La idea central del libro se trata de crear una mentalidad similar a la del padre rico, quien se dedicaba

a generar fuentes de ingresos que no le consumieran su tiempo, y alejarnos de la mentalidad del padre
pobre, quien se dedicaba a trabajar arduamente de sol a sol, pero que utilizaba su dinero para comprar
lujos que no podía costearse y vivía endeudado.

Es precisamente en esta parte del libro que se introduce una de las premisas principales de todo el
texto: “mientras que los pobres trabajan por dinero, los ricos hacen que el dinero trabaje para ellos”.
Es importante que nosotros logremos entender el significado de ésta frase, ya que no debemos
confundirnos y pensar que la gente rica es floja y no hace nada en todo el día más que buscar en que
gastarse su dinero; más bien lo que debemos entender es que mientras el pobre anhela encontrar un
trabajo de 9 de la mañana a 6 de la tarde en el que le paguen un salario con el cuál pueda cubrir el
pago de sus deudas, el rico trabaja en encontrar fuentes de ingreso que le estén generando ganancias
sin que él tenga que estar participando activamente en estas.

Lo primero que nos explica Kiyosaki en esta parte del libro, es la diferencia entre un activo y un pasivo,
mientras que el activo es algo que nos va a estar generando más valor (más dinero), un pasivo es algo
que normalmente se deprecia, es decir que pierde su valor (como una pantalla de tele gigante o un
coche último modelo).
Otro precepto que se introduce en éste apartado es la importancia de hacer el balance de nuestros
egresos y nuestros ingresos, ya que no importa que tanto dinero estemos ganando, sino más bien
cuánto dinero estamos gastando. Nuestro objetivo será gastar menos dinero del que ganamos e invertir
dicha diferencia para obtener mayores ingresos.

Ésta parte se centra en evitar uno de los errores más comunes entre las personas de clase media y
clase baja, y es que desgraciadamente se piensa que la profesión a la que uno se dedica ya sea un
oficio técnico (carpintero, albañil, etc…) o una profesión (abogado, ingeniero, médico, etc…) es lo que
nos va a llevar a la libertad financiera, cuando la realidad es que si sólo nos pasamos trabajando para
alguien más, sólo será éste tercero el que realmente se volverá rico.
Ojo, no se quiere decir que trabajar sea malo, por el contrario, es una de las rutas con las cuáles
nosotros podemos irnos superando, sobre todo sí la profesión que desempeñamos es de nuestro
agrado, pero debemos entender que el dinero que generamos por nuestro esfuerzo físico o mental es
limitado por nuestro horario laboral, así que lo que tenemos que hacer es emplear el dinero que
ganamos en nuestro trabajo principal y utilizarlo para generar ingresos pasivos.