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CRUZANDO LA LINEA ROSA: CUESTIONES NO RESUELTAS EN EL DEBATE SOBRE LOS DERECHOS SEXUALES* Sowta Connéa! Bate articulo recupera, expande y pone en tensin ideas claboradas en trabajos anteriores acerca de los dilemaa cconceptuales y prictico-politicos que estan implicitos en la tarea de conceptuary legitimar los derechos sexual. [Un eonstruccién de estos derechos no se da en el vacio. Esté atravesada necesariamente por las concepciones dominantes de género y sexualidad y otras determinan- tes, como la capacidad normativa de los estados naciona- les y del sistema internacional de proteccién de los derechos humanos, el efecto de Ins fuereas del mercado, 1 fundamentalismo en sus varias manifestaciones, y més especialmente las desigualdades (de ingreso, raza, etnia, eneracionales y derivadas de la existencia de deficien: Clas restrictivas de la capacidad fisica de los individuos). Eneste trabajo dichos aspectos son, empero, tratados de forma tangencial en la medida en que el foco central del Elta inchaye un egy de palabras con la ease “ruzando la tines Ho ia de Jancir,laLina Vrmetha (Sen Ri) er une ‘todernavalidad que ateieaa ina pelgrsa reign de fave (D "invortigadoraasocnda de asi Asteiaion Brana Tntoric- ciplinaria de ts), corinaors de Dan (Development Alternatives fur Woren af New Br) co- Bn Ins debates de Beijing sobre lpr 227, a logan studaieann foe une dels primeras en sama Ia plabrs ps ai. ‘marque ninguna forma de dseriminacn ort acta WU2ANDOLALINEA HONK 3 ‘su vineulacién con las teorias posmodernas que stan le Ssexualidad en el corazén de la formacién eultural y poll tica moderna, Bsta inflexién intelectual -posteriormen- te llamada giro lingistico- dio gran aliento politico alos movimientos societarios que se movilizan alrededor de las cuestiones de a sexualidad, Su critica al esencialismo retiré Ia sexualidad del orden natural de las cosas para situarla en terrenos incomparablemente mas plésticos: los diseursos, instituciones y pricticas. Las teorias posmodernas tambien permitieron trans portar la exclusién y el estigma (derivados de los discur 08 y normas modernas relatives a la sexualidad) desd In eafera de lo patoligico hacia el “exterior constitutive de la politica (Derrida, cit. por Moule, 1999). De acuerdo ‘con Mouflo, este “lugar exterior", donde la condicidn de constitucién de toda y cualquier identidad es la afirma- cidn de una diferencia, es lo que posiilita, en las condi ciones contempordneas, la reafirmacién de lo politic. Al ‘mismo tiempo, el giro ingiistieo arrastraba consigo una, ‘zona de sombra: el notable escepticismo de los tecricos pposmodernos en relacién con la idea de transformacién social y politien, esto ea, con el tema de la emancipacién. Esta “zona de sombra”, que ha sido poco debatida en el, campo en el que se desarrola el dilogo sobre los dere chos sexuales, no puede ser eludida. Varios autores han llamado Ia atencién sobre el hecho de que existen dife- rencias significativas en la posicidn de los autores posmodernos o posestructuralstaa en lo referente al es- ‘cepticismo relacionado con "emancipacién” (Fraser, 1996; ‘Moule, 1999), Sin embargo, aun considerando la distan- «i sta sonido, ol debate contemperénc sobre el Iga y el sentido de ln sexual et la via humana dere radiclmente ‘st sstnid yor los qus fo pecaiorn yg estaban baseamente Fandamentadas pr ln concep dee sexual on un nati. 82 sexuatnan, pentcoswuneos Yeruoanants cia entre Jo que piensan, por un lado Lyotard y Baudrillard, y por el otro Derrida y Foucault (o incluso Judith Butler), de manera general la corriente intelec ‘wal posmoderna proporcioné a los actores de la politica sexual un poderoso instrumental analitico para compren: der los mecanismos por medio de los cuales las institu ciones, las leyes, las pereepeiones y las pricticas sociales eran fuentes de exclusién y de estigma. Pero no ofrecié, alternativas ficiles para programas de cambio social, cultural y politico (Gagnon, 2001). En el marco de este amplio escepticismo, los autores posmodernos hacen constantes invocaciones a la cautela en relacién con la “ley” y el “derecho” como instrumentos potenciales de correccidn de injusticias. La ilustracién mas vigorosa de esta posicin estd contenida en los eseri tos de Jacques Derrida: “La jusicia del derecho noes jus ticia. Las leyes ejercen la autoridad, pero no la justicia El derecho funciona a través de la fuerza y de la violen- ‘ia, La justicia &s una aporia: una experiencia que no so ‘mos eapaces de experimentar; el deseo de lo imposible, ‘acaba siendo wn elamor por justcia. El derecho es eéleu 1 a justiciaes incaleulable”* Pero, como vimos, a pesar de esias recomendaciones véricas “los sujetos politicos de Jn sexualidad socialmente construida” estdn intensa: ‘mente involuerados con los diseursos y plataformas ins titucionales de la ley y de los derechos humanos, Esta aproximacién es inédita y muy estimulante. Pero no eli ‘mina autométicamente las tensiones de fondo entre Ia epistemologfa contemporinea de las sexualidades -que destacalafluidez, lainestabilidad de ls prctiens e iden: tidades sexuales~ y los fundamentos ilustrados y © Notas del Seminario Lei eDisito em Derrida, Pontificia Uni ‘veridad Catia de ie de dni, agneto de 202, cauanoo tA Liven 1atk 3 kantianos que siguen predominantemente acotando el paradigma contemporaneo de los derechos humanos. ‘Algunas ideas destinadas a explorar este dilema fue. ron ya desarrolladas en el articulo que eseribicon Richard Parker (Corréa y Parker, 2004). Alli afirmamos que un primer paso en el sentido de procesar estas tensiones es reconocer Ia heterogeneidad presente en el régimen de Jos derechos humanos (vease Cervantes y Citeroni, en este volumen), régimen que incluye una corviente “mo- ral” (absolutista) que, si bien reconoce la existencia de tun debate sobre silos derechos humanos son moralmen- te necesariog o buenos, afirma de manera contundente ‘que debe haber un acuerdo universal acerea de que los derechos humanos son buenos y necesarios. Una segun: da vertiente busca bases filoséfieas y sociolégieas para validar Ia premisa de univeraalidad de los derechos hu. ‘manos; contiene tanto posiciones esencialistas que ba san sus proposiciones “en lo que es exencial para Ia condicién humana”, como posiciones que se interrogan. sobre qué condiciones sociales podrian ser establecidas como argumentos universalizantes, Por su parte, la co: rriente “pragmatica” argumenta que los derechos huma. nos son relevantes y universales en la medida en que sean aceptados internacionalmente y luego diseminados. Por iltimo, es precisa mencionar la corriente "proved rmentalista’, que levanta interrogantes sobre lo que hace que un “discurso” sea universal, y afirma que mas im portantes que el contenido de loa acuerdos sobre dere hos humanos son los procesos por medio de los cuales, fon logrados, En otras palabras, los tedricos de esta co- rriente consideran que un discurso abierto, reciproco y ‘comunicativo sobre los derechos humanos puede tornar- Jos universal. [No parece excesivd afirmar que los actores de la “po- lita sexual’, sobre todo en el contexto latinoamericano, 4 sxxuaLian, pennexos untae vc1vD4B4 hhan recurrido 9 estas varias vertientes sin mayores re- flexiones sobre sus implicaciones, riesgos y limites. por una parte, es posible que las prspectivas absolutistas y esencialistas no tengan mucha influencia sobre aque Tos que hoy proponen una pauta de derechos sexuales, ellas son muy significativas, sino hegeménieas, en el eam: po mas amplio de los derochos humanos con el cual esta ‘mos, inevitablemente, en didlogo. Por otra parte, en el propio campo de los derechos sexuales es notable ia pre- Sentia de iniiativas que se alinean con la corriente “prag mitica’. Este es el caso, por ejemplo, de los enfoques feministas que han venido trabajando en la definicién de los derechos sexuales como obligaciones del Estado (de beres perfectos) Por otro lado, los postulados de la eo- rriente “procedimentalista” son menos conocidos y ‘debatidos por los actores del campo. En la medida en que ya estamos, de hecho, produ- Timaciin ynevas interrogantes",en Claudio Sey Juan Guillermo Fiovekos (coords), Sexualidad y salud Teproductiva. Avanorsyreos para la invstigaién, Bl Co- Tegio de México, México, pp. 127-164. "YR. Panta (2008), *Sexwalidad, derechos humanos y ‘ensamiento demogratico. Convergencias y divergencias nun mundo cambiante”, Estudios Demogrficos 9 Urb ros, ol. 19, nim. 3 septiembre diciombre, Bl Colegio de ‘Mexico, pp. 497-54 costs, Jutandir Freire (1996), "O roforente da identidade Thomossexual’, en R. Baaboss, y R. 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