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Viaggio, Cristian. “Cuidados paliativos y magisterio de la Iglesia”[en línea]. Vida y Ética. 12.1 (2011). Disponible en:
http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/cuidados-paliativos-magisterio-iglesia-viaggio.pdf [Fecha de
consulta:..........]
(Se recomienda indicar fecha de consulta al final de la cita. Ej: [Fecha de consulta: 19 de agosto de 2010]).
ARTÍCULOS
PALIATIVOS Y .
.
Médico (Universidad de Buenos Aires -UBA-)
Especialista en Urología
MAGISTERIO DE .
.
Especialista en Oncología
Certificado en Cuidados Paliativos
. Director médico del Hospice Madre Teresa
LA IGLESIA . Médico del Servicio de Oncología del Htal.
Vicente López y Planes (Gral. Rodríguez, Pcia.
de Bs. As.)
. Médico de la Unidad de Cuidados Paliativos del
Htal. Baldomero Sommer
[1] El presente trabajo es una síntesis de la tesis realizada por el autor para obtener el título de Magíster en Ética
Biomédica que dicta el Instituto de Bioética de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCA, defendida el 26 de mayo de
2011. La versión completa puede consultarse en el Instituto de Bioética.
[2] Cfr. CAPONNETTO, Mario, El Hombre y la Medicina, Buenos Aires, Scholastica, 1992, pp. 74-75.
[3] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Evangelium vitae, Ciudad del Vaticano, 1995, n. 65.
[4] BENEDICTO XVI, Carta Encíclica Deus caritas est, Ciudad del Vaticano, 2005, n. 31.
[5] LUGO, Elena, Bioética personalista, Córdoba, Patris Argentina, 2006, p. 107.
[6] DERISI, Octavio Nicolás, Los fundamentos metafísicos del orden moral, 4ta. edición, Buenos Aires, EDUCA, 1980, p. 11.
Deseo que esta tesis pueda acercar las conocerse a sí mismo, al mundo y a Dios.
enseñanzas del Magisterio a todas las La razón, iluminada por la fe, se libera de
personas de buena voluntad y, sobre los límites propios de la naturaleza
todo, a los católicos que trabajan en el humana, encontrando la fuerza necesa-
ámbito de la salud y los Cuidados ria para elevarse al conocimiento del
Paliativos. La importancia de describir el misterio de Dios. [9]
Cuidado Paliativo, según el Personalismo
ontológico y el Magisterio, consiste en Sé que todas las palabras y expresio-
mostrar una escuela, o mejor aún, una nes para referirme a la vida y obra de la
ética del cuidado, basada en el “impera- Madre Teresa de Calcuta no alcanzan
tivo del amor al prójimo, que está graba- para definir a una de las mujeres más
do en la misma naturaleza del hombre”. grandes del siglo XX, cuyo legado ha
[7] El centro de toda la asistencia es la trascendido todas las fronteras y sus
persona, el respeto por su dignidad y la enseñanzas han penetrado el corazón de
inviolabilidad de la vida humana, sin todas las personas, independientemente
dejar de hacer referencia al fin último de su cultura o religión.
trascendente que fundamenta toda la
existencia. Para concluir, este trabajo queda
abierto a la investigación y al enriqueci-
En definitiva, desde el Hospice Madre miento que otros autores puedan reali-
Teresa intentamos anunciar el Evangelio zar, permitiéndonos dar una mejor res-
de la vida, ayudando a todas las personas puesta a las necesidades del enfermo ter-
a descubrir, a la luz de la razón y de la minal.
experiencia, el mensaje cristiano. Este
mensaje ilumina plenamente al hombre
dando significado a su ser y a su existen- LA BIOÉTICA PERSONALISTA
cia. Y también tratamos de encontrar ONTOLÓGICAMENTE FUNDADA
puntos de diálogo con los no creyentes
para promover la cultura de la vida. [8] El Personalismo ontológicamente
Sabemos que la razón y la fe no se pue- fundado surgió en Italia en el año 1985,
den separar, porque significaría restringir quince años después de que Potter publi-
en el hombre la posibilidad plena de cara su artículo sobre Bioética, [10] y
[14] DONADÍO MAGGI DE GANDOLFI, María Celestina, “Aspectos históricos de los principios que soportan la Bioética”,
en Principios de Bioética, Actas del Simposio, Buenos Aires, Fundación Alberto J. Roemmers, 1998, pp. 27-33.
[15] SGRECCIA Elio, Manual de Bioética (I)…, op. cit., p. 55.
to y amor, [16] y que enaltece a las mis- uno de sus momentos, al cual se añade la
mas funciones corporales. superación que el trascender representa.
Lo inmanente se tomaría entonces como
Desde el punto de vista filosófico, el mundo, es decir, lo que vivimos en la
“trascender” (de trans, más allá, y scan- experiencia; y lo trascendente se referiría
do, escalar) significa pasar de un ámbito a la cuestión sobre si hay “algo más”, más
a otro, atravesando el límite que los allá del mundo que conocemos.
separa. Este concepto de trascendencia
incluye, además, la idea de superación o Cuando la Bioética adhiere a una ver-
superioridad. En la tradición filosófica dad subjetiva, relativa y no trascendente
occidental, la trascendencia supone un cae en la parcialidad de una “verdad pro-
“más allá” del punto de referencia. Se ducida o creada por el hombre” que ter-
refiere a ir más allá de algún límite, sobre mina proponiendo una “ética de situa-
todo del límite espacio-tiempo, lo que ción y consenso pragmático”. Un ejemplo
solemos considerar como mundo o uni- claro de esto es el caso de los niños con
verso físico. Adquiere entonces un carác- malformaciones congénitas, que depen-
ter de finalidad que ha de cumplirse den de la actitud de aceptación o recha-
como “lo más importante” o “esencial” zo de su familia para que puedan vivir,
convirtiéndose en el fundamento de la sin importar el bien de la criatura. Otro
acción y el sentido de todo lo que se ejemplo, en el otro extremo de la vida, es
hace. Esta forma de obrar y de vivir ha cuando un comité de Bioética decide, por
sido invadida por el pensamiento nihilis- consenso y en conformidad con la fami-
ta y cerrado a la trascendencia, donde lia, suspender la alimentación e hidrata-
pareciera que lo importante es la socie- ción de un enfermo en estado vegetativo
dad de las utilidades y del hedonismo. persistente. Podría así enumerar múlti-
Trascendencia se opone, entonces, a la ples situaciones donde esta ética sin pri-
pura inmanencia en su sentido “subjeti- meros principios naturales y por ello evi-
vista”. Lo trascendente es aquello que se dentes, sostiene la decisión médica bajo
encuentra “por encima” de lo puramente un pragmatismo utilitarista y muchas
inmanente. La inmanencia pura es, preci- veces autoritario.
samente, la propiedad por la que una
determinada realidad permanece como Por el contrario, el Personalismo
cerrada en sí misma, agotando en ella ontológico reacciona ante este relativis-
todo su ser y su actuar. La trascendencia mo pragmático y de consenso, propo-
supone, por tanto, la inmanencia como niendo una meta-bioética, fundada en el
ser persona, donde está inscripto el prin- (ética natural) y la separa también de
cipio de “hacer el bien y evitar el mal”. todo elemento revelado o sobrenatural.
Así, protegerá la vida del niño, sin califi- Es decir, el hombre sin una “verdad obje-
carlo por su capacidad física o intelec- tiva”, puede obrar incluso de una mane-
tual, y la del enfermo en estado vegeta- ra que atente contra su propia naturale-
tivo, justificando que todos somos igua- za. [18]
les en dignidad y tenemos derecho a la
vida, desde la concepción hasta su fin En conclusión, la Bioética, cómo ética
natural. especializada, necesita para su justifica-
ción epistemológica subordinarse a la
La pregunta que debemos hacernos metafísica. Esta meta-bioética, funda-
es: ¿sobre qué filosofía se fundamenta la menta el juicio moral en la “verdad obje-
Bioética de la verdad pragmática y del tiva, universal y trascendente” que hunde
consenso? Estos postulados éticos han sus raíces en el ser y sus principios.
recibido mucha influencia de la ética
idealista de Kant. [17] Jaques Maritain
nos resume esta filosofía de la siguiente Cuál es la antropología sobre la que
manera: se fundamenta el Personalismo
ontológico
“Nos propone una ética sin fin último, liberada
de todo impulso hacia la felicidad o hacia el Como mencionamos en la introducción,
bien; una ética del imperativo categórico en el es importante formular una antropología
cual el universo de la moralidad o de la libertad capaz de señalar rumbos y objetivos nue-
está totalmente separado de la naturaleza, y el
vos a la teoría y la praxis de los Cuidados
contenido de la ley debe ser deducido de su
Paliativos. Esta antropología, sobre la que
forma y de la esencia universalmente normati-
va de la razón pura práctica”.
se fundamenta el Personalismo sgrecciano,
nos permite definir al hombre y, a partir de
De esta afirmación deducimos que el estas respuestas, podemos tener una visión
pensamiento kantiano elabora una ética más clara para poder acompañar y realizar
que no tiene fundamento ni en la meta- las intervenciones más adecuadas en esta
física ni en la filosofía de la naturaleza misión de ayuda.
[17] Immanuel Kant (1724 - 1804): filósofo alemán de mucha influencia en el pensamiento moderno. Su actitud críti-
ca se despliega en su obra Crítica de la razón pura, donde examina la posibilidad, las condiciones y el modo de conoci-
miento de la naturaleza, y se pregunta si es posible el conocimiento metafísico.
[18] MARITAIN, Jaques, Lecciones fundamentales de la Filosofía moral, Buenos Aires, Club de lectores, 1966, pp. 7-10.
El hombre, según Tomás de Aquino, es “Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra ima-
“espíritu encarnado o cuerpo espirituali- gen y semejanza. Que tenga autoridad sobre
zado” en una unión substancial entre el los peces del mar y sobre las aves del cielo,
co-principio orgánico y el co-principio sobre los animales del campo, las fieras salva-
jes y los reptiles que se arrastran por el suelo.
espiritual. Así podemos decir que la per-
Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen
sona humana presenta dos dimensiones
de Dios lo creó. Macho y hembra los creó”
o dos co-principios unidos de forma (Génesis 1, 26 y 27).
substancial en una uni-totalidad y que
actúan de manera simultánea. Cada co- El ser imagen no significa una repro-
principio es una sustancia incompleta, ducción o participación material del ser,
las cuales se unen formando una única en el Ser de Dios, sino que consiste en la
sustancia completa o “sustancia primera” condición espiritual del hombre, que le
según Aristóteles. permite establecer una relación personal
con Dios. También, la imagen representa
Es importante mencionar que los cristia- el cuerpo ya que el hombre es concebido
nos hacemos referencia a una Antropología como una totalidad. Esto no quiere decir
cristiana. Ésta se apoya en la Filosofía que Dios tenga cuerpo, sino que el cuer-
(Antropología filosófica), que estudia al ser po y el alma forman una única sustancia:
humano, su composición de cuerpo y alma la persona humana. [19]
y su modo de realizarse, complementándo-
se con la Teología (Antropología teológica),
que estudia al hombre desde la perspectiva Esta idea de imagen es desarrollada
de la Revelación cristiana, apoyándose en la por Juan Pablo II en su catequesis:
fe, ya que con la fuerza sola de la razón
nunca podríamos llegar a conocer al hom- “El hombre, al que Dios ha creado ‘varón y
bre en su plenitud. mujer’, lleva impresa en el cuerpo, ‘desde el
principio’, la imagen divina; varón y mujer cons-
La Antropología teológica estudia al tituyen como dos diversos modos del humano
hombre según el dato revelado en la ‘ser cuerpo’ en la unidad de esa imagen”.
Sagrada Escritura, es decir, lo que Dios
dice sobre lo que el hombre es. Como no Y en otra audiencia hace referencia al
existen definiciones en la Biblia, nos significado del cuerpo:
remitimos al relato del Génesis donde se
presenta la creación del hombre: “El cuerpo es expresión de la persona”. [20]
[19] RAMOS, A., Antropología teológica, Manual de iniciación, Buenos Aires, Ágape, 2007, pp. 91-95.
[20] JUAN PABLO II, Varón y Mujer. Teología del cuerpo (I), 6ta. edición, Madrid, Palabra, 2005, pp. 15 y 16.
[21] HENNEZEL, Marie de, La Muerte íntima, Buenos Aires, Sudamericana, 1996, p. 28.
[22] UNESCO, Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, adoptada por la mayoría en la 33˚ sesión de la
Conferencia General del 19 de octubre de 2005 [en línea], disponible en: <http://www.unesco.org/ibc> [consulta: 2 de mayo de
2011].
[23] BASSO, Domingo M., O. P. Nacer y morir con dignidad, 3ra. ed. ampliada, Buenos Aires, Depalma, 1991, pp. 25-33.
[24] PONTIFICIO CONSEJO DE JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Ciudad del Vaticano, 2005,
nn. 132-134.
y del Caribe manifiesta en el Documento mental, que expresa un gran ‘sí’ a la vida
Conclusivo de Aparecida “la buena humana, debe ocupar un lugar central en la
nueva de la dignidad humana”: reflexión ética sobre la investigación biomédi-
ca, que reviste una importancia siempre
“Bendecimos a Dios por la dignidad de la per- mayor en el mundo de hoy”. [26]
sona humana, creada a su imagen y semejan-
za. Nos ha creado libres y nos ha hecho sujetos Sabemos que el hombre está llamado
de derechos y deberes en medio de la creación. a transformar la creación, ordenando sus
Le agradecemos por asociarnos al perfeccio- muchos recursos a favor de la dignidad y
namiento del mundo, dándonos inteligencia y el bienestar integral de todos y cada uno
capacidad para amar; por la dignidad, que de los hombres. Respetar la dignidad de
recibimos también como tarea que debemos la persona humana como fundamento de
proteger, cultivar y promover”.
los derechos y de los imperativos éticos,
“Alabamos a Dios por los hombres y mujeres de
contribuye al “progreso”real de la huma-
América Latina y el Caribe que, movidos por su
fe, han trabajado incansablemente en defensa
nidad, construyendo una sociedad más
de la dignidad de la persona humana, especial- humana y solidaria. [27]
mente de los pobres y marginados”. [25]
Para finalizar, existe la necesidad de
La Instrucción vaticana Dignitas per- sensibilizar a los médicos y otros profesio-
sonae se refiere a la reflexión ética sobre nales de la salud para que defiendan la
la dignidad, fundamentalmente en los dignidad del enfermo, tratando de ser
nuevos problemas relativos a la procrea- humildes y esforzándose por dejar de lado
ción, a la investigación en seres humanos la indiferencia, la arrogancia y la ineptitud
y a las nuevas propuestas terapéuticas que muchas veces transmiten en su prác-
que comportan la manipulación del tica cotidiana, haciendo que las personas
embrión o del patrimonio genético vivan una “experiencia de indignidad”.
humano: [28] La Madre Teresa de Calcuta, modelo
de vida para los que hemos fundado el
“A cada ser humano, desde la concepción Hospice, y quien ha entregado su vida al
hasta la muerte natural, se le debe reconocer cuidado de los enfermos y moribundos,
la dignidad de persona. Este principio funda- sostenía que ella se dedicaba a ayudar a
[25] EPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Aparecida, Documento Conclusivo, V Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Brasil, 2007, nn. 104-113.
[26] CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Instrucción Dignitas personae, Ciudad del Vaticano, 2008, n. 1.
[27] Ibíd., nn. 36 y 37.
[28] PELLEGRINO, Edmund, “La experiencia vivida de la dignidad humana”, Bioética y Persona, Buenos Aires, EDUCA,
2008, pp. 327-335.
“Por encima de ese valor ‘fundamental’ sólo te dulce”, sin sufrimientos atroces. En la
existe el bien total y espiritual de la persona, actualidad se refiere a causar la muerte
que podría requerir el sacrificio de la vida cor- por piedad, para atenuar los dolores a los
poral sólo cuando ese bien espiritual y moral no enfermos incurables o para que niños
pudiera lograrse sino a través del sacrificio de la
malformados no vivan una vida desdi-
vida; y en ese caso, al tratarse de un bien espi-
chada que también podría causar cargas
ritual y moral, no podría ser impuesto jamás
por otros hombres, sino que desplegarse como
demasiado pesadas para sus familias o a
don libre. El mártir [29] entrega legítimamente la sociedad.
su vida sólo cuando no hay otro camino para
realizar el bien moral de la persona y de la Desde la Bioética personalista no sólo
sociedad; y en ese caso, de todos modos, quien se define a la eutanasia, sino que se la
es responsable de esta situación es responsable considera como una práctica inmoral,
también de la pérdida de esa vida”. [30] porque la vida es un don y bien funda-
mental que nadie, ni siquiera la misma
Cuando hablamos de bien total y persona que sufre, puede suprimirla. La
espiritual, éste pareciera ser un concepto vida humana es el fundamento de todos
relacionado con la religión, más concre- los bienes, la fuente y condición necesa-
tamente con la tradición cristiana, y no ria de toda actividad humana y de toda
una visión ética racional frente a las convivencia social.
diferentes tomas de decisiones a la que
debe enfrentarse la medicina. La Madre Teresa de Calcuta, quien ha
entregado su vida al cuidado de los
Defensa de la vida y eutanasia enfermos y moribundos, sostenía que ella
se dedicaba a ayudar a morir con digni-
Otro punto importante en el análisis y dad, respetando la vida hasta su fin
desarrollo de este principio, es no dar por natural como don proveniente de Dios.
sobreentendida la postura sobre la euta-
nasia y el suicidio asistido. El Magisterio de la Iglesia es claro en
su postura de rechazo frente a la eutana-
La palabra eutanasia, por su etimolo- sia. Los principales documentos que
gía, en la antigüedad significaba “muer- hacen referencia a la misma son:
[29] El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe; designa un testimonio que llega hasta la muerte. El már-
tir da testimonio de Cristo, muerto y resucitado, al cual está unido por la caridad. Da testimonio de la verdad de la fe y
de la doctrina cristiana. Soporta la muerte mediante un acto de fortaleza. Catecismo de la Iglesia Católica, 3ra. ed.,
Madrid, Impresos y Revistas, 1993, n. 2473.
[30] SGRECCIA, Elio, Manual de Bioética (I)…, op. cit., p. 219.
● Respetar la vida del moribundo - compartido por otros, para conseguir elabo-
Consideraciones éticas sobre la eutanasia, rarlo positivamente”. [32]
Pontificia Academia para la Vida, año 2000:
“La legitimación de la eutanasia es una compli- Muchas veces, son los familiares los
cidad perversa del médico, el cual, por su iden- que solicitan la eutanasia por no poder
tidad profesional y en virtud de las inderogables encontrar un sentido al sufrimiento de su
exigencias deontológicas a ella vinculadas, está
ser querido. Algunos familiares no
llamado siempre a sostener la vida y a curar el
entienden lo que significan los Cuidados
dolor, y jamás a dar muerte ‘ni siquiera movido
por las apremiantes solicitudes de cualquiera’
Paliativos o los cuidados de final de vida.
(Juramento de Hipócrates)”. Piensan que el equipo tratante se empe-
“La eutanasia, es decir, el acto de poner fin ña en sostener la vida y el sufrimiento de
deliberadamente a la vida de un paciente, manera indefinida, al punto que termi-
tanto a petición del paciente mismo como por nan criticando o renegando de los cuida-
solicitud de sus familiares, es inmoral”. [31] dos. Hay que emprender un camino junto
a ellos para comprenderlos y contener-
● Carta Encíclica Caritas in veritate - Sobre los; por eso se considera que la unidad de
el desarrollo humano integral en la caridad y tratamiento es el “paciente y la familia”.
en la verdad, Benedicto XVI, 2009, n. 75: “Por La mayoría termina comprendiendo que
otro lado, se va abriendo paso una mens euta-
la vida es un don y bien fundamental y
nasica, manifestación no menos abusiva del
que nadie puede quitarla. Sabemos que a
dominio sobre la vida, que en ciertas condi-
ciones ya no se considera digna de ser vivida”.
todos nos cuesta “comprender” el sufri-
miento y que el verdadero sentido se
En todos estos años de asistencia a los puede encontrar en lo trascendente y,
pacientes con cáncer avanzado son muy sobre todo para los cristianos, en el gran
pocas las personas que solicitan de forma misterio Pascual. Si bien, como mencio-
explícita la eutanasia. La mayoría de los namos anteriormente, la mayoría termi-
pacientes solicitan no tener dolor y si es na respetando la vida, no todos terminan
posible, reducir el sufrimiento: comprendiendo el sufrimiento y el senti-
do del cuidado compasivo. A propósito
“Quien pide morir pide, en realidad, ser ayu- de esto, voy a transcribir y comentar la
dado a vivir de otra manera: a veces le es sufi- opinión escrita de uno de los hijos de un
ciente poder experimentar que su dolor es paciente que ha fallecido de cáncer en la
[31] ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA, Respetar la dignidad del moribundo. Consideraciones éticas para la euta-
nasia [en línea], disponible en: <http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/acdlife/documents/rc_pa_
acdlife_doc_20001209_eutanasia_sp.html> [consulta: 2 de mayo de 2011].
[32] SGRECCIA, Elio, Manual de Bioética (I)…, op. cit., p. 898.
[33] Se ha trascripto textualmente del libro que está a disposición de los familiares para canalizar sus inquietudes, inclu-
so con la puntuación empleada por el hijo.
[34] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Evangelium…, op. cit., n. 66.
mente uno de los bienes humanos fun- brota del corazón del hombre ante el supremo
damentales. encuentro con el sufrimiento y la muerte,
especialmente cuando siente la tentación de
Juan Pablo II en la Carta Encíclica caer en la desesperación y casi de abatirse en
ella, es sobre todo aspiración de compañía, de
Evangelium vitae se refiere a la eutana-
solidaridad y de apoyo en la prueba”. [38]
sia como una “falsa piedad” y una preo-
cupante perversión: Considerar la eutanasia un “derecho”
que requiere legalizarse es un error.
“La eutanasia […] debe considerarse como una
Muchas de las peticiones de legislación
‘falsa piedad’, más aún, como una preocupan-
te ‘perversión’ de la misma. […] El gesto de la
son un síntoma de nuestro fracaso para
eutanasia aparece aún más perverso si es rea- desarrollar una respuesta adecuada a los
lizado por quienes -como los familiares- problemas de los pacientes terminales.
deberían asistir con paciencia y amor a su También, detrás de este pedido, muchas
allegado, o por cuantos -los médicos-, por su personas muestran miedo de padecer un
profesión específica, deberían cuidar al enfer- dolor insoportable no sólo físico sino
mo incluso en las condiciones terminales más también moral y espiritual. La eutanasia
penosas”. [37] no es un derecho, porque un “derecho
humano” se sustenta sobre el derecho
Y nos presenta la “verdadera compa- natural, [39] donde el principio de justi-
sión” y la “verdadera piedad” siendo soli- cia considera ilícito el destruir una vida
darios con el dolor de los demás a través humana inocente. Entonces, en sentido
del camino del amor: estricto, la eutanasia es “el homicidio
ejecutado por razones de piedad”. [40]
“La verdadera ‘compasión’ hace solidarios con
el dolor de los demás, no elimina a la persona La Organización Mundial de la Salud,
cuyo sufrimiento no se puede soportar”. […] El
en el año 1990, a través del panel de
camino del amor y de la verdadera piedad, al
expertos para el Alivio del Dolor y
que nos obliga nuestra común condición
humana y que la fe en Cristo Redentor, muer-
Cuidados Paliativos, llega a la conclusión
to y resucitado, ilumina con nuevo sentido […] de que, con el desarrollo de los métodos
modernos de cuidados paliativos, cual- Muchos afirman que sólo el 80% de las
quier legislación sobre eutanasia volun- solicitudes se registran oficialmente,
taria es completamente innecesaria. generando esto desconfianza en las per-
Dicho organismo estableció que “los sonas que padecen una enfermedad ter-
gobiernos deben asegurar que han dedi- minal y no aceptan este tipo de prácticas.
cado especial atención a las necesidades El director de la Coalición de Prevención
de sus ciudadanos en el alivio del dolor y de la Eutanasia, Alex Schadenberg,
los cuidados paliativos antes de legislar comenta que en Holanda existe además
sobre la eutanasia”. [41] otra categoría: el “suicidio asistido”, que
supone unas 400 personas al año, y una
La reconocida y prestigiosa médica, K. tercera categoría es la de la gente “seda-
Foley, del Memorial Sloan Kettering de da terminalmente” sin permiso expreso y
Nueva York, a través de su experiencia en la de los niños pequeños en los que se
cuidados paliativos y tratamiento del realizó eutanasia y que tampoco lo han
dolor, llega a la conclusión de que, des- pedido. [43] El último informe del
pués de los grandes progresos en el con- Gobierno, del año 2005, recogía unos 550
trol del dolor logrados en los últimos diez casos de estos tipos de eutanasia sin peti-
años, resulta completamente inadmisible ción expresa. Precisamente porque no
discutir sobre las opciones de terminar la consta la petición, los médicos la practi-
vida de un paciente sin antes haberle can, nadie la penaliza y está permitido,
asegurado el acceso a especialistas en el pero no se registra en las cifras oficiales de
tratamiento del dolor y control de sínto- eutanasia. Según la ley holandesa, para
mas en el cáncer avanzado. [42] eliminar a un enfermo que pide la euta-
nasia, éste debe “sufrir dolor insoporta-
En Holanda, la eutanasia se encuentra ble”, el médico que le practica la eutana-
legalizada y las opiniones siguen siendo sia debe “estar convencido” de que el
controvertidas sobre la utilización de la enfermo toma una “decisión informada” y
misma. La institución oficial de monitoreo un segundo médico debe estar de acuerdo
de la eutanasia legal en Holanda ha reco- con el primero. Schadenberg afirma que el
gido 2.500 eutanasias oficiales en 2009, gobierno de Holanda no recoge informa-
doscientas más que en el año anterior. ción sobre cuántas personas asesinadas
[41] WORLD HEALTH ORGANIZATION, Cancer Pain Relief, Ginebra, WHO, 1990.
[42] GÓMEZ SANCHO, Marcos, Medicina Paliativa, Madrid, Arán Ediciones S.A., 1999, p. 1194.
[43] Holanda: Aumentan las cifras de eutanasia [en línea], disponible en: <http://www.tiempodehablar.org/index.php?
option=com_contentview=article&id=543:holanda-aumentan-eutanasias&catid=1:noticias-internacionales&
Itemid=5> [consulta: 18 de mayo de 2011].
La sedación paliativa bien realizada tener una conciencia bien formada en los
es moralmente correcta. verdaderos valores humanos, para enten-
der el significado de la enfermedad y dar
El rechazo del ensañamiento terapéutico sentido a la misma para convertir cada
no es eutanasia caso clínico individual en un encuentro
humano. [49] En este encuentro clínico
El encarnizamiento o ensañamiento debe existir el respeto mutuo entre el
terapéutico es tratar de prolongar la vida paciente y el agente de salud. La base de
a toda costa. Es decir, se realizan inter- este respeto está dada por la honestidad
venciones médicas no adecuadas a la en la relación médico-paciente, centrada
situación real del enfermo. Estas inter- sobre una comunicación efectiva. Esta
venciones son desproporcionadas a los comunicación tiene que estar centrada en
resultados que se podrían esperar, o bien la sinceridad y en la verdad. Verdad que se
son demasiado gravosas para él o su hace difícil decirle a quien está cerca de la
familia. Cuando se prevé que la muerte partida suprema. La proximidad de la
es inminente e inevitable, se puede muerte hace difícil y dramática la notifi-
renunciar a los tratamientos que prolon- cación de una verdad, pero sabemos que
gan la vida a través de un mayor sufri- la comunicación entre el que está murien-
miento, si no hay beneficios reales para do y sus asistentes no puede establecerse
el enfermo. sobre el fingimiento. Es decir, existe un
derecho de la persona a estar informada
Las personas que asistimos a pacientes sobre su propio estado de salud. [50]
oncológicos y en cuidados paliativos, Cuando una persona esté bien informada
todos los días nos enfrentamos a decisio- y se haya logrado una buena alianza tera-
nes clínicas difíciles. Estas decisiones ver- péutica entre el médico y el paciente,
san sobre la aplicación de determinadas recién en este momento quien está enfer-
terapéuticas o no, fundamentalmente mo podrá rechazar un tratamiento que
cuando sabemos que éstas no tienen un considera para si mismo fútil o nocivo. En
fin curativo. Cuando una terapia no tiene esta situación, del concepto de futilidad
un fin curativo, tiene un fin paliativo. Por de un tratamiento se deriva el rechazo al
eso sabemos que a la debida competencia ensañamiento terapéutico, es decir,
técnico-profesional se debe agregar una rechazar la utilización de las terapias
formación ética adecuada que permita médicas o quirúrgicas (excepto las ordina-
[49] PONTIFICIO CONSEJO PARA LA PASTORAL DE LA SALUD, Carta de los agentes sanitarios, Ciudad del Vaticano, 1995,
n. 53.
[50] Ibíd., n. 125.
externa. [55] El hombre posmoderno pare- “La verdad sobre el bien moral, manifestada en
ciera haberse “liberado” de todas las atadu- la ley de la razón, es reconocida práctica y
ras, límites o coacciones propuestos por la concretamente por el juicio de la conciencia,
moralidad clásica y tradicional, llamada al cual lleva a asumir la responsabilidad del
bien realizado y del mal cometido; si el hom-
también pensamiento fuerte:
bre comete el mal, el justo juicio de su con-
ciencia es en él testigo de la verdad universal
“La profundidad del razonamiento a partir de
del bien, así como la malicia de su decisión
los primeros principios, de la intuición de
particular”. [58]
esencia, de lo que está más allá de lo experi-
mentable empíricamente, se rechaza así como
‘fábula metafísica’, catalogada despectiva- El tema de la libertad, es también
mente como ‘pensamiento fuerte’ y afirmada objeto de estudio de la Teología. Desde la
como etapa superada”. [56] Teología católica, afirmamos que: la
libertad depende fundamentalmente de
Este hombre se ha auto-construido la verdad, dependencia que ha sido
conforme a una moral subjetiva, no tras- expresada de manera límpida y autoriza-
cendente y, según él, libre de todo pre- da por las palabras de Cristo: “Conoceréis
juicio social o religioso. En definitiva, ha la verdad y la verdad os hará libres” (Jn,
desvinculado la libertad de la verdad 8, 32). Así sabremos cuál es el límite del
metafísica y ha llegado a exaltar la liber- “principio de autonomía” que las dife-
tad hasta el extremo de considerarla rentes escuelas de Bioética respetan y
como un absoluto, que sería la fuente de promueven en la relación médico-
los valores. [57] paciente. Podemos afirmar que la verda-
dera esencia de la libertad, en cuanto
El Magisterio ha sido claro en su pos- propiedad exclusiva del hombre, se
tura filosófica y teológica con respecto a encuentra en el espíritu.
la libertad y ha propuesto siempre su vín-
culo inseparable con la Verdad. Llegamos Dijimos que ser responsable es obrar
así a la primera conclusión: el hombre conforme a la recta razón. Así podemos
obra de manera responsable siempre que afirmar que todo acto humano libre es
actúe conforme a la verdad: pasible de juicio moral. A decir de Basso:
[64] FABRO, Cornelio, Drama del hombre y el misterio de Dios, Madrid, Ediciones Rialp, 1977, pp. 278-279.
[69] José Carlos Bermejo es fraile, profesor del Camillianum, Doctor en Teología con especialización en Pastoral Sanitaria.
Francisco Petrillo es sacerdote, profesor académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Delegado de la O.M.D.
en Chile.
[70] BERMEJO, José Carlos y PETRILLO, Francisco, Aspectos espirituales en los Cuidados Paliativos, Santiago de Chile, ed.
Clínica Familia, 2000, pp. 10-11.
[71] NOUWEN, H. J. M., La memoria viva de Jesucristo, Buenos Aires, Guadalupe, 1987, p. 21.
sobre cuál es el verdadero sentido de la enferma hace un análisis del propio pasa-
vida, pudiendo experimentar un creci- do, pudiendo desencadenar remordimien-
miento moral y espiritual que lo conduz- tos y vacío interior. Esta capacidad de
ca a la felicidad y sobre todo a la paz de reflexión se mantiene aún cuando las
espíritu. La persona enferma inicia un funciones corporales se encuentran daña-
proceso de pacificación necesario para das o disminuidas, porque al ser el alma
serenarse consigo mismo, con los demás inmaterial y subsistente, en cierta medida
y con Dios. Según C. Bermejo este proce- puede trascender el cuerpo. Esto no signi-
so no se consigue únicamente con el fica, de ninguna manera, que sea una sus-
sacramento de la reconciliación: tancia separada del cuerpo, porque sino
caeríamos en el dualismo de Platón y de
“El proceso de pacificación […] no se consigue otros pensadores que imaginaban al hom-
única y necesariamente mediante el sacra- bre como compuesto, contradictoriamen-
mento de la reconciliación que tanto bien te, de dos sustancias distintas.
puede acarrear al enfermo terminal, ayudán-
dole a descubrir detrás del sentimiento de
La búsqueda del sentido del sufri-
culpa una Presencia amorosa que le trascien-
miento, por parte de la persona enferma,
de. Es necesario un tiempo para poner en
orden las propias experiencias acumuladas en
concluye con la pregunta sobre el fin
la vida y poder perdonar interiormente a último del hombre. Esta pregunta sobre
quien te ha herido y pedir perdón abierta o el sentido de la vida, el sentido de la
simbólicamente a quien se ha ofendido”. [72] muerte, el sentido del sufrimiento y su
relación con el fin último del hombre
Como mencionamos anteriormente, encuentra su respuesta en la “intuición”
según la Antropología filosófica y teoló- de la relación que existe entre “la tras-
gica todo hombre posee un alma espiri- cendencia y el obrar bien”. El hombre, al
tual que es subsistente, inmortal y creada tener un alma espiritual, inmortal y tras-
inmediatamente por Dios, que lo hace cendente, percibe que “tiene semilla de
capaz de buscar y conocer la verdad y eternidad” [73] y presiente que la aniqui-
amar el bien. Esta capacidad de autorre- lación del ser es por naturaleza imposi-
flexión del hombre no se pierde nunca, y ble. Josef Pipper, nos dice que el hombre,
la proximidad de la muerte puede conver- siendo un ser imperfecto, se encuentra
tirse en una etapa clave donde la persona en camino hacia la perfección (in status
[72] BERMEJO, José Carlos y PETRILLO, Francisco, Aspectos espirituales..., op. cit., p. 12.
[73] GARRIGOU-LAGRANGE, R., Las tres edades de la vida interior, cap. III: Del Organismo Espiritual, Buenos Aires, Ed.
Desclée de Brouwer, 1944, p. 55.
viatoris) atraído por el Bien Absoluto, fe: “esto es, como queda dicho, la vida
afirmando que posee una dirección eterna iniciada en la oscuridad de la
ontológica intrínseca como criatura, fe, antes de alcanzar su máximo
hacia su plenitud. Esta dirección ontoló- esplendor en la claridad de la visión
gica conduce al ser hacia la plena reali- inamisible”. [76]
zación y lo aleja de la nada y de la ani-
quilación. [74] Catalina de Siena, [77] nos habla de la
relación que existe entre la buena muer-
La persona, a través de la vida interior, te y su relación con el bien moral:
sabe que la moralidad se transforma en
un camino que nos guía hacia ese fin “En cuanta paz se produce la muerte del justo,
último natural y sobrenatural. Al encar- mayor o menor, según la perfección de su
nar en cada acto particular la verdad alma”. “Verdad es que el alma, por humildad, y
universal, objetiva y trascendente, siente porque en el momento de la muerte conoce
que comienza a perfeccionarse, produ- mejor el tesoro del tiempo y las piedras pre-
ciéndose en el alma un estado de gozo y ciosas de la virtud, se reprende así misma”. [78]
de paz espiritual.
Y agrega sobre la muerte de los peca-
Cuando los católicos hablamos de vida dores:
interior y organismo espiritual, no podemos
dejar de mencionar el estado de gracia: “¡Qué terrible y llena de oscuridad es su muer-
te! Porque en el último momento, los demonios
“La vida interior, que supone el estado de gra- les acusan con terror y oscuridad, mostrándoles
cia, consiste […] en una generosa tendencia su figura que sabe lo horrible que es”.
del alma hacia Dios, mediante la cual, la con- “Se renueva, además, el remordimiento de la
versión íntima de cada uno consigo mismo se conciencia, que roe el alma miserablemente”.
eleva poco a poco, se transforma, y llega a ser “Si cuando llegue el momento de la muerte
conversión íntima del alma con Dios”. [75] reconoce su pecado y descarga la conciencia
con la santa confesión para quitar la presun-
Cuando la razón llega al límite de su ción y no ofenderme más, entonces predomi-
comprensión, necesita de la luz de la na la misericordia para éstos”. [79]
[74] PIPPER, Josef, Tratado sobre las virtudes: II virtudes teologales, Buenos Aires, Librería Córdoba, 2008, pp. 85-89.
[75] GARRIGOU-LAGRANGE, R., Las tres edades..., op. cit., p. 55.
[76] Ídem.
[77] CATALINA DE SIENA, El diálogo, Madrid, BAC, 1991, nn. 1347-1380.
[78] Ibíd., n. 131.
[79] Ibíd., n. 132.
[80] ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Preparación para la muerte, pp. 36-52 [en línea], disponible en: <http://
www.statveritas.com.ar/Libros/Libros-INDICE.htm> [consulta: 2 de mayo de 2011].
miento del propio destino. [81] Esta René Simón, habla de la fenomenolo-
intuición del hombre que sufre y que se gía del arrepentimiento como acceso al
enfrenta a la muerte, la vive como una conocimiento de la realidad moral. Es
experiencia consciente, proyectando muy importante aclarar que el arrepenti-
sobre su propio yo o conciencia psicoló- miento es objeto de estudio de la
gica los propios actos pasados, presentes Filosofía moral y no sólo de la Teología
o futuros, produciendo en su estado aní- moral, pero como dice Simón, la Filosofía
mico mayor o menor angustia conforme encuentra su “límite”, debiendo interro-
a cómo se resuelvan las “cuestiones gar a la Religión:
morales pendientes”.
“El acto del arrepentimiento se manifiesta,
La conciencia moral es un juicio pro- pues, como una experiencia cuyas líneas
ducto de la capacidad espiritual, que directrices convergen todas hacia Dios. La
partiendo de los principios universales Filosofía no puede llegar ya más lejos. Para
alcanzar la perfecta comprensión del acto del
del orden moral, evalúa si un acto que se
arrepentimiento, hay que interrogar la
realizó, se realiza, o se va a realizar es
Religión”. [82]
bueno o malo. La conciencia me acusa el
haber cometido una falta, no haber Y concluye citando a Max Scheler que
hecho el bien y evitado el mal en el acto el arrepentimiento no es sólo producto
particular que me pesa y guarda una de una visión cristiana del acto moral ni,
íntima relación con la esfera psicológica menos aún, el contenido dogmático de
y afectiva. En lo profundo de su concien- una revelación positiva. [83]
cia moral el hombre descubre una ley
que él no se da a sí mismo, sino a la que En la sociedad actual se ha exacerba-
debe obedecer y cuya voz resuena, cuan- do la libertad y, bajo una visión relativis-
do es necesario, en los oídos de su cora- ta sobre el bien y el mal moral, se consi-
zón, llamándolo siempre a amar y hacer dera muchas veces que el remordimiento
el bien y a evitar el mal. La conciencia y el arrepentimiento son cuestiones vin-
funciona como testigo y lo que sucede culadas a un credo religioso o pertene-
en la intimidad de la persona está oculto cientes a una “moral represiva y limita-
a la vista de los demás. da” que no logra “liberar al hombre” de la
[81] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Veritatis…, op. cit., nn. 6-8.
[82] SIMÓN, René, “Fenomenología del arrepentimiento como acceso al conocimiento de la realidad moral”, Moral,
Barcelona, Herder, 1968, pp. 15-29.
[83] Ibíd., p. 22.
[84] ECO, Umberto, ¿En qué creen los que no creen?, Buenos Aires, Planeta, 1997, p. 94.
en que se ve exigida la persona en su totali- “obrado bien o mal”. Por eso, desde el
dad. Escuchar significa conocer y expresar Hospice Madre Teresa, consideramos que
reconocimiento al otro, dejarlo entrar en el es muy importante la formación del
ámbito del propio yo, estar dispuesto a asimi- agente de salud para que pueda percibir
lar en uno mismo su palabra y con ello su ser,
las cuestiones morales. Sabemos que
y así asimilarse a él. Tras el acto de escuchar
toda persona, sea profesional de la salud
llego a ser otro, mi propio ser se enriquece y
profundiza, porque se une al ser del otro y con
o voluntario, que conozca la Verdad y
eso, al ser del mundo”. [85] ame el Bien, podrá conducir más correc-
tamente a otra persona al encuentro
Al no ser una “destreza semejante al consigo misma y con Dios. Porque aún al
manejo de una máquina”, el acto de final de la vida se puede seguir creciendo
escuchar tiene la originalidad y la espon- en el bien y en el amor; y el enfermo que
taneidad de permitirle al agente de salud logra abrirse a la escucha de la verdad
un encuentro profundo con el paciente. intuye que hay una conexión entre el
Es un encuentro donde se expresa algo bien moral y el pleno cumplimiento del
del ser mismo de cada persona, de modo propio destino.. [86]. El acierto está en
que se produce, no sólo un diálogo más, elaborar una estrategia de cuidado per-
sino un conocimiento mutuo que toca al sonalizado que satisfaga las necesidades
ser-humano mismo, que lo hace crecer y de cada uno.
lo purifica. Entonces, “los hombres pue-
den entenderse mutuamente porque no Dentro de los miembros del equipo,
son islas del ser completamente separa- he observado que el psicólogo es uno de
das, sino que comulgan en la misma ver- los profesionales que más se centra en la
dad”. Al estar unidos por la misma escucha activa, permitiéndole entrar en
Verdad, el profesional o el voluntario que contacto con el sufrimiento moral y exis-
se encuentran interviniendo en esta tencial de los pacientes.
misión, ayudan al enfermo a reconocer,
en su escucha interior, la verdad univer- La psicología en los Cuidados
sal y trascendente. Esta Verdad en algún Paliativos en general trata de abordar el
momento se manifiesta en la conciencia tema de la psico-espiritualidad del hom-
moral del enfermo y lo interpela, sobre bre en el final de la vida sin una concep-
cuál ha sido el sentido verdadero de su ción antropológica y ética definida, a tal
vida. De la respuesta que él encuentre a punto que se mezclan y confunden los
esta pregunta se desprenderá si ha fenómenos psicológicos con los fenóme-
nos espirituales. Creo que esta confusión Destacamos que la dimensión espiri-
no es intencionada, sino que se produce tual y la dimensión religiosa están ínti-
por un desconocimiento de una verdade- mamente relacionadas y son incluyentes,
ra antropología. El conocimiento de una aunque a veces no son necesariamente
antropología cierta le permitiría al psicó- coincidentes entre sí. La dimensión reli-
logo poder ordenarse para acompañar al giosa sobreeleva el espíritu. Comprende
hombre como espíritu encarnado y no la disposición y vivencia de la persona en
disociarlo o reducirlo a simples fenóme- sus relaciones con Dios, dentro del grupo
nos que no se integran con la totalidad que pertenece como creyente y en sinto-
substancial y que lo separan de su fin nía con modos concretos de expresar la
último. Muchos psicólogos tienen reti- fe. La dimensión espiritual abarca la
cencia a todo aporte que pueda realizar dimensión religiosa, el mundo de los
la religión y creen que se es más “acadé- valores y la pregunta por el sentido últi-
mico, objetivo y científico” cuando se mo de la vida y el sufrimiento. [87]
apartan de las enseñanzas del Magisterio
de la Iglesia. En realidad, si quieren Según Martín F. Echavarría, haciendo
acompañar a los pacientes terminales y referencia a la praxis de la psicología
ayudarlos a aliviar el sufrimiento espiri- según sus niveles epistemológicos, toma
tual no deben ignorar las cuestiones como fundamento la Filosofía tomista y
morales y lo espiritual-religioso, porque nos orienta para el conocimiento del
tendrán una postura reduccionista, que- alma de la persona enferma, bajo una
dándose sólo a nivel de la psicología. visión hilemórfica del hombre:
[87] BERMEJO, José Carlos y PETRILLO, Francisco, Aspectos espirituales..., op. cit., pp. 23.
quienes engañan a los demás: falta la virtud los vicios, […] tendría un instrumento para la
de la humildad, para verse como uno es, y la ayuda psicológica mucho más elaborado y efi-
de la verdad, que participa del modo de la jus- caz que el de los métodos diagnósticos y tera-
ticia, para decir por fuera las cosas como uno péuticos contemporáneos”. [89]
se las dice por dentro. La otra fuente es lo que
la persona muestra de sí en su conducta, en Otra forma menos frecuente de cono-
sus gestos, movimientos y vestidos, en el cimiento del alma espiritual de un pacien-
modo de expresarse, etc.”. [88] te con cáncer terminal puede ser el “cono-
cimiento intuitivo”. Conocimiento basado
Hacíamos referencia a que el psicólo- en la con-naturalidad a través de un recto
go en los Cuidados Paliativos es la perso- juicio sobre cada situación particular, fun-
na que más se encarga de trabajar sobre dado en los hábitos afectivos y conecta-
el sufrimiento existencial. Pero no es pri- dos con la cogitativa o razón particular.
vativo de esta disciplina -al igual que la Este conocimiento ha sido despreciado
dimensión espiritual no es tarea exclusi- por los sistemas más racionalistas, pero
va de los llamados “agentes de pastoral” sólo el tomismo acertó a subrayar su
como son los sacerdotes, laicos, religio- importancia en el obrar humano. La ratio
sos, pastores- sino que es tarea de todo particularis, facultad sensitiva, regula
profesional sanitario estar atento al muy a menudo nuestra conducta con una
sufrimiento existencial y a la dimensión seguridad ignorada por el intelecto. Este
espiritual de los pacientes. conocimiento intuitivo (“intuición”) es
sólo virtud si está integrada en la pruden-
El concepto que presenta Andereggen cia, permitiéndole aplicar rectamente el
para entender el sufrimiento del alma, conocimiento universal al caso particular,
podemos aplicarlo también para ayudar lo cual lleva implícita la virtud de la mise-
a los pacientes que se encuentran en su ricordia. En caso contrario, se corre el ries-
fase final, sabiendo la implicancia que go de caer en manos de la propia afectivi-
tienen los actos humanos, como reflejo dad desordenada, que hace percibir la rea-
exterior del alma: lidad ajena en un modo distorsionado a
partir de los propios esquemas perceptivos
“Un psicólogo que conociese en modo concre-
y complejos que dependen del fin ficticio
to y vital el modo de obrar de las persona a
que uno se propone. [90]
partir de la rica descripción de las virtudes y
[88] ECHAVARRÍA, Martín F., La praxis de la Psicología y sus niveles epistemológicos según Santo Tomás de Aquino,
Girona, Documenta Universitaria, 2005, pp. 677-678.
[89] Ibíd., p. 683.
[90] Ibíd., p. 682.
Sabemos que el encuentro con el bien ranza en Dios. [93] El objeto de la espe-
moral y la posibilidad de alcanzarlo gene- ranza que moviliza al hombre para su
ran en el hombre esperanza porque intu- posesión es el bien arduo.
ye que hay una conexión entre el bien
moral y el pleno cumplimiento del propio Tomás de Aquino, en la Summa
destino. [91] Cuando un paciente termi- Teológica, define y analiza la esperanza
nal se siente atraído hacia el Bien en sus dos formas, una desde la visión
Supremo Universal y lo vive a través de natural, desde el aspecto pasional y sen-
cada bien particular, reconciliándose con- sible, y la otra desde la visión sobrenatu-
sigo mismo y con los demás, experimen- ral, como virtud teologal. En el primer
tando el autoperdón y el cuidado amoro- artículo, de la I–II. q 40, Tomás analiza las
so de su familia y de la comunidad, des- características del objeto de la esperanza,
cubre las fuerzas curativas que le permi- debiéndose tener en cuenta cuatro con-
ten pasar de la desesperación y la culpa, a diciones:
la serenidad y a la esperanza. [92]
1. Que sea un bien, porque propia-
La esperanza es uno de los temas cen- mente hablando no hay esperanza sino
trales más importantes a la hora de del bien.
acompañar a los enfermos en su fase 2. Que sea futuro, porque no se refie-
final. El agente de salud se siente llama- re al bien presente ya poseído como es el
do a ser hombre de esperanza ante tanto gozo (concupiscible).
dolor y sufrimiento. Sabe que no puede 3. Que sea algo arduo y difícil de
caer en un falso optimismo pero tampo- adquirir: en esto difiere la esperanza del
co debe cerrar la puerta a una verdadera deseo o anhelo porque el bien del deseo
esperanza. El discernimiento no es fácil y es el bien futuro en sí mismo pertene-
guarda relación con la virtud de la pru- ciendo al concupiscible.
dencia del agente de salud. La esperanza, 4. Que ese objeto arduo sea posible
en el enfermo terminal, puede mirar a la de obtener: porque nadie espera lo que
satisfacción de los deseos inmediatos, no puede conseguir.
pero sabe que la esperanza en cosas
futuras naturales, por importantes que Y concluye el artículo estableciendo
sean, nunca tendrán el valor de la espe- la diferencia con la desesperación:
[91] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Veritatis…, op. cit., nn. 6-8.
[92] BERMEJO, José Carlos y PETRILLO, Francisco, Aspectos espirituales..., op. cit., p. 12.
[93] Ibíd., p. 59.
“El apetito es principio de movimiento, y nada se así las realidades futuras repercuten en las pre-
mueve hacia una cosa sino bajo razón de posible; sentes y las presentes en las futuras”. [96]
ninguno, en efecto, se mueve hacia lo que juzga
imposible de conseguir. Y por esto, la esperanza Según Benedicto XVI, el hombre nece-
se diferencia de la desesperación según la dife- sita una esperanza que vaya más allá del
rencia entre lo posible y lo imposible”. [94] bien natural alcanzable y que se relacione
con un fin trascendente y universal:
Es importante guiar al enfermo para
que no pierda la esperanza, por eso tene- “Nosotros necesitamos tener esperanzas (más
mos que ayudarlo a que descubra ese bien grandes o más pequeñas) que día a día nos
arduo y posible, para que pueda movili- mantengan en camino. Pero sin la gran espe-
zarse y poseerlo. Sabemos que ese bien en ranza, que ha de superar todo lo demás, aqué-
el enfermo terminal no pasa por la cura- llas no bastan. Esta gran esperanza sólo puede
ción, aunque nunca se pierde la esperan- ser Dios, que abraza el universo y que nos
za de un milagro. Hay que hacer el esfuer- puede proponer y dar lo que nosotros solos no
zo para guiarlo al encuentro con el bien podemos alcanzar”. [97]
moral y espiritual como realidad positiva,
para que se haga más llevadero el presen- Esta gran esperanza, que para los cre-
te. [95] Este bien universal y trascendente yentes es el Dios personal y trascenden-
que atrae al hombre hacia sí, despierta en te, en cuanto virtud teologal “es un infa-
el enfermo la fuerza de la fe: lible marchar hacia una verdadera pleni-
tud del ser, es decir hacia el bien, sólo si
“La fe no es solamente un tender de la perso- recibe su origen de la realidad de la gra-
na hacia lo que ha de venir y que está total- cia en el hombre y mira a la felicidad
mente ausente; la fe nos da algo. Nos da ya sobrenatural en Dios”. [98]
ahora algo de la realidad esperada, y esta rea-
lidad presente constituye para nosotros una Ignacio Andereggen, citando a Tomás,
‘prueba’ de lo que aún no se ve. Ésta atrae al refiere que la verdadera paz de espíritu
futuro dentro del presente, de modo que el no puede ser plena fuera del orden
futuro ya no es el puro ‘todavía-no’. El hecho sobrenatural, diciendo que “no hay paz
de que este futuro exista cambia el presente; el
verdadera sin la gracia santificante”. [99]
presente está marcado por la realidad futura, y
[105] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Sollicitudo rei socialis, Ciudad del Vaticano, 2005, n. 10.
[106] Ibíd., n. 33.
[107] SGRECCIA, Elio, Manual de Bioética (I)…, op. cit., p. 228.
[108] BENEDICTO XVI, Carta Encíclica Spe Salvi, n. 28.
intento de dar una respuesta social a las toda la comunidad, para que pueda vivir
diferentes necesidades que tienen los sus últimos días siendo cuidado y amado.
pacientes con cáncer terminal y que no Por eso, que el principio de subsidiaridad
cuentan con los recursos necesarios para es una exigencia y un deber moral para la
afrontar esta etapa de la enfermedad. concreción del bien común, porque todos
Según la Doctrina Social de la Iglesia, el sabemos que “la grandeza de la humani-
Estado debe respetar la naturaleza de dad está determinada esencialmente por
estas organizaciones y valorar sus carac- su relación con el sufrimiento y con el que
terísticas, sobre todo, cuando se dedican sufre […], y una sociedad que no logra
a defender y promocionar la dignidad de aceptar a los que sufren y no es capaz de
la persona humana. contribuir mediante la compasión a que el
sufrimiento sea compartido y sobrelleva-
Sabemos que la persona no puede do interiormente, es una sociedad cruel e
encontrar realización sólo en sí misma, y inhumana”. [109]
mucho menos estando enferma e imposi-
bilitada. La enfermedad, sobre todo en su LA IGLESIA CATÓLICA Y LOS
fase terminal, no sólo priva a la persona CUIDADOS PALIATIVOS
de la salud sino que la deja en un estado
de vulnerabilidad, haciendo que necesite La tradición cristiana muestra una
cada vez más de otra persona que la cuide. gran experiencia en el cuidado compasi-
Esta situación se agrava cuando sus cui- vo. Esta experiencia se deriva de las ense-
dadores no cuentan con los recursos ñanzas de Jesús que han sido documen-
materiales, psicológicos y espirituales tadas por los evangelistas en los múlti-
necesarios para poder cuidarlos. El ples pasajes del Evangelio. La enseñanza
paciente percibe esta situación como un de la parábola del Buen Samaritano ha
estado de abandono progresivo, encerrán- sido el eje central, a través de los siglos,
dose en sí mismo y sintiéndose como una para muchas congregaciones religiosas y
carga insoportable para su familia y la agrupaciones de laicos que se han dedi-
sociedad. Este sufrimiento muchas veces cado al cuidado de los enfermos:
hace que la persona enferma desespere y
solicite la eutanasia para no sufrir más ni “El otro, que quería justificar su pregunta,
sentirse una carga. Pero en realidad, replicó: ‘¿Y quién es mi prójimo?’
detrás de esta solicitud hay un pedido de Jesús empezó a decir: ‘Bajaba un hombre por
misericordia no sólo a sus familiares sino a el camino de Jericó a Jerusalén y cayó en
manos de unos bandidos, que lo despojaron tud del rayo de compasión que llegó al alma, él
hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcha- mismo se convirtió en prójimo, por encima de
ron dejándolo medio muerto. cualquier consideración o peligro”. [111]
Por casualidad bajaba por ese camino un
sacerdote; lo vio, tomó el otro lado y siguió. Lo Y continúa destacando la valentía de
mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo la bondad y el cambio que debemos
vio, tomó el otro lado y pasó de largo. hacer interiormente para producir frutos
Un samaritano también pasó por aquel cami- más abundantes en la sociedad:
no y lo vio, pero éste se compadeció de él. Se
acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se “Todo esto nos afecta y nos llama a tener los ojos
las vendó; después lo montó sobre el animal y el corazón de quien es prójimo, también el valor
que traía, lo condujo a una posada y se encar- de amar al prójimo. Pues (como se ha dicho) qui-
gó de cuidarlo. zás el sacerdote y el levita pasaron de largo más
Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio por miedo que por indiferencia. Tenemos que
al posadero diciéndole: ‘Cuídalo, si gastas más, aprender de nuevo, desde lo más íntimo, la valen-
yo te lo pagaré a mi vuelta’”. (Lc.10, 25-37) tía de la bondad; sólo lo conseguiremos si noso-
tros mismos nos hacemos ‘buenos’ interiormente,
Esta parábola pertenece al evangelio si somos ‘prójimos’ desde dentro y cada uno per-
del sufrimiento y nos indica cuál debe ser cibe qué tipo de servicio se necesita en mi entor-
la relación de cada uno de nosotros con no y en el radio más amplio de mi existencia, y
el prójimo que sufre. [110] Benedicto XVI, cómo puedo prestarlo yo”. [112]
en su libro Jesús de Nazaret, reflexio-
nando sobre la vida, las enseñanzas y el Haciendo referencia a la cultura cató-
misterio de Jesús, no puede dejar de lica, el primer registro que se tiene sobre
comentar esta parábola donde, según él, las casas de acogida instituidas por la
“en el centro de la historia del buen Iglesia desde una época temprana, es la
samaritano se plantea la pregunta fun- que fue fundada por el papa Cleto, tercer
damental del hombre”: sucesor de san Pedro en la sede de Roma,
en el año 73. Más tarde, en el siglo IV,
“¿Quién es el ‘prójimo’? […] Entonces aparece comienzan a surgir los hospitales. El pri-
aquí el samaritano. ¿Qué es lo que hace? No se mero de ellos y el más emblemático fue
pregunta hasta dónde llega su obligación de soli- la “ciudad hospitalaria”, fundada hacia el
daridad ni tampoco cuáles son los méritos nece- año 370 por san Basilio, en Cesárea de
sarios para alcanzar la vida eterna. Ocurre algo Capadocia. En Roma, se considera que el
muy diferente: se le rompe el corazón. […] En vir-
[110] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Salvifici…, op. cit., n. 28.
[111] BENEDICTO XVI, Jesús de Nazaret, 2da. ed., Buenos Aires, Planeta, 2008, pp. 235-243.
[112] Ídem.
primer gran hospital fue fundado en la tando la dignidad de cada persona como
Urbe, en el año 400 por Fabiola, una hombre que es, apreciada por Dios, sin
matrona discípula de san Jerónimo. [113] barreras de raza, color, clase o credo. [115]
Las enfermerías monásticas (infarma- Diez años antes, en el año 1957, cuan-
ria) son un claro referente antecesor de do todavía no se conocían los Cuidados
los hospices que surgirán en Francia, Paliativos y, sobre todo, la Bioética [116]
Inglaterra y otros países, entre los siglos no se había constituido como disciplina, el
XIX y XX. [114] papa Pío XII, a través del Magisterio de la
Iglesia, habla sobre uno de los dilemas éti-
Como he mencionado antes, el inicio cos más importantes hoy en los cuidados
de los Cuidados Paliativos como son paliativos, como son el tratamiento del
entendidos hoy, comienzan a ser desarro- dolor y la sedación paliativa. Pío XII pre-
llados por Cicely Saunders quien incorpo- senta el tema del dolor producido por las
ra nuevos elementos a la antigua concep- enfermedades incurables (moribundos) y
ción de hospicio. El St. Christopher el uso de analgésicos narcóticos, respe-
Hospice, considerado la cuna de los C. P. tando siempre la autonomía de la perso-
fue inaugurado en julio de 1967 en na; aclarando que estos analgésicos pue-
Sydenham, al sur de Londres. Mantuvo el den tener como consecuencia la privación
objetivo de estar basado en la fe cristiana de la conciencia:
en Dios, a través de Cristo y sin perder la
caridad evangélica. Sumó la destreza de la “El médico, […] trata, según el orden del
enfermería y de los cuidados médicos en Creador (cfr. Gen 1, 28), de someter el dolor al
el uso de todos los conocimientos cientí- poder del hombre y utiliza para ello los ade-
ficos para aliviar el sufrimiento y el males- lantos de la ciencia y de la técnica”.
“El paciente, deseoso de evitar o calmar el
tar. Promovió la simpatía y el entendi-
dolor, puede sin inquietud de conciencia, uti-
miento personal con el enfermo, respe-
[113] MILLAR, T. S., The Birth of de Hospital in Byzantine Empire, Baltimore, Jonás Hopkins University Press, 1988.
[114] Cfr. CONDE HERNAZ, Jesús, Los Cuidados Paliativos: sus raíces, antecedentes, e historia desde la perspectiva cris-
tiana, en: XIX Conferencia Internacional “Les Soins Palliatives ⁄Palliative Care” (organizada por el Pontificio Consejo para
la Pastoral de la Salud), Ciudad del Vaticano, 2004.
[115] Cfr. ST. CHRISTOPHER’S HOSPICE, Annual report and year book 1990-91, Londres, 1991.
[116] El término “Bioética” es un neologismo que aparece en el año 1970 en un artículo escrito por el oncólogo Van
Rensselaer Potter titulado: The Science of Survival. Al año siguiente aparece también en otro de sus libros: Survival,
Bridge to the Future. Es sabido que la Bioética, en el sentido propio del término, surgió en Estados Unidos, no sólo por
iniciativa de Potter, aunque éste fue el primero en acuñar el término y lanzar el mensaje: “El único camino de solución
posible ante la catástrofe inminente es establecer un puente entre las dos culturas, la científica y la humanístico-moral”.
lizar los medios inventados por la ciencia y privilegiada de la caridad desinteresada. Por
que en sí mismos no son inmorales […]”. esta razón deben ser alentados”.
“Sería ilícito practicar la anestesia contra la
voluntad expresa del moribundo”. [117] En 1995, la Carta de los agentes
sanitarios hacía referencia al cuidado de
En conclusión, la supresión del dolor y los pacientes terminales:
de la conciencia, por medio de narcóticos
es moralmente lícita, si no hay otros “Al enfermo terminal se le practica el trata-
medios para controlar el dolor y si, dadas miento médico que contribuye a aliviarle el
las circunstancias, ello no impide el cum- sufrimiento del morir. En esta perspectiva,
plimiento de otros deberes religiosos y entra la así llamada cura paliativa o sintomá-
morales. tica. […] El primer cuidado que ha de reali-
zarse al lado del agonizante es el de una
‘presencia amorosa’. […] presencia propia-
En 1992 se publica la primera edición
mente médico-sanitaria que, sin ilusionarlo,
del Catecismo de la Iglesia Católica. lo hace sentir vivo, persona entre personas;
Cuando se refiere a la eutanasia, en los destinatario, como todo ser necesitado, de
números 2276 al 2279, promueve una atenciones y de cuidados. Esta presencia
ética del cuidado a los enfermos incura- atenta y cuidadosa, infunde confianza y
bles, sobre todo en aquellos en los cuales esperanza en el enfermo y lo reconcilia con la
la muerte se considere inminente. Citaré muerte”. [118]
solamente el n. 2279 que hace referencia
a los Cuidados Paliativos: En el mismo año, Juan Pablo II, cuan-
do habla de la eutanasia, el ensañamien-
“Aunque la muerte se considere inminente, los to terapéutico y la renuncia a medios des-
cuidados ordinarios debidos a una persona proporcionados de tratamiento, propone
enferma no pueden ser legítimamente inte- nuevamente los Cuidados Paliativos:
rrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los
sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo “En la medicina moderna van teniendo auge
de abreviar sus días, puede ser moralmente los llamados ‘cuidados paliativos’, destinados
conforme a la dignidad humana si la muerte no a hacer más soportable el sufrimiento en la
es pretendida, no como fin ni como medio, sino fase final de la enfermedad y, al mismo tiem-
solamente prevista y tolerada como inevitable. po, asegurar al paciente un acompañamiento
Los cuidados paliativos constituyen una forma humano adecuado”. [119]
[120] Con una Carta Pontificia del 13 de mayo de 1992, Juan Pablo II instituyó la Jornada Mundial del Enfermo, que se
celebra el 11 de febrero -fiesta de la Virgen de Lourdes- en un lugar diferente cada año. Para esa ocasión, el Papa nom-
bra a un enviado especial que lo represente en las celebraciones de ese día.
[121] Benedicto XVI insta a promover los cuidados paliativos para enfermos terminales [en línea], disponible en:
<http://www.condignidad.org/benedicto-xvi-paliativos.html> [consulta: 2 de mayo de 2011].
[122] BENEDICTO XVI, La pastoral en el cuidado de los enfermos ancianos, discurso a los participantes en la Conferencia
internacional del Pontificio Consejo para los agentes de la Pastoral de la Salud, Ciudad del Vaticano, 2007.
[123] La Casa de Caridad del Sagrado Corazón de Jesús, en Roma, a la que el Pontífice realizó una visita pastoral el 14
de diciembre, de 2009, se encuentra próxima al Vaticano, en el parque del Gianicolo de Roma. En sus once años de his-
toria, ha pasado de tres a más de treinta hospitalizados y además proporciona atención a domicilio a noventa enfermos.
El Papa pide respeto por los enfermos terminales, que no son un peso, porque a través de ellos se manifiesta la cruz
de Cristo [en línea], disponible en: <http://www.forojuanpabloii.org/index.php?option=com_content&view=
article&id=1381:el-papa-pide-respeto-por-los-enfermos-terminales-que-no-son-un-peso-porque-a-traves-de-ellos-
se-manifiesta-la-cruz-de-cristo&catid=71:mensajeshomilias&Itemid=101> [consulta: 20 de mayo de 2011].
[124] Benedicto XVI denuncia que a los enfermos terminales se les considera a menudo como un peso para la socie-
dad [en línea], disponible en: <http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=5014> [consulta: 2 de mayo de 2011].
[125] Ídem.
[126] Ídem.
[127] Ídem.
[128] Ídem.
[129] Cfr. JUAN PABLO II, Discurso a los participantes del Iº Congreso internacional sobre la asistencia a los moribun-
dos, Roma, 17 de marzo de 1992, n. 5. [en línea], disponible en: <http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/
speeches/1992/march/documents/hf_jp-ii_spe_19920317_assistenza-morenti_sp.html> [consulta: 2 de mayo de 2011].
- Hogar: lugar físico donde se alojan los visión cristiana de la Iglesia y el concepto
pacientes para brindarles los cuidados del médico según el Magisterio. En estos
paliativos. Dichos pacientes generalmente temas, citaré lo publicado por la Iglesia
no cuentan con un grupo familiar para ser sabiendo que aportan mucha luz a la ética
atendidos o no disponen de recursos. del Cuidado Hospice.
También se realizan alojamientos transito-
rios de pacientes cuyas familias han clau- Fundamento filosófico y teológico
dicado en el cuidado por diversas causas.
Siguiendo los lineamientos del
Considero importante mencionar cuál Concilio Vaticano II sobre la vocación y
es el fundamento del Hospice Madre misión de los laicos en la Iglesia y en el
Teresa, su visión y misión, como también mundo, y, habiendo guardado la debida
comentar cuál es nuestra postura, dentro relación con la autoridad eclesiástica,
de la ética del cuidado, con respecto a las hemos fundado una asociación con liber-
terapias complementarias que han tad, para fines de caridad o de piedad lla-
cobrado auge como terapias científicas y mado Hospice Madre Teresa, para brindar
que en realidad no lo son, respondiendo cuidados compasivos.
a concepciones filosóficas y teológicas
contrarias al catolicismo. La razón profunda que justifica y
mantiene esta asociación de laicos es de
En estos seis años que llevamos traba- orden filosófico y teológico, siendo este
jando en el Hospice, la terapia comple- apostolado un signo de la comunión y de
mentaria que más han ofrecido es el reiki. la unidad de la Iglesia en Cristo. [132]
Como católicos, tenemos la obligación
moral de obrar conforme a las enseñanzas Para mantener la unión con la Iglesia,
de la Iglesia y no ser tímidos a la hora de hemos incorporado y adherido a los cri-
manifestar nuestra postura o visión, terios de eclesialidad fundamentales
estando siempre abiertos al diálogo. establecidos por Juan Pablo II, en la
Encíclica Christifideles laici: [133]
Otros dos temas, no menos importan-
tes y de los que siempre se habla poco, son • El primado que se da a la vocación
la concepción del voluntariado según la de cada cristiano a la santidad: cada
[132] CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Decreto Apostolicam actuositatem. Sobre el apostolado de los laicos, Roma,
1965, n. 18.
[133] Cfr. JUAN PABLO II, Exhortación apostólica Christifideles laici, Ciudad del Vaticano, 1988, nn. 29 y 30.
[134] Cfr. JUAN PABLO II, Carta Encíclica Evangelium…, op. cit., n. 5.
dándolo a que viva la enfermedad confor- chos de los pacientes. De la misma mane-
me a esta dignidad. [135] Tratamos de ra debe ser cultivada una sólida forma-
brindarle todos los cuidados que una per- ción ético-religiosa que promueva en el
sona tiene que recibir, poniendo a disposi- equipo el culto de los valores humanos y
ción los medios necesarios, sobre todo el cristianos y la delicadeza de su concien-
recurso humano, para que el enfermo cia moral. Es necesario hacer crecer en
pueda tener la mejor calidad de vida posi- ellos una fe auténtica y el verdadero sen-
ble hasta su muerte. [136] tido de la moral, en la búsqueda sincera
de una relación religiosa con Dios, en el
Tratamos de llevar adelante el consejo cual encuentra fundamento todo ideal
evangélico de la parábola del buen sama- de bondad y de verdad”. [138]
ritano: no nos está permitido “seguir de
largo” con indiferencia frente al que sufre, El Hospice Madre Teresa debe ser un
sino que debemos “acercarnos a él”: signo visible y eficaz de la misericordia y del
amor de Dios en el mundo del sufrimiento.
• Buen samaritano es todo hombre Se debe ayudar a los pacientes y a sus fami-
que se detiene junto al sufrimiento de liares a encontrar el sentido trascendente
otro hombre de cualquier clase que sea. del sufrimiento en el misterio pascual.
• Buen samaritano es todo hombre
sensible ante el sufrimiento ajeno, el Tratamos de llevar adelante esta acti-
hombre que “se conmueve” ante la des- vidad de apostolado según la sugerencia
gracia del prójimo. de Benedicto XVI:
• Buen samaritano es el que ofrece
ayuda en el sufrimiento. [137] “Cuantos trabajan en las instituciones carita-
tivas de la Iglesia deben distinguirse por no
Siguiendo los lineamientos del limitarse a realizar con destreza lo más conve-
Pontificio Consejo para la Pastoral de los niente en cada momento, sino por su dedica-
ción al otro con una atención que sale del
Agentes de Salud, consideramos que “no
corazón, para que el otro experimente su
sólo es importante lo técnico-profesional
riqueza de humanidad. Por eso, dichos agen-
sino que existe también una responsabi- tes, además de la preparación profesional,
lidad ética, fundada sobre el respeto de necesitan también y sobre todo, una ‘forma-
la dignidad de la persona y de los dere-
ción del corazón’: se les ha de guiar hacia ese y cada uno, para que todos seamos res-
encuentro con Dios en Cristo, que suscite en ponsables de todos”. [141]
ellos el amor y abra su espíritu al otro, de
modo que para ellos el amor al prójimo ya no Desde el año 2004 el Hospice cuenta
sea un mandamiento por así decir impuesto
con un grupo de voluntarios, profesiona-
desde fuera, sino una consecuencia que se
les y no profesionales que trabajan en las
desprende de su fe, la cual actúa por la cari-
dad (cfr. Ga 5, 6)”. [139]
diferentes áreas, sin dejar de formarse de
manera continua para acompañar a los
enfermos terminales y a sus familias:
El Hospice Madre Teresa y la solidaridad
al final de la vida “Por lo que se refiere al servicio que se ofrece
a los que sufren, es preciso que sean compe-
El hospice es un modelo que comple- tentes profesionalmente: quienes prestan
menta la asistencia que la red de salud ayuda han de ser formados de manera que
ofrece, integrando al cuidado, las necesi- sepan hacer lo más apropiado y de la manera
dades emocionales, espirituales, intelec- más adecuada, asumiendo el compromiso de
que se continúe después las atenciones nece-
tuales y sociales del paciente y la familia.
sarias”. [142]
igualdad de toda y cada persona huma- dimensión de la justicia, virtud orientada por
na. [146] Otro aspecto importante de la excelencia al bien común y en la entrega por
solidaridad es la gratuidad en el servicio. el bien del prójimo, que está dispuesto a ‘per-
Por supuesto que no pretendemos susti- derse’, en el sentido evangélico por el otro, en
lugar de explotarlo, y a ‘servirlo’, en lugar de
tuir al Estado ni queremos por cuenta
oprimirlo para el propio provecho.
propia realizar la empresa política de una
“El principio de solidaridad implica que los
sociedad más justa, pero no podemos hombres de nuestro tiempo cultiven aún más
quedarnos al margen de las necesidades la conciencia de la deuda que tienen con la
de los pacientes terminales y sobre todo sociedad en la cual están insertos”. [148]
de los más carenciados. Por eso, la gra-
tuidad en el servicio del Hospice sigue Para los miembros del Hospice y todos
siendo para nosotros uno de los aspectos los cristianos, la solidaridad se funda-
más importantes para trabajar por una menta en la vida y mensaje de Jesucristo:
sociedad más justa y solidaria. La gratui-
dad hace también referencia al amor “El Hombre nuevo, solidario con la humanidad
gratuito de Dios hacia los hombres: hasta la ‘muerte de cruz’ (Flp. 2, 8): en Él es
posible reconocer el signo viviente del amor
“Quien intenta desentenderse del amor se dis- inconmensurable y trascendente del Dios con
pone a desentenderse del hombre en cuanto nosotros, que se hace cargo de las enfermeda-
hombre. Siempre habrá sufrimiento que nece- des de su pueblo, camina con él, lo salva y lo
site consuelo y ayuda. Siempre habrá soledad. constituye en una unidad”. [149]
Siempre se darán también situaciones de
necesidad material en las que es indispensable
una ayuda que muestre un amor concreto al
prójimo”. [147] HOSPICES CATÓLICOS Y ÉTICA
DEL CUIDADO
Como sabemos, el principio de justi-
cia, en la actualidad, se complementa Dejamos bien establecido, en el de-
con la solidaridad para ayudar a cubrir sarrollo de los diferentes temas de esta
las necesidades sociales, es así que: tesis, que para poder acompañar a los
pacientes es importante definir una
“La solidaridad se eleva al rango de virtud “antropología” y una “ética del cuidado”
social fundamental, ya que se coloca en la que nos permita tener una visión integral
del hombre, saber cómo se articulan las son fundamentales para el cuidado de los
diferentes dimensiones para una mayor enfermos. Todas las comunidades católi-
comprensión del sufrimiento de la perso- cas tenemos que asumir el compromiso
na enferma. de cuidar a los enfermos carenciados y
terminales con una visión solidaria y gra-
Los Cuidados paliativos al exponer una tuita, centrados en la caridad y esforzán-
filosofía o ética del cuidado basada en el donos por la justicia.
abordaje multidimensional del hombre,
llevan implícita una “idea del hombre”. Es fácil hablar de la dignidad de la
Asimismo, al evaluar la conducta humana persona humana, de oponerse a la euta-
en relación con el sentido de la vida y el nasia y de criticar a todas aquellas perso-
fin último del hombre adhieren a una nas que tienen una postura filosófica
ética o filosofía moral que fundamenta nihilista, no trascendente y utilitarista,
todo su accionar. Tanto la antropología contraria a nuestro pensamiento cristia-
como la filosofía moral (ética) son muchas no. Pero resulta muy difícil estar junto a
veces confusas, y no permiten una correc- las personas que sufren todos los días el
ta interpretación de situaciones clínicas dolor, y sobre todo, superar el abandono
que se hacen más evidentes al final de la de una sociedad que “no tiene tiempo
vida y que de ser bien evaluadas nos per- para detenerse en las personas no recu-
mitirían un mayor bien para el paciente. perables”. También puede ocurrir que
Todas las comunidades cristianas, y en haya personas y sobre todo familiares
especial los hospices católicos, tenemos que quieran detenerse para cuidar o
que formular una antropología y una amar a su ser querido, pero las necesida-
ética o moral capaz de señalar objetivos des hogareñas diarias y los recursos limi-
claros a la praxis de los Cuidados tados los empujan a tener que salir a tra-
Paliativos. Es decir, formular una ética del bajar, presentándoseles un dilema y con-
cuidado centrada en el ser persona y su flicto importante en torno a la situación
visión trascendente. Tenemos la obliga- que están viviendo. Quieren cuidarlo
ción moral de definir una ética clínica pero no pueden. Sé también que hay
fundada en la ética natural, que permita muchos grupos de laicos, personas de
ver a los enfermos como una unidad sus- buena voluntad y congregaciones reli-
tancial abierta a lo trascendente. giosas, destinadas a encarnar la parábola
del buen samaritano, cuidando a perso-
También tenemos la obligación de nas enfermas y ancianos. Pero veo una
formarnos en la ética del cuidado pro- realidad dura y desgarrante. Todo servi-
puesta por el Magisterio y la Tradición cio no es suficiente, porque las necesida-
para no caer en errores filosóficos que des son infinitas y los recursos son esca-
[150] KOLODIEJCHUK, Brian, Madre Teresa, ven sé mi luz. Las cartas privadas de la “santa de Calcuta”, Buenos Aires,
Planeta, 2008, p. 64.
[151] Ídem.
fue muy clara: […] “hay conventos con pacientes terminales, me pregunto: ¿Qué
numerosas religiosas cuidando a los ricos pensarán san Camilo de Lelis, san Juan de
y los que pueden valerse por sí mismos, Dios, san Vicente de Paul y tantos otros
pero para Mis muy pobres no hay abso- santos que entregaron su vida al cuidado
lutamente ninguna”. [152] Esta expresión amoroso y gratuito de los enfermos? No
no sólo la podemos aplicar para los reli- quiero hacer una crítica mal intenciona-
giosos. También la hago extensiva para da, porque como miembro de la Iglesia
las diferentes comunidades de laicos, que vivo con alegría las cosas buenas y con
emprenden su obra de apostolado, pen- dolor todas las equivocaciones de los
sando más en las reglas del mercado para hombres de fe, pero ¿no nos estará ocu-
su desarrollo, que en la Divina rriendo a muchas de las comunidades
Providencia. Considero que, desde la católicas lo que dice Jean Vanier, en su
ética planteada por la tradición de la libro La Comunidad: Lugar de perdón y
Iglesia y el Magisterio, debemos volver de fiesta:
hacia estas obras de caridad centradas en
la “gratuidad”, sin perder de vista la tie- “Las malas lenguas dicen que la comunidad
rra prometida de “la paz y la del amor”: empieza en el misterio y termina en la admi-
nistración […]. El único reto de una comuni-
“Cuando una comunidad se deja guiar en su dad que crece es el de adaptar sus estructuras
crecimiento por el grito de los pobres y por sus para que siempre estén al servicio del desarro-
necesidades, va por el desierto y por la inse- llo de las personas, de los fines esenciales de la
guridad, pero tiene segura la tierra prometida, comunidad, y no a los de una tradición que
no de la seguridad, sino la de la paz y la del hay que conservar, o aún menos, al de una
amor”. [153] autoridad o un prestigio que hay que preser-
var. En nuestros días se oponen espíritu y
estructuras, pero el reto está en crear estruc-
Actualmente hay una necesidad muy
turas en función del espíritu y que en sí mis-
grande en materia de salud y se necesita mas sean nutritivas”. [154]
que laicos, religiosos y sacerdotes, volva-
mos a ocuparnos de todas las personas Y agrega una definición simple sobre
que son abandonadas por un sistema el concepto de comunidad:
perverso. Cuando veo tantas necesidades
y tan pocas personas dedicadas al “cuida- “Comunidad quiere decir comunión de corazón
do gratuito y amoroso” de ancianos y y de espíritu, que en la realidad implica respon-
der a las necesidades de nuestros hermanos y gar la capacidad profesional con el amor
hermanas y ser responsables de ellos”. [155] generoso y gratuito, tratando de elevar los
sentimientos de simple filantropía a la
Algunas personas que estamos invo- altura de la caridad de Cristo. [157] Nos
lucradas dentro del sistema de salud esforzamos por cultivar valores como la
hemos percibido estas necesidades reales, caridad, la misericordia y la solidaridad,
por eso hemos empezado nuevamente a principios esenciales que sostuvo la Madre
trabajar en esta obra de caridad, de asis- Teresa de Calcuta durante toda su vida en
tir y cuidar, de forma gratuita, a enfer- pos de los más pobres, sufrientes y desam-
mos terminales y ancianos. Esta es la parados. Asimismo, ponemos de manifies-
propuesta que realizamos desde los dife- to el compromiso diario de transmitir
rentes hospices católicos: Hospice San otros valores como la verdad, la justicia y
Camilo, Hospice Buen Samaritano, Casa la libertad, que nacen y se desarrollan de
de la Bondad, Fundación Manos Abiertas, la fuente interior de la caridad. [158]
Hospice La Piedad y el Hospice Madre
Teresa. [156] En los Cuidados Paliativos se propone
el voluntariado como un recurso humano
para el acompañamiento terapéutico de
ÉTICA DEL VOLUNTARIADO EN EL HMT
los pacientes. A este voluntariado, habi-
Si bien el voluntariado no es el tema tualmente se lo interpreta desde el
central de esta tesis, me parece oportuno altruismo y la filantropía.
mostrar cuál es la “ética del voluntaria-
do” en el Hospice Madre Teresa, sabiendo La filantropía es el amor al hombre por
que dicha institución surge a partir de un el hombre mismo, en un plano meramen-
grupo de voluntarios católicos. te natural, pero no hace referencia a un
Voluntario es toda persona que presta hombre abierto a lo trascendente, hecho a
un servicio de manera desinteresada a “imagen y semejanza” de Dios, donde el
otra persona o a la comunidad. Desde el “amor” es un don desinteresado de sí
Hospice Madre Teresa, tratamos de conju- mismo hacia el prójimo por amor a Dios.
Alfonso López Quintás define al “ser basado en las enseñanzas de Juan Pablo
voluntario” como una “actitud de vida” II sobre el voluntariado.
que parte del conocimiento sincero de
uno mismo: El voluntariado en la pastoral de la
salud es muy amplio, y su aporte al
“Ser ‘voluntario’ implica toda una mundo de la salud es de mucha importan-
actitud ante la vida, no sólo la decisión cia. El papa Juan Pablo II trata el tema del
de consagrar algún esfuerzo a los demás. voluntariado católico desde 1979, en no
El que decide adherirse a la espléndida menos de 170 ocasiones. Sintetizaremos
corriente del voluntariado necesita, por la doctrina, haciendo referencia a los con-
ello, incrementar todo lo posible su for- ceptos más sobresalientes. [161]
mación personal: saber qué significa ser
persona, cómo desarrolla uno la propia Para ser voluntario cristiano se requie-
personalidad, qué tipos de conducta nos re tener una profunda motivación ética y
llevan a plenitud y cuáles nos bloquean y religiosa. Hay que actuar contra el egoís-
destruyen”. [159] mo, abriendo el corazón hacia el bien
común. No se puede ser voluntario espon-
En pocas palabras, queda claro que táneamente, hay que procurarse la debida
ser voluntario no es una cuestión de preparación; al entusiasmo del impulso
sentimiento superficial y pasajero, sino inicial hay que unir un gradual y paciente
una verdadera actitud de compromiso camino de formación y perseverancia. El
con el prójimo. Esta opción personal, voluntariado cristiano, como don gratui-
requiere una buena formación ética y to, trata de elevar la filantropía a la cari-
lleva implícita una renuncia a algo pro- dad de Cristo, generando una fuerza de
pio para darlo a los demás. Renuncia que renovación social y política que enfrenta
a su vez nos permite encontrarnos y nos las necesidades e injusticias sociales. Es un
enriquece como personas. [160] testimonio de amor para el hermano y de
El aporte del Magisterio en este tema fidelidad al Evangelio. Se distingue de
es claro y muy enriquecedor. Javier otros voluntariados por su motivación
Lozano Barragán expone un resumen, evangélica cultivada en la oración, y ade-
acompañado de un breve comentario, más busca dar respuestas nuevas a pro-
[159] LÓPEZ QUINTÁS, Alfonso, Manual de formación ética del voluntario, Madrid, Rialp, 1998, p. 13.
[160] Ibíd., pp. 17-19.
[161] Cfr. <http://www.redesdesalud.org/doc_voluntariadoJPII.htm> [consulta: 10 de junio de 2011].
[162] Ídem.
[163] Ídem.
ser en todo caso escuela de vida, especialmen- y viceversa, porque así como la subsidiaridad sin
te para los jóvenes, contribuyendo a educarlos la solidaridad desemboca en el particularismo
en una cultura de solidaridad y acogida, abier- social, también es cierto que la solidaridad sin la
ta a la entrega gratuita de sí”. [164] subsidiaridad acabaría en el asistencialismo que
humilla al necesitado”. [166]
Cuando el voluntario pertenece a una
institución determinada, debe adherir a Los voluntarios deben compartir nues-
la ética institucional y encarnar los valo- tra visión y misión, y respetar los valores
res, para poder llevar adelante la visión y éticos y religiosos de cada uno de los
la misión de la institución a la cual per- miembros y de la institución. Las activida-
tenece. Debe desarrollar, en un alto sen- des son variadas, desde la gestión de
tido, la caridad fraterna para poder, no recursos hasta el acompañamiento de los
sólo convivir con el resto de los volunta- pacientes. Para los que sienten este llama-
rios, sino para crecer espiritualmente a do, de estar junto al que sufre, cuidarlo y
nivel individual y comunitario. acompañarlo, deben previamente realizar
un curso de formación y capacitación. La
El voluntariado, en el Hospice Madre capacitación y la educación, como tam-
Teresa, está abierto a todas las personas de bién la actividad pastoral del Hospice
buena voluntad, sin importar el credo reli- debemos desarrollarla con dedicación y
gioso, sabiendo que “el diálogo fecundo esmero, trabajando “con perseverancia
entre fe y razón hace más eficaz el ejercicio para despertar y afirmar esa sensibilidad
de la caridad en el ámbito social y es el hacia el prójimo y su sufrimiento, del que
marco más apropiado para promover la es un símbolo la figura del samaritano
colaboración fraterna entre creyentes y no evangélico”. [167] “Así podremos concien-
creyentes”. [165] También se propone a los tizar y enseñar a los fieles laicos y a todas
voluntarios desarrollar los principios de sub- las personas de buena voluntad cómo […]
sidiaridad y solidaridad al final de la vida: los valores morales fundamentales, como
el valor de la solidaridad humana, el valor
“El principio de subsidiaridad debe mantenerse del amor cristiano al prójimo, forman
íntimamente unido al principio de la solidaridad parte de la vida social y de las relaciones
[164] JUAN PABLO II, Mensaje de Juan Pablo II con motivo de la conclusión del Año internacional del voluntariado,
Ciudad del Vaticano, 2001. Traducción proporcionada por el Consejo Pontificio “Cor Unum” [en línea], disponible en:
<http://www.caritas.org.ar/download/sum-juan-pabloII-voluntarios-2001.doc>, [consulta: 2 de mayo de 2011].
[165] BENEDICTO XVI, Carta Encíclica Caritas…, op. cit., n. 57.
[166] Ibíd., n. 58.
[167] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Salvifici…, op. cit., n. 29.
[168] Ídem.
[169] En la carta escrita al obispo de Calcuta el 13 de enero de 1947, Madre Teresa expresa que el estilo de vida de las
Misioneras de la Caridad está fundado en la pobreza franciscana y el trabajo benedictino. San Francisco de Asís (1181 o 1182-
1226), fundador italiano de los Franciscanos; san Benito de Nursia (480-543), fundador italiano del monacato occidental, cuyo
lema era “ora et labora” (reza y trabaja). Sobre este tema ver: KOLODIEJCHUK, Brian, Madre Teresa…, op. cit., p. 73.
Para finalizar, todos los voluntarios del Unidos, define la medicina complemen-
Hospice sabemos que la institución es una taria y alternativa como “un conjunto
forma de organizarse para trabajar y brin- diverso de sistemas, prácticas y produc-
dar ayuda a través de un equipo interdis- tos médicos y de atención de la salud que
ciplinario, y que el encuentro con el que no se considera actualmente parte de la
sufre es personal, como lo refiere Juan medicina convencional”. Una distinción
Pablo II, en su Carta Apostólica sobre el que el CNMAC hace es que la medicina
sentido cristiano del sufrimiento humano: complementaria se usa conjuntamente
con la medicina convencional mientras la
“Las instituciones son muy importantes e indis- medicina alternativa se usa en lugar de
pensables; sin embargo, cuando se trata de salir la medicina convencional. El CNMAC
al encuentro ajeno, ninguna institución puede también define la medicina integrativa
de suyo sustituir el corazón humano, la inicia- como la combinación de “terapias médi-
tiva humana. Esto se refiere a los sufrimientos
cas formales y terapias de la medicina
físicos, pero vale todavía más si se trata de los
complementaria y alternativa para las
múltiples sufrimientos morales, y cuando la que
sufre es ante todo el alma”. [171]
cuales existen datos científicos de alta
calidad sobre su seguridad y eficacia”.
[170] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Salvifici…, op. cit., n. 29.
[171] Ídem.
[172] Los obispos de Estados Unidos declaran no cristiana la terapia Reiki [en línea], disponible en:
<http://www.zenit.org/article-30859?l=spanish> [consulta: 20 de mayo de 2011].
[173] Cfr. NERVI, Flavio, Aspectos espirituales en los Cuidados Paliativos, Santiago de Chile, ed. Clínica Familia, 2000,
p. 15.
[174] BASSO, Domingo M., O. P., Nacer..., op. cit., p. 459.
[175] WORLD HEALTH ORGANIZATION, Cancer Pain Relief, Ginebra, WHO, 1990.
rada en sí misma; 3) como unidad social; 4) para no caer en errores filosóficos que
como unidad trascendente, es decir, con ten- son fundamentales para el cuidado de los
dencia hacia Dios”. enfermos. Todas las comunidades católi-
“Las diversas facultades y funciones psíquicas cas tenemos que asumir el compromiso
se encuadran en el conjunto del ser espiritual
de cuidar a los enfermos carenciados y
y se subordinan a su finalidad”.
terminales con una visión solidaria y gra-
“Lo que constituye al hombre es principal-
mente el alma, forma sustancial de su natura-
tuita, centrados en la caridad y esforzán-
leza. De ella dimana, en último lugar, toda la donos por la justicia.
vida humana; en ella radican todos los dina-
mismos psíquicos con su propia estructura y El médico católico debe llevar adelan-
su ley orgánica”; te su profesión según su vocación tras-
“Lo psíquico pertenece también al dominio de cendente. Este llamado debe configurar
lo ontológico y de lo metafísico”. [179] su personalidad e identidad como médi-
co católico, para ser instrumento del
Es importante guiar al enfermo para amor de Dios. Debe respetar y defender
que no pierda la esperanza, por eso tene- la vida como don y bien fundamental,
mos que ayudarlo a que descubra ese siendo su compromiso con la verdad una
bien arduo y posible, para que pueda exigencia moral que lo impulsa a la for-
movilizarse y poseerlo. La persona, a tra- mación permanente. El médico tiene que
vés de la vida interior, sabe que la mora- ser responsable, humilde y defensor de la
lidad se transforma en un camino que verdad. La personalidad del médico cris-
nos guía hacia ese fin último natural y tiano es transparentar a Cristo médico en
sobrenatural. Al encarnar en cada acto todas sus dimensiones, transformándose
particular la verdad universal, objetiva y en “buen samaritano” del que sufre y
trascendente, siente que comienza a per- haciéndose próximo al dolor del otro.
feccionarse, produciéndose en el alma un
estado de gozo y de paz espiritual. Esta El voluntariado es uno de los ejes
paz y gozo espiritual se incrementa, principales de la ética del cuidado al final
sobre todo, con los sacramentos de la de la vida. Voluntario es toda persona
reconciliación y la Eucaristía. que presta un servicio de manera desin-
teresada a otra persona, o a la comuni-
Los católicos tenemos la obligación dad. Desde el Hospice Madre Teresa, tra-
de formarnos en la ética del cuidado pro- tamos de conjugar la capacidad profe-
puesta por el Magisterio y la Tradición
[179] PÍO XII, Discurso al Congreso internacional de Psicoterapia y de Psicología clínica, Roma, 1953, nn. 3-6.
[180] JUAN PABLO II, Carta Encíclica Evangelium…, op. cit., n. 90.
[181] PONTIFICIO CONSEJO DE JUSTICIA Y PAZ, Compendio…, op. cit., n. 204.
[182] LUKAC DE STIER, María, L., “Respuesta virtuosa del Personalismo ontológico a la Bioética principista”, en publica-
ción del Instituto de Bioética, UCA, Vida y Ética, año 11, n. 1, Buenos Aires (junio, 2010), pp. 181-193.
[183] Ídem.
[184] La New Age hunde sus raíces en el intento de encontrar puntos de contacto entre ciencia y religión, entre la razón
y la magia, entre Oriente y Occidente. Se pretende crear un nuevo paradigma. Se trata de una huída de lo tradicional
hacia lo alternativo. Una de las principales divulgadoras del pensamiento New Age, Marilyn Ferguson, en el que segura-
mente es su libro más famoso, La conspiración de Acuario, habla de las principales psicotécnicas que hay que emplear
para alcanzar la transformación de la conciencia, entre ellas incluye: la hipnosis, la meditación, grupos de ayuda, técni-
cas de biofeedback, técnicas chamánicas, seminarios para el desarrollo del potencial humano, la teosofía, terapias cor-
porales, bioenergética, disciplinas orientales, etc.
[185] Álvaro Farías Díaz: licenciado en Psicología por la Universidad Católica del Uruguay “Dámaso A. Larrañaga”, miem-
bro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y director del Servicio de Estudio y Asesoramiento en Sectas
del Uruguay (SEAS).
[186] FARÍAS DÍAZ, Álvaro, ¿Terapias alternativas o manipulación psicológica? Las pseudoterapias New Age [en línea],
disponible en: <http://www.zenit.org/rssspanish-30944> [consulta: 2 de mayo de 2011].
Jesús sobre este dolor concreto de la persona haciendo pastoral explícita, dando alien-
moribunda”. [194] to y esperanza en nombre de Jesús”. [196]
Para todos los miembros del Hospice, En conclusión, todos los católicos
mujeres y hombres, adultos y jóvenes, debemos desarrollar los Cuidados
tratamos de llevar adelante un verdade- Paliativos centrados en el amor (“cari-
ro ministerio eclesial-laical realizando tas”) sabiendo que es una fuerza
una verdadera pastoral misionera. [195] extraordinaria, que mueve a las personas
Es importante mencionar que la misión a comprometerse con valentía y genero-
de los laicos como agentes de pastoral de sidad en el campo de la justicia y la paz.
la salud es tan necesaria como la presen- La caridad con el enfermo terminal debe
cia de religiosos y sacerdotes: estar unida a la verdad natural y sobre-
natural, evitando caer en el mero senti-
“Estamos acostumbrados a identificar mentalismo vacío de la cultura sin ver-
la presencia de la Iglesia con la presencia dad. [197] Sólo con la caridad, iluminada
de sacerdotes o religiosos/as; todavía hoy por la luz de la razón y de la fe, [198] es
nos asombra escuchar a profesionales posible lograr un mundo más humano,
católicos de salud afirmando: ‘Aquí no más justo y solidario.
hay presencia de la Iglesia’; como si ellos
no fueran la Iglesia… La Iglesia en la pas- Finalmente, todos los cristianos, por
toral de la salud, son los profesionales, la Revelación sabemos que al final de
los voluntarios y agentes de pastoral lai- nuestros días no seremos juzgados por
cos, junto con la jerarquía. La presencia las posesiones materiales que tenemos o
laical es una magnífica expresión del los títulos que hemos obtenido, sino que
sacerdocio común de Jesús”. seremos juzgados en el amor:
“El profesional católico de la salud “El Rey dirá a los que están a su derecha:
debe ser no sólo una buena persona, ‘Vengan, benditos de mi Padre, y tomen pose-
experta en su materia; también debe ser sión del reino que ha sido preparado para
un profeta. Ha de mostrar su identidad ustedes desde el principio del mundo. Porque
[194] VALLARINO, José María, Jesús, conmovido, lo tocó…. Función terapéutica del asistente espiritual, Buenos Aires,
Ágape, 2006. p. 65.
[195] VALLARINO, José María, Jesús…, op. cit., p. 25.
[196] Ídem.
[197] BENEDICTO XVI, Carta Encíclica Caritas…, op. cit., nn. 1-6.
[198] Ibíd., n. 9.
tuve hambre y ustedes me dieron de comer; Carta Encíclica Deus caritas est, Ciudad
tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui del Vaticano, 2005; Jesús de Nazaret, 2˚
forastero y ustedes me recibieron en su casa. ed., Buenos Aires, Planeta, 2008; La pas-
Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfer- toral en el cuidado de los enfermos
mo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y
ancianos [discurso a los participantes en
me fueron a ver’.
la conferencia internacional del
Entonces los justos dirán: ‘Señor, ¿Cuándo te
Pontificio Consejo para los Agentes de la
vimos hambrientos y te dimos de comer, o Pastoral de la Salud], Ciudad del
sedientos y te dimos de beber? ¿Cuándo te Vaticano, 2007; Carta Encíclica Spe Salvi,
vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te Ciudad del Vaticano, 2007.
vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la
cárcel y fuimos a verte?’ El Rey responderá: ‘En BERMEJO, José Carlos y PETRILLO
verdad les digo que, cuando lo hicieron con Francisco, Aspectos espirituales en los
algunos de los más pequeños de estos mis her- Cuidados Paliativos, Santiago de Chile,
manos, me lo hicieron a Mi’” (Mt. 25, 34-40).
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