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Predica de Hoy: Jesús has un milagro en mi vida

Marcos 10:46-52

Aquí vemos una historia llena de esperanza, puedes decir que el milagro está en camino.

En este pasaje vemos que ya está cerca del día de su muerte, está a 25 km de llegar a Jerusalén,
está muy cerca al día de su muerte, está camino a su matadero, pero Jesús no está asustado por la
muerte pese a estar a unos días de este evento, no está preocupado por el futuro, no está afanado
por el estrés, o por la amenaza de muerte, al contrario lo veo preocupado y concentrado en
salvarnos a nosotros de esa muerte.

Jesús no podía avanzar en su camino, o hacia el futuro si no nos liberaba y nos sanaba para ir con
él, en ese contexto se encuentra esa historia.

El milagro de Bartimeo

“Después llegaron a Jericó y mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad, una gran multitud
los siguió. Un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de Timeo) estaba sentado junto al
camino.” (vers. 46)

Aquí vemos a Bartimeo que estaba rodeado por una gran multitud, ¿sabes por qué estaba rodeado
por gran multitud? Porque eran los días de la pascua, muchos salían a festeja la pascua y era
común que los caminos estén llenos de gente. Piensa en esta ensena, es un ciego sentado en la
calle y rodeado de un tumulto de gente, pero él está sentado esperando que llegara Jesús para
que le cumpliera su milagro, pero tenía que cumplir ciertas condiciones.

1. PARA RECIBIR TU MILAGRO DEBES ESTAR EN EL LUGAR CORRECTO

El estaba sentado, en muchas veces nos sentimos así, ya que no podemos hacer nada mas que
esperar, no hay mucho que hacer, él estaba sentado pero no estaba limitado, había escuchado
hablar de Jesús y eso lo situaba en una espera, y es ahí donde el milagro empieza a operar, desde
que estamos en el lugar correcto.

Bartimeo estaba convencido de estar en el lugar correcto, así que no se movería de ahí, lo iba a
esperar, esperar a en Dios no es estar sentados, esperar en Dios es esperar a Jesús activando
nuestra fe, no es estar cruzado de brazos, siempre podemos estar haciendo algo, los milagros
comienzan desde el momento que esperamos la intervención de Jesús.

“Cuando Bartimeo oyó que Jesús de Nazaret estaba cerca, comenzó a gritar: «¡Jesús, Hijo de
David, ten compasión de mí!».” (vers. 47)

Siempre en medio de la necesidad podemos hacer algo, Bartimeo no podía caminar como los
demás, no podía estar al tanto pleno de la enseñanza. Pero pese a estar ciego él sí podía escuchar,
y había escuchado del poder y milagros e Jesús, y eso lo hacía tener fe. “La fe viene por el oír” y él
tenía fe. No estamos limitados frente a nuestra necesidad, siempre tenemos algo algo a nuestro
favor que es nuestra fe.

Muchas veces estamos esperando un milagro, tenemos una necesidad y nos sentimos
insuficientes. Pero realmente tenemos el poder de Dios, tenemos fe (conocimiento y confianza en
su poder) y eso nos pone ya del otro lado del milagro. No estamos limitados ni insuficientes
porque tenemos nuestra fe en Dios.

Bartimeo no podía ver, pero él había escuchado y tenía la fe puesta en Jesús, y eso activa la
segunda condición para el milagro.

2. TU DECISIÓN AFECTA EL MILAGRO

Bartimeo estaba ahí no solo esperando, sino decidido a NO dejar pasar a Jesús si que le favorezca
con su milagro, él estaba confiando que Jesús le contestara. Debemos atraer a Jesús con fe, pero
también con decisión, estar decididos estar clamando, estar en una fe activa porque él lo hará.

Decisión es no desmayar. Y sabes, muchas veces todos tenemos grandes problemas, pero a veces
nuestro clamor es pequeño. Aquí vemos que la necesidad de Bartimeo es grande, por eso
“grandes necesidades requieren grandes clamores”. No podemos tener necesidad grande y estar
pasivos, hacer oraciones pequeñas, grandes necesidades requieren grandes clamores.

Para recibir tu milagro pide compasión

Esto me encanta porque Bartimeo no se acercó a Jesús exigiendo, se acercó a Él reconociéndolo.


Le dijo “Jesús hijo e David, ten compasión de mi”; él no le exigió que lo sanara, ni lo chantajea con:
si me sanas a haré esto o dejaré aquello; ni dice si eres Dios haber has esto.

Con Jesús tenemos que llegar con un corazón sincero, con un corazón humilde, reconociendo que
no somos nada y Él lo es todo. Jesús no nos debe nada, Él ya lo hizo todo, y todo lo que haga por
nosotros lo hace por gracia. Y eso Bartimeo lo sabía muy bien, le dijo: “ten compasión”. Así que
siempre debemos esperar que Jesús actúe por gracia.

Bartimeo tenía una fe determinada, reconocía el poder de Dios, tenía una fe sincera, humilde y así
es que nosotros debemos acercarnos hacia Jesús.

«¡Cállate!», muchos le gritaban, pero él gritó aún más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de
mí!» (vers. 48). Inicia con la expresión “cállate”, él estaba clamando y esperando en Dios y la
gente le dice cállate. Muchos le gritaban cállate, pero él gritaba más fuerte: “hijo de David ten
compasión de mi”.

Grandes necesidades tienen grandes oposiciones, del tamaño de tu necesidad, del tamaño de tu
clamor, será el tamaño de tu oposición. Pero déjame recordarte algo, tenemos alguien más
grande que la oposición y ese es Jesús obrando a nuestro favor.

No te detengas frente a la necesidad ni frente a la oposición. A veces esa voz la escuchamos en


nuestro interior, tenemos una necesidad y escuchamos: ¿en serio? ¿Crees que se pueda realizar
esto? ¿Crees que Jesús restaurará tu vida? ¿Crees que Él traerá de vuelta a tu familia? ¿Crees que
te va a sanar?

Pero te digo que tenemos a Jesús a nuestro favor, y hay que callar esas voces. Y no con nuestro
poder, sino con el de Dios. Muchas veces esa voz viene de gente que nos rodea. Le contamos a
alguien nuestra necesidad y nuestro clamor por tal milagro y te dicen: ¿es en serio? No seas
ingenuo, mejor has esto o aquello. Pero déjame decirte el siguiente punto.
3. PARA RECIBIR UN MILAGRO DEBES TENER UNA FE PERSISTENTE

Esto es una fe que no se detiene, una fe que con todo y oposición no se detienen, avanza, y espera
que Jesús actúe. Bartimeo estaba clamando y gritaban para que se calle, pero que sucede, él no se
calla, ni agacha la cabeza. Bartimeo siguió clamando, su fe es persistente. El tener una fe en Dios
es NO permitir que nada se interponga entre tu fe y tu milagro.

Escuchamos voces que dicen que pasó mucho tiempo, que no te escuchó, aún así tu sigue
adelante. Tu sigue creyendo; una fe persistente es la que avanza hacia el milagro, una fe decidida
avanza hasta ver su milagro cumplido.

Nos encanta identificarnos con Bartimeo y su necesidad, pero debemos reconocer que muchas
veces actuamos como la multitud, cuando detenemos el milagro en la vida de otro.

Debemos ser una iglesia que celebre el milagro en la vida de otros. Una iglesia que tome la
necesidad de uno como si fuera de todos, no una iglesia que calla ante una necesidad sino que las
lleva Jesús. ¿Cuantas veces hemos actuado como la multitud?

También solemos poner nuestra necesidad antes que la el otro. ¿Sabes por qué está gente callaba
a Bartimeo? No era porque creía que Jesús no le cumpliría él milagro. No, lo callaron porque
pensaban que estaba perdiendo su tiempo. Al contrario querían que se callara porque sabían que
si Jesús lo escuchaba, Jesús lo iba a sanar pero ellos pusieron primero su necesidad.

Celebremos el milagro de otra persona

Si celebramos el milagro de otra persona, ten por seguro que él milagro que celebras será el
próximo que recibas. Si somos una iglesia que celebra él milagro del otro, alégrate porque el
próximo milagro puede ser para ti, porque él mismo Dios que está obrando en esa persona es el
mismo Dios que está obrando en tu vida.

 La oración más poderosa NO es la que nace del egoísmo, sino es la que nace del corazón,

 NO es aquella que dice Señor sáname bendíceme o dame. La oración es poderosa porque
que nace de amor la que nace en la unidad la que lleva las cargas de los demás delante de
Jesús.

“Cuando Jesús lo oyó, se detuvo y dijo: «Díganle que se acerque».Así que llamaron al ciego.
«Anímate —le dijeron—. ¡Vamos, él te llama!».” (vers. 49)

Jesús lo oyó, Jesús se detuvo y Jesús lo llamó,

 ¿Qué hizo que Jesús lo escuchara? Pues su clamor, su fe persistente,

 ¿Qué hizo que Jesús lo llamara? Su gracia, y nuestras necesidades son suplidas no cuando
buscamos nuestra necesidad sino cuando buscamos a Jesús.

Bartimeo cuando clamaba a Dios, no decía ¡sáname! ¡Respóndeme! Él estaba buscando a Jesús y
buscando de Su gracia. Eso me indica que los milagros vendrán a nosotros cuando busquemos
primeramente a Dios, y después vendrá todo por consecuencia.

4. CAMINA HACIA TU MILAGRO


¿Puedes ver lo que está pasando? Clamor y fe, lo que provocó que Dios obre. Fe y clamor son
necesarios para que nuestro milagro se posible. Muchas veces hay mucho clamor, con lágrimas,
gritos, saltos, pero por dentro decimos: quien sabe.. o no estoy seguro que Dios escuche.. o que
atienda mi oración, falta fe.

Por otro lado puedes tener mucha fe pero un clamor muy callado, hay que clamar y tener fe. Este
ciego aunque tenía fe alzó su voz y no se detuvo en su clamor, la fe es necesaria por que “sin fe es
imposible agradar a Dios” y debemos hacernos a él sabiendo que “él recompensará a los que le
buscan con sinceridad..” Hebreos 11:6

Es necesaria la fe y el clamor son requisitos. Jesús se detuvo, Él no podía seguir Su camino si


primero no nos libera, si primero no permitía que lo siguiéramos, no puede avanzar en su plan sin
ir con nosotros, porque Él no quiere ir solo en el cumplimiento de su deber y su reino.

Es por eso que Él nos estaba liberando y dando visión, por eso llega a Bartimeo que está sentado y
sin vista. Jesús avanza pero no lo hace solo, quiere que tú lo acompañes. Jesús no nos quiere
limitados, insuficientes, por eso vino con su suficiencia, para que avancemos con Él, hacia un
mañana, hacia un propósito.

Jesús lo estaba llamando, y sabes que cuando Jesús te llama prepárate porque Él va a actuar, va a
hacer algo, y en este momento te dice ¡ánimo! ¡Te estoy llamando! Si hoy estás esperando o
buscando un milagro Él te dice ¡ánimo te estoy llamando, tú milagro viene en camino!

No te detengas, cuando escuches la voz del enemigo diciéndote cállate. Dios te dice con fuerza,
ánimo yo estoy contigo, y te daré nuevas fuerzas porque tengo un propósito para ti, ánimo,
levántate y vamos.

Las palabras de Dios siempre serán palabras de esperanza para nosotros.

“Bartimeo echó a un lado su abrigo, se levantó de un salto y se acercó a Jesús.” vers. 50

Me encanta la fe de Bartimeo, él sabía que el momento que Jesús lo llama, es porque iba a actuar,
aunque él estaba ciego, sus ojos ya estaban viendo la Gloria de Jesús, estaban puesto en Jesús.

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Jesús has un milagro en mi vida


Franklin Riera marzo 18, 2022 Predicas Cristianas Deje un comentario 582 Vistas

Por el momento estaba ciego, pero él ya estaba viendo su milagro. Dice el texto que arrojó su capa
o abrigo, esto es que deja su pasado atrás. Bartimeo sabía que Jesús no solamente le dará la vista,
sino también que lo llamaría para vivir un nuevo propósito.

Cuando Jesús obra lo hace de manera competa, si esperas un milagro, pues Él obrara no solo en lo
que pides sino te hará nuevo. Este ciego estaba esperando su vista, pero Jesús recobra también su
pasado, dándole identidad y propósito a su vida, todo el tiempo perdido lo iba a recobrar.

Cuando Jesús obra hace completa su obra.

5. EL LLAMADO DE DIOS REQUIERE UNA RESPUESTA

Vemos que Jesús lo llamó; dice la escritura que dio un salto y fue enseguida. Cuando Jesús te llama
Él quiere una respuesta inmediata. Las oportunidades son hoy, si Jesús te llama hoy, pues
responde hoy.

Si sientes el llamado de Dios, responde actúa. Bartimeo no dijo, déjame ver bien si es la voz de
Dios, no dijo oremos un poquito más para saber si es de Dios, pues no. Si Jesús te llama entonces
al instante debe ser tu respuesta. Muchas veces nos hemos detenido, por eso muchas veces el
milagro se ha detenido, porque no respondemos a su llamado.

“—¿Qué quieres que haga por ti? —preguntó Jesús.—Mi Rabí —dijo el hombre ciego—, ¡quiero
ver!” (vers. 51)

¡Esta pregunta te hace hoy a ti también! Te dice: ¿qué quieres que haga por ti? En muchas
ocasiones somos sinceros con las personas menos con Dios. Abrimos nuestro corazón con amigos
y familiares, pero cuando llegamos a Jesús le maquillamos la verdad.

Él te pregunta ¿qué quieres que haga por ti?, y le decimos: mi familia anda así, o más o menos le
decimos en forma general. Cuando vamos al médico le contamos todo lo que nos duele. Vamos al
mecánico le contamos todos los ruidos y señales del vehículo, y cuando llegamos con Dios no
somos vulnerables con Dios. Él te pregunta: ¿cómo está tu familia? Y le étimos ahí más o menos,
caminando caminando, se vulnerable con Dios.

6. PARA RECIBIR TU MILAGRO SE VULNERABLE CON DIOS

A veces pensamos erradamente, que si somos sinceros con Dios Él se va a enojar o no nos va a
ayudar. Pero Él ya nos conoce. No somos vulnerables porqué pensamos que nos va a juzgar, pero
Jesús ya sabe tu situación y no te va a juzgar.

Él quiere una respuesta inmediata y sincera, que le digas todo lo qué hay en tu corazón, que le
expongas tu necesidad. Bartimeo no le esconde nada a Jesús, él fue claro y directo, “quiero ver”.
Así debemos acercarnos a Jesús con un corazón sincero y conscientes de nuestra necesidad.
Acercarnos confiadamente, exponiéndonos como somos porque Él ya nos conoce, y no vas a tener
un juicio, sino un milagro que restaurará tu vida.

Si somos honestos con Dios, milagros está por suceder, por qué nuestro corazón está abierto.
“Y Jesús le dijo:—Puedes irte, pues tu fe te ha sanado. Al instante el hombre pudo ver y siguió a
Jesús por el camino.” (vers. 52)

Fe es el poder que actúa para un milagro. Muchas veces ponemos el conocimiento antes de la fe,
y es bueno el conocimiento, es bueno prepararnos, pero sigue siendo teoría. La fe te hace vivir y
conocer los milagros de Dios y conocerlo, es el poder que tenemos de Dios actuando en nosotros a
nuestro favor. Milagros siempre serán el resultado de nuestra fe.

Me encanta lo que viene, “y siguió a Jesús por el camino”. Para Bartimeo no fue necesario
solamente ver a Jesús; él quería conocer a Jesús. No solo le bastó decir ya me sanaste y me voy.
Por lo contrario lo siguió, y ESE ES EL MILAGRO MAS GRANDE, no es que Jesús cumpla tu
necesidad o petición. El milagro no fue que el ciego viera, sino que nunca más lo dejara de ver a
Jesús, ese debe ser nuestro milagro.

¿Cuantas veces hemos escuchado que personas le piden al Señor por su matrimonio, y Jesús no lo
restaura y ese matrimonio se va y no sigue a Jesús? Ahí se perdió el propósito del milagro, le
pedimos a Dios un trabajo y la pregunta es: ¿qué vas hacer cuando Dios te de ese trabajo que vas a
hacer con los frutos de ese trabajo?

Un milagro sin propósito

Te voy a decir algo importante un milagro sin propósito no tiene el propósito para hacer ese
milagro. Detrás de un gran milagro debe existir un gran propósito. Si el milagro en tu vida fue
grande entonces el propósito tiene que ser mucho mayor.

Este hombre sólo quería recobrar su vista pero frente al milagro no solamente respondió con
gracias sino que respondió con su vida. Con una vida de servicio; con su vida sirviéndole a Jesús. El
propósito detrás de cada milagro es seguir viendo y sirviendo a Jesús.

La pregunta final hermanos no es ¿para qué quiero un milagro? Porque la respuesta es clara, y es
algo que necesito. Puede ser sanidad, puede ser restauración emocional psicológica espiritual
financiera etc.

La pregunta debería ser ¿para qué quieres el milagro, y qué vas hacer cuando Jesús responda ese
milagro? Si ese milagro no va a terminar en seguir a Jesús y servirle, pues ese milagro no tiene
propósito de cumplirse.

El milagro más grande exponer nuestra vida al servicio de Dios.

Oración:

 Tal vez has orado y sientes que tu milagro no ha llegado. Y te digo sigue clamando,
cuándo más lejos piensas que estás de Jesús el milagro está más cerca de ti. Él está muy
cercano a ti sigue clamando.

 Este hombre tuvo oposición, lo mandaron a callar. Pero sabes que él grito y grito mucho, y
muchas veces hasta que Jesús lo oyera. Así que en esta hora yo te invito a clamar a Dios y
no a detenerte en la alabanza de tu milagro porque está más cerca de lo que pensamos.
 No dejes de creer no dejes de orar en nuestro camino está Jesús, y si Jesús está aquí pues
milagros están por suceder.

Si escuchas voces que te quieren callar recuerda que mayor es el que está en nosotros, así que tú
sigue clamando y no te detengas porque tu milagro está en camino tu milagro está muy cerca.

Tu milagro viene

Sermón: Tu milagro viene.

1) No abandones tu clamor.

La voluntad de Dios es que nuestra familia se salve, pero a veces cuando vemos que esto no sucede
de manera rápida, puede aparecer el desánimo y la duda. Pero, no debemos renunciar a nuestro
clamor, ya que la Biblia nos dice que “el oído de Dios no se ha cerrado para escuchar, y tampoco su
mano se ha acortado para salvar”.

En cierta ocasión, una mujer sirofenicia de nación, vino al Señor Jesús para rogar por la sanidad
sobre la vida de su hija enferma, ella tuvo que superar varios obstáculos, pero no abandonó su
clamor. Inicialmente, Jesús no le respondió palabra alguna, y luego le dijo que sólo era enviado a
los hijos de Israel, y que no debía tomar el pan de los hijos para darlo a los perrillos.

Nos dice la palabra del Señor en el Evangelio según San Mateo: “Y ella dijo: Sí, Señor; pero aún los
perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces, respondió el Señor
Jesús diciendo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde
aquella hora”, según Mateo 15:27-28.

Según este pasaje bíblico, podemos ver a una madre que lucha en ruego e intercesión por la vida
de su hija. Ella ha rogado a Jesús por un milagro, pero el Señor en primera instancia permaneció en
silencio, y luego le dijo que él había sido enviado específicamente a ministrar los hijos de Israel. Ella
era una mujer sirofenicia.

A pesar del primer silencio de Jesús y de una aparente negativa, ésta madre no renunció a su
clamor ante el Señor Jesús. Entonces, esta madre es un ejemplo de perseverancia y de fe, aquella
fe que cree en los milagros del Señor Jesús en su familia.

2) La perseverancia muestra nuestro anhelo de un milagro.


Esta fe que persevera, es un mensaje de Dios que nos dice: “No renuncies a tu fe, ni abandones tu
oración”. Ella pudo haber ofendido a Jesús, pensando muchas cosas, algo así como: “Primero no
me responde, y ahora me contesta negándome la bendición”; sin embargo, ella no renunció,
continúo rogando por la vida de su hija, ella perseveró confiando en la bondad del Señor.

La verdad es que renunciar, es lo más fácil. Ante las adversidades, lo más fácil es abandonarlo
todo, pero aquí vemos a una persona que insistió y luchó; ni los obstáculos, ni el desánimo la
hicieron desfallecer.

La palabra de Dios nos enseña que los discípulos del Señor Jesús callaron, pero ella siguió rogando
e insistiendo. Esto nos recuerda que debemos perseverar, no renunciar, pues al final veras los
milagros del Señor Jesús en tu casa y familia.

3) Poderoso es Dios para hacer milagros en toda nuestra familia.

A veces los milagros del Señor se toman su tiempo, no suceden tan rápido como deseamos; pero
ante esto, debemos seguir creyendo y perseverando en el camino del Señor. Son los que perseveran
los que alcanzan la meta.

No escuchas palabras negativas, más bien alimenta tu fe. La Biblia nos enseña que el Señor Jesús
exaltó la fe de esta mujer, pues nos dice la Escritura que el Señor Jesús le dijo: “grande es tu fe”.

La fe grande es aquella que confía y ama a Dios, aún en los tiempos más complicados e inciertos.
La fe grande es aquella que sigue creyendo aunque la mente no comprende del todo lo que está
sucediendo.

La Biblia nos enseña que el Señor Jesús le dijo a esta mujer: “hágase contigo como quieres” y su
hija recibió el milagro. Y esto nos hace pensar: ¿Qué deseamos ver en la vida de nuestros hijos?

La Escritura nos dice finalmente que “y su hija fue sanada desde aquella hora”; entonces, la fe que
persevera logra la acción poderosa de Dios en nuestra vida y en nuestra familia. Con fe,
perseverancia y amor, lograremos ver los milagros del Señor en nuestra casa y familia.

Conclusión: La Escritura nos enseña que nuestros hijos son simiente de y para Dios, y aunque el
enemigo intente dañarles, el plan y el consejo del Señor prevalecerán. Levantémonos en
intercesión por nuestra familia, y creamos en la obra sobrenatural y poderosa del Señor.
Recordemos las palabras “Yo y mi casa serviremos al Señor”.

Dios transforma nuestras dificultades en milagros

Dios transforma nuestras dificultades en milagros. Sermón - Predica


Introducción: Es fundamental crecer en el conocimiento de Dios y su poder, el Señor nos ha dado su
Santo Espíritu para que sepamos las cosas que nos ha concedido. Nuestro corazón debe estar
siempre dispuesto a recibir la palabra de Dios y su revelación.

Dentro de los aspectos que debemos conocer y experimentar de nuestro buen Dios, es que además
de ser nuestro Salvador, él es nuestro sanador y libertador, él sigue haciendo milagros, Dios
transforma nuestras dificultades en poderosos milagros, y el Espíritu Santo quiere enseñar al
pueblo de Dios ese poder divino para enfrentar y superar las crisis.

1) En nuestro camino enfrentaremos desiertos que debemos superar.

Nos dice la palabra de Dios en el libro de Éxodo 15:22 ““E hizo Moisés que partiese Israel del Mar
Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin encontrar agua”.

Como bien sabemos el desierto nos habla de aridez, soledad, peligro y adversidades. La Biblia nos
enseña que era Dios mismo quien iba delante de ellos, y pasar por el desierto era parte del
camino.

Sin duda alguna, en ésta parte del camino, el pueblo de Israel aprendería el poder de la alabanza,
desarrollaría su fe e intimidad con el Señor, conocería al Dios proveedor y todopoderoso, aun en
las circunstancias más difíciles.

La Biblia nos enseña que aquella región tenía por nombre “El Desierto de Shur”, y la palabra “Shur”
desde el hebreo viene de un término que además quiere decir: “pared”, “muralla”. Entonces, esto
es algo a superar, tenían al frente una prueba de su fe, “tres días sin hallar agua” fácilmente es
una situación que puede producir cuestionamientos, dudas e incertidumbre.

Debemos tener mucho cuidado con la murmuración, pues esta hace más amargo el camino. Nos
dice la Biblia en Éxodo 15:23-24 “Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara,
porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra
Moisés, diciendo: ¿Qué vamos a beber?”.

Debemos tener en cuenta que la palabra “Amargo” es el adjetivo calificativo de un sabor. Ante
ésta situación (“amarga”) ellos “murmuraron contra” (es decir: “Hablaron mal contra”), es una
expresión que equivale a “obstinadamente se quejaron”.

Debemos considerar que ellos acababan de tener una gran victoria y ver uno de los más grandes
milagros de la Escritura: Dios abrió el Mar Rojo para que ellos pasarán en seco, y con sus propios
ojos ven la destrucción del ejército del faraón.

Lamentablemente, la Escritura nos enseña que fue la continua queja la que no permitió que el
pueblo de Israel superará rápidamente el desierto. Su mayor obstáculo no fue el desierto mismo,
sino la dureza de su propio corazón, la cual los llevó a quejarse contra Dios y su voluntad.
2) Dios es quien transforma nuestra adversidad en una gran victoria.

La palabra de Dios nos enseña en Éxodo 15:25 “Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un
árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí
fueron probados”. Debemos tener en cuenta varias cosas muy importantes aquí:

a) Ante los obstáculos debemos acudir a la presencia de Dios.

Textualmente nos dice la Escritura: “Moisés clamó a Jehová”, y esto es lo correcto, es lo que
debemos hacer ante la adversidad, “no gastes tu fuerza quejándote, invierte tus energías
buscando a Dios”.

El Señor le mostró a Moisés lo que debía hacer. Esto nos recuerda que es en la presencia de Dios en
donde viene la revelación y dirección para sortear nuestras adversidades y dificultades.

b) Es Dios quien hace de nuestra dificultad un gran milagro.

La Biblia nos dice que: “y las aguas se endulzaron”, el Señor tiene el poder para cambiar el sabor
amargo por un dulce sabor, acción que nos recuerda que el Señor puede cambiar los sabores
amargos de nuestra vida.

Con cierta frecuencia, lo amargo de la vida esconde sabores dulces que solo se conocen y se
experimentan cuando buscamos a Dios, y encontramos en él la respuesta de su soberana
voluntad.

Es muy importante, también tener en cuenta que aquí la Biblia nos dice: “Y allí los probó”, Dios nos
prueba y cuando eso ocurre ¿Cómo respondemos ante las circunstancias difíciles de la vida, que
permite el Señor que lleguen a nosotros?

Podemos caer en la tentación de murmurar, quejarnos, enojarnos, desanimarnos, volver atrás


(como quiso en algún momento Israel), o podemos hacer lo correcto, es decir, buscar a Dios y
hacer su voluntad, con la sabiduría y fuerza que sólo él nos puede dar.

c) Hay sanidad en Dios para su pueblo.

Nos dice la Escritura en Éxodo 15:26 “Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e
hiciereis lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus
estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová
Dios tu sanador”.
3) Dios muestra su gloria en los escenarios más difíciles.

A través de la palabra de Dios podemos ver que el Señor se manifiesta en el momento preciso. La
Escritura nos enseña que ellos estaban en el desierto, tres días sin agua, y las que encuentran son
amargas (aún en la actualidad, allí hay aguas saladas y amargas, no potables), pero allí el Señor
manifestó su poder y gloria.

Es interesante, ver que aparece por primera vez en la Biblia el nombre “Jehová Rapha” (nombre
que significa: Jehová Sanador), fue pues una nueva revelación de Dios a su pueblo en las aguas
amargas de Mara. Las situaciones difíciles, son con frecuencia, escenarios de revelación de Dios.

Vale la pena, hacernos aquí una pregunta: ¿Por qué el Dios sanador se manifiesta ante su pueblo
endulzando unas aguas saladas y amargas? Es muy importante tener en cuenta que esta región es
costera, muy próxima al mar Rojo, región cuyo suelo es muy rico en sodio (por ejemplo el Mar
Muerto se llama así, porque allí no hay vida, debido a su alto nivel de salinidad).

Entonces, este acontecimiento nos permite ver que donde hay muerte, nuestro buen Dios genera
vida; esto nos enseña que en medio del desierto, Dios puede hacer florecer un jardín; que en medio
de tus dificultades, nuestro Señor puede mostrar su gloria; que en medio de la maldición, él puede
establecer su bendición, porque todo es posible para él, no hay nada difícil para nuestro Dios.

4) Cuando el camino se hace duro y difícil, el Señor renueva las fuerzas de su pueblo.

La palabra de Dios nos permite ver que el pueblo de Israel estaba fatigado, cansado, y muchos
quizá desanimados, pero el Señor no sólo endulzó éstas aguas sino que los llevó a Elim, nos dice la
Biblia:

Éxodo 15:27 “Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y
acamparon allí junto a las aguas”. En este pasaje bíblico podemos ver varios aspectos
importantes:

El nombre de aquel lugar, “Elim” quiere decir: “arboles grandes”. Por lo general, se le identifica en
la actualidad con el Wâds Gharandel, a unos noventa y seis kilómetros al sudeste de Suez, que
tiene una abundante vegetación de palmeras, tamarindos y acacias, y una fuente permanente de
agua que produce unos 4.770 litros por minuto. Un lugar verde y de abundante agua en medio de
aquel desierto.

La palabra de Dios menciona “Doce fuentes de aguas”, estas aguas no eran estancadas, eran
aguas corrientes (doce fuentes, podía ser una para cada tribu, lo que nos recuerda que Dios es el
proveedor de todos sus hijos).

En este lugar Israel se detuvo un tiempo, lugar en el que renovaron sus fuerzas y llenaron sus
vasijas de agua, para seguir hacía el plan de Dios: conquistar la tierra prometida. Este estudio, nos
recuerda y permite concluir que por difícil que sea el camino, siempre será el Señor nuestro
sustento y proveedor. Él es nuestro Pastor, nos guía y cuida siempre.

Reflexión final: El Señor tiene cuidado de sus hijos, y manifiesta su gloria a través de sus milagros.
Dios no cambia, él sigue en medio de su pueblo, guiándolo y protegiéndolo. Detrás de todo
obstáculo el Señor tiene para nosotros una gran victoria.

Te invito a leer: La poderosa unción del Espíritu Santo

Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.

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Anexo 1: Dios transforma nuestras dificultades en milagros.

Debemos ser conscientes de que las dificultades, pruebas de nuestra fe o problemas, pueden
aparecer un día cualquiera en nuestra casa, sin previo aviso. Sin duda alguna, la llegada de un
nuevo hijo a la familia es por supuesto una gran noticia, hay gozo en casa por semejante anuncio.
Sin embargo, a veces el contexto es difícil, pero Dios transforma nuestras dificultades en poderosos
milagros.

Por ejemplo, en el caso de Moisés nos dice la Sagrada Escritura, según el libro de Éxodo 2:1-2 “Un
varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió, y dio a luz un
hijo; y viéndole que era hermoso le tuvo escondido por tres meses”.

La palabra de Dios nos enseña en el libro de Éxodo que los padres de Moisés tuvieron que
enfrentar una situación crítica, ya que la llegada de su hijo Moisés se daba en medio del decreto
mortal del rey de Egipto, quien había dicho: “todo hijo varón de los hebreos que naciese debía
morir”. Era pues, un decreto de muerte, una voz del enemigo que se levantaba contra los planes
del Señor.

Sin embargo, nos enseña la palabra de Dios, que los padres de Moisés estaban unidos en la fe,
ellos eran hebreos, descendientes de Leví (recordemos que esta fue la tribu que luego fue llamada
al sacerdocio). Ellos confiaron en el poder y cuidado de Dios, y no fueron avergonzados ni
decepcionados por el Señor, él los protegió de aquel decreto de muerte.

El peligro era real e inminente, la situación era critica; sin embargo, podemos ver que los padres de
Moisés a pesar de todo, estaban unidos por la fe aun ante la adversidad.
La ley o decreto del rey egipcio era demoniaco, su objetivo era inspirado por las tinieblas mismas,
pues procuraba destruir la simiente de Dios (es decir, el objetivo era destruir la descendencia de
donde vendría el Salvador Jesucristo el Señor).

Aunque aquella orden venía del faraón, los padres de Moisés fueron valientes, y lograron ver el
plan de Dios con su pequeño hijo Moisés. Ellos lo escondieron durante tres meses, fue un acuerdo
entre ellos, lo hicieron juntos, fortalecidos en Dios lucharon unidos ante la adversidad. Es el poder
de la unidad y el acuerdo como pareja.

Debemos ejercer discernimiento, y no permitir que el reino de las tinieblas traiga separación en el
hogar, ora al Señor y clama su poder y amor, él transforma las familias, Dios transforma nuestras
dificultades en milagros.

Es probable que veamos a los poderes de las tinieblas levantarse contra el hogar o familia, pero
Dios es todopoderoso para salvarnos, lo que debemos hacer es acudir a él, y depositar en sus
poderosas manos tus preocupaciones, orar con perseverancia, y al final veremos el poder de Dios
sobre todas nuestras dificultades.

De este embarazo y nacimiento en medio dela adversidad, el Señor levantó un poderoso siervo de
Dios. Así que, aunque el panorama sea difícil, y las adversidades se levanten, debemos fortalecer
nuestra fe y confiar en el cuidado y poder del Señor, pues él no cambia. Dios transforma nuestras
dificultades en milagros.

Te invito a leer:

1) Mira a Jesús en todo tiempo

2) Dios responde a tu oración

3) En cada dificultad el poder de Dios resplandece

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Anexo 2: Dios transforma nuestras dificultades en milagros.

En todo tiempo acude al poder de Dios.

La palabra de Dios nos enseña de manera clara y contundente que es la presencia del Señor donde
somos renovados y transformados por su poder, y es quien transforma nuestras dificultades en
poderosos milagros. Veamos Salmo 138:2-3

“Me inclinaré mirando hacia tu templo santo, y alabaré tu nombre por tu misericordia y tu
fidelidad; porque tu nombre has engrandecido, y tu palabra sobre todas las cosas. El día que
clamé, me respondiste; y me diste nuevas fuerzas en mi alma”.

En este salmo escrito por David, el Espíritu Santo nos enseña varias cosas respecto a la búsqueda
de la presencia de Dios. En primer lugar, observamos que cuando decidimos buscar la presencia del
Señor, nuestro ser empieza a experimentar una transformación y renovación, pues Dios es vida, él
ministra su fuerza y poder a todo aquel que se expone a su poderosa presencia.
Nuestro corazón inicia una verdadera transformación, y nuestra fe se restaura de modo que
podemos creer en que el Señor será quien transforme nuestras adversidades y dificultades en
milagros. Es una fe osada y valiente, renovada en Dios.

Debemos recordar aquí también, que el salmista dijo: “En tu presencia hay plenitud de gozo;
delicias a tu diestra para siempre”, según el libro de los Salmos 16:11. Todo aquel que entra en la
presencia de Dios es bendecido y transformado por su poder.

Volviendo al Salmo 138:2-3, podemos observar en el texto varias palabras que nos permiten ver la
vida de búsqueda del rey David por la presencia de Dios.

Frases o términos como: “Me postraré” “alabaré” “clamé”, nos muestran que David entraba en la
presencia de Dios, y es allí cuando él dice: “Me fortaleciste con vigor en mi alma”. Dios transforma
nuestra actitud de fe para confiar en sus milagros.

Cuando vemos los diversos testimonios de la palabra de Dios, podemos concluir que cuando te
sientas desfallecer, cuando veas que el desánimo se levanta o viene contra ti, acude al Señor
Jesucristo en oración; como lo hacía David, póstrate, alaba y clama a Dios, y de él vendrán nuevas
fuerzas.

Dios renovará tu fe, tu esperanza, él te fortalecerá y te ayudará a perseverar y vencer todo


obstáculo del camino. Recuerda: Dios tiene el poder para transforma nuestras dificultades en
milagros.

Creo que es interesante recordar aquí, que cuando los pilotos de los aviones comerciales son
avisados por sus radares que por delante tienen una tormenta, por lo general no la atraviesan,
sino que vuelan sobre ella usando la fuerza de sus motores. Dios nos da la estrategia para superar
toda adversidad.

Así que, ve a la presencia del Señor, fortalécete en su poder, y superarás toda tormenta y
obstáculo, él nunca te dejará avergonzado, en Cristo eres más que vencedor.

Al considerar la trayectoria de nuestra vida hasta hoy, sin duda, es evidente la protección y
provisión de Dios, él ha sido fiel y seguirá siéndolo. Renuévate en Dios, entra en su presencia y
permite que su poder y fuerza vengan sobre ti, no tengas temor de reconocer delante de Dios tus
debilidades y agotamiento; él es tu fuerza y refugio.

Ante todo desafío u obstáculo, habla con Dios, él tomará tu situación en sus manos, él hará lo
mejor en tu vida. Pide al Señor nuevas fuerzas, y él te dará en abundancia, pues él desea que
perseveres y avances hacia la meta que te ha preparado.

Durante el ministerio de Jesús con sus discípulos, se levantaron tormentas en el mar, enemigos
vinieron a tentarle, otros procuraban su caída, etc, pero siempre el Señor confió en su Padre
celestial. No importa el tamaño del problema, Dios transforma nuestras dificultades en milagros.

“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de
mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” Evangelio
según San Mateo 17:20.
Es Dios quien transforma nuestras dificultades en milagros.

Logrando un Milagro

Pastor : Jose Luis Dejoy Solarte mayo 2, 2013 Predicas Cristianas 1 Comentario 2,518 Vistas

Mateo 8-9

Sea creyente o no todos de alguna manera queremos un milagro, así diga que no cree en los
milagros divinos como lo expresamos los cristianos anhela que en su vida suceda algo que sea
fuera de lo normal, así después lo llame casualidad. U obra del destino.

Cuando ocurre algo asombroso y excepcional para lo que no hay una explicación racional, se dice
que ocurrió un milagro. Se le llama también milagro a aquello que, por medio de la intervención
divina, se manifiesta en tu vida para mejorarla. A veces, se le llama milagro a algo que
simplemente te hace sentir que la vida tiene magia y misterio.

Aunque las definiciones varían, muchas religiones y culturas de ayer y de hoy poseen algún
concepto de lo que es un milagro y reconocen los milagros como una realidad.

Origen y significado de la palabra milagro

La palabra milagro viene del latín miraculum, que significa “mirar” .Miraculum a su vez proviene
de mirari, que significa “contemplar con admiración, asombro o estupefacción”. En la antigüedad
se le llamaba miraculum a todo aquello que no se podía comprender. Con el tiempo, la
palabra milagro ha llegado a ser definida, según el Diccionario de la Lengua Española, como un
“hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de
origen divino”.

Lo que necesitamos para lograr un milagro:

1. Creer en lo sobre natural: es muy difícil que alguien llegue a recibir algo de lo cual no cree. Para
recibir algo se necesita estar dispuesto a recibirlo.

2. Aceptar la voluntad de Dios: V 1-2 “Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
8:2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.”
¿Qué nos motiva a orar? Por lo general todos los seres humanos oramos mientras tenemos una luz
de esperanza de recibir lo que estamos pidiendo. Jesucristo oraba y a pesar de estar desesperado
al final de su clamor decía “Señor hágase tu voluntad mas no la mía” Mateo 26: 39. Nosotros los
cristianos hacemos todo lo contrario oramos para que se haga nuestra voluntad, tanto que al no
recibir el milagro que estábamos esperando tildamos a Jehová como un Dios injusto, y muchas
veces hasta nos enojamos con él y según nosotros le pagamos con el látigo de la indiferencia y ya
no volvemos a la iglesia.

3. Debo creer que Dios puede hacerlo. 9: 28 “Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les
dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.” Muchas veces creemos y hasta
predicamos sobre un Dios que hace milagros, pero Jesucristo quiere que nosotros creamos
específicamente que él puede hacer lo que yo necesito.
4. Debo tener una fe activa: 8: 7-8 “Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.

Logrando un Milagro

8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la
palabra, y mi criado sanará.” La fe no debe ser solo de teoría debemos reflejarla en cada momento
de nuestra vida.

5. Cada uno recibe a la medida de lo que espera: 8: 13 “Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y
como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.” Mateo 9: 29 “Entonces
les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.”Un hombre estaba orando en el
reclinatorio, desesperado decía Dios mío dame tres mil pesitos para poder comer algo en este día,
junto a el estaba otro varón desesperado porque él no se paraba rápido para el poder elevar su
oración. Ya cansado de esperar se mete la mano en el bolsillo y le dice al que estaba arrodillado,
necesitas tres mil pesos tómalos, pero no le quites tiempo a Dios yo necesito pedirle diez millones.

6. Visualizar el Milagro: Hebreos 11: 1“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción
de lo que no se ve.” Convicción es la capacidad de estar tan seguro de algo que es como si lo
pudiera ver antes de que suceda.

7. Declararlo: si puedo verlo en mi mente lo puedo declarar. 9: 20-21 “Y he aquí una mujer
enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su
manto; 9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.” antes de tocar
el borde del manto que para ella era el punto de contacto entre su fe y el poder sobre natural de
Dios, al igual que para el rey Ezequías la masa de higos o para Naamán las aguas del rio Jordán.
Ella lo estaba declarando en su mente. Porque el milagro comienza en la mente: debemos llamar lo
que no es como si fuera. Romanos 4: 17; Joel 3: 10.

8. El milagro es una profecía: 8: 17 “para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando
dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.” Esta profecía al igual que
todas solo se cumple en la vida de los que la creen.

9. Debo querer un milagro: Juan 5: 6 “Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho
tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?” esta pregunta parecería ilógica, quien que esté enfermo no
quiere ser sano, o quien que este pobre no quiere salir de la pobreza. Pero muchas veces caemos
en el conformismo cristiano, y nuestras palabras no ayudan a conseguir un milagro: “con lo que
tengo es suficiente, la plata daña, quiero una casita en cualquier lugar. con tal que sea propio así
sea un rancho. Etc.”

10. Debo creer de corazón: Marcos 9: 22- 23 “Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua,
para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos.
9:23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.” Si nosotros podemos creer,
Jesucristo puede hacer el milagro. Juan 11: 39-40 “Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana
del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 11:40 Jesús le dijo: ¿No te
he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?”
Dios está dispuesto hacer milagros, pero necesita personas que le crean ciegamente, sin dudar.
Solo confía en él no te preguntes como lo hará pero si crees veras la gloria de Dios. Para el que cree
todo es posible

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