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LO SÉ TODO!!

MIGUEL.- (SOLO) ¡Pero que desgracia la mía! Acabo de ser víctima de un robo y esta
vez sí que no perdono a nadie, tendré que acudir a la policía inmediatamente para que
investiguen este escandaloso robo.

SARA.- (ENTRANDO) ¿Pero qué le pasa amigo Miguel que lo encuentro tan
preocupado?

MIGUEL.- Sarita, amiga mía, acabo de ser víctima de un robo… me han robado de mi
escritorio dos mil soles y francamente no sé quién pueda ser…

SARA.- Pero dos mil soles para usted no es nada…

MIGUEL.- Si, dos mil soles ahora, la semana pasada el reloj y la pulsera de mi señora.
Ya no se puede aguantar, de repente me roban a mí y ¿a quién me quejo?

SARA.- Mire Miguel, yo en cuestión de robos soy una detective asombrosa, puesto
que me paso leyendo cuanta novelita policial me encuentro.

MIGUEL.- ¿Y qué me cuenta usted con eso?

SARA.- Que le puedo dar muchos consejos para descubrir robos, engaños y esas
cosas que le pueden pasar a uno.

MIGUEL.- A ver, espero de usted un consejo… ¿qué haría en este caso?

SARA.- Mire usted, principie por llamar a la servidumbre y a uno por uno hacerle una
escena misteriosa, y mirándolo fijamente a los ojos decirle: ¡Lo sé todo!, ¡Yo lo sé
todo! Y verá usted que si es culpable en algo, termina confesándolo.
MIGUEL.- ¿Pero usted cree que eso dará resultado?

SARA.- Pruébelo y ya verá que mi consejo no falla. Y ahora para que usted investigue
tranquilo me despido y muchos saludos a su familia de mi parte. Ya lo sabe: ¡Misterio
y Lo sé todo! (SALE).

MIGUEL.- Claro que el consejo es ingenuo, pero puede dar resultado, probemos con
el chofer que ahí viene.

CHOFER.- Señor Miguel, buenas tardes. Vengo a decirle que la gasolina y el aceite se
han terminado y necesito dinero para volver a comprar.

MIGUEL.- Mire Martín, ayer le di para comprar gasolina y aceite y francamente me


parece que muy pronto se ha gastado.

CHOFER.- Claro señor, la vida está imposible, todo sube, todo se gasta, por más que
uno quiere ahorrar…

MIGUEL.- (APARTE) Yo pruebo con este… Martín, ven, mírame bien a los ojos…
así… ¡Yo lo sé todo!

CHOFER.- Señor, yo… mire usted… ¿Usted lo sabe todo?

MIGUEL.- ¡Si, lo sé todo!

CHOFER.- Perdóneme el señor, mi sueldo es poco y…claro… uno ve… y sin querer…
pues, agarra lo que no es suyo… pero a usted eso le pasa por confiado.

MIGUEL.- ¡Canalla! Yo que tenía confianza en ti y te aprovechas para llevarte la


gasolina y quién sabe qué cosas más…
CHOFER.- Perdóneme el señor, ya repararé mi falta…

MIGUEL.- ¡Fuera canalla! Ya descubrí quién me robaba… buen resultado me ha dado


el “lo sé todo”.

CHELA.- (ENTRANDO AGITADA) ¡Miguel, acabo de ser víctima de un robo! Me han


robado de mi mesa de noche mi collar, el prendedor de oro y brillantes y mi cartera
con no sé cuánto dinero. ¡Que desgracia la mía!

MIGUEL.- Mi querida Chela, acabo de saber quién es el que se robaba las cosas, era
el chofer, pero como no quiero escándalos lo he echado de la casa…
¡Yo le descubro algo a mi mujer! (EN VOZ ALTA) Chela, ven… mírame a los ojos…
¡Lo sé todo!

CHELA.- Pero Miguelito, ¿qué es lo que sabes?

MIGUEL.- ¡Yo lo sé todo, todo!

CHELA.- ¿Todo, todo?

MIGUEL.- ¡Todo!

CHELA.- Pero el único que tiene la culpa eres tú.

MIGUEL.- Yo, ¿por qué?

CHELA.- Por que tú siempre me dejas ir sola con el chofer… y claro, una es débil,
viene el diablo y sopla.

MIGUEL.- ¡Aquí el que sopla es el chofer! ¡Adultera, fuera!


Era lo último que me faltaba, que mi mujer me engañara con el chofer, ¡si es para
pegarse un tiro!

MADRE.- ¡Pero qué te pasa hijo de mi alma, te encuentro desesperado!

MIGUEL.- Madre mía, soy el hombre más desgraciado del mundo y no te lo puedo
decir para no darte un disgusto tan grande.

MADRE.- ¡Pero que es, dilo!

MIGUEL.- Yo le saco algún secreto a mi vieja… (EN VOZ ALTA) ¡Madre mía, ven,
mírame a los ojos… lo sé todo! ¡Todo!

MADRE.- ¿Pero qué es lo que sabes?

MIGUEL.- Yo lo sé, todo, todo.

MADRE.- Hijo mío, si lo sabes todo, te lo contaré, pero perdóname… ¡Tu padre no es
tu padre, es otro! (SALE RÁPIDAMENTE LLORANDO)

MIGUEL.- ¡Ahora resulta que hasta soy huérfano! El hijo sin padre conocido… nada,
yo me mato… ¡si es para volverse loco!

AGAPITO.- ¡Señor Miguel! Vengo a comunicarle como portero que soy de la puerta
del portón del portal de la portería de esta casa, que la susodicha chapa del portón del
portal, no obedece la vuelta hacia la izquierda de la llave, esperando de su
benevolencia y óbolo para acudir a un cerrajero.

MIGUEL.- ¿Con que la chapa está mal? Ayer fue la chapa del garaje y ahora…

AGAPITO.- ¡La chapa usted todo y claro!, su mentalidad…


MIGUEL.- Este viejo tiene cara de sospechoso, yo descubro algo… (CON VOZ ALTA)
Don Aga…

AGAPITO.- ¡Pito, Agapito! ¡No me quite el pito!

MIGUEL.- Bien, Don Agapito… míreme a los ojos, ¡yo lo sé todo! ¡Todo!

AGAPITO.- ¡Dios mío! ¿Qué dice usted?

MIGUEL.- ¡Yo lo sé todo, yo lo sé todo!

AGAPITO.- Con que lo sabe usted todo… ¿todo?

MIGUEL.- Si, ¡yo lo sé todo!

AGAPITO.- ¿Con que lo sabes todo? ¡Hijo mío, después de tantos años!

MIGUEL SE DESMAYA Y SE CIERRA ELTELON

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