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TEORIA CRÍTICA
DOS DIREITOS HUMANOS
NO SÉCULO XXI
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AUTORES
Apresentação ..................................................................... 7
Presentación ...................................................................... 11
I. Teoria Crítica Dos Direitos Humanos .......................... 13
1. Derechos Humanos, Liberación y Filosofía de la
Realidad Histórica Alejandro Rosillo Martínez ............. 15
2. Direitos Humanos no Século XXI: A Reconfiguração
Contemporânea da Questão desde a Crítica da
Idéia Moderna de Liberdade Ricardo Timm de Souza . 46
3. Sujeto Libre Ante la Ley. Contexto Actual y Posibilidad
de Recuperación Juan Antonio Senent de Frutos .......... 68
4. Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y
Derechos Humanos Nicolás Angulo Sánchez ................ 97
5. ¿Revolución de los Derechos Humanos
de los Pueblos o Carta Socialdemócrata a
Santa Claus? Antonio Salamanca Serrano .................... 122
6. El Potencial Epistemológico y Teórico de la
Historia Oral: De la Lógica Instrumental a la
Descolonización de la Historia Silvia Rivera Cusicanqui .. 154
II. Pluralismo Jurídico e Multiculturalismo .................... 177
7. Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos: Dimensões
Emancipadoras Antonio Carlos Wolkmer ...................... 179
8. Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
(Aportes Desde la Obra de Antonio Carlos Wolkmer)
David Sánchez Rubio ..................................................... 200
9. Cultura y Derechos Humanos: La Construcción
de los Espacios Culturales Joaquín Herrera Flores ....... 223
10. Los Pueblos Indígenas Ante la Construcción de los
Procesos Multiculturales. Inserciones en los Bosques
de la Biodiversidad Asier Martínez de Bringas ............. 265
11. Da Diversidade de Culturas à Cultura da
Diversidade: Desafios dos Direitos Humanos
César Augusto Baldi ....................................................... 295
12. De la Importancia de la Filosofía Intercultural
para la Concepción y el Desarrollo de Nuevas
Políticas Educativas en América Latina
Raúl Fornet-betancourt ................................................... 320
13. Direitos Indígenas e Direito à Diferença:
O Caso Do Morro Do Osso Em Porto Alegre
José Carlos Moreira da Silva Filho ................................. 336
III. Gênero e Direitos Humanos ...................................... 361
14. Violencia Invisible, Derechos Humanos e
Igualdad de Género Juan Carlos Suárez ....................... 363
15. Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate
sobre o Aborto Maria Lúcia Karam ............................... 391
IV. Direitos Humanos, Controle Social e
Crítica ao Sistema de Justiça Penal ................................ 413
16. Lucha Social, Pinochet y la Producción
de Justicia Helio Gallardo .............................................. 415
17. La Ciudad en Clave de Riesgo: El Derecho
a la Seguridad o la Obsesión por Ella
Maria José González Ordovás ........................................ 437
18. A Radicalização Garantista na Fundamentação das
Decisões Uma Abordagem a partir do Tribunal
Amilton Bueno de Carvalho e Henrique Marder da Rosa .. 461
19. Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos
Direitos Humanos: Ensaio sobre o Exercício dos
Poderes Punitivos Salo De Carvalho ............................. 476
APRESENTAÇÃO
Salo de Carvalho
PUCRS, Porto Alegre, agosto de 2007
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 11
PRESENTACIÓN
I
TEORIA CRÍTICA
DOS
DIREITOS HUMANOS
1 DERECHOS HUMANOS, LIBERACIÓN Y
FILOSOFÍA DE LA REALIDAD HISTÓRICA
Alejandro Rosillo Martínez
INTRODUCCIÓN
Una parte sobresaliente de la filosofía de Ignacio Ella-
curía busca fundamentar la praxis por la liberación, consti-
tuyéndose en un camino hacia una filosofía de la liberación.
Sin embargo, su asesinato en 1989 impidió que llegara a pre-
sentar sistemáticamente su pensamiento filosófico.1 Entre las
aportaciones de esta tarea filosófica, el método de historiza-
ción de los conceptos contiene un gran potencial para la filo-
sofía de los derechos humanos. En especial si consideramos
la importancia que esta filosofía da a conceptos como el bien
común, la justicia y los derechos humanos; conceptos sobre
los cuales el propio Ellacuría reflexionó su historización. Di-
gamos, usando las palabras de Jesús Antonio de la Torre2, que
la filosofía ellacuriana es una herramienta para la historización
de lo jurídico. En este sencillo trabajo pretendo presentar di-
cha contribución al pensamiento jurídico.
1
Después de su muerte se ha publicado ELLACURÍA, Ignacio, Filosofía de la
realidad histórica, UCA Editores, 19992 (primera edición en 1990). También
ha sido publicada en España por la Editorial Trotta. Además, la editorial de la
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) ha publicado en
tres tomos sus escritos filosóficos, en cuatro tomos tanto sus escritos teológi-
cos como sus escritos políticos, algunos de los cuales tienen buena carga filo-
sófica.
2
Cfr. DE LA TORRE RANGEL, Jesús Antonio, Liberación y justicia: la historiza-
ción de lo jurídico en Ellacuría, en Revista de Investigaciones Jurídicas de la
Escuela Libre de Derecho, México, 2002.
16 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
3
ELLACURÍA, Ignacio, El objeto de la filosofía en Filosofar en situación de
indigencia (J.C. Scannone y G. Remolina, eds.), Universidad de Comillas,
Madrid, s/a, p. 21.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 17
dinamismo histórico y de su especificidad respecto a los otros
dinamismos de la realidad. Es decir, la realidad como una
estructura dinámica.
La realidad no es solamente lo que es actualmente; también
está, en una o en otra forma, inmersa en eso que de una manera
más o menos vaga podemos llamar el devenir. Las cosas
devienen, la realidad deviene5.
La realidad como esencia es una estructura. Una estructura
constitutiva, pero cuyos momentos y cuyos ingredientes de
constitución son activos y dinámicos por sí mismos 6.
Pero ahí no queda la tesis zubiriana, pues la historia no
es un devenir sin más. Tampoco es el desarrollo de un germen
biológico, de la materia o de un principio o espíritu absolutos.
La historia es una realidad cualitativamente nueva que, aunque
surgida de la naturaleza y subtendida dinámicamente por ella,
es más que naturaleza debido a la apertura humana y a su
realización manifestada en un hacer opcional de carácter
cuasi-creador o de una libertad absolutamente relativa, en el
que se van actualizando las posibilidades dadas en las
estructuras sociales. El dinamismo histórico es un dinamismo
de actualización de posibilidades, lo que hace que la historia
sea una estructura abierta.7 Estas posibilidades se fundan en
última instancia en la realidad en cuanto realidad: Lo cual
significa que el mundo, la realidad en tanto que mundo, es
constitutivamente histórica. El dinamismo histórico afecta la
realidad constituyéndola en tanto que realidad. La historia
no es simplemente un acontecimiento que le pasa a unas
pobres realidades, como les puede pasar la gravitación a las
4
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Filosofía y política en Veinte años de historia de El
Salvador, Ob. Cit., p. 51.
5
ZUBIRI, Xavier, Estructura dinámica de la realidad, Alianza Editorial Funda-
ción Xavier Zubiri, Madrid, 1995, p. 7.
6
Ídem., p. 327.
7
Cfr. Ídem., p. 270.
18 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
8
Ídem., p. 272.
9
ELLACURÍA, Ignacio, El objeto de la filosofía, Ob. Cit.
10
Cfr. Ídem., pp. 30 45.
11
Ídem., p. 32.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 19
funcionalidad, quizá la más profunda, pues lleva a un mayor
carácter de unidad, donde por codeterminación se entiende
formalmente el ser nota-de y no meramente el determinar algo
en la otra cosa, se entiende el formar conjuntamente una
unidad superior12.
III. El carácter no unívocamente dialéctico. La realidad
siendo en sí misma sistemática, estructural y unitaria, no es
necesariamente dialéctica, al menos no es unívocamente
dialéctica. Esta tesis no quiere negar que de hecho todo
dinamismo intramundano sea dialéctico, sino tan sólo pone
en guardia contra la tesis que sostuviera que en principio y
de derecho todo dinamismo intramundano es dialéctico de la
misma forma. No es, pues, una tesis antihegeliana o
antimarxista, sino una tesis que va contra usos mecánicos y
formalistas de la dialéctica, cosa que horrorizaría a Hegel y
más aún a Marx. La dialéctica tiene sentidos muy varios y
hay que determinar en cada caso cómo se la entiende y si se
da de hecho esa dialéctica así entendida. Al menos puede
sostenerse que no son formalmente lo mismo dinamismo
estructural y dialéctica y que, por tanto, cabe en principio
que se dé el primero sin la segunda, aunque no la segunda sin
el primero13.
IV. El carácter procesal y ascendente de la realidad. La
realidad no sólo forma una totalidad dinámica, estructural y,
en algún modo, dialéctica, sino que es un proceso de
realización, en el cual se van dando cada vez formas más altas
de realidad, que retienen las anteriores, elevándolas. Es decir,
la realidad superior no se da separada de todos los momentos
anteriores del proceso real; se da, entonces, un más dinámico
de la realidad, que parte en y por la realidad inferior; es así
como la realidad inferior se hace presente de modos diferentes
y siempre necesariamente en la realidad superior.
12
Ídem., p. 33.
13
Ídem., pp. 33-34.
20 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
14
Ídem., pp. 36.
15
Cfr. Ídem., p. 38.
16
Cfr. Ídem., p. 38.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 21
El conocimiento de la realidad histórica necesita de un
logos histórico, no de un logos predicativo. No de una
adecuación entre entendimiento y cosa, sino que la verdad
de la realidad se dimensiona de manera prioritaria desde la
propia praxis histórica del ser humano.17
En efecto, la filosofía de la realidad histórica no es un
historicismo que margine el quehacer personal, que
desconozca la existencia de la persona humana, su creatividad
y libertad relativa, estableciendo una clase de colectivismo,
tipo hegeliano. De ser así, se perdería de vista el objeto pleno
de la filosofía, porque entonces ese objeto quedaría
disminuido, simplemente porque no entraría en él formal y
específicamente una forma de realidad: La historia tiende a
convertirse con facilidad en historia social, en historia
estructural, donde el quehacer originario de las personas puede
quedar desdibujado y disminuido. Pero no es un peligro en el
cual ha de caerse necesariamente. Y, por otra parte, la
consideración puramente personal, incluso interpersonal y
común no explica el poder creador de la historia, cuando es
en ese poder creador y renovador, en ese novum histórico
donde la realidad va dando efectivamente de sí. Por otro lado,
sólo de la totalidad histórica, que es el modo concreto en el
cual se realiza la persona humana, en el cual el ser humano
vive, se ven adecuadamente lo que son esa persona y esa vida.
Puestos en la realidad histórica ésta exige, para su explicación
última, el estudio de la persona, de la vida, de la materia,
etcétera, mientras que la recíproca no es cierta: un estudio de
la persona y de la persona humana, al margen de la historia,
es un estudio abstracto e irreal. Y lo mismo cabe decir de la
materia o de cualquier otra forma de realidad, aunque por
distintas razones18.
17
Cfr. Ídem., p. 40.
18
Ídem., p. 39.
22 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
2. La praxis histórica
En su ya mencionada obra Filosofía de la realidad
histórica, Ellacuría analiza la presencia en la historia de las
demás formas de realidad y sus dinamismos. Sostiene que la
filosofía debe ser una reflexión sobre la praxis histórica,
porque es justamente en la realidad histórica donde se
actualizan las máximas posibilidades de lo real, en especial
pero no exclusivamente la posibilidad de una progresiva
liberación integral de la humanidad. Praxis entendida no
como un tipo de actividad humana contrapuesta a otras, sino
como la totalidad del proceso social en cuanto transformador
de la realidad tanto natural como histórica20 o como la unidad
de todo lo que el conjunto social hace en orden a su
transformación21. Por su carácter transformador, la praxis es
el ámbito donde con mayor claridad se expresa la interacción
entre el ser humano y el mundo, pues en ella las relaciones
19
Ídem., p. 39.
20
ELLACURÍA, Ignacio, Función liberadora de la filosofía en ECA 435-436, 1985,
p. 57.
21
Ídem.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 23
no son siempre unidereccionales sino respectivamente
codeterminantes.22
Ellacuría reconoce la dimensión social y personal de la
praxis histórica, basándose en la filosofía de la inteligencia
sentiente de Zubiri23, pensando la historia desde el concepto
de posibilidad; es decir, que la historia no puede reducirse a
sujetos o instancias fuera de ella (un macro sujeto) como lo
sostienen, por ejemplo, Hegel (Espíritu Absoluto) o Engels
(Materia). En efecto, la historia no hay que entenderla como
un progreso cuya meta estuviera prefijada. La realidad
histórica no se predice, sino que se produce, se crea a partir
de la praxis humana sobre la base del sistema de posibilidades
determinado por cada situación y momento del proceso
histórico. 24 Es así como el proceso histórico no está
determinado ni orientado por algo, sólo por lo que pueda hacer
y crear la actividad humana a partir de la apropiación de
posibilidades y según determinadas capacidades.
Pero nada nos asegura que la apropiación de
posibilidades sea la más adecuada para la instauración de la
justicia. Por eso, para Ellacuría, la praxis no es liberadora en
sí misma. El ser humano se va configurando históricamente
en virtud de las posibilidades que en cada momento recibe y
se apropia. En este sentido, la realidad histórica puede ser
principio de libertad, humanización y liberación, pero también
de alineación, dominación y opresión. De esto se desprende
su interés por plantearse la necesidad del aporte de la filosofía
a las luchas por la liberación; es decir, que la praxis histórica
sea una praxis liberadora.
22
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Filosofía de la realidad histórica, Ob. Cit., p. 594.
23
Cfr. ZUBIRI, Xavier, Inteligencia y Logos, Alianza Editorial, Madrid, 1982;
Inteligencia y Razón, Alianza Editorial, Madrid, 1983; Inteligencia y Realidad,
Alianza Editorial, Madrid, 1991
24
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Filosofía de la realidad histórica, Ob. Cit., p. 596.
24 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
3. Liberación y Filosofía
A través de la praxis se muestra el poder creativo del
ser humano. Este poder está en estrecha relación con el grado
de libertad que vaya alcanzado [el hombre] dentro del proceso
histórico25. Es así como Ellacuría entiende la libertad:
La opción por la cual la posibilidad se convierte en realidad
implica dar poder a una posibilidad entre otras. El hombre,
por tanto, no es una realidad meramente sub-stante, sino una
realidad supra-stante, en el doble sentido de poder estar sobre
sí y de ofrecerse a sí mismo posibilidades, que no emergen
naturalmente de él, sino que debe crearlas muchas veces y debe
apropiárselas siempre. Y se las apropia en función de lo que
quiere hacer realmente de sí, de la figura que ha ido eligiendo
como propia más allá de cada una de las opciones particulares.
Esta determinación de lo que quiere ser y de lo que quiere
hacer en razón de lo que quiere ser, cualesquiera sean los
estímulos que acompañen este querer, es la libertad. Libertad
que es, por tanto, libertad de la naturaleza, pero en y desde
la naturaleza como subtensión dinámica y, sobre todo, libertad
para ser lo que se quiere ser26.
Como señalábamos, para Ellacuría la realidad histórica
es la total y última realización de lo real, el último estadio de
realidad. Así, la historia se nos presenta como un crecimiento
de la libertad que supone un proceso de liberación progresiva
de la humanidad; liberación de la naturaleza y de todo tipo
de condicionamientos materiales, políticos y sociales. En otras
palabras, la actualización de la libertad es resultado de un
proceso de liberación. De diversas maneras, sostiene Ellacuría,
la filosofía ha estado íntimamente vinculada con la libertad.
Esta consideración implica que es obra de hombres libres, en
pueblos libres, libres al menos de aquellas necesidades básicas
25
SAMOUR, Héctor, Filosofía y libertad en Ignacio Ellacuría. Aquella libertad
esclarecida (Jon Sobrino y R. Alvarado), Sal Terrae, Santander, 1999, p. 110.
26
ELLACURÍA, Ignacio, Filosofía de la realidad histórica, Ob. Cit., p. 350.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 25
que impiden ese modo de pensar que es la filosofía; pero, por
otra parte, admitimos también con nuestro autor que la
filosofía ha ejercido una función liberadora para quien filosofa
y que, como ejercicio supremo de la razón, ha liberado del
oscurantismo, de la ignorancia y de la falsedad a los pueblos27.
Sin embargo, también existen pseudo-filosofías (más bien
ideologías) que han colaborado para mantener órdenes
establecidos lejanos a la libertad y la justicia, jugando un papel
dogmático y anulando la libre determinación de personas y
comunidades.
De todo lo anterior se desprende la función liberadora
que Ellacuría le atribuye a la filosofía, expuesta principalmente
en un trabajo titulado Función liberadora de la filosofía. Esta
función o contribución a la liberación no es meramente
especulativa sino práctica, y parte de darse cuenta de dos
situaciones: (a) Las mayorías populares de Latinoamérica y
la mayor parte de la humanidad viven estructuralmente en
condiciones de opresión y aun de represión, en la cual han
contribuido presentaciones o manifestaciones ideológicas de
ciertas filosofías y aquellas realidades socioeconómicas y
políticas que nutren dichas ideologías. (b) La ausencia de una
filosofía latinoamericana que provenga de su propia realidad
histórica y que desempeñe una función liberada respecto a
ella. Por eso, la finalidad principal y el horizonte fundamental
filosófico estarían indudablemente en la liberación de esas
mayorías. La filosofía tiene una capacidad de crítica y una
capacidad de creación y, evidentemente, éstos son dos
poderosos factores de liberación, y no sólo de liberación
interior o subjetiva, sino también, aunque en un grado
reducido y complementario de liberación objetiva y
estructural28.
Por una parte, la función liberadora de la filosofía se
27
ELLACURÍA, Ignacio, Función liberadora de la filosofía, Ob. Cit., p. 62.
28
Ídem., p. 47.
26 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
29
Cfr. Ídem., p. 47. Cabe aclarar que Ellacuría comprende el término ideología
como ambiguo, pues tiene un sentido positivo y necesario, y otro peyorativo.
El primero consiste en entender la ideología como una explicación coherente,
totalizadora y valorizadora, sea por medio de conceptos, de símbolos, de imáge-
nes, de referencias, etcétera, que va más allá de la pura constatación fragmenta-
da, tanto de campos limitados como, sobre todo, de campos más generales y
aun totales (Ídem., p. 49.). Por su parte, el sentido peyorativo reside en el factor
de ideologización existente en toda ideología, que consiste en expresar visiones
de la realidad que lejos de manifestarla, la esconden y deforman, presentando
como verdadero y justo lo que es falso e injusto.
30
Cfr. Ídem., p. 49.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 27
El peligro de la ideologización consiste en la legitimación
que puede otorgarle a un sistema injusto, en búsqueda de
mantener el status quo, pues se realza lo bueno y se oculta lo
malo que tiene, utilizando expresiones ideales que son
contradichas por los hechos reales y por los medios empleados
para poner en práctica el contenido de dichos ideales. En este
sentido, Ellacuría escribe: Estos se dan en el sistema social
como un todo, por ejemplo, en los marcos constitucionales
que para nada reflejan la realidad o en las instituciones sociales
más restringidas como el ejército o la Iglesia, para no hablar
de los partidos políticos, cuyo discurso conceptual en nada
se adecua con la práctica cotidiana, aunque se supone, cuando
no hay patente hipocresía, que aquel discurso se mantiene
honradamente31.
La filosofía puede ser una herramienta importante, más
no la única ni suficiente, contra los aparatos ideológicos, si
ella misma guarda sus cautelas y no se convierte en arma de
ideologización32. Es decir, la filosofía no debe perder su
criticidad pues es algo que, además, la ha distinguido
históricamente.33 La criticidad de la filosofía se complementa
con su fundamentalidad, por la búsqueda de fundamentos.
Cuando se indagan los fundamentos últimos totalizantes se
puede descubrir la des-fundamentación de los aparatos
ideológicos. En otras palabras, la filosofía se encuentra en
posibilidades de identificar y combatir lo que quiere presentarse
como fundamento real algo que en realidad es un fundamento
imaginado o falso.
Pero la labor crítica de la filosofía no se limita a su faceta
negativa. La criticidad debe partir desde algo y para algo, y en
este criticar y negar deben aparecer formulaciones positivas
y aspectos inesperados de la realidad, ocultos muchas veces
31
Ídem., p. 50.
32
Ídem., pp. 49-50.
33
Cfr. Ídem., p. 50.
28 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
34
Cfr. Ídem., p. 52.
35
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, El desafío de las mayorías pobres, ECA 493-494,
1989, p. 1079.
36
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Función liberadora de la filosofía, Ob. Cit., p. 53.
37
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, El desafío de las mayorías pobres, Ob. Cit., p. 1078.
38
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Función liberadora de la filosofía, Ob. Cit., p. 60.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 29
transformación, pero también con el entendimiento de esa
historia y con la iluminación de esa transformación39. Para
Ellacuría, la reflexión filosófica, ejercitada desde un logos
histórico, no intenta tan sólo determinar la realidad y el sentido
de lo ya hecho, sino que, desde esa determinación y en
dirección a lo por hacer, debe verificar, hacer verdadero y real
lo que ya en sí es principio de verdad40. Si bien, todo tipo de
actividad humana está incluido en la reflexión filosófica de
la praxis humana, Ellacuría pone énfasis en las praxis
históricas de liberación, es decir, en aquellas que actúan como
productoras de estructuras nuevas más humanizantes.
Para Ellacuría, ya decíamos, la liberación es un proceso
a través del cual el hombre va ejerciendo su libertad, va
haciéndose cada vez más libre, gracias a su estructura de
esencia abierta. La liberación es, por lo pronto, un proceso.
Un proceso que, en lo personal, es, fundamentalmente, un
proceso de conversión y que, en lo histórico, es un proceso de
transformación, cuando no de revolución 41 . Bajo esta
perspectiva, la liberación consiste en: Liberación de las
necesidades básicas, cuya satisfacción es necesaria para una
vida humana.42 Es lo que se debe llamar, según Ellacuría,
liberación de la opresión material. Liberación de las
ideologías y de las instituciones jurídico-políticas
deshumanizante43. Es la libertad de represión. Liberación
personal y colectiva de todo tipo de dependencia que impiden
una autodeterminación plena44. Y la liberación de sí mismo,
pero de sí mismo como realidad absolutamente absoluta, que
39
ELLACURÍA, Ignacio, Tesis sobre la posibilidad, necesidad y sentido de una
teología latinoamericana en Escritos Teológicos, Tomo I, UCA Editores, San
Salvador, 2000, p. 295.
40
Ídem., p. 297.
41
ELLACURÍA, Ignacio, En torno al concepto y a la idea de liberación, en Escri-
tos Teológicos, Tomo I, Ob. Cit., p. 640.
42
Cfr. Ídem., p. 645.
43
Cfr. Ídem., p. 645.
44
Cfr. Ídem., p. 646.
30 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
45
Ídem., p. 646.
46
ELLACURÍA, Ignacio, Hacia una fundamentación del método teológico latino-
americano, en Escritos Filosóficos, Tomo III, UCA Editores, San Salvador,
2001, p. 216.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 31
Al ser momentos ideológicos de la praxis humana, los
conceptos pueden convertirse en momentos ideologizados
cuando ocultan o protegen intereses y privilegios minoritarios.
Es así como la historización hace una función de
desideologización, pues cuestiona y desfundamenta aquellos
conceptos que, por ejemplo, presentados como inmutables e
invariables por una supuesta naturaleza humana son negación,
en la realidad, de lo que dicen ser. En efecto, este método
responde a la necesidad de hacer históricos unos conceptos
abstractos y universales que, probablemente, pueden estar
protegiendo los intereses de los sectores privilegiados de una
sociedad. Diría Ellacuría, mostrar qué van dando de sí en
una determinada realidad ciertos conceptos, es lo que se
entiende por historización47.
Dicho método fue aplicado de manera explícita por
Ellacuría al analizar tres conceptos: bien común, derechos
humanos y propiedad privada. En efecto, sobre la base de estos
tres artículos, podemos sostener que historizar un concepto
consiste en48: (a) Verificar si en una realidad determinada se
da lo que formalmente se presenta en el concepto. (b) Descubrir
si lo que hace el concepto en esa realidad determinada está al
servicio de los intereses de grupos privilegiados, que son
precisamente los que más reivindican dicho concepto. Para
Ellacuría, las ideologías dominantes viven de una falacia
fundamental, la de dar como conceptos históricos, como
valores efectivos y operantes, como pautas de acción eficaces,
unos conceptos o representaciones, unos valores y unas pautas
de acción, que son abstractos y universales. Como abstractos
y universales son admitidos por todos; aprovechándose de
ello, se subsumen realidades, que en su efectividad histórica,
47
ELLACURÍA, Ignacio, La historización del concepto de propiedad como prin-
cipio de desideologización, en ECA 335-336, 1976, p. 428.
48
Cfr. SERRANO, Omar, Sobre el método de la historización de los conceptos de
Ignacio Ellacuría en Para una Filosofía liberadora, UCA Editores, San Salva-
dor, 1995, p. 44.
32 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
49
ELLACURÍA, Ignacio, La historización del concepto de propiedad como prin-
cipio de desideologización, Ob. Cit., p. 428.
50
Ídem.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 33
hermenéutica está el concepto de historia como acción
histórica, como proceso real histórico, con la hermenéutica
social e histórica, que le corresponde51.
En conclusión, frente a la abstracción que realiza la
ideologización, el método de la historización de los conceptos
busca la verificación histórica para mostrar si es verdad y en
qué sentido lo es cualquier principio, formulación o discurso
abstracto, pues la puesta en práctica de cualquiera de ellos
muestra lo que esconde o descubre, o las insuficiencias de los
métodos utilizados para lograr sus contenidos.
51
ELLACURÍA, Ignacio, Hacia una fundamentación del método teológico lati-
noamericano, Ob. Cit., p. 199.
52
ELLACURÍA, Ignacio, Historización del bien común y de los derechos huma-
nos en una sociedad dividida, en Escritos Filosóficos, Tomo III, UCA Edito-
res, San Salvador, 2001., pp. 211. Este artículo constituye una ponencia de
Ellacuría en un Encuentro Latinoamericano celebrado en febrero de 1978, en
San José. Fue publicado en la revista Christus, octubre de 1979, México, pp.
42 48, con el título Derechos humanos en una sociedad dividida.
34 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
53
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Historización del bien común y de los derechos
humanos en una sociedad dividida, Ob. Cit., pp. 212-214.
54
Ídem., pp. 214-215.
55
Ídem., p. 215.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 35
En la realidad vemos muchas acciones que, predicadas
como bien común, en los hechos dejan de ser una totalidad
para convertirse en una parcialidad, de la cual no sólo no
disfrutan todos sino que disfrutan unos pocos, porque otros se
ven privados de disfrutar lo que han producido. Detrás de estas
acciones existe un mecanismo ideológico que desfigura de esta
manera el bien común, pues se afirma idealmente la búsqueda
de éste y no se realiza ni se historiza esa afirmación ideal y
formal. Esto en virtud de dos modos: ante todo, no se verifica
cuán común es el bien propuesto como bien común, esto es, a
cuántos y de qué modo alcanza la utilización de ese bien común;
después, se propugna abstractamente un bien común sin que
se pongan las condiciones materiales para su realización, más
aún, poniendo aquellas condiciones materiales que hacen
imposible la realización de un auténtico bien común56. A lo
anterior hay que añadir otro factor que colabora con la
ideologización del bien común: aceptar que el orden establecido
es un orden fundamentalmente justo, y no se quiere ver qué
situación real de injusticia puede darse tras la apariencia de
una falta de orden, de paz y de legalidad; no se acepta que el
orden y la paz no son tales si no responden a la existencia más
radical del bien común y sólo pueden ser valorados por su
relación con él57. Y es que una teoría del bien común que no
se posibilite su puesta en práctica en una sociedad internamente
conflictiva, que no tenga en cuenta la existencia de intereses
contrario, no puede plantear ni resolver el problema de la
superación del mal común. Lo primero que debe percatarse es
que en la realidad hay un dominio del mal común,
entendiéndose esto como aquel mal estructural y dinámico que,
por su propio dinamismo estructural, tiene la capacidad de hacer
malos a la mayor parte de los que constituye una unidad social58.
56
Ídem., p. 216.
57
Ídem., p. 216.
58
ELLACURÍA, Ignacio, El mal común y los derechos humanos, en Escritos
Filosóficos, Tomo III, Ob. Cit., p. 448.
36 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
59
ELLACURÍA, Ignacio, Historización del bien común y de los derechos huma-
nos en una sociedad dividida, Ob. Cit., p. 219.
60
Cfr. Ídem., pp. 220-221.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 37
De lo cual se desprende que el tercer mundo es la verdad del
primer mundo y las clases oprimidas son la verdad de las
clases opresoras61. Con lo cual volvemos al ya mencionado
lugar-que-da-verdad; es decir, desde la realidad de las
mayorías oprimidas debe verse la verdad del bien común. En
este sentido, es necesario un proceso de liberación porque
sólo mediante este proceso podrá llegar a hablarse de un
verdadero bien común, que pueda ser participado de manera
equitativa por todos los integrantes de la humanidad.
Contra el mal común imperante, el proceso de
liberación deberá apuntar hacia el bien común. Éste será,
por tanto, un bien realmente común, cuando tenga la
capacidad de afectar con su bondad a la mayor parte; segundo,
cuando tenga de por sí esa comunicabilidad bienhechora;
tercero, cuando tenga un cierto carácter estructural y
dinámico62. En otras palabras, se trata de hacer justicia
estructural e institucional que posibilite eficazmente a que la
mayor parte de los individuos puedan satisfacer sus necesidades
básicas y puedan construir personalmente sus vidas. Lo cual
conlleva a evitar que unas minorías se aprovechen del bien
que a todos pertenece, pues el bien común atiende al todo de
la sociedad, pero no puede atender de la misma forma a todos
los miembros de la sociedad, si es que en ella se dan sectores
que son negadores del bien común63.
Por último, Ellacuría no acepta el colectivismo que deja
en manos exclusivas del Estado la realización del bien común,
ni tampoco admite, como hemos visto, que el bien común se
logre por la mera suma de la consecución del bien propio. Su
posición requiere de la participación de la sociedad: La
discusión del bien común debe proponerse en términos
61
Ídem., p. 222.
62
ELLACURÍA, Ignacio, El mal común y los derechos humanos, Ob. Cit., p. 449.
63
ELLACURÍA, Ignacio, Historización del bien común y de los derechos huma-
nos en una sociedad dividida, Ob. Cit., p. 224.
38 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
64
Ídem., p. 225.
65
ELLACURÍA, Ignacio, El mal común y los derechos humanos, Ob. Cit., p. 449.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 39
fácilmente son utilizados ideológicamente no al servicio del
hombre y su liberación, sino a los intereses de unos grupos
que oprimen a otros. La historización de los derechos
humanos, nos dice Ellacuría, no consiste formalmente en
contar la historia del concepto, ni tampoco relatar la historia
real connotada, sino que trata en 66 (a) la verificación práxica
de la verdad-falsedad, justicia-injusticia, ajuste-desajuste que
se da del derecho proclamado; (b) la constatación de si el
derecho proclamado sirve para la seguridad de unos pocos y
deja de ser efectivo para los más; (c) el examen de las
condiciones reales, sin las cuales no tienen posibilidad de
realidad los propósitos intencionales; (d) la desideologización
de los planteamientos idealistas, que en vez de animar a los
cambios sustanciales, exigibles para el cumplimiento efectivo
del derecho y no sólo para la afirmación de su posibilidad o
desiderabilidad, se conviertan en obstáculo de los mismos; y
(e) la introducción de la dimensión tiempo para poder
cuantificar y verificar cuándo las proclamaciones ideales
pueden convertirse en realidades o alcanzar, al menos, cierto
grado aceptable de realización.
La universalidad es una de las características de los
derechos humanos que con mayor facilidad puede caer en la
abstracción, en una mistificación semejante a lo que sucede
con el bien común y, por tanto, en la ya tan reiterada
ideologización. En efecto, Ellacuría nos da cuenta de que las
primeras declaraciones de derechos humanos, aún cuando se
proclamaron como para todos los hombres y se sostuvo su
universalidad, en la práctica son derechos limitados a una
forma determinada de ser hombres67. Esto debido, en parte, a
que en el proceso real de surgimiento de los derechos humanos
66
Cfr. ELLACURÍA, Ignacio, Historización de los derechos humanos desde los
pobres oprimidos y las mayorías populares, en Escritos Filosóficos, Tomo
III, Ob. Cit., p. 434.
67
Cfr. Ídem., p. 437.
40 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
68
Ídem., p. 437.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 41
la realidad más universal y donde los derechos humanos son
negados sistemáticamente. Además, a partir de este lugar
epistemológico se adquiere una posición crítica sobre la
doctrina de los derechos humanos; desde la cual, por ejemplo,
no se acepta ingenuamente una posición eurocéntrica que
identifique el proceso de los países primermundistas con la
dirección global del proceso histórico, y es capaz de denunciar
la mentira de los países ricos y de las clases poderosas
dominantes, que tratan de aparentar el que en ellos se da el
pleno cumplimiento de los derechos humanos, cuando lo que
se da es el disfrute de derechos nacionalistas, mediante la
negación efectiva de los derechos que competen a la
humanidad en su conjunto69.
Así, la historización exige buscar la raíz más profunda
de la negación de los derechos humanos, que debe verse desde
dos polos: desde la realidad negada, que no puede llegar a ser
aquello que podría y debería ser precisamente porque se lo
impiden, y desde la realidad negadora, sea ésta personal,
grupal, estructural, institucional, etcétera. Este es un proceso
dialéctico donde la teoría interviene para descubrir la
historicidad del derecho negado y deseable, y donde praxis
debe luchar por la realización de la justicia, y para lograr
superar la realidad negadora de dicho derecho. Es la lucha
por los derechos humanos como expresión más clara de una
conciencia madura al respecto: (...) los derechos humanos
deben ser primariamente derechos de los oprimidos, pues los
opresores no pueden tener derecho alguno, en tanto que
opresores, y a los sumo tendrán el derecho a que se les saque
de su opresión. Sólo haciendo justicia a los pueblos y a las
clases oprimidas se propiciará su auténtico bien común y los
derechos humanos realmente universales70.
69
Ídem., p. 443.
70
ELLACURÍA, Ignacio, Historización del bien común y de los derechos huma-
nos en una sociedad dividida, Ob. Cit., p. 223.
42 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
71
ELLACURÍA, Ignacio, Historización de los derechos humanos desde los pobres
oprimidos y las mayorías populares, Ob. Cit., p. 439.
72
Ídem., p. 442.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 43
probablemente consista en una forma velada de defender lo
ya adquirido o adquirible en el futuro por los más fuertes. La
lucha por los derechos humanos debe consistir no sólo en un
triunfo de la razón sobre la fuerza, sino en hacerle justicia al
oprimido, al débil, contra el opresor, a través de una praxis
que supere las realidades negadoras de los derechos humanos.
En efecto, es necesario comprender la justicia y los derechos
humanos como una de sus concreciones como el objetivo
primario del proceso de liberación; pero una justicia de todos
para todos, entendiendo por justicia que cada uno sea, tenga
y se le dé, no lo que se supone que ya es suyo, porque lo
posee, sino lo que le es debido por su condición de persona
humana y de socio de una determinada comunidad y, en
definitiva, miembro de la misma especie, a la que en su
totalidad psico-orgánica corresponde regir las relaciones
correctas dentro de ella misma y en relación con el mundo
natural circundante. Puede decirse que no hay justicia sin
libertad, pero la recíproca es más cierta aún: no hay libertad
para todos sin justicia para todos73.
CONCLUSIÓN
El método de historización es una forma peculiar para
enfrentarse a la realidad. Se origina de una filosofía que se
comprende como saber historizador, que se piensa desde y
para una realidad concreta, y que es fruto de comprender la
historia como apropiación de posibilidades. La historización
de los derechos humanos desde la realidad negadora y desde
una perspectiva que descubra cuál es el rostro histórico del
derecho deseable y posible, constituye una dialéctica que le
otorga un gran valor a la utopía: Se da aquí una relación entre
utopía y denuncia que mudamente se potencian. Sin una cierta
73
ELLACURÍA, Ignacio, En torno al concepto y a la idea de liberación en Escri-
tos Teológicos, Tomo I, Ob. Cit., p. 647.
44 MARTINEZ, Alejandro R. Derechos Humanos, Liberación y Filosofia de la Realidad Histórica
74
ELLACURÍA, Ignacio, Historización de los derechos humanos desde los po-
bres oprimidos y las mayorías populares, Ob. Cit., p. 438.
75
DE LA TORRE RANGEL, Jesús Antonio, Derechos humanos desde el iusnatu-
ralismo histórico analógico, Porrúa UAA, México, 2001, p. 72.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 45
momentos ideológicos que desenmascarar. Ambas posturas
deben ser historizadas para, yendo más allá de sus discursos
abstractos, describir la función que realizan a favor o en contra
de los procesos de liberación. Aunado a lo anterior, se reafirma
que el proceso de los derechos humanos es algo inacabado,
en el cual pueden generarse nuevos derechos y darse nuevas
interpretaciones de los existentes. Así, los derechos humanos
no son un producto histórico que haga acto ciertas potencias
establecidas desde siempre en el ser humano, sino que es
producto de la praxis humana dentro de un momento de la
historia que otorga ciertas posibilidades, como parte de su
hacerse cargo de la realidad. Por eso, si la realidad actual es
drásticamente diferente a la realidad donde se generaron las
primeras declaraciones de derechos, la concepción, filosofía
y defensa de estos, si efectivamente quieren ser parte de las
luchas de liberación de los pueblos y grupos sociales, de sus
resistencias ante los excesos de todo tipo de poder, deben
repensarse y evitar caer, según palabras de David Sánchez
Rubio, en una cultura anestesiada de los derechos humanos.76
76
Cfr. SÁNCHEZ RUBIO, David, Contra una cultura anestesiada de los dere-
chos humanos, UASLP CEDH, San Luis Potosí, 2007.
46
2 DIREITOS HUMANOS NO
SÉCULO XXI: A RECONFIGURAÇÃO
CONTEMPORÂNEA DA QUESTÃO
DESDE A CRÍTICA DA IDÉIA
MODERNA DE LIBERDADE
Ricardo Timm de Souza
INTRODUÇÃO
O presente texto, cujas linhas principais de argumen-
tação remontam a uma série de trabalhos nossos, tanto re-
centes quanto antigos1, pretende se constituir em uma abor-
1
As bases filosóficas gerais próximas e distantes do presente texto, que não
serão aqui referidas em detalhe para evitar o excesso de citações, encontram-
se especialmente em nossos livros O tempo e a Máquina do Tempo estudos
de filosofia e pós-modernidade; Totalidade & Desagregação. Sobre as frontei-
ras do pensamento e suas alternativas; Existência em Decisão uma introdu-
ção ao pensamento de Franz Rosenzweig; Sujeito, Ética e História Levinas, o
traumatismo infinito e a crítica da filosofia ocidental; Sentido e Alteridade
Dez ensaios sobre o pensamento de Emmanuel Levinas; Metamorfose e extin-
ção sobre Kafka e a patologia do tempo; Ainda além do medo filosofia e
antropologia do preconceito; Sobre a construção do sentido o pensar e o agir
entre a vida e a filosofia; Responsabilidade Social uma introdução à Ética
Política para o Brasil do século XXI; Ética como fundamento uma introdução
à ética contemporânea; As fontes do humanismo latino A condição humana
no pensamento filosófico contemporâneo; Razões plurais itinerários da raci-
onalidade ética no século XX; Sentidos do Infinito A categoria de Infinito
nas origens da racionalidade ocidental, dos pré-socráticos a Hegel; Em torno
à Diferença aventuras da alteridade na complexidade da cultura contempo-
rânea, bem como nos artigos e capítulos Nós e os outros. Sobre a questão do
humanismo, hoje; Justiça, liberdade e alteridade ética. Sobre a questão da
radicalidade da justiça desde o pensamento de E. Levinas; Da lógica do
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 47
dagem inicial da reconsideração filosófica de um ponto es-
pecialmente sensível da questão dos direitos humanos: o
tema da liberdade. Promulgado desde os alvores da moder-
nidade como uma espécie de proto-direito, por todos os de-
mais pressuposto, o direito à liberdade individual se confi-
gura simultaneamente como uma das maiores conquistas da
modernidade e como um verdadeiro foco instável e sensí-
vel para efetivação mínima do que normalmente se entende
por direitos humanos, sejam os considerados fundamentais,
sejam os considerados derivados, que habitam o lugar-co-
mum mental quando tal temática é abordada e isso tanto
entre especialistas como entre leigos no assunto. O fato é
que, em nome de uma idéia geral de liberdade, tanto se rea-
lizam aspectos do que se entende, desde variadas vertentes
filosóficas, como expressões legítimas de liberdade, como
também se obliteram amiúde dimensões de efetivação real
de liberdade, ou seja, daquilo que se entende de modo am-
plo por este termo para além de conveniências particulares
de indivíduos ou grupos restritos. Assim, de um modo mais
específico, nossa tarefa aqui consiste essencialmente em
problematizar criticamente este conceito, procurando mos-
trar a) a que ponto exatamente este lugar-comum atrás re-
ferido não apenas não mantém consistência teórica na con-
temporaneidade, como tem se constituído tanto em álibi para
o cometimento de violência em nome da liberdade! ,
como também na razão de certas lógicas de violência, e b)
como o pensamento filosófico contemporâneo oferece alter-
nativas profícuas ao desgastado conceito de liberdade mo-
derna. Em suma, o que aqui pretendemos é propor de forma
incipiente as condições de uma crítica, mais implícita do
2
Cf. nosso Totalidade & Desagregação sobre as fronteiras do pensamento e
suas alternativas, especialmente p. 15-29.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 49
berdade, porque expõe a não-liberdade real que habita o nú-
cleo de tal idéia de instituição3 um tema, aliás, que é central
nas teorias da cultura pelo menos desde Foucault. Por outro
lado, seu processo de crescente aceitação social, no sentido
de fundar ideologicamente a sociedade moderna, que contou
desde a primeira hora com o aval e a legitimação argumenta-
tiva, para os padrões modernos, de filósofos eminentes boa
parte da filosofia política moderna é, em suma, um vasto elo-
gio à liberdade: Rousseau, Kant, especialmente Hegel, e tan-
tos outros4 , acaba, em seu processo osmótico com o capita-
lismo florescente, por se confundir exatamente com dimen-
sões essenciais deste (como bem o evidenciam as retóricas
correntes da globalização desenfreada), em um processo de
mútua pertença e teia de sentidos de elucidação extremamente
difícil teoricamente, embora constituidor do imaginário soci-
al contemporâneo das sociedades ditas democráticas5. Pois
temos hoje, na geopolítica global, precisamente os resultados
desta complexa articulação, com suas infinitas contradições,
avanços e apropriações discursivas e ideológicas6. E, não obs-
tante, é deste veio que se alimentam algumas das mais sofis-
ticadas teorias contemporâneas dos direitos humanos, mui-
tas vezes ignorando exatamente as condições desta comple-
xidade ambígua com todas as suas idiossincrasias violentas.
Como já dissemos, o que aqui se pretende é propor as
condições de uma crítica das idéias correntes de direitos hu-
3
Cf. nosso Ética como fundamento uma introdução à ética contemporânea,
p. 30-34.
4
Cf. nossos Sentidos do Infinito A categoria de Infinito nas origens da raci-
onalidade ocidental, dos pré-socráticos a Hegel, Hegel e o infinito alguns
aspectos da questão e Responsabilidade Social uma introdução à Ética
Política para o Brasil do século XXI, entre outros.
5
Cf. especialmente FLICKINGER, Hans-Georg. Em nome da liberdade ele-
mentos da crítica ao liberalismo contemporâneo e Marx e Hegel o porão de
uma filosofia social.
6
Cf., apenas a título de exemplo, AGAMBEN, Giorgio. Homo sacer o poder
soberano e a vida nua I e Estado de Exceção.
50 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
7
Cf. nossos Fontes do humanismo latino A condição humana no pensamento
filosófico moderno e contemporâneo(Introdução); Humanismo e alteridade.
A filosofia frente à radicalidade do desafio humano; A dignidade da pessoa
humana; uma visão contemporânea; Nós e os outros. Sobre a questão do
humanismo, hoje.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 51
de abrangência muito adequada; temos, porém, que nos ver
com problemas graves que advêm, justamente, da articula-
ção íntima entre ser humano e liberdade. A questão é:
não serão, estas idéias de livre-arbítrio que derivam em ações
livres, em última análise, expressões camufladas de determi-
nismos genéticos, constitucionais, históricos? Não chegará a
ciência, eventualmente, a evidenciar esta causalidade neces-
sária e absoluta, esvaziando exatamente o que de mais caro
habita e tem habitado pelos séculos a idéia de liberdade, a
livre opção, o livre-arbítrio consubstanciado em ações huma-
nas adjetivadas livres? O que seria da própria idéia de li-
berdade, e de tudo o que dela deriva, se isso se configurasse
dessa forma? A falência do modelo tradicional de liberdade
não significaria, ipso facto, a falência da própria idéia de hu-
manidade que se foi constituindo ao longo dos séculos da
civilização ocidental e da qual somos, de uma ou de outra
forma, todos credores?
Estas questões precisam ser repensadas a fundo. Pare-
ce-nos que o que as pode resumir operacionalmente é o se-
guinte: não se tratará, a liberdade, de uma ilusão, ou seja, não
será o ser humano não apenas condicionado por circunstân-
cias históricas e sociais e instintos biológicos, mas predeter-
minado por instintos que, assumindo aspectos sociais e cul-
turais, tomam a aparência de decisões livres?
O tema é, sob qualquer ângulo de visão, extremadamente
complexo. A rigor, e com todas as ressalvas da fenomenolo-
gia8, é muito difícil, senão impossível, determinar com preci-
são até que ponto uma certa forma de agir não é determinada
por um conjunto de instintos biológicos e determinações so-
ciais e culturais que emprestam a esta forma de agir a aparên-
cia de ação livre quando, na verdade, trata-se de uma ação
predeterminada por estes instintos e determinações (muito
8
Cf. nosso Sobre a construção do sentido o pensar e o agir entre a vida e a
filosofia.
52 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
9
Cf. DERRIDA, J. Force de Loi: le fondement mystique de lautorité, bem
como nosso Razões plurais itinerários da racionalidade ética no século XX:
Adorno, Bergson, Derrida, Levinas, Rosenzweig.
10
Cf. nosso Ética como fundamento uma introdução à ética contemporânea,
p. 19-20.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 55
precípuo de sub-stância que, sub-jazendo às ações, dispensa
as adjetivações tradicionais nas quais a palavra livre é nor-
malmente compreendida. Em suma, um ato não é primaria-
mente livre, mas primariamente é ético ou não-ético (não-
neutro), e, se é ético ou não-ético, é livre no seu destino ético,
na realidade da obra em que culmina, independentemente
do que a ciência ou a filosofia possam dizer a respeito da
idéia de liberdade. Essa é uma solução da questão da liberda-
de que, sem tentar escapar às teias do cientificismo como as
soluções filosóficas tradicionais se estabelece em um outro
registro de realidade, onde a questão não é o problema teóri-
co da liberdade, mas o estatuto ético das ações uma formu-
lação algo modificada da liberdade investida de que fala Le-
vinas11. A liberdade é, assim, essencialmente subalterna à
ética.
11
Cf. nosso Justiça, liberdade e alteridade ética. Sobre a questão da radicali-
dade da justiça desde o pensamento de E. Levinas.
56 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
12
LEVINAS, E. Humanismo do outro homem.
13
Cf. SOUZA, Ricardo Timm de. Fenomenologia e metafenomenologia: subs-
tituição e sentido sobre o tema da substituição no pensamento ético de
Levinas. In: SOUZA, Ricardo, Timm de; OLIVEIRA, Nythamar Fernandes
de. (Orgs.) Fenomenologia hoje existência, ser e sentido no alvorecer do
século XXI, p. 379-414.
58 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
14
FLICKINGER, Hans-Georg. Im Namen der Freiheit Über die Instrumen-
talisierbarkeit der Menschenrechte, in: Deutsche Zeitschrift für Philoso-
phie, Berlin 54 (2006) 6, p. 851: Die Instrumentalisierung der Menschen-
rechte zu Gunsten der globalen Durchsetzung des (neo)liberalen Gesells-
chaftskonzepts gehört zu den charakteristischen Merkmalen gegenwärti-
ger Machtpolitik auf internationaler Ebene. Man könnte auch von einem
Imperialismus falsch verstandener Menschenrechte sprechen, der ohne
die Annerkennung des ihnen zu Grunde liegenden Faktums menschlicher
Freiheit die Menschenrechte in Misskredit zu bringen droht. Will man de-
ren zentrale Rolle in der Ausgestaltung einer auch internationalen Freiheit-
sordnung nicht verspielen, lohnt der Blick auf die Begründungsdefizite
ihres verherrschenden liberalen Verständnisses. Diese sind es, die über
die Machanfálligkeit des gegenwártigen Menschenrechsdiskurses au-
fklären (tradução nossa).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 59
das representações vividas no último século denunciaram
suficientemente15. A reordenação da questão dos direitos
humanos a partir de uma nova noção de humanidade na qual
a idéia de liberdade se insira nos moldes atrás descritos fa-
lhará, porém, se não tivermos, no conjunto das reflexões, algo
que já foi referido rapidamente na cadeia argumentativa: a
vontade de justiça. É a vontade de justiça, a loucura pela
justiça, no sentido de Derrida, que permite ao humano per-
manecer em si, em sua humanidade.
Como, agora, pensar a questão da justiça no presente
contexto, de modo aproximado, porém incisivo? Parece-nos
a solução traumática a mais adequada. É necessário conside-
rar, neste momento, o próprio fundamento do pensar desde
um ponto de vista que, geralmente, não é suficientemente
levado em conta, quando se pensa no conjunto da filosofia. É
necessário pensar o momento onde nossa respiração é sus-
pensa pela suspensão da própria vida que ocorre, por exem-
plo, na percepção de uma situação de injustiça cometida, algo
que nos traumatiza, algo que nos revolve internamente, algo
que desordena as nossas lógicas e faz com que a própria idéia
de justificar o acontecido apareça como indecente16. Talvez
seja este um dos inícios do pensamento, talvez seja isto que
tenha dado origem ao próprio pensamento: o insuportável
que, ao trazer à nossa consciência a consciência da precarie-
dade da existência, nos interdita a paz. Pois é possível pensar
também a filosofia como indignação; indignação frente ao fato
de que a realidade é tratada indignamente; indignação frente
à percepção do fato de que temos sido indignos das expecta-
tivas que, de alguma forma, se abrem a nós pela promessa de
futuro que a nossa vida propõe; indignação frente às habili-
15
Cf., entre outros, NESTROWSKY, Arthur; SELIGMANN-SILVA, Márcio
(Orgs.), Catástrofe e Representação.
16
Cf. nosso ensaio O delírio da solidão: o assassinato e o fracasso original.
In: SOUZA, R. T. Sentido e Alteridade Dez ensaios sobre o pensamento de
E. Levinas, p. 23-43.
60 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
17
Tratamos deste tema em nosso ensaio Da neutralização da diferença à dig-
nidade da Alteridade: estações de uma história multicentenária. In: SOU-
ZA, R. T. Sentido e Alteridade Dez ensaios sobre o pensamento de E. Levi-
nas, p. 189-208.
62 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
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. Im Namen der Freiheit Über die Instrumentalisierbarkeit
der Menschenrechte. In: Deutsche Zeitschrift für Philosophie. Ber-
lin: 54 (2006) 6, p. 841-852.
64 SOUZA, Ricardo Timm de Direitos Humanos no Século XXI
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene como trasfondo el problema
general de la relación entre las personas y los sistema legales.
Desde ese marco, se aborda la cuestión de la secularización
de la ley desde una perspectiva doble, histórica y actual. En
términos históricos, se buscan los elementos que en el
contexto cultural occidental dieron lugar a este proceso
complejo. Se parte de la perspectiva frente a la ley mostrada
por Jesús, como motor de la crítica secularizadora. En la historia
se ha sospechado más de las personas que de las buenas
instituciones legales o políticas. Frente a ello, irrumpe la
posición de Jesús, las instituciones son medios al servicio de
la vida de las personas, que son por tanto el fin al que deben
servir. Este es el punto de partida para una crítica secularizadora
y humanizadora de las instituciones. Cuando se entra en diálogo
con otras posiciones de nuestra Antigüedad, por ejemplo con
el mundo griego, esta posición mostrará algunos de los límites
que el funcionamiento de las instituciones legales tiene para
los seres humanos. En la modernidad, donde también se parte
de una secularización que busca la humanización de las
instituciones, se adopta una posición de defensa de la persona
frente al sistema legal y político fundamentalmente
proponiendo unos derechos del individuo previos a las leyes
y al Estado. Los sistemas legales se mejoran incorporando
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 69
derechos humanos, pero anteponiendo de nuevo, institución
a persona. En este contexto, y ante los límites que este proceso
de perfeccionamiento de las instituciones tiene, surge de nuevo
en la actualidad la necesidad de pensar un marco de relación
entre los sujetos y las instituciones que no sea de simple
subordinación. Ello lo que está planteando no es sólo la cuestión
del tipo de institución a implantar sino el tipo de sujeto y de
relación que se va mantener con las instituciones. Ahí se ubica
entonces la posibilidad del discernimiento de la ley. Ello exige,
a su vez, recuperar entonces el problema del sujeto en nuestro
contexto, la crítica de la idea de sujeto en la postmodernidad
actual y la reivindicación de otros caminos para la expresión
de lo humano a partir de algunas experiencias históricas y
actuales que posibiliten otro marco de relación con la ley.
En cuanto al modo de abordar estas cuestiones
señaladas, he tratado de desarrollar una reflexión libre a partir
de algunos temas abordados por Franz J. Hinkelammert en el
libro El grito del Sujeto. Del teatro mundo del evangelio de
Juan al perro mundo de la globalización (San José, 1999). Ahí
se plantea la posibilidad de elaborar una crítica de la ley y del
poder, inspirándose en los textos del evangelio de Juan. Desde
mi punto de vista, el evangelio de Juan es un libro que alumbra
historia, en el sentido de Zubiri, ya que permite reconocer
nuevas posibilidades de intelección para la acción humana. El
libro de Hinkelammert trata de apuntar esas posibilidades. Una
vez más, lo nuevo reside en la recuperación de la
originalidad. Esto es, en su capacidad para volver a leer en
los orígenes de la experiencia histórica del cristianismo. Ahí
se vislumbran posibilidades de acción y hábitos, de formas de
construir y de estar en la realidad desde donde relacionarse
con la ley y el poder que habían sido cerradas, aunque no
extinguidas, con la inculturación del cristianismo en la sociedad
del imperio romano. Desde este trasfondo, he tratado de lanzar
algunos problemas y de ensayar algunos caminos.
70 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
1
CONILL, J., El poder de la mentira, Madrid, 1997, pp. 22 y ss.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 71
culturas, religiones, y para Dios. O domina, o será dominado.
El gran deconstructor de los residuos metafísicos de occidente,
nos lanza a su vez, paradójicamente, a la misma inconmovible
seguridad sobre el destino de lo humano a la que nos proyecta
el realismo político. Paradójicamente, de interpretaciones
pasamos a evidencias.
Por ello, decía al principio, que proponer un marco
general de que pueda existir una relación entre los sujetos y
las leyes es una tarea sólo aparentemente imposible, pues el
discurso postmoderno tiene un carácter fuertemente ideológico.
Si existe algo así como una relación anterior o coetánea de los
sujetos frente a las instituciones legales éstas serían inviables.
O los sujetos están en el marco institucional subsumidos y
regulados, o la regulación sería un sinsentido. En ese discurso,
se agazapa un presupuesto o idea fuerte de ser humano de
carácter dogmático y que pretende cerrar cualquier otro camino
de expresión y construcción de lo humano. En este sentido,
vivimos tiempos doblemente nietzscheanos. (Sin que ello
suponga otorgarle ningún poder de causación del tiempo
presente). En el plano de las ideas, nos movemos en la
incertidumbre. En el plano de las realizaciones de la razón
práctica hegemónica, se actúa desde el postulado de que la
dominación, en última instancia la muerte del otro/lo otro, es
la garantía de la vida de uno. Esta es la mayor seguridad
metafísica de nuestro tiempo sociohistórico. Ya sabemos qué
ha dado de sí la historia. El gran profeta de nuestro tiempo nos
lo recuerda por si se nos había olvidado: La historia entera no
es otra cosa que la refutación empírica del principio relativo al
llamado orden moral del mundo2. Por ello, sabemos que el
mundo donde vivimos es inmoral, no-divino, inhumano 3.
Desde las ideas dominantes de la cultura occidental,
suele presentarse al ser humano como enfrentado y opuesto
2
NIETZSCHE, F., Ecce homo. Como se llega a ser lo que es, Madrid, 1993, p. 163.
3
El nihilismo: Escritos póstumos, Península, Barcelona, 1998, p. 38.
72 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
4
Cf. Leviatán (1651) Parte I.
5
Cf. Segundo tratado del gobierno civil (1690), passim.
6
A partir de los instintos fuertes se libera el poder destructivo-creador. Siendo la
destrucción, la abolición de la solidaridad de los débiles, del amor al prójimo, de
la compasión, del deseo de vida larga; y estando el camino de lo humano, en la
lucha sin piedad, liberados de la compasión, para asegurar la asimetría de la
dominación que prescribe el espíritu aristocrático, rebelión contra el espíritu
democrático, tras el que se esconden los perdedores y los decadentes.
Sin embargo, los fuertes, no están seguros, tras la falsa humildad de los débiles
se agazapa su resentimiento, que vuelve tras el instinto de rebaño y su deseo de
igualdad para combatir a los mejores tipos. El imperativo es nunca hacer igual
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 73
trasfondo del planteamiento weberiano del poder, se
fundamenta en la dominación de la fiera que es el ser humano.
Para Weber7 el arte real de la política en el que no hay quiebras,
es en última instancia la guerra8. El Estado sólo es definible
sociológicamente por referencia a un medio específico que él
posee: la violencia física. Todo estado está fundado en la
violencia (...) La violencia no es naturalmente ni el medio
normal ni el único medio de que el Estado se vale, pero sí es su
medio específico9. Ese medio distintivo, que es/debe ser
monopolizado por el poder público es la posibilidad radical
de ser tal poder. Lo que es primera ratio, desde un punto de
vista interno y circular también puede ser su última ratio.
¿No es la violencia última ratio del Estado, porque en última
instancia después de otras máscaras sociales, hay siempre
una fiera que someter? ¿Por otra parte, cuál es la fiera por
someter? ¿Es simplemente el sujeto peligroso de conductas
agresivas y antisociales, o es también la hybris de los débiles
que quieren orientar el funcionamiento de las leyes y del poder
lo desigual, en ello consiste la rebelión de los mejores: los más fuertes y afortu-
nados son débiles cuando tienen contra sí los organizados instintos del rebaño,
la cobardía de los débiles, de los superiores en número. (...) Aunque suene raro:
siempre hay que armar a los fuertes frente a los débiles, a los afortunados frente
a los desafortunados, a los sanos frente a los degradados y tarados genéticamen-
te (El nihilismo: Escritos póstumos, Barcelona, 1998, p. 131-132). Por ello, A los
iguales, igualdad; a los desiguales, desigualdad así habla la justicia para noso-
tros. Y lo que se desprende de ello: nunca hacer igual lo desigual (ib.), p. 163.
En estos tiempos neonietzscheanos, no debe sorprender que este autor (aunque
esto no se oiga demasiado), tenga el mismo ideal de justicia que el gran precep-
tor de Alejandro Magno: Aristóteles.
7
Max Weber, a pesar de las diferencias, se mueve en el mismo horizonte metodo-
lógico que Carl Schmitt. Para éste, el espacio de lo político está delimitado por la
distinción de amigo y enemigo. Enemigos son aquellos otros a quienes se puede
potencialmente hacer la guerra, y por tanto matar físicamente. Entre los ami-
gos (el espacio social propio que está construido políticamente por la delimita-
ción de lo interno y lo externo), sobre los que tiene autoridad un soberano,
puede darse el Derecho en estricto sentido.
8
La política como vocación, trad. F. Rubio Llorente, p. 170 (sub. mío).
9
Ib. p. 83.
74 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
10
Cambiar el mundo sin tomar el poder. El significado de la revolución hoy, 2002,
p. 192.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 75
El retorno del sujeto se da en forma de sujeto crítico-
práctico. Dice Holloway sobre el sujeto crítico: somos
personas cuya subjetividad es parte del barro de la sociedad
en que vivimos, somos moscas atrapadas en una telaraña./
¿Quiénes somos pues y cómo podemos criticar? La respuesta
más obvia es que nuestra crítica y nuestro grito surgen de
nuestra experiencia negativa de la sociedad capitalista, del
hecho de que estamos oprimidos, de que somos explotados.
Nuestro grito proviene de la experiencia de la diariamente
repetida separación entre el hacer y lo hecho, una separación
experimentada más intensamente en el proceso de la
explotación pero que impregna cada aspecto de la vida11.
Considero que esto es así, pero además hay que indicar, que
como antes señalamos todos están afectados 12 por las
dinámicas de explotación pluriformes, los críticos y los no-
críticos. El antisujeto pretende asegurarse continuando las
tendencias destructivas del sistema global. El sujeto se rebela
contra las mismas. Pero esta rebelión es ya potencialmente
ubicua. Puede darse en cualquier lugar, en cualquier momento
y por cualquiera. La tópica clásica de los sujetos
revolucionarios es hoy redimensionada.
Por ello, señala Hinkelammert, que el ser humano no
es sujeto, sino hay un proceso en el cual se revela, que no
puede vivir sin hacerse sujeto. No hay sobrevivencia porque
el proceso, que se desarrolla en función de la inercia del
sistema, es autodestructor. Aplasta al sujeto, que cobra
11
Ib., p. 193.
12
Los fabricantes de las telas de araña también se ven envueltos en sus propias
trampas. De alguna manera, la insolidaridad ejercida contra otros y contra la
naturaleza vuelve a veces inesperadamente. Así, por ejemplo, como ya vamos
conociendo cada vez mayor con claridad y actualidad, hay una responsabilidad
social en la generación de desórdenes medioambientales que termina afectan-
do negativamente a las condiciones de sobrevivencia y de desarrollo de la vida
humana. Muchos de los llamados desastres naturales, están agravados y poten-
ciados por la actividad social. La negación de la propia responsabilidad puede
terminar siendo suicida.
76 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
13
HINKELAMMERT, F., La vuelta del sujeto reprimido frente a la estrategia de la
globalización en El vuelo de Anteo. Derechos humanos y crítica de la razón
liberal, Herrera, J. (ed.), Bilbao, 2000, p. 212.
14
Ib.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 77
que no se puede inscribir en otras conceptualizaciones de la
persona, como es la de individuo (presocial y desvincula-
do moral y materialmente, en la tradición liberal-burguesa);
o la de sujeto del conocimiento (en la perspectiva episte-
mológica y metafísica de la filosofía moderna) desvinculado
del mundo-objeto; pero tampoco es el mero sujeto de dere-
cho (que opera en el Derecho gracias al propio Derecho y al
reconocimiento del Estado).
El sujeto no es un ente metafísico transmundano ni
una mónada, sino un ser de este mundo, constituido en una
red social y natural, que es trascendente en el mundo. Esta
trascendencia intramundana es la que le permite reconocerse
vinculado, atravesado tanto por los otros humanos como por
la naturaleza. La idea asesinato es suicidio15, donde asesi-
nato es tanto del otro como la muerte de la naturaleza, da
cuenta de la seriedad con que el sujeto se reconoce siendo
también por el otro y por lo natural, y por tanto sabe radical-
mente de su interdependencia. Esta conceptualización de la
persona como sujeto expresa la necesidad de superar otras
visiones insuficientes e ineficaces de la realidad humana, pero
ella es fruto de una perspectiva, de una mirada sin cuya visi-
ón no es alcanzable la conceptualización de esta posición. La
perspectiva es mirada trascendente porque no se agota en el
límite de la piel, sino que busca allende su realidad inmediata
lo que también forma parte de su realidad y de su experiencia,
pero que si no es descentrándose no puede tomarlas en con-
sideración. Al trascender el límite de su cuerpo, y su interés y
realización autocentrada, puede reconocerse inscrito en un
circuito social y natural. La salida de sí, para responsabili-
zarse en la suerte de los otros y de la naturaleza, no es deca-
dencia ni enfermedad de la voluntad, no es olvido o negación
de sí y permite un reencuentro más pleno con su subjetividad
enriquecida por lo real. La afirmación de la vida como centra-
15
HINKELAMMERT, F., Solidaridad o suicidio colectivo, Costa Rica, 2003, pp. 91 y ss.
78 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
16
Es algo que ha sido mostrado por Elsa Tamez en Pablo y la ley en Romanos.
Una relectura desde América Latina, 2004. (Texto documentación DEI).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 79
deuda externa17. En este contexto emerge la necesidad de
pensar sobre el cumplimiento de las leyes, de las jurídicas y
de las económicas. La reflexión entonces cuestiona tanto el
Estado de derecho como el capitalismo, pensando también
sobre sus posibles alternativas.
Lo que se percibe no es meramente lo que tantas veces
se ha hablado a cerca de los países latinoamericanos, sobre la
corrupción de los administradores públicos y sobre el déficit
de institucionalización de los mecanismos del Estado de
derecho. Si en su origen los compromisos de financiamiento
surgen a veces de dinámicas de corrupción, el cumplimiento
fiel de las obligaciones asumidas es fruto de una mejora en
la dinámica de funcionamiento del Estado de derecho.
Mientras más se cumple, más seguridad jurídica existe de
que los acreedores tienen garantizados el cobro de los intereses
y del capital prestados. Si un país trata de pagar, entonces
podrá seguir recibiendo nuevos créditos, para poder pagar
los créditos anteriores. El caso de Argentina, en los últimos
años, muestra cómo mientras más seguridad jurídica
consiguen los acreedores internacionales más inseguridad
social se puede generar. Esta experiencia, como otras
semejantes, muestra una quiebra de la justificación universal
del pago de las deudas.
La ideología hegemónica había impuesto dos evidencias:
La primera, sin cumplimiento universal de la ley no es posible
la vida social, siendo el Estado la instancia para su efectividad:
el Estado de derecho sirviendo a la ley evita el caos. La
segunda, es que no hay alternativa al Capitalismo: o leyes del
mercado sin distorsiones o miseria y muerte. La subjetividad
estaba entonces ideológicamente subsumida y garantizada
tanto por el funcionamiento del Estado de derecho como por
la economía capitalista.
17
HINKELAMMERT, F., ¿Hay una salida al problema de la deuda externa?, en
El huracán de la globalización, Hinkelammert, F. (compilador), San José, 1999.
80 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
18
(...) entonces Anum y Enlil me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piado-
so, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para
destruir al malvado y al perverso, para evitar que el fuerte oprima al débil, para
que, como hace Shamash Señor del Sol, me alce sobre los hombres, ilumine el
País y asegure el bienestar de las gentes. (Fragmento inicial de Código).
19
El cuerpo es así última instancia del conocimiento de la ley. Es algo que retoma
genialmente Kafka en su obra En la colonia penitenciaria, cuando al condenado
ni siquiera se le comunica la sentencia, si bien, el condenado, aun desconoci-
endo el idioma de la sentencia, llega a conocerla en su cuerpo. En otro contexto,
también puede verse ello en el Salmo 82.
20
Aún cuando los doctores sean quienes imponen el yugo al pueblo, ellos se
sitúan formalmente como esclavos de la ley, que igualmente tienen que hacer
esclavos al resto. Aunque traten de buscar subterfugios para escapar fraudulen-
86 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
22
Dios se levanta en la asamblea divina,/ en medio de los dioses juzga:/ ¿Hasta
cuándo juzgaréis inicuamente,/ y haréis acepción de los impíos?/ juzgad a favor
del débil y del huérfano,/ al humilde, al indigente haced justicia;/ al pobre libe-
rad,/ de la mano de los impíos arrancadle!/ No saben ni comprenden; caminan
en tinieblas,/ todos los cimientos de la tierra vacilan./ Yo había dicho: ¡Voso-
tros, dioses sois,/ todos vosotros hijos del Altísimo!.
23
En esta línea, el Salmo 112, nos dice: Él levanta del polvo al desvalido,/ del
estiércol hace subir a pobre/ para sentarle con los príncipes,/ con los príncipes
de su pueblo.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 89
fondo la cuestión de la blasfemia contra Dios que los fariseos
imputan a Jesús. Pero la blasfemia hay que entenderla en el
contexto de la discusión sobre la ley. Jesús se reclama de fili-
ación divina, pero con ello no reclama sino lo que es condici-
ón de todos (¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho:
dioses sois?, Jn 8, 34b). En la pretensión de Jesús, uno de
tantos, era de filiación divina. Frente a esto, para los fariseos
el Dios del cielo no se podía hacer terreno. Lo inasumible
para los administradores de la ley, era que Dios dejara su tro-
no (celestial), proyectándose en cada uno de lo seres huma-
nos, con ello, no se podía seguir sosteniendo el yugo de la
ley. Parecía que si Dios se hacía como uno cualquiera, la au-
toridad de los administradores de la ley dejaba de estar por
encima, pues el Dios que se abajó desmontó su apariencia
de superioridad, haciéndolos también uno de tantos. La
divinización de los seres humanos borra la supremacía de las
jerarquías mundanas, y pone en pie de igualdad a los seres
humanos con los príncipes, los jueces y las leyes, quienes
tratan de alzarse sobre el resto y ocupar la posición del Altí-
simo para someterlos gracias a su endiosamiento.
Sintetizando la posición de Jesús frente a la ley, diría-
mos que se trata de la afirmación del sujeto como señor de la
ley y de la institución. En términos joánicos, podríamos de-
cir que está en la ley sin ser de la ley: se trata de un señorío
no despótico sobre la ley que busca enfrentar los dinamis-
mos mundanos, es decir, destructivos de la vida de los se-
res humanos.
24
Otros aspectos materiales de esas dos dimensiones pueden ser considerados
como manifestaciones empíricas de éstas, y en este sentido como algo derivado
de ellas, aunque no en un sentido causal sino como sus supuestos. Junto a la
legitimidad, estarían los procesos de legitimación del derecho, y junto a la vali-
dez, están los procesos de eficacia material de las normas, lo que en última
instancia dotaría de existencia a las normas (aunque esa existencia tuviera su
primera instancia en otro lugar).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 91
Los fariseos se decían fieles servidores de la ley, por
tanto reconocían su validez y la acataban y cumplían.
También defendían la santidad y la justicia de la Ley de
Moisés, hoy diríamos que para ellos era una ley absolutamente
legítima. Éstos imputaban a Jesús, su violación, haber roto
la validez de la ley del Sábado por haber curado a un hombre
en Sábado. También el haber tratado de deslegitimarla.
Sin embargo, Jesús pretende a su vez ser auténtico
cumplidor de la ley de Moisés, la cual la consideraría, por
decirlo con nuestros términos, válida y legítima. Es más,
él se presenta no como quien pretende abolir la ley, sino como
su cumplidor y perfeccionador. Aquí no hay en primer
término un problema de reforma del Derecho, es decir, de la
diacronía de la ley, el de una ley mejor que sustituya a la
previa con contenidos más emancipadores; sino de sincronía
de la ley, no de cambios de leyes sino de habérselas con las
leyes en ese momento existentes que están operando ya y
sometiendo el mundo de las interacciones humanas. Ello
implica, que hay un conflicto de fondo entre dos visiones del
Derecho, entre dos teorías, no elaboradas, pero sí presentes
de alguna manera en sus juicios.
Jesús transgrede la ley de Sábado, y viola su tenor lite-
ral y la interpretación que de la misma hacen sus administra-
dores. Pero sin embargo, Jesús violando esta ley, no se reputa
a sí mismo ni como delincuente, ni como hoy podríamos pen-
sar desobediente civil (quien viola una ley injusta a sabien-
das y públicamente para que en el futuro esa ley sea derogada
y cambiada por otra que incorpore los aspectos reivindica-
dos). Sin embargo, los que guardan su validez y legitimidad
son sus incumplidores. Él se entiende a sí mismo como su
perfeccionador. Pero para ello, establece el juicio de reflexi-
vidad sobre la ley, que supone un discernimiento para otro
tipo de cumplimiento. Para ello, rompe el universo autopoié-
tico de la ley, descentrándolo a favor del universo de los se-
res humanos concretos y del pueblo. Para poder cumplir
92 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
25
Ib., p. 36.
26
La estabilidad y subsistencia, es decir, la factibilidad de un sistema político está
también tensionada, condicionada y posibilitada en su caso por la propia facti-
bilidad del conjunto social. La factibilidad social no se plantea con ello como a-
política. Pero dicho sea de paso, tampoco la factibilidad personal está ajena al
campo de la factibilidad política, pudiendo, en ocasiones cuestionar un sacrifi-
cio personal la aceptación de una instancia política.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 93
cimiento (a la ley) como posible instrumento de humanizaci-
ón. Ahora bien, para que la visión de Jesús sea consistente,
estos otros momentos o dimensiones de la ley que surgen a
partir del discernimiento y por tanto de la relación libre fren-
te a la ley, y partiendo de su propio juicio (y continuando esa
lógica implícita en la situación práctica descrita), tienen que
estar integrados sistemáticamente unos con otros. Podríamos
considerar desde esta perspectiva:
1Validez→ 2Legitimidad→ 3Factibilidad social→
4Factibilidad personal27
En este contexto, desde el juicio de reflexividad unos
niveles perfeccionan a los anteriores, sin derogarlos sino
integrándolos en una unidad más compleja, en un universo
plural anclado en un horizonte a servicio de los seres
humanos. No se trata por ello, meramente de una apelación
al sentido de la ley, aunque lo incluye (lo cual podría
entenderse como una interpretación teleológica), o del
reconocimiento de un principio jurídico que cambie el sentido
de la aplicación de una norma (principios jurídicos vs.
normas), ni de un juicio moral externo al derecho que lo
desacredita y propugna por su sustitución, sino en última
instancia de tomar las leyes como supeditadas al proceso de
reproducción de la sociedad y de sus integrantes; y por ello
que el juicio de validez y en su caso de legitimidad, integre
los otros momentos de factibilidad social y personal.
Si se toman como niveles integrables, entonces surge
otra idea de validez donde ésta se perfecciona desde el ni-
vel 2, 3 y 428. Si la ley se aplica sólo desde los niveles 1 y 2,
27
Podríamos hablar en este contexto de una quinta dimensión de factibilidad
ecológica resultante de un sistema jurídico y social, pero dejamos esto por
ahora a un lado en aras de la brevedad.
28
Desde la perspectiva contraria, pueden darse a su vez esquemas de la legalidad
que prescindan de una o varias dimensiones. Por ejemplo, desde el esquema de
legalidad que postula el realismo político (por ejemplo, en Caifás), se prescinde
del nivel de factibilidad personal para pretender asegurar la factibilidad social
y la continuidad de la ley y la institución (Conviene que un hombre muera
94 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
N.4
Nivel 3
Nivel 2
Nivel 1
N.1
Nivel 2
Nivel 3
Nivel 4
Nivel 5
Figura 2: Nivel 1: Validez-existencia; Nivel 2: Legitimidad-
legitimación; nivel 3: Factibilidad social; nivel 4: Factibilidad
personal; nivel 5: Factibilidad ecológica.
29
Los diversos tipos de desintegración podrían representarse cada uno. La figura
1, p. ej. valdría para expresar no sólo la desintegración entre niveles sino por
ejemplo el despotismo individual que no busca un lugar para todos sino a costa
de todos.
96 FRUTOS, Juan Antonio Senent de Sujeto Libre Ante la Ley
1. La mundialización o globalización
La paz, la seguridad, el desarme y el desarrollo huma-
no y sostenible (es decir, no cualquier tipo de desarrollo) bien
pueden considerarse como derechos humanos, pues no fal-
tan razones legitimadoras para ello. Ahora bien, deben con-
frontarse al contexto histórico actual que suele denominarse
como mundialización o globalización, predominantemen-
te comercial y financiera, y en el que se desbordan las fronte-
ras estatales. En realidad, esta globalización se limita en gran
medida a una mundialización de los valores e intereses de
los grandes grupos y fuerzas hegemónicos que dominan la
producción y el mercado capitalistas1, en su versión más ul-
traliberal (el denominado neoliberalismo), es decir, lejos
de llevar a cabo políticas redistributivas de la riqueza a esca-
la planetaria, tal y como se ha venido haciendo, con mayor o
menor efectividad, en los denominados Estados sociales o de
bienestar vigentes en los países capitalistas más industriali-
zados tras la II Guerra Mundial, con el propósito de evitar
conflictos o de resolverlos pacíficamente mediante la con-
1
A saber: los Estados más ricos e industrializados, encabezados por EE.UU. y
su poderoso aparato militar, las instituciones financieras y comerciales
internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, y
Organización Mundial del Comercio, principalmente), todos ellos bajo la tutela
de hecho, por muy opaca que sea, de las grandes empresas y bancos
transnacionales.
98 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
2
Corea, Vietnam, Argelia o Sudáfrica no fueron ni mucho menos lós únicos
casos, pero pueden servir de ejemplo de las guerras nada frías que se
entablaron frente a las potencias coloniales vencedoras en la II Guerra
Mundial.
3
Los conflictos y guerras del Oriente Medio (Israel Palestina, Irak, Aganistán,
) no son más que los más visibles, pues hay otros muchos frentes abiertos,
aunque olvidados (sobre todo en África, pero también en América Latina:
Colombia) por parte de unos medios de comunicación asimismo dominados
y controlados por las fuerzas hegemónicas mencionadas (vèase: Guerra
global permanente. La nueva cultura de la inseguridad, José Angel Brandariz
y Jaime Pastor (ed.), editorial Catarata, Madrid 2005.
4
Dicha hipermediatización resulta evidente si se compara con la repercusión
que tuvieron eventos igualmente sangrientos, como fue, por ejemplo, el
golpe militar efectuado precisamente un 11 de septiembre, el de 1973, en
Chile contra un gobierno democrático, y que desencadenó una represión
cuyo número de víctimas fue aún muy superior. Fue uno más de los muchos
golpes y dictaduras militares subsiguientes de esas características apoyados
por EE.UU. y sus aliados. Asimismo, Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel
de la paz en 1985), señala: el día 11 de septiembre, cuando hubo ese ataque
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 99
tipo de mundialización-globalización una dimensión soci-
al o humana son cada vez más patentes5 y los más perjudi-
cados son, como de costumbre, los más vulnerables6.
7
Véase el párrafo IV de la Declaración de Filadelfia de 1944.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 101
servir de centro que armonice los esfuerzos de las
naciones por alcanzar estos propósitos comunes;
De esto se deduce que, según dicha Carta, la paz y la
seguridad internacionales sólo serán posibles en un contexto
de estabilidad y bienestar generalizados. Poco despúes, con
el propósito de dar contenido a dicha estabilidad y bienestar,
se redactó la Declaración Universal de los Derechos Huma-
nos (DUDH), en la que se enumeran una serie de derechos
considerados de valor universal y que deben ser respetados
por todos. Dichos derechos constituyen la base de la liber-
tad, la justicia y la paz en el mundo. Es decir, la paz debe ser
una paz justa, en la que los conflictos y controversias se resu-
elvan mediante procedimientos pacíficos y equitativos, no
una paz impuesta basada en la represión y en la imposición
por la fuerza de determinados intereses y privilegios elitis-
tas, tanto a escala nacional como internacional, camuflados
bajo eufemismos del estilo de la seguridad nacional e inter-
nacional, el orden público, la lucha contra la subversión
o el comunismo y, más recientemente, la lucha contra el
terrorismo. Una paz sin respeto de los derechos humanos y
de las libertades fundamentales e impuesta mediante la agre-
sión militar no es paz, sino una muestra de la violencia ejer-
cida desde una situación de dominación para silenciar a los
opositores y disidentes, tanto a escala nacional como inter-
nacional.
La I Conferencia Internacional de los Derechos Huma-
nos se celebró en Teherán en 1968 y en ella se aprobó la Pro-
clamación de Teherán, donde se puso de relieve la estrecha
relación entre la paz y los derechos humanos. En su preám-
bulo se considera que la paz y la justicia resultan indispensa-
bles para lograr la efectividad de los derechos humanos y de
las libertades fundamentales8. La Declaración de la Asam-
8
Asimismo, en su apartado 11 se señala que la violación de los derechos
humanos pone en peligro los fundamentos de la libertad, de la justicia y de la
paz en el mundo.
102 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
9
Véase: Sobre la relación entre el desarrollo y el disfrute de todos los derechos
humanos, reconociendo la importancia de crear condiciones en que todos
puedan disfrutar de esos derechos, de Hubert W. Conroy, documento
preparatorio para la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de Viena
de 1993, doc. A/CONF.157/PC/60/Add. 2, Nueva York 1993, párrafo 223.
104 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
10
Véase la Resolución 52/136 de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
de 12 de diciembre de 1997 (A/RES/52/136, 3 de marzo de 1998).
11
Doc. A/CONF. 166/9, p. 12.
12
Ambos elaborados a iniciativa del ex-Secretario General de las Naciones
Unidas, Sr. Boutros Boutros-Gali, y publicados por el Departamento de
Información Pública, Naciones Unidas, Nueva York 1995.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 105
Estos principios y propuestas, y esta manera de conce-
bir e interpretar su estrecha conexión, se han seguido reite-
rando hasta textos más recientes, como el informe presenta-
do por el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Kofi
Annan, de cara al V aniversario de la Cumbre del Milenio y
de la proclamación de los Objetivos de Desarrollo del Mile-
nio (ODM) allí establecidos13, y en el documento final de la
cumbre mundial celebrada en Nueva York del 14 al 16 de
setiembre de 2005 con motivo de dicho aniversario:
Reconocemos que la paz y la seguridad, el desarrollo y los
derechos humanos son los pilares del sistema de las Nacio-
nes Unidas y los cimientos de la seguridad y el bienestar
colectivos. Reconocemos que el desarrollo, la paz y la segu-
ridad y los derechos humanos están vinculados entre sí y se
refuerzan unos a otros.14
13
Véase el informe Un concepto más amplio de libertad: desarrollo, seguridad
y derechos humanos para todos, donde se afirma que no tendremos
desarrollo sin seguridad, no tendremos seguridad sin desarrollo y no
tendremos ni seguridad ni desarrollo si no se respetan los derechos humanos
(doc. A/59/2005, párrafo 17).
14
Véase doc. A/RES/60/1, párrafo 9.
106 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
15
La II Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, celebrada en Viena en
el año 1993, denunció que la generalización de la pobreza extrema impide
el pleno y eficaz disfrute de los derechos humanos (párrafo I.14).
16
Véase Kéba MBaye: Le droit au développement comme un droit de
lhomme, en Revue des droits de lhomme, vol. V - 1, ed. Pédone, Paris,
1972, p. 524.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 107
por ejemplo de EE.UU., donde pasan hambre 30 millones de
personas, entre ellos 13 millones de niños menores de
12 años17. En este país se calcula en 38 millones el número
de personas que sobreviven por debajo del umbral de pobre-
za y en el conjunto de los países más industrializados se cal-
cula que más de cien millones de personas viven por debajo
de dicho umbral. Estas cifras no sólo no están disminuyen-
do, sino que su tendencia es al alza, al igual que la desigual-
dad económica y social en el resto del mundo18.
La catástrofe causada por el ciclón Katrina en el Sur de
EE.UU. puso al descubierto hasta qué punto este superestado
está afectado por la pobreza y la desigualdad, a pesar del
empeño de los grandes medios de comunicación en ocultar-
lo. Es también significativo que en este país, fuertemente
marcado por una violencia estructural en todos los ámbitos,
la población reclusa alcance la cifra de 715 presos por cada
100.000 habitantes (cifra casi cinco veces superior a la de
España, que es una de las más altas de la Unión Europea)19,
los cuales, al igual que gran parte de los condenados a muer-
te, son en su mayoría pobres con insuficientes recursos para
costear debidamente una asistencia jurídica adecuada que
haga frente a multitud de irregularidades procesales.
El Banco Mundial (BM) establece en un dólar diario el
umbral de la denominada pobreza extrema, lo cual no deja
de ser arbitrario, puesto que el dólar es una moneda de un
país industrializado y su valor monetario no sólo no equivale
a la misma cantidad de bienes en los diferentes lugares del
planeta, sino que la disparidad puede ser muy elevada. Así
pues, establecer en un dólar diario el umbral de la pobreza
extrema permite ocultar que también existe este tipo de po-
17
Véase informe sobre desarrollo humano del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo Humano (PNUD) correspondiente al año 1998.
18
Véase informe sobre desarrollo humano del PNUD correspondiente al
año 2006 (http://firgoa.usc.es/drupal/node/32602).
19
Véase el diario El País, de 24 de octubre de 2005, p. 25.
108 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
20
Véase el informe sobre desarrollo humano del PNUD del año 2000, p. 4.
Asimismo, Francine MESTRUM: Mondialisation et pauvreté,
ed. LHarmattan, Paris 2002, p. 59. También El sentido de la lucha contra
la pobreza para el neoliberalismo, de François Houtart (http://firgoa.usc.es/
drupal/node/23910).
21
Véase Human Rights today. A United Nations priority, en UN Briefing Papers,
New York, octubre de 1998, p. 22.
22
Es el caso de las denominadas maquilas en América Latina, que también
existen en gran número en países del este asiático, es decir, los denominados
tigres y dragones asiáticos en los decenios ochenta y noventa del pasado
siglo hasta la crisis de 1997, la cual puso en evidencia la fragilidad de su
modélico modelo de producción, valga la redundancia, según las empresas
transnacionales y los Estados más industrializados, quienes tampoco paran
mientes en detalles como la explotación de mano de obra infantil.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 109
Algunas de las principales dificultades de los países
del tercer mundo se refieren a la enorme carga de la deuda
externa, el deterioro de la relación de intercambio comercial,
la disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y la
escasez de corrientes de capital privado y de recursos huma-
nos hacia dichos países. Asimismo, llama la atención sobre
la difícil situación del continente africano, donde la pobreza
alcanza niveles particularmente graves:
Gran parte del continente se ve afectada, entre otras cosas,
por una infraestructura física e institucional deficiente, es-
caso desarrollo de los recursos humanos, falta de seguridad
alimentaria, malnutrición, hambruna, epidemias, enferme-
dades generalizadas, desempleo y subempleo. A todo ello se
suman diversos conflictos y desastres. Estas variadas limita-
ciones y restricciones hacen que sea difícil para África bene-
ficiarse plenamente de los procesos de mundialización y de
liberalización del comercio e integrarse plenamente en la
economía mundial (párrafo 17)23. Por este motivo, la críti-
ca situación de África y de los países menos avanzados exige
que se asigne prioridad a esos países en la cooperación inter-
nacional para el desarrollo y en la asignación de la Asisten-
cia Oficial para el Desarrollo (párrafo 185).
Esta lamentable situación empuja a muchos jóvenes
africanos a intentar desesperadamente emigrar a Europa u
otros países industrializados, muriendo muchos de ellos en
el empeño, o siendo maltratados y malheridos, al intentar
atravesar unas fronteras cada vez más difíciles de franquear,
y que convierten a los Estados más ricos e industrializados
en una especie de fortalezas inaccesibles, contradiciendo
abiertamente su reiterada autoproclamación de libres.
23
Véase Programa de Desarrollo de 1997, adoptado por la Asamblea General
de las Naciones Unidas mediante la Resolución 51/240, de 20 de junio
de 1997.
110 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
24
Véase The Realization on the Right to Development. Global Consultation on
the Right to Development as a Human Right, celebrada en Ginebra en 1989,
párrafo 108.
25
Declaración sobre Desarrollo Social de Copenhague, 1995, Doc.A/CONF.166/
9, p. 48.
26
Ibíd. p. 66.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 111
Asimismo, desde hace tiempo, son muchos los autores
y expertos que denuncian que el deterioro de las actuales
formas de intercambio prosigue su tarea de pauperización
internacional27, y que por este motivo, es más realista hablar
de países subdesarrollados y no en vías de desarrollo, dado
que los hechos muestran que más bien se encuentran en vías
del subdesarrollo, y que más propiamente podríamos hablar
del desarrollo del subdesarrollo, o del subdesarrollo del
desarrollo en el denominado tercer mundo 28. La pobreza,
como carencia de medios para producir y reproducir la vida
con un mínimo de dignidad, tiene su origen en situaciones y
estructuras económicas sociales y políticas que hacen funci-
onar a nivel internacional mecanismos que generan ricos cada
vez más ricos y pobres cada vez más pobres29.
Otro aspecto fundamental para entender y definir la
pobreza consiste en lo que se denomina como componente
relacional, el cual es un factor que suele ser obviado por los
autores de ideología liberal. Dicho componente relacional está
estrechamente vinculado con el sentimiento de dignidad y
de autoestima respecto de sí mismo, el cual es un aspecto
que los propios pobres suelen recalcar con notoriedad a la
hora de definir y de describir por sí mismos en qué consiste
la pobreza y qué es lo que les hace sentirse pobres. En este
sentido, la pobreza posee no sólo una dimensión que se refi-
ere a los ingresos, en la que se define a los pobres como qui-
enes viven por debajo de un determinado nivel de ingresos o
de consumo, sino que también posee una dimensión que se
refiere a la dificultad de acceso a los recursos necesarios para
desarrollar plenamente sus capacidades. Es decir, la pobreza
no se reduce a una mera falta de ingresos económicos, sino
27
Véase K. MBaye, op. cit., p. 533.
28
Véase André Gunder Frank: El subdesarrollo del desarrollo. Un ensayo
autobiográfico, ed. Iepala, Madrid 1992.
29
Véase Juan Álvarez Vita: Derecho al desarrollo, Instituto Interamericano de
Derechos Humanos, ed. Cuzco, Lima 1988, p. 37.
112 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
30
Véase A. Bhalla, y F. Lapeyre: Social exclusion: towards an analytical and
operational framework, en Development and change, Vol.28, World Bank
Report. Citados en Comment se construit la pauvreté ?, en Alternatives
Sud, Vol. VI (1999) 4, ed. CETRI LHarmattan, Louvain la Neuve,
Belgique, p. 9.
31
Resolución 2626 (XXV), de 24 de octubre de 1970, de la Asamblea
General de las Naciones Unidas.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 113
hay que destacar la necesidad de disponer de servicios soci-
ales básicos para todos, principalmente para los más pobres,
lo cual constituye un elemento esencial en cualquier estrate-
gia de lucha contra la pobreza. Estos servicios sociales deben
comprender, por ejemplo, la alimentación suficiente, la aten-
ción primaria de la salud, la educación básica, la salud de la
reproducción y la planificación familiar, el abastecimiento
de agua potable y el saneamiento en viviendas adecuadas,
entre otros, por lo que toda estrategia de lucha contra la po-
breza requiere, además, la colaboración conjunta de organis-
mos como la Organización para la Agricultura y la Alimenta-
ción (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la
Cultura (UNESCO) o la Organización de las Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF), por ejemplo, los cuales se ocupan a
escala planetaria de las cuestiones de la alimentación, de la
salud, de la educación básica y de los niños, respectivamente.
Además, deben tomarse medidas no sólo para aliviar
sino incluso para anular enteramente la pesada carga de la
deuda externa, dado que en muchos casos se trata de deuda
ilegítima u odiosa, especialmente por parte de los acreedores
del Club de París y de las instituciones financieras internaci-
onales (Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial) 32.
Estas medidas deberían ser acompañadas de la aplicación de
políticas económicas y sociales apropiadas y el fomento de la
capacidad técnica y de las infraestructuras física e institucio-
nal necesarias para llevar a cabo estas políticas, así como
dedicar al menos el 0,15% del PNB (20% del 0,7%) de los
países donantes de Ayuda al Desarrollo a los países menos
32
Véase ¡Investiguemos la deuda!. Manual para realizar auditorías de la deuda
del tercer mundo, de AAJ, ATTAC (Uruguay), CADTM, CETIM, COTMEC,
Auditoria Cidadã da Dívida (Brasil), Emaús Internacional, EURODAD,
Jubileo Sur, South Centre, ed. CETIM y CADTM, Ginebra 2006.; así como
el libro colectivo Le Droit international, instrument de lutte ?, ed. CADTM
(Bélgica) y Syllepse (Francia), 2005.
114 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
33
Véase el dossier Objetivos del milenio: misión imposible, en Revista española
de desarrollo y cooperación, núm. 17, invierno 2005.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 115
Las naciones unidas y su consejo de seguridad
Dada la relevancia de las actividades en pro de la paz y
la seguridad por parte del sistema de las Naciones Unidas,
conviene precisar que su Carta fundacional considera el ar-
reglo pacífico de controversias como una obligación de los
Estados (artículos 2.3 y 33) y como una función de la Orga-
nización de las Naciones Unidas (artículos 33 a 38), corres-
pondiendo esta labor principalmente al Consejo de Seguri-
dad. Son de destacar las operaciones de mantenimiento de la
paz y de la seguridad internacionales (Capítulos VI y VII de
la Carta) que consisten en el desplazamiento de contingentes
militares a zonas en conflicto. A este respecto, se observa re-
cientemente la tendencia a utilizar estas operaciones para
asegurar el suministro de asistencia humanitaria en casos de
catástrofes naturales o de conflictos bélicos. Respecto de es-
tos últimos, debe tenerse en cuenta que la acción de las Naci-
ones Unidas debe prolongarse durante la situación posterior
al conflicto, debido a que las tareas de consolidación de la
paz abarcan tanto medidas dirigidas a la prevención de con-
flictos como medidas cuya aplicación se prevé una vez fina-
lizado el conflicto. Estas tareas consisten, por ejemplo, en la
desmilitarización de la zona, el control del armamento, las
reformas institucionales y legislativas, la organización de un
poder judicial independiente y efectivo y la asistencia al de-
sarrollo, entre otras. La creciente demanda de este tipo de
intervenciones explica la propuesta lanzada por el Secretario
General de crear una Comisión de Consolidación de la Paz34 y
recogida en el documento final de la cumbre mundial de se-
tiembre de 200535. No obstante, la actuación de los contin-
gentes militares enviados y financiados por las Naciones
Unidas ha sido también objeto de frecuentes controversias,
34
Véase el informe Un concepto más amplio de libertad: desarrollo, seguridad y
derechos humanos para todos, op. cit. (doc. A/59/2005), párrafos 114 a 119.
35
Véase doc. A/RES/60/1, op. cit., párrafos 97 a 105.
116 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
7. El desarme
Asimismo, respecto del desarme, son los Estados con
derecho de veto en el Consejo de Seguridad quienes consti-
tuyen los principales obstáculos para hacerlo efectivo. En
efecto, las fuerzas y armamentos militares se encuentran muy
desigualmente repartidos en el mundo actual y son las gran-
des potencias militares, lideradas por los cinco Estados con
derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, las principalmente responsables del lamentable es-
tado de la situación, y quienes más deberían hacer en pro del
36
Véase: ONU. Droits pour tous ou loi du plus fort ?, ed. CETIM (Centre Europe
Tiers Monde), Ginebra 2005.
118 SÁNCHEZ, Nicolás Angulo Paz, Seguridad, Desarme, Desarrollo y Derechos Humanos
37
Véase El control del comercio de armas, en Justicia global. Las alternativas
de los movimientos del Foro de Porto Alegre, dir. Rafael Díaz Salazar,
ed. Icaria, Barcelona 2003, p. 291.
38
Véase Working for peace, security and stability, publicado por la Oficina de
Publicaciones de la Comisión Europea, Luxemburgo 2005, pág. 25.
39
Así, por ejemplo, el Código de la UE para impedir la exportación
irresponsable de excedentes de armas. A ello hay que añadir la paradoja de
que los Estados europeos fabricantes de armas ligeras suelen ser quienes,
por otro lado, conceden importantes ayudas para el desarrollo o para la
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 119
8. El derecho a la paz y a la seguridad
El derecho a la paz no debe reducirse únicamente a la
ausencia de guerra, sino que éste implica también el derecho
a la seguridad y a estar protegido contra todo acto de violen-
cia, así como a oponerse a las violaciones de los derechos
humanos. Este derecho a la paz y a la seguridad incluye el
derecho de exigir a los Estados, y en particular a los más po-
derosos militarmente, el establecimiento de un sistema in-
ternacional de seguridad colectiva conforme a los principios
de la Carta de las Naciones Unidas y la resolución por vías
pacíficas de las crisis y conflictos internacionales, lo que
implica que las operaciones de las Naciones Unidas y de otras
organizaciones internacionales, como la OTAN, debidamen-
te subordinadas y bajo la dirección de Naciones Unidas, es-
tén encaminadas al mantenimiento de la paz y a la asistencia
humanitaria40. Todo esto va mucho más allá de la mera lucha
contra el terrorismo a la que parece querer reducirse la ayuda
a los países del tercer mundo41. Además el término terroris-
mo 42 resulta difícilmente definible por un régimen o siste-
ma que no sólo no puede prescindir de la violencia y del
43
Valga como ejemplo el uso y abuso de actos violentos de toda índole en los
contenidos de la prolífica producción de la poderosa industria
hollywoodiana y su hegemonía mundial en los mercados cinematográficos.
44
Véase: Revisiter la troisième génération des droits de lHomme avant leur
codification, de Karel Vasak, en el libro Héctor Gros Espiell Amicorum Liber,
ed. Bruylant, Bruxelles 1997, p. 1661. Véase también el borrador de
Anteproyecto de Tercer Pacto Internacional Relativo a los Derechos de
Solidaridad que se formula como propuesta en dicho texto.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 121
to plazo en este sentido. El primer paso a dar debería consis-
tir en la codificación del derecho a la paz en el marco del
derecho internacional de los derechos humanos45.
CONCLUSIÓN
El derecho a la paz, contra la guerra y contra la violaci-
ón de los derechos humanos se ubica junto con otros dere-
chos humanos de reciente elaboración y que se les suele de-
nominar como derechos de tercera generación. Principal-
mente son: el derecho al desarrollo, contra la pobreza, a la
asistencia humanitaria en cualquier parte del mundo ante
situaciones de extrema gravedad (catástrofes, conflictos béli-
cos, etc.), a un medio ambiente sano y a preservarlo frente al
deterioro grave y progresivo del conjunto de los ecosistemas
planetarios, así como a la existencia de un patrimonio común
de la humanidad que, asimismo, debe preservarse. De este
modo, se pone de relieve la necesaria cooperación y solidari-
dad que debe existir entre todos los seres humanos, con el
propósito de respetar, proteger y promover aquellos valores y
aspiraciones que se consideran comunes a todos (universa-
les). Esto requiere la contribución por parte de todos los indi-
viduos y de todos los pueblos en un esfuerzo coordinado,
conscientes de la existencia de esa responsabilidad común y
solidaria y, por lo tanto, del espíritu de cooperación necesario
para hacer realidad estos derechos, aunque ello parezca cada
vez más difícil en el contexto de un modelo de mundializaci-
ón o globalización que, en general, prima y fomenta más bien
lo contrario, es decir, la competitividad, la confrontación, el
egoísmo, la unilateralidad y, en definitiva, la guerra de todos
contra todos en todos los ámbitos de la vida.
45
Véase: Las Naciones Unidas ante el nuevo escenario preventivo. El reto de
los derechos humanos, de Carlos Villán Durán, curso en San Sebastián los
días 12 y 13 de septiembre de 2005, capítulo V, titulado El derecho a la paz
como derecho humano. Asimismo, La Declaración de Luarca sobre el derecho
humano a la paz, de 30 de octubre de 2006.
122
1
K. A. APPIAH, Ciudadanos del mundo: en M. J. GIBNEY, La globalización de los
derechos humanos (Barcelona: Crítica, 2004) 197-232; 200; 213.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 123
acontecimiento como un auténtico huracán de mundializa-
ción (globalización)2.
La intensificación de esas relaciones, efectos y conci-
encia, está siendo binaria. Por un lado, se manifiesta como
una gran revolución de la vida humana en el saber, la partici-
pación geopolítica y el poder. Y, por otro, aparece como una
apocalíptica contrarrevolución de la muerte por el dogmatis-
mo fanático, la geopolítica capitalista y la tiranía genocida. A
comienzos del tercer milenio, por desgracia, lo hegemónico
es la mundialización de la insatisfacción persistente de las
necesidades de vida de todo el planeta3.
Ahora bien, como el sentido de la mundialización es
ambivalente y aún no está definitivamente escrito, urge re-
vertirlo (revolucionarlo), antes de que sea demasiado tarde,
para hacer hegemónica la mundialización de la satisfacción
de las necesidades materiales de vida de todos los pueblos de
la Tierra4. En esa tarea, los Derechos Humanos5 son el conte-
nido, la legitimación y el camino de realización de todo
2
Cfr. F. J. HINKELAMMERT, El huracán de la globalización: la exclusión y la
destrucción del medio ambiente vistos desde la teoría de la dependencia: Pasos
69 (1997) 21-27; ID., (comp.), El Huracán de la Globalización (San José [Costa
Rica]: DEI, 1999); cf. R. FORNET-BETANCOURT, Transformación intercultural de
la filosofía (Bilbao: Desclée de Brouwer, 2001) 173-189.
3
M. J. GIBNEY, La globalización de los derechos humanos, o. c., 13-14; S. GEORGE,
¿Globalización de los derechos?: en M. J. GIBNEY, La globalización de los
derechos humanos, o. c., 25; 37-38.
4
R. FORNET-BETANCOURT, Transformación intercultural de la filosofía, o. c., 193-194.
5
Cfr. P. BARCELLONA, La globalización y los derechos humanos en la construcción
europea: Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, 7
(2004) 9-27; M. CASTELLS, Globalización, Estado y sociedad civil: el nuevo
contexto histórico de los derechos humanos: Isegoria: Revista de Filosofía Moral
y Política, 22 (2000) 5-17; L. T. DÍAZ MÜLLER (coord.), Globalización y derechos
humanos (México: Universidad Nacional Autónoma, 2003); A. HOOGVELT,
Globalisation and the Postcolonial World (London, 1997); A. JULIOS-CAMPUZANO,
La globalización y la crisis paradigmática de los derechos humanos: Revista
de Estudios Políticos, 116 (2002) 189-218; J. E. LANE, Globalization and
politics: promises and dangers (Burlington, VT: Ashgate Pub., 2006); J. LIMA
TORRADO, Globalización y derechos humanos: Anuario de filosofía del derecho,
17 (2000) 43-74.
124 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
6
Ver Apéndice.
7
J. BOLTVINIK, Economía Moral. 2006: fin de la ilusión democrática: La Jornada,
29 de diciembre de 2006.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 125
bles a la hora de satisfacer una misma necesidad material de
vida. A diferencia de los satisfactores, las necesidades mate-
riales de la praxis de realidad humana (de la vida) no son
intercambiables. Son constantes irreductibles en ellas mis-
mas. Sería un error caer en la doble reducción de identificar
necesidad material con las apetencias (wants), reivindicaci-
ones (demands), o con los modos culturales de los satisfacto-
res8.
La historia de los derechos humanos9 se remonta mu-
cho más atrás del siglo XVIII. Podemos decir que, en su mate-
rialidad, aparecen con la especie humana, claro está, en su
germinal grado de complejidad. Conviene no olvidar que los
derechos humanos nacen de las necesidades materiales de
vida del pueblo10. Otra cosa es la conciencia de su personali-
zación (subjetivación), generalización, universalización, in-
divisibilidad e interdependencia, y concreción histórica (es-
pecificación). Si la conciencia de la personalización y gene-
ralización se acrecienta a partir de la Revolución americana
y francesa, la conciencia de su mundialización se intensifica
particularmente desde 1948. Hoy, muchos que plantean du-
das sobre el carácter universal [e innato]11 de los DH, más
bien lo que quieren reivindicar es una universalidad no abs-
8
Cfr. J. BOLTVINIK, Ampliar la Mirada. Un nuevo enfoque de la pobreza y el
florecimiento humano: Desacatos. Revista de antropología social 23 (2005);
H. SHAH; N. MARKS, A Well-Being Manifesto for a Flourishing Society (London:
New Economics Foundation, 2004); A. HELLER, Una revisión de la teoría de
las necesidades (Barcelona: Paidós, 1996); ID., Teoría de las necesidades en
Marx (Barcelona: Editorial Península, 1972).
9
Cfr. K. A. APPIAH, Ciudadanos del mundo: en M. J. GIBNEY, La globalización
de los derechos humanos, o. c., 197-232. Cfr. M. ISHAY, The history of human
rights: from ancient times to the globalization era (Berkeley: University of
California Press, 2004).
10
Cfr. G. ANDREOPOULOS; Z. F. KABASAKAL ARAT; P. JUVILER, (Eds.), Non-state actors
in the human rights universe (Bloomfield, CT: Kumarian Press, Inc., 2006).
11
CONFERENCIA MUNDIAL DE DERECHOS HUMANOS, Declaración y programa de acción
de Viena, aprobada por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos el 25
de junio de 1993, ONU Doc. A/CONF.157/23 (1993) nº 1.
126 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
12
Cfr. J. HERRERA FLORES, Los derechos humanos como productos culturales:
crítica del humanismo abstracto (Madrid: Los Libros de la Catarata, 2005)
219-234.
13
La jurisprudencia internacional, en particular refiriéndose a los Derechos
económicos, sociales y culturales, afirma que no existe una vía única para
su realización, ONU: CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL, Los principios de Limburgo
relativos a la aplicación del Pacto Internacional de Derechos económicos,
sociales y culturales (1986) nº 6.
14
Cfr. CONFERENCIA MUNDIAL DE DERECHOS HUMANOS, Declaración y programa de
acción de Viena, o.c.
15
Ibid., nº 5.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 127
de realidad humana16. Éste es el tenor de los criterios jurídi-
cos interpretativos acogidos por Naciones Unidas, en especi-
al, los Principios de Limburgo (1986), la Conferencia de Vie-
na sobre Derechos Humanos (1993) y las Directrices de Ma-
astricht (1997). En ellos, y en el conjunto de documentos so-
bre Derechos Humanos, queda afirmado que la producción y
reproducción de la vida humana es el contenido del progreso
y el desarrollo social al que Naciones Unidas vincula el Dere-
chos de los Pueblos. El derecho matriz a la vida (universal,
indivisible e interdependiente, e inalienable) exige a la co-
munidad internacional, entre otras cosas, la eliminación de
todo tipo de explotación y colonialismo; el comercio interna-
cional justo; la distribución equitativa de la renta; la modifi-
cación de las relaciones económicas internacionales; la par-
ticipación popular en la vida económica; la creación de uni-
dades productivas cooperativas; el control del capital; la jus-
ticia en la redistribución fiscal; el aumento del gasto social;
la reforma agraria; la coexistencia pacífica entre países, etc17.
La conciencia de la pluralidad en la concreción históri-
ca (especificación) de los DH se ha intensificado desde las
últimas décadas del siglo XX, reflejándose en las positivacio-
nes particulares de DH. Sin embargo, este proceso, que mere-
ce ser elogiado por reconocer la riqueza de la pluralidad de
16
Cfr. L. BOFF, Virtudes para otro mundo posible (Santander: Sal Terrae, 2006);
ID., Del iceberg al arca de Noé: el nacimiento de una ética planetaria
(Santander: Sal Terrae, 2004); P. C HEAH , Inhuman conditions: on
cosmopolitanism and human rights (Cambridge, Mass.: Harvard University
Press, 2006); A. HELLER , Una revisión de la teoría de las necesidades
(Barcelona: Paidós, 1996); ID., Para una filosofía radical (Barcelona: El Viejo
Topo, 1980); ID., Teoría de los sentimientos (Barcelona: Editorial Fontamara,
1980); ID., La revolución de la vida cotidiana (Barcelona: Editorial Materiales,
1979); ID., Teoría de las necesidades en Marx (Barcelona: Editorial Península,
1972); A. SALAMANCA, Fundamento de los derechos humanos (Madrid: Nueva
Utopía, 2003).
17
Cfr. Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social (1969);
Declaración sobre el derecho al desarrollo (1986).
128 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
18
Ver Apéndice I.
19
Cfr. A. SALAMANCA, Fundamento de los derechos humanos, o. c.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 129
Estructura de los Derechos Humanos
Derechos Humanos Derechos Humanos Derechos Humanos
de de de
Comunicación Material Verdad Material Libertad Material
20
Cfr. G. J. BIDART CAMPOS; G. I. RISSO (coords.), Los derechos humanos del siglo
XXI : La revolución inconclusa (Buenos Aires: Ediar, 2005); B. DE SOUSA
SANTOS; C. A. RODRÍGUEZ-GARAVITO (Eds.) Law and globalization from below:
towards a cosmopolitan legality (Cambridge: Cambridge University Press,
2005); E. ECHART (et al.), Origen, protesta y propuestas del movimiento
130 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
21
F. HINKELAMMERT, Crítica de la razón utópica (Bilbao: Desclée, 2002) 317-323;
Cfr. E. DUSSEL, Hacia una Filosofía Política Crítica (Bilbao: Desclée, 2001)
103-110; 103; 114-119.
22
Cfr. D. SÁNCHEZ RUBIO, Reversibilidad del derecho: los derechos humanos
tensionados entre el mercado, los seres humanos y la naturaleza: Pasos, nº.
116 (2004).
132 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
23
A. SALAMANCA, El Derecho a la Revolución (San Luis Potosí: UASLP, 2006) 8;
O. CORREAS, Acerca de los Derechos Humanos. Apuntes para un ensayo
(México: Ediciones Coyoacán, 2003) 9.
24
Negar el derecho a la revolución (resistencia a la opresión)
sería negar
que en 1787 los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América
aprobaron su Constitución Republicana y proclamaron presidente de esa
nación al general George Washington, quien los había conducido a la victoria
sobre el colonialismo inglés; o negar los principios de libertad, igualdad, y
fraternidad de la Revolución Francesa, que dio inicio a una nueva era de la
Humanidad, O. MIRANDA BRAVO, Cuba/USA Nacionalizaciones y Bloqueo (La
Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 20032 ) 6; 4-6. Sería negar la primera
emancipación de la Revolución Mexicana de 1810, hoy en vísperas de su
segundo centenario. Sería negarle al pueblo las realizaciones de la Revolución
Cubana. Sería negar las transformaciones de la Revolución Bolivariana,
silenciada en nuestra América, E. CARDENAL, Venezuela: La Revolución
silenciada: Pasos, v.124 (2006). Sería negar el derecho indígena al triunfo
electoral de la Revolución Boliviana, en 2006, A. SALAMANCA, El Derecho a la
Revolución, o. c., 8-9.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 133
satisfacción de dichas necesidades de vida, y que causan la
muerte de los pueblos.
Los señores del imperio han expropiado al pueblo de la
legalidad (y positivación) internacional y nacional del dere-
cho humano a la revolución. La expropiación no ha sido sólo
operativa y legal, sino también espiritual. El derecho a la
revolución ha sido expulsado del pensamiento y el lengua-
je civilizado. Hay miedo a pensar y utilizar el término en la
población en general, y particularmente en el ámbito univer-
sitario. Están exorcizados con los sagrados instrumentos de
la democracia, el orden público y la seguridad nacional.
Pero, como diría J. Martí de la justicia, de la revolución no
tienen nada que temer los pueblos, sino los que se le resisten.
Los cosmócratas piratas ni siquiera leen lo que invo-
can una y otra vez contra el demonio revolucionario:
Democracia: Al no existir un modelo único de sociedad de-
mocrática, se considerará como tal a la sociedad que recono-
ce y respeta los derechos humanos establecidos en la Carta
de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos25.
Orden público: Éste es el conjunto de normas que aseguran
el funcionamiento de la sociedad, o como el conjunto de prin-
cipios fundamentales sobre los que se basa una sociedad. El
respeto de los derechos económicos, sociales y culturales for-
ma parte del orden público26.
Seguridad Nacional: La violación sistemática de los dere-
chos económicos, sociales y culturales socava la verdadera
seguridad nacional y puede poner en peligro la paz y la se-
guridad internacionales. El Estado responsable de una viola-
ción a estos derechos no deberá invocar la seguridad nacio-
nal como medio para justificar la adopción de medidas des-
25
ONU: CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL, Los principios de Limburgo relativos a la
aplicación del Pacto Internacional de Derechos económicos, sociales y
culturales (1986) nº 55.
26
Ibid., nº 66.
134 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
27
Ibid., nº 65.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 135
La degradación del suelo es una manifestación incon-
testable de la destrucción del hábitat humano (v.gr. la conta-
minación radioactiva, el calentamiento del planeta, el deshi-
elo polar, etc.). El 2% de la superficie de la tierra son bosques
tropicales, los cuales mantienen vivos el 70% de las especies
vegetales y animales. Sin embargo, cada año se destruyen más
de 3 millones de hectáreas. En los últimos 50 años, la selva
africana se ha reducido en más del 18%, el 30% la asiática, y
el 18% la latino-americana y caribeña28. En África, el 70%
del suelo está seriamente degradado; el 71% en Asia; en la
zona sur mediterránea 2/3 del suelo padece la sequía recur-
rente. En África, pueblos como los Bambara, Bororo, Djerma,
Haussa, Mossi, Ogoni, Peuls, Sarokolés, Touaregs, Toucou-
leurs, Wolofs, comienzan a ser refugiados ecológicos a cau-
sa de las inclemencias del medio, y de la actuación humana
sobre él29.
Las chabolas. El 40% de la población mundial vive en
chabolas (llamadas eufemísticamente hábitats insalubres) en
Asia, África y América Latina. En ellas se disputan con las
ratas la poca comida familiar 30. En las chabolas de Chiapas,
Dacca, Fortaleza, Karachi, Tegucigalpa, etc., la vida humana
con dignidad parece un sueño irreal. En las chabolas se llora,
se sufre, y el dolor del presente es un dolor para la eterni-
dad31. En contrapartida, los cosmócratas, particularmente
la burguesía de los países saqueados, compran lujosas resi-
dencias en Cannes, Marbella, Miami, etc., donde se sienten
en casa32.
La desnutrición. El killerkapitalismus (capitalismo ase-
sino, genocida) mata cada año más personas que la guerra.
28
J. ZIEGLER, Lempire de la honte (Paris: Librairie Arthème Fayard, 2005) 220.
29
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde (Paris: Librairie Arthème Fayard,
2002) 145-149.
30
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 13.
31
Ibid., 48.
32
Ibid., 85.
136 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
33
Ibid., 38.
34
Ibid., 245-246.
35
Ibid., 285.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 137
sufrirá insuficiencias en su desarrollo físico y psíquico 36. Más
de 10 millones de personas mueren cada año por enfermeda-
des curables, la mayoría en países del sur. En el mundo, hay
unos 40 millones de personas que sufren la enfermedad del
sida. De ellos, 24 millones viven en África. La mayor parte de
estos enfermos no tienen acceso a las terapias. En Etiopía, un
país con 71 millones de habitantes, el 82% de la población
vive en la extrema pobreza. La media de calorías por persona
adulta y día es de 1.750, la más baja de toda África, con défi-
cit grave en yodo, hierro, vitamina A. Unos 2 millones de
personas están infectadas con el virus del sida. La esperanza
de vida es de 45,5 años. Sólo el 2,9 % de la población llega a
los 65 años37. A los servicios de salud mínimos sólo tiene
acceso el 12% de la población. En Brasil, el 10,5 % de los
menores de 10 años tienen menos talla de lo normal por el
déficit alimentario. En los Estados más pobres de Maranhão
y Bahia, el 17,9 % de los incapacitados menores de 10 años
se debe a problemas de subalimentación crónica38. Mientras,
el mercado farmacéutico mundial desastiende las enferme-
dades de los pobres. Según los datos de la última estadística
de la OMS, de los 1.393 nuevos medicamentos autorizados
por los gobiernos para su comercialización, sólo 16 estaban
destinados al tratamientos de las enfermedades desatendi-
das de los pobres39. Las transcontinentales farmacéuticas, con
la privatización de las patentes médicas, practican la farma-
copiratería que no es más que un genocidio farmacéutico.
Insatisfacción de las necesidades de reconocimiento afec-
tivo. Los piratas del mundo se han instalado al margen de la
humanidad solidaria. Son seres perdidos, depredadores, que
no tienen historia, no construyen nada y mueren sin jamás
36
Ibid., 39.
37
Ibid., 177-178.
38
Ibid., 213.
39
Ibid., 253.
138 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
haber abierto los ojos ante los hombres que les rodean40. Es-
tos sociópatas disfrutan con el trato sádico que infligen a sus
esclavos. En Arabia, Qatar o Kuwait las jóvenes filipinas vi-
ven humilladas, explotadas, retenidas y tratadas como escla-
vas por los señores del petróleo41. En Etiopía, el matrimonio
es frecuente a partir de los 12 años, y de forma forzada. Las
mujeres a los 24 años tienen una media de 8 a 10 niños. La
mujer etíope es explotada en la casa, en el campo y en la
cama. La infibulación, la mutilación y la ablación afectan al
70 % de las niñas jóvenes. Más de 300.000 menores mendi-
gan por el país, expuestos al abuso, a las enfermedades y a la
muerte prematura42. En Brasil, el salario de las mujeres res-
pecto al de los hombres es un 37% menor, y si además la
mujer es negra, la diferencia salarial es del 60%43.
Insatisfacción de las necesidades político-instituciona-
les. El Estado del pueblo, por el pueblo y para el pueblo está
siendo dinamitado por los piratas imperialistas. En su lugar
están afianzando el estado colonial pirata 44. La mayor parte
de los Estados nacionales del planeta son hoy colonias, que
como siempre, envían a las metrópolis recursos naturales y
mano de obra esclava gratis, a pie, en patera o volando. Las
colonias están siendo además cárceles sin costo, campos de
concentración para los flagelados que osen soñar con la emi-
gración. En el confinamiento de la miseria de sus países ha-
brán de cargar por generaciones con el peso de la deuda45.
Refiriéndonos a la institución de Naciones Unidas46, la
ONU está secuestrada ideológicamente, político-económica-
40
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 115-116.
41
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 159.
42
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 27-28.
43
Ibid., 214.
44
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 117.
45
Ibid., 80.
46
Cfr. P. M. KENNEDY, The parliament of man: the past, present, and future of
the United Nations (New York: Random House, 2006).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 139
mente y militarmente, por EE. UU. El 26% del presupuesto
de funcionamiento de la ONU es pagado por EE. UU. Los
altos funcionarios de la ONU son espiados por los servicios
de espionaje de EE. UU. Prácticamente ningún funcionario
superior al grado P-5 puede ocupar su puesto sin la aprobaci-
ón de la Casa Blanca47. En el seno del Consejo de Derechos
Humanos, antes Comisión de Derechos Humanos, los Esta-
dos Unidos votan siempre contra la concreción de los dere-
chos económicos, sociales y culturales. Contra el derecho al
desarrollo en general, y en particular, contra el derecho a la
alimentación, vivienda, educación, salud, agua potable48.
47
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 129.
48
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 48.
140 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
49
J. M. SOLÍS DELGADILLO, Nn. La operación Cóndor. Memoria y Derecho (México:
UASLP, 2006) 105.
50
Ibid., 145-151.
51
Ibid., 42.
52
Ibid., 78.
53
S. ZIZEK, Bienvenue dans le désert du réel [tr. F. Théron, Welcome to the desert
of the real (London: Flammarion, 2002] (Paris: Flammarion, 2005) 129.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 141
conviviendo con ratas, y otros insectos, son condenados a
miles de enfermedades y agresiones de internos y funciona-
rios54.
La Guerra. La agresión a los Estados es el estado nor-
mal de la patología del imperio: el estado de guerra. La guer-
ra es agresión extrema contra los pueblos en su vida cultural,
económica, política, jurídica y militar55. El estado de guerra
bombardea, tortura y asesina genocidamente a los pueblos.
Las guerras preventivas del intervencionismo imperialista
militar humanitario no es otra cosa que la búsqueda de la
expropiación, el robo y el dominio de la vida de millones de
seres humanos56. Desde 1993, más de 10.000 guerras de baja
intensidad han recorrido el planeta. Se llaman así a aquellas
guerras que asesinan a menos de 10.000 personas por año.
Especialmente repugnante fue el holocausto de Rwan-
da, en 1994. En los tres meses de abril a junio de ese año,
aproximadamente 1.000.000 de rwandeses tutsis y hutus fue-
ron asesinados ante la impasibilidad de las Naciones Unidas,
y de los Cascos Azules. Los machetes vinieron en los cuatro
años anteriores de China, y las armas de fuego principalmen-
te de Francia, Egipto, África del Sur y Bélgica. La deuda del
holocausto rwandés asciende a más de 1.000 millones de
dólares. Lo más vomitivo después de la masacre es que el
FMI y el BM impongan a los supervivientes de esa carnice-
ría, muchos de ellos mutilados por la violencia, la devoluci-
ón mes tras mes de esa deuda odiosa57. A los cosmócratas
sólo les interesan los derechos humanos que les permitan la
explotación de los pueblos. Ellos odian a muerte los dere-
chos humanos revolucionarios que les enfrentan con la veri-
ficación de la realidad de sus mentiras, explotación y opresi-
54
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 233.
55
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 49.
56
Ibid., 55.
57
Ibid., 113-115.
142 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
58
Ibid., 311.
59
Ibid., 317-318.
60
S. ZIZEK, Bienvenue dans le désert du réel, o. c., 142-143.
61
Ibid.,168.
62
Ibid., 172.
63
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 68.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 143
productiva en forma cooperativa (social y estatal), del tiem-
po de su trabajo, del producto de su trabajo, del mercado
mundial, de la banca y del beneficio del comercio mundial.
La revolución de los DH está urgida, también, a prohibir y
negar como derecho humano la apropiación privada los me-
dios de producción, de la circulación y distribución del tra-
bajo y la riqueza producida. Este pseudoderecho, esencia del
sistema capitalista, es incompatible con la materialización
de los DH de los pueblos.
Veamos en qué grado de insatisfacción se encuentran
las necesidades de comunicación económica tras décadas y
décadas de cartas socialdemócratas a Santa Claus. La larga
experiencia histórica de insatisfacción de las necesidades eco-
nómicas de vida del pueblo no hace sino verificar práctica-
mente el carácter genocida del capitalismo imperialista (tam-
bién en su versión socialdemócrata), y legitimar la revoluci-
ón de una economía para la vida (comunista) 64.
Expropiación de los medios de producción del pueblo.
En el mundo hay unas 85.000 sociedades multinacionales
(son aquéllas que tienen actividad al menos en cinco países a
la vez). De ellas, hay 500 que son especialmente grandes. El
58% de las 500 corporaciones transcontinentales, que se es-
64
Cfr. J. DINE; A. FAGAN (Eds.), Human rights and capitalism: a multidisciplinary
perspective on globalisation (Northampton: Edward Elgar, 2006); U.
DUCHROW, F. J. HINKELAMMERT, Property for people, not for profit: alternatives
to the global tyranny of capital (New York: Palgrave Macmillan, 2004); ID.,
La vida o el Capital. Alternativas a la dictadura global de la propiedad (San
José [Costa Rica]: DEI, 2003); E. DUSSEL, 20 Tesis de Política (México D. F.:
Siglo XXI, 2006); ID., Hacia una Filosofía Política Crítica (Bilbao: Desclée,
2001); ID., La producción teórica de Marx. Un comentario a los Grundrisse
(México: Siglo XXI, 19912); ID., El último Marx (1963-1982) y la liberación
latinoamericana (México: Siglo Veintiuno Editores, 1990); ID., Hacia un Marx
Desconocido. Un comentario de los Manuscritos del 61-63 (México: Siglo
Veintiuno Editores, 1988); F. J. HINKELAMMERT; H. MORA, Hacia una Economía
de Para la Vida (San José de Costa Rica: DEI, 2005); J. J. MORA MOLINA,
Globalización económica y derechos humanos. ¿Derechos economizados?:
Sistema. Revista de Ciencias Sociales, 170 (2002) 69-87.
144 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
65
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 241.
66
Ibid., 193.
67
Ibid., 220.
68
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 89.
69
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 39.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 145
lo forman 49 países, 34 de ellos africanos, con una población
de 650 millones de personas, que generan menos del 1% de
ingreso mundial70. En Estados Unidos, la fortuna de Bill Ga-
tes es igual a la suma de los recursos de los 106 millones de
estadounidenses más pobres. La fortuna del club de los 15
más ricos del mundo es superior al producto interior bruto
de toda el África subsahariana71.
Expropiación del comercio de los pueblos. La Organiza-
ción Mundial del Comercio (OMC72) es ciertamente la máqui-
na de guerra más poderosa en las manos de los depredado-
res73. Es el liberticidio de los depredadores en el comercio
mundial. Para ellos, la mundialización comercial consiste en
... la libertad para mi grupo de invertir donde quiera, el tiem-
po que quiera, para producir lo que quiera, abastecerse y ven-
der donde quiera, teniendo que soportar las menos posibles
limitaciones en materia de derecho laboral y convenciones so-
ciales74. El 80% del comercio mundial está controlado por los
Estados Unidos, Canadá, Japón y la Unión Europea (v. gr. el
comercio mundial de los cereales está dominado por 30 com-
pañías transcontinentales). En las negociaciones de la OMC
en Ginebra, los países pobres no tienen para pagarse el hospe-
daje, menos los astronómicos honorarios de los abogados. En
la práctica, muchas veces ni pueden asistir. Lo que realmente
ocurre es que los países ricos deciden, y los pobres siguen75.
Expropiación del dinero (de la Banca) de los pueblos.
La mundialización del capitalismo ha expropiado a los pue-
blos de su dinero y de sus bancos. La banca capitalista es la
talibanca dirigida por el mollah dollar 76. El Fondo Moneta-
70
Ibid., 107.
71
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 35.
72
La OMC no forma parte de la ONU.
73
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 179.
74
Ibid., 180-181.
75
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 193.
76
Ibid., 252.
146 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
77
El Consenso de Washington es un conjunto de acuerdos informales tomados
en los años 80s y 90s por las principales corporaciones transcontinentales,
los bancos de Wall Street, la Reserva Federal Americana, el Banco Mundial,
el FMI, y otros organismos financieros internacionales. Éste busca
apropiarse (privatizar) del Mundo, establecer un mercado mundial
unificado y autorregulado, y desintegrar la oposición del poder de los
Estados nacionales. Sus diez mandamientos ideológicos son: (i) reforma
fiscal. Exención y rebaja de impuestos a los ricos, para que inviertan.
Extensión de los contribuyentes, y supresión de las exenciones impositivas
a los pobres; (ii) liberalización de los mercados financieros; (iii) igualdad
de trato entre los inversores nacionales y los extranjeros; (iv)
desmantelamiento del sector público y privatización de las empresas
estatales; (v) desregulación de la economía para permitir la libre
competencia sin trabas legales; (vi) sobreprotección de la propiedad privada;
(vii) liberalización de los intercambios comerciales, eliminando las tasas
aduaneras; (viii) desarrollo prioritario de los sectores económicos orientados
a la exportación; (ix) limitación del déficit presupuestario; (x) eliminación
de subsidios estatales al sector privado nacional, J. ZIEGLER, Les nouveaux
maîtres du monde o. c., 268.
78
J. ZIEGLER, Lempire de la honte, o. c., 81.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 147
La Bolsa, el botín de los cosmócratas, está dirigida por
los especuladores del tiempo y el espacio del pueblo. Éstos
son la quintaesencia del capitalismo financiero.
una pa-
sión demencial de poder y beneficio les anima, una voluntad
inagotable de machacar la concurrencia les devora79 (el ca-
pital financiero en circulación es más de 18 veces el valor de
todos los bienes y servicios producidos y disponibles en un
año en el planeta).
Expropiación del capital. El botín de los piratas cos-
mócratas elude todo tipo de fiscalidad emigrando a los para-
ísos fiscales: Aruba, Bahamas, Bermudas, Curaçao, Gibraltar,
Guernesey, Islas Vírgenes, Jersey, etc. En el caso del archipi-
élago de las Bahamas, con una población de 275.000 perso-
nas, el 80% negros, en Nassau, capital de la isla principal
Nueva Providencia, hay establecidos más de 470 bancos. En
sus depósitos hay más de 1 billón de dólares, dinero proce-
dente la mayor parte de Europa. Mediante la creación de una
IBC (International Business Company; trust, en el ámbito
anglo-sajón), se obtiene el secreto bancario (mentira banca-
ria), la cínica neutralidad política (genocida) y ausencia im-
positiva, y la libre e impune convertibilidad de divisas. En
esto consiste la felicidad paradisíaca del capital robado al
pueblo80.
79
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 138.
80
J. ZIEGLER, Les nouveaux maîtres du monde, o. c., 170-172.
148 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
81
N. CHOMSKI, Recuperación de los derechos: Un camino sinuoso: en M. J.
GIBNEY, La globalización de los derechos humanos, o. c., 81-86; J. E. STIGLITZ,
Sobre la libertad, el derecho a estar enterado y el discurso público: el papel
de la transparencia en la vida pública: en GIBNEY, M. J., La globalización de
los derechos humanos, o c., 125-167; 125;144. Cfr. H. K. BHABHA, El derecho
a escribir: en M. J. GIBNEY, La globalización de los derechos humanos, o. c.,
171-190.
82
P. BOURDIEU, Sur la télévision (Paris: Raisons DAgir Editions, 1996) 7.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 149
ción de la democracia directa, se convierten por el contrario
en instrumentos de opresión simbólica83. Son medios de vi-
olencia simbólica del imperialismo84. La pantalla de la tele-
visión, los receptores de radio y las páginas de los periódicos
se han convertido en una especie de espejo de Narciso que
refleja el espacio y el tiempo del rostro del poder; y la invisi-
bilidad del pueblo ausente85. La mayor censura en la televi-
sión, radio y prensa, es invisible (autocensura). Los cosmó-
cratas piratas imponen el tema noticioso, el sujeto que pro-
duce la noticia y las condiciones de la información rápida
de la acción informativa86. El contenido de la información no
es la veracidad, imparcialidad y objetividad contrastada de
los hechos, sino la fabricación de los hechos que se vendan
en el mercado como noticias. En este sentido, no deja de ser
ilustrador el pleito que los cachorros mediáticos del impe-
rio tienen con la aplicación del derecho a la libertad de ex-
presión por parte del gobierno venezolano. En el art. 58 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que-
da positivada la obligación de veracidad de la información:
[
] Toda persona tiene derecho a la información, oportuna,
veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios
de esta Constitución, así como a la réplica y rectificación
cuando se vea afectada directamente por informaciones ine-
xactas o agraviantes. Los niños, niñas y adolescentes tienen
derecho a recibir información adecuada para su desarrollo.
Pues bien, la Relatoría para la Libertad de Expresión de
la Organización de Estados Americanos, así como la Socie-
dad Interamericana de Prensa (SIP), acusan al gobierno de
Venezuela porque ha positivado constitucionalmente la obli-
gación de la veracidad de la información. Según ellos, resul-
83
Ibid., 8.
84
Ibid., 16.
85
Ibid., 11.
86
Ibid., 13-14.
150 SERRANO, Antonio Salamanca ¿Revolución de los Derechos Humanos de los Pueblos...
87
OEA, Informe Anual del Relator para la Libertad de Expresión (1999) 17ss.
88
Cfr. UN: ECONOMIC AND SOCIAL COUNCIL, GENERAL COMMENTS (HRC) nº 10: Freedom
of opinion, o. c., 133; UN: ECONOMIC AND SOCIAL COUNCIL, GENERAL COMMENTS
(HRC) nº 22: Freedom of thought, conscience or religion, o. c., 155-158.
89
P. BOURDIEU, Sur la télévision, o. c., 18-19.
90
Ibid., 17-18.
91
Ibid., 37-42.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 151
los medios de comunicación, se establecen en la práctica me-
dios encaminados a impedir la comunicación y la circulación
de ideas y opiniones (OC-5/85 del 13 de noviembre de 1985).
Expropiación de los medios de conocimiento. La en-
señanza media y universitaria es todavía un privilegio en
muchos lugares del planeta. Un privilegio con el que los pi-
ratas de la educación especulan sin cesar, entre otros medi-
os, patentado el conocimiento. Mientras, en nuestro mundo
hay 850 millones de adultos analfabetos y 325 millones de
niños sin escolarizar. En Etiopía, por ejemplo, el 40,3% de la
población de más de 15 años es analfabeta.
CONCLUSIÓN
APÉNDICE
Estructuración de las necesidades materiales de la vida
humana, en función de la estructura de la praxis material de
realidad de los pueblos, que debe articular la positivación
internacional de los derechos humanos.
Ero-económica:
5ª Necesidad de reconocimiento y acogimiento familiar
6ª Necesidad de reconocimiento y acogimiento en la co-
munidad nacional
7ª Necesidad de trabajo
8ª Necesidad de propiedad comunitaria (cooperativa y
estatal) de los medios de producción.
9ª Necesidad de propiedad personal del fruto del es-
fuerzo del trabajo
Político-institucional:
10ª Necesidad de la institución de la soberanía nacio-
nal territorial
11ª Necesidad institucional de un sistema de salud po-
pular
12ª Necesidad institucional de un sistema económico
cooperativo comunista
13ª Necesidad institucional de un Estado (Legislativo,
Judicial, Ejecutivo)
14ª Necesidad de instituciones internacionales revolu-
cionarias
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 153
15ª Necesidad institucional de medios de información
del pueblo
16ª Necesidad institucional de medios de opinión del
pueblo
17ª Necesidad institucional de un sistema educativo
popular
18ª Necesidad institucional de centros de desadicción
y rehabilitación
19ª Necesidad institucional del Derecho revolucionario
20ª Necesidad institucional de una policía y ejército re-
volucionarios
6 EL POTENCIAL EPISTEMOLÓGICO
Y TEÓRICO DE LA HISTORIA ORAL:
DE LA LÓGICA INSTRUMENTAL A LA
DESCOLONIZACIÓN DE LA HISTORIA1
1
Los contenidos de esta ponencia han surgido de innumerables discusiones
internas con los compañeros y compañeras del Taller de Historia Oral
Andina, en sesiones de reflexión y autocrítica sobre nuestro trabajo con
comunidades andinas y sectores artesanales urbanos. Aunque me hago
responsable de la sistematización presentada, cabe recalcar la dinámica
colectiva que dio origen a muchas de estas ideas.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 155
una manera que su lógica rechazaba. Su compenetración con
la cultura y cosmovisión indígena fue tan profunda, que lle-
gó a soñar en un idioma que no era el de sus padres. Fue
iniciado por el principal ritualista de la tribu. Este, al cabo de
un largo aprendizaje, le confió los secretos de su doctrina
ancestral.
Cuando el estudiante Murdock retornó a la civilizaci-
ón se presentó ante su profesor para declarar que conocía
los secretos de la cosmovisión indígena, pero que no los re-
velaría a nadie. No escribió su tesis doctoral, se negó por el
resto de su vida a hablar de esas experiencias, y terminó con-
vertido en oscuro empleado de biblioteca en una universi-
dad local. Argumentando sobre su decisión, dijo: El secreto,
por lo demás, no vale lo que valen los caminos que me con-
dujeron a él. Esos caminos hay que andarlos (Borges,
1974:989-990).
El relato de Borges plantea con simplicidad el dilema
epistemológico de la etnografía: la esencial intraductibilidad
lingüística y cultural propia de una relación asimétrica
entre individuos y culturas cuyo horizonte cognoscitivo es
diametralmente opuesto. Pero al mismo tiempo, plantea el
dilema ético que sacude a las ciencias sociales contemporá-
neas: El conocimiento fetichizado y convertido en instrumento
de prestigio y poder, puede volcarse en contra de las necesi-
dades e intereses de la colectividad estudiada, y el investiga-
dor transformarse en agente inconsciente de su derrota o de-
sintegración. Desvelar y desnudar lo que se conoce del otro
sea éste un pueblo indio colonizado, o cualquier sector su-
balterno de la sociedad equivale entonces a una traición.
Frente a esta posibilidad desesperanzadora, el silencio se con-
vierte entonces en la única forma de manifestar el compro-
miso ético con el grupo social estudiado, aunque esta actitud
pasiva no haga sino reforzar su clausura e intraductibilidad.
En la presente ponencia voy a exponer cómo ha venido
siendo enfrentado este dilema en nuestro país, a partir de la
156 CUSICANQUI, Silvia Rivera El Potencial Epistemológico y Teórico de La Historia Oral
2
En otros trabajos (Platt, 1982), Platt desarrolla un nuevo enfoque de
antropología histórica que da cuenta de estos procesos.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 159
sina. Por lo tanto, sus demandas debían integrarse en el cam-
po más vasto de las luchas campesinas, para no fragmentar
y dividir el campo popular. El etnólogo o el etnohistoriador
que continuaban insistiendo sobre la especificidad de la cu-
estión étnica quedaron descalificados por la izquierda: Su
romanticismo indigenista y su nostalgia por el pasado los
colocaban al margen de las grandes tareas revolucionarias que
demandaba el futuro.
En esta historia en la que los protagonistas son las es-
tructuras, la teoría y la investigación social comprometidas
sirvieron para encubrir nuevas prácticas paternalistas y co-
loniales frente a la cuestión étnica. Las elites de izquierda, de
raíz cultural criolla occidental, tenían una visión meramente
instrumental de las demandas étnicas: ellas eran útiles sólo
en tanto no se autonomizaran de la movilización popular
controlada por la izquierda. Allí se esconde un esfuerzo de
integrar y civilizar al indígena no muy diferenciado de las
matrices ideológicas que el marxismo combatía el naciona-
lismo y el liberalismo , con las cuales comparte una visión
evolucionista del devenir histórico, colocando a las socieda-
des indígenas en idéntico papel de objetos de una misión ci-
vilizadora. Su perspectiva no podía ser otra que la desinte-
gración, ya sea dentro del molde del ciudadano libre e igual
del capitalismo, o del trabajador masa del socialismo.
En el plano epistemológico, se reproducía una relación
asimétrica entre un sujeto cognoscente que compartía en lo
esencial la visión del mundo de la sociedad occidental domi-
nante, y un otro étnico, cuya identidad era atribuida desde
fuera, o forzada a una redefinición radical, para encajar con
los intereses mas vastos del campesinado y el proletariado.
Pese a todas las declaraciones verbales de compromiso con el
pueblo, y la adscripción principista a una epistemología di-
aléctica, la labor investigativa generada por la mayoría de
instituciones y militantes de la izquierda acabó condenando
al silencio y a la intraductibilidad a las conceptualizaciones
160 CUSICANQUI, Silvia Rivera El Potencial Epistemológico y Teórico de La Historia Oral
REFERENCIAS
BORGES, Jorge Luis. (1974). El Etnógrafo, en Obras Completas.
Buenos Aires: Ed. Emecé.
FERRAROTTI, Franco. (1983). Histoire et histoires de vie: la métho-
de biographique dans les sciencies sociales. Paris: Ed. Libraire des
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al. Modos de Producción En América Latina. Cuadernos de Pasado
y Presente, Córdoba.
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MAMANI, Carlos. (1986). Historia y prehistoria: ¿dónde nos en-
contramos los indios?. Ponencia al Congreso Mundial de Arqueo-
logía. Landres, 1-7 septiembre.
174 CUSICANQUI, Silvia Rivera El Potencial Epistemológico y Teórico de La Historia Oral
INTRODUÇÃO
O empenho maior e inconteste neste início do novo
milênio é como tomar parte deste cenário de mundialização
neoliberal, mas sem deixar de estar consciente e agir no âm-
bito cultural da diversidade e da legitimidade local. Trata-se
de repensar um projeto social e político contra-hegemônico,
capaz de reordenar as relações tradicionais entre Estado e So-
ciedade, entre o universalismo ético e o relativismo cultural,
entre a razão prática e a filosofia do sujeito, entre o discurso
de integração e de diversidade, entre as formas convencio-
nais de legalidade e as experiências plurais não-formais de
jurisdição.
Ressignificar outro modo de vida impulsiona a dimen-
são cultural por outras modalidades de experiência, de rela-
ções sociais e ordenações das práticas emergentes e institu-
intes. Em tal intento, a prioridade não estará no Estado-Naci-
onal e no Mercado, mas, presentemente, na força da socieda-
de enquanto novo espaço comunitário de efetivação da plu-
ralidade democrática, comprometida com a alteridade e com
a diversidade cultural. Em sua capacidade geradora, o poder
1
Compreende-se, aqui, identidade como o conjunto de características
específicas a determinado grupo humano, em seu modo de ser, pensar e agir.
2
SANTOS, Boaventura de Sousa (Org.). Reconhecer para Libertar: os
caminhos do cosmopolitismo multicultural. Rio de Janeiro: Civilização
Brasileira, 2003. p. 25-66.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 181
tica é necessário pensar e forjar formas de produção do co-
nhecimento que partam da práxis democrática pluralista en-
quanto expressão do Direito à diferença,3 à identidade coleti-
va, à autonomia4 e à igualdade de acesso a direitos. Há, por-
tanto, que desencadear tal processo, revendo o pluralismo
como princípio de legitimidade política, jurídica e cultural.
Do pluralismo não como possibilidade, mas como condição
primeira. É o que se verá nesta reflexão: ao criticar o neocolo-
nialismo liberal do capital financeiro e os desenfreados ge-
nocídios étnico-culturais, introduz o pluralismo democráti-
co como instrumento de luta para combater as mazelas da
globalização e para legitimar-se como estratégia contra-hege-
mônica de afirmação aos direitos humanos emergentes.
1. Processos de mundialização e
ações políticas contra-hegemônicas
Redefinir a vida humana, configurada na historicidade
de sujeitos singulares e coletivos com dignidade, com identi-
dade e com reconhecimento à diferença implica ter consciên-
cia e lutar contra imposições padronizadas que caracterizam
3
Para León Olivé o Direito à diferença refere-se ao direito dos indivíduos a
serem reconhecidos como integrantes de certa comunidade cultural,
desfrutando das condições apropriadas para que esta se preserve, se
desenvolva e floresça, de acordo com as decisões que seus membros tomem
de maneira autônoma. (OLIVÉ, León. Multiculturalismo y pluralismo. México:
Paidós, 1999. p. 89; _____. Interculturalismo y justicia social. México: UNAM,
2004. p. 89).
4
A autonomia pode ser vista como uma das formas de manifestação do
princípio da autodeterminação. Implica a luta de comunidades minoritárias
(populações indígenas, grupos afro-americanos, identidades nacionais, etc.)
para preservar suas tradições. Tais comunidades podem estabelecer
livremente o seu status político e prosseguir livremente o seu
desenvolvimento econômico, social e cultural. Assim, no entendimento
de Yash Ghai, o princípio da autodeterminação confere às comunidades
minoritárias o direito de autonomia ou de autogoverno em relação a
questões relacionadas a seus assuntos internos e locais. (GHAI, Yash.
Globalização, multiculturalismo e direito. In: SANTOS, Boaventura de S.
(Org.). Reconhecer para libertar. p. 570).
182 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
5
IANNI, Octávio. Globalização: novo paradigma das ciências sociais. In: A
Sociologia entre a Modernidade e a Contemporaneidade. Porto Alegre: Ed.
UFRGS, 1995. p. 13-25. Constatar, ainda em O. Ianni, A Sociedade Global. 4.
ed. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1996; BAUMAN, Zygmunt.
Globalização. As Conseqüências Humanas. Rio de Janeiro: Jorge Zahar, 1999;
SANTOS, Milton. Por uma outra Globalização: do pensamento único à
consciência universal. 3. ed. Rio de Janeiro: Record, 2000.
6
Cf. DOWBOR, Ladislau. Governabilidade e Descentralização In: São Paulo
em Perspectiva. São Paulo: Seade, n. 3, jul.-set./96. p. 23; _____. A Reprodução
Social. Propostas para uma Gestão Descentralizada. Petrópolis: Vozes, 1998.
p. 29-46.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 183
(ampliação do espaço, desterritorialização e transnaciona-li-
zação, principalmente econômica, tecnológica e cultural) da
doutrina teórico-prática de justificação e legitimização deno-
minada neoliberalismo. Em tal sentido, a interpretação e a
prática da ideologia neoliberal, particularmente na América
Latina, tem-se projetado como concepção radical do capita-
lismo que tende a absolutizar o mercado, até convertê-lo em
meio, em método e fim de todo comportamento humano ra-
cional. Segundo essa concepção, ficam subordinados ao mer-
cado a vida das pessoas, o comportamento da sociedade e a
política dos governos. O mercado absolutista não aceita ne-
nhuma forma de regulamentação 7. Tal sistema de princípios
e valores exime o Estado de grande parcela de sua responsa-
bilidade, limitando-lhe a intervenção e atuação a garantir o
mínimo de bens para todo cidadão. Ao ajustar e estabilizar a
economia capitalista para as grandes burocracias e as elites
financeiras internacionais, o neoliberalismo acabou, na es-
teira dessas manobras, contribuindo para acelerar imensos
desequilíbrios econômicos, elevadas taxas de desemprego,
profundas desigualdades sociais, acentuados desajustes no
cotidiano das comunidades locais e o genocídio cultural.
Assim, o surgimento de novas formas de dominação e
exclusão produzidas pela globalização e pelo neoliberalismo
afetou substancialmente também as práticas políticas tradi-
cionais e os padrões normativos que têm regulado as condi-
ções de vida em sociedade. Tais reflexos têm incidido igual-
mente na própria instância convencional de poder, o Estado
7
CARTA dos Superiores Provinciais da Companhia de Jesus da América Latina.
O Neoliberalismo na América Latina. São Paulo: Loyola, 1996. p. 19 e 21.
Sobre a crítica ao neoliberalismo, consultar: SADER, Emir; GENTILI, Pablo.
Pós-Neoliberalismo As Políticas Sociais e o Estado Democrático. 2. ed. Rio
de Janeiro: Graphia, 1995; BATISTA, Paulo Nogueira. O Consenso de
Washington: a visão Neoliberal dos Problemas da América Latina. 2. ed. São
Paulo: Pedex, l994; COMBLIN, José. O Neoliberalismo. Ideologia dominante
na virada do século. Petrópolis: Vozes, 2000.
184 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
8
IANNI, Octávio. 1995. p. 17. Sobre a problematização do Estado-Nação e sua
discussão atual, verificar também: HELD, David. La Democracia y el Orden
Global. Del Estado Moderno al Gobierno Cosmopolita. Barcelona: Paidós, 1997;
FIORI, Jorge Luis. Globalização, Estados Nacionais e Políticas Públicas.
Ciência Hoje. v. 16, n. 96, dez./93. p. 24-31; NOVAES, Adauto (Org.). A Crise
do Estado-Nação. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2003.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 185
um espaço de decisões não controladas nem determinadas
pelo Estado, mas induzidas pela sociedade.9 Nessa perspec-
tiva, o pluralismo comprometido com a alteridade e com a
diversidade cultural projeta-se como instrumento contra-he-
gemônico, porquanto mobiliza concretamente a relação mais
direta entre novos sujeitos sociais e poder institucional, fa-
vorecendo a radicalização de um processo comunitário parti-
cipativo, definindo mecanismos plurais de exercício demo-
crático e viabilizando cenários de reconhecimento e de afir-
mação de Direitos Humanos.
9
GENRO, Tarso F. O Futuro por Armar: democracia e socialismo na era
globalitária. Petrópolis: Vozes, 1999. p. 41.
10
Observar: DADESKY, Jacques. Pluralismo Étnico e Multiculturalismo.
Racismos e Anti-Racismos no Brasil. Rio de Janeiro: Pallas, 2001. p. 196-
205; VERHELST, Thierry G. O Direito à Diferença. Petrópolis: Vozes, 1992.
p. 92; OLIVÉ, Leon. Multiculturalismo y Pluralismo. p. 107 e ss.; _____.
Interculturalismo y Justicia Social. p. 70-75 e p. 142.
11
Autores como Adela Cortina relembram que foi na Espanha do tempo da
Reconquista que se constituíram os primórdios do debate multicultural,
expresso na convivência de três culturas cristã, árabe e judia em um
certo número de cidades. Assim, cabe assinalar que o começo do debate
do multiculturalismo data do século XVI e, concretamente, do momento da
grande expansão da cultura européia. O vocábulo é retomado e passa a ser
186 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
15
Cf. WOLKMER, Antonio Carlos. Pluralismo Jurídico - Fundamentos de uma
nova cultura no Direito. 3 ed. São Paulo: Alfa-Omega, 2001. p. 174.
16
WOLKMER, Antonio C. Op. cit., p. 222.
17
WOLKMER, Antonio C. Ibidem., p. 223-331.
188 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
18
MORENO, Isidoro. Derechos Humanos, Ciudadanía e Interculturalidad.
In: Repensando la Ciudadanía. Emma Martín Díaz y Sebastián de la Obra
Sierra (Editores). Sevilla: El Monte, 1998. p. 31. Sobre a discussão da
interculturalidade, consultar: FORNET-BETANCOURT, Raúl.
Transformación Intercultural de la Filosofía. Bilbao: Desclée de Brouwer, 2001;
SIDEKUM, Antonio (Org.). Alteridade e Multiculturalismo. Ijuí: UNIJUÍ,
2003. p. 299-316; SORIANO, Ramón. Interculturalismo: entre liberalismo
y comunitarismo. Córdoba: Almuzara, 2004. p. 81 e ss.; VALLESCAR
PALANCA, Diana (stj). Cultura, Multiculturalismo e Interculturalidad.
Hacia una racionalidad intercultural. Madrid: El Perpetuo Socorro, 2000.
19
MORENO, Isidoro. Derechos Humanos, Ciudadanía e Interculturalidad.
p. 31.
20
SALAS ASTRAIN, Ricardo. Ética Intercultural e Pensamento Latino-
Americano. In: Alteridade e Multiculturalismo. p. 327.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 189
na perspectiva hermenêutica da filosofia, a interculturalida-
de tem como tema central a problemática da identidade, o
modo de ser, o modo peculiar de pensar. Trata-se de um dis-
curso sobre culturas enquanto síntese de elementos inova-
dores, transportados, assimiladas num processo histórico.21
Por conseqüência, a interculturalidade em sua dimensão plu-
ralista tem caráter dialógico, hermenêutico e interdisciplinar.
Tendo em conta esse espaço transformador e de diálogo
intercultural é que se buscam formas alternativas de funda-
mentação, quer de um pluralismo jurídico de tipo progressis-
ta, quer dos direitos humanos como processo intercultural.
Certamente que tais pressupostos instituem-se na práxis par-
ticipativa de sujeitos insurgentes diferenciados e no reconhe-
cimento da satisfação de suas necessidades dentre os quais, a
vida humana com dignidade e com respeito à diversidade.
Assim, cumpre considerar que no espaço da multicul-
turalidade de interações das formas de vida, empregar pro-
cessos comunitários significa adotar estratégias de ação vin-
culadas à participação consciente e ativa de novos sujeitos
sociais. É ver em cada identidade humana (individual e cole-
tiva) um ser capaz de agir de forma solidária e emancipadora,
abrindo mão do imobilismo passivo liberal e do beneficia-
mento individualista comprometido. 22
É desse modo que o conceito histórico-cultural de sujei-
to está, mais uma vez, associado a uma tradição de utopias
revolucionárias, de lutas e de resistências. Num cenário de
exclusões, opressões e carências, as práticas emancipadoras
das novas identidades sociais (múltiplos grupos de interes-
ses, movimentos sociais, corpos intermediários, redes de in-
termediação, ONGs) revelam-se portadoras potenciais de re-
21
SIDEKUM, Antonio. Alteridade e Interculturalidade. In: Alteridade e
Multiculturalismo. p. 287-288.
22
Cf. WOLKMER, Antonio Carlos. Direitos, Poder Local e Novos Sujeitos
Sociais. In: RODRIGUES, H. W. [Org.]. O Direito no Terceiro Milênio. Canoas:
Ulbra, 2000. p. 97.
190 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
23
WOLKMER, Direitos, Poder..., Op. cit., p. 104.
24
Cf. WOLKMER, Direitos, Poder..., Ibidem, p. 104-105.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 191
espaço, as necessidades humanas estão em permanente re-
definição e criação.25 O conjunto das necessidades humanas
varia de uma sociedade ou cultura para outra, envolvendo
amplo e complexo processo de socialização. Há que distin-
guir, portanto, na problematização das necessidades, suas
implicações contingentes com exigências de legitimação.
Ora, na reflexão de autores como Agnes Heller, uma
necessidade pode ser reconhecida como legítima se sua sa-
tisfação não inclui a utilização de outra pessoa como mero
meio.26 Torna-se, deveras, imprópria qualquer determinação
arbitrária sobre a qualidade e a quantidade das necessidades,
cabendo ao cidadão comprometido com o procedimento
justo não só rechaçar a idéia de objetivações cotidianas in-
teriorizadas por dominação, como, sobretudo, praticar o re-
conhecimento de todas as necessidades, cuja satisfação não
supõe o uso e a exploração dos demais membros da comuni-
dade.27
É inegável que, em tempos de transição paradigmática,
a configuração de perspectiva jurídica mais progressista, in-
terdisciplinar e intercultural, expressa na prática determinante
e efetiva de novos sujeitos históricos, projeta-se não só como
fonte de legitimação da pluralidade jurídica emancipatória e
de direitos humanos diferenciados, mas também como meio
privilegiado de resistência radical e contra-hegemônica aos
processos de exclusão e de desconstitucionalização do mun-
do da vida.
25
Cf. WOLKMER, Antonio Carlos. Sobre a Teoria das Necessidades: a condição
dos novos direitos. In: Alter Ágora. Florianópolis: CCJ/UFSC, n. 01, maio/
1994. p. 43.
26
HELLER, Agnes; FEHÉR, Ferenc. Políticas de la Postmodernidad. Barcelona:
Península, 1989. p. 171-172. Ver também: HELLER, Agnes. Teoría de las
Necesidades en Marx. Barcelona: Península, 1978.
27
HELLER, Agnes. Más allá de la Justicia. Barcelona: Crítica, 1990. p. 238-239.
192 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
28
HOUTART, François. Alternativas Plausíveis ao Capitalismo Globalizado.
In: CATTANI, Antonio David (Org.). Fórum Social Mundial. A Construção de
um Mundo Melhor. Porto Alegre/Petrópolis: UFRGS/Vozes, 2001. p. 165-178.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 193
to o seu impacto democratizador,29 pois deixou-os sem uma
base mais direta com outros direitos não-estatais. Um segun-
do limite prende-se à negação vivenciada e reproduzida pelo
Direito Moderno, traduzida na ênfase técnico-formal pela
promulgação positiva de direitos, com a conseqüente negli-
gência do quadro de aplicação, de negação da real efetivi-
dade desses direitos, abrindo uma distância entre os cida-
dãos e o Direito.30
Para enfrentar o momento histórico assumido pela apro-
priação do capital financeiro e pela ordem internacional mar-
cada pela globalização neoliberal, percebe-se uma nova fase
histórica e uma nova perspectiva teórica e política no que se
refere aos Direitos Humanos.31 Trata-se de questionar a na-
tureza individualista, essencialista, estatista e formalista dos
direitos e partir para uma redefinição multicultural de Di-
reitos Humanos, entendidos como processos sociais, econô-
micos, políticos e culturais que, por um lado, configurem
materialmente (...) esse ato ético e político maduro e radical
de criação de uma nova ordem; e, por outro, a matriz para a
constituição de novas práticas sociais, de novas subjetivida-
des antagonistas (...) dessa ordem global32 vigente.
É relevante, portanto, o processo de redefinir e de con-
solidar a afirmação de direitos humanos numa perspectiva
integral, local e intercultural. Como assinala Flávia Piovesan,
se, tradicionalmente, a agenda de Direitos Humanos centrou-
se na tutela de direitos civis e políticos (...), testemunha-se,
atualmente, a ampliação dessa agenda tradicional, que passa
29
SANTOS, Boaventura de S. Os Direitos Humanos na Pós-Modernidade.
In: Direito e Sociedade. Coimbra, n. 4, março/1989. p. 7-8.
30
SANTOS, Boaventura de S. Op. cit., p. 8-9.
31
HERRERA FLORES, Joaquín. Los Derechos Humanos en el Contexto de la
Globalización: tres precisiones conceptuales. In: Direitos Humanos e
Globalização: Fundamentos e Possibilidades desde a Teoria Crítica. Rio de
Janeiro: Lumen Juris, 2004. p. 95.
32
HERRERA FLORES, Joaquín. Op. cit., p. 95 e 100.
194 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
33
PIOVESAN, Flávia. Direitos Sociais, Econômicos e Culturais e Direitos Civis
e Políticos. In: SUR Revista Internacional de Direitos Humanos. São Paulo:
SUR, n. 1, 1º sem., 2004. p. 29.
34
SANTOS, Boaventura de S. Ibidem, p. 34.
35
Cf. SIDEKUM, Antonio. Multiculturalismo: desafios para a educação na
América Latina. In: LAMPERT, Ernâni (Org.). Educação na América Latina:
encontros e desencontros. Pelotas: EDUCAT/UFPeL. p. 77.
36
STAVENHAGEN, Rodolfo. Derechos Humanos y Ciudadanía Multicultural:
los pueblos indígenas. In: MARTÍN DÍAZ, E.; OBRA SIERRA, Sebastián
(Ed.). Op. cit., p. 102.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 195
o Estado e o sistema jurídico reconheçam as identidades gru-
pais de populações minoritárias, tradicionalmente margina-
lizadas e excluídas.37
Naturalmente, na advertência de Yrigoyen Fajardo, a
resistência da mentalidade monista, monocultural e racista
dos operadores jurídicos e políticos (...) constitui uma barrei-
ra importante para a efetiva vigência do reconhecimento do
pluralismo legal e da construção de um Estado pluricultu-
ral.38 De qualquer forma, urge a superação do conceito in-
dividualista, monocultural e positivista dos direitos huma-
nos para, sobre a base da igual dignidade das culturas, abrir
caminho para uma definição e interpretação intercultural dos
direitos humanos.39
Em verdade, por trás dos embates pelos direitos huma-
nos, surge para Boaventura de S. Santos, um novo ecume-
nismo de lutas contra-hegemônicas, emancipatórias, em que
grupos sociais, movimentos de base, partindo de pressupos-
tos culturais diferentes islâmicos, hindus, católicos, pro-
testantes estão tentando encontrar formas de dialogar so-
bre, ou sob todas as diferenças culturais que os dividem.40
Sintetizando, é na perspectiva paradigmática do Plura-
lismo Jurídico de tipo comunitário-participativo e com base
37
Ibidem, p. 105.
38
YRIGOYEN FAJARDO, Raquel. Vislumbrando un Horizonte Pluralista:
Rupturas y Retos Epistemológicos y Políticos. In: LUCIC, Milka Castro
(Editora). Los Desafíos de la Interculturalidad: Identidad, Política y Derecho.
Santiago: Universidad de Chile, 2004. p. 220-221. Observar sobre o Estado
Pluralista: VILLORO, Luis. Estado Plural, Pluralidad de Culturas. México:
Paidós, 1998.
39
YRIGOYEN FAJARDO, Raquel. Op. cit., p. 198. Observar, igualmente:
EBERHARD, Christoph. Direitos Humanos e Diálogo Intercultural: uma
perspectiva antropológica. In: BALDI, Cesar A. (Org.). Direitos Humanos
na Sociedade Cosmopolita. Rio de Janeiro: Renovar, 2004. p. 159-203.
40
Entrevista com Prof. Boaventura de S. Santos / Jurandir Marbela, mimeo,
Coimbra, 27/12/1995. p. 13. Ver também: Uma Concepção Multicultural
de Direitos Humanos. Revista Lua Nova. São Paulo: Cedec, n. 39, 1997.
p. 105-124.
196 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
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198 WOLKMER, Antonio Carlos Pluralismo Jurídico e Direitos Humanos
8 PLURALISMO JURÍDICO Y
EMANCIPACIÓN SOCIAL
(Aportes desde la obra de
Antonio Carlos Wolkmer)
1
Sobre la importancia de las culturas jurídicas y el cuestionamiento del mar-
co occidentalocéntrico, ver la teoría de multijuridicismo de Le Roy, (1998);
asimismo, ver Sousa Santos (1998), p. 75 y ss.; Eberhard (2002), principal-
mente, p. 271 y ss.; y De Julios (2004), p. 217 a 239.
204 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
2
Ver en este sentido Lima y Lopes (2003), p. 242.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 205
jurídico. Fundamentos de una nueva cultura del Derecho.
Desde una visión interdisciplinaria, relacional y compleja del
fenómeno jurídico, el profesor de la Universidad Federal de
Santa Catarina, reconociendo la variedad de expresiones y la
polisemia de la noción central del título del libro, por un lado
denuncia la insuficiencia y el agotamiento del modelo clási-
co occidental de legalidad positiva y, por otro lado, reivindi-
ca, a partir de una toma de posición por lo que el autor deno-
mina teoría crítica del Derecho, la necesidad de construir y
preparar los horizontes de un nuevo paradigma de legalidad
basado en supuestos que parten de las condiciones históri-
cas actuales y de las prácticas y luchas sociales reales e in-
surgentes3.
Para el autor, la estructura normativa del moderno De-
recho positivo formal a comienzos del siglo XXI, es poco efi-
caz, sobre todo para solucionar y atender los problemas rela-
cionados con las necesidades de las sociedades periféricas.
En América Latina, la nueva fase de desarrollo del capitalis-
mo y su proceso de expansión por medio de las estrategias de
dominación de las naciones más poderosas, intensifica la san-
gría de los mercados de los países más débiles y pobres e
incrementa los niveles de desigualdad y contradicción soci-
al. Entre otras cosas, provoca una crisis de legitimidad y de
funcionamiento de la justicia basada en la primacía y la ex-
clusividad del modelo estatalista del Derecho y en los valo-
res del individualismo liberal. Como contrapartida, Antonio
Carlos Wolkmer propone la búsqueda de una visión jurídica,
más pluralista, democrática y antidogmática que refleje me-
jor y de cuenta del nuevo contexto en el que se encuentran
los países latinoamericanos. El iusfilósofo brasileño está en-
tre quienes piensan que nos encontramos en un periodo de
crisis de paradigma, precondición necesaria para el surgimi-
ento de nuevas propuestas teóricas y nuevos referentes.
3
Ver Wolkmer (2003), p. 247-248.
206 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
4
En este sentido ver Sánchez Rubio (2002); y Bueno de Carvalho y Carvalho
(2004).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 207
mento al servicio de los colectivos más desprotegidos y más
vulnerables.
5
El autor lo delimita y define como la multiplicidad de manifestaciones o
prácticas normativas en un mismo espacio socio-político, impulsados por el
conflicto o por el consenso, oficiales y/o no oficiales, teniendo su razón de ser
en las necesidades existenciales, materiales y culturales. Wolkmer (1994), p.
XII y 195.
6
Oscar Correas (2003), p. 109, señala que la juridicidad no es otra cosa que el
calificativo que permite legitimar, privilegiar, un sistema normativo (en este
caso el estatal) sobre cualquier otro al que se arroja a la antijuridicidad.
208 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
tre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX hubo una
fuerte reacción como alternativa al normativismo estatalista
por parte de las doctrinas pluralistas como las de Gierke, Hau-
riou, Santi Romano, Del Vecchio, Ehrlich, Gurvitch, Griffi-
ths, Thome, Rouland, Sally Falk Moore, Masaji Chiba y Van-
derlinden, entre muchos otros (Wolkmer, 2003, p. 250). Estos
autores daban cuenta de la existencia de diferentes formas,
sistemas y subsistemas jurídicos con dinámicas de funciona-
miento distintas a las propias del Derecho del Estado.
Actualmente, nos encontramos con un resurgimiento y
un mayor protagonismo de órdenes y teorías que reflejan la
dimensión plural del fenómeno jurídico. Ahora lo que ha cam-
biado es el contexto mundial, marcado por la nueva fase de
desarrollo del sistema capitalista y la división estructural que
ha provocado en el orden internacional. Y con él pasamos al
siguiente punto a tener en cuenta.
En segundo lugar, tal como señala José Eduardo Faria,
el sistema capitalista de la economía-mundo está domina-
do por una lógica económica global avasalladora en donde
los mercados transnacionales multiplican las capacidades de
actuación normativa de empresas, instituciones y conglome-
rados comerciales, mientras que se ponen en jaque los prin-
cipios básicos de la soberanía de los estados. Estos pierden
progresivamente el control de la coherencia sistemática de
sus leyes y acaban sometiendo sus ordenamientos a la com-
petencia de otros ordenamientos procedentes tanto de orga-
nismos multilaterales de centros transnacionales como de
centros regionales y locales. Nos encontramos con una situa-
ción de policentrismo normativo, con nuevas formas de or-
ganización de la división internacional del trabajo, nuevos
patrones de acumulación y una movilidad ilimitada de la cir-
culación de los capitales financieros (Faria, 2001).
Según Antonio Carlos Wolkmer el pluralismo jurídico
liberal burgués defendido a mediados del siglo XX, está sien-
do reintroducido como la nueva estrategia del nuevo ciclo
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 209
del capitalismo mundial. Las principales tendencias son: la
descentralización administrativa, la integración de mercados,
la globalización y acumulación flexible del capital, la forma-
ción de bloques económicos, las políticas de privatización y
de ajuste estructural, la dirección informal de servicios y la
regulación social supranacional, etc.
En realidad, los países latinoamericanos se ven afecta-
dos por esta estrategia en cuanto que sus economías se hacen
dependientes al ser controladas desde el siglo XVI por las
condiciones y los juegos de intereses del capital dominante.
Nuestro autor indica las particularidades de un país como
Brasil en donde su sistema normativo reproduce los esque-
mas institucionales estatalistas de los países del Norte, pero
con los límites que el capitalismo periférico implica al esta-
blecer un modelo de desarrollo cuyo contenido se caracteri-
za por la subordinación, la sumisión y el control de las es-
tructuras socio-económicas y político-culturales locales na-
cionales a los intereses de las transnacionales y de las econo-
mías de los centros hegemónicos. Por ello, las condición de
dependencia de los países periféricos evidencia cada vez más
la complejidad y las contradicciones entre el Centro y la Peri-
feria, el Norte rico y el Sur pobre, concurriendo no sólo cau-
sas externas a los países periféricos, sino también condicio-
nantes internos (p.e. la participación y la connivencia de una
elite local en el control transnacional de sus economías) (Wo-
lkmer, 2006).
Siguiendo la tipología de Juan Ramón Capella, de los
cuatro tipos de sociedades en función del papel que desem-
peñan en la división internacional del trabajo, Brasil combi-
na socialmente tanto las características de los países situados
dentro de la periferia económica del centro, como del mun-
do dejado de lado o de la periferia extrema (Capella, 2004,
p. 15). Si medimos los efectos de esta ubicación por medio de
la variable inclusión/exclusión aplicada a su población y a la
forma como se relacionan con el Estado, nos encontramos
210 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
4. Críticas y aclaraciones
De la propia lectura de este libro y de la lectura de otros
diversos trabajos del autor, se pueden deducir varias ideas
que, según mi parecer, no han sido correctamente captadas
por los críticos de sus planteamientos.
Antonio Carlos Wolkmer, no pretende minimizar el
Derecho estatal. Es un Derecho necesario pero no suficiente.
Además, apenas es una de las muchas formas jurídicas que
pueden existir en la sociedad. Sí es cierto que es fundamen-
tal e importante, pero cuando se habla de pluralismo jurídi-
co, éste cubre no solamente prácticas independientes y se-
miautónomas con relación al poder estatal, sino también prác-
ticas normativas oficiales y formales junto con prácticas no
oficiales e informales (Wolkmer, 2003, p. 251). Desde el prin-
cipio hay que manifestar que de la misma manera que nos
podemos encontrar con manifestaciones jurídicas estatales
con características conservadoras, autoritarias y despóticas y
con muchas otras de corte progresista y emancipador, lo mis-
mo sucede con otras expresiones jurídicas no estatales. Pue-
de haber un Derecho no estatal despótico y excluyente, así
como puede haber un Derecho no estatal que es expresión de
relaciones sociales incluyentes, solidarias y participativas que
son quienes realmente interesan al iusfilósofo brasileño.
En esta dirección han ido algunas de las críticas que se
le han hecho al tipo de pluralismo jurídico que Antonio Car-
los Wolkmer propone. Por ejemplo, los brasileños Agostinho
Ramalho Marqués Neto (1992, p. 37-53) y Lédio Rosa de An-
drade (1996, p. 312 ss.), destacan el peligro de que lo conciba
de una manera demasiado optimista, pues no todo lo que nace
en el seno de los colectivos sociales es positivo y emancipa-
torio. En concreto, señalan que su noción de Derecho comu-
nitario-participativo, defiende la prioridad de la justicia so-
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 213
bre el concepto de Derecho estatal, otorgando en ocasiones
demasiada santidad y pureza al horizonte de sentido de los
colectivos populares e ignorando la situación de manipulaci-
ón y control social en la que se encuentran, en muchos casos
por grupos criminales generalmente ligados al narcotráfico
que imponen su despiadada ley y sus totalitarios mecanis-
mos punitivos de resolución de conflicto (Cárcova, 1998, p.
98 ss.).
En este mismo sentido, Luciano Oliveira también re-
marca que muchas de las manifestaciones del Derecho de las
favelas cristaliza en prácticas de dominación que sistemáti-
camente violan los derechos humanos, incluso en muchas
comunidades empobrecidas, se suele utilizar la ley de Lynch
o de linchamiento (Oliveira, 1992). Por esta razón, hay quie-
nes adoptan posturas de carácter más garantista al concebir
la constitución y los derechos fundamentales por ella reco-
nocidos, como los únicos referentes de interpretación judici-
al y las únicas instancias que facultan la legalidad o ilegali-
dad tanto formal como material de las normas 7. Incluso se
dice que el problema no debe situarse en la búsqueda de un
nuevo derecho, sino en transformar el derecho positivo vi-
gente. La acción ha de desarrollarse, por tanto, en el nivel de
lo instituido8.
Nuestro autor, tal como indiqué arriba, en todo momento
deja claro que no va en contra del Derecho del Estado, ni
mucho menos del Estado de Derecho, sino, principalmente
de su inobservancia y, sobre todo, en las sociedades periféri-
cas, por su insuficiencia y, en ocasiones, por su ausencia.
Además, declara la ilegalidad de determinadas normas que
se encuentran en una clara situación de inconstitucionali-
7
Es el caso de Merlin Cleve (1993), p. 46 ss. que apuesta por la búsqueda de
una constitución normativa efectiva e integral.
8
Esto dice Jacinto Nelson de Miranda Coutinho según manifiesta Rosa de
Andrade (1998), p 52.
214 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
9
Rosa de Andrade(1996), p. 330-331; y (1998), p. 42 y 49, 58.
10
En este sentido, López Calera (1997), p. 34-35.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 215
quiere decir que automáticamente dejen de ser expresiones
jurídicas. En una época de tantos cambios donde el mundo
cada vez más se globaliza y, a la vez, se fragmenta, una pers-
pectiva pluralista y no monista del Derecho permite una mejor
explicación de la incesante red de sentidos y la multiplici-
dad de centros, de poderes y de actores que confluyen con
roles diversos11. Resulta un error imperdonable tanto recha-
zar en su totalidad tanto el Derecho oficial y el papel garante
del Estado como reducir cualquier manifestación de lo jurí-
dico al patrón estatalista. Toda absolutización de cualquier
elemento de la realidad, anula la perspectiva general y con-
funde el todo con la parte, ya sea ese elemento el Estado, la
sociedad, el Derecho estatal, la forma jurídica o el mercado.
11
Como ejemplo de esto, Sousa Santos (1998).
216 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
12
Las estructuras de las necesidades se refieren tanto a la falta de privación
de los objetos como a la ausencia de subjetividad de algo inmaterial relacio-
nado con el deseo, las normas, las acciones, las formas de vida, los valores...
Wolkmer (1994), p. 218. Observamos que tanto la dimensión de la autono-
mía como la dimensión referida a las condiciones de posibilidad de existen-
cia son indivisibles.
13
Wolkmer (1994), p. XVI.
Sobre la problemática de las necesidades, interesante es el planteamiento
del filósofo y economista Hinkelammert (1984). El autor en Crítica a la ra-
zón utópica, distingue entre lo que son las preferencias de lo que son las
necesidades. Considera que el ser humano, además de ser un sujeto prác-
tico, antes que nada es sujeto vivo (Hinkelammert (1984), p. 239). Es el a
priori a partir del cual concibe los fines y se encamina a ellos. Por medio de
los proyectos jerarquiza los fines. Los criterios de ordenación están encami-
nados a satisfacer las necesidades. Para vivir hay que poder vivir, y para
ello hay que aplicar un criterio de satisfacción de necesidades a la elección
de fines. (Hinkelammert (1984), p. 240) Y para asegurar que todo proyecto
de vida se realice, hay que proporcionar y garantizar el alimento, el vestido,
218 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
la casa.... Por eso, el sujeto, que si es libre para satisfacer las necesidades, no
lo es para elegirlas. Son las necesidades las que dan el criterio básico a la
libertad. Es aquí cuando entran a escena las preferencias. Vendrán a ser
sentimientos, deseos humanos que se incorporan una vez que el mínimo
vital se ha cubierto. De esta forma, si la satisfacción de las necesidades
hace posible la vida; la satisfacción de las preferencias, las hace agradables.
Pero para poder ser agradable, antes tiene que ser posible. Hinkelammert
(1984), p. 241.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 219
res culturales y de las condiciones histórico-materiales del
pueblo sufriente de la periferia (Wolkmer, 1994, p. 238-239).
La ética de la liberación de Dussel con sus dos categorías
Totalidad/Exterioridad puede ofrecer un material instrumen-
tal interesante. Ahora bien, no hace falta acudir a una instan-
cia que se encuentre más allá del proceso. Las concepciones
valorativas surgen y emergen de las propias luchas, de los
propios conflictos entre los intereses y las necesidades de los
sujetos individuales y colectivos. El cuño libertario, al estar
inserto en las prácticas sociales y ser producto de ellas evita
caer en pre-ontologismos fantasmas (Wolkmer, 1994, p. 240).
Nuestro autor habla de acudir a las categorías teóricas de la
filosofía de la liberación para poder expresarse mejor el fenó-
meno.14
5º) Por último, en cuanto a la racionalidad emancipa-
dora, Wolkmer reitera que, frente a lo que Habermas piensa,
no existen a priori fundantes universales de donde nacen los
procesos de racionalización, sino que nacen en el seno de la
contingencia directa entre los intereses y las necesidades que
confluyen en la pluralidad de acciones humanas en perma-
nente proceso de interacción y participación (Wolkmer, 1994,
p. 252). La realidad de la vida concreta y sus condiciones de
posibilidad conforman el punto de partida que genera cual-
quier racionalidad.
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de Janeiro: Lumen Juris.
14
Wolkmer (1994), p. 240. En este sentido, Sánchez Rubio (1999); y Torre Ran-
gel (2004).
220 RUBIO, David Sánchez Pluralismo Jurídico y Emancipación Social
A meeting of cultures,
A crossroads,
A fusion of races and traditions,
You, me, him and her, all of us
Mulatos
(Omar Sosa)
1
Tanto Wohlstetter, como Friedman y Strauss se encontraron como profesores
en la University of Chicago desde los años setenta en adelante.
2
En la Casa Blanca, por ejemplo, está Elliott Abrams, quien fuera figura promi-
nente del escándalo Irán-Contra en la administración de Ronald Reagan. En el
departamento de la defensa está Paul Wolfowitz, uno de los artífices de la guer-
ra contra Irak. Douglas Feith está en la vicepresidencia. Algunos de sus miem-
bros más prominentes, como por ejemplo, Richard Perle, Bill Kristol, John
Bolton, Fred Barnes, Morton Kondrake y Robert Kagan utilizan sin recato la
puerta giratoria que conduce de la academia a los medios y/o al gobierno. Cu-
entan con sus propias publicaciones, New Republic, Weekly Standard, aunque
colaboran ocasionalmente en diarios como el Wall Street Journal y el Washing-
ton Post. Muchos de sus asociados aparecen los domingos en la mayoría de los
programas políticos de la televisión. Su influencia en el Congreso es enorme.
El líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes Tom Delay,
repite fielmente sus mensajes. Y de manera extra-oficial, Newt Gingrich, quien
fuera el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes parece
228 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
4
La misma creación de los think-tanks constituían un desafío a los analistas
académicos universitarios, mucho más preocupados por argumentar analíti-
ca y fácticamente sus investigaciones. El modelo partnership comenzó a pri-
mar sobre el del schollarship. Véanse las propuestas del Project for a new
American Century, auspiciado por Robert Kagan y William Kristol, y las ideas
antilaboristas de los think-tanks israelíes conservadores que acusan al sio-
nismo laborista de haber propuesto paz por territorios, cuando el único ca-
mino es el de paz por paz (sin considerar la historia de la ocupación, del
incumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas y los diferentes con-
textos socio-económicos de ambas partes), desarrollado en A Clean Break. A
New Strategy For Securiting The Realm, firmado por los neocons Richard
Pearle y Douglas Feith: La nueva línea de Israel concluían los autores
será la expresión de una ruptura clara al abandonar una política que no ha-
cía más que asumir el debilitamiento y abrir una vía para la retirada estraté-
gica, instaurando de nuevo el principio de intervención (mucho mejor que
limitarse a las simples represalias) y dejándose de recibir golpes sin que la
nación responda. Ver Kepel, op. cit. p. 79.
5
Allan Bloom fue el autor de un exitoso best seller mundial titulado The
Closing of the American Mind, Simon & Schuster Inc., New York, 1987. En
este libro, aparentemente dedicado a fundamentar una enseñanza basada en
la aperture de miras, se dice lo siguiente: Unfortunatelly the West is defi-
ned by its need for justification of its ways or values, by its need for disco-
very of nature, by its need for philosophy and science. The United States is
one of the highest and most extreme achievements of the rational quest for the
good life according to nature. What makes its political structure possible is
the use of the rational principles of natural right to found a people, thus
uniting the good with ones own. Or, to put it otherwise, the regime establi-
shed here promised untrammeled freedom to reason not to everything in-
discriminately, but to reason, the essential freedom that justifies the other
freedoms, and on the basis of which, and for the sake of which, much deviance
is also tolerated
And this regime, contrary to all claims to the contrary, was
founded to overcome ethnocentrism, which is in no sense a discovery of
social science (p. 39, cursisvas nuestras). Curiosa crítica del etnocentrismo
desde el mismo etnocentrismo de unos Estados Unidos vistos como la esen-
cia del derecho natural propuesto por Leo Strauss.
230 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
6
HUNTINGTON, S., El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden
mundial, Paidós, Barcelona, 1997, p. 386.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 231
evitación más radical de tratar las causas como causas, no
importando para nada la gravedad que impliquen a largo pla-
zo. Esto no es una dimensión pasajera (históricamente supe-
rable), sino una dimensión estructural irremediable del siste-
ma del capital proyectado constantemente hacia su propia
expansión7. En esta globalización permanente, el capital se
ve obligado a procurar soluciones para todos los problemas y
contradicciones generados por su dinámica, pero reducién-
dolas a meros ajustes que se aplican únicamente a sus efectos
y a sus consecuencias. Toda iniciativa política, jurídica o so-
cial dirigida a paliar efectos y consecuencias de la aplicación
irrestricta de los procesos de acumulación puede que sea ad-
mitida a trámite, si se dan las circunstancias adecuadas para
ello. Sin embargo, una opción política o teórica que intente
determinar y oponerse a dichos procesos de acumulación
vistos como causas reales de los fenómenos , rápidamente es
tildada de radical y rechazada. Opuestas, como dirían los ne-
ocons al derecho natural en el que se basa el fanatismo de
sus propuestas.
Para evitar caer en ese peligroso iusnaturalismo del
bien contra el mal debemos insistir una y otra vez que en
el mundo en que vivimos los efectos tienen sus causas, y que
es preciso revelarlas a pesar del armamento pesado que usan
los que pretenden ocultarlas y sacarlas de todo análisis rigu-
roso. Para nosotros, la causa de la ocultación de las causas
reside en un fenómeno extraño pero tremendamente funcio-
nal a dichos intereses de expansión y acumulación: el capital
se considera la causa de sí mismo. En su afán de escapar de
la dependencia que le une al trabajo humano como instancia
creadora de valor social, los intelectuales, filósofos y econo-
mistas que han reflexionado desde una perspectiva funcional
al desarrollo de la relación social fundada en el capital, le han
8
Cfr., entre muchísimos otros textos que tratan más teóricamente este proble-
ma, el trabajo más empírico e histórico de Yann-Moulier Boutang Du esclavis-
me au salariat. Economie historique du salariat bridé, Paris, PUF, 1999. Asi-
mismo, y por citar únicamente otros dos textos entre los que están construyen-
do un nuevo paradigma crítico de necesario conocimiento para todos los que
de un modo cultural y contextualizado nos preocupamos de los derechos
humanos, VV.AA, Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación co-
lectiva, Madrid, Traficantes de Sueños, 2004; y el magnífico trabajo de Luc
Boltanski y Ève Chiapello, El nuevo espíritu del capitalismo, Madrid, Akal,
2003. No se debe obviar, si es que se quiere entrar en estos temas con conoci-
miento de causa, la enorme cantidad de trabajos dedicados al tema por Anto-
nio Negri, Paolo Virno, Maurizio Lazzarato y las revistas Futur Anterieur, Mul-
titudes, Crítica Jurídica. Revista latinoamericana de ciencias sociales y Alter-
natives Sud.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 235
en última instancia son funcionales a lo que es asumible y
compatible con aquello que ha sido la causa a partir de la
cual se han tenido que designar a determinados territorios como
reservas o como paisajes culturales: el sistema sociometa-
bólico del capital, su continua expansión y su consecuente
destrucción de los entornos ambientales.
De ahí también, y con ello pasamos al segundo ejem-
plo, el desplazamiento de los problemas que provoca el capi-
tal a la esfera jurídica. Los juristas, quizá inconscientemente
aunque tal inconsciencia no les exime de cierta responsabi-
lidad y los políticos estos ya de un modo más claro y pre-
ciso , generalizan socialmente la creencia de que una mera
reforma jurídica en un campo afectado por los procesos de
acumulación del capital (por ejemplo, la urbanización salva-
je de las costas) podrá resolver los problemas suscitados por
los mismos. Quizá, tales reformas puedan tener una enorme
virtualidad sobre los efectos y consecuencias de la aplicación
de las leyes no escritas del capital, limando ciertos desajustes
o garantizando algunas esferas de protección; pero, al dejar
igualmente intocada la causa fundamental de los problemas
y conflictos, difícilmente van a encontrarse soluciones reales
a los problemas de nuestros litorales.
De todos modos, hay que reconocer que el derecho no
puede hacer nada más que retocar tales consecuencias. No
debemos pedirle al derecho lo que está más allá de su alcan-
ce. Una norma jurídica no hace otra cosa y esa es la grande-
za y la miseria del ordenamiento jurídico , que reconocer un
específico y determinado modo de satisfacer una necesidad o
una exigencia social sin salirse del marco que imponen mate-
rialmente los procesos de división social del hacer que predo-
minen en un momento concreto. De ahí el constante despla-
zamiento de las soluciones al ámbito de lo jurídico. Desde
una concepción progresista del derecho intentaremos paliar
algunas de las consecuencias que propicia dicho marco. Véan-
se, si no, los constantes esfuerzos por imponer legislaciones
236 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
9
Méndez Ibisate, F., Marginalistas y Neoclásicos, Síntesis, Madrid, 2004.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 239
turales abiertos que tiendan a potenciar la capacidad humana
genérica de creatividad y de transformación del mundo: hitos
básicos de todo el proceso de humanización de la humanidad.
10
Por ejemplo, a través de leyes de extranjería que dificulten el acceso a los dere-
chos básicos de las personas que han inmigrado (mientras, a la vez, se le exige
que se aculturen y admitan nuestros presupuestos: por un lado, se les discrimina
y por el otro se les intenta asimilar). Las leyes de inmigración son normas que han
seguido procedimientos justos. Ahora bien ¿son sus resultados igualmente jus-
tos teniendo en cuenta la contradicción señalada anteriormente?
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 241
mos a criterio ético universal la creación de unas condiciones
ideales de comunicación (Jürgen Habermas)11 o de formulación
de principios de justicia (John Rawls)12 sin contar con las di-
ferencias y desigualdades culturales y contextuales en la que
se desarrollan las vidas concretas de comunidades y perso-
nas. Se habla, pues, de la humanidad como si fuera el único
grupo existente y consideramos a sus componentes como
miembros de una sola comunidad que, con el tiempo, si es
que no son perezosos y saben actuar en las subastas de de-
rechos (Ronald Dworkin), irán alcanzándose formalmente
unos a otros hasta que llegue el día de la hipotética eclosión
de la armonía preestablecida (el paraíso de los destinos de
Leibniz).
De ahí que el proceso de subjetivación, es decir, el modo
de convertirse en sujeto de su propia vida13, no se consiga al
11
Pongamos en el progresivo esfuerzo internacional de los países del Tercer
Mundo a la hora de reforzar el papel de la institución que debería cumplir
con esos criterios ideales (y que formalmente los cumple), como es el caso de
la Asamblea General de las Naciones Unidas. En este esfuerzo internacional
hemos asistido una y otra vez al desmontaje de esos criterios éticos universa-
les de comunicación. Véanse si no todos los incumplimientos de las decisio-
nes asumidas idealmente por la Asamblea y boicoteados una y otra vez por
los que proclaman teóricamente dicha idealidad y, con la otra mano, dan con
la estaca. El caso de la alianza israelí-USA en dicho boicoteo, podría ser un
magnífico marco para verificar empíricamente la validez o ineficacia de di-
chas propuestas idealistas.
12
Principios a los que con sólo pensar racionalmente se ha de llegar si es que
somos individuos racionales. Se parte de un consenso previo acerca de unos
principios (los derechos básicos individuales de libertad negativa), para, a
continuación, buscar la forma de legitimarlos universalmente como lexico-
gráfica e ideológicamente superiores a los demás ¿No sería mucho más
racional dotar a todos de condiciones económicas, sociales, políticas y cul-
turales iguales y, desde ahí, ver a qué principios podemos llegar por consen-
so? ¿No consiste precisamente la libertad en el empoderamiento necesario
para poder luchar por una vida digna? ¿Es que acaso entre libertad e igualdad
hay jerarquías o son valores que se complementan el uno al otro?
13
Para nosotros, por proceso de subjetivación, es decir, el asumir que se es suje-
to de la propia vida que se vive, debemos entender una constelación de deci-
siones y de apuestas personales que implican modificaciones irreversibles de
las tramas de sentido, trastocamiento de las fuerzas pasivas y rupturas con
242 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
15
FOUCAULT, M., Estética, ética y hermenéutica, Barcelona, Paidós,1999, p. 431
16
FOUCAULT, M., op. cit. p. 433
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 245
Todos estos argumentos nos hacen considerar lo tem-
poral de un modo distinto al que defienden los pensadores
idealistas (Habermas, Rawls...). El tiempo de la madurez no
va a llegar por sí solo. Hay que empujar el tiempo cambian-
do las circunstancias que hacen que unos puedan auto-pro-
clamarse sujetos racionales de derecho y otros no tengan ni
siquiera las posibilidades mínimas de acceso a los lugares y
contextos en los que se va adquiriendo la madurez necesaria
para comprender que hay que luchar espacialmente para
que el tiempo nos favorezca a todos por igual y no a unos más
que a otros. No debemos, pues, defender racionalidades for-
males/ideales que someten todos los contenidos a una idea o
forma previa que determina nuestra acción y nos inducen a
aceptar una determinada construcción de la división social
del trabajo y del hacer humanos hasta que el final de los tiem-
pos y de la historia lleguen por sí mismos. Hay, pues, que
defender una concepción material/concreta de la racionali-
dad que, al tener en cuenta las posiciones que ocupamos en
los espacios reales en los que vivimos, nos induzca a cons-
truir los materiales necesarios para obtener la fuerza y el po-
der que nos impulsen a luchar por conseguir posiciones igua-
litarias de acceso a los bienes imponiendo deberes de no ex-
plotación y de redistribución de recursos a los que dominan
la actual división social del hacer.
Desde dicha mirada en el propio espejo, y su consecu-
ente desplazamiento de la causa real de los problemas, co-
menzaron a sentarse las bases del colonialismo, del racismo y
de la xenofobia. Dejemos hablar a Ernest Renan en la apertu-
ra del curso de lenguas hebrea, caldea y siríaca en el Collège
de France en 1862. En el momento actual afirmaba rotun-
damente Renan la condición esencial para la expansión de
la civilización europea es la destrucción de lo semítico por
excelencia: la destrucción del poder del islamismo...Se trata
de una guerra eterna, de una guerra que sólo cesará cuando el
último hijo de Ismaíl haya muerto de miseria confinado por
246 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
17
Bauman, Z., La cultura como praxis, Paidós, Barcelona, 2002; del mismo au-
tor, On Communitarians and Human Freedom, or how to square the circle,
Theory, Culture and Society, 13 (2), pp. 79-90, y Globalization: the human
consequences, Polity Press, Cambridge, 2000.
252 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
18
De ahí la importancia de la concepción espacial/material de lo cultural que
sustituya a las formulaciones formales/ideales de lo humano. Debemos ser
conscientes que ser animales culturales, es decir, que ser seres humanos es
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 253
so trabajar para que en todos esos procesos culturales existan
las condiciones económicas, políticas, sociales, económicas
y, por supuesto, culturales, para poder enfrentarnos con éxito
a los obstáculos no enteramente culturales que vienen
impidiéndonos dialogar desde y para nuestras diferencias.
19
HERRERA FLORES, J., El Proceso Cultural. Materiales para la creatividad hu-
mana, Aconcagua Libros, Sevilla, 2005, pp.29 y ss.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 255
tros propios parámetros, reconociendo de antemano que va-
mos a encontrarnos con seres humanos que también portarán
parámetros culturales quizá diferentes a los nuestros, pero tan
culturales como los que nosotros hemos ido construyendo a lo
largo de los siglos20. Reconocer esto, que pareciendo tan simple
es, al mismo tiempo, tan complejo y difícil, es la base necesaria
para establecer relaciones pacíficas con los diferentes.
Pero ahora debemos añadir algo más. Un puente sirve
lo que es ya mucho para construir las orillas y pasar de un
proceso cultural a otro. En este momento, debemos dar un
paso más y centrar la atención en el fin, en el telos u objetivo,
de ese paso. O bien pasamos el puente para invadir al otro y
reducir a cenizas sus representaciones culturales (además de
todo lo que se interponga en el camino del imperialismo co-
lonial); o bien, cruzamos el puente para comparar, discutir y,
en el mejor de los casos, para compartir nuestras diferencias,
para mezclarlas y para construir algo nuevo.
El fiel de la balanza es lo que en otra ocasión llamába-
mos el circuito de reacción cultural. Veamos en el cuadro
siguiente los diferentes tipos de acercamiento a lo cultural en
función de las categorías de apertura o de cierre del mismo.
20
Tesis que desarrolla la obra de Frank Baer, El Puente de Alcántara, Edhasa,
Barcelona, 13ª reimpresión, 1997; obra que muestra cómo durante un breve
lapso de tiempo judíos, árabes y cristianos tuvieron la posibilidad de cru-
zar el puente que pudo haberlos unido en el camino de la historia, pero
que el ansia de riquezas y de poder acabaron por destruir. Véanse, por ejem-
plo, las palabras del judío Ibn Eli que, alertado por el peligro de la ortodo-
xia, dice de sus propios correligionarios: Lo triste es que cierta gente se
haya hecho de la noche a la mañana con la voz cantante. No sólo en la corte,
sino también en el bazar. Y no estoy hablando de los ortodoxos fanáticos,
que ya los conocemos. Hablo de los pequeños comerciantes y artesanos, que
han empezado a mostrar un nauseabundo fervor religioso desde que los
negocios no marchan tan bien. Hablan de defender la verdadera fe, y en
realidad lo único que pretenden es acabar de raíz con la competencia. No
tengo miedo de la gente que quizá podría criticarme por haber mantenido
buenas relaciones con un hadjib caído en desgracia. A los que temo es a
esos fanáticos que salen arrastrándose de sus agujeros para quemar primero
libros, y después hombres (p. 554 de la edición citada)
256 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
21
Ver DOMÉNECH, A., El eclipse de la fraternidad. Una visión republicana de
la tradición socialista. Crítica, Barcelona, 2004 pp. 84 y ss.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 261
tar y ampliar el concepto de igualdad formal a los aspectos
materiales y concretos que permitan la puesta en práctica de
la libertad positiva y de la fraternidad emancipadora que
subyace bajo el concepto de igualdad material. Los derechos
no van a funcionar por sí mismos, ni van a ser implementa-
dos únicamente desde el, por otro lado necesario, trabajo ju-
rídico. Hay que hacerlos funcionar creando las condiciones
económicas y sociales necesarias para ello. En definitiva, ha-
blamos de la igualdad de todas y de todos, o, más específi-
camente, del conjunto de condiciones sociales, económicas y
culturales que nos permitan poder poner en práctica la liber-
tad positiva y la fraternidad emancipadora.22
En definitiva, cuando hablamos de derechos humanos
como productos culturales antagónicos a las relaciones capi-
talistas, lo hacemos del resultado histórico del conjunto de
procesos antagonistas al capital que abren o consolidan espa-
cios de lucha por la dignidad humana. En primer lugar, pues,
destaca la frase resultado del conjunto de procesos antago-
nistas, con la que queremos reforzar el carácter histórico/
dinámico de los procesos sociales y jurídicos que permiten
abrir y, a su vez, garantizar lo que resulte de las luchas sociales
por la dignidad. En segundo lugar, hablamos de espacios de
lucha, es decir, de la construcción de las condiciones nece-
sarias para llevar adelante propuestas alternativas al orden
existente y a la Ideología-Mundo de carácter básicamente abs-
tracto y descontextualizado. Y, en tercer lugar, nos referimos
a la dignidad humana. Con ello no nos estamos refiriendo a
una concepción de la dignidad que imponga unos determina-
dos contenidos a cualquier forma de vida que luche cotidi-
22
Joaquín Herrera Flores Hacia una visión compleja de los derechos humanos
en Joaquín Herrera Flores (ed.), El Vuelo de Anteo. Derechos Humanos y Críti-
ca de la Razón Liberal, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2001. Ver también, HER-
RERA FLORES, J., De Habitaciones propias y otros espacios negados. Una
teoría crítica de las opresiones patriarcales, Instituto de Derechos Humanos,
Universidad de Deusto, Bilbao, 2005.
262 FLORES, Joaquín Herrera Cultura y Derechos Humanos
INTRODUCCIÓN
Este capítulo pretende desarrollar una reflexión sobre
cómo pensar la globalización desde la perspectiva de los pu-
eblos indígenas. Plantearse esta cuestión supone interrogarse
sobre el reto que supone la propuesta indígena sus reclamos
cosmovisionales e identitarios articulados por medio de de-
rechos para la construcción de los procesos multiculturales
en la globalización. La globalización, las sociedades y proce-
sos multiculturales son realidades inescindibles e insepara-
bles. El pluriculturalismo constituye el primer elemento para
construir un pensamiento global que pueda dar respuestas a
las demandas emergentes, entre las que irrumpen, de manera
privilegiada y urgente, las reivindicaciones indígenas. Por ello,
una teoría del multiculturalismo comprometida con los pue-
blos indígenas será aquella que sitúe la vida humana como
valor central para la articulación de propuestas éticas, políti-
cas y normativas; para el análisis contrastado de las implica-
ciones y repercusiones que esta afirmación radical produce
en otras dinámicas culturales, dominantes o no, y las media-
ciones que se establecen para articular todos estos movimi-
entos. El multiculturalismo, entendido en este sentido, no se
266 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
1
Un ejemplo clarísimo sería los términos con los que se expresa el Proyecto de
Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de las Poblaciones indíge-
nas. Resolución 1994/45 de la Subcomisión de Prevención de Discriminacio-
nes y protección de las minorías (28.10.1994).
268 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
2
En este sentido, preferimos utilizar el concepto de procesos culturales, más
que el de derecho a la cultura, debido al carácter holístico y dinámico que la
primera consideración encierra. La multiversidad indígena (ya sea por la di-
versidad y multiplicidad geográfica desde donde se enuncia, o por la com-
plejidad cultural que cada cosmovisión indígena encierra en sí misma) es de
difícil concreción bajo una categoría tan maleada y parcial como la de dere-
cho a la cultura, acuñada, una vez más, en los monoculturales laboratorios
de occidente.
270 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
3
En este sentido, una apropiación e interpretación flexible y evolutiva de los
derechos humanos hoy supone trascender los patrones culturales propios,
ubicar nuevas necesidades y detectar nuevas lógicas, carencias y demandas,
desde la otredad cultural. Este basto y difícil trabajo de interpretación se
acentúa ante el reto y demanda de los pueblos indígenas, ya que ello traspa-
sa y perfora los moldes con los que han sido codificados los derechos huma-
nos. La historización y flexibilización de los derechos además de tener una
velocidad horizontal y otra vertical, debe tener una motivación transcultu-
ral, lo que supone disponer de capacidad para enunciarse desde otros luga-
res, espacios y culturas.
276 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
4
Estas cuestiones han sido ampliamente referidas anteriormente al hablar del
espacio y tiempo indígenas. Sólo queremos llamar la atención sobre la impor-
tancia que la dimensión tempo-espacial ha tenido para la construcción de un
pacto social estatalista, absolutamente clausurado, en el que no había lugar
para la consideración de otros sujetos de derechos y, menos aún, si este se
denominaba pueblos indígenas. En este sentido hablamos de un régimen ge-
neral de valores centrado en torno al bien común entre iguales, lo que exige
pactos de solidaridad entre los mismos: la ciudadanía masculina y trabajado-
ra, referencia antagónica de una consideración abierta, flexible y procesual de
la multiculturalidad. También hablábamos de un cuerpo de medidas necesari-
as para la aplicación de ese régimen general de valores, lo que se ha plasmado
en la construcción de una multiculturalidad indigenista por medio de políti-
cas de segregación, asimilación, integración, o una combinación simultánea
de estas tres formas. Finalmente, una concepción del tiempo y el espacio naci-
onal-estatal, centrada en la linealidad, en la acción burocrática del Estado, en
la producción en masa, en donde sólo hay lugar y tiempo para la consolidaci-
ón de una cultura nacional estatalmente construida a partir de un modelo de
ciudadanía trabajadora que se adquiere por la nacionalización, y que otorga
derechos sólo a quienes se integren y formalicen por medio del trabajo. En
referencia a esta última cuestión cf. L. Grossberg, The space of Culture, the
Power of Space, en I. Chambers y L. Curti (eds.), The Post Colonial Quaestion:
Common Skies, Divided Horizons, Routledge, Londres, 1996, pp. 169-188; D.
Massey, Imagining globalisation: power-geometries of space-time en Power-
geometries and the Politics of Space-Time, Hettner-Lecture, Heidelberg, 1999,
pp. 9-23; Massey, La filosofía y la política de la espacialidad: algunas conside-
raciones en L. Arfuch (compiladora), Pensar este tiempo. Espacios, afectos,
pertenencias, Paidós, Buenos Aires, 2005, pp. 103-127.
5
The Small Voice of History en Subaltern Studies, VI, Delhi, Oxford Universi-
ty Press, 1996, pp. 1-12.
278 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
10
Nos movemos aquí en la lógica de los derechos-deberes. Todo derecho huma-
no tiene siempre este doble rostro: el de ser derecho para alguien o algunos, y
deberes para otros/otras, sin olvidar nunca las exigencias comunitarias que
en sí mismo encierran. Sin embargo, los derechos se enuncian y aparecen
históricamente como demandas sociales y exigencias de los más débiles fren-
te a los más fuertes, como mecanismos para poder acotar los excesos de los
sectores hegemónicos y más poderosos. En este sentido, los derechos de los
280 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
11
La ausencia o falta de protagonismo de las asociaciones indígenas en deter-
minados proyectos de desarrollo, cuyo papel es capitalizado, en sus mo-
mentos de decisión y ejecución, por ong´s no-indígenas, o por la cooperaci-
ón internacional.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 287
político-cultural necesario para caminar hacia una multicul-
turalidad intercultural.
El resultado de todo este proceso es un tratamiento de
estos pueblos como cuestión indígena. Ello implica reducir
lo cultural indígena a mera política pública que transversali-
za programáticamente todos los contenidos que se abor-
den y traten en el marco del Estado, más que asumir el reto de
los pueblos indígenas como la exigencia de construcción de
nuevos marcos políticos en la globalización: marcos plurina-
cionales, pluriculturales, pluriconstitucionales, aferrados to-
dos ellos a la lógica de la pluriversidad. La transversalización
va perdiendo energía en el camino y muta en un tratamiento
multicultural de lo indígena basado en la integración tute-
lada, y en el reconocimiento concedido de ciertos derechos,
pero no de aquellos que resultan fundamentales para abordar
el reto de la plurinacionalidad indígena en la globalización.
O simplemente, en el reconocimiento retórico de derechos
indígenas pero sin procedimientos y presupuestos para im-
plementarlos y garantizarlos. Las consecuencias políticas de
unas políticas públicas multiculturales construidas según es-
tos patrones son: la dependencia estructural del tejido asoci-
ativo indígena y de su base social, de la voluntad de los Esta-
dos; el debilitamiento, a largo plazo, de los procesos indíge-
nas; la atomización en el tratamiento de las cuestiones cul-
turales y cosmovisionales indígenas; la lógica del corto plazo
en la manera de entender los procesos, lo que supone no asu-
mir en serio el reto cosmovisional indígena, y no trascender
una comprensión estatalista del multiculturalismo; la búsque-
da incesante de la efectividad y el pragmatismo en todas es-
tas cuestiones, abandonando la condición de proceso que tie-
ne toda construcción multicultural, y de manera muy especí-
fica, la indígena; la falta de criterios y principios que permi-
tan apuntar las verdaderas necesidades y carencias hoy de
los pueblos indígenas en sus espacios naturales de vida; la
estatalización definitiva de una multiculturalidad indígena.
288 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
12
Un marco de fondo para estas cuestiones puede verse en: Hugo Cayzac, Gua-
temala, proyecto inconcluso. La multiculturalidad, un paso hacia la democra-
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 289
Un primer diagnóstico implicaría hablar de multicultu-
ralidad negociada. Es decir, de acuerdo con una historia ofi-
cial de la exclusión y la discriminación indígena, se trataría
de ver, constatar y señalar, de manera muy general y abstrac-
ta, en qué medida se están produciendo avances en la negoci-
ación de derechos sustantivos de los pueblos indígenas. En
este sentido, sí puede hablarse de un cierto progreso en deter-
minadas cuestiones. El proceso multicultural que construyen
los pueblos indígenas ha conseguido negociar sobre ciertas
bases, sobre todo en el ámbito del derecho internacional de
los derechos humanos y en la arena de Naciones Unidas. Se
puede hablar, de manera referencial, de un cierto avance en
la conciencia y programación de una educación multicultu-
ral con y para pueblos indígenas. De la fiera discriminación
con que se ha conformado la historia oficial en relación a es-
tos pueblos, podemos hablar, sin ninguna pretensión de triun-
falismo, de expectativas multiculturales con referencia al su-
jeto pueblos indígenas en el actual proceso global. Aunque
para algunos resulte un golpe de formalidad y las evaluacio-
nes que de ello se puedan inferir no sean las esperadas, el
hecho de establecer oficialmente por las Naciones Unidas una
década para los Pueblos Indígenas, y que la década en la que
nos adentramos con prudencia, constituya una renovación
continuante de las expectativas incumplidas o no realizadas
en aquella, es, sin ninguna duda, un paso adelante en la cons-
trucción del proceso multicultural indígena. En esta dinámi-
ca de educación y concienciación multicultural, habría que
13
Nuestro objetivo es tan solo apuntar esta cuestión. Su desarrollo de manera
específica y técnica será abordado en otros capítulos de este manual.
14
Boaventura de Souza Santos, Desigualdad, exclusión y globalización: hacia
la construcción multicultural de la igualdad y la diferencia, en La caída del
angelus novus: ensayos para una nueva teoría social y una nueva práctica
política, ILSA, Bogotá, 2003, p. 125.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 291
la esclavitud y la puesta en escena de políticas racistas. El
tránsito de un proceso político de intensa represión (exclusi-
ón) , a otro más liviano, al menos en la intensidad de la vio-
lencia, aunque no en las consecuencias a largo plazo (desi-
gualdad), tiene que ver, precisamente, con el valor (de uso)
de la biodiversidad que los pueblos indígenas ocupan y tie-
nen, y con la fertilidad que los conocimientos ancestrales in-
dígenas poseen para la lógica del capitalismo en el nuevo es-
cenario global. Biodiversidad y conocimientos ancestrales
ofertan una potencialidad inaudita para la obtención de be-
neficios en sectores tan diversos como la agricultura industri-
al, las industrias farmacéuticas y biotecnológicas. Desde ahí
debemos apercibir los peligros que encierra esta multicultu-
ralidad negociada, que permite ser a los pueblos indígenas
interlocutores en dicha negociación, pero sólo de una manera
estratégica, es decir, por el hecho de que los espacios que ocu-
pan y habitan, así como por los recursos que encierran, pose-
en una utilidad y un potencial inaudito para las dinámicas
del capitalismo multinacional, debido a los beneficios que de
ahí se pudiesen derivar, pero no porque se reconozca a los
pueblos indígenas como titulares soberanos de los mismos.
En este modelo de multiculturalidad, la negociación pasa por
la vulneración del principio-derecho del consentimiento pre-
vio, libre e informado que los pueblos indígenas poseen antes
que se inicie o se aborde algún tipo de negociación. Es aquí
donde la dimensión negociada de este multiculturalismo se
vuelve un proceso macabro.
Un segundo diagnóstico, exige hablar de multiculturali-
dad discutida. Aquí es donde el procedimentalismo de las
éticas discursivas (Habermas, Apel, Wellmer, etc.) se vuelve
inoperativo para poder alcanzar algún tipo de consenso o acu-
erdo cuando el interlocutor es un sujeto que ha estado ex-
cluido de la esfera pública hasta hace muy poco tiempo. Cri-
terios como verdad, validez, corrección y rectitud, como di-
mensiones formales necesarias para homologar y validar las
292 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
15
Boaventura de Sousa Santos, Hacia una concepción multicultural de los
derechos humanos en Felipe Gómez Isa (Director), La protección internacio-
nal de los derechos humanos en los albores del siglo XXI, Universidad de Deusto,
Bilbao, 2003, pp. 95-122.
294 BRINGAS, Asier Martínez de Los Pueblos Indígenas ante la Construcción de los Procesos...
11 DA DIVERSIDADE DE CULTURAS
À CULTURA DA DIVERSIDADE:
DESAFIOS DOS DIREITOS HUMANOS*
César Augusto Baldi
1
COSTA, Sérgio. Direitos humanos e anti-racismo no mundo pós-nacional.
Novos Estudos CEBRAP, São Paulo, v. 68, p. 28, março de 2004.
2
Vide a este respeito: TROUILLOT, Michel-Rolph. Silencing the past: power
and the production of history. Boston: Beacon, 1995.
3
RAJAGOPAL, Balakrishnan. International law from below development so-
cial movements and Third World Resistance. New York: Cambridge Universi-
ty, 2003, p. 212.
298 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
4
KANT, Immanuel. A paz perpétua e outros opúsculos. Lisboa: Edições 70,
1988, p. 11.
5
SANTOS, Boaventura de Sousa; MENESES, Maria Paula G & NUNES, João
Arriscado. Introdução: para ampliar o cânone da ciência: a diversidade episte-
mológica do mundo. Op. cit., p. 45.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 299
de uma sociologia das ausências, procura-se demonstrar que
o que não existe é, em realidade, ativamente produzido como
não-existente, como alternativa não-crível à realidade.6 Tra-
ta-se da produção de sucessivas monoculturas da mente
(para utilizar uma expressão tão cara a Vandana Shiva): 1) a
monocultura do saber, com a produção da ignorância, em que
a ciência moderna é erigida em critério único de verdade; 2) a
monocultura do tempo linear, com a produção do resíduo,
declarando atrasado tudo que é assimétrico em relação ao
declarado avançado; 3) a monocultura da classificação social,
com a produção da inferioridade, pela naturalização das hie-
rarquias, de forma que quem é inferior, por ser insuperavel-
mente inferior, não pode ser alternativa a quem é superior; 4)
a monocultura da escala dominante, com a produção da par-
ticularidade ou localidade, privilegiando as entidades ou rea-
lidades que alargam seu âmbito no globo; 5) a monocultura
da produtividade, com a produção da improdutividade, que,
na natureza, produz esterilidade e, no trabalho, é a desquali-
ficação profissional.
Em suma, busca-se, pois, revelar a diversidade e multi-
plicidade das práticas sociais e credibilizar esse conjunto por
contraposição à credibilidade exclusivista das práticas hege-
mônicas.7 Por este motivo, não se salienta, aqui, a diversi-
dade de culturas, mas sim uma cultura de diversidade, as-
sente no reconhecimento de distintas ecologias, que não
reduzem o existente apenas à visão hegemônica da razão oci-
dental imperial.
Ora, é justamente este privilégio epistemológico que
fomentou o orientalismo, a concepção do Oriente que domi-
na nas ciências sociais e nas humanidades, a partir do final
6
SANTOS, Boaventura de Sousa. Para uma sociologia das ausências e uma so-
ciologia das emergências. In: ______ (org). Conhecimento prudente para uma
vida decente. Porto: Afrontamento, p. 743-6, 2003.
7
Idem, ibidem, p. 750.
300 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
8
SAID, Edward. Orientalismo. São Paulo: Companhia das Letras, 2001, p. 50-70.
9
MIGNOLO, Walter D. Histórias locais/projetos globais: colonialidade, saberes
subalternos e pensamento liminar. Belo Horizonte: UFMG, 2003, p. 82
10
WALLERSTEIN, Immanuel. European universalism: the rethoric of power. New
York: New Press, 2006, p. 33
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 301
Europa foi, até a descoberta da rota atlântica, uma zona mar-
ginal do mundo, coloca a questão que Wallerstein, ironica-
mente, destaca: da mesma forma que Montesquieu pergunta-
va como alguém poderia ser persa, o grande desafio atual se-
ria: como alguém pode ser não-orientalista?11
Esta visão de que a colonialidade é o outro lado da mo-
dernidade tem um aspecto interessante para os dias atuais. É
que, no Ocidente, a modernidade é a abertura geopolítica
da Europa ao Atlântico, mas é, também, o momento em que a
invenção ou invasão da América se dá, simultaneamente,
à expulsão dos mouros e judeus da península Ibérica e ao
início do genocídio dos índios.12 Em tempos de guerra infini-
ta ao terror e de padronização de ajustes estruturais, associa-
dos a novas formas de colonialismo na Ásia, seria, no míni-
mo, irônico reconhecer o ressurgimento destas duas questões
fundacionais da modernidade, sob a roupagem atual de um
revigoramento da luta dos povos indígenas e do Islã como
11
Ibidem, p. 44 Ainda que, neste mais recente trabalho, Wallerstein associe a
discussão sobre a intervenção das potências européias e o discurso sobre a
conquista das Américas (seminários de Valladolid, com os argumentos de
Bartolomé de las Casas e Sepúlveda), sua crítica ainda não destaca, suficien-
temente, o processo colonial como constitutivo da própria problemática, nem
sequer identifica o processo atual como sendo neocolonial. Os argumentos
estão relacionados aos direitos humanos, ao universalismo e à possibilidade
de intervenção. Daí porque Mignolo saliente que sua crítica é uma crítica
não-eurocêntrica do eurocentrismo. Para uma discussão que associa univer-
salismo e relativismo com a questão colonial e os dualismos bárbaros/civili-
zados e tradição/modernidade, vide: RAJAGOPAL, Balakrishnan. Interna-
tional law from below: development, social movements and Third World resis-
tance. Cambridge: Cambridge University, 2003, p. 202-232
12
DUSSEL, Enrique. Transmodernidad e interculturalidad (interpretación des-
de la filosofía de la liberación). In: FORNET-BETANCOURT. Crítica intercul-
tural de la filosofia latinoamericana actual. Madrid: Trotta, 2004, p. 138-140.
Saliente-se, é verdade, que se trata, neste caso, da primeira modernidade,
tipicamente ibérica, a que se seguiu uma outra modernidade holandesa, para,
posteriormente, dar-se uma última, francesa e inglesa, que, contudo, como
destaca Walter Mignolo, é aquela que, com o Iluminismo, vai estabelecer toda
uma forma de pensar que hierarquiza as modernidades, ao mesmo tempo em
que reafirma o eurocentrismo.
302 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
13
PANIKKAR, Raimon. Religion, filosofia y cultura. Disponível em:
<www.polylog.org/them/1.1/fcs3-es.htm>, § 87.
14
PANIKKAR, idem, § 88.
15
Idem, ibidem, § 93.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 303
3. Os islãs e o repensar dos direitos humanos
A questão islâmica, nos dias de hoje, passa, inicialmen-
te, pela descolonização da linguagem. A fórmula guerra ao
terror, em que se associa Islã e terrorismo, ao mesmo passo
que distingue bons e maus islâmicos16, estes associados à
modernidade ocidental e aqueles refratários a esta, não é
nada mais que a reconfiguração, no século XXI, da distinção
bárbaro-civilizado, que marcou a fundação da modernida-
de européia, em que a razão ocidental, por seu próprio pri-
vilégio, pode aos outros nomear, sem a si mesmo ser nomea-
da.
Para além de um discurso único, o Islã e aqui se utili-
za o nome que a religião, no seu ato de fundação, a si própria
se concedeu constitui uma variedade de posicionamentos
jurídico-políticos, em três vertentes principais xiismo, su-
nismo e sufismo, a que correspondem, pelo menos, seis esco-
las jurídicas, distintas em suas visões de mundo, fontes jurí-
dicas, processos emancipatórios e regulatórios, distribuição
geográfica e peso institucional em diversos países, dependen-
do, inclusive, do colonizador que o hoje país islâmico teve
inglês, holandês, etc. O mais acertado, pois, seria falar em
Islãs no plural sempre, sem esquecer, por óbvio, que a po-
pulação árabe islâmica representa não mais que 13% do total,
e que a maior população muçulmana se encontra na Indoné-
sia (mais de 200 milhões de crentes), e a segunda maior na
Índia, país tradicionalmente tido apenas como hinduísta.
Para além de tudo isto, a complexa relação entre Islã e
direitos humanos, passa, também, pela própria reconfigura-
ção de ambos à luz um do outro, ou seja, pela demonstração
de incompletude de lado a lado, a partir de uma perspectiva
16
Vide, neste sentido, a distinção feita em: MAMDANI, Mahmood. Good mus-
lim, bad muslim: America, the Cold War and the roots of terror. Petaling Jaya:
Forum, 2005.
304 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
17
Os topoi, como já nos ensinara a Retórica, são lugares comuns teóricos, pre-
missas fundantes da argumentação que, sendo auto-evidentes, permitem a
produção de troca de argumentos e, portanto, o diálogo (PERELMAN, Chaim
& OLBRECHTS-TYTECA, Lucie. Traité de largumentation. Bruxelles: Univer-
sité de Bruxelles, 1988, p. 112-113). O deslocamento dos topoi fortes de uma
cultura para o contexto de outra, contudo, torna-os vulneráveis, porque, re-
contextualizados, passam a ser vistos como meros argumentos e não mais
como premissas evidentes. Daí tal hermenêutica ter sido intitulada por Rai-
mundo Panikkar (vide nota 62) como hermenêutica diatópica (dia: atra-
vés; topos: lugares comuns teóricos).
18
WEERAMANTRY, C. G. Islamic Jurisprudence: an international perspective.
Kuala Lampur: Other Press, p. 125, 2001.
19
SANTOS, Boaventura de Sousa. Por uma concepção multicultural dos direi-
tos humanos. In: BALDI, César Augusto (org). Direitos humanos na sociedade
cosmopolita. Rio de Janeiro: Renovar, 2004, p. 260.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 305
Esta, contudo, não é a única narrativa possível, de que
os esforços de Azizah al-Hibri, ao retrabalhar a noção de ka-
ramah (dignidade)20 e de Recep Senturk (Turquia),21 ao de-
monstrar a tensão entre ismah (inviolabilidade) e
âdammyyah (humanidade), entre as distintas correntes ju-
rídicas islâmicas, são apenas alguns bons exemplos. E mes-
mo a noção de umma tem vindo a ser problematizada em
tempos pós-nacionais e de interação pela internet, como se
percebe das propostas de Asma Barlas (Paquistão/EUA), Sal-
man Sayyid (UK)22 e Farish Noor (Malásia), este último pug-
nando por um Islam bi la hudud, um Islã sem fronteiras e
verdadeiramente universal, e que diante de uma realidade
plural, multicultural, desigual, complexa, sem fronteiras e
injusta, não pode ignorar que: 23
Necessitamos forjar uma nova cadeia de equivalências que
equacione os interesses universais com os muçulmanos e os
problemas universais com os muçulmanos. O coração mu-
çulmano não pode sangrar somente quando vê lágrimas e so-
frimentos muçulmanos. Se nós não formos movidos pelas con-
dições ruins e o sofrimento dos outros, se não pudermos sen-
tir a dor e as ansiedades dos outros, se não pudermos com-
partilhar a alegria e aspirações dos outros, então não pode-
20
Vide, especificamente, o site www.karamah.org
21
SENTURK, Recep. Sociology of Rights: I am therefore I have rights: Human
rights in Islam between Universalistic and Communalist Perspectives. IN:
BADERIN, Mashood; MONSHIPOURI, Mahmood; WELCHMAN, Lynn &
MOKHTARI, Shadi. Islam and Human rights: advocacy for social change in
local contexts. New Delhi: Global Media, 2006, p. 375-416; SENTURK, Recep.
Minority in Islam: from Dhimmi to citizen. In: HUNTER, Shireen & MALIK,
Huma (org). Islam and Human Rights: advancing a US-Muslim Dialogue. Wa-
shington: CSIS, 2005.
22
SAYYID, S. Beyond Westphalia: Nations and Diasporas the case of Muslim
Umma. Jamaat-e-Islami Bangladesh. Disponível em <http://www.jamaat-e-
islami.org/rr/nationsdiasporas_sayyid.html>
23
NOOR, Farish A. What is the victory of Islam? Towards a different understan-
ding of the Umma and political success in the contemporary world. In: SAFI,
Omid (ed). Progressive Muslims on justice, gender, and pluralism. Oxford:
Oneworld, 2003. p. 332.
306 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
24
A doutrina jurídica islâmica clássica distingue Dar al Islam (espaço de mundo
islâmico) e Dar al Harb (espaço de mundo não-islâmico), daí sustentando
alguns que ao primeiro corresponderia o mundo de paz, e outro, de perma-
nente guerra. Tal doutrina, contudo, não decorre nem do Corão nem dos ditos
do profeta. Para a rediscussão de tais conceitos, incluindo a desmistificação
da equivalência entre jihad e guerra santa, vide: FADL, Khaled Abou El.
The great thief: wrestling Islam from the extremists. San Francisco: Harper,
2005, p. 230-250; RAMADAN, Tariq. Jihad, violence guerre et paix en islam.
Lyon: Tawhid, 2002; SARDAR, Ziauddin. What do muslims believe? Lon-
don: Granta, 2006, p. 75-77; BARLAS, Asma. Jihad=Holy war= Terrorism: the
politics of conflation and denial. Disponível em: http://www.asmabarlas.com/
PAPERS/2003_AJISS.PDF
25
AN-NAIM, Abdullahi. Muslim must realize that there is nothing magical about
the concept of human rights. IN: NOOR, Farish. New voices of Islam. Nether-
lands: ISIM, 2002, p. 11. Disponível em : http://www.isim.nl/files/
paper_noor.pdf
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 307
alguém como Kant? Por que não posso, como muçulmano,
citar Ibn Rushd, que disse e escreveu as mesmas coisas cente-
nas de anos antes de Kant? Esta é, para mim, a melhor forma,
para nós, no mundo islâmico, de reavivar o debate sobre di-
reitos humanos, individualismo, racionalidade e liberdade de
pensamento e expressão.
Ebrahim Moosa, por outro lado, salienta que, da mes-
ma forma que uma tradição não é estática, mas constante-
mente se reinventa a si mesma, similarmente o equivalente
cultural de direitos humanos não é fixo26, e outras aborda-
gens podem ser hábeis para encontrar uma linguagem co-
mum entre o discurso de direitos humanos e de direitos islâ-
micos, de tal forma que os pensadores islâmicos devem ter
em conta as transformações sociológicas, econômicas e polí-
ticas que têm ocorrido nas sociedades islâmicas. Este é, por
sua vez, o intento das chamadas feministas islâmicas, aqui
entendida a corrente de pensamento que defende um dis-
curso de igualdade de gênero e justiça social que deriva seu
entendimento e mandato do Corão e procura a prática de di-
reitos e justiça para todos os seres humanos na totalidade de
sua existência num continuum de público-privado27.
Neste sentido, os intentos desenvolvidos por Asma Bar-
las, Amina Wadud28 e Heba Ezzat (Egito) vêm desafiando, mais
que o mainstream islâmico interno, a própria epistemologia
em que se baseiam os desenvolvimentos do feminismo no
26
MOOSA, Ebrahim. The dilemma of Islamic Rights Schemes. Works and Kno-
wledges Otherwise (WKO ), vol I, dossier 1 (Human rights, democracy and
Islamic law), number I, fall 2004, Disponível em : http://www.jhfc.duke.edu/
wko/dossiers/1.1/MoosaE.pdf, p. 16.
27
BARLAS, Asma. Islam, feminism and living as the muslim women. Disponí-
vel em: <http://www.muslimwakeup.com/main/archives/2004/03/
islam_feminism.php
28
WADUD-MUHSIN, Amina. Quran and woman: rereading sacred text from a
womans perspective. New York: Oxford University Press, p.15-29 e 62-94,
1999. Vide também: WADUD, Amina. Inside the gender jihad: womens re-
form in Islam. Oxford: Oneworld, 2006
308 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
29
BARLAS, Asma. Globalizing equality: muslim women, theology, and femi-
nism. In: NOURAIE-SIMONE, Fereshteh. On shifting ground: Midle Eastern
women in the global era. New York: Feminist Press, 2005, p. 107.
30
EZZAT, Heba Raouf & ABDALA, Ahmed Mohammed. Towards an islamically
democratic secularism. In: AMIRAUX, Valérie et allii. Faith and secularism.
London: British Council, 2004, p. 50.
31
http://www.sistersinislam.org.my
32
http://www.just-international.org
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 309
epistemologia corânica na defesa de gays e lésbicas, de que
a queer jihad, na África do Sul, e o repensar da questão, por
parte de Scott Kugle e Kecia Ali,33 são apenas alguns exem-
plos. O primeiro, aliás, insistindo, com base na leitura do
Corão, na diversidade de sexualidades e no reequacionamen-
to da narrativa de Lot, e perguntando de forma explícita: Por
que não continuar a estender este desafiante foco de justiça
para as esferas mais íntimas de nossas vidas sexuais, de for-
ma a pensar de forma mais clara como as nossas vidas eróti-
cas se cruzam com as nossas vidas espirituais?34. Não é de-
mais, lembrar, ainda, que o movimento negro islâmico foi não
somente importante para a luta contra o apartheid na África
do Sul,35 mas também o foi, no Brasil, para a luta abolicionis-
ta, no que diz respeito à Revolta dos Malês.
O confronto mais visível, contudo, nas sociedades eu-
ropéias é aquele que se deu quanto à utilização ou não do
véu islâmico. A par de englobar na mesma categoria comu-
nidades que são ou não islâmicas estas últimas utilizam o
véu como símbolo de identidade nacional , a discussão esta-
beleceu, no geral, uma associação imediata entre mulher is-
33
KUGLE, Scott Siraj al-Haqq. Sexuality, diversity and ethics in agenda of pro-
gressive muslim. In: SAFI, Omar. Progressive muslims. Oxford: Oneworld,
2003, p. 192-193; ALI, Kecia. Sexual ethics & Islam: feminist reflections on
Quran, hadith, and jurisprudence. Oxford: Oneworld, 2006; KUGLE, Scott.
Queer Jihad: a view form South Africa. Disponível em: http://www.isim.nl/
files/Review_16/Review_16-14.pdf ; ANWAR, Ghazala. Female homoeroti-
cism in Islam. Encyclopedia of Homosexuality. (volume on lesbianism) Taylor
and Francis, 1990; bem como os sites http://www.al-fatiha.org, http://
www.theinnercircle-za.org e da queer jihad (http://www.well.com/user/
queerjhd/), bem como a entrevista de Suleiman X, um americano converti-
do ao Islã (disponível em: http://gaytoday.badpuppy.com/garchive/viewpo-
int/013100vi.htm)
34
KUGLE, Scott Siraj al-Haqq. Sexuality, diversity and ethics in agenda of pro-
gressive muslim. In: SAFI, Omar. Progressive muslims. Oxford: Oneworld,
2003, p. 227.
35
ESACK, Farid. Quran, liberation and pluralism: an Islamic perspective of inter-
religious solidarity against oppression. Oxford: Oneworld, 1997, p. 61-81.
310 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
36
MARTÍN-MUÑOZ, Gema. La percepción occidental de los conflictos en el
mundo musulmán: cultura frente a política. Direito e Democracia, (5) 1:
2004, 53-54.
37
BENHABIB, Seyla. The claims of culture: equality and diversity in the global
era. Princeton: Princeton University, 2002, p. 94-100.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 311
4. O renascer das reivindicações indígenas em Abya Yala
No que toca à questão indígena, o intento de descons-
trução começa pela própria denominação do espaço geográ-
fico habitado. É que América é a denominação que a Renas-
cença deu para o mundo então conhecido, tendo como mote
a tradição bíblica dos filhos de Noé: Sem, Cam e Jafé. E Amé-
rica Latina, em contraposição à América Anglo-Saxã, é o re-
sultado da configuração geopolítica instaurada com o início
da hegemonia estadunidense no sistema-mundo, ao mesmo
tempo em que Espanha perdia Cuba e Filipinas, em 1898, uma
latinidade, que, acentuando o hispânico e o português, ig-
nora, solenemente, dentre outras, a diversidade cultural do
Caribe e o Suriname (em que 37% da população é descendente
de imigrantes indianos).38 Daí porque os povos indígenas te-
nham optado pelo nome kuna de Abya Yala (a terra onde vive-
mos), um nome que se encontra em diálogo solidário (e soli-
dariedade, ensina Boaventura Santos, é o conhecimento-eman-
cipação, oposto ao conhecimento do colonialismo) com as pro-
postas de Nuestra América, de Jose Martí (Cuba), da Améri-
ca Profunda, de Rodolfo Kusch (Argentina) e da antropofagia,
nas versões de Oswald de Andrade e de Darci Ribeiro.39
Para além do português e mesmo reconhecendo a per-
sistência de comunidades italianas, alemãs, chinesas e japo-
nesas, que conservam sua língua materna no território brasi-
leiro é de se reconhecer a existência de nada menos que 180
línguas indígenas faladas por 222 povos, a maior parte deles
localizados na Amazônia Legal, incluindo casos de multi-
lingüismo entre as comunidades tukano, embora apenas 11
38
Para a discussão destas questões: MIGNOLO, Walter. The Idea of Latin Ameri-
ca. Oxford: Blackwell, 2005; GLISSANT, Édouard. Introdução a uma poética
da diversidade. Juiz de Fora: UFJF, 2005.
39
Para uma discussão dos trabalhos de Jose Martí e da antropofagia: SANTOS,
Boaventura de Sousa. Nuestra América. Reinventar um paradigma subalter-
no de reconhecimento e redistribuição. In: A gramática do tempo: para uma
nova cultura política. São Paulo: Cortez, 2006, p. 191-225.
312 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
40
Os dados estão disponíveis no levantamento feito pelo Instituto Socioambi-
ental, no site : http://www.socioambiental.org/pib/portugues/linguas/
index.shtm
41
VILLALTA, Luiz Carlos. Uma Babel colonial. Nossa história. VeraCruz/Funda-
ção Biblioteca Nacional, 1(5): p. 58-63, março 2004.
42
RIVERA CUSICANQUI, Silvia. El privilegio epistemológico y teórico de la
historia oral: da la lógica instrumental a la descolonización de la historia.
Temas sociales, 1987.
43
RIVERA CUSICANQUI, Silvia. Modernidad y situación colonial. La Paz: La
Prensa, 30 julio 2006. Disponível em : http://www.laprensa.com.bo/20060730/
opinion/opinion02.htm
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 313
Tudo isto mostra que nós, indígenas, fomos e somos, antes de
tudo, seres contemporâneos, coetâneos e, nesta dimensão o
aka pacha se realiza e desenvolve nossa própria aposta pela
modernidade. Não há pós nem pré, numa visão da histó-
ria que não é nem linear nem teleológica, que se move em
ciclos e espirais, que marca um rumo sem deixar de retornar
ao mesmo ponto. O mundo indígena não concebe a história
linearmente, e o passado-futuro estão contidos no presente: a
regressão ou a progressão, a repetição ou a superação do pas-
sado estão em jogo em cada conjuntura e dependem de nos-
sos atos, mais que de nossas palavras. O projeto de moderni-
dade indígena poderá aflorar a partir do presente, numa espi-
ral cujo movimento é um contínuo retro-alimentar-se do pas-
sado sobre o futuro, um princípio-esperança ou consciên-
cia antecipante (Bloch), que vislumbra a descolonização e a
realiza ao mesmo tempo. A experiência da contemporaneida-
de nos remete no presente aka pacha e, ao mesmo tempo,
contém as sementes do futuro que brotam do fundo do passa-
do qhip nayr uñtasis sarnaqapxañani . O presente é cená-
rio de pulsões modernizadoras e arcaizantes, de estratégias
preservadoras do status quo e de outras que significam a re-
volta e renovação do mundo: o pachakuti.
Isto pode implicar, como no caso da cultura andina, um
conceito de justiça cósmica (chaninchay), baseado na reci-
procidade e na manutenção do equilíbrio cósmico, um pro-
cesso de relacionalidade, em que se misturam relações inter-
pessoais, mas também relações entre o homem e os fenôme-
nos metereológicos, por exemplo, de modo que os rituais pas-
sam a ser parte importante no processo da restauração da or-
dem.44 E significaria, também, um repensar de vários direitos:
a) do próprio direito ao ambiente, fundado em cosmologia
distinta (uma teoria constitucional num Estado democrático
pluralista deve levar este dado em conta e se voltar à diversi-
44
ESTERMAN, Josef. Filosofia andina.estudio intercultural de la sabidoria au-
tóctona andina. Quito: Abya Yala, 1998, p. 233-234.
314 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
45
Para uma discussão sobre os desafios do constitucionalismo moderno, no sen-
tido do reconhecimento da diversidade: TULLY, James. Strange multiplicity:
constitucionalism in an age of diversity. 6ª ed. Cambridge: Cambridge Univer-
sity, 2005, em especial p. 62-78
46
Vide o site www.cocasoberania.org Para uma discussão sobre as percepções
da produção cocaleira boliviana no contexto das políticas dominantes de in-
terdição e erradicação, vide: RIVERA CUSICANQUI, Silvia. Las fronteras de
la coca: epistemologías coloniales y circuitos alternativos de la hoja de coca.
La Paz: IDIS-UMSA/Aruwiyiri, dezembro de 2003.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 315
se deparado com a questão do autogoverno das comunidades
indígenas, dos procedimentos penais e eleitorais internos e
com os limites de atuação das cortes.47
Da mesma forma, existem desafios gigantescos para a
educação num processo de interculturalidade, pois esta deve
abranger os sistemas de valores indígenas e, sempre que pos-
sível, na mesma língua materna e em regime de co-participa-
ção. Em muitos casos, para aprender, o indígena necessita de-
saprender o seu próprio conhecimento, porque a escola e a
universidade não aceitam o seu saber como legítimo.
Um passo interessante foi a adoção, como idiomas coo-
ficiais, do tukano, do binawa e do nheengatu, no município
de São Gabriel da Cachoeira (AM), pela Lei n 145/2002, re-
centemente regulamentada,48 localidade com o maior percen-
tual de população indígena do pais: 73,31%. Não se deve es-
quecer, contudo, que os processos de miscigenação têm cons-
tituído, em determinados paises, tais como Peru e Bolívia, em
verdadeiro entrave de reconhecimento de direitos: os indíge-
nas, durante muito tempo, foram invisibilizados como cam-
pesinos. Daí porque Silvia Rivera Cusicanqui (Bolívia) de-
nuncie os mecanismos de mestiçagem colonial49, que man-
têm inquestionada a suposta hierarquia da cultura branca oci-
dental sobre as culturas nativas, normalizando, internalizan-
do e naturalizando a violência, num processo similar àqueles
do racismo cordiale do branqueamento.
47
MALDONADO, Daniel Bonilla. La constitución multicultural. Bogotá: Siglo
del Hombre, 2006, em especial a discussão da jurisprudência correspondente
em p. 148-270.
48
http://noticias.terra.com.br/brasil/interna/0,,OI1241958-EI306,00.html
49
RIVERA CUSICANQUI, Silvia. Nuevos partidos, viejas contradiciones. In:
ALBO, Xavier & BARRIOS, Raul. Violencias encubiertas en Bolívia. La Paz:
CIPCa-Aruwyiri, 1993, p. 127
316 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
50
WALLERSTEIN, Immanuel. O albatroz racista: a ciência social, Jörg Hai-
der e a resistência. Revista Crítica de Ciências Sociais, (56): fevereiro de
2000, p. 20.
51
Neste sentido, a crítica de: MIGNOLO, Walter. The many faces of cosmo-
polis: border thinking and critical cosmopolitan. Disponível em: http://
w w w. d u k e . e d u / ~ w m i g n o l o / I n t e r a c t i v e C V / P u b l i c a t i o n s /
ManyFacesCosmo.pdf, p.9.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 317
meira possui, em si mesma, toda as forças motivadoras e
talentos. 52
Em cada cultura, há uma história de luta pela determi-
nação de suas metas e valores, o que gera, pelo menos como
possibilidade, não uma, mas uma pluralidade de tradições.
Desta forma, por trás de uma face que se nos oferece uma
cultura como uma tradição estabilizada em um complexo
horizonte de códigos simbólicos, de formas de vida, de siste-
ma de crenças, etc. há sempre um conflito de tradições. Um
conflito de tradições que, por sua vez, deve ser lido como a
história que evidencia que em cada cultura há possibilidades
truncadas, abortadas, por ela mesma; e que, conseqüentemen-
te, cada cultura pode também ser estabilizada de outro modo
como hoje a vemos.53 Esta via alternativa à cultura estabili-
zada, pode ser obtida seja recuperando a memória das tradi-
ções truncadas ou oprimidas na história de seu universo cul-
tural, seja recorrendo à interação com tradições de outras cul-
turas, ou inventando perspectivas novas a partir do horizonte
das anteriores.54 Um fenômeno que Raúl Fornet-Betancourt
designa como desobediência intercultural e que passa pelo
reconhecimento de que identidades culturais são processos
conflitivos que devem ser discernidos, e não ídolos a conser-
var ou monumentos de um patrimônio nacional intocável. 55
Mais que diversidade, talvez fosse melhor falar em plu-
riversidade, multidiversidade (Ashis Nandy) ou diversalida-
de (Walter Mignolo), uma reconfiguração dos direitos huma-
nos como um conector dos diversos processos de subalterni-
zação (ou contra-hegemonia), de lutas e resistências por
52
A respeito desta discussão vide: EZE, Emmanuel Chukwudi. El color de la
razón: la idea de raza en la antropología de Kant. In: MIGNOLO, Walter
(comp). Capitalismo y geopolítica del conocimiento. Buenos Aires: Signo, 2001,
p. 223, 225-7, 250-1.
53
FORNET-BETANCOURT, Raúl. Transformación intercultural de la filosofia.
Bilbao: Desclée de Brouwer, 2001. p. 185.
54
FORNET-BETANCOURT, Raúl. Op. cit., p. 187.
55
Idem, ibidem, p. 188.
318 BALDI, César Augusto Da Diversidade de Culturas à Cultura da Diversidade
56
Ver, neste sentido: MIGNOLO, Walter. The many faces
, p. 12-15; BAXI,
Upendra. The future of human rights. Oxford: Oxford University, 2006; SAN-
TOS, Boaventura de Sousa. Por uma concepção multicultural dos direitos
humanos. In: Reconhecer para libertar: os caminhos do cosmopolitismo cultu-
ral. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 2003, p. 427-461.
57
MACAS, Luis. Dialogo de culturas: hacia el reconocimiento del otro. Disponí-
vel em: http://icci.nativeweb.org/yachaikuna/2/macas.html
58
TUTU, Desmond. God has a dream: a vision of hope for our time. Parktown:
Random House South Africa, 2005, p. 25-29.
59
SIVARAKSA, Sulak. A socially engaged buddhism. Bangkok: Thai Inter-Reli-
gious Commission for Development, 1988; YUK, Ip Hong. Trans thai buddism
and envisioning resistance: the engaged Buddhism of Sulak Sivaraksa. Ban-
gkok: Suksit Siam, june 2004.
60
OISHI, Mikio. Aung San Suu Kyis struggle: its principles and strategy. Pe-
nang: JUST, 1997, em especial p. 7-25; KYI, Aung San Suu. Heavenly abo-
des and human development. In: CHAPPELL, David (ed). Socially engaged
spirituality: essays in honor of Sulak Sivaksa on his 70 th birthday. Bangkok:
Sathirakoses-Nagapradipa Foundation, 2003, p. 633-643. Disponível, tam-
bém, em: http://www.burmainfo.org/assk/DASSK_1997_HeavenlyAbodes
HumanDevelopment.html
61
WEIMING, Tu. Os direitos humanos como um discurso moral confuciano. In:
BALDI, César Augusto (org). Direitos humanos na sociedade cosmopolita. Rio
de Janeiro: Renovar, 2004, p. 359-375.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 319
Raimon Panikkar 62, Arvind Sharma (Índia)63 e a luta das fe-
ministas dalits64; e, a partir do desenvolvimento das noções
gandianas de satyagraha (desobediência civil contra leis
injustas), swaraj (auto-gestão e auto-organizacão) e sarvodaya
(inclusão), os movimentos de bija swaraj (biodiversidade e
democracia de sementes), anna swaraj (soberania alimentar)
e jal swaraj (democracia da água), parte do projeto democra-
cia da Terra, de Vandana Shiva (Índia).65
Trata-se, pois, de um pluriverso de discursos emanci-
patórios, dos quais estas experiências, lutas e movimentos são
apenas uma parte, e que, em conversação intercultural umas
com as outras, formam alianças que lutam contra as opres-
sões por todos os lugares66, e que assumem significados preci-
sos e particulares quando decodificados localmente em cada
contexto cultural. Se os direitos humanos podem se consti-
tuir em patrimônio comum da humanidade, eles devem ser
desprovincializados e descolonizados, por meio de mú-
tuas trocas de experiências e saberes com outras culturas.
62
PANIKKAR, Raimundo. Seria a noção de direitos humanos uma concepção
ocidental? In: BALDI, op. cit., p. 239-277.
63
SHARMA, Arvind. Hinduism and human rights a conceptual approach. New
York: Oxford University, 2004.
64
RAO, Anupama (ed). Gender & caste. London & New York: Zed Books, 2003
65
SHIVA, Vandana. Earth democracy: justice, sustainability and peace. Cam-
bridge: South End, 2005, em especial p. 109-143.
66
ESACK, Farid. The contemporary democracy and the human rights project
for muslim societies. In: SAID, Abdul Aziz, ABU-NIMER, Mohammed, SHA-
RIF-FUNK, Meena. Contemporary Islam: dynamic, not static. London: Rou-
tledge, 2006, p. 126-127; COSTA, Sergio. Beyond North South Dichotomies:
decentering Human Rights in Americas. Disponível em: http://www.er.uqam.ca/
nobel/ieim/IMG/pdf/construire_costa.pdf p. 13-14.
320 FORNET-BETANCOURT, Raúl De La Importancia de La Filosofía Intercultural para...
12 DE LA IMPORTANCIA DE
LA FILOSOFÍA INTERCULTURAL PARA
LA CONCEPCIÓN Y EL DESARROLLO
DE NUEVAS POLÍTICAS EDUCATIVAS
EN AMÉRICA LATINA
Raúl Fornet-Betancourt
1
Texto de la conferencia presentada en el II Foro Latinoamericano de Educaci-
ón, Ciudadanía, Migración e Interculturalidad, celebrado en Cutzalan del
Progreso, Puebla (México) del 1 al 3 de diciembre de 2005.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 321
existencia humana o, dicho con más rigor, para discernir la
calidad de la existencia que queremos protagonizar, así como
para aprender a intervenir en el curso de la historia en el
mundo histórico que constituye la situación contextual mayor
de nuestras existencias. Pero, justamente, si estamos conven-
cidos de ello, ¿por qué entonces empezar con una pregunta
que parece quitarle fundamento al propio discurso al sugerir
que nos encontramos en una época para la cual la filosofía ha
dejado de ser un referente teórico-práctico con significación?
Vista desde ese convencimiento nuestro pareciera, por tanto,
que la pregunta de si la filosofía es importante todavía no
pudiese tener más sentido que el de una función retórica en
el desarrollo de nuestra argumentación. Mas no es así.
La pregunta no es meramente retórica. Es cierto que para
nosotros su respuesta no es una cuestión abierta: Sabemos, y
reconocemos, que buena parte de la filosofía que se produce
hoy en las instituciones acreditadas para ello, se ha alejado
de la vida de la gente y da vueltas sobre si misma2, convirti-
éndose en algo de lo que se puede prescindir, con excepción
acaso de alguna exigencia curricular. Pero, a pesar de ello, man-
tenemos que la filosofía es aún importante; y que, por eso, esta
pregunta no es una figura retórica en nuestro discurso.
Comenzar con esta pregunta nos permite contrastar
nuestro convencimiento y repuesta con un proceso de desar-
rollo socio-político cuya dinámica de expansión global resta
realmente importancia a la filosofía en cuanto que, en el me-
jor de los casos, le deja en lugar fijo y acomodado en su siste-
ma de funcionamiento. De esta suerte comenzar por esta pre-
gunta nos abre la posibilidad y tal es la razón por la que
comenzamos con ella de preguntar a su vez si esa supuesta
pérdida de importancia de la filosofía tiene su explicación
sólo en la filosofía misma en tanto que ésta, por ocuparse de
2
Cf. Raúl Fornet-Betancourt, Transformación intercultural de la filosofía, Bilbao
2001; y Filosofar para nuestro tiempo en clave intercultural, Aachen 2004.
322 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
4
Cf. Franz J. Hinkelammert, El asalto al poder mundial y la violencia sagrada
del Imperio, San José 2003.
324 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
5
Ver sobre las consecuencias antropológicas de la globalización el análisis y la
bibliografía que ofrecemos en los capítulos X (La globalización como univer-
salización de políticas neoliberales: Apuntes para una crítica filosófica) y XI
(Para una crítica a la crítica del sujeto en los años 60-70s) de nuestro libro:
Transformación intercultural de la filosofía, Bilbao 2001, pp. 309-348 y 349-
370 respectivamente.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 325
mundo como un cosmos que puede sentirse universal porque
refleja el equilibrio de los elementos diversos que lo compo-
nen, es decir, de la idea del mundo como armonía de diversi-
dades, por la idea de un mundo global en el que el crecimien-
to de lo global es directamente proporcional con la pérdida
de diversidad y de armonía o, si se prefiere, con el aumento
de la monotonía del único ritmo que se admite para marcar el
compás de la historia de la humanidad, a saber, el de la cos-
movisión neoliberal.
Ahora bien, la defensa de ambos supuestos como pila-
res necesarios para la realización del mundo y de la huma-
nidad que quiere el neoliberalismo, implica justamente que
el sistema hegemónico tenga que declarar obsoleto el saber
que trasmite la filosofía. ¿Por qué? Porque la filosofía, a pe-
sar de las complicidades de que se hecho culpable a lo largo
de toda su historia y de haber jugado en particular un papel
nada despreciable en la justificación teórica de la ideología
del eurocentrismo, ha sabido con todo conservar y trasmitir
en muchas historias paralelas su carácter de sabiduría sub-
versiva que nos recuerda siempre que no hay que hacer las
paces con la constelación dada de lo real porque lo que es
real pudo haberlo sido de otra manera. Y es que la filosofía
narra y alienta a la vez la memoria de la búsqueda de la
verdad y la justicia en los seres humanos y en los pueblos.
Es sabiduría memorial de esa memoria que nos impulsa
a no contentarnos con el llamado estado de cosas porque sabe
que es racional esperar lo mejor para la humanidad, y lo sabe
justo porque tiene memoria de los muchos caminos por los
que la humanidad ha buscado y busca alcanzar la real huma-
nización de cada ser humano.
Como sabiduría memorial de caminos subversivos la
filosofía recuerda, pues, frente a un sistema hegemónico que
fragmenta a los seres humanos y reduce su subjetividad a un
punto egoísta, que lo primero es la relación y que el principio
comunidad es irremontable e insustituible. Pero por eso mis-
326 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
6
El adjetivo intempestivo lo usamos aquí inspirándonos en el uso que hace
de él filósofos como Nietzsche y Heidegger. Cf. Friedrich Nietzsche, Conside-
raciones intempestivas, en Obras Completas, tomo I, Madrid 1962; y Martin
Heidegger, Einführung in die Metaphysik, Tübingen 1953, pp. 6 y sgs.
7
Cf. Jean-Paul Sartre, La temporalité chez Faulkner, in Situations, I, Paris 1947,
pp. 65 y sgs.
328 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
8
Sobre la diferencia entre residuo y monumento ver: Jean-Paul Sartre, Vil-
les dAmérique, en Situations, III, Paris 1949, pp. 93 y sgs.
330 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
9
José Martí, Nuestra América, en Obras Completas, tomo 6, La Habana 1975,
p. 18.
332 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
10
Eske Bockelmann, Im Takt des Geldes. Zur Genese modernen Denkens, Sprin-
ge 2004; Gernot Böhme, Alternativen der Wissenschaft, Frankfurt /M 1993;
Walter Mignolo (compilador), Capitalismo y geopolítica del conocimiento, Bu-
enos Aires 2001; Michael North, Das Geld und seine Geschichte, München
1994; y Edgar Zibel, Die sozialen Ursprünge der neuzeitlichen Wissenschaft,
Frankfurt /M 1976.
334 FORNET-BETANCOURT, Raúl De la Importancia de la Filosofía Intercultural...
11
Ver sobre este punto nuestras propuestas en: Crítica intercultural de la filoso-
fía latinoamericana actual, Madrid 2004.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 335
Por último mencionemos un sexto paso que ayuda a ver
la pertinencia de integrar la perspectiva de la filosofía inter-
cultural en la educación de hoy. Nos referimos a que por su
opción a favor de saberes contextuales que se complementen
y nos impulsen a visiones cada vez más universales, la filoso-
fía intercultural ofrece un apoyo importante para una educa-
ción que obedece al ritmo de los cuerpos y de los lugares de
la tierra, que carga con la pesadez de lo contextual y que,
lejos de desrealizar lo real o de sustituir su experiencia por el
espectáculo mediático, se articula como un medio para reali-
zar realidades, que quiere decir que es educación que contri-
buye al crecimiento real de la realidad; o sea, a la universali-
zación por la capacitación para participar con el otro en y de
su real diferencia.
3. Nota final
Se habrá notado que en nuestra argumentación para
mostrar o ilustrar la importancia de la filosofía intercultural
en nuestro mundo de hoy, hemos recurrido a momentos que
podrían parecer arcaicos. Y se habrá notado bien, si es así.
Pues hemos querido subrayar que la actualidad intempestiva
de la filosofía viene precisamente de que es una sabiduría
obligada (conciente de la relación) por la memoria de lo origi-
nario, de aquello que, como la lucha por la justicia y la igual-
dad o por la vida buena para todos y todas, no debe caer en el
olvido en ningún tiempo y lugar, si es que no queremos extra-
viar el camino.
336 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
1
Segundo Enrique Dussel, uma história do sujeito moderno que não leve em
conta o contexto periférico no qual surgiu é, no mínimo incompleta e parcial.
É o que o filósofo argentino acusa na conhecida obra de Charles Taylor As
fontes do self. Referindo-se a ela, afirma que está escrita com maestria, com
conhecimentos, com criadora maneira de obter novos resultados, mas é só uma
exploração intrafilosófica à qual falta uma história, uma economia e uma
política. Esta limitação metodológica impedirá que o autor chegue a resultados
mais críticos. Parece que o capitalismo, o colonialismo, a contínua utilização
da violência ou a agressão militar não têm nenhuma importância. (DUSSEL,
Enrique. Ética da libertação na idade da globalização e da exclusão. Petrópolis:
Vozes, 2000. p.67). Assim, considerar tão-somente o contexto interno da Europa
e os termos dos seus pensadores centrais para identificar as fontes do sujeito,
aplicando suas conclusões de modo universal é um procedimento chamado
pelo autor de eurocentrismo. O eurocentrismo consiste exatamente em
constituir como universalidade abstrata humana em geral momentos da
particularidade européia, a primeira particularidade de fato mundial (quer dizer,
a primeira universalidade humana concreta). A cultura, a civilização, a filosofia,
a subjetividade, etc. moderno-européias foram tomadas como a cultura, a
civilização, a filosofia, a subjetividade, etc. sem mais (humano universal
abstrata). Grande parte dos ganhos da modernidade não foram criatividade
exclusiva do europeu, mas de uma contínua dialética de impacto e contra-
impacto, efeito e contra-efeito, da Europa-centro e sua periferia, até no que
poderíamos chamar de a própria constituição da subjetividade moderna
enquanto tal. (grifos do autor) (Ibid., p. 69). Interessante perceber que alguns
dos temas centrais que caracterizam o pensamento europeu moderno já
povoavam as questões específicas das relações entre europeus e indígenas.
Observa Lewis Hanke, tratando mais especificamente da América espanhola,
que as Leyes de Burgos de 1512 fueron el primer fruto de los sermones
pronunciados en 1511 por Montesinos as Leis de Burgos foram regras que
estabeleciam a necessidade de tratamento mais ameno para os índios
escravizados, e sua promulgação se deu como conseqüência da atuação do Frei
dominicano Antonio de Montesinos Pero la cosa no acabo aqui. Otros
pensadores españoles, ahora que el problema había sido ofrecido a su atención,
comenzaron a preguntarse si Espana, después de todo, tenía justo título para
gobernar las Índias. Estos pensadores escribieron tratados en que fueron
mucho más allá de la polémica de Burgos sobre las leyes adecuadas que habían
de redactarse para el buen tratamiento de los indios. Se dedicaron a las
cuestiones políticas fundamentales planteadas por el descubrimiento de
América, y con ello contribuyeron a formular las leyes básicas que rigen las
relaciones entre las naciones, más de un siglo antes de que Grocio publicase
su estudio sobre la libertad de los mares. (HANKE, Lewis. La lucha por la
justicia en la conquista de América. Madrid: Istmo, 1988. p.39). Do mesmo
338 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
5
Hanke argutamente observa que o argumento de que um grupo social mereça
a guerra e a violência como modo de lidar com sua natural rudeza e primiti-
vismo é sempre invocado nas ações colonizadoras e imperialistas (op.cit.,
p.354-355).
6
Nas próprias palavras de Sepúlveda: Y así, en un solo hombre se puede ver
el imperio heril que el alma ejerce sobre el cuerpo, la potestad civil y regia
que el entendimiento ó la razón ejercen sobre el apetito, por donde se ve
claramente que lo natural y justo es que el alma domine al cuerpo, que la
razón presida al apetito, al paso que la igualdad entre los dos ó el dominio de
la parte inferior no puede menos de ser perniciosa para todos. A esta ley
están sometidos el hombre y los demás animales. Por eso las fieras se aman-
san y se sujetan al imperio del hombre. Por eso el varón impera sobre la
mujer, el hombre adulto sobre el niño, el padre sobre sus hijos, es decir, los
más poderosos y más perfectos sobre los más débiles ó imperfectos. Esto
mismo se verifica entre unos y otros hombres; habiendo unos que por natu-
raleza son señores, otros que por naturaleza son siervos. (SEPÚLVEDA, Juan
Ginés de. Demócrates segundo o De las justas causas de la guerra contra los
indios. Prólogo, Tradução e Edição de Marcelino Menéndez y Pelayo. Disponí-
vel em: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/
12593394228031524198624/p0000001.htm . Acesso em 05 maio 2007.
7
Ver este argumento com maior detalhe em: HINKELAMMERT, Franz J. La
inversión de los derechos humanos: el caso de John Locke. In: HERRERA
340 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
9
Como bem observa Hanke, não é que Las Casas admitisse a possibilidade de
homens que fossem escravos por natureza, mas sim que estrategicamente
procurou uma linha de argumentação que não contrariasse a autoridade in-
discutível de Aristóteles na época, sem falar que combater nos próprios ter-
mos do argumento oposto revelava-se uma eficiente estratégia de argumenta-
ção. (Hanke, op.cit., p.367-371).
342 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
10
Ibid., p.377.
11
Em suas duas primeiras proposições sobre a justificativa da guerra contra os
índios, em sua famosa obra intitulada De Indis et de Ivre Belli Relectiones,
Vitória escreve o seguinte: (
) it was permissible from the beginning of the
world (when everything was in common) for any one to set forth and travel
wheresoever he would. Now this was not taken away by the division of
property, for it was never the intention of peoples to destroy by that division
the reciprocity and common user which prevailed among men, and indeed
in the days of Noah it would have been inhumane to do so. (
) The Spa-
niards may carry on trade among the Indian aborigines, so long as they do
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 343
modo legítimo mover a guerra contra os índios para salvar
indígenas condenados a sacrifícios humanos ou a rituais
canibalísticos e, igualmente, proteger os que haviam se con-
vertido à fé cristã e invocassem a proteção contra os seus
próprios reis.
O mais significativo, contudo, é que na argumentação
de Vitória emerge uma outra categoria na qual os indígenas
passaram a ser inseridos: não mais bestas e feras inumanas,
mas sim homens com pouca instrução e aprisionados em um
estágio infantil, sendo, pois, até uma questão de caridade cristã
instruí-los, tutelá-los e governá-los12. Esta noção irá espalhar-
no harm to their own country, by importing the goods which the aborigines
lack, etc., and taking away gold and silver and other articles in which the
Indians abound; and the princes of the Indians can not prevent their sub-
jects from trading with the Spaniards, etc. (VITORIA, Francisco de. De In-
dis et de Ivre Belli Relectiones. Translated by John Pawley Bate and edited by
Ernest Nys. Disponível em: http://www.constitution.org/victoria/
victoria_4.txt. Acesso em 05 maio 2007). Tradução nossa: (...) era permiti-
do desde o começo do mundo (quando tudo era comum) a qualquer um
iniciar uma jornada e viajar a qualquer lugar. Agora, isto não foi eliminado
pela divisão da propriedade, pois nunca foi intenção dos povos destruir,
mediante aquela divisão, a reciprocidade e o uso comum que prevaleceu
entre os homens, e, de fato, nos dias de Noé seria desumano fazê-lo. (...) Os
espanhóis podem continuar comerciando entre os índios aborígenes, desde
que não façam mal ao seu país, mediante a importação das mercadorias que
faltam aos aborígenes, etc., e retirar ouro e prata e outros artigos que abun-
dam entre os índios; e o príncipe dos índios não pode impedir seus súditos
de comerciarem com os espanhóis, etc..
12
A respeito do que seria, em seu De Indis, a última justificativa ou título pelo
qual os espanhóis poderiam de modo legítimo mover a guerra contra os ín-
dios, Vitória não demonstra estar muito certo, mas, de todo o modo, acaba
por lançar a idéia, podendo igualmente perceber-se a convicção sobre a in-
ferioridade indígena em outras justificativas ao longo do texto. Eis, literal-
mente, sua proposição: There is another title which can indeed not be
asserted, but brought up for discussion, and some think it a lawful one. I
dare not affirm it at all, nor do I entirely condemn it. It is this: Although the
aborigines in question are (as has been said above) not wholly unintelligent,
yet they are little short of that condition, and so are unfit to found or admi-
nister a lawful State up to the standard required by human and civil claims.
Accordingly they have no proper laws nor magistrates, and are not even
capable of controlling their family affairs; they are without any literature or
344 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
arts, not only the liberal arts, but the mechanical arts also; they have no care-
ful agriculture and no artisans; and they lack many other conveniences, yet
necessaries, of human life. It might, therefore, be maintained that in their
own interests the sovereigns of Spain might undertake the administration of
their country, providing them with prefects and governors for their towns,
and might even give them new lords, so long as this was clearly for their
benefit. I say there would be some force in this contention; for if they were all
wanting in intelligence, there is no doubt that this would not only be a per-
missible, but also a highly proper, course to take; nay, our sovereigns would
be bound to take it, just as if the natives were infants. The same principle
seems to apply here to them as to people of defective intelligence; and indeed
they are no whit or little better than such so far as self-government is concer-
ned, or even than the wild beasts, for their food is not more pleasant and
hardly better than that of beasts. Therefore their governance should in the
same way be entrusted to people of intelligence. There is clear confirmation
hereof, for if by some accident of fortune all their adults were to perish and
there were to be left boys and youths in enjoyment, indeed, of a certain
amount of reason, but of tender years and under the age of puberty, our
sovereigns would certainly be justified in taking charge of them and gover-
ning them so long as they were in that condition. Now, this being admitted,
it appears undeniable that the same could be done in the case of their barba-
rian parents, if they be supposed to be of that dullness of mind which is
attributed to them by those who have been among them and which is repor-
ted to be more marked among them than even among the boys and youths of
other nations. And surely this might be founded on the precept of charity,
they being our neighbors and we being bound to look after their welfare. Let
this, however, as I have already said, be put forward without dogmatism
and subject also to the limitation that any such interposition be for the wel-
fare and in the interests of the Indians and not merely for the profit of the
Spaniards. (Ibid). Tradução nossa: Há um outro título que não pode, de
fato, ser afirmado, mas trazido à discussão, e alguns pensam que ele é lícito.
Eu não ouso afirmá-lo, nem inteiramente condená-lo. Ei-lo: Embora os abo-
rígenes em questão não sejam (como foi dito acima) totalmente ininteligen-
tes, eles são um pouco limitados nesta condição, e assim são inúteis para
fundar ou administrar um Estado legal no padrão requerido pelas demandas
humanas e civis. Portanto, eles não têm leis apropriadas nem magistrados, e
não são capazes até mesmo de controlar seus assuntos familiares; eles não
têm qualquer literatura ou artes, não apenas as artes liberais, mas também
as artes mecânicas; eles não têm agricultura cuidadosa e não têm artesãos; e
carecem de muitas outras conveniências necessárias à vida humana. Pode
ser mantido, portanto, que os soberanos da Espanha podem, no interesse
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 345
sável por fornecer a base jurídica para as guerras contra os
índios13, sua noção quanto à infantilidade indígena pautará
uma tendência que até aqui prevaleceu quanto à compreen-
são jurídica das pessoas dos indígenas: o de que elas não pos-
suem capacidade plena para exercer os atos da vida civil, o
de que elas são relativamente ou totalmente incapazes, o de
que elas necessitam da tutela do Estado, o de que elas só atin-
girão a capacidade plena e poderão ingressar no seleto grupo
14
Em brilhante dissertação de mestrado, orientada pelo Professor José Geral-
do de Sousa Junior da Universidade de Brasília, Rosane Freire Lacerda, me-
diante importante pesquisa histórica e documental, evidencia que esta foi a
principal diretiva, embora não a única, das políticas públicas desde a época
da Colônia no Brasil, passando pelos esforços de Tomé de Souza, Mem de
Sá, Felipe III, Marquês de Pombal, D. Maria I, José Bonifácio de Andrada e
Silva, D.Pedro I, a Regência Imperial, D.Pedro II, e não sendo muito diferen-
te a partir da Proclamação da República (LACERDA, Rosane Freire. Diferen-
ça não é incapacidade: gênese e trajetória histórica da concepção da incapa-
cidade indígena e sua insustentabilidade nos marcos do protagonismo dos
povos indígenas e do texto constitucional de 1988. 2007. 550 f. (Dissertação
de mestrado) Curso de Pós-Graduação em Direito da Universidade de Bra-
sília. Brasília. 2007). De lá para cá, mediante diferentes leis, os indígenas
têm sido considerados infantis, havendo um giro de Copérnico, como se
verá adiante, a partir da Constituição de 1988.
15
A Lei de 6 de junho de 1755, além de proibir a escravidão dos índios, man-
dava ainda castigar aqueles que, abusando da imbecilidade dos índios,
perturbassem os seus direitos territoriais. Para o êxito de sua civilização,
seriam estimulados às práticas agrícolas, na perspectiva de que as relações
com os habitantes dos lugares marítimos para a comercialização de tais
produtos viesse a contribuir para o abandono dos seus bárbaros costumes.
E ao Governador e Capitão Geral caberiam cuidar de sua instrução civil, ao
mesmo tempo que conservar a liberdade de suas pessoas, bens e comér-
cio. (LACERDA, op.cit., p.42).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 347
postura viria a ser assumida de modo ainda mais explícito no
Brasil independente16. O governo imperial deu continuidade
à política de miscigenação, esbulho territorial, presença cons-
tante de não-indígenas nos aldeamentos (espécie de unida-
des territoriais montadas e comandadas pelo governo para
agrupar e manter os indígenas sob controle), e se desfez de
inúmeras terras que eram tradicionalmente ocupadas pelos
indígenas e que ficaram vazias pela migração forçada de seus
habitantes aos aldeamentos. Não é preciso enfatizar que tal
política levou uma série de povos ao extermínio e causou
imensas perdas territoriais às comunidades indígenas rema-
nescentes.
A Constituição republicana de 1891 não trazia, nos
moldes da Constituição imperial, nenhuma referência aos
indígenas. A tendência tutelar e assimilacionista, contudo,
continuaria sendo implementada mediante decretos que ti-
nham como finalidade a catequese e civilização dos índios.
É neste espírito que se constitui em 1910 o Serviço de Prote-
ção aos Índios e Localização de Trabalhadores Nacionais
(SPILTN), comandado pelo General Cândido Mariano Rondon.
O Código Civil brasileiro de 1916, como se sabe, consa-
grará a idéia de tutela orfanológica dos indígenas, situando-
os em uma espécie de limbo permanente da subjetividade
jurídica ao determinar, em seu artigo sexto, que os silvícolas
são incapazes relativamente a certos atos ou a maneira de os
exercer (grifos nossos), e, no parágrafo único do mesmo arti-
go, que eles ficarão sujeitos ao regime tutelar, estabelecido
em leis e regulamentos especiais, o qual cessará à medida
16
Esclarece Rosane Freire Lacerda que a legislação imperial procurava distin-
guir entre índios capazes e integrados à civilização e os que viviam em esta-
do primitivo, procurando atribuir somente para estes a tutela orfanológi-
ca. Contudo, na prática, como essas distinções eram muito nebulosas e não
havia critérios estabelecidos para fazê-las, interpretou-se que todos os índi-
os estariam sujeitos à tutela orfanológica, entendimento que predominou
até a República. (Ibid., p.50).
348 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
17
Interessante perceber que a inserção da questão indígena no Código Civil
não tinha a anuência de Clóvis Bevilacqua, que não considerava ser aquele
Código aplicável às sociedades indígenas, entendendo que estas deveriam
ter um estatuto especial. Foi mediante a emenda Moniz Freire, no Senado
Federal, que a questão acabou sendo incluída no texto do Código. Apesar
disto, já havia um certo consenso de que os institutos de direito privado não
eram adequados para tratar do tema, o que explica o surgimento, dez anos
depois, da regulamentação especial. Sobre ela, observa Souza Filho que:
Apesar dos defeitos da lei com a classificação de índios a partir do ponto de
vista do Estado brasileiro e os generaliza fazendo tabula rasa das diferenças
étnicas, o grande avanço que ela oferece é justamente introduzir no sistema
jurídico brasileiro a concepção de que as relações dos índios com a socieda-
de organizada sob o manto do Estado brasileiro é de natureza pública e não
privada. (SOUZA FILHO, Carlos Frederico Marés de. O renascer dos povos
indígenas para o direito. Curitiba: Juruá, 1998. p.101). Contudo, seja pela
ineficiência burocrática ou até mesmo pela persistência no imaginário polí-
tico de uma visão dos indígenas pautada pela noção de inferioridade, a tute-
la continuou a ser exercida e compreendida (e, diga-se de passagem, em
muitos casos de modo lesivo e prejudicial aos tutelados) pelos órgãos públi-
cos responsáveis pela questão indígena.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 349
regula a situação jurídica dos índios ou silvícolas e das comu-
nidades indígenas, com o propósito de preservar a sua cultura
e integrá-los, progressiva e harmonicamente, à comunhão na-
cional. E quando tal integração ocorresse, inclusive, as terras
ocupadas pelos indígenas, seriam devolvidas ao Estado.
O que se pode perceber com clareza em todo esse itine-
rário, aqui brevemente percorrido, é que os indígenas, ao longo
das sucessivas leis brasileiras e das políticas públicas deline-
adas e colocadas em prática, foram sempre considerados de
um modo assimilador, que desfaz de sua alteridade, levando-
a em consideração apenas para demarcar a sua inferioridade.
Tal atitude pode ser explicada por todo um desenvolvimento
cultural e histórico de caráter uniformizante e etnocêntrico
que perfaz a civilização ocidental. No que toca ao Direito,
fruto sem dúvida deste mesmo desenvolvimento, tal atitude
é visível no predomínio das categorias jurídicas universali-
zantes, abstratas e unificadoras (tais como sujeito de direito,
propriedade e direito subjetivo), que padecem de uma gran-
de dificuldade em lidar com a pluralidade e a diferença18.
18
Tratando mais diretamente da questão indígena, o jurista mexicano Jesus
Antonio de La Torre Rangel assinala a mesma questão: Los viejos conceptos
de bien común y justicia son atrapados casi siempre en la ideología de la
juridicidad dentro de la totalidad del modo de producción. Asi ha sucedido
con el común y la justicia en el Derecho capitalista. Sin embargo, esos con-
ceptos y su riqueza pueden ser recuperados por la filosofía jurídica, si su
contenido es analizado desde el otro como otro, es decir, desde una conside-
ración que parte de la Exterioridad del sistema.
Las luchas reivindicatorias de los indios anteponen para defensa de sus
derechos su ser distinto, su ser otro, frente al dominador y su juridicidad.
El apelar a un Derecho ancestral y a un Derecho que rompa con la lógica de
la juridicidad de la modernidad, no es por considerar esos derechos con un
valor intrínseco e inmanente, sino sólo en cuanto que representan un ini-
cio de distinción a favor de ellos como otro.
(...) El Derecho perderá así su generalidad, su abstracción y su impersona-
lidad. El rosto del otro como clase alienada que provoca a la justicia, rom-
perá la generalidad al manifestarse como distinto, desplazará la abstracci-
ón por la justicia concreta que reclama y superará la impersonalidad por-
que su manifestación es revelación del hombre con toda su dignidad per-
sonal que le otorga ser precisamente el otro.
350 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
22
É o que se pode constatar, por exemplo, nos comentários ao novo Código
Civil de Maria Helena Diniz. Ao comentar o parágrafo único do art.4º do
Código de 2002 (a capacidade dos índios será regulada por legislação espe-
cial), e em item intitulado Indígenas e sua submissão a regime tutelar
(grifos nossos), assim se manifesta a conhecida autora: Os índios, devido a
sua educação ser lenta e difícil (sic), são colocados pelo novo Código Civil
sob a proteção de lei especial, que regerá a questão de sua capacidade. O
Código Civil sujeita-os ao regime tutelar, estabelecido em leis e regulamen-
tos especiais (DINIZ, Maria Helena. Código Civil anotado. 10ª.ed. São Pau-
lo: Saraiva, 2004. p.16). O mais impressionante é que logo após o trecho
transcrito acima a autora cita não só o Estatuto do Índio, mas também o art.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 353
Apesar desta tendência ainda marcante no cenário jurí-
dico nacional é possível encontrar exemplos que vão na dire-
ção oposta. Aqui daremos uma atenção mais especial a um
destes exemplos: o do caso do Morro do Osso em Porto Alegre.
23
A ação de reintegração, contudo, apesar do indeferimento da liminar, conti-
nua em curso no Judiciário Federal, sendo que, recentemente (mais precisa-
mente no dia 29.06.07) foi prolatada sentença desfavorável à comunidade
indígena, que certamente irá recorrer.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 355
duas maneiras bem diferentes de lidar e compreender a ques-
tão indígena. Creio ser de grande valia evidenciar tal aspecto
tendo em vista a necessidade de efetivar, no comportamento
da sociedade brasileira, principalmente através de suas insti-
tuições públicas, o espírito constitucional de respeito à plu-
ralidade étnica e cultural que constitui o país.
Assim, de um lado tem-se a posição da Prefeitura, de
parte do Judiciário Federal, dos moradores da Zona Sul e de
alguns jornais que, ao noticiarem o fato, deram ênfase a este
viés da questão. Eis, em síntese os seus elementos principais:
a presença dos índios no Parque é uma ameaça à preservação
do meio ambiente; a convivência com os índios revela-se pe-
rigosa e indesejável, além de trazer miséria e sujeira para a
vizinhança; os indícios existentes no local relativos à ocupa-
ção indígena anterior, que embasariam a tradicionalidade,
dizem mais respeito aos Guarani do que aos Kaingang; e a
Comunidade em questão pode perfeitamente se alojar em
outra região já destinada pelo Governo do Estado à ocupação
indígena.
De outro lado, tem-se a posição da Comunidade Kain-
gang, liderada pelo articulado e engajado Cacique, o Seu Jai-
me; do Ministério Público Federal; de órgãos de apoio aos
interesses indígenas, como a FUNASA e o Núcleo de Saúde
Indígena da Escola de Saúde Pública do RS; de parcela do
Judiciário Federal e de outros setores que têm apoiado a luta
desta Comunidade, como é o caso do Núcleo de Antropolo-
gia das Sociedades Indígenas e Tradicionais da Universidade
Federal do Rio Grande do Sul.
Conforme se pode colher dos autos da Ação Ordinária
acima aludida, bem como das conversas realizadas com o
Cacique e mais alguns membros da tribo, o pleito justifica-se
por uma conjunção muito especial de fatores que levam em
conta, fundamentalmente, as tradições e a espiritualidade da
etnia Kaingang. Do ponto de vista do homem branco, é muito
difícil compreender o vínculo fundamental que os índios
356 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
24
A este respeito, o próprio líder da comunidade Kaingang do Morro do Osso,
o Cacique Jaime Kënthánh Alves, no Relatório Azul de 2007, da Assembléia
Legislativa do Rio Grande do Sul, aduz o seguinte: Sobre o meio ambiente,
ao longo dos anos a Funai instaurou projetos dentro das terras indígenas, de
acordo com seus interesses, e terminou deixando estas terras exauridas e
degradadas. Os peixes, animais, árvores, a água e a própria terra estão doen-
tes. Estes projetos, enfim, desrespeitam o que reza o artigo 231, quando refe-
re-se ao direito indígena ao ambiente e recursos naturais preservados e aos
quais o índio tem direito exclusivo de usufruto. Hoje, no Rio Grande do Sul,
é difícil para os povos indígenas manterem seus sistemas tradicionais de
cura, de xamanismo, de educação,e alimentação tradicional devido à degra-
dação do meio ambiente de nosso território. Por isso ficamos chocados quando
nos dizem temer que o Kaingang venha a prejudicar o meio ambiente no
Morro do Osso. Esse argumento é falso, pois justamente somos os maiores
interessados na preservação dos campos e florestas, pois é desta natureza
que vivemos, nós somos esta natureza! Vemos em Porto Alegre condomínios
de luxo sendo construídos sobre florestas que diariamente são derrubadas.
FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
E contra isso a sociedade não diz nada. (RIO GRANDE DO SUL. Assem-
bléia Legislativa. Comissão de Cidadania e Direitos Humanos. Relatório Azul
2006: garantias e violações dos direitos humanos. Porto Alegre: CORAG:
2006. p.107).
25
Em trecho ilustrativo da decisão, assim escreve o juiz Márcio Antônio Ro-
cha: Observe-se que segundo abalizados estudos antropológicos indicados
nos autos, a cultura Kaingang não se estabelece em terras que seus antepas-
sados não habitaram. Concito a todos os interessados na questão a reconhe-
cerem, ainda que para argumentar, ou para exame do nosso agir, a reconhe-
cerem a possibilidade de validade desse dado cultural: uma comunidade
dessa nação não se estabelece fora das terras de seus antepassados. Admiti-
da a concessão ao argumento, perceba-se o periculum e o esforço demasiado
que se solicita da comunidade indígena. Como conviver, como prosseguir
no futuro, tendo na mente, no coração, o sentimento de que existe sim uma
terra que pertenceu aos seus antepassados, e que é para lá que deveriam ir
ou estar, mas a intolerância, os processos administrativos e judiciais do ho-
mem civilizado não o permitem. Repito, nesse contexto, melhor à consciên-
cia de todos que, ou provamos nós, especialmente para nós mesmos, e tam-
bém aos índios, que esses não estiveram lá com seus antepassados, ou, na
dúvida, abrimos mão(e isso nos é tão sofrido), como eles o fizeram em favor
de nós até aqui, de disputar algo que em ultima análise, abstraídas as leis
que criamos, não nos pertenceria. Esse aliás o conceito constitucional que
permeia o reconhecimento dos direitos indígenas.
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360 FILHO, José Carlos Moreira da Silva Direitos Indígenas e Direitos à Diferença
III
GÊNERO
E
DIREITOS HUMANOS
362
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 363
INTRODUCCIÓN
Hoy día más que teorizar acerca de los derechos huma-
nos se antoja urgente buscar medidas efectivas para su pro-
tección. La filosofía debe ser un instrumento de transforma-
ción de la realidad, una lente de aumento que nos permita
descubrir la injusticia aún en los espacios más pequeños,
aquellos en los que precisamente la víctima puede resultar
más indefensa, como ocurre en el caso de la violencia domés-
tica. La violencia no precisa llegar a un grado de expresión
externa que la identifique con lo agresión física, pues la vio-
lencia en su antesala desarrolla formas de dominación invisi-
ble, controles cuya eficacia radica en el acatamiento indiscu-
tidos a quienes se postulan como superior en virtud de algu-
na circunstancias accidental, injustificada y que quiebra el
ideal de igualdad básica de todos los seres humanos. Si la
lucha por la libertad caracterizo a la primera generación de
los derechos de la persona, los de la igualdad a los llamados
a los de segunda generación, la reivindicación por aquellos
derechos de los no reconocidos socialmente, los invisibiliza-
dos por los propios diseños de un orden social que deja en la
periferia colectivos minorizados, como si fueran aspirantes a
la condición de persona, de una igualdad efectiva y real que
atienda sus derechos (RUANO, 2002). En este sentido, las
mujeres, a pesar de ser un colectivo mayoritario, ha sido tra-
tado históricamente como una minoría social, un agente mi-
364 SUÁREZ, Juan Carlos Violencia Invisible, Derechos Humanos e Igualdad de Género
dad puede ser injusta como el ser que nos produzca más re-
pugnancia, como nos muestra Anthony Burgess (1999), en su
magnífica obra, La naranja mecánica, llevada al cine en la
magistral obra de Stanley Kubrick (1971). El protagonista,
quien logra ganarse la actitud más odiosa del espectador, se
nos propone como ejemplo de su actitud de indiferencia ante
sus sesiones de ultraviolencia que pueden ser vistas como
simple consecuencia de su hedonismo individual y esteticis-
ta. Los propios nazis, quien comparte con el joven protago-
nista de la obra, podían ser amante de la música de Beetho-
ven y mostrarse indiferente hacia el exterminio de seres hu-
manos: ¿Hasta donde puede llegar el ser humano para escin-
dir su sensibilidad hasta el extremo de mostrarse afectado
por la creación humana y no por las propias criaturas? (MAR-
ZAL FELICI, 1999)
Una reflexión ética de la violencia nos debe llevar a
reconocer nuevas formas de presentarse esta en nuestros días
y convertir la defensa de los derechos humanos en una de-
nuncia permanente contra cualquier forma de opresión, mar-
ginación o acción contraria a la dignidad de la personas.
I. La violencia invisible
La primera cuestión que debemos preguntarnos a la hora
de iniciar este trabajo es qué entendemos por violencia. To-
dos coincidiríamos en que el uso de la fuerza física para afec-
tar la libertad de otra persona supone un ejercicio de violen-
cia evidente. Sin embargo, existen otras muchas formas de
violencia invisibles o invisibilizadas-. Con este término,
que usaremos en lo sucesivo, nos referimos a realidades que
pasan desapercibidas porque los actores se amparan bajo la
inercia de acontecimientos que entrañan en sí mismo una
gran dosis de injusticia dentro de una relación. (BERNAR-
DEZ, 2001).
El verdugo institucionalizado se convierte en legitima-
dor de su estrategia, mientras que la víctima sufre cada expe-
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 367
riencia de castigo como una afirmación de su responsabili-
dad, tanto por lo que haya hecho como por lo que haya podi-
do dejar de hacer. Una magnífica representación de esta in-
versión de la libertad como control del poder nos la ofrece la
obra de G. Orwell, 1984. En cierta forma, el acoso moral con-
tra las mujeres se asemeja bastante a esta representación del
Gran Hermano por parte del marido, una omnipresencia de
sus dictados que debe alcanzar incluso sus propios deseos,
pues el propio amor ha sido trasmitido como sumisión. (Véa-
se obras como La perfecta casada de Fray Luis de León o Casa
de Muñecas de Henrik Johan Visen) Es la sombra del acoso
realizado con la astucia y el servicio de un poder viciado y
vicioso que produce el síndrome de la típica pregunta de yo
qué he hecho para merecer. La respuesta, cuando es debida-
mente planificada por el poder, será que la víctima concluya
que algo ha debido hacer, aunque no lo sepa (BUTLER, 1989).
La diferencia entre el ejercicio de esta violencia estruc-
tural e invisible y una sanción legítima, radica tanto en la
causa como en la dinámica de cada una de ellas. La causa de
la sanción está tipificada y puede ser reconocida cuando se
infringe una determinada norma. Sin embargo, en la domi-
nación no existe una causa precisa, sino que más bien se tra-
ta de una dinámica de rechazo que busca la vejación de la
víctima. Los motivos de esta violencia, dado su carácter per-
sonalista, varían de una relación a otra, incluso en la misma
relación puede ir cambiando para lograr nuevas formas de
eficacia en el castigo ante la inmunidad que pueda lograr la
víctima en ciertos ámbitos. Dicho en dos palabras: la dinámi-
ca de la sanción es higiénica, se aplica y se restituye el orden.
La de la dominación es sucia: se dilata en el tiempo y se im-
pregna de múltiples formas simbólicas de exclusión de la
persona castigada.
Otra característica de esta violencia invisible es el la-
cayismo de los beneficiados por el poder. Se produce un
aparente fenómeno de comprensión simpática que encubre
368 SUÁREZ, Juan Carlos Violencia Invisible, Derechos Humanos e Igualdad de Género
a. Megalómanos
Se creen paradigmas del bien y del mal. Sus pasiones,
deseos y gustos son siempre buenas razones de cómo debe
funcionar el mundo. Adquieren un cierto aire distante y mo-
ralizador que le permite ilustrar a los demás su posición con
respecto a ellos:
Son megalómanos y se colocan en una posición de patrón
de referencia del bien y el mal y de la verdad. A menudo, se
les atribuye un aire moralizador, superior y distante. Aun-
que no digan nada, el otro se siente cogido en falta. Exhiben
unos valores morales irreprochables con los que dan el pego
y una buena imagen de sí mismos. Y denuncia la malevolen-
cia humana (pp. 113-14).
La personalidad narcisista produce con frecuencia un
solapamiento entre su personalidad y el poder, convirtiendo
a éste en un instrumento simbólico que le permita ilustrar
que la realidad de los acontecimientos se asemeja a su volun-
tad. Sus acciones no son iniciativas genuinas, sino más bien
reacciones que surgen de su deseo de controlar y contrarres-
tar las aspiraciones de otros. El narcisista acepta a posibles
378 SUÁREZ, Juan Carlos Violencia Invisible, Derechos Humanos e Igualdad de Género
d. El vampirismo
Otra característica del perverso narcisista es la del vam-
pirismo, la tendencia a neutralizar las cualidades del otro a
través de su acción de poder. Este objetivo es llevado a cabo a
través de un espíritu de crítica exacerbado y el ataque a la
autoestima y confianza del otro para aumentar así su propio
valor. Son dos modos correlativos de reforzar su personali-
dad, la cual adquiere su relieve más claro en la necesidad de
destruir a alguien para sentirse superior. A este respecto, seña-
la Hirigoyen (1999):
El narcisista presenta una ausencia total de interés y de
empatía por los demás, pero desean que los demás se intere-
sen por ellos. Se les debe todo. Critican a todo el mundo y no
admiten ninguna acusación ni ningún reproche. Frente a este
mundo de poder, la víctima se siente forzosamente en un
mundo de fallos. Señalar los errores de los demás es una
manera de no ver los propios, una manera de defenderse de
una angustia de orden psicótico. (p. 114).
Esta sería la típica situación que se produce, por ejem-
plo, en las relaciones de género del marido frustrado que acusa
a su compañera de no vales para nada, a la par que despo-
trica contra todo el mundo que lo considera como un obstá-
culo para exhibir su valía y buen hacer. Esta estructura de po-
der está presente también en otros ámbitos como el laboral.
Con frecuencia el jefe ve cuestionado su poder cuando alguien
consigue cierto reconocimiento al margen de su acción.
380 SUÁREZ, Juan Carlos Violencia Invisible, Derechos Humanos e Igualdad de Género
CONCLUSIÓN
La desigualdad real en los distintos ámbitos, injustifi-
cada e impuesta por voluntades que se estiman superiores
constituye el principio de la violencia invisible. Esta reali-
dad la conocen muy bien las mujeres, quienes observan de
manera incomprensible cómo su condición sexual se utiliza
para requerir de ellas ciertas maneras de estar y de ser frente
al hombre. También los marginados tienen que asumir su
condición de ciudadanos libres como un techo para no lu-
char contra la desigualdad que les condena a ser libremente
pobres, ignorados y, cada cierto tiempo, consolados.
La simple pregunta es desobediencia; el comentario,
revolución; y el incumplimiento; deslealtad y traición. Se
pretende que quien desobedece se sienta responsable del
desorden. La violencia invierte el orden de los acontecimien-
tos y pasa a la víctima la carga de la prueba, quien debe de-
mostrar que sus intenciones eran honestas frente a la presun-
ta autoridad del poder.
La historia humana es una historia de revoluciones pero
también de previos ejercicios de autoritarismos complacien-
tes cuya legitimidad procedía de los beneficiados por el po-
der y ajeno a los problemas de los demás.
En las sociedades actuales seguimos asistiendo a mo-
delos de violencia estructural en virtud de la cual quien de-
sempeña una autoridad aprovecha la posición para hacer va-
ler sus intereses personales, utilizando la responsabilidad
como un instrumento simbólico de poder para dar pábulos a
sus ambiciones personales. Existe una tendencia a congraci-
arse con el poder, por lo que en ocasiones esta violencia pue-
de incluso llegar a ser sistémica por parte de un grupo de
agraciados que prefieren ponerse de su parte frente a la vícti-
ma. En buena medida, esta misma realidad es la que esta pre-
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 387
sente en la cultura androcéntrica en el que la mujer sigue
siendo considerada inferior a la voluntad del hombre. Por
este motivo, nos ha parecido interesante relacionar ambos
fénómenos para advertir como una mala distorsión del poder
supone un perjuicio para la libertad de todos.
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388 SUÁREZ, Juan Carlos Violencia Invisible, Derechos Humanos e Igualdad de Género
15 PROIBIÇÕES, CRENÇAS E
LIBERDADE: O DEBATE
SOBRE O ABORTO
Maria Lúcia Karam
1
A ação proposta perante o Supremo Tribunal Federal brasileiro (ADPF 54-8-
DF), relator Ministro Marco Aurélio, no momento em que escrevo este traba-
lho, ainda não trouxe pronunciamento sobre o mérito. Em 27 de abril de
2005, o Plenário se pronunciou tão-somente sobre questão preliminar susci-
tada pelo Ministério Público, afirmando, então, por maioria, a admissibilida-
de da via adotada. O acórdão da Corte Suprema de Justiça da Nação Argenti-
na foi proferido em recurso extraordinário julgado em 11 de janeiro de 2001
(T.421.XXXVI).
392 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
2
Sobre proibicionismo e também sobre antiproibicionismo, veja-se texto de
Marco Perduca, que, traduzido para o português, com o título VAMOS CRIMI-
NALIZAR A PROIBIÇÃO, pode ser encontrado no site do Centro Acadêmico Cân-
dido de Oliveira da Faculdade Nacional de Direito da Universidade Federal
do Rio de Janeiro, no endereço http://www.cacofnd.org/artigos/
art_juridicos.asp.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 393
tema penal. Quase sempre estes acabam por se fundir, pois,
como assinalado, as proibições, na maioria dos casos, se ma-
terializam na criminalização de condutas através da edição
de leis penais.
As afinidades são claramente identificáveis no discur-
so que sustenta tais manifestações repressivas.
O discurso que sustenta o sistema penal, veiculado em
uma sólida e enganosa publicidade,3 vende-o como um ins-
trumento voltado para a proteção dos indivíduos, para a evi-
tação de condutas negativas e ameaçadoras, para o forneci-
mento de segurança, de paz, de tranqüilidade.
Encobrindo o caráter puramente político e historicamen-
te eventual da seleção de condutas que, apresentadas como
conflituosas ou socialmente negativas, são objeto da lei pe-
nal por isso, sendo chamadas de crimes e proibidas sob a
ameaça de uma pena , esse discurso encobre a realidade de
que a intervenção do sistema penal é mera manifestação de
poder, constituindo-se em um dos mais poderosos instrumen-
tos de que se valem os mais diversos tipos de Estado para
obter uma disciplina ou um controle sociais que resultem
funcionais para a manutenção e reprodução da organização e
do equilíbrio global das formações sociais historicamente
determinadas nas quais surgem estes Estados.
A enganosa publicidade, ocultando a finalidade real e
a funcionalidade política do sistema penal, oculta ainda o
perene fracasso de seus objetivos explícitos. Não há como
deixar de classificar como fracassado um sistema que, pro-
metendo a proteção dos indivíduos, a evitação de condutas
negativas e ameaçadoras, o fornecimento de segurança, de
paz e de tranqüilidade, depois de séculos de funcionamento,
3
Sobre a enganosa publicidade do sistema penal, reporto-me ao que escrevi
em meu DE CRIMES, PENAS E FANTASIAS (Niterói: Ed. Luam, 2ª ed., 1993) e, mais
recentemente, em artigo específico sobre o tema intitulado SISTEMA PENAL E
PUBLICIDADE ENGANOSA, publicado às páginas 158 a 176 da REVISTA BRASILEIRA
DE CIÊNCIAS CRIMINAIS N.52 (São Paulo: Ed. RT, janeiro-fevereiro 2005).
394 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
4
Veja-se, a propósito, o texto de Marco Perduca, mencionado na nota 2.
5
410 U.S. 113, decisão em 22 de janeiro de 1973.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 395
mais populosos China e Índia o aborto é legalizado. Nos
países centrais, aquele percentual sobe para 86% das mulhe-
res.6
Esse quadro desvenda aquela realidade ocultada pela
enganosa publicidade do sistema penal, a realidade do cará-
ter puramente político e historicamente eventual da seleção
de condutas que, apresentadas como conflituosas ou social-
mente negativas, são chamadas de crimes.
Estamos acostumados a falar em crime, como se esta
expressão pudesse traduzir um conceito natural, que partis-
se de um denominador comum, presente em todos os tempos
ou em todos os lugares. Mas, como bem ilustra o quadro rela-
tivo ao aborto, na realidade, crimes não passam de meras cri-
ações da lei penal, não existindo um conceito natural que os
possa genericamente definir. Condutas, que, como o aborto
com o consentimento da gestante, são um crime em determi-
nados lugares, podem não ser em outros. O que ontem foi
crime, hoje pode não ser; e o que hoje é crime, amanhã pode-
rá deixar de ser.
Feito este necessário parêntesis, vejamos alguns dados
que revelam como o proibicionismo criminalizador não im-
pede e nunca impediu a realização de abortos, ou como as
circunstâncias de proibição ou legalidade não têm qualquer
relevância na maior ou menor quantidade de abortos.
6
Estes e todos os demais dados aqui referidos foram extraídos dos trabalhos
SHARING RESPONSIBILITY: WOMEN, SOCIETY AND ABORTION WORLDWIDE e TRENDS
IN ABORTION IN THE U NITED S TATES , 1973-2000, produzidos por The Alan Gut-
tmacher Institute, bem como do trabalho U NSAFE ABORTION: GLOBAL AND REGI-
ONAL ESTIMATES OF INCIDENCE OF UNSAFE ABORTION AND ASSOCIATED MORTALITY IN
2000, de Elisabeth Ahman e Iqbal Shah, publicado em 2004 pela Organi-
zação Mundial da Saúde, trabalhos esses que podem ser encontradas na
web, nos endereços http://www.agi-usa.org/pubs/sharing.pdf , http://
www.agi-usa.org/presentations/trends.pdf e http://www.who.int/reproduc-
tive-health/publications/unsafe_abortion_estimates_04/estimates.pdf . Nes-
tes trabalhos há fartas indicações das fontes em que foram coligidos os da-
dos neles publicados e aqui utilizados.
396 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
7
Dados constantes do trabalho publicado pela Organização Mundial da Saú-
de, já citado na nota anterior.
8
Veja-se a nota 6.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 401
bidos abortos, que, repita-se, não são nem nunca foram im-
pedidos pela proibição, não parecem lhes incomodar.
A força ideológica das enganosas publicidades do proi-
bicionismo e do sistema penal, além de ocultar seu descom-
promisso com a humanidade e suas dores, além de ocultar os
danos provocados por essas manifestações repressivas, cria a
falsa crença de que o afastamento de proibições e criminali-
zações geraria o caos, a anarquia, perigos inimagináveis.
Estas enganosas publicidades fazem com que o con-
trole social fundado em proibições e, especialmente, na in-
tervenção do sistema penal apareça como a única forma de
enfrentamento de situações negativas ou de condutas confli-
tuosas ou indesejadas.
Mas, na realidade, não são apenas proibições, não é
apenas a lei penal que controla fenômenos, visando regular o
convívio entre as pessoas e evitar situações negativas ou con-
dutas conflituosas ou indesejadas. O controle de situações e
de condutas concretiza-se, não só através de leis de qualquer
natureza, como também por outras intervenções sociais.
O antiproibicionismo, longe de implicar o caos ou a anar-
quia, busca a ampla discussão e compreensão das raízes de
fenômenos, comportamentos ou situações, problemáticos ou
não, buscando alternativas que sejam capazes de proporcionar
caminhos menos danosos e mais eficazes para regulá-los, lega-
lizando-os e, portanto, controlando-os de forma mais livre, mais
justa, mais racional, tendo em mente que é sempre melhor
permitir que as atividades humanas, inclusive as que apare-
çam como controvertidas, se realizem em um ambiente legal
do que deixá-las se desenvolver à mercê da ilegalidade.9
A descriminalização de condutas, quaisquer que sejam
elas, tampouco implica em caos ou anarquia. Descriminalizar
uma conduta longe está de, necessariamente, significar uma
ausência de controle sobre esta conduta. Descriminalizar sig-
9
Veja-se neste sentido o texto de Marco Perduca, referido na nota 2.
402 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
10
Sobre processos de descriminalização e suas modalidades, pode-se consul-
tar a versão em espanhol (Buenos Aires: Ediar, 1987) do Informe do Comitê
Europeu sobre Problemas da Criminalidade, originalmente publicado pelo
então Conselho da Europa, em Strasburg, em 1980.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 403
mas para sua produção, bastando pensar nas diversas restri-
ções legais a que estão submetidas a produção, a distribuição e
o consumo de drogas lícitas, como o álcool ou o tabaco.
No que concerne ao aborto, essas outras formas de re-
gulação de situações e condutas, essas outras formas de con-
trole não-penal, também aparecem, com clareza, em diversas
legislações de países libertos do proibicionismo.
Quase todos esses países as exceções são apenas o
Canadá, a China, a Coréia do Norte, o Vietnam e Zâmbia
estabelecem, em suas legislações, limites para a realização
do aborto relacionados ao tempo de gestação, a maioria fi-
xando-o em 12 semanas, outros de 14 a 24 semanas ou relaci-
onando o limite à viabilidade do feto, que, em geral, se dá em
23 ou 24 semanas. Em alguns países (por exemplo, a Bélgica,
a França e a Grã-Bretanha), apesar da limitação, as legisla-
ções admitem o aborto a qualquer tempo para proteger a vida
da gestante ou em razão de malformação do feto.
Algumas legislações estabelecem restrições concernen-
tes às instituições e profissionais autorizados a realizar o abor-
to. Na Grã-Bretanha, na Índia e na África do Sul, por exemplo,
os abortos só podem ser legalmente realizados em hospitais
públicos ou em outras instituições autorizadas pelo governo.
Nos casos em que a gestante ainda não atingiu a maio-
ridade, diversas legislações prevêem o consentimento dos
pais, em alguns países a falta do consentimento podendo ser
suprida por autorização judicial (por exemplo, na França e
em estados norte-americanos em que requerido o consenti-
mento). Na Turquia, mesmo mulheres adultas necessitam de
um consentimento: a permissão de seus maridos.
Em alguns países, há dispositivos legais prevendo um
aconselhamento, visando o melhor entendimento do ato que
a mulher quer praticar, e, eventualmente, como na Alema-
nha, visando dissuadi-la de realizar o aborto.
Especialmente esta última forma de regulação revela que
a proibição, além de desigual, injusta, inútil e causadora de
404 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
11
Convenção Americana de Direitos Humanos (Pacto de San José da Costa
Rica): Artigo 4º. 1. Toda pessoa tem o direito de que se respeite sua vida.
Esse direito deve ser protegido pela lei e, em geral, desde o momento da
concepção. Ninguém pode ser privado da vida arbitrariamente.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 405
contraditória com a proteção de direitos fundamentais do
indivíduo.12
Aqui basta constatar que o que os dispositivos garanti-
dores da proteção de direitos fundamentais do indivíduo,
constantes das declarações universais de direitos e das Cons-
tituições dos Estados democráticos, estão a ordenar ao Esta-
do são intervenções positivas que criem condições materiais
econômicas, sociais e políticas para a efetiva realização
daqueles direitos, o que, mesmo para quem ilusoriamente
acredita na reação punitiva, não implica em intervenção do
sistema penal.13
Um exemplo pode ser extraído no campo do direito à
saúde.
Veja-se o disposto no Pacto Internacional de Direitos
Econômicos, Sociais e Culturais, em vigor desde 3 de janeiro
de 1976, nas regras de seu artigo 12, garantidoras do direito
de todas as pessoas de desfrutar o mais alto nível possível de
saúde física e mental. Estabelecem aquelas regras que os Es-
tados Partes, com o fim de assegurar a plena efetividade deste
direito, devem adotar medidas como a redução da mortalida-
de infantil e a promoção do desenvolvimento saudável das
crianças; o melhoramento da higiene no trabalho e do meio
ambiente; a prevenção, o tratamento e o combate às enfermi-
dades epidêmicas, endêmicas, profissionais e de outras natu-
rezas; a criação de condições que assegurem a todos assistên-
cia médica e serviços médicos em caso de doença.
12
Para uma crítica do sistema penal, reporto-me ao que escrevi, por exemplo,
em trabalho intitulado P ELO ROMPIMENTO COM AS FANTASIAS EM TORNO DE DELITOS
E DE PENAS, constante de páginas 331 a 350 da REVISTA BRASILEIRA DE CIÊNCIAS
CRIMINAIS N.29 (São Paulo: Ed. RT, janeiro-março 2000).
13
Neste sentido, é ilustrativa a leitura da Declaração sobre o direito e o dever
dos indivíduos, grupos e instituições de promover e proteger os direitos
humanos e as liberdades fundamentais universalmente reconhecidos, ane-
xo à Resolução aprovada pela Assembleia Geral da ONU 53/144, em 9 de
dezembro de 1998, no cinqüentenário da Declaração Universal dos Direitos
Humanos.
406 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
14
Sobre aspectos médicos da interrupção da gravidez em hipótese de anence-
falia, vejam-se os comentários de Carlos Gherardi e Isabel Kurlat no artigo
ANENCEFALIA E INTERRUPCIÓN DEL EMBARAZO ANÁLISIS MÉDICO Y BIOÉTICO DE LOS
FALLOS JUDICIALES A PROPÓSITO DE UM CASO RECIENTE, publicado às páginas 53 a
70 do antes citado N.52 da REVISTA BRASILEIRA DE CIÊNCIAS CRIMINAIS. No artigo
é comentado o acórdão da Corte Suprema de Justiça da Nação Argentina
referido na nota 1.
15
Vejam-se a propósito as observações de Nilo Batista em antigo trabalho inti-
tulado ABORTO: A RETÓRICA CONTRA A RAZÃO, constante às páginas 201 a 218
de TEMAS DE DIREITO PENAL (Rio de Janeiro: Liber Juris, 1984).
16
Neste sentido, a definição de Juan Bustos Ramírez do bem jurídico tutelado
em normas criminalizadoras do aborto, encontrada em seu M ANUAL DE DERE-
CHO PENAL PARTE ESPECIAL (Barcelona: Editorial Ariel, 1986), os comentários
referentes ao aborto estando às páginas 55 a 68.
408 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
17
Alguns exemplos desta diferente dimensão: na legislação penal espanhola,
o homicídio simples é punível com penas de prisão de 10 a 15 anos e o
aborto sem o consentimento da gestante com penas de prisão de 4 a 8 anos
(artigos 138 e 144 do Código Penal); na legislação penal portuguesa, o ho-
micídio simples é punível com penas de prisão de 8 a 16 anos e o aborto
sem o consentimento da gestante com penas de prisão de 2 a 8 anos (arti-
gos 131 e 140 do Código Penal); na legislação penal alemã, a pena mínima
prevista para o homicídio simples é de 5 anos de privação da liberdade,
enquanto para o aborto sem o consentimento da gestante aqueles 5 anos
de privação da liberdade constituem a pena máxima, a mínima sendo de 6
meses (§§ 212 e 218 do Código Penal); na legislação penal argentina, o
homicídio simples é punível com penas de reclusão ou prisão de 8 a 25
anos e o aborto sem o consentimento da gestante com penas de 3 a 10 anos
(artigos 79 e 85 do Código Penal); na legislação penal brasileira, as penas
previstas para o homicídio simples e o aborto sem o consentimento da
gestante são respectivamente de reclusão de 6 a 20 anos e 3 a 10 anos
(artigos 121 e 125 do Código Penal).
18
Sobre a exclusão da tipicidade penal, já no plano objetivo, pela ausência
de incremento do risco para o bem jurídico, pela situação em que o risco
era permitido, pela não-materialização do risco no resultado típico, ou ainda
pela não-inclusão do resultado, como ocorrido, no âmbito de alcance do
tipo, consulte-se de Claus Roxin seu DERECHO PENAL PARTE GENERAL (Ma-
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 409
Ainda no plano dogmático cabe um comentário sobre
outras hipóteses de interrupção da gravidez em que, diferen-
temente da hipótese da anencefalia, pode-se identificar, em
legislações proibicionistas, tipicidade na conduta dolosa cau-
sadora do resultado morte do embrião ou do feto com con-
sentimento da gestante, a discussão se deslocando aí, na con-
cepção tradicional, para o plano da antijuridicidade.
Tome-se a hipótese prevista em algumas legislações proi-
bicionistas, de que é exemplo a regra contida no inciso II do
artigo 128 do Código Penal brasileiro, autorizando a realiza-
ção do aborto no caso de gravidez resultante de estupro.
A criação dessa permissão, pouco importando as reais
motivações do legislador, só pode se explicar pela considera-
ção das repercussões negativas do nascimento indesejado. A
coerência e, assim, a proporcionalidade ou razoabilidade e
aqui se fala de princípio diretamente derivado do aspecto de
garantia material ínsito à cláusula fundamental do devido
processo legal estão a impor a extensão da licitude da reali-
zação do aborto com consentimento da gestante a todos os
casos em que, por razões diversas, o nascimento se mostre
igualmente indesejado.
Observe-se que isto nada tem a ver com as impropria-
mente chamadas causas supralegais de justificação. A per-
missão, que, por coerência com a hipótese legislada, há de
ser reconhecida em todos os casos de aborto com consenti-
mento da gestante em que o nascimento se mostre indeseja-
do, se mostra sim legal, na medida em que se remete ao con-
teúdo do exercício do direito expresso no texto da lei.
19
Sobre esta natureza dos preceitos permissivos enquanto expressões da
liberdade geral de atuação, veja-se a análise da antijuridicidade desen-
volvida por Eugenio Raúl Zaffaroni em seu já citado DERECHO PENAL PAR-
TE GENERAL.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 411
igualmente a garantia das opções individuais pela negação
de qualquer crença.
Neste campo, para assegurar a liberdade e, assim, a dig-
nidade da pessoa, como estatuem as declarações universais
de direitos e as Constituições dos Estados democráticos, o
Estado há de ser neutro laico, portanto , não estando auto-
rizado nem a restringir expressões religiosas, nem a impor
uma ou outra crença, legislando com base em pautas morais
ditadas por representantes de uma ou outra religião.
Por outro lado, punições e, portanto, exclusões são
práticas nada harmônicas com sentimentos religiosos.
Cristo, contrariando as diretrizes punitivas de sua épo-
ca, ensinou a respeitar e acolher todos os discriminados e
puníveis. Basta lembrar do exemplar episódio, narrado nos
Evangelhos, da mulher adúltera que os farisaicos religiosos,
impositores da moral e inspiradores da lei, queriam punir
com o apedrejamento.
Mas, ainda há muitos outros ensinamentos de Cristo,
no mesmo sentido libertador, afastador de punições. Dentre
estes ensinamentos, pode-se lembrar daqueles que, retrata-
dos nos Evangelhos, constaram do texto base divulgado pela
Confederação Nacional dos Bispos do Brasil, na Campanha
da Fraternidade de 1997: Ele veio para perdoar, curar, recon-
ciliar e não para acusar, julgar ou condenar (cf. Jo 3,17). Ele
veio para libertar: enviou-me para anunciar aos presos a li-
bertação (cf. Lc 4, 18-19). Ele se identifica com os encarcera-
dos: estive preso e me visitaste (Mt 25,36). Nos manda: amai
vossos inimigos e orai pelos que vos perseguem (Mt 5,43-
24). Antes de morrer, Ele pediu perdão para os seus agresso-
res. Diante da violência e de todo pecado, a resposta de Deus
é o perdão.
Mais uma vez se revela o vazio do discurso proibicio-
nista, desejoso da punição.
Sentimentos e crenças religiosas não se harmonizam
com qualquer criminalização. Sentimentos e crenças religio-
412 KARAM, Maria Lúcia Proibições, Crenças e Liberdade: O Debate sobre o Aborto
IV
DIREITOS HUMANOS,
CONTROLE SOCIAL
E
CRÍTICA AO SISTEMA
DE
JUSTIÇA PENAL
16 LUCHA SOCIAL, PINOCHET Y LA
PRODUCCIÓN DE JUSTICIA
Helio Gallardo
PRESENTACIÓN
Este trabajo está relacionado con las situaciones gene-
radas por la muerte del ex senador vitalicio chileno Augusto
Pinochet y la impunidad jurídica en que quedaron las accio-
nes que sus opositores y familias de víctimas resintieron como
delitos de lesa humanidad o violaciones de derechos huma-
nos.
En estas notas se puntualizan algunos lugares comunes
o estereotipos que suelen marcar semánticamente la descrip-
ción anterior y, desde ese examen somero, se avanza en una
caracterización sociohistórica de derechos humanos.
1
Es el tópico de la proliferación de la demanda de derechos. Véase, por
ejemplo, Carlos Ignacio Massini: El derecho, los derechos humanos y el valor
416 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
del derecho, en particular desde la página 136 en adelante. También del mismo
autor, Filosofía del Derecho. El derecho y los derechos humanos. O, más actual,
en el sentido de liberal y pragmático, M. Ignatieff: Los derechos humanos
como política e idolatría.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 417
como injusta. También puede recordarse que un hijo de una
de las víctimas del régimen de terror de Estado que encabezó
el General Pinochet escupió ese mismo cadáver, por lo que
fue expulsado de las Fuerzas Armadas (era un militar). Para
ese ciudadano, la impunidad que le consolidó su muerte al
asesino resultó, sin duda, vilmente injusta.
¿Por qué en los circuitos judiciales se obtienen proce-
dimientos y resoluciones jurídicas que no necesariamente son
valoradas como justos? Bueno, el orden jurídico o sistema
de leyes no proviene del Cielo ni de ninguna naturaleza hu-
mana abstracta. Proviene de legisladores que buscan o cons-
tituir o contribuir a la reproducción de un determinado or-
den social que, en las sociedades que conocemos, se sigue de
correlaciones determinadas y conflictivas de fuerzas sociales.
En sencillo, un orden jurídico expresa, en su nivel, domina-
ciones de clase, de sexo-género, de generación, de etnia o
raza, internacionales o geopolíticas, etc., e intentan contri-
buir con las condiciones que facilitan la reproducción de esas
dominaciones o imperios. Por supuesto, ello implica tanto
funcionalidades como contraposiciones y conflictividad.2 Los
jueces y magistrados son funcionarios públicos que deben
conocer y resolver en el marco de esa legislación que, desde
luego, no hace materialmente justicia a los dominados (aun-
que pueda ofrecer posibilidades para que algunas situacio-
nes conflictivas, o casos, se resuelvan en su beneficio).
A la básica consideración anterior debe añadirse la obser-
vación, para nada marginal, respecto de que los órdenes jurídi-
cos existentes en América Latina poseen amplias secciones tras-
plantadas desde otras formaciones sociales e historias.3 Esto
2
Algunas de estas conflictividades estructurales han sido presentadas en H.
Gallardo: Derechos humanos como movimiento social. Los sistemas jurídicos
modernos tienen una finalidad práctica, favorecer la coexistencia, pero esta
finalidad no es necesariamente universalizable ni integradora, excepto en
las ideologías que los justifican.
3
Sobre este aspecto puede verse el trabajo de E. Novoa Monreal: El derecho
como obstáculo al cambio social.
418 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
4
Las ex Primeras Damas, esposas de los indagados, que confesaron haber
recepcionado parte de los dineros dudosos, ni siquiera, hasta el momento,
forman parte de la causa.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 421
consiguió abundantes aplazamientos, casas por cárcel, abso-
luciones por demencia, indagatorias que respetaban su in-
vestidura y favores de la Corte Suprema y otras instancias
judiciales hasta que su situación se tornó difícil tanto por la
tenacidad de sus acusadores y la probidad excepcional de
algún juez como porque se le involucró en delitos comunes
como enriquecimiento ilícito (personal y familiar), tráfico de
armas y drogas y acciones contra ciudadanos de otros países.
Aún así, su situación poco antes de su muerte estaba lejos de
ser resuelta en los tribunales, sus abogados trabajaban tenaz-
mente contra la procedencia de los cargos y creían tener po-
sibilidades de éxito. Por supuesto, se trata de especialistas
caros, políticamente alineados (que en este caso significa que
desprecian a los sectores vulnerables, como también lo ha-
cen muchos magistrados) y de dedicación casi exclusiva. Un
ciudadano común en América latina no cuenta con esas ven-
tajas. La cuestión se extiende hasta encontrar la forma de una
polémica sobre la existencia, o inexistencia, de un Estado de
derecho en estos países.
Todavía mencionamos un último factor. Si se logra ac-
ceder a los circuitos judiciales, si el actor se maneja eficaz-
mente en ellos y se le concede la razón jurídica, y si los en-
cargados de hacer cumplir las sentencias las ejecutan, pudie-
se todavía parecerle a mucha gente que la sanción no fue jus-
ta. Una situación típica es la de la mujer que gana un juicio
a su marido o pareja (la golpeaba, humillaba, engañaba, etc.),
obtiene una pensión y la custodia de sus hijos. Como resulta-
do no deseado, él se alcoholiza y se torna un guiñapo huma-
no. La gente del barrio (ella sigue viviendo en la antigua casa
común), tenderá a valorar que la mujer es la culpable, la ar-
pía, la zorra, etc., y que él era un hombre bueno que se malo-
gró porque ella lo destruyó. La mujer probablemente tendrá
que irse a otro barrio, trasladar de escuela a sus hijos, e inclu-
so cambiar de iglesia y de amigas/amigos. Esto porque una
resolución judicial legítima no altera, por sí misma, el ethos
422 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
5
El contenido de esta sección se basa en el artículo del mismo autor Pinochet
vive, editado en diciembre del 2006 (Pensar América Latina, http:/
www.heliogallardo-americalatina.info).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 423
vos de oro desde 1973 sobre la base de fragilizar y desagre-
gar la fuerza de trabajo, concentrar riqueza y poderío, y con-
solidar el territorio para la depredación de las transnaciona-
les. A esa tragedia humana, social y ecológica, a este temple
o ethos sociohistórico, se le llama internacionalmente y con
estupidez crecimiento sostenido. De manera que Pinochet
vive y, además, tiene, y busca extender, gran prestigio in-
ternacional.
Como detalle obsceno, Pinochet vive específicamente
y además en la institucionalidad chilena porque la Constitu-
ción de ese país (1980), hoy apenas limada en su articulado
más soez, como garantizar constitucionalmente los golpes de
Estado militares, por ejemplo, se la redactó la extrema caver-
na católica y los gobiernos de la concertación, neoliberales y
autoritarios6, se sujetan a ella. Es este ethos jurídico el que
facilita a las Fuerzas Armadas chilenas rendirle tributo ins-
titucional al cadáver del individuo que encabezó la impuni-
dad de los asesinatos, la tortura y las desapariciones masivas
y selectivas y, además, les concedió (y autoconcedió) un régi-
men de salarios y previsional de excepción. Los torturadores
y asesinos gozan hoy en Chile de privilegios en su relamido e
impune retiro anciano. Y su corporativo tributo al cadáver de
Pinochet muestra a estos militares prologando su descaro e
irredimibilidad.
Por supuesto, Pinochet vive especialmente en la sensi-
bilidad de muerte que instaló en Chile, acompañado y aplau-
6
La prensa comercial califica de socialistas a los dos últimos gobiernos electos
de Chile. Con la misma objetividad podrían calificarlos de extraterrestres.
Chile es gobernado por una coalición electoral oportunista y venal que no se
da la fuerza política para atender las necesidades básicas de la población en
educación y salud sino que las supeditas al crecimiento económico. Lo
mismo para el trato amable con la Naturaleza. La población chilena mayoritaria
vivió el terror de Estado durante 17 años. Ahora sufre el terror económico de
administraciones neoliberales que favorecen unilateralmente la acumulación
de capital sobre la mala sobrevivencia de las personas y la cínica negación de
su bienestar.
424 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
7
J. Gutiérrez Góngora (en La Nación, periódico, 27/1106), San José de Costa
Rica.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 425
excesivos de 240 dólares al mes, mientras que en Nicara-
gua ganaría 72 dólares. En El Salvador y Honduras alrededor
de 150). Esta pinochetada continental se escuchará cada
vez más en Costa Rica una vez que el TLC, que es en realidad
un pacto de comercio preferencial, sea aprobado.
La observación anterior admite una extensión interna-
cional. Aunque la administración Bush tuvo oficialmente una
reacción vergonzante ante la muerte de un individuo tan des-
prestigiado como el individuo Pinochet (que en su mejor
momento fue reconocido como legítimo por personalidades
como Juan Pablo II o el economista Friedrich Hayek), resulta
evidente que su doctrina de guerra global preventiva contra
el terrorismo, secundada con entusiasmo por los gobiernos
del Reino Unido y Rusia, descansa en el mismo fundamento
que el terror de Estado propuesto por los regímenes de Segu-
ridad Nacional latinoamericanos como mecanismo de recons-
titución social y práctica fundamental para su reproducción.
Tanto el terror de Estado de los empresarios y militares lati-
noamericanos como la guerra preventiva busheana fueron
avisados en el inicio de la sensibilidad política moderna li-
beral por el inglés John Locke (1632-1704) en su Segundo
Tratado sobre el gobierno civil y otros escritos. Para Locke, la
riqueza de cada cual se sigue de su trabajo individual, de
modo que los grandes propietarios, hoy día las corporaciones
transnacionales, deben ser defendidos por la legislación po-
sitiva (o la ley natural) en sus bienes e intereses como si se
tratara de las vidas personales de sus dueños. Contra la pro-
piedad privada, para Locke, se atenta incluso con el pensa-
miento. Y quienes ofenden la propiedad de otros (con la vio-
lencia usurpadora o la mendicidad o el imaginario de un
mundo sin acumulación privada de capital) dejan de perte-
necer a la especie humana y pueden (y deben) ser tratados
como fieras dañinas. En la gestación liberal del pensami-
ento moderno surge la figura de la no-persona, es decir de los
individuos que por quebrantar la reproducción de un único
426 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
8
Sobre la admiración por Locke véase, por ejemplo, N. Bobbio: El tiempo de
los derechos, o L. Ferrajoli: Derecho y razón.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 427
relaciones internacionales. La invasión de Irak por la admi-
nistración Bush tiene, entre otros alcances, el efecto de des-
truir el paradigma de relaciones internacionales surgido tras
la II Guerra Mundial con la constitución de la Organización
de Naciones Unidas. La liquidación de Naciones Unidas hace
retornar el patrón de relaciones internacionales al período
anterior a esa guerra. En ese período, los conflictos inter-
nacionales (geopolítica) se resolvían llanamente por el em-
pleo unilateral de la fuerza. No se trata de elogiar aquí a Na-
ciones Unidas como una panacea. Fue débil e insuficiente.
Su cadáver insepulto sigue siéndolo. Pero su existencia es
mejor que su destrucción para los países con menos o ningu-
na capacidad de protegerse contra la discriminación y la guer-
ra militar, económica o cultural de los poderosos, sean éstos
Estados, organismos internacionales como el FMI o transna-
cionales. Y no se puede olvidar que la liquidación de Nacio-
nes Unidas se produce cuando el principal instrumento de
agresión militar son las armas de destrucción masiva. Éstas,
en particular las nucleares, no existían en la primera mitad
del siglo XX. Y las tecnologías de alcance universal, capaces
de emplear las armas químicas y biológicas con alcances de
pandemias irreversibles, tampoco. Uno de los factores que
impidió al régimen nazi asesinar a más judíos fue la ausencia
de una tecnología eficaz para destruir los cadáveres. Hoy ese
tipo de limitantes no existe. Las tecnologías actuales permi-
ten liquidar a cualquier grupo humano en cualquier lugar
del planeta y, al mismo tiempo, eliminar sus cadáveres. La
concentración de poder garantiza la impunidad de los crimi-
nales. Visto así, Pinochet está más vivo que nunca, incluso
como posibilidad. Y los regímenes latinoamericanos de Se-
guridad Nacional aparecen como adelantos prácticos de la
guerra global preventiva puesta en marcha por los Estados
Poderosos y sus Corporaciones Transnacionales.
Retornando a América Latina, para que Pinochet, no el
individuo sino su ethos sociocultural neoligárquico, muera,
428 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
9
Sobre este punto puede verse un autor insospechable de izquierdismo:
Guillermo ODonnell: La democracia en América Latina.
10
Existen también otras, como la oposición urbano//rural.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 431
beneficio. Les parece, por tanto natural. El empresario capi-
talista se valora a sí mismo como un empleador que obtiene
ganancias legítimas debido a su emprendimiento y visión.
No se experimenta ni su familia lo percibe como explotador
de fuerza de trabajo. Las malas condiciones de existencia de
los trabajadores le parecen a este empresario también o na-
turales o derivadas de factores situacionales: poca educación,
vicios, pereza, falta de voluntad, mala raza o clase.
Los ejemplos anteriores se relacionan con desafíos pro-
puestos por las sensibilidades dominantes y de dominación
y con las identificaciones sociales inerciales. Planteadas así,
las formas estructurales y situacionales de dominación-suje-
ción deben ser pensadas, o sea sentidas, analizadas e imagi-
nadas, desde los lugares sociales de quienes las sufren, resi-
enten y resisten. Este pensamiento es función de una, o vari-
as, organizada pujanza social y cultural en perspectiva de li-
beración cuyos protagonistas articulados pueden considerar-
se genéricamente como pueblo político. Que la muerte de
Pinochet no pueda pensarse adecuadamente (ni celebrarse)
desde el imaginario dominante y de dominación, lo revela el
que este dispositivo de pensamiento y sentimiento indepen-
dice su acabamiento individual del conjunto (o totalidad) de
la reproducción del sistema del que el factor Pinochet (neoli-
beralismo y terror de Estado) formó parte. De hecho, el siste-
ma, esta vez bajo la fórmula neoliberalismo y democracia,
se reproduce mejor, es decir con mayor fluidez e injusticia,
desde que Pinochet es cadáver. En sus últimos meses, el in-
dividuo Augusto Pinochet molestaba tanto a su familia, en
ciernes de tener que responder judicialmente por su opulen-
cia mal habida, como a quienes protagonizan el juego políti-
co chileno. La naturalidad del exitoso proceso chileno se
oxigena con la desaparición del individuo Pinochet. Dere-
chos humanos, en su versión politicista, (fundamentales y
políticos) pueden reclamarse ya sin trabas en los circuitos
judiciales porque nadie o casi nadie de alguna importancia
432 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
11
Quienes asesinaron o se beneficiaron con el terror de Estado en Chile han
declarado de inmediato que es el momento de la reconciliación. No admiten
nada, no piden excusas o perdón, no se muestran arrepentidos. En la
práctica están orgullosos de sus crímenes y parte de este orgullo se deriva
de que asumen que el sistema los ubica por encima de toda sospecha:
ellos, sus propiedades y familias, quedarán impunes. La reconciliación en
esas condiciones hace de aquellos a quienes se destrozó la existencia no-
personas.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 433
sana doctrina, delitos de lesa humanidad. Esas acciones y
procesos tendrían que estar tipificadas en la legislación po-
sitiva sobre derechos humanos. No lo están o lo están insu-
ficientemente porque se los considera temas meramente so-
ciales o económicos con racionalidades distintas, e inde-
pendientes, a la de la justicia.12 Se hace por tanto necesario
no solo pensar, o sea sentir, analizar y soñar, desde los ofen-
didos y desde sus formas de organización y resistencia, sino
también criticar y superar los imaginarios politicistas reinan-
tes que bloquean entender que derechos humanos se lesio-
nan cuando no hay trabajo o éste es indigno, cuando se dis-
crimina (incluso con la limosna) a los pobres y miserables
producidos por el orden social, etc. Estrictamente, no basta
pensar desde los ofendidos. Se requiere además vincular las
ofensas con la constitución y reproducción de la totalidad
que se dice bien ordenada;
c) en términos de una cultura de derechos humanos la
discusión anterior se centra en que el factor Pinochet no se
agota en un caso, aunque también lo sea, y que los efectos
del terror de Estado que encabezó, efectos que son individu-
ales, grupales y sociales, tampoco se agotan en muchos ca-
sos, disímiles o semejantes, que conformarían la justicia cu-
ando se resolvieran, uno por uno, satisfactoriamente (si esto
es posible) para las víctimas. Pinochet y las Fuerzas Armadas
y los empresarios fueron y son factores y funciones, al mis-
mo tiempo que personificaciones, de un sistema. Al igual que
lo fueron y son los trabajadores del campo y la ciudad chile-
nos. Desde su resistencia al sistema y a su reproducción, jus-
ticia no se dice ni resuena igual que cuando lo pronuncian
los sectores que se benefician del modelo. Los trabajadores
12
El discurso neoliberal latinoamericano reinante decreta: La desigualdad
está enraizada en la naturaleza humana: unos se esfuerzan y reciben más;
otros, menos. Pretender que todos ganen igual conduciría a destruir la
prosperidad.
434 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
13
Es, por ejemplo, aquí correctamente, la opinión de N. Bobbio. Véase su obra
ya citada, p. 18.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 435
lucha social, una fase de positivización normativa o jurídica
(universalización) cuyo referente nuclear es el Estado de de-
recho, y un momento cultural o ético en que las capacidades
y fueros propuestos y reconocidos en esos derechos pasan a
formar parte de las identidades (autonomía, autoestima) so-
ciales. Estos momentos no son lineales ni obedecen a una
única o superior racionalidad. La legitimidad de la lucha so-
cial es decisiva para el reconocimiento y asunción político-
cultural de los derechos judicializados. Y también lo es para
proteger al Estado de derecho de sus desviaciones burocráti-
cas y metafísicas, mercantiles y clientelares;
Las condiciones para la muerte efectiva de Pinochet, y
la posibilidad de nuevas formas de justicia y renovadas y ori-
ginales esperanzas sociales, las producirá la lucha social. Sin
ella, el factor Pinochet, sobrevivirá a su muerte individual
como parte de un proceso generalizado que aniquila las es-
peranzas y con ello la capacidad popular y humana de apos-
tar por posibilidades de liberación y hacerlas suyas en la vic-
toria o el fracaso.
REFERENCIAS
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ma.
FERRAJOLI, Luigi. (1995). Derecho y razón. Teoría del garantismo
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__________. (2006). John Locke y la teoría del poder despótico,
en Revista de Filosofía de la Universidad de Costa Rica, N° 106, San
José de Costa Rica.
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na, www.heliogallardo-americalatina.info, diciembre.
IGNATIEFF, Michael. (2003) Los derechos humanos como política
e idolatría, Barcelona: Paidós.
436 GALLARDO, Helio Lucha Social, Pinochet y la Producción de Justicia
1
Ana Fani Alessandri, La utopía de la gestión democrática de la ciudad, Scrip-
ta Nova, Vol IX, nº 194, (2005).
2
Anthony Giddens, Modernidad y autoidentidad en Las consecuencias per-
versas de la Modernidad, Josetxo Beriain (Comp.), Barcelona, Anthropos, 1996,
pág. 56.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 439
Modernidad. Ambiciosas prioridades si se tiene en cuenta que
abarcan las más variadas acciones y relaciones humanas. Si
la Ilustración, matriz de la Modernidad, parecía conducirnos
desde el principio al imperio del pensamiento estrictamente
lógico desprovisto de cualesquiera vicios que torciesen el ca-
mino de la razón como aclaración, hoy todo parece llevarnos
a la paradoja como única vía posible de entendimiento. Véa-
se si no. Dice Giddens, y yo comparto, que la evitación del
riesgo es una parte central de la Modernidad y sin embargo
todo en ella, todo en nosotros, nos induce a opciones de ries-
go3. Lo generamos y rechazamos al ritmo en que la compleji-
dad aumenta.
Así, por la estricta vía de la lógica normativa el dominio
del espacio (u ordenación del territorio en terminología ad-
ministrativa) habría de asegurarnos, o cuando menos facili-
tarnos, la ordenación y el dominio de las relaciones en él pro-
ducidas. Pero no parece que podamos afirmar tal cosa. Como
mínimo dos cuestiones nos lo impiden. Una: la fragmentaci-
ón a que nos ha llevado la repetición exponencial de nuestra
ordenación mecánica de las partes en el intento del dominio
racional del todo. Y dos: la improbabilidad creciente de or-
den conforme evolucionan las sociedades debido a que las
condiciones de su estabilización, al mismo tiempo, son con-
diciones de su puesta en peligro.4
En otras palabras no podemos evitar o reducir el riesgo
porque su generación es intrínseca a nuestro modo de vida. A
más desarrollo, más división del trabajo social (Durkheim),
más diferenciación, más opciones, más riesgos. El dinamis-
mo productivo extendido e interrelacionado al nivel institu-
cional e individual hace que prácticamente nada escape a la
tensión seguridad-indeterminación. Ese es el sentido (al me-
3
Ibídem, pág. 61.
4
Josetxo Beriain, El doble sentido de las consecuencias perversas de la Moder-
nidad en Las consecuencias perversas de la Modernidad, pág. 11
440 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
5
Niklas Luhmann, Observaciones de la Modernidad, Racionalidad y con-
tingencia en la sociedad moderna, tr. C. Fortea Gil, Barcelona, Paidós, 1997,
pág. 139
6
A. Giddens, Consecuencias de la Modernidad, tr. A. Lizón Ramón, Madrid,
Alianza Universidad, 1990, pág. 28.
7
Ibídem, pág. 32
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 441
cotidiana repleta de continuas elecciones descansa en la fia-
bilidad por dos motivos: porque carecemos de la formación e
información que nos proporcionaría una elección autónoma,
y por el desanclaje causado por la descontextualización de
las acciones sociales dada la desvinculación personal e insti-
tucional entre tiempo y espacio.8
En realidad nos hallamos frente un dilema, por un lado
observamos cómo los riesgos son características constitutivas de
los sistemas sociotécnicos, de modo que a mayor complejidad
de los mismos mayor número y entidad de riesgos. Ante la in-
certidumbre causada por tales riesgos reaccionamos tratando de
aumentar el control y la seguridad de las tecnologías complejas
lo cual, a su vez, redundará en un aumento de la complejidad de
las mismas y por consiguiente en un incremento de los riesgos,
ya que, su progresiva sofisticación las hará más susceptible a los
fallos.9 Si aplicamos dicho dilema al plano social observaremos
el impacto que su aparición provoca en las expectativas sociales
de conducta. Su irrupción fractura la suposición de que el futu-
ro será semejante al presente. Las contingencias y la celeridad
de los cambios dificultan las previsiones y planificaciones nece-
sarias sobre las que fundamentar nuestras decisiones y conduc-
ta futura. En todo caso, el porvenir puede ser muy distinto del
planeado y la inseguridad sobre lo posible y lo debido trae
consigo nuevas perplejidades.10 Condenados a convivir con el
8
La cuantificación y uniformidad del tiempo en horarios y calendarios homo-
logados mundialmente y la práctica desaparición de la perspectiva en la mi-
nuciosa representación cartográfica del globo tienen mucho que ver con la
dislocación entre momento y tiempo, lugar y espacio.
9
Una central nuclear, un sistema de control de tráfico aéreo, un superpetrole-
ro, una planta petroquímica o una misión espacial constituyen tecnologías
complejas en las que no puede existir nunca una seguridad absoluta; tienen
unas características tales que en ellas los accidentes han de ser considerados
como inevitables: son catástrofes normales,J.A. López Cerezo y J.L. Luján,
Ciencia y política del riesgo, Madrid, Alianza Editorial, 2000, pág. 28.
10
E. Prieto, Sobre los límites y posibilidades de la respuesta jurídica al riesgo
en C. Da Agra et al. (Eds.), La seguridad en la sociedad del riesgo. Un debate
abierto, Barcelona, Atelier, 2003, 35.
442 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
11
Ibídem, pág. 37.
12
Gilles Lipovetsky, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos
tiempos democráticos, 5ª ed., tr. J. Bignozzi, Barcelona, Anagrama, 2000,
pág. 83.
13
Ibídem, pág. 83 y ss.
14
Antonio Montesino González, Espacio público, sociabilidad colectiva y mes-
tizaje cultural en La ciudad en el tercer milenio, Manuel Luna (Ed.), Murcia,
Universidad Privada San Antonio, 2002, pág. 63.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 443
En nuestros días hay mucha gente que se acomoda, muy
fácilmente, a esta especie de compromiso entre el despotismo
administrativo y la soberanía del pueblo, y que piensa que ha
garantizado bastante la libertad de los individuos cuando es al
poder nacional a quien la entrega (
) Combinan la centraliza-
ción y la soberanía del pueblo. Eso les proporciona cierto des-
canso. Se consuelan por estar bajo tutela, pensando que ellos
mismos han elegido a sus tutores. Cada individuo aguanta que
le aten, porque ve que no es un hombre ni una clase, sino el
mismo pueblo, el que sostiene la punta de la cadena.15
Y si esto lo admite para sí, ni que decir tiene que estará
dispuesto a admitir mucho más para el otro, sobre todo si es
visto como potencialmente peligroso, como enemigo. La ad-
ministración del miedo16, que hoy más bien llamaríamos in-
seguridad, guarda una importante relación con aspectos que
inicialmente podríamos suponer alejados como, por ejemplo,
la arquitectura y el diseño urbano. Veámos pues cómo el ries-
go incide en la ciudad y viceversa.
La nuestra fue calificada en 1986 por Ulrich Beck como
la sociedad del riesgo, expresión que desde entonces hizo
fortuna al punto de que muchos la aplicaron a las más varia-
das disciplinas del conocimiento. De hecho, si bien es verdad
que ya para entonces otros sociólogos habían venido emple-
ando con cierta asiduidad el término riesgo como descriptor
social, a partir del libro de Beck nadie obvió tal planteamien-
to. Tal vez porque él lo expone como un nuevo paradigma,
que como tal tendría vocación de totalidad.17
15
Alexis de Tocqueville, La democracia en América, tr. M. Arroita-Jáuregui,
Madrid, Orbis, 1985, pág. 269.
16
Sobre el papel del miedo resulta recomendable el trabajo de Raúl Susín La
revalorización del miedo como instrumento de control social. De la inseguri-
dad y otras miserias en La tensión entre libertad y seguridad: una aproxima-
ción socio-jurídica, Mª J. Bernuz y A. I. Pérez Cepeda, Logroño, Prensas Uni-
versitarias de la Universidad de La Rioja, 2006.
17
Ulrich Beck, La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad, tr. J. Na-
varro et al. Barcelona, Paidós, 1998, pág. 25
444 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
18
Ibídem, pág. 28.
19
En general la concepción del agua como recurso va dejando paso a su valora-
ción como patrimonio. En cuanto a la energía, todas las cuestiones ambienta-
les importantes tienen una relación directa con ella. En nuestro país, por po-
ner un ejemplo, el 75% del petróleo importado se destina al transporte, fin en
el que tiene mucho que ver el diseño y la planificación urbanas. Cfr. Mª Sin-
tes Zamanillo, La ciudad: una revolución posible, Junta de Castilla y León,
2000, pp. 117-125
20
Ulrich Beck, La sociedad del riesgo, pág. 29.
21
Ibídem, pág. 29.
22
Ibídem, pág. 29.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 445
y sus consecuencias pierden la consideración de apolíticas.
La patente de corso de que habían venido gozando al quedar
fuera del circuito de la fiscalización política desaparece. Lo
que hasta entonces era visto por la sociedad como el mayor de
los parabienes se convierte en objeto de análisis. Así, la consi-
deración permanente de los efectos secundarios de la indus-
tria instala la negociación sobre el riesgo de catástrofes en la
agenda política. O, como dice Beck, la sociedad del riesgo es
una sociedad catastrófica. En ella, el estado de excepción ame-
naza con convertirse en el estado de normalidad.23
Las noticias que el ámbito urbano aporta al análisis nos
sugieren una ciudad como laboratorio de esa nueva sociedad,
al respecto han de sopesarse importantes datos. El vertigino-
so fenómeno de urbanización en los países del Sur, cuyo es-
quema difiere de la pauta seguida tiempo atrás por los países
ricos, ha sacrificado sus propias formas de vida seculares y ha
conducido a la frustración y el desarraigo que presentan hoy
las grandes conurbaciones de los antiguos países coloniales.
Su esperanza en el vínculo entre industria, modernidad y pro-
greso, obsoleto ya para los países ricos, ha podido más que
cualquier otra consideración.24 La concentración de más del
50% de la población mundial en las ciudades cuyo espacio
físico no representa ni la centésima parte del total, tendencia
que por otra parte no para de crecer, o el crecimiento exponen-
cial de los problemas medioambientales hacen bastante creí-
ble el trasunto de las tesis de Beck al ámbito urbano.
La vorágine urbana que no discrimina entre poblacio-
nes más o menos favorecidas25 activa una espiral insepara-
23
Ibídem, pág. 30.
24
José Manuel Naredo, Ciudades y crisis de civilización, Documentación soci-
al, nº 119, (2000), pág. 32.
25
Apuntábamos antes que en términos relativos más de un 50% de la población
mundial vive en ciudades, sin embargo, ya en 1997 la Comisión Europea
estimaba que un 80% de la población de Europa habitaba en ciudades. Co-
municación de la Comisión de las Comunidades Europeas, Hacia una políti-
ca urbana de la Unión Europea, 6 de mayo de 1997.
446 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
26
Concha Denche Morón, La ciudad, paradigma de la nueva crisis. Madrid
como ejemplo, Documentación social, nº 119, (2000), pág. 43.
27
Mathis Wackernagel, ¿Ciudades sostenibles?, Ecología política, nº 12 (1996).
28
Según estudios realizados ya en el lejano 1998 la huella ecológica de Barcelo-
na era de 4697 veces y la de Bilbao de 2817 veces sus superficies respecti-
vas. Resulta fácil colegir que a mayor tamaño de la ciudad mayor será la su-
perficie ajena de la que ecológicamente habrá de apropiarse para poder sub-
sistir como tal. Al respecto cfr. Salvador Rueda et al., La ciutat sostenible,
Barcelona, Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, 1998.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 447
naturaleza física o material que puedan añadírseles es nece-
sario considerar la cohesión social como factor clave para la
sostenibilidad de un sistema urbano, como mínimo, y tal vez
del sistema urbano en su conjunto.29
La ciudad actual, la llamemos moderna o postmoderna,
lo tiene todo diseñado desde la perspectiva de la abundancia.
A esas ciudades que lo contienen todo no les faltan las con-
tradicciones. La mayor de ellas el nombre. Siempre se enten-
dió por ciudad el enclave donde la diversidad se había apo-
derado del espacio. La ciudad o la organización física de la
coexistencia30, pues ambas cosas venían a ser lo mismo, man-
tiene su nombre, se mantiene como construcción social y cul-
tural que toma forma en una determinada configuración físi-
ca pero ha perdido, o está en vías de hacerlo, su mayor cuali-
dad endógena: la variedad. La falta de variedad urbana en
cualquiera de sus tres aspectos: variedad del soporte físico,
variedad social y cultural y variedad de actividades acaba por
ser un indicador de la vulnerabilidad urbana, un síntoma de
la falta de cohesión e identidad del área y del inicio de los
procesos de desvertebración social.31
Y entonces ¿por qué la ciudad hoy es así? Las cosas no
son como son sino como nosotros las hacemos. Con un tras-
fondo intelectual de sesgo racionalista cartesiano y kantiano
el hombre moderno en un alarde de composición lógica se
propuso, de un lado, dominar la naturaleza hasta adaptarla a
sus deseos y necesidades y, de otro, disciplinar a la sociedad.
Ante el progresivo desafío de la complejidad social, especial-
mente visible en la trama urbana, el hombre léase príncipe,
29
Carlos Verdaguer, De la sostenibilidad a los ecobarrios, en Documentación
Social, nº 119, (2000), pp. 67-72.
30
Hago mío el título del trabajo de René Schoonbrodt La ciudad es la organiza-
ción física de la coexistencia, Ciudad y Territorio, nº 100-101 (1994), Madrid,
MOPTMA.
31
Isabel González García, La variedad urbana: Una condición necesaria para la
calidad de vida en la ciudad, Documentación Social, nº 119, (2000), pág. 133.
448 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
32
Mª Sintes Zamanillo, op. cit, pág. 37.
33
Le Corbusier, Principios de urbanismo, tr. J.R. Capella, Barcelona, Ariel, 1989,
págs. 124 y 125. Para un análisis más detallado de esa cuestión cfr. Mª J.
González Ordovás, Políticas y estrategias urbanas. La distribución del espacio
privado y público en la ciudad, Madrid, Fundamentos, pp. 98-120.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 449
Añádase a ese planteamiento la generalización de la
urbanización y el fenómeno de dimensión global por el que
el precio del suelo urbano se ha convertido en el factor deter-
minante del desarrollo de la ciudad y de la satisfacción del
derecho a la vivienda.34 El desenlace está servido. Sin lugar
para la espontaneidad ni la mezcla, la ciudad clásica da paso
a un conjunto compuesto por áreas con un alto grado de uni-
formidad interna. A base de prever y clasificar los espacios
según los niveles de renta y las funciones se reinventan los
guetos, segregaciones económicas que dan paso a apartami-
entos étnicos y raciales.35 Guetos estructurales de efectos im-
previsibles como paliativo de la malhadada complejidad.
En esa tesitura, la relaciones espacio-sociedad y espa-
cio-Estado se ven mutuamente afectadas. Entre tanto el mer-
cado ha asumido el papel de portador de la racionalidad con-
virtiendo el espacio en mercancía (el turismo es buena prue-
ba de ello)36 lo cual ha liberado la frenética actividad de pro-
34
La escalada de precios es preocupante, ya que el auge inmobiliario interna-
cional es un subproducto de la globalización (
) Los mercados financieros
(
) son cada vez más abiertos e internacionales y están vinculados. Las polí-
ticas de los tipos de interés en el mundo industrializado tienden a avanzar al
unísono, generalmente encabezadas por EE.UU., Steve Lohr, La vivienda,
una obsesión global. La burbuja inmobiliaria se cierne sobre la economía
mundial, The New York Times El País, 23 de junio de 2005.
35
Así se explica en el artículo de Alfonso De Esteban y Salvador Perelló, Los nue-
vos guetos urbanos, Temas para el debate, nº 136, (2006). El mayor gueto urbano
del mundo occidental es North Kenwood, perímetro comprendido entre las cal-
les 47 a 61 de Chicago, ocupado exclusivamente por una población negra, el 70
por ciento de la cual vive por debajo de los mínimos oficiales de pobreza.A
partir de la calle 61 una línea invisible divide en dos la calzada, el lado derecho
es Hyde Park, todo está bien conservado y en su sitio: la basura recogida y los
coches bien aparcados, en la acera izquierda, en cambio, la mayoría de los edifi-
cios presentan ruina, la acera está hundida y muchos coches abandonados. Car-
los Sambricio, De Metrópolis a Blade Runner: dos imágenes urbanas de futuro,
Revista de Occidente, nº 185, (1996), págs. 56 y 57.
36
Se trata de espacios dominados por estrategias de marketing (
) campo don-
de lo homogéneo triunfa consecuencia de la repetición indefinida de un mo-
delo que reduce la realidad a simulacro, Ana Fani Alessandri, Nuevas con-
tradicciones del espacio, Revista Litorales, nº 4, (2004), pág. 4 y ss.
450 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
37
Frederic Jameson, El ladrillo y el globo: arquitectura, idealismo y especulaci-
ón inmobiliaria, New Left Review, Madrid, Akal, nº 0, (2000), pág. 171.
38
Jean Baudrillard, El otro por sí mismo, tr. J. Jordá, Barcelona, Anagrama, 1988,
págs. 15 y 16.
39
Gilles Lipovetsky, op. cit, pág. 71.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 451
de la contradicción40 en favor de la homogeneidad de las
partes.
Es como si la evolución y la imperfección asustasen y,
sin embargo la ciudad, el mayor complejo social creado por
y para el hombre41 nunca fue un producto acabado. Ambas
cosas ciudad y perfección son en sí mismas incompati-
bles, podemos intentarlo pero no conseguiremos erradicar el
componente de conflicto que la convivencia social entraña.
La sociedad no puede dejar de ser heterogénea, sólo visiona-
rios totalitarios que ponen la forma urbana al servicio de sus
pseudoutopías pueden pretender lo contrario.
Paradójicamente la seguridad jurídica, forma evolucio-
nada de la seguridad, no es precisamente la regla que caracte-
riza al urbanismo en general y al planeamiento en particular.
El propio derecho urbanístico lesiona tal principio al aplicar
sin dosificar la formulación casi mágica del ius variandi
tomada de la contratación administrativa. De hecho, en nin-
gún otro campo como el urbanismo la Administración usa su
prerrogativa de variar las condiciones de una situación jurí-
dica, siendo la alterabilidad incontrolada del plan la primera
causa de tal inseguridad. Si bien es verdad que el plan no
puede ser rígido e inmutable ante la movilidad y evolución
del fenómeno urbano no es menos cierto que la potestad
revisora de la Administración debe someterse a ciertos lími-
tes que garanticen la estabilidad básica de la ordenación y del
régimen del uso del suelo.42 Por otra parte, poco ayuda el
abuso de la presunción legal de que todo lo que decide la
Administración urbanística a través de la elaboración o la
modificación de un plan es de interés general.43
40
Frederic Jameson, Op. cit., pág. 170.
41
León Cortiñas-Peláez, Derechos humanos y urbanismo (De una axiología
constitucional vulnerada), pág.30
42
Francisco Perales Madueño, El planeamiento urbanístico y la protección de
los derechos individuales en VV.AA., Urbanismo: función pública y protecci-
ón de derechos individuales, Madrid, Civitas, 1998, pág. 61.
43
Ibídem, pág. 62.
452 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
44
G. Lipovetsky, op. cit, pág. 63.
45
Al respecto cfr. Jesús Mª Silva et al., La ideología de la seguridad en la legis-
lación penal española presenta y futura, en C. Da Agra et al. (Eds.), La segu-
ridad en la sociedad del riesgo. Un debate abierto, págs 11, 127 y 133.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 453
sión del Derecho Penal46, esto es, la extensión e intensificaci-
ón del mismo que someten a una presión excesiva a los prin-
cipios garantistas clásicos de legalidad y presunción de ino-
cencia que culmina en una criminalización del potencialmente
peligroso. Y junto a ello: el predominio de las estructuras
típicas de simple actividad ligadas a delitos de peligro (
) la
anticipación del momento de intervención penal (
) y signi-
ficativas modificaciones en el sistema de imputación de res-
ponsabilidad y en el conjunto de garantías penales y procesa-
les.47
Y el resultado es desalentador. Porque la visión del
Derecho Penal como único instrumento eficaz de pedagogía
político-social, como mecanismo de socialización, de civili-
zación, supone una expansión ad absurdum de la otrora ulti-
ma ratio. Pero sobre todo porque, además, tal expansión es
inútil en buena medida48 admitiéndose, para colmo, ciertas
perdidas en el principio de seguridad jurídica49. La contra-
dicción salta a la vista, el propio legislador se ha percatado de
ella como queda reflejado en la Exposición de motivos de la
ley orgánica 10/1995, de 23 de noviembre del Código Penal
español: se ha afrontado la antinomia existente entre el prin-
cipio de intervención mínima y las crecientes necesidades de
tutela en una sociedad cada vez más compleja, dando pru-
dente acogida a nuevas formas de delincuencia, pero elimi-
nado, a la vez, figuras delictivas que han perdido su razón de
ser.50 Asistimos pues a la inundación del Derecho Penal que
46
Me sirvo del título y la idea del conocido libro de Jesús Mª Silva Sánchez, La
expansión del Derecho penal. Aspectos de la política criminal en las socieda-
des postindustriales, Madrid, Civitas, 1999.
47
José Luis Díez Ripollés, De la sociedad del riesgo a la seguridad ciudadana:
un debate desenfocado, Revista Electrónica de Ciencia Penal y Criminología,
http://criminet.ugr.es/recpc, pág. 5.
48
Jesús Mª Silva Sánchez, La expansión del Derecho penal, pág. 45.
49
José Luis Díez Ripollés, op. cit., pág. 5.
50
BOE nº 281, de 24 de noviembre de 1995; corrección de errores en BOE nº 54,
de 2 de marzo de 1996.
454 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
51
Jesús Mª Silva Sánchez, La expansión del Derecho penal, pág. 107.
52
Y es el breve título del ensayo de Vasily Kandinsky en Essays ubre Kunst
und Künstler, Zurich, 1955 del que se sirve Beck para hablar de la nuestra
como la época del esto y lo otro frente a la inmediatamente anterior como
etapa del esto o lo otro.
53
R. Del Caz, P. Gibosos y M. Saravia, La ciudad y los derechos humanos. Una
modesta proposición sobre derechos humanos y práctica urbanística, Madrid,
Talasa, 2002, pág. 20.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 455
impunidad (limpieza, reparación de equipamientos, elimina-
ción de graffitis
) son los servicios sociales más valorados. 54
Más actual y drástica, la otra opción antiurbanista más que
urbanística goza de un gran predicamento. Se trata del exclu-
sivo fenómeno de las ciudades privadas, esto es, comunidad
que se enroca como recinto herméticamente cerrado y que
quiere apartarse de la ciudad, el crimen y la presencia o pro-
ximidad de los pobres. En estado puro la ciudad privada, con
accesos y calles vigiladas, administrados no ya por ayunta-
mientos sino por asociaciones privadas, llega a militarizar
el espacio, legisla y reglamenta la conducta de quienes resi-
den y de quienes visitan el dominio, se independiza del Es-
tado y eso sí es una de las evoluciones más importantes de
nuestro tiempo.55 Evidentemente el resultado de tales archi-
piélagos de orden y seguridad es el abandono de sus residen-
tes de todo tipo de compromiso con el resto de la ciudad y,
por extensión, de la sociedad.
Dadas las circunstancias, con guetos estructurales para
los más pobres y otro tipo de guetos, pero guetos al fin, para
los más ricos donde la identidad resulta del estilo de vida,
habría que pensar hasta qué punto tal situación puede llegar
a la rebeldía de algunos sectores de la población. En 1986 ya
hablaba Beck de las reacciones anómicas de los jóvenes espe-
cialmente en las grandes ciudades56 y eso que quedaban lejos
aún los disturbios de la banlieue de Paris y otras ciudades
que desde octubre de 2005 a enero de 2006 asolaron las no-
54
Ibídem, pág. 20.
55
El último proyecto de que tenemos noticia es la propuesta de Disney de cons-
truir en Florida, cerca de Disneyworld, la mayor de las ciudades privadas
americanas Celebration, 8.000 viviendas para albergar a 20.000 habitantes,
C. Sambricio, op. cit, pág. 61.
56
U. Beck, op. cit., pág. 194. Para aproximarse algo más al concepto de anomia
cfr. Mª José González Ordovás, Ineficacia, anomia y fuentes del Derecho,
Dykinson-Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, Madrid,
2003.
456 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
57
Breve cronología de lo sucedido: el 27 de octubre comienza una violencia que
alcanza tal grado que el 8 de noviembre el presidente de la República declara
el estado de emergencia que le permite imponer el toque de queda en las
ciudades afectadas, medida excepcional que no se aplicaba desde 1955 y que
da poderes adicionales a la policía contra la revuelta. Tras más de dos meses
de violencia el presidente levanta el estado de emergencia a partir del 4 de
enero de 2006 con un saldo inquietante: 10.000 coches incendiados, numero-
sos destrozos en edificios públicos, agresiones, más de 3.000 detenidos y 800
condenados.
58
Tal vez convenga recordar que la policía no se creó para proteger a la poblaci-
ón de la criminalidad sino para disciplinar la ciudad en un concreto momen-
to histórico en que el control social se destinaba a dominar las masas que
desde el campo llegaban y abarrotaban la ciudad. En tal sentido cfr. D. Melos-
si y M. Pavarini, Carcere e fabbrica. Alle origine del sistema penitenciario,
Bologna, Il Mulino, 1977.
59
Mª Naredo Molero, Seguridad urbana y miedo al crimen , Documentación
social, nº 119, (2000), pág.152.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 457
3. Huérfanos de dogmas
Alterados los principios fundantes de nuestra sociedad,
débiles los deberes, debilitado el pensamiento social e inser-
vibles los datos para comprender, todo queda en manos de
guerras hermenéuticas y disputas de interpretación60, en-
tonces (o sea ahora) el encuentro con lo otro no puede ser
más que de tipo estético.61 La Razón se hace Estética y en su
progresión de sustituir a la Ética alcanza a la ciudad. El re-
sultado es un escenario metropolitano impregnado de un es-
teticismo difundido basado en los deseos, en las sensaciones
y en la inmediatez62. El gusto se eleva a criterio organizador
(el miedo generalizado ya lo había hecho) 63 y por ello la ciu-
dad añade a su papel de espejo social el de disfraz y si-
mulacro. No sólo reproduce y refleja la sociedad a la que
alberga, su maestría para ocultar, disimular, y marcar una
separación entre imagen y realidad la convierten también en
disfraz e incluso se convierte en ciudad-simulacro porque en
ella la imaginación precede a la realidad, el mapa al territo-
rio, el signo al objeto.64 Es así como el Homo Aesteticus y el
Homo Ludens se sitúan al lado del Homo Oeconomicus y ya
no hay vuelta atrás65. Sólo la combinación de dichas facetas
proporcionará la felicidad. De nuevo volvemos a ella, ahora
por la vía de la evasión y el consumo. Con la ciudad blindada
el sueño urbano ya no se produce en las calles, plazas y paseos
hay un nuevo espacio para un nueva sociabilidad. Nos cono-
cemos y reconocemos en otros iconos: los grandes almace-
nes, los parques temáticos, las Exposiciones Universales, las
60
Daniel Innerarity, La sociedad invisible, Madrid, Espasa Calpe, 2004, pág. 33.
61
Giandomenico Améndola, La ciudad postmoderna, trs. M. García Vergaray y
P. Sustersic, Madrid, Celeste, 1998, pág.149.
62
Ibídem, pág.149.
63
Ibídem, págs.150 y 319.
64
Ibídem, pág.161.
65
Ibídem, pág.183.
458 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
66
Ibídem, págs. 239 y 249. El caso de Williamsburg no es único pero su peculi-
aridad radica en que ha ido más allá de la reconstrucción de la historia ame-
ricana. En su museo Busch Park el lema es Este año puedes visitar Inglaterra,
Francia, Alemania e Italia sin moverte de los USA. De hecho contiene cuatro
pueblos típicos Banbury Cross, Aquitaine, Rhinefield y San Marco imita-
ciones fieles a partir de la idea que el público medio norteamericano tiene de
la Europa Histórica.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 459
arte en la ciudad todo es susceptible de ser consumido esté-
ticamente.67 Es una metamorfosis de la mirada que a todo
llega y alcanza porque todo es susceptible de ser contempla-
do, admirado y consumido.68
Cada sociedad produce su tipo de espacio y cultiva sus
propios miedos. Sea por la propagación de la incertidumbre y
el riesgo, sea por la incapacidad institucional para gobernar
la sociedad parece que habrá que acostumbrarse a vivir en
un mundo más cercano al caos que al orden.69 La ciudad de
este siglo será diferente a cuantas formas urbanas y urbanísti-
cas le precedieron, incluso hay partidarios de designar a esa
nueva realidad con un nombre distinto al de ciudad por tra-
tarse de distintos fenómenos.70 Es verdad que las formas de
sociabilidad tampoco serán las mismas con un ciudadano re-
plegado hacia los ámbitos cerrados y menos dado a la partici-
pación en la res pública y más, al consumo.71 Tal vez se trate
de la negación que cualquier estado o cosa precisa para exis-
tir, según Spinoza señalara en su Ética. Esto es, que todo re-
quiere y hasta depende de su negación. O tal vez del poder de
la flexibilidad. Sea lo que fuere, a tenor de lo visto hasta aquí,
ésas serían conclusiones que estaría dispuesta a aceptar. Y
como aspiración: articular polis y urbs72 de modo adecuado a
las nuevas realidades. Que la ciudad no sea Estado sin socie-
dad ni sociedad sin Estado, que la forma urbana no sea consa-
gración legitimante de la desigualdad, que la administración
67
Miguel Ángel Hernández Navarro, La ciudad museizada: la aparición del
objeto simbiótico, La ciudad en el tercer milenio, op. cit. pág. 277.
68
Tomo la expresión de S. Zunzunegui, El museo como espacio del sentido.
Metamorfosis de la mirada, Alfar, Sevilla, 1990.
69
Daniel Innerarity, La sociedad invisible, op. cit., pág. 15.
70
Al respecto cfr. Antonio Aledo Tur, Desigualdad, urbanismo y medio ambien-
te: la primera urbanización, La ciudad en el tercer milenio, op. cit., pág. 153
71
Antonio Montesino González, Espacio público, sociabilidad colectiva y mes-
tizaje cultural, op. cit., págs. 66 y 67.
72
Manuel Delgado, El animal público, Barcelona, Anagrama 1999, págs. 179
y 193.
460 ORDOVÁS, Mª José González La Ciudad en Clave de Riesgo
73
Georg Simmel, El problema de la Sociología, en Sociología. Estudios sobre
las formas de socialización, 2 vol., Madrid, Alianza Universidad, 1986.
74
Carlos Sambricio, De Metrópolis a Blade Runner: dos imágenes urbanas del
futuro, op. cit., 62.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 461
18 A RADICALIZAÇÃO GARANTISTA
NA FUNDAMENTAÇÃO DAS DECISÕES
UMA ABORDAGEM A PARTIR
DO TRIBUNAL
Amilton Bueno de Carvalho
Henrique Marder da Rosa
2. Fundamentação
Ensina Ferrajoli que a exigência de fundamentação dos
atos do poder é muito recente, rigorosamente moderna.
Como imposição, aparece com Fernando IV, em Nápo-
lis, no ano de 1774, e posteriormente com Luis XVI, no ano de
1788, na França.
No Brasil, ela surge nas Ordenações Filipinas.
O Código de Processo das Minas Gerais chama atenção
pela bela síntese que produzia: a sentença deve ser clara,
concisa, sem divagações científicas, escrita, datada e assina-
da pelo Juiz, e conter, no que tange à fundamentação, moti-
vos precisos da decisão, declarando a lei, o uso, o estilo ou os
princípios gerais do direito em que se fundar.
Interessante notar, com Chaïm Perelman, que a obriga-
ção de motivar as decisões judiciais, por ocasião da Revolu-
ção Francesa, esteve atrelada mais à garantia da separação dos
poderes, do que à garantia processual do acusado.
Assim como o legislador aquele que tem a incumbên-
cia de dizer o que é certo não poderia aplicar a lei ao caso
concreto, o juiz deveria motivar as suas decisões para provar
estar julgando estritamente de acordo com a lei. A motivação
anota Perelman deveria garantir ao poder legislativo a
obediência incondicional dos juízes à lei.
Dentro desta concepção, obviamente, não cabia ao juiz
perquirir sobre a justiça, eqüidade ou aceitação social da so-
lução encontrada: somente ao legislador era dado o direito de
dispor sobre o que é justo ou injusto.
Bem motivada, assim, era a decisão que demonstrava,
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 465
modo claro e preciso, a adequação do caso concreto a um ou
outro dispositivo legal.
Com o passar dos anos lembra Perelman , permitiu-
se aos juízes solver algumas antinomias, bem como preen-
cher as lacunas da lei mas sempre em casos especialíssi-
mos, nos quais não se poderia mesmo recusar uma mínima
tarefa interpretativa.
Certo que ainda hoje a obrigação de motivar as decisões
judiciais serve a tal fim controle da separação de poderes.
Mas também parece inquestionável que hoje se espera muito
mais dos juízes, do que a simples demonstração de obediên-
cia à lei.
Tem-se dito que fundamentar é dar razões fato e direi-
to que levaram o julgador a decidir de uma ou de outra ma-
neira.
Para Dworkin, o processo nada mais é do que uma no-
vela escrita em capítulos, mas por pessoas diferentes, e ao
juiz compete a escolha do final.
Com este olhar, todo o sistema é dirigido a seu ápice: a
sentença, seu momento definitivo.
E todas as garantias consagradas pelo iluminismo só têm
sentido utilidade tendo em vista o momento sublime: o
final da novela dworkiana.
Contraditório, ampla defesa, duplo grau, publicidade,
servem de apoio, de base, de suporte, ao ponto final: à deci-
são.
Poder-se-ia dizer, com razão, que este é o momento mais
precioso do espetáculo forense, aquele que dá o ambicionado
e repetido ad nauseam bem (ou o mal) da vida às partes.
Para o juiz é o local do gozo processo enquanto na-
moro (conhecimento) até o momento em que ele, juiz, aca-
ba a função jurisdicional.
Enfim, motivar é (a) dar respostas às indagações feitas
durante o processo; (b) dizer o porquê; e, (c) dar as razões de
fato e de direito.
466 CARVALHO, Amilton B. de; ROSA, Henrique M. da A Radicalização Garantista na Fundamentação...
4. Para concluir
O que se quer afirmar é que a motivação é vital indis-
pensável ao possível controle dos atos do poder na demo-
cracia garantístico-processual. Um pouco mais radical: talvez
a única possibilidade.
474 CARVALHO, Amilton B. de; ROSA, Henrique M. da A Radicalização Garantista na Fundamentação...
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Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 475
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RODRÍGUEZ, César. La Decisión Judicial El Debate Hart-Dworkin.
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SOUSA SANTOS, Boaventura de. Sociologia na Primeira Pessoa:
fazendo pesquisa nas favelas do Rio de Janeiro. Revista da Ordem
dos Advogados do Brasil, nº 49, Brasília, 1988.
476
19 CRIMINOLOGIA, GARANTISMO
E TEORIA CRÍTICA DOS DIREITOS
HUMANOS: ENSAIO SOBRE O
EXERCÍCIO DOS PODERES PUNITIVOS*
Salo de Carvalho
I. Vínculos temáticos
1. A discussão sobre direitos humanos e garantismo
penal será proposta a partir de dois vínculos que, desde a
perspectiva crítica que orienta a investigação, possibilitarão
compreender as virtudes e os limites do paradigma garantista
na tutela dos valores e interesses das pessoas.
O primeiro vínculo pode ser visualizado no plano dis-
cursivo, isto é, na elaboração teórica, na compreensão e no
reconhecimento dos direitos humanos como direitos e garan-
tias das pessoas. Neste sentido, o discurso da modernidade
sobre os direitos individuais encontra guarida e correspon-
dência em expectativas do garantismo penal clássico con-
1
CAPELLA, Fruta Prohibida: una Aproximación Histórico-Teorética al Estudio
del Derecho y del Estado, p. 223.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 481
Os modelos de periculosidade individual ou social, tí-
picos das doutrinas de defesa social e inspirados no tipo ideal
lombrosiano, criam estatutos penais de cunho behaviorista
anti-secularizados. Se a limitação do poder punitivo no dis-
curso liberal-ilustrado se harmoniza com o discurso dos di-
reitos humanos em face do respeito à diversidade do outro,
resultado da radical separação entre direito e moral o delito
deixa de ser considerado quia peccatum para, desde o postu-
lado da legalidade, adquirir caráter quia prohibitum , as dou-
trinas de defesa social substancializam e ontologizam o deli-
to. Neste quadro, para além da legalidade e da ofensa concre-
ta aos bens jurídicos, o desvio se qualifica pelo caráter imoral
e anti-social da conduta. A abertura dos tipos incriminadores
produz ruptura nos mecanismos formais de limitação da pu-
nitividade, cujo efeito será a potencialização do poder de co-
ação direta (poder de polícia), estado ótimo do direito penal
de exceção.2
3.3. No que diz respeito aos fundamentos do direito de
punir, o liberalismo penal havia consolidado teoria da pre-
venção geral negativa (Beccaria e Feuerbach) segundo a qual
2
Segundo Capella, la idea de peligrosidad social, esto es, de que determinadas
personas son predelincuentes aunque jamás hayan delinquido, no es de todo
extraña a la cultura jurídica del estado gendarme. En realidad es expresión
suya fantasía lombrosiana del criminal nato (CAPELLA, Fruta
p. 224). Tais
mutações substancializadoras revificam modelos de exceção, na atualidade
identificados no paradigma do inimigo: questa mutazione colpisce innanzitutto
la configurazione della fattispecie punibile. E si esprime in unaccentuata
personalizzazione del diritto penale dellemergenza, che è assai più un diritto
penal del reo che un diritto penale del reato (
). E si configura tendenzialmente
come un reato di status, più che come un reato di azione e di evento, identificabile,
anziché con prove, con valutazioni referite alla soggettività eversiva o
sostanzialmente antigiuridica del suo autore. Ne è risultato un modelo di
antigiuridicità sostanziale anziché sui reati, e che corrisponde a una vecchia e
mai spenta tentazione totalitaria: la concezione ontologica etica o naturalistica
del reato como male quia peccatum e non solo quia prohibitum, e lidea che si
debba punire non per qual che si è fatto ma per quel si è (FERRAJOLI, Diritto e
Ragione: Teoria del Garantismo Penale, pp. 858-859).
482 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
3
A criminalização secundária incidência das agências de punitividade ,
deixa de ser abordada neste estudo em face de a investigação não recair sobre
a desigual operacionalização da repressão penal ou sobre a imunização de
determinados grupos e atores sociais dos processos de criminalização.
Logicamente tais fatores são extremamente ricos para a verificabilidade dos
níveis de adequação das práticas punitivas com os valores humanitários
não por outro motivo é tema central na análise criminológica. Todavia, este
aspecto não foi privilegiado por ser este tipo de violação aos direitos humanos
fruto da operacionalização do sistema, entendido, desde o discurso oficial,
como disfunção. O objetivo da pesquisa, ao contrário, é demonstrar como os
discursos ganham reversibilidade em sua própria lógica, isto é, como
produzem violação de direitos humanos mesmo atuando de maneira ótima
segundo sua programação oficial.
484 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
4
SÁNCHEZ RUBIO, Reversibilidade do Direito: os Direitos Humanos na Tensão
entre o Mercado, os Seres Humanos e a Natureza, p. 23.
5
SÁNCHEZ RUBIO, Reversibilidade..., pp. 23-24.
6
Interessante notar a transversalidade ideológica e a força que positivismo
jurídico adquire, atingindo em pontos estratégicos a própria crítica ao direito
(penal) (...) el concepto de control social formalizado aparece íntimamente
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 485
Inegavelmente tem-se como salutar o processo de posi-
tivação dos direitos humanos, o qual possibilitou o reconhe-
cimento pelas instituições e a criação de institutos (garantias)
formais para proteção e efetivação. Aliás, importante dizer
que no se cuestiona el estado de derecho, ni la constitución
ni los derechos reconocidos, sino su funcionamiento automá-
tico, su lógica de aplicación que es capaz de anular el recono-
cimiento de la capacidad que el ser humano posee de ser suje-
to de derechos. Lo formal, absolutizado, es la fachada de una
realidad que vulnera en su funcionamiento la capacidad de
lucha de los sujetos.7
Notadamente quando se opera com poder punitivo, ou
seja, com violências organizadas dirigidas contra pessoas e
coletivos vulneráveis, fundamental ter presente a alta capaci-
dade de mutação do discurso e das práticas (reversibilidade).
No âmbito de atuação das agências de punitividade, o pressu-
posto de respeito mínimo aos direitos humanos é a inflexível
vigilância do seu cotidiano, pois, ao laborar com violência, as
possibilidades de extravasamento do poder são constantes.
Se no paradigma liberal orientado pelo projeto de atua-
ção episódica do direito penal é possível notar a freqüência
8
SÁNCHEZ RUBIO, Filosofia..., p. 252.
488 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
9
LÓPEZ CALERA, Yo, el Estado: Bases para una Teoria Substancializadora (no
Substancialista) del Estado, pp. 64-65.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 489
lesões aos direitos individuais em nome da eficácia dos cole-
tivos ou institucionais.
Segundo esta perspectiva, em face da inexistência de
direitos absolutos tese que invariavelmente atinge apenas
os direitos de primeira geração , quando da contraposição
entre interesses individuais e coletivos e/ou institucionais, os
critérios de resolução permitiriam a relativização daqueles (in-
dividuais) em nome da prevalência destes (coletivos ou insti-
tucionais). Os princípios de garantia dos direitos individuais,
portanto, seriam preteridos em relação aos demais, sendo mo-
mentaneamente afastados como forma de assegurar a efetivi-
dade dos interesses sociais/públicos.
O primeiro equívoco nesta concepção é o de perceber
os direitos e as garantias individuais como de natureza priva-
da, de caráter egoístico, e de tutela e propriedade exclusiva
do sujeito que postula seu reconhecimento e respeito. Dentre
as inúmeras dimensões possíveis dos direitos humanos, a
marca comum caracterizadora é a dimensão pública. Assim
como é de interesse público a tutela dos direitos dos coletivos
(v.g. direito ao trabalho, à educação, à saúde) e dos direitos
transindividuais (v.g. direito ao meio ambiente equilibrado,
ao patrimônio cultural e artístico), o zelo pelos princípios con-
sagradores do devido processo (ampla defesa, paridade de ar-
mas, duplo grau de jurisdição, presunção de inocência, proi-
bição da dupla incriminação, fundamentação das decisões, juiz
natural e imparcial, proibição de provas ilícitas) e do direito
penal de garantias (legalidade de delitos e penas, taxatividade
e anterioridade da lei penal, proporcionalidade e humanidade
das penas, responsabilidade penal pessoal e subjetiva)10 cor-
10
Ferrajoli apresenta 11 categorias caracterizadoras do sistema garantista: pena,
delito, lei, necessidade, ofensa, ação, culpabilidade, juízo, acusação, prova e
defesa. Cada uma, excetuando a primeira, designa condição necessária para
atribuição de pena.
Os axiomas não expressam proposições assertivas, mas prescritivas. Trata-se
de implicações deônticas e supõe opção ético-política em favor dos valores
490 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
12
SÁNCHEZ RUBIO, Filosofía
, p. 250.
492 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
13
HERRERA FLORES, Hacia una Visión Compleja de los Derechos Humanos,
p. 27.
14
Com o Código de Napoleão nasce o denominado processo misto. Franco
Cordero sintetiza o efeito desta elaboração legislativa: e assim, pela Lei de 17
de novembro de 1808, nasce o chamado processo misto, monstro de duas
cabeças: nos labirintos escuros da instruction [instrução preliminar] reina Luís
XIV; segue uma cena disputada coram populo. Para alguns obra-prima. (...).
Jean Constantin, Charles Domoulin, Pierre Ayrault, julgam-na menos bem:
existe um abismo, nota o último, entre instrução secreta e pública; é fácil a
portas fechadas ajustar ou diminuir, produzir brigas ou impressões; a audiência
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 493
ridas quase na totalidade dos códigos processuais penais de
tradição romano-germânica. Assim, transformaram o indicia-
do-réu em objeto de investigação e, ao minimizar seu potencial
de fala (ou silêncio), reduziram o réu a mero meio de conquista
da verdade (elemento probatório) no teatro processual.
As experiências penais e criminológicas, forjadas pelos
modelos científicos integrais inspirados na ideologia de defe-
sa social, abdicaram do projeto secularizado de responsabili-
zação do sujeito pelos resultados externos da ação (direito pe-
nal do fato mala prohibita) para submetê-lo à aplicação ju-
dicial de pena baseada em valorações da sua história e suas
opções de vida, sujeitando-o, posteriormente, ao laboratório
das pedagogias reformadoras (direito penal de autor mala
in se).
Nota-se, pois, que a sensibilidade inquisidora é uma
constante que, de todos os tempos, se dedica a perseguir aque-
les que não pensam, ou não vivem, segundo essa lógica do
dever ser, que determina, a priori, de maneira abstracta, o
conformismo ambiente.15
O processo de reconfiguração da identidade do crimi-
nalizado em criminoso em todos os níveis e etapas da perse-
cução penal reflete o problema desta concepção metafísica
dos direitos humanos. Ao totalizar o fato delituoso e negar a
pública garante um trabalho limpo; haverá sempre alguma coisa a ser dita
novamente sobre os juízos não produzidos em público, do começo ao fim;
esta face composta de mais olhos, mais orelhas, mais cabeças, que aquelas de
todos os monstros e gigantes dos poetas tem mais força... para penetrar até as
consciências e ali ler de que lado está o bom direito, que a nossa instrução tão
secreta (CORDERO, Guida alla Procedura Penale, pp.73-74). A burla de
etiquetas (inversão ideológica) do Código Napoleônico apenas mantém viva
estrutura inquisitória cuja característica primordial é a concentração dos
poderes instrutórios na figura do juiz (ator): Napoleão recriou um Justiniano
imaginário, personagem simbólico outrora venerado pelos medievais,
edificadores do Direito Canônico pontifício (LEGENDRE, O Amor do Censor,
p. 175). Sobre o tema, CARVALHO, Revista à Desconstrução do Modelo Jurídico
Inquisitorial, 229-252.
15
MAFFESOLI, O Eterno Instante, p. 95.
494 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
16
GALLARDO Apud SÁNCHEZ RUBIO, Acerca de la Democracia y los Derechos
Humanos: de espejos, imágenes, cegueras y oscuridades, p. 85.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 495
9. Os valores morais sustentados pelas correntes meta-
físicas que produzem falsas dualidades e que objetificam o
sujeito (criminalizado) acabam por realizar, nas lições de Her-
rera Flores, verdadeiro seqüestro da realidade, excluindo da
cultura e da civilização tudo que possa ser impuro, contami-
nado, mesclado ou plural. No entanto, sendo o homem (de-
masiado) humano, produto e habitante da terra (húmus), a
pureza não lhe é acessível, não se tratando de experiência
que possa realizar neste mundo. Desta forma, sólo lo impuro
puede ser objeto de nuestro conocimiento; sólo lo impuro es
cognoscible, en tanto que se halla situado en un espacio, en
un contexto17.
No contexto de radical ruptura com qualquer espécie
de metafísica, imprescindível redefinir as teorias criminoló-
gicas e as teorias dos direitos humanos a partir da compreen-
são dos seus limites e de suas possibilidades. E redirecionar
seus esforços para compreensão do homem concreto e das
instituições construídas e geridas pelo homem.
Se metafísica e purismo demonizam o tempo, o plural e
a ação, reagindo de maneira fóbica à sua presença, somente
una filosofía de lo impuro entenderá los derechos humanos
desde la realidad de lo corporal, asumiéndolo sin vergüenza;
del tiempo, visto como la posibilidad de cambio y transforma-
ción; de la alteridad, o, lo que es lo mismo, de la diferencia y
de la pluralidad; y del espacio, el contexto físico y simbólico al
que hemos arrojados sin compasión.18
O diagnóstico dos efeitos de reversibilidade produzi-
dos pelas concepções metafísicas das teorias penais, crimino-
lógicas e dos direitos humanos, autoriza postular redefinições
conceituais e criar condições de auto-crítica. No aspecto con-
ceitual, a percepção dos direitos humanos desde sua localiza-
ção na trama de relações sociais, políticas, jurídicas, econô-
17
HERRERA FLORES, Hacia
, p. 31.
18
HERRERA FLORES, Hacia
, p. 34.
496 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
19
HERRERA FLORES, Los Derechos Humanos en el contexto de la Globalización:
tres precisiones conceptuales, p. 91.
20
HINKELAMMERT, La Rebelión en la Tierra y la Rebelión en el Cielo: el ser
humano como sujeto, p. 289.
21
Segundo Sanchez Rubio, los derechos humanos, entendidos como práctica
social, como expresión axiológica, normativa y institucional que en cada
contexto abre y consolida espacios de lucha por una vida más digna, no se
deducen a un único momento histórico y a una única dimensión jurídico-
procedimental y formal (SÁNCHEZ RUBIO, Acerca
, p. 92). No mesmo
sentido, Herrera Flores: sólo desde la alegría, la felicidad y el deseo de vida
que sólo se despliegan cuando lo social, lo jurídico, lo económico o lo político
se dedican a fortalecer nuestra potencia ciudadana, es como podemos plantear
una definición de derechos humanos que supere los intentos de reducirlos a
una de sus facetas: la jurídica-formal, o de insertalos en una trascendencia
metafísica alejada de las pasiones, las necesidades y las determinaciones de
nuestra existencia (HERRERA FLORES, Los Derechos
, p. 90).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 497
desde esta perspectiva, concretizando aquilo que Hinkelam-
mert denomina direito ao discernimento das instituições à luz
dos direitos humanos.
Conforme postula o filósofo, los derechos humanos an-
teriores a la institucionalización no pueden ser tratados sino
como criterios de discernimiento de las instituciones. Em sín-
tese: (
) el ser humano no es para el sábado sino el sábado
para el ser humano. Es la condición de la posibilidad de cual-
quier respecto a los derechos humanos. Todas las institucio-
nes tienen que estar bajo este criterio.22
22
HINKELAMMERT, La Rebelión..., p. 290-291.
23
FOUCAULT, Vigiar e Punir, p. 26.
498 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
24
O verdadeiro objetivo da reforma, e isso desde suas formulações mais gerais,
não é tanto fundar um novo direito de punir a partir de princípios mais
eqüitativos; mas estabelecer uma nova economia de poder de castigar,
assegurar uma nova distribuição dele, fazer com que não fique concentrado
demais em alguns pontos privilegiados, nem partilhado demais entre
instâncias que se opõem; que seja partilhado demais entre instâncias que se
opõem; que seja repartido em circuitos homogêneos que possam ser exercidos
em toda parte, de maneira contínua e até o mais fino grão do corpo social. A
reforma do direito criminal deve ser lida como uma estratégia para o
remanejamento do poder de punir, de acordo com modalidades que o tornam
mais regular, mais eficaz, mais constante e mais bem detalhado em seus
efeitos; enfim, que aumentem os efeitos diminuindo o custo econômico (ou
seja, dissociando-o do sistema da propriedade, das compras e vendas, da
venalidade tanto dos ofícios quanto das próprias decisões) e seu custo político
(dissociando-o do arbitrário do poder monárquico). A nova teoria jurídica da
penalidade engloba na realidade uma nova economia política do poder de
punir (FOUCAULT, Vigiar..., p. 75).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 499
tuições totais. Em forma de questionamento-resposta o autor
aponta para a questão na qual a análise crítica em criminolo-
gia passa a ser irreversível, qual seja, a superação da crimino-
logia liberal-etiológica (microcriminologia) pela perspectiva
crítica (macrocriminologia).
O sistema carcerário junta numa mesma figura discursos e
arquitetos, regulamentos coercitivos e proposições científicas,
efeitos sociais reais e utopias invencíveis, programas para cor-
rigir a delinqüência e mecanismos que solidificam a delin-
qüência. O pretenso fracasso não faria então parte do funcio-
namento da prisão?
(...) Se a instituição-prisão resistiu tanto tempo, e em tal imo-
bilidade, se o princípio da detenção penal nunca foi seria-
mente questionado, é sem dúvida porque esse sistema carce-
rário se enraizava em profundidade e exercia funções preci-
sas.25
25
FOUCAULT, Vigiar..., p. 239.
26
ZAFFARONI, BATISTA, ALAGIA & SLOKAR, Direito Penal Brasileiro I, p. 243.
500 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
27
SANCHÉZ RUBIO, Ciencia-Ficción y Derechos Humanos: tramas sociales y
principios de imposibilidad, 111-12.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 501
prosseguem na tarefa de racionalização do poder punitivo ir-
racional invocando sua missão (discurso oficial) de proteção
dos valores sociais mais significativos à humanidade (bens
jurídicos). Inegavelmente esta es la inversión de los derechos
humanos, en cuyo nombre se aniquila a los proprios derechos
humanos.28
Os elementos que definem o horizonte de projeção são
os mesmos que possibilitam realizar triste anamnese do esta-
do do direito penal contemporâneo: exercício abusivo das
violências das agências penais; criminalização excessiva de
condutas; flexibilização de normas processuais. Das doutri-
nas funcionalistas do inimigo à reversibilidade do discurso
garantista (v.g. defesa da proibição de insuficiência na esfera
penal), construções teóricas fundadas em situações de exceção
que se eternizam, legitimam a maximização da punibilidade.
28
HINKELAMMERT, La Inversión de los Derechos Humanos: el caso John Locke,
p. 80.
502 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
29
Ferrajoli denomina falácia politicista a (...) idea ache basti la forza di un potere
buono per soddisfare le funzioni di tutela assegnate al diritto, e prima ancora
che possa esistere um potere buono, cioè capace di assolvere tali funzioni senza
la mediazione di complessi sistemi normativi di garanzie in grado di limitarlo,
vincolarlo, funzionalizzarlo e alloccorenza di delegittimarlo e neutralizarlo.
Assevera, contudo, que paralelo à falácia politicista pode ser cultivada falácia
garantista (ou normativista), baseada na (...) idea ache bastino le ragioni di
um diritto buono, dotato di sistemi avanzati ed agili di garanzie constituzionali,
per imbrigliare il potere e per mettere i diritti fondamentali al riparo dalle sue
deviazioni. Sustenta o autor que se a primeira falácia representa vício
ideológico induzido pelos sistemas políticos autoritários, a segunda representa
tentação recorrente induzida pela estrutura garantista do estado de direito
(FERRAJOLI, Diritto..., p. 985).
30
Em Diritto e Ragione, Ferrajoli advoga que lesperienza insegna che nessuna
garanzia giuridica puó reggersi esclusivamente sulle norme; che nessun diritto
fondamentale può concretamente sopravvivere se non è sorretto dalla lotta per
la sua attuazione da parte di chi ne è titolare e dalla solidarietá con essa di
forze politiche e sociali; che insomma un sistema giuridico, per quanto
tecnicamente perfetto, non puó da solo garantire alcunchè (FERRAJOLI,
Diritto..., p. 986/87).
504 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
31
Exposição de Motivos do Código de Processo Penal brasileiro, itens II, VIII e
XVII.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 507
Portanto, ao se pensar a lógica inquisitória como variá-
vel constante na configuração da estrutura penal repressiva,
talvez fosse mais coerente, ao invés de dicotomizar os siste-
mas processuais penais em acusatório e inquisitório, identifi-
car seus graus de inquisitorialismos. A tradicional oposição
sistema acusatório (democrático) e sistema inquisitório (au-
toritário) , pode produzir, no plano discursivo e das práticas
cotidianas, máscaras que ocultam e permitem a reprodução
das violências, notadamente quando se realizam reversibili-
dades ao enunciar a compatibilidade das estruturas proces-
suais com a Constituição (sistema acusatório) e, na operativi-
dade das agências, restar vivificado o inquisitorialismo. A
identificação dos níveis de atuação dos sistemas em inquisi-
torialidade de alta ou de baixa intensidade possibilitaria des-
nudar suas reais formas de manifestação e otimizar ações
neutralizadoras.
Desde esta perspectiva, seria possível entender o garan-
tismo como discurso e como prática voltada para a instrumen-
talização do controle e a limitação dos poderes punitivos.
32
HERRERA FLORES, Introducción, p. VI-VII.
33
TIMM DE SOUZA, Humano, Hoje, p.20.
34
Interessante notar que (...) nenhum exemplo mais claro do narcisismo dos
juristas que a manutenção do dogma de ser o ordenamento jurídico um todo
completo e coerente, no qual as lacunas e antinomias são aparentes e de
previsível resolução. O narcisismo em primeiro grau visível na dogmática
510 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
37
FERRAJOLI, Diritto
, p. 382.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 513
intervenção, fundamental abdicar da tarefa, delineando teo-
ria agnóstica que represente política criminal de redução dos
danos causados pelas agências de punitividade.
Reduzir dor, tendo o sofrimento do outro como repre-
sentação38, seria a única alternativa ética, teórica e instrumen-
tal possível na atual condição que o direito penal é aplicado.
Ao desenvolver a perspectiva agnóstica, Zaffaroni sustenta
que la dottrina penalistica può ricostruire il suo discorso su
questa base, e non ha alcun bisogno di una teoria della pena;
può riprendere il pensiero liberale, e buttare i semi del male
che il pensiero dei nostri ingenui padri liberali conteneva (...).
La strategia è chiara: salvare la vita, diminuire la disuguagli-
anza, evitare la sofferenza (...); Per riuscire a ridurre il potere
punitivo deve essere progressivamente liberale, e per essere
progressivamente liberale deve prescindere da qualsiasi te-
oria della pena.39
Como sustentado anteriormente40, negar as teorias da
pena possibilitaria não apenas concentrar os esforços para mi-
nimizar os efeitos danosos produzidos pelos aparatos puniti-
vos, mas eliminar do discurso penal seu viés declarado (e não
cumprido), retomando sua natureza política. A pena, distan-
te de qualquer fundamentação jurídica e desapegada de qual-
quer fim nobre, retornaria ao campo da política, representan-
do manifestação concreta de poder a ser contido.
Nesta circunstância, o ponto de convergência entre teo-
ria garantista, teoria agnóstica e teoria crítica dos direitos hu-
manos ocorre na construção de discursos sobre os limites da
pena, sustentados na perspectiva política de redução dos da-
nos causados pelas intervenções arbitrárias e desproporcio-
nais. Estratégias de (a) diminuição de dor e de sofrimento cau-
38
TIMM DE SOUZA, Humano..., p. 18.
39
ZAFFARONI, La Rinascita del Diritto Penale Liberale o la Croce Rossa
Giudiziaria, p. 393/94.
40
CARVALHO, Teoria Agnóstica da Pena, pp. 21-24.
514 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
41
HERRERA FLORES, Hacia una Visión..., p. 77.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 515
Durante a década de 80 e com mais vigor após a queda
do Muro de Berlim, o discurso criminológico crítico defron-
tou-se com o seguinte paradoxo: desenvolver as políticas cri-
minais alternativas e o discurso de descriminalização ou ade-
rir à inversão de seletividade do direito penal, estabelecendo
contrapoder proletário. Se as políticas criminais alternativas
ingressavam na trajetória e no legado do discurso contracul-
tural da criminologia de ruptura, a idéia de inversão de seleti-
vidade fomentaria política criminalizadora voltada aos cri-
mes econômicos, optando pelo sistema penal como estratégia
de atingimento da justiça social. Nesta perspectiva, segundo
Baratta, uma política criminal coerente com a própria base
teórica não pode ser uma política de substitutos penais, que
permaneçam limitados a uma perspectiva vagamente refor-
mista e humanitária, mas uma política de grandes reformas
sociais e institucionais para o desenvolvimento da igualdade,
da democracia, de formas de vida comunitária e civil alterna-
tivas e mais humanas, e do contrapoder proletário, em vista
da transformação radical e da superação das relações sociais
de produção capitalistas.42
A estratégia elaborada por Baratta, último representan-
te da criminologia crítica, consistia no reforço da tutela pe-
nal, em áreas de interesse essencial para a vida dos indivídu-
os e da comunidade: a saúde, a segurança no trabalho, a inte-
gridade ecológica, etc. Trata-se de dirigir os mecanismos da
reação institucional para o confronto da criminalidade eco-
nômica, dos grandes desvios criminais dos órgãos e do corpo
do Estado, da grande criminalidade organizada.43
Ocorre que as políticas criminais maximalistas, tradici-
onalmente identificadas com as tendências de direita, com o
giro do discurso da criminologia crítica em sua adesão à res-
posta penal, foram amplificadas. Criam-se assim, nas últimas
42
BARATTA, Criminologia Crítica e Crítica do Direito Penal, p. 201.
43
BARATTA, Criminologia..., p. 202.
516 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
44
Neste sentido, interessante a análise de Baudrillard: revisão dolorosa: antes,
a direita encarnava os valores morais, e a esquerda, ao contrário, uma certa
exigência histórica e política contraditória; hoje, a esquerda despojada de toda
energia política, tornou-se pura jurisdição moral, encarnação dos valores
universais, campeã do reino da Virtude e defensora dos valores museais do
Bem e do Verdadeiro; jurisdição que pode exigir prestação de contas de todo
mundo, sem ter que responder diante de ninguém. A ilusão política da esquerda,
congelada durante vinte anos de oposição, revelou-se, com a chegada ao poder,
portadora não do sentido da História, mas de uma moral da História. Moral
da Verdade, do Direito, e da boa consciência grau zero do político e, certamente
mesmo, ponto mais baixo na genealogia da moral. Essa moralização dos valores
equivale a uma derrota histórica da esquerda (e do pensamento)
(BAUDRILLARD, A Conjuração dos Imbecis, p. 100).
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 517
tra la tortura, después de criticar las condiciones existente en
las cárceles, reclaman condenas de cárcel más largas para el
delito de tortura45.
Ao intentar realizar justiça social através do sistema
penal46, a criminologia radical incorreu em falácia idêntica
àquela que anteriormente era objeto de sua crítica, produzin-
do igualmente inversão ideológica do discurso dos direitos
humanos. É possível perceber neste fenômeno reversibilida-
de em segundo grau, derivada da incapacidade de inúmeras
vertentes da criminologia crítica realizar a devida e necessá-
ria autocrítica.
As armadilhas produzidas pelo sistema penal em sua
constante vontade de punição aprisionaram o discurso críti-
co gerando, no diagnóstico de Silva Sánchez, ideología de la
ley y el orden en versión de izquierda.47
Os riscos de conformação de modelos de direito penal
máximo pelo recurso irrestrito ao sistema penal foram clara-
mente assinalados por Baratta: é preciso evitar cair em uma
política reformista e ao mesmo tempo panpenalista, que con-
siste em uma simples extensão do direito penal, ou em ajustes
secundários de seu alcance, uma política que poderia produ-
zir também uma confirmação da ideologia da defesa social, e
uma ulterior legitimação do sistema repressivo tradicional,
tomado em sua totalidade.48 Entretanto seu discurso foi es-
quecido, e os efeitos perversos antevistos pelo criminólogo
foram realizados.
45
LARRAURI, La Herencia de la Criminología Crítica, p. 218.
46
(...) se propugnaba el recurso al Derecho penal como mecanismo de
transformación de la sociedad y de intervención contra quienes obstaculizaban
el progreso de la misma hacia formas más avanzadas e igualitarias de
convivencia democrática (SILVA SANCHÉZ, La Expansión del Derecho Penal,
p. 72).
47
SILVA SANCHÉZ, La Expansión
, p. 70.
48
BARATTA, Criminologia..., p. 202.
518 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
49
SÁNCHEZ RUBIO, Acerca..., p. 89.
Teoria Crítica dos Direitos Humanos no Século XXI 519
ta maneira dogmática de ser e de pensar, sendo que a intole-
rância e a inquisição não são atitudes de uma época ultrapas-
sada, mas justamente um estado de espírito que se encontra
freqüentemente nas histórias humanas, aquelas, precisamen-
te, em que se tende a considerar como frívolo o aspecto plural,
matizado, mestiçado da existência global.50
Em face disso, evocando paralelo com Agamben em sua
análise do Estado de exceção,51 seria possível afirmar que as
patologias do direito penal e processual penal, da crimino-
logia e da política criminal tornam-se variáveis imutáveis
no reforço da tetralogia dos valores morais que sustentam as
ciências criminais: o bom (valor penal), o belo (valor crimi-
nológico), o verdadeiro (valor processual) e o justo (valor
jurídico).
Qualquer ser humano inadequado à moral punitiva ou
à estética criminológica passa a ser percebido como objeto a
ser eliminado, como inimigo. E para estes seres objetificados
pelo estigma periculosista, os direitos humanos não podem e
não devem ser garantidos.
O alerta aos que por ingenuidade ou má-fé criam e re-
criam inimigos parece pertinente: quienes ven como mons-
truo a su enemigo, está proyectando sobre él su propia mons-
truosidad. Las imágenes deformadas y amenazantes que re-
flejan los espejos no son las de los supuestos enemigos, sino la
de quienes lo construyen y acaban creyéndose que lo son. Lo
tienen dentro de sí y lo adjudican a los demás.52
50
MAFFESOLI, O Eterno..., p. 111.
51
O estado de exceção, hoje, atingiu exatamente o seu máximo desdobramento
planetário. O aspecto normativo do direito pode ser, assim, impunemente
eliminado e contestado por uma violência governamental que ao ignorar no
âmbito externo o direito internacional e produzir no âmbito interno um estado
de exceção permanente, pretende, no entanto, ainda aplicar o direito
(AGAMBEN, Estado de Exceção, p. 131).
52
SÁNCHEZ RUBIO, Acerca..., p. 97.
520 CARVALHO, Salo de Criminologia, Garantismo e Teoria Crítica dos Direitos Humanos
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