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El concreto es un material heterogéneo que presenta resistencia a la compresión elevada,

pero baja resistencia cuando se solicita a los esfuerzos de tracción. De tal manera, las piezas de
concreto

las cuales se solicitan a ambos esfuerzos simultáneamente no resisten de forma satisfactoria a


la

combinación de las tensiones de tracción y compresión. Así, los efectos de fisuración se


observan

en regiones tratadas, pudiendo causar ruptura de la sección del elemento de concreto. Una de
la

las formas de auxiliar en la resistencia a la tracción de los elementos de hormigón es la adición


de barras de acero

en la parte trazada, ya que el acero presenta elevada resistencia a la tracción. Otra forma de
ayudar en

prevención de fisuras y la adición de fibras en la composición del concreto. Las fibras crean
puentes de

tensiones entre las fisuras y así las piezas de hormigón, incluso con etapas de fisuración

avanzados, resisten de forma satisfactoria a mayores esfuerzos sin alcanzar ruptura total de la
sección.

.El concreto es uno de los materiales de construcción más usados y con tecnología establecida
en el

mundo. Aunque el concreto presenta elevada resistencia a la compresión, el mismo posee


resistencia

a la tracción baja, cerca del 10% de la resistencia a la compresión. Por esta razón, barras de
acero se utilizan

en las zonas tratadas para que el acero absorba las tensiones de tracción y la pieza
permanezca segura y

resistente a las acciones actuantes sobre la estructura. Los efectos que los esfuerzos de
tracción ocasionan en los

los elementos estructurales de concreto se relacionan con la fisuración y la posterior ruptura.


Una forma de

disminuir los efectos citados es la adición de fibras en la composición del hormigón (LÖFGREN,
2005).

La utilización de fibras poliméricas, de acero, vidrio y naturales ha ganado espacio en la


producción

de concreto de mejor calidad y rendimiento. El uso de fibras aporta ventajas asociadas

esfuerzos de tracción presentes en piezas de concreto, de modo que las mismas contribuyen

principalmente en la prevención y minimización de fisuras.


Las fisuras representan aberturas en la pieza estructural que pueden permitir la entrada de

humedad y aire en el interior de los elementos de hormigón armado y que pueden generar
corrosión del acero

existente en la composición del concreto. Una vez que ocurre la corrosión de la armadura en
una pieza de

hormigón armado, la misma pierde resistencia por la quiebra del mecanismo concreto y acero
de modo

que la adherencia entre los materiales se pierde cuando se cambia la superficie de contacto de
los materiales

debido al proceso de oxidación (LÖFGREN, 2005).

En general, las fibras contribuyen a minimizar la cantidad y el tamaño de las fisuras,


proporcionando a los elementos de hormigón armado mayor durabilidad y calidad. hay

diversos tipos de fibras en el mercado que pueden añadirse en la composición del concreto y
cada uno

el tipo de fibras incorpora diferentes propiedades en la mezcla final. La principal finalidad de


las fibras en

un miembro de concreto es ayudar a transferir la tensión solicitante a través de microfisuras


internas y

que eleva la resistencia a la propagación de fisuras (AMIT, 2014).

La dosificación de las fibras debe ser adecuada porque el uso de volúmenes de fibras a partir
de 5 a

10 por ciento o más alto del volumen total de la pieza puede hacer que el elemento pierda
resistencia a

compresión aunque la resistencia a la tracción se eleve en las condiciones citadas. Esto se debe
al hecho de que

que cuanto más fibras en la mezcla del concreto, menor será el volumen de concreto y menor
será la

resistencia ya que es directamente proporcional a la sección de la pieza (ACI COMMITTEE 544,


1996).

Varios tipos de fibras se han utilizado como componentes para el Hormigón Reforzado con

Fibras y cada tipo tiene las propias propiedades y características. Los principales tipos de fibras
a

se utilizan como componente del concreto son acero, vidrio, polímero sintético y fibras
naturales

(LÖFGREN, 2005).
Actualmente, el hormigón es uno de los materiales de construcción más empleados tanto para
funciones estructurales como para funciones no estructurales. La versatilidad del mismo, unido
a su bajo coste respecto a otros materiales, le ha otorgado este estatus.
Una de las características más importantes del hormigón es la de poder adaptarse a casi
cualquier forma, haciéndolo apto para ser usado en construcciones de complejidades diversas.
El hormigón ofrece una alta resistencia a esfuerzos de compresión, no obstante, es débil frente
a esfuerzos de tracción, resistiéndolos hasta diez veces menos y tiene un modo de rotura
frágil. Para combatir estos hándicaps, al hormigón se le añaden refuerzos, comúnmente de
acero, los cuales son capaces de absorber estos esfuerzos, convirtiendo al hormigón en un
material dúctil. Estos refuerzos, ayudan además a controlar la fisuración del hormigón
endurecido, que aparece frente a gradientes de temperatura, retracción o esfuerzos
provocados por cargas.
Pese a ser un material con una larga vida y su extenso empleo actual en el edificación y obra
civil, el hormigón ha experimentado muy pocos avances. Una de las tendencias más estudiadas
en las últimas décadas, es la del empleo de fibras en el hormigón. Las fibras son elementos de
corta longitud y pequeña sección que se incorporan a la masa del hormigón para conferirle
ciertas propiedades específicas. Éstas, al igual que ocurre con las armaduras tradicionales,
pueden ser usadas como refuerzo estructural, pero reforzando al hormigón en todas las
direcciones. Además, ofrecen otros beneficios como el control de la fisuración y el aumento de
la tenacidad mediante la transmisión de esfuerzos a través de la sección fisurada. Asimismo,
las fibras disminuyen la retracción por fraguado y aumentan la resistencia a fatiga e impacto.
Los pavimentos precisan un material capaz de abarcar grandes extensiones con una ejecución
rápida, un buen acabado y que resista desgastes constantes, siendo por tanto el hormigón con
fibras, un material óptimo para la fabricación de éstos.
La necesidad de modificar la tradición constructiva para disminuir el impacto sobre el medio
ambiente ha incitado a numerosos investigadores a estudiar nuevas técnicas de buena
construcción y el empleo de nuevos materiales. Otro de los problemas que presenta la
construcción tradicional es la cantidad de residuos y materiales desechables que se generan,
así como sucede en otros sectores. Una de las obligaciones de los profesionales de la
construcción es por tanto, intentar dar uso a estos desechos y sustituyendo a materiales
tradicionales. Numerosos estudios han demostrado que con el empleo de materiales
reciclados se pueden conseguir las mismas prestaciones que con materiales vírgenes. El
empleo de materiales reciclados reduce la sobreexplotación actual de los recursos del planeta
y por tanto el impacto de la construcción en el medio ambiente, favoreciendo una
construcción sostenible. Se ha demostrado que se pueden utilizar áridos reciclados
procedentes de demoliciones de obras para la sustitución parcial de áridos de forma muy
efectiva. No obstante, la industria de la construcción los sigue asociando erróneamente a una
disminución de la calidad.

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