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Alimentos procesados
Los alimentos procesados son aquellos que han sufrido algún tipo de variación antes de que podamos consumirlos. Suelen
contener cantidades elevadas de grasa, azúcares y sodio, por lo que conviene reducir su consumo y dar prioridad a los alimentos
en su estado natural
6 de enero de 2015
Algunos ejemplos de alimentos procesados a la venta en un supermercado | Muyenforma.com

Los denominados alimentos procesados están en las estanterías y neveras de cualquier supermercado y en las cocinas de
nuestros hogares. Han llegado para quedarse definitivamente y formar parte de la vida cotidiana en una época en la que cada
vez hay menos tiempo para cocinar y se recurre a las comidas preparadas o rápidas con mayor frecuencia.

Suelen incorporar una gran cantidad de ingredientes artificiales, químicos y aditivos alimentarios que no necesariamente van
de la mano con el cuidado de la salud. También tienen un sabor que resulta muy atractivo para los consumidores, hasta el
punto de resultar adictivos. ¿Qué sabemos sobre los alimentos procesados? ¿Somos capaces de vivir sin ellos? ¿Son
tan perjudiciales?

¿Qué son los alimentos procesados?


Se entiende por comida procesada cualquier alimento que sufra cambios o pase por algún grado de procesamiento
industrial antes de llegar a nuestra mesa para que lo podamos consumir. La industria alimentaria marca las pautas de nuestra
alimentación e influye tanto en nuestras decisiones de compra que, hoy por hoy, anteponemos las latas, los congelados y los
alimentos listos para comer a la fruta y a la verdura fresca y de temporada.

Aunque nadie dude de que comer sano es sinónimo de escoger alimentos naturales, la comida procesada tiene una notable
presencia en nuestra dieta. Aportan diversidad y placer, pero, en términos generales, resultan menos nutritivos que los
alimentos frescos.

Tipos y ejemplos
De acuerdo a su grado de manipulación, establecemos diferentes tipos de alimentos procesados:

 Alimentos mínimamente procesados: son alimentos preparados para facilitar su consumo. Es el caso de, por ejemplo, frutos
secos sin cáscara (nueces, almendras, avellanas…) y de hortalizas o verduras listas para consumir o preparar (lechugas lavadas y
cortadas en bolsa), sin ingredientes añadidos de ningún tipo.

 Alimentos sometidos a algún tipo de tratamiento: alimentos que se han visto afectados por algún proceso tecnológico. Sería el
caso de alimentos congelados o ya cocidos: latas de conservas (latas de atún u otros pescados), verduras congeladas, etc.

 Alimentos con ingredientes añadidos: se trata de alimentos que incorporan ciertos añadidos que alteran o mejoran sus
propiedades con el fin de potenciar su sabor o apariencia. Es el caso de edulcorantes, colorantes y conservantes, muy usuales en, por
ejemplo, salsas ya preparadas.
 Alimentos muy procesados: alimentos aptos para su consumo inmediato que han sido sometidos a un alto nivel de
procesamiento. Por ejemplo, galletas, dulces, patatas fritas chips, cereales, embutidos…
 Alimentos altamente procesados: son alimentos como pizzas congeladas y demás platos listos para introducir en el microondas.
Para conocer con exactitud lo que nos llevamos a la boca y si nos alimentamos con el combustible adecuado, a continuación
analizaremos si los alimentos procesados son poco o nada saludables.

¿Perjudican la salud?
Abrir un par de conservas y sacar del frigorífico unas hamburguesas, unas pizzas u otros platos precocinados es la
mejor manera de salir del paso para quienes se sienten perdidos entre los fogones o no disfrutan cocinando. La comodidad, la
facilidad con la que se preparan y su capacidad para vencer la estacionalidad son las ventajas más notorias de este tipo de
productos.
No obstante, no podemos pasar por alto los inconvenientes de los alimentos procesados ni dejar de exponer por qué se ha de
evitar o reducir su consumo. Muchos de estos alimentos sufren cambios en su composición nutricional al pasar de ser un
producto fresco y natural a un alimento procesado, lo cual se traduce en pérdidas de fibra dietética, contenido acuoso,
minerales y vitaminas.

Los alimentos en su estado natural aportan mucho menos sodio y más potasio que su versión procesada. El sodio es un mineral
que en exceso puede deteriorar nuestro organismo. Mantener el equilibrio entre el sodio y el potasio en la dieta es un factor
clave para tener la presión arterial bajo control.

Por otro lado, las comidas procesadas pueden contener azúcar y grasas en cantidades mucho más elevadas que las que
elaboramos con nuestras propias manos.

Inconvenientes de los alimentos procesados


Hay muchas otras razones para restringir o reducir el consumo de alimentos procesados. Además de poseer una baja densidad
nutritiva, dada la adicción de azúcares y grasas y la pérdida de antioxidantes y otros micronutrientes, suelen concentrar
un mayor número de calorías.

Están diseñados para comer más y producirnos una sensación placentera o gratificante tras su ingesta. Los alimentos
procesados pueden llegar a enganchar como una droga con esa combinación letal de ingredientes que encabezan el azúcar, la sal y
las grasas saturadas o trans.
En comparación con los alimentos frescos, naturales o caseros, hacen un roto en nuestros bolsillos si se cuelan en la cesta de
la compra a menudo. El precio de los productos industriales (bollería, snacks, refrescos, cereales refinados, galletas, fiambres,
embutidos…) es, generalmente, más alto.
Pero, sobre todo, el gran inconveniente de los alimentos procesados es que se relacionan con un mayor riesgo de padecer
enfermedades: cáncer, hipertensión, diabetes, obesidad y depresión, entre otras patologías.

Conclusiones
Entre estas líneas se puede leer la respuesta a la pregunta que todos nos hacemos: ¿los alimentos procesados perjudican la
salud? La lógica y el sentido común dicen que no es aconsejable basar nuestra alimentación en productos procesados. Si de
vez en cuando echamos mano de ellos para preparar algún plato rápido o los comemos puntualmente, no tendrán un impacto
tan negativo sobre la salud del organismo.

Todo, absolutamente todo, en exceso es malo. Sin excepciones. La comida procesada puede robar muchas de las virtudes de
los alimentos que sabiamente nos ofrece la naturaleza. Por ello, deberíamos hacer un uso racional y moderado de los
productos procesados y contrarrestar su presencia en la dieta con un estilo de vida saludable en el que abunden o predominen
los alimentos frescos y naturales.

Y tú, ¿sueles comprar y consumir alimentos procesados? ¡Cuéntanos!

En Muy en forma | ¿Los alimentos ecológicos son más saludables?

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