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Manuel A. Cast G Portico dela Bloma Crélitos de las Fotografias: ‘Archivo del autor: 8, 18, 22, 26-27, 28-29, 34, 38,40, 48, 63, 76,79, 85. ‘Archivo San Pablo: 6, 9,11 (up. e nf), 13, 30,32, 33, 35, 36,50, 57,73 Manvel A. Castineras: 17,45, 47, ‘Miguel Rojo: portada, 61,72. © SAN PABLO 1999 (Protasio Gémez, 11-15. 28027 Madrid) Tel. 917 425.113 - Fax 917 425 723 (© Manuel A. Castieitas Gonzalez 1999, Distibucidn: SAN PABLO. Divsién Comercial Resina, 1. 28021 Madrid * Tel. 917 987 375 - Fax 915 052 050 ISBN: 84-285-2155-7 Depésito legal: M. 14.513-1999, Impreso en Artes Graficas Gar Vi. 28970 Humanes (Madrid) Printed in Spain, Impreso en Espafa Une teem aU especrenon 1. Una llamada al espectador «Como a hurtadillas y siempre que nos era posible, gozabamos de recorrer las magnificas y espaciosas rnaves de la Catedral y contemplar su incomparable P6rtico llamado de la Gloria, todo ello de fo més ele- ante, hermoso y perfecto del arte y gusto roménicos» Con estas emotivas palabras el padre Fidel Fita re- cordaba su visita a Santiago de Compostela en una memoria de viaje publicada en 1880'. Han sido muchos los escritores que han dedicado hermosas frases al pértico principal de la catedral de Santiago, punto obligado de referencia a todo aquel que llega hasta la ciudad a la que Valle-Inclén consideraba cinmovilizada en un suefio de granito, inmutable y eterno». Desde las piedras del Pértico algunos han querido a su ver «ollar as lontananzas», escudrinan- do los entresijos del pasado en un intento de devol- ver a dicho conjunto monumental sus primitivas vo- ces, sus interlocutores certeros, sin saber que con "Bon. ia, Recwerdos de un visje d Santiago de Calica Lib. Arenas, ‘ACorufia 1993, 83 (primera edicén en Madrid 1880). Gt Pintice ve ca Guanes ello también contribuian a activar nuevos significa dos a la obra. Para establecer un fructifero didlogo con el espectador, el Portico le ofrece a este no slo la magnifica impresién de la visién de su conjunto, la belleza de sus relieves o la complejidad de su te- matica, sino también textos expuestos que dan res- puesta a algunas de sus preguntas. A los dinteles con Una vista general del monumental Portico de la Gloria Une team OL especrapon la fecha de su colocacién y e! autor dela obra, y a las cartelas desplegadas por los protagonistas de una variada serie estatuaria con versiculos biblicos que anuncian la llegada del Mesias ola predicacién apos télica, se suma el valioso documento guardado en el Archivo de la catedral por el que el rey Fernando It concede al Maestro Mateo una pensién semanal vi- talicia de dos marcos de plata Una vez transcurrida la visibn sintética, aunadora, tan caracteristica de las portadas romédnicas, y que todavia el viajero actual experimenta al ponerse de- lante del conjunto, la mirada sufre el impacto de la inmensa estatua de Cristo mostrando sus llagas que preside el timpano central. El Sefior aparece aqui acompaiiado por un cortejo de ngeles que portan los arma Christi, los instrumentos de la Pasién, en una imagen que parece devolvernos por un solo ins- tante un retazo de la espiritualidad medieval. No hay que olvidar que a lo largo del siglo XII se va a produ- cir un cambio en la religiosidad que llevaré a una mayor humanizaci6n de las figuras divinas, de ma- nera que el antiguo Pantocrator, solemne y juez, da paso a imagenes emotivas y sufrientes que intentan captar la benevolencia mas que el terror del espec- tador. Fruto de un compromiso de innovar dentro de la tradicion, leit-motiv que define el horizonte de expectativas del Maestro Mateo, la figura central del Portico, aun exhibiendo las llagas y con su torso semidesnudo, conserva todavia mucho del Panto- Zi

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