a
los hechos; y sin embargo, el milagro es un hecho sensible comprobado por los sentidos
y cuya realidad no pueden negar.

“¿Con que derecho, decía Enrique Poincaré en un discurso ante la universidad de


Bruselas, proclamáis la imposibilidad del milagro? no será por virtud de libre examen;
antes lo contrario. No sólo no tenéis derecho de negar por adelantado la existencia de
estos fenómenos, ni siquiera el de negarles su carácter sobrenatural. Examinad primero
y hablad después”.

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