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Títeres en palabras

Antología de obras de títeres


para niños y adultos en ocasión del Premio Nacional Javier Villafañe

Coord. Jorge Dubatti, Antoaneta Madjarova, Nora Lía Sormani y Jimena Trombetta

Ana Alvarado
Laura Inés Gutman
Ignacio Huang
Fabián Sevilla
Mariana Trajtenberg
Ariel Varela
Miguel Ángel Vigna
Claudia Villalba/Daniel Scarpitto
Leonardo Volpedo

Anatolia y su sombra
Ana Alvarado

Escena I

ANATOLIA: (Encaprichada y pataleando en el porche de su casa. Es noche temprana y se


acaba de encender la luz del frente, el enorme abeto oculta el paso de los transeúntes.) ¡No
me vuelvas a hablar así mamá! ¡De ninguna manera! ¿Entendiste? Yo quiero un velador y
punto.
MAMÁ: Basta Anatolia, te estoy escuchando perfectamente. Vení adentro que ya está
oscureciendo.
ANATOLIA: Y si tiene esos paisajes que se mueven con la luz, o peces, o cascadas o lo que
sea, mejor. Todos los chicos tienen uno en su pieza. ¡Vos sos una amarreta!
VOZ DE PAPÁ: (Arrastrando los pies y falsamente amenazante.) ¡Se acabó, Anatolia, te
voy a buscar! ¡No te permito que le hables así a tu madre! ¡Ahí voy!
Anatolia comienza a correr para esconderse de su papá pero algo le llama la atención y la
deja petrificada. Acaba de ver la sombra de un pequeño felino salvaje en la pared. Se
queda muy quieta y la sombra también. Luego intenta lentos movimientos hacia la puerta
de su casa, tratando de percibir los sonidos del felino original. Nada. La sombra del
jaguar hace los mismos movimientos que ella. Es muy chistoso. Anatolia le hace pito
catalán y la sombra lo repite, pero cuando la nena comienza a avanzar hacia la puerta, la
sombra del jaguar también se mueve con ella aunque mucho más suave y elegantemente,
alargando sus patas y cuidando de no adelantarse.
MAMÁ: ¡Vas a salir de una vez Enrique, ya es de noche y Anatolia está afuera!
Sale el padre dando pesadas zancadas y protestando. Cuando sale también se queda
petrificado. Ve a Anatolia riendo a las carcajadas y jugando con la sombra de un pequeño
jaguar, o, mejor dicho, con su sombra.
PAPÁ: ¡Cintia! ¡Vení!
MAMÁ: ¿Qué pasa? (Sale.) ¡Ay, no! ¡La descubrió! ¡Te dije que te apuraras!
¡Ay, no! ¿Y ahora?
PAPÁ: Anatolia … Vení. Tenemos que contarte algo.
ANATOLIA: ¿La sombra del gatote puede entrar conmigo?
PAPÁ: No lo voy a poder evitar corazón, pasen.
Así se enteró Anatolia de que tenía una sombra con forma de jaguar, que nunca había
tenido una de nena y que sus padres habían pasado cuatro años evitando que ambos se
encontraran. Su casa tenía por eso, una extraña y muy pareja distribución de la luz.

Escena II

Anatolia juega con su sombra a distintas horas del día. Una fuente de luz la ilumina
alternativamente y a intervalos regulares de frente, cenital, nadir, picado, contrapicado y
contraluz. La nena va descubriendo las posibilidades de ese encuentro, disfruta de cada
descubrimiento. Juega a que un jaguar la persigue, a acurrucarse y desaparecer los dos, a
tratar de pisar su sombra, a descubrir lo graciosa que es una sombra de león muy estirada,
a ser dos fieras que atacan en la noche y a gruñir pavorosamente.
VOZ DE MAMÁ: ¡Anatolia basta de gruñir!
Anatolia y su sombra imitan muy ridículamente la posición de brazos en jarra de la mamá
y luego se echan al piso a descansar pero antes se peinan, se acomodan la cara, se la
lavan con la lengua, se sacuden el pelaje y el vestido, muy femeninamente.
ANATOLIA: (A su sombra.) Dice mamá que estás cambiando mucho y que cada vez nos
parecemos menos. Dice que nuestro pelo va a ser cada vez más diferente. (Los dos se
cubren con las manos los costados de a cabeza y niegan. Sueltan las manos se revuelven el
pelo y ambos quedan despeinados.) ¿Ves que no es así, mamá? (Bailan una ridícula
coreografía feroz.)
VOZ DE PAPÁ: (Se ríe sofocadamente.) Son muy graciosos, Cintia, qué tiene de malo lo
que le pasa a mi nena. ¿A quién le puede molestar que tenga una sombra un poco
diferente…eh?
VOZ DE MAMÁ: No sigas Enrique, te lo pido por favor.
VOZ DE PAPÁ: ¡…Y que sea actriz, que trabaje en un circo, qué se yo, que disfrute de lo
que le tocó!
VOZ DE MAMÄ: ¡Basta, Enrique! De ningún modo podemos naturalizar esto. ¡Anatolia a
dormir!

La sombra del cachorro y Anatolia se acuestan, sueñan inquietos. Se escuchan ruidos


terribles que provienen de un lugar indefinido, voces de hombres, disparos, jaulas que se
cierran, gruñidos y aullidos lastimeros. La pequeña sombra está muy asustada, se
acurruca, se esconde junto a Anatolia.

Escena III
Dos jaguares en plena selva mesopotámica, discutiendo. Un cachorro que está
acurrucado en un rincón se rasca rabiosamente como queriendo sacarse algo de las patas.
JAGUAR MACHO: Es imposible hacerlos entrar en razones. Nos van a rodear esta noche y
yo no puedo dejar que por él corran riesgo de muerte vos y los demás cachorros.
JAGUAR HEMBRA: Pero él no tiene la culpa, pobrecito. Creció así con esa estúpida
sombra pegada a sus pies y nunca logró sacársela.
JAGUAR MACHO: Una manada de felinos guerreros no puede cargar con un cachorro
macho que tiene sombra de niña humana. Es una monstruosidad y un riesgo. Vamos a tener
que abandonarlo.
JAGUAR HEMBRA: (Llora. Hacia su hijo.) ¡Basta hijo! No podés separarte de ella, tienen
que aprender a llevarse bien, van a vivir siempre juntos… Es muy molesta pero los dos
juntos son muy graciosos. Quizás podrían actuar en fiestas humanas, hacer reir a esas
bestias…
El jaguarcito sigue tratando de separarse de su sombra con rabia, quiere pisarla, cortarla
con sus garras pero no puede. Su sombra tiene la altura de Anatolia, un vestidito parecido
al de Anatolia y hasta el pelo de Anatolia. O sea…es la sombra de Anatolia, perdida vaya
uno a saber por qué en plena selva.
JAGUAR MACHO: Lo vamos a esconder de la manada de jaguares en un barco de
humanos, ojalá tenga alguna oportunidad.
JAGUAR HEMBRA: (Llora. Hacia su hijo.) La vas a tener hijo, sos un jaguarcito
extraordinario y te vas a destacar siempre.
El jaguarcito y la sombra de Anatolia detienen su lucha sorprendidos por la hembra
llorosa.
Escena IV
Anatolia baila distraídamente con su sombra, en el muro lindero de su patio. Es tarde
temprano y en pleno verano. Luz y sombra se definen con gran precisión e intensidad.
Concentrada en su juego no percibe que sobre el muro van apareciendo cabecitas de otros
niños del barrio que la espían y se burlan en silencio. Luego empiezan a bajar objetos que
producen sombras sobre la sombra del jaguar: pájaros que le pican el lomo, ramas que le
hacen cosquillas. Anatolia mira para ver de dónde provienen esas sombras pero no siendo
peligrosas y aunque no distingue bien, hace el gesto de ahuyentarlas con la mano. Leves
risitas burlonas se escuchan desde la altura. Anatolia mira, el sol le dificulta la visión pero
alcanza a ver bajar una jaula de madera que proyecta la sombra de sus barrotes sobre el
lomo del cachorro.
Anatolia y su sombra de jaguar enfurecen y rugen. Trepan violentamente el muro y
amenazan con sus garras a los niños que huyen llorando. Sólo un niño queda sobre el muro
proyectando la sombra de un pajarito de papel que mueve dulcemente sosteniéndolo por un
hilo. Anatolia tira violentamente del hilo. El pajarito cae y el niño se escapa. La nena
desarma el pajarito con furia pero ve que es una carta.
ANATOLIA: (Leyendo.) “No sos la única, hay otros, yo mismo pero mis amigos no lo
saben. Mañana por la noche nos reunimos todos los que tenemos el mismo…. problemita,
en el paredón de la fábrica abandonada. No le cuentes a tus papás.”

Escena V

Anatolia y su sombra duermen agitados, la nena habla en sollozos.


ANATOLIA: ¡No, no, no nos dejen solos, por favor! Odiamos la noche en el mar y todavía
somos muy pequeños para defendernos solos. ¡No, no, no se vayan, por favor!
Anatolia se despierta sobresaltada. Mira su habitación y se tranquiliza. Escucha susurros
por detrás de su puerta. Son sus padres.
MAMÁ: La mujer estaba furiosa, dice que Anatolia persiguió a sus chicos como si fuera un
perro o un tigre, me dijo que gruñía y que tenía una velocidad anormal. Está todo el barrio
murmurando.
PAPÄ: Vamos a tener que extirpársela, es preferible que sea una nena sin sombra y
traumada a que asesine como un jaguar.
MAMÁ: ¡No exageres, no empieces con tus ideas alarmistas! El Dr. Nicolai dice que puede
hacerlo pero que es mejor convencerla porque lo que no se salva es la sombra del gatote, la
va a tener que desechar.
ANATOLIA: (Abrazando a su sombra.) ¡JAMAS!

Escena VI

Paredón suburbano, patio descampado, una fábrica abandonada. Anatolia camina un poco
asustada, escuchando el ruido de sus taquitos sobre la vereda. Su sombra se alarga y se
adelanta para vigilar los posibles peligros en el avance de la niña. Se encienden faros de
un auto estacionado. Suena música poderosa. Aparecen varios niños y niñas, Anatolia no
los puede ver porque los faros la encandilan pero sobre el paredón se ven sus increíbles
sombras: de águila, de lobo, de jabalí. Todos bailan formando extrañas formas junto a sus
sombras, Anatolia y su sombra se suman alegres.
ANATOLIA: (A los gritos, mientras baila.) ¿Por qué nadie tiene sombra de conejito o de
caniche?
CHICO-LOBO: (También gritando.) Porque necesitamos más fuerza, aprender de los
animales a defendernos con garras y dientes, eso me dijo mi abuelo.
ANATOLIA: Mis papás quieren separarme de mi sombra.
CHICO-LOBO: (Gritando y bailando.) No los dejes, no le hagas eso a tu sombra. Por lo
menos hasta que recuperes la tuya que andará perdida por ahí. Algunos lo logran.
ANATOLIA: ¿Cómo?
CHICO-LOBO: Tu sombra se te aparece en los sueños, tratá de recordarlos y de registrar
todos los detalles, así vas a poder localizar el lugar dónde está. ¡Viene alguien! ¡Corran!
Se escucha una sirena. Los faros se apagan, la música también y todos salen corriendo.
Por el paredón se ve escapar a las extrañas sombras de animales salvajes.

Escena VII

Anatolia y su sombra entran veloces en la pieza, se acuestan en la cama agitados y la


nena, todavía riendo bajo y bailando raro, se va quedando dormida. Sueña y habla.
ANATOLIA: (Murmura.) Estamos escondidos en un barco, viajamos ocultos. El mar es
muy oscuro. Los marineros hablan mucho de un puerto, dicen que vamos llegando a
Buenos Aires y que van a ir a La Boca. ¿Hay un lugar que se llama “boca”? (Anatolia se
despierta violentamente.) ¡Es mi sombra! ¡Están llegando acá, a Buenos Aires, al puerto y
a… ¡La Boca! ¡Pá, el domingo! ¿Vamos a pasear por la costanera?
PAPÁ: Está bien, hija pero ahora dormí que recién está amaneciendo y es lunes.

Escena VIII

Anatolia y sus padres están de paseo por el puerto. Es mediodía de modo que su sombra es
apena visible alrededor de sus pies. La niña está inquieta. Mira los barcos amarrados y los
que van entrando al puerto.

ANATOLIA: Papá… ¿En Lituania hay jaguares?


PAPÁ: No, no, no creo. En algún zoológico quizás.
ANATOLIA: ¿Esa bandera de qué país es?
PAPÁ: Noruega, me parece
ANATOLIA: ¿Hay jaguares en Noruega?
PAPÁ: No hija, no. Pero mirá, ese es de Paraguay. Seguro hay jaguares en ese país
Anatolia se suelta de la mano de su papá y corre hacia el barco. Su padre la sigue sin
entender y tratando de detenerla. Se escuchan gritos y sirenas, el padre mira espantado.
Un jaguar pequeño y macizo corre al encuentro de la nena, está asustado por los gritos.
ANATOLIA: Soy yo. Tranquilo, no te asustes, tu sombra está conmigo.
PAPÁ: ¡Hija, no, cuidado, es un animal salvaje!
El cachorro llega a los brazos abiertos de Anatolia, ella lo abraza y él se tranquiliza y se
deja acariciar. Caminan despacio por la calle, mirando al piso. En la acera se ve la
sombra de una niña unida a los piecitos de Anatolia y la sombra de un jaguar se extiende
frente a las patas del pequeño felino. Los cachorros humano y animal, sonríen.
NARRADOR: El leoncito volvió a la selva. Anatolia y su papá lo acompañaron en ese
regreso. La nena y el felino se despidieron a los abrazos en el suelo, con risas y gruñidos.
Luego él se adentró en la selva, llevaba unida a sus plantas la sombra de un bello jaguar
adolescente. Anatolia y su sombra de nena lo saludaron mucho rato moviendo las manos.
ANATOLIA: (A su antigua sombra.) Te voy a soñar y voy a conocer todos los paisajes que
conozcas. Soñame vos también. Soñá con la sombra del abeto y la vereda en el verano y
buscame cuando me esconda… (Le tira un beso.)

FIN
Rey Mono vs. Madame Esqueleto
Ignacio Huang

Fuente: “Peregrinación al Oeste”- Una obra clásica de la Literatura China (Anónimo 1590
dc.)

Luz, paisaje de elevadas montañas en el fondo, algunas de ellas rodeadas de nubes,


aparece Kun.
KUN: Nunca confundas a un tigre con un gato grande,
Un dragón escondido no es una serpiente.
Grandes personalidades usan humildes disfraces,
Para alcanzar la grandeza se necesita, una pisca de dones.
Mi nombre es Sung Wu Kun, o pueden llamarme simplemente Kun. En la tierra me
conocen como El rey mono, y en el cielo me apodan “El santo de todos los cielos”, aunque
los que me tienen envidia me dicen “El simio apestoso”. Miles y millones de años atrás,
nací yo de una piedra sagrada en la cima de la montaña más alta de la tierra. Gracias a los
poderes concebidos por los elementos de la naturaleza, nací con una inteligencia inusual, un
ingenio excepcional de transformación y el talento de una vista telescópica. Un día,
cansado de ser el rey entre los monos. Me dirigí hacia el cielo y le dije al Emperador
Celestial: O me consagran como el mayor de los dioses, o dejo a todos los títeres sin
cabeza. Destrocé el Templo Celestial como nunca se ha visto. En plena desesperación, el
Emperador pidió ayuda al Buda. Ay ay ay… Este Buda, sí que es más listo que yo. Con un
manotazo me dejó aprisionado debajo de una montaña. Y así, esperé miles y miles de años.
Hasta que un buen día, la gentil diosa Kuan Shi Ying vino a mí y me ofreció un trato: una
forma de redimir mis errores anteriores. Tendría que acompañar a un monje budista en su
viaje de peregrinación hacia la India. Ayudarlo y protegerlo de los inminentes peligros que
puedan surgir en esta sacrificada travesía. Hmmm… un buen trato pensé. ¡Y miren!… aquí
me tienen.... Una vez más, adentrando a una zona desconocida, plagado de misterios e
invisibles peligros. Pero ustedes se preguntarán ¿Dónde está el monje? ...Mejor me voy
acostumbrando…Ahora es mi maestro. Miren, allí atrás. Subiendo lentamente a esta
montaña juntos con mis dos hermanos. Yo me adelanté en el camino para espantar a las
bestias: tigres, serpientes, osos. ¡Fuera, fuera del camino! Aquí viene mi maestro, el monje
Tang Zeng. (Mutis con un salto.)

Aparece el maestro Tang montado en su caballo blanco escoltado por Pajay y Zaa.
TANG: El cuerpo débil de un hombre, encierra un corazón enorme
Al encenderse cual vela en sacrificio, ilumina y beneficia a miles
Miserias y angustias en el mundo se sufre
Sólo palabras de Buda impiden, que se ahogue.
Mi nombre es Tang Zeng, muchos me llaman el maestro Tang. He consagrado mi vida al
servicio de Buda desde que era muy pequeño. Siempre ha sido mi único objetivo servir al
otro. Hace unos años atrás, el buen emperador Chien Long tuvo un sueño extraño. En su
sueño un dragón le reveló que debería mandar a alguien de su confianza a buscar en la
India unos sanscritos. Dentro de estos sanscritos, encontraría palabras de Buda, que no sólo
lo ayudaría a gobernar con benevolencia, sino también que el pueblo chino se beneficiaría
grandemente con estas enseñanzas. Pues así, el gran Emperador chino me convocó y me
confió esta misión. Pero, al ver mi condición… que sólo soy un débil sacerdote, la
bondadosa diosa Kuan Shi Ying se me manifestó y me asignó tres discípulos, y son quienes
me acompañarán en este largo y peligroso viaje. Y he me aquí, nuevamente atravesando
caminos sinuosos y abandonados. Con un sólo objetivo… llegar a mi destino y cumplir con
el encargo imperial.
PAJAY: Ay ay ay… Maestro no puedo más, no puedo más… estuvimos caminando en
tierras empinadas desde la madrugada ¿No deberíamos descansar un rato?
TANG: Vamos PaJay, no debemos detener los pasos. Los campesinos del otro pueblo nos
advirtieron que atravesemos esta montaña lo antes posible. (Mira alrededor.) Qué lugar más
siniestro, seguramente algo los tienen asustados.
PAJAY: Pero Maestro, una pequeña pausa no hace mal a nadie. Además, hace un buen rato
que pasó el mediodía, y no hemos almorzado…
TANG: PaJay sabes bien que los peregrinos como nosotros no siempre conseguimos
almuerzos.
PAJAY: Pero el hermano Kun se adelantó hace ya un tiempo, debería haber encontrado ya
un lugar para descansar, algo para comer… ahora no llego a ver ni siquiera su sombra.
Capaz lo devoró una bestia, Uyyyy… si es así sería demasiado peligroso, no deberíamos
seguir adelante… Maestro, mejor volvamos a nuestras casas… (Da media vuelta y se topa
con Kun que aparece en el otro lado.)
KUN: ¿Otra vez haciendo planes para escapar?
PAJAY: ¡Ay, hermano Kun, estás aquí! Pensé que te había devorado un tigre, o caíste a un
precipicio…
KUN: ¿Te parece que soy tan torpe para dejarse comer por un gato, o caer a un precipicio?
PAJAY: No, claro que no hermano Kun, todo sabemos que el simio más hábil y apestoso
del mundo sos vos.
KUN: ¡¿Simio, apestoso?!
PAJAY: ¡Uy perdón!
TANG: Bueno, bueno, terminemos con las discusiones. Kun ¿Qué hay por ahí…más
adelante? ¿Podremos atravesar esta montaña sin grandes sobresaltos?
KUN: Maestro, no he visto nada fuera de lo normal. Pero no me agrada esta montaña, ven
allí arriba esas nubes negras, seguramente hay monstruos escondidos…
PAJAY: ¡Monstruos, monstruos! ¡Mejor me vuelvo a mi casa! (Amaga a irse).
KUN: ¡Tocino, ven acá! Si vuelves a escapar, yo mismo te hago panceta y se lo doy de
comer al primer monstruo que se me cruce en el camino.
PAJAY: Maestro oíste ¡Este simio me quiere convertir en panceta!
TANG: Por la misericordia de Buda, ¿No puedo hacer que se traten mejor entre ustedes?
KUN y PAJAY: Perdón maestro.
TANG: A propósito, PaJay no es el único que está cansado y con hambre, pronto nuestros
estómagos también se pondrán a quejar ¿No es así Zaa?
ZAA: Sí.
PAJAY: ¡Eso… mono!, hay que conseguir comida, el maestro tiene hambre.
KUN: O mejor dicho, ¡Vos tenés hambre!
TANG: Kun, sería bueno que te arrimes a ver si hay algún templo cerca, que nos puedan
ofrecer algo de comer.
KUN: Maestro, con todo gusto. Pero mire a su alrededor, estamos en medio de la nada. Un
lugar tan agreste como éste, es difícil que haya casas, menos templos.
PAJAY: Entonces hermano Kun, ¿Estas sugiriendo que debemos empezar con el ayuno?
KUN: Al maestro y Zaa no sé, pero a vos sí te vendría muy bien el ayuno.
PAJAY: Pero éste no era el trato. Habíamos acordado desde el principio que vos te
encargaba de buscar comida y Zaa se encargaba de los equipajes…
KUNG: Aja, ¿Y vos qué haces?
PAJAY: ¿Yo? Yo protejo al maestro de los inminentes peligros que se le acechan… Uy, allí
viene uno (Hace como pega mosquitos.), ¡Qué mosquito enorme, qué lugar desagradable!
… si éste llega a picar al maestro, el pobre se desmaya…
TANG: (Dolorido e indignado.) ¡PaJay! ¿Qué te he enseñado en todos estos tiempos? Que
hasta el más mísero insecto es una consagración de la vida, nosotros los budistas alabamos
y protegemos la vida hasta su más insignificante expresión. Acabas de cometer una falta, la
de matar.
PAJAY: Maestro, no lo maté, fue una teatralización ¿Usted cree que con estas pezuñas que
tengo soy capaz de matar a uno de estos bichos que vuelan condenadamente rápido?
KUN: ¡No justifique Porcino! La falta nace del corazón, por más que no hayas matado de
verdad al pobre mosquito, lo mataste en tu corazón. El pobre mosquito ahora tiene el
corazón roto porque lo mataste con tu…
ZAA: El maestro…
Se callan los dos y mira a Zaa.
ZAA: … tiene hambre.
PAJAY: ¡Vamos antropoide, a mover la cola y conseguí algo de comer!
KUN: (A PaJay.) ¡Vas a pagar caro! (A Tang.) Maestro, ya me pongo a buscar con mis ojos
telescópicos. A ver… déjenme ver (Mira alrededor como buscando.) Hmmm… no, no.
Hmmm… ¡Oh! Hmmm… ¡Aja, genial! allí estoy viendo unas manchas rojas, hmmm…
¿Qué serán? ¡Oh, son durazneros!
PAJAY: (Tocando la panza.) Hmmm… duraznos, durazno con almíbar… durazno con
crema… durazno con dulce de leche…
TANG: Suficiente PaJay, tenemos que estar agradecido con que tengamos duraznos frescos
para comer.
KUN: Maestro, los durazneros quedan como 10 km de aquí, marcharé volando y les traeré
una rama grande lleno de duraznos maduros.
TANG: A mi to fo. Agradecido.
KUN: Hermanos, tardaré unos 15 minutos, estará a cargo de ustedes la seguridad del
maestro. Estén atentos, porque este lugar está lleno de bestias salvajes. No quiero que
ningún tigre, ninguna serpiente se le acerque al maestro. ¿Entendido?
PAJAY y ZAA: ¡Entendido!
KUN: ¡Voy! (Sale con un salto.)
Mientras Tang y los discípulos se proceden a sentar en el piso. Aparece desde otra punta
del escenario Madame Esqueleto.
MADAME: Paz no encuentro hace miles de años,
como afición al pueblerino espanto.
Si todo lo que deseo lo consigo,
con vida o sin ella, es indistinto.
Ja ja ja… Yo soy la poderosa Madame Esqueleto, mis amigos me dicen La Flaca. Esta es mi
montaña, ésta es mi cascada. Todo lo que crece del suelo, los que se arrastran en el piso, y
los que vuelan en el aire me pertenecen. Soy la ama única de este territorio, nadie puede
entrar ni salir vivo de mi guarida. Todos se arrodillan ante mí, todos me temen. Porque
tengo el poder de perdonar una vida o MATAR. Ja ja ja… Hoy me desperté con un extraño
entusiasmo ¿Cuál será el motivo ? Hmmm… huelo algo… algo como… ¡humano! Ah,
déjenme ver… ¡Oh por el amor del mismísimo diablo! ¿Qué tenemos aquí? ¡Ah! Es el
afamado monje Tang Zeng, no puedo creer que la suerte esté conmigo. He oído entre
rumores y chismentos comunitarios, decían que si un afortunado llegara a comer un pedazo
aunque sea muy pequeño de la carne de este monje, ¡Se hacía inmortal! ¡Oh! ¿Qué estoy
esperando? Espere, ¿Qué son esos dos que están allí? (Mira.) Ah, un carré de cerdo, y un
filete de surubí. ¡Genial! Con entradas incluidos. ¡Voy! (Se adelanta, pero frena al
instante.) ¡Un momento! ¿Una cena tan costosa, custodiada por dos inservibles? ¿No será
una trampa? Mejor procedo con cuidado. ¡Uy sí! Un poco de magia engañará a los ojos.
(Humo blanco, se transforma en una campesinita con un canasto. Se toca el frente, el
cuerpo y el canasto.) Linda, linda, linda, perfecta. (Sale haciendo de distraída y tarareando
una canción.)
La ve venir PaJay y sale al encuentro con su rastrillo.
PAJAY: ¿Quién es? ¿Qué pretende? (Al ver que es una joven dama cambia drásticamente
su actitud.) ¡Oh! Perdón, señorita… qué grosera actitud la mía… No tema ¿la asusté?
MADAME: Oh sí, un poco me asustó… (A público.) ¡Me asusté por lo feo que es! (A
PaJay.) Oh gentil señor, ¿Es usted un cazador, un leñador perdido en el monte?
PAJAY: (Capturado por su belleza.) Oh, sí sí sí… un cazador, un leñador perdido en sus
bellos ojos…
MADAME: Ji ji ji… Ay, Señor soy muy joven y muy inocente aun para recibir semejante
elogio.
PAJAY: ¡Elogio no, Pura verdad!
MADAME: Ji ji ji… Ay, me dio vergüencita… (Al público.) ¡Qué pesado! me cae muy
grasoso ni para chuleta con salsa de ciruela. (A PaJay.) Oh gentil señor, me avasalla un
poco su audacia y masculinidad. Resulta que nunca he visto a otros hombres en estas
montañas excepto a mi propio padre.
PAJAY: Jo jo jo… Lo que ves es lo que hay, ¡Satisfacción garantizada! (Se adelante
queriendo darle un beso.)
MADAME: (Esquiva.) Pero… Gentil señor, ¿Por qué tiene las orejas tan grandes?
PAJAY: Para escucharla mejor…
MADAME: ¿Y por qué tiene la nariz tan gorda?
PAJAY: Para oler… oler (Huele el aroma de la canasta.) Mm mm mm, comida…
MADAME: ¡Ole! (Saca la canasta.) El gentil señor tiene hambre.
PAJAY: (Cayendo al piso.) Hambre… sí hambre… mucho, ¿Qué hay allí?
MADAME: Arroz, croquetas de verduras, pepinillo agridulce…
PAJAY: Ahhh… dame… croqueta de arroz agridulce…
MADAME: Ah, perdón, (Mira hacia donde esta Tang y Zaa,) usted no está solo.
PAJAY: (Vuelve en sí.) Ah, sí, no, no estoy solo… Eh, son… son otros leñadores…
MADAME: Perdón, ¿Me parece que veo un monje o me equivoco?
PAJAY: Ah, sí, sí un monje y otro leñador…
MADAME: Oh, gentil Señor, desde muy pequeña he sido muy muy devota, ¿Me permite
acercarme a saludar al monje y ofrecerle estas sencillas comidas?
PAJAY: Muuuy devota. Oh, sí, ¿Cómo no? Ofrecerle la comida, mi maestro se pondría muy
contento…
MADAME: ¿Su maestro?
PAJAY: Ah sí, Ah no, maestro… mi maestro, tu maestro, nuestros maestros je je…
permítame que voy y le aviso, eh, espérame aquí… (Va corriendo hasta el maestro.)
Maestro, maestro… ese maldito simio nos mintió, nos dijo que aquí no había templos, ni
gente, y quería que sólo comamos duraznos… ¡Puaf! Durazno que asco, te seca el vientre, y
te llena de gases… ¿Qué estoy viendo? una señorita… oops, una bebota, oops… Digo una
devota, y nos va a ofrendar con comidas.
TANG: ¿Cómo una devota? Pero si no hemos visto un solo alma en todo el día…
MADAME: (Llega Madame Esqueleto.) Hola.
TANG: (La ve se sorprende y se levanta rápidamente.) Oh! A mi to fo, Buenas tardes
virtuosa señora.
MADAME: A mi to fo maestro. Permítame presentarme, mi nombre es Mei Mei, y esta
montaña se llama “El tigre blanco”. Mi casa está ubicada al pie de la montaña, allí vivimos
mis ancianos padres, mi esposo y yo…
PAJAY: ¿No dijiste que eras jovencita inocente?
MADAME: (A PaJay bruscamente.) ¡Esperá Cochino! (Vuelve amablemente con Tang.)
Mis padres siempre han sido muy devotos de Buda, y así me criaron desde niña. Por eso,
cuando lo vi, inmediatamente pensé que podría ofrendarles estas comidas.
PAJAY: ¿Nos estuviste esperando aquí todo el día con la comida?
MADAME: (A PaJay bruscamente.) ¡Pará un poco eh Cochinillo! (Vuelve amablemente
con Tang.) La comida es para mi esposo, que está trabajando con otros leñadores al otro
lado de la montaña, y yo, justo venía por aquí a llevarles el almuerzo.
TANG: Pero si es para su esposo, no podemos quitarles el almuerzo a los leñadores…
MADAME: ¡Ah! No se preocupe, lo que usted no sabe es que mi esposo es aún más
devoto.
TANG: A mi to fo, bondad, bondad. Mi generosa señora, ciertamente su consagrada
intención será retribuida a lo largo de su vida. Pero no se preocupe por éste humilde monje,
uno de sus discípulos ya fue a conseguir duraznos salvajes para todos.
PAJAY: Pero Maestro, no sea cabeza dura, ¿Qué es mejor, esta comida casera para repartir
entre los tres, o cuatro tontos chupando duraznos?
TANG: ¡PaJay, compórtate, estamos frente de una dama!
MADAME: (Cansada de tanta cortesía, se acerca más aun a Tang.) Maestro, ¿Para qué
pensar tanto? (Mostrando el canasto) ¿No huele el aroma de la comida?
TANG: (Huele, tentado.) ¿Qué trae allí?
MADAME: (Seduciendo y va acercando hacia Tang.) Arroz, maníes tostados, arrolladito
de primavera vegetariano (Termina de arrollar su cuerpo junto a Tang.)
TANG: (Completamente indefenso) A… a… a… arrolladito que te arrollo…
PAJAY: ¡Jem!
TANG: (Dándose cuenta de lo que dijo.) ¡Oo, Oh, Qué pecado! Na mo a mi to FUUU…
MADAME: (Se le salta encima.) ¡Si, sí, también hay Tofuuu frito!
KUN: (Llegando con un salto.) ¿Qué pasa aquí?
TANG: (Aleja a Madame Esqueleto con un empujón.) ¡PaJay!
PAJAY: ¿Y ahora qué hice?
TANG: Eh… digo… Kun, ya estás de vuelta ¿Encontraste duraznos?
KUN: (Examina con sus ojos biónicas a Madame Esqueleto.) ¡Diabla, aléjese de mi
maestro! (Levanta su palo para gorpearla.)
MADAME: (Se esconde detrás de Tang.) Maestro, auxilio maestro… maestro…
TANG: ¿Qué qué qué? nanananana….
KUN: ¡Basta, maldita diabla! Se atreve a meterse conmigo, claramente no me conoce.
(Mueve velozmente hasta el otro lado para golpear a Madame Esqueleto.)
TANG: (Giran.) Deténte Kun, ¿has perdido la razón? ¿Cómo te atreves a golpear a una
honrada dama?
PAJAY: Y además es una bebota, digo… una devota, nos está ofrendando comidas.
KUN: ¡Manga de tontos!, es una diabla disfrazada de persona.
TANG: En otras ocasiones quizás te daría razón por lo que decís, pero en este caso, ella es
claramente una humilde jovencita que sólo quiere pagar sus votos para consagrarse a Buda.
KUN: (Cambia de actitud.) Tiene razón, maestro, quizás me he equivocado esta vez.
(Aprovechando que todos bajan de guardia, se acerca lentamente hasta Madame
Esqueleto.) Cuando una joven campesina aparece en medio de estas montañas agrestes, sin
duda es… ¡UNA DIABLA Yiyah! (La golpea en la cabeza, ésta cae tirando humo blanco,
simultáneamente vemos una sombra blanca que sale volando y desaparece.)
TANG: (Aterrorizado.) ¡Kun! ¿Qué hiciste?
KUN: Salvarle la vida, Esta diabla seguramente quiere comerlo en un bocado.
PAJAY: ¡Maestro, el hermano Kun cometió la falta de matar! Es un asesino, deténgalo,
seguramente nos matará también a nosotros, uno tras otro…
TANG: Kun tendré que castigarte…
KUN: Espere maestro, digo que ella es una diabla. Si no me creen, vean lo que trae en su
canasto.
PAJAY: (Va corriendo a recoger el canasto.) Son comidas… (Mira el canasto.) ¡Mamá
mía! (Tira el canasto.) son gusanos y sapos…
TANG: A mi to fo, he sido engañado…
PAJAY: Quién lo hubiera imaginado, una chica tan joven, tan linda, tan simpática…
TANG: ¡Cortala PaJay!
Breve silencio.
KUN: Zaa, prepare los duraznos que recogí, vamos a almorzar.
ZAA: Sí, hermano. (Va a recoger la rama con duraznos que dejó Kun en su 2da entrada.)
KUN: (Tomando la rama.) Sírvase maestro, es lo mejor que he encontrado. (Se acerca
PaJay.) ¡Vos no! A vos te toca lo que hay en el canasto.
PAJAY: Maestro…
(Mutis los peregrinos.)
En otro plano aparece Madame Esqueleto algo despeinada.
MADAME: ¡Diablos, casi me mata! Menos mal que escapé rápido dejando caer un cuerpo
falso… Así que éste es el famoso Rey mono, veo que tengo un contrincante difícil. Tendré
que aplicarme otro maquillaje más sofisticado. (Humo blanco, Madame Esqueleto se
transforma en una anciana.) Ja ja ja… ¿Qué les parece? Esto recién empieza… Ja ja ja.
(Mutis. Black out.)
Luz, escenario vacío pero se escucha la voz de una anciana llamando, aparecen Tang y
discípulos todos buscando de dónde proviene la voz.
MADAME: (En forma de anciana aparece en la otra punta del escenario.) Hija, hija…
PAJAY: ¡Oh, no maestro! Estamos en problemas, la madre de la jovencita que mató éste…
el hermano Kun la está buscando.
KUN: ¡Puerquito! Mirá bien, esta anciana tiene como 80 años, la jovencita “que maté” no
tenía más de 20 años. ¿Si ésta fuera su madre, la tuvo a los 60?
PAJAY: Quien sabe… capaz fue su hija adoptiva…
TANG: No puedo soportar que una anciana esté llorando así, iré a consolarla.
KUN: ¡No maestro! No ve que es una trampa.
TANG: Solo veo a una anciana que necesita ayuda…
KUN: ¡No! (Se adelanta hasta la anciana, levanta su palo la golpea en la cabeza.) ¡Yiyah!
(La anciana cae con humo blanco, y vemos una sombra blanca saliendo nuevamente.)
Todos horrorizados.
PAJAY: ¡No maestro, lo hizo de nuevo! Este simio es peor que el Loco de la ruta, un
asesino serial, se lo dije, nos matará a todos, uno tras otro…
TANG: (Muy ofendido.) Kun, éste es el colmo. Estoy completamente arrepentido de haberte
aceptado como discípulo. He sido tan ciego de creer que aún existe cierta bondad dentro de
tu corazón. Eres un caso perdido, cometes faltas una tras otra. Siendo maestro tuyo, tengo
que detenerte antes que sigas haciendo estragos a la humanidad. El bondadoso Buda
conociendo tu lado salvaje, colocó una argolla dorada sobre tu cabeza y me indicó, el día
que te vuelvas indomable, recitando este conjuro, podré neutralizarte con un fuerte dolor de
cabeza. Nunca pensé que algún día iba a necesitar hacer esto.
KUN: No maestro, no cantes, ten piedad de Buda…
TANG: ¡Tú me obligas a hacerlo! Na mo ni, na mo ne, na mo ni nena ni nene; A la bu, a la
bo, a la buda que te…
KUN: ¡Ah! (Cae rodando al piso por el dolor de cabeza.) ¡Basta, basta maestro, pare por
favor!
ZAA: (Se arrodilla.) Maestro, por favor no siga.
TANG: (Deja de pronunciar el conjuro.) Es verdad, no podré recitar el conjuro
eternamente. No puedo detener el mal aunque diera todo el esfuerzo de mi vida. Ay
humanidad, el mal está en todas partes, el mal está en nuestro corazón, imposible de
detenerlo, imposible de escaparse de él. Buda, ahora entiendo, tu nombre significa bondad
y tristeza. Bondad para hacer el bien a otros, y tristeza por los que sufren por el mal.
(Pausa, silencio, muy calmo) Kun, levántate, vete, hasta acá hemos llegado.
KUN: (Levantándose.) Maestro no…
TANG: Vete, ya no puedo hacer nada por ti, que Buda te ayude…
KUN: Maestro no, no me eche…
PAJAY: ¿Qué más da? Hiciste lo que hiciste, ahora no te hagas el pobrecito.
TANG: Ya vete.
KUN: Maestro…
PAJAY: Ay, Maestro, hay que firmarle una carta documento de despido, sino éste simio no
se va (Sacando de la nada una hoja grande, y le extiende a Tang.) Acá el ganchito acá…
(Tang hace gesto de firmar, y se voltea para otro lado, le da la hoja a Kun.) Toma hermano,
ahora sos libre ¿Es lo que siempre quisiste no?
KUN: (Tomando el papel, a Tang.) Maestro, gracias por su enseñanza, me da mucha
tristeza por no poder concluir mi trabajo de protegerlo hasta la India… pero si esto es lo
que desea… lo saludo… (Haciendo 3 saludo de rodilla, se levanta, e iba.)
ZAA: Hermano… (Se miran, se acercan y se abrazan.)
KUN: Zaa, sos un buen tipo, cuida al maestro con toda tu vida. Y si alguna vez, que Buda
no quisiera, se encuentran en peligro, sólo tenés que decir mi nombre, la mayoría de los
diablillos me temen, y así tal vez, solo tal vez… les ayudará a librarse de peligros. Cuidate
(Se va con un salto.)
ZAA: Hermano… (Mirando al cielo donde se fue.)
PAJAY: Bueno, ya se fue. Nosotros debemos seguir. Vamos tráenos el caballo del maestro,
ahora yo estoy al mando, soy el mayor.
Música melancólica, los 3 peregrinos preparan para emprender de nuevo su viaje. En otro
plano aparece nuevamente Madame Esqueleto más despeinada que antes.
MADAME: ¡Maldición! Maldito mono, me salvé por un pelito… Ja, pero valió la pena el
sacrificio, ahora las cosas cambiaron. Monje tonto, mucho amor, mucha bondad… sin
embargo no sabe que cometió la peor equivocación de su vida, ja ja ja. Sin ese maldito
simio, ahora sí están indefensos, ja ja ja… Una más, una pequeña transformación más, y
buena petit… Ja ja ja (Lanzando un humo blanco y se convierte en un anciano.) Ahora sí,
¡El golpe final! Ja ja ja… (Mutis.)
Se escucha el eco de la risa de la Madame Esqueleto, va bajando la luz hasta black out.
Luz, ahora vemos una choza de paja en una punta del escenario. Aparecen Tang y
discípulos desde la otra punta.
PAJAY: (Se los escuchaba que ya venían hablando sin parar.) Maestro, por eso yo le digo,
no se preocupe. Sin ese simio, no pasa nada, al contrario, vamos a estar mejor. No hay nada
que ese humanoide haga que yo no pueda hacer. Y si recopilamos lo que hizo… ¿Qué hizo?
Nada, consiguió duraznos y rascarse, no hace otra cosa que rascarse…
ZAA: (Descubriendo la choza.) ¡Hermano!
PAJAY: ¿Eh? No me interrumpas Zaa. Sí, ahora sos el segundo discípulo más importante,
pero tengo que recordarte, seguís siendo el menor en jerarquía del grupo. Está bien, tenés
más categoría que el caballo, pero…
ZAA: Una choza hermano.
PAJAY: Una choza… ¿Qué pasa con una choza que es tan importante para interrumpirme?
Yo te estaba instruyendo… ¡UNA CHOZA! Eso significa… ¡comida!
TANG: Silencio PaJay, escucho algo…
PAJAY: ¿Qué, qué?, no escucho nada…
TANG: (Se escucha alguien sollozando.) Hay alguien llorando.
Sale de la choza un anciano con bastón llorando.
TANG: (Bajando del caballo y se acerca al anciano.) A mi to fo. Gentil Señor, que Buda
alivie su dolor, ¿Hay algo que yo pueda hacer por Usted?
MADAME: (Haciendo pasar por Anciano, levanta la cara para hablar con Tang.)
Maestro, oh maestro… ¡Cuánta pena me ahoga! En éste instante soy la persona más
desgraciada del mundo. Yo vivía feliz con mi esposa y una hija en esta humilde choza, esta
mañana mi pequeña salió de casa con un canasto de comida, pasando ya medio día no ha
regresado. Mi vieja esposa preocupada salió a buscarla, tampoco ha regresado… Y hacía un
rato nada más, unos leñadores me informaron que las encontró muertas en el camino. ¿No
es esto la peor tragedia para un pobre anciano? Humm…
PAJAY: (Habla por lo bajo a Tang.) Maestro… yo sugiero que le recemos una Sutra cortita
y rápida, y nos marchemos sin prisa y sin pausa…
TANG: Cállate Pajay. Una vez que se desató el mal, escapar sólo conlleva hacia otro mal.
MADAME: ¿Eh?
PAJAY: El maestro quiso decir que el cordón del caballo se desató, y si no lo atamos, para
mal de los males se va a escapa el animal.
TANG: El que siembra el mal, cosechará calamidades. He sido el maestro del que sembró,
ahora debo ser el que bebe los estragos.
MADAME: ¿Eh?
PAJAY: Que la cosecha de las calabazas de este año ha sido tan mala que lo único que
queda por hacer es beber un buen trago.
TANG: Gentil Señor, el asesino de su esposa e hija fue un discípulo mío, y por haber
cometido semejante crimen, lo aparté de mi lado.
PAJAY: (Mirando a Tang) Genial… Y ahora, ¿qué quiere que diga?
Madame: (El anciano rompe en llanto.) Humm… Cielo, ten piedad de mi… ¿Dónde está la
justicia divina?
TANG: Gentil Señor, Lamento su pérdida, he me aquí entregándome a su merced ¿Qué
puedo hacer por Usted?
MADAME: A este pobre anciano ya no le queda muchos años de vida, pronto me reuniré
con mi familia en la otra vida. Maestro, si a Usted no le molesta, podría pasar a mi choza, y
rezar unas Sutras frente de los féretros de mis muertos…
TANG: ¿Si es lo poco que puedo hacer por Usted?… Guíeme sufrido abuelo.
PAJAY: Y después de recitar Sutra tal vez podría ofrecernos algo de comer… (Lo mira
Tang.) no… no dije nada…
Guiado por el anciano, van hacia la choza. Una vez adentro todos, se oye risa de Madame
Esqueleto, y humo blanco por todas partes, desaparece la choza convirtiendo en muchos
diablillos rodeando a los peregrinos
ZAA: ¡Una trampa!
PAJAY: ¡Zaa, defendamos al maestro!
Música de acción, pelea entre Pajay y Zaa con los diablillos, se escucha todo el tiempo la
risa de Madame, son muchos contra unos pocos, van perdiendo la pelea los discípulos. En
medio del caos, desaparece PaJay. Finalmente pierde Zaa, y todos los diablillos apresan a
Tang y Zaa.
MADAME: Ja ja ja, Es mío, por fin es mío… ¿Eh, y el Lechón? Ja ja ja, resultó ser un
cobarde, ante el peligro abandona a su maestro Ja ja ja (Camina alrededor de Tang.)
Hmmm… apetitoso, creo que lo voy a hacer en 3 preparaciones, una parte ahumada, otra
parte asada, y el resto un guisado con todos los ingredientes…
DIABLILLOS: Jejeje… rico, rico…
MADAME: ¡Silencio! Cuca.
CUCA: Sí ama.
MADAME: Vaya y avísale a mi Mami que venga al banquete esta noche.
CUCA: Sí ama (Se va con un salto.)
MADAME: ¡A la cueva!
Se oye la risa continua de Madame Esqueleto se van todos apresando a Tang y Zaa, va
apagando las luces, black out.
Luz, cambio de escenario, Vemos un cartel estamos frente a la Montaña de Frutos y Flores,
hogar del Rey mono. Vemos a muchísimos monitos jugueteando en todas partes y Kun
rodeado por un grupo de monitos, parece que les está contando cuentos. Llega corriendo
PaJay.
PAJAY: (Jadeando.) ¡Al demonio, eso estuvo cerca! Maldita diabla, ¿Piensa que tendiendo
esa trampita pueda apresar a Papi Cerdito? Pero ¿Saben qué?
ECO: ¿Qué?
PAJAY: Que yo, así como me ven, con esta cara de cerdo, antes de convertirme en bestia
humana ¿Saben quién era yo antes?
ECO: ¿Quién era?
PAJAY: Un dios en el templo celestial ¿Y saben qué cargo tenía yo?
ECO: ¿Qué cargo?
PAJAY: ¡El Gran General de la Seguridad! ¿Saben cuántos soldaditos tengo al mando?
ECO: ¿Cuántos?
PAJAY: Un millón
ECO: ¡Ah… mentira!
PAJAY: ¿Ah, no me creen?
ECO: No
PAJAY: Esta bien, por lo menos había 5 mil
ECO: Uhhh… Bribón, fanfarrón, charlatán, bravucón…
PAJAY: ¿Saben lo que me pasó para que esté, hoy por hoy, así como me ven con esta jeta?
ECO: ¿Qué pasó?
PAJAY: Resulta que era la fiesta anual del Palacio Celestial, y como siempre me tocó
guardia en el portón. Y vino una de las sirvientas que ponían las mesas ¿Y saben que hizo?
ECO: ¿Qué hizo?
PAJAY: Me ofreció una probadita del vino añejo de la Madre Altísima.
ECO: Noooo…
PAJAY: ¿Y saben qué?
ECO: ¿Qué?
PAJAY: Me emborraché y subí a la mesada de los invitados…
ECO: Nooo…
PAJAY: Luego perseguí a las sirvientas por todo el Palacio Celestial dándoles besitos…
ECO: Nooo…
PAJAY: Finalmente me castigaron, me destituyeron de mi puesto, y aquí me tienen…
ECO: Uh…
PAJAY: ¡Ay por Buda! Me quedé charlando aquí con ustedes y me olvidé que el maestro
está en peligro (Mira hacia atrás para divisar el lugar.) A ver, a ver… Montaña de Frutos y
Flores… Sí es aquí, aquí vive ese maldito simio. La última vez se enojó tanto conmigo,
¿Me ayudará o no? (Mira, busca y encuentra a Kun.) Ah, allí está.
PaJay simula pasear, silbando una melodía, pasa frente de Kun, éste lo descubre y le sigue
con la mirada, PaJay se da vuelta simula sorpresa.
PAJAY: ¡Oh, hermano Kun, cuánta sorpresa! (Kun voltea hacia otro lado), mira qué
hermoso… La Montaña de Frutos y Flores, pero esto parece un country paradisíaco. Mira
este paisaje, este riachuelo… super top, muy Soho, colmado de buen gusto… admirable,
admirable…
KUN: (Sigue mirando hacia otro lado.)
PAJAY: (Simpático.) Eh… Buenas tardes hermano Kun.
KUN: (A sus monitos.) Hay un porcino que anda buscando a su hermano, ¿Ustedes ven a
otro cerdo por acá?
MONOS: No, no, no, no, no, no…
PAJAY: (A los monitos.) Ah, no, no estoy buscando a otro cerdo, estoy buscando a su Rey,
el admirable Rey Mono, mi hermano Kun ¿Sabían? Somos hermanos, ambos somos
discípulos del afamado Monje Tang Zhen.
KUN: (No aguanta más.) ¡No soy tu hermano! (Saca de la nada el papel de contrato de
despido y le tira en la cara de PaJay.) ¿Te acordás de esto?
PAJAY: Pero hermano Kun, ¿No lo habías tomado en serio o sí?
KUN: ¡Claro que sí, en serio, muy en serio! ¿Qué haces acá?
PAJAY: ¿Yo? Nada, paseando, admirando lo hermoso que es su hogar…
KUN: (Acercando cara a cara con PaJay.) Sin rodeos, ¿Qué estás haciendo acá?
PAJAY: (Rompe en llantos.) ¡Ay hermano Kun, raptaron al maestro! tenías razón, fue la
diabla, ella tramó todo, nos engañó. Perdónanos, fuimos muy injustos contigo, pero tenés
que ayudar al maestro, está en peligro…
KUN: ¿Y el hermano Zaa?
PAJAY: También lo apresó la diabla.
KUN: Y vos te escapaste en lugar de proteger al maestro…
PAJAY: No, no, no… pues sí, yo me escapé, pero es para venir a pedir ayuda. Pensá así, si
estuviéramos todos presos por la diabla, ¿Quién viene a avisarte que estamos en peligro?
KUN: Sabes que… no me interesa, me echó, la seguridad del maestro ya no es
responsabilidad mía. Por quien lamento es el hermano Zaa, fue el único que se mostró triste
cuando me fui.
PAJAY: No, hermano Kun, te equivocas. El maestro se puso muy triste desde que te fuiste,
no hablaba con nadie, yo lo vi llorando en el caballo, creo que estaba arrepentido…
KUN: ¿Arrepentido?
PAJAY: Quiere que vuelvas.
KUN: Que vuelva
PAJAY: Para salvarle
KUN: ¡Salvalo vos! ¿No dijiste que no hay nada que este humanoide haga que vos no
pueda hacer?
PAJAY: ¿Me estuviste espiando?
KUN: No hace falta, acaso no sabes que mis ojos son telescópicas y mis orejas escucha
todo lo que trae el viento.
PAJAY: Está bien Hermano Kun, un mono con el alma tan generoso, sabe perdonar a
pequeños chanchitos como yo. Lo que no sabes hermano Kun, es que cuando la diabla y sus
diablillos nos tenían completamente rodeado, se me ocurrió decirles tu nombre, porque
sabía que la mayoría de los diablillos te temen…
KUN: Yo dije eso a hermano Zaa.
PAJAY: Sí, asi es…
KUN: Ah, vos me estabas espiando.
PAJAY: Hermano Kun, estas orejas no son grandes al divino botón.
KUN: ¿Entonces, se asustaron al escuchar mi nombre?
PAJAY: No.
KUN: ¿No?
PAJAY: No.
KUN: ¿No?
PAJAY: No… y la diabla dijo…
KUN: ¿Qué dijo?
PAJAY: Algo feo… mejor no te digo…
KUN: ¡Contame lo qué dijo o te hago panceta!
PAJAY: Esta bien, pero no te enojes Hermano Kun, dijo… que… Si te atreves a venís a
buscar al maestro, te haría el famoso platillo Seso de mono…
KUN: Eso dijo… (Pausa, luego explosión.) ¡Ahhhhh! (Salta por todas partes como un
mono.) ¡Maldita, vas a ver, te haré comer mi seso de monooooo!
Mientras se pone loco Kun, PaJay se relaja y se abanica, espera que termine la monada.
PAJAY: (Al público.) Mono, al fín es mono, no soporta provocaciones…
KUN: (Por fin termina de saltar.) ¡Vamos, a rescatar al maestro!
PAJAY: ¡Sí vamos!
Se van, quedando los monitos mirando y gritando. Black out.
Luz, Volvemos al escenario del principio, vemos que se acercan una anciana Mami y Cuca.
MAMI: (Canturreando.) A cenar, a cenar, qué alegría, qué felicidad…
Aparece Kun y PaJay desde la otra punta.
KUN: Alto, ¿A dónde van?
MAMI: ¡A cenar!
CUCA: Mami de mi ama, ellos son los discípulos del monje Tang Zhen.
MAMI: ¡Ahhhh!
Música de pelea, pelean kun contra Mami, y PaJay contra Cuca. Gana PaJay golpeando
con su rastrillo en la cabeza a Cuca, ésta con un fuerte humo blanco, cae en el frente del
escenario en forma de cucaracha. Luego gana Kun pegando con su palo en la cabeza de
Mami, ésta con un fuerte humo blanco, cae en el frente del escenario en forma de una
lagartija panza arriba.
PAJAY: (Mirando hacia abajo.) Es una cucaracha.
KUN: (Mirando hacia abajo.) Y la Mami es una lagartija.
PAJAY: Bueno, ahora vamos a buscar al maestro.
KUN: ¡Espera PaJay! La diabla cuenta con miles de bichos como éstos, si nos presentamos
así, seguramente se alertarían y se escaparían.
PAJAY: Es cierto, entonces Hermano Kun por qué no vas solo, yo te espero aquí.
KUN: ¡Cerdo Hermano! (Pegándole la cabeza.) Mira lo que hago (Hace un giro, humo
blanco, se convierte en Mami, pero con la cola afuera del vestido.) ¡A cenar!
PAJAY: Ah ja ja ja… Genial, Así sí, no va a levantar ninguna sospecha. Vaya no más
hermano Kun, yo te espero aquí…
KUN: ¡Cerdito! (Pegándolo nuevamente en la cabeza.) No te hagas del tonto. Dale, te toca
a vos.
PAJAY: Esta bien… (Hace un giro, humo blanco, se convierte en Cuca, pero con el hocico
y las orejas de cerdo.) ¡Taaa rannn! ¿Qué te parece?
KUN: Hmmm… Estas un poco fea pero… para ser una diablilla, está bien…
PAJAY: Ahora sí.
KUN: ¡A cenar!
Mutis.

Comienza la escena con música de festejo. Entran los diablillos trayendo una olla gigante
con Tang y Zaa maniatados adentro. Los diablillos entran y salen muy ocupados, algunos
trayendo leñas otros abanicando el fuego, van tirando ingredientes dentro de la olla
(vegetales, comestibles) Aparece Madame Esqueleto.
MADAME: (Muy contenta, hablándole a Tang.) ¿Cómo está el agua? ¿Cómodo?
TANG: A mi to fo… A pesar de que Usted sea una engendra del mal, es mi deber
aconsejarle que se arrepienta para el bien. Asesinarme no le…
MADAME: Asesinar y comer.
TANG: ... Asesinar y comerme no le ayudaría a ser una mejor persona.
MADAME: ¿Quién dijo que quiero ser una mejor persona? Ni siquiera soy una persona. Ja
ja ja… estas chiflado…
TANG: (Mientras también atento a todo lo que tiran en la olla.) ¿Hace falta tantos ajos?
Eh… Sea cual sea su ser, el acto del canibalismo no es el camino hacia la felicidad…
MADAME: Le dije que no soy una persona, por ende, ¿Me importa tres pepinos el
canibalismo?
TANG: Esta bien… no será fácil… pero le sugeriría que se convierta en vegetariana…
MADAME: (Justo aparece un diablillo con una zanahoria, la tira adentro de la olla.) Hay
vegetal.
TANG: Sí, sí… pero vegetales solo… sin carnes ¿No es así Zaa?
ZAA: Seguro.
MADAME: ¡Cállate! Pero nunca vi una comida tan charlatán… Póngale la tapa.
Viene un diablillo con tapa de olla y se tapa la olla.
TANG: (Gritando mientras lo tapaba.) Eh… Hay muchos beneficios ser vegetariano…
previene hemorroide, acelera el tránsito lento… hum…
Aparece Kun y Pajay en forma de Mami y Cuca.
KUN: ¡A cenar!
MADAME: ¡Mami! (Lo abraza.) ¿Por qué tardaste tanto?
KUN: (Finge.) ¡Ah hija! Es que… es que ya estoy anciana… las ancianitas caminamos
lenta… je je je…
MADAME: (Mirando a PaJay.) Cuca, ¿Qué te pasó en la cara?
PAJAY: ¿Mi cara? (Se toca el hocico.) Ah… me… me picó una abeja.
MADAME: Mírate, cómo se te hinchó la nariz…y las orejas…
PAJAY: (Se toca las orejas.) Ah… sí, fueron muchas abejas…
KUN: (Cambia rápido de tema.) Hijita… ¿Y dónde está la cena?
MADAME: Ahí.
KUN: ¿Ahí, ah, está allí el monje ese?
MADAME: Sí.
KUN: ¿Y el calladito que lo acompañaba?
MADAME: También, pero no te preocupes, hay suficiente para todos, le digo a los chicos
que pongan más leñas…
KUN: ¡No!
MADAME: ¿No?
KUN: Es que… es que leí en una receta de cocina que decía que cocinar un monje es como
cocinar un calamar.
MADAME: ¿Un calamar?
KUN: ¡Sí, un calamar! O poco tiempo de cocción o muuuucho tiempo de cocción… a
fuego lento.
MADAME: ¡Entonces lo sacamos y lo comamos ya!
KUN: ¡No! Es que… los monjes son como los mariscos tienen muchos parásitos… es más
seguro comerlos bien cocido… Así que… vamos por la segunda opción… la de cocción
larga y lenta.
MADAME: Oh… no me gusta esperar…
KUN: Nena, no te ponga así, te enseñé buenos modales…
MADAME: No, vos nunca me enseñas… ¿Qué te pasa hoy?
KUN: Nada… digo… hoy me dije, Nunca te enseñé nada, estaría bueno empezar hoy…
MADAME: Oh… y mientras tanto ¿Qué hacemos?
KUN: Bueno, podemos picar algo… una chuleta de cerdo por ejemplo. (Mira a PaJay.)
MADAME: Oh… la chuleta de cerdo se me escapó. Pero no perdemos nada, es muy gordo,
seguramente muy grasoso, no debe ser rico…
PAJAY: No es cierto, debe ser muy rico… (Kun voltea y lo mira. PaJay se tapa la boca.)
MADAME: ¿Y vos cómo sabes?... (Vio la cola de Kun.) Mami, ¿Y esto?
KUN: ¡Ah! Esto… es una bufanda…
MADAME: ¿Una bufanda?
KUN: Sí, la nueva tendencia otoño invierno 2015, bufanda de animal print.
MADAME: ¡Ah! Bufanda de animal print… esta re-cooooool, ¡Mami, yo quiero! (Le
agarra la cola y empieza a estirar.)
KUN: Ah… soltáme nena… ¡maldita mocosa!…
MADAME: (Muy caprichosa.) ¡Dame, yo quiero!
KUN: Eso me pasa porque nunca te enseñé los buenos modales… (Gira y tira humo
blanco, vuelve su aspecto original.) Ahora, vas a aprender.
PaJay también suelta humo blanco y vuelve a su aspecto original.
MADAME: ¡Ahhhhhh, maldito simio! (Retrocede.) Mis pequeños ¡ataquen!
Música de pelea. Masacre en la cueva de Madame Esqueleto, peleas muy excitantes, Kun
es invencible, golpea con facilidad a los diablillos. Madame Esqueleto ve que está
perdiendo todo, amaga a escapar, lo detiene Kun, una tremenda cruzada, finalmente
golpea mortalmente a la Madame Esqueleto, ésta cae en forma de esqueleto queda colgada
en el borde del escenario. Una vez limpia el escenario, Kun y Pajay van corriendo hacia la
olla, la destapa y se asoman las cabezas de Tang y Zaa.
TANG: ¡Kun!
ZAA: ¡Hermano!
TANG: Volviste por mí… he sido un estúpido…
KUN: No hablemos de eso Maestro, tenemos que salir de este lugar rápido.
Kun golpea con su palo la olla, ésta revienta con humo blanco, salen ilesos Tang y Zaa. Se
abrazan entre los 4.
KUN: Vamos Maestro, larguemos de aquí.
Salen, black out.
Escena Apéndice: Vemos a los peregrinos a lo lejos, solo en forma de siluetas. Siguen su
camino hacia el Oeste.
TANG: Creo que todos aprendimos una lección. El mundo donde peregrinamos es cada vez
más complejo y engañoso. Muchas veces las apariencias engañan, y debemos dotarnos de
inteligencia y discernimiento para no caer en las trampas que nos asechan día a día. Sin
embargo, la enseñanza de Buda exhorta que es necesario que estemos en el mundo aunque
no debemos dejarnos contaminar por él. Y para eso, la fidelidad, la amistad y la sensatez
son nuestros mejores aliados.
Los 3 discípulos: Sí maestro.
Van alejando entre risas y charlas, baja las luces. Black out.

FIN

LECTURA CRÍTICA DE El sueño del pibe

Jimena Trombetta

De la ilusión te agarrás o te caes pero un sueño siempre hay que tener.

(El sueño del pibe, Laura Gutman)

Laura Gutman es regisseur, egresada del Instituto de Arte del Teatro Colón en el año 2004 y
de la Licenciatura en Composición Coreográfica con mención en Expresión Corporal
I.U.N.A. (2009). A su vez se formó con Ana Itelman en danza-teatro, con Nino Falsetti en
técnica vocal, con Guillermo Optiz en repertorio, con Virginia Correa Dupuy en canto y
con Daniel Suarez Marzal en interpretación y puesta en escena de ópera. Laura Gutman es
autora además de El sueño del pibe de El tao del sexo, Pobre mariposa herida y No, no
callo, ambas también dirigidas por ella. Como directora se suma a su trayectoria Bacantes y
fue regie de The Fairy Queen. Es interesante observar que se trata de una artista
investigadora para UBACyT en el área de la enseñanza del uso de la voz y docente en la
Universidad de Palermo en el area de Diseño y Comunicación. Como también considerar
que ejerce la docencia en la Licenciatura en Musicoterapia (U.B.A). Sumando en su
formación cabe mencionar que pertenece al Coro y Orquesta de la U.B.A que dirige el
Mtro. Andrés Gerszenson.

El sueño del pibe fue nominada como obra dramática para teatro de títeres y/u objetos de
autor nacional y por el diseño y realización de vestuario junto a Simón Wajntrob en el
Premio Nacional para espectáculos de títeres y objetos ‘Javier Villafañe’. La obra se dio en
la sala Scala de San Telmo en 2014. Además, de Laura Gutman como dramaturga y
directora, y Simón Wajntrob como di señador de los títeres y los objetos conformaron la
pieza Lorena Azconovieta, Paula Cueto, Mariano del Pozzo, Elena Gowland, Marcelo
Lizarraga, Raquel Navas Ortega y Florencia Orce como titiriteros, Marta Pomponio como
actriz y cantante junto a la actriz. Los arreglos musicales estuvieron a cargo de Norberto
Vogel.

Laura en una entrevista realizada por Jorge Dubatti el 21 de mayo de 2014 para Tiempo
Argentino (Muñecos y tango en un sainete criollo) expresaba que la obra es un sainete
criollo al que se le agrega la música característica del mundillo porteño: el tango. Vale
recordar que el sainete se caracteriza por el tono burlesco, y por el aspecto festivo de sus
personajes, que vencen los conflictos que les acontece en los ambientes de conventillos, en
este caso reemplazado por un cabaret, por el bajo fondo.

La obra entonces narra la historia de unos personajes que se relacionan en un cabaret. La


vida de Beba Jaramillo en relación con su compañero de trabajo, un pibe; y Don Eliseo el
dueño del bar llamado El sueño del pibe. Estos tres personajes títeres conviven juntos hasta
que Don Eliseo decide sumar a un violinista extranjero a la orquesta, personaje de quien
Beba se enamora y decide partir. En ese partir convierte en realidad el anhelo del pibe,
comprarse un bandoneón, pero queda frustrado el amor de Don Eliseo. Dentro de este
argumento que combina el sainete con el melodrama, en tanto que Beba luego regresa al
cabaret y vuelve a cantar, existen por ser una obra para títeres otra serie de personajes que
son los propios objetos (la guitarra, el violín y el bandoneón) que cobran fuerza siempre
dentro de las canciones y dentro de los espacios oníricos de los personajes.

Es interesante observar la postura de la propia Laura Gutman quien explica que este sainete
musical para títeres de mesa y objetos

“forma parte de una concepción teatral plástica y sonora, que por medio del títere
nos sitúa bordeando los límites entre lo poético y lo grotesco. Los personajes se
animan en un entorno que transita entre la realidad y el sueño donde cada canción es
una pequeña escena en sí misma, aportando una mixtura en el colorido de las voces
y un entramado coral entre la línea del relato y la estructura dramática.” (Tiempo
Argentino “Muñecos y tangos en un sainete criollo” por Jorge Dubatti, 21 de mayo
de 2014)

Así dentro de la concepción plástica y sonora, la puesta en escena juega con la repetición
del vestuario de Beba en la actriz cantante y en su correspondiente personaje títere, juega
con el farol característico de Buenos Aires que acompaña el arquetipo tanguero amparado
en los diversos tangos que cantan todos los personajes. Es interesante comprender que la
obra plagada de tangos, arma todo un mundo anclado en la cultura popular de la clase
trabajadora, lo que hace que el lenguaje como en todo sainete sea caracterizado por la
cadencia en el hablar y el lunfardo.

A su vez la puesta juega con la presencia del espectador en el bar, este dato es parte de los
espacios indefinidos que deja el texto y que en la puesta se termina de conformar. Este y el
peso de las letras de Homero Manzi y Enrique Santos Discépolo con música de Rosita
Melo, Aníbal Trolio, Lucio Demare, Charlo y Mariano Mores. Entre ellos sonaban en la
puesta y se marca en el texto: “Desde el alma” un vals criollo de 1947, “Romance de
Barrio” un tango vals del mismo año, y los siguientes tangos “Malena” de 1941, “Ché
bandoneón” de 1949, “Tu pálida voz”. De 1943, “Cafetín de Buenos Aires” de 1948 y
“Sueño de juventud” de 1931.
Por otro lado existen también cuestiones específicas que le dan importancia y justifican la
utilización del títere. En este texto donde son los sueños los que predominan, la ilusión, los
personajes títeres y los objetos tienen la posibilidad de lograr movimientos que los seres
humanos y la materia inerte no: volar en el primer caso y hablar en el segundo. Al punto
que un personaje como Don Eliseo se asume como títere, y realiza una reflexión sobre su
naturaleza hacia el final de la obra y dice: La vida es cruel, pero nos regala un sueño, en mi
sueño yo no era ni músico, ni poeta. Los titiriteros me llamaban para subirme a una
carreta. Amontonados, un montón de rostros me dedicaban sus gestos y me pedían que
riera y llorara con ellos. Me prometían un montón de historias. Cosas y cositas, duendes.
El sueño del pibe, Sainete para títeres de mesa
Teatro para títeres y actores

Personajes:
Beba
El pibe
Don Eliseo
El violinista
El bandoneón
El violín
La guitarra
La cantante

El escenario de un bar con el mostrador al fondo, en el centro, un cartel que dice “El
sueño del pibe” en letras fileteadas.
Entra la cantante, con una valija. Comienza a sonar la música. La cantante se desplaza
hacia el centro del escenario atravesando el escenario lentamente y al llegar a proscenio
canta “Desde el alma”1
LA CANTANTE: (Dirigiéndose al público.) Nunca me gustó mi nombre, me parecía que
era demasiado llamarse así. La manera en que mis labios se juntaban al decirlo solamente
me daba vergüenza. Intenté decirlo con los ojos cerrados y fue peor. Me hubiera gustado
tener un nombre de esos de tres sílabas, de esos que suenan largos con emes y eles y con
muchas vocales y hasta parece que tienen aroma, Manuela por ejemplo, o Malena, o
Carmen, que es corto pero tiene personalidad. Pero Beba no era un nombre, no, o por lo
menos no era solamente su nombre, era también un ofrecimiento, un pedido, una orden, un
1
“Desde el alma”. Vals Criollo (1947). Letra: Homero Manzi. Música: Rosita Melo.
imperativo. Jamás pude decir mi nombre sin dudar por un minuto si estaba diciendo mi
nombre o estaba diciendo otra cosa, y lo que es peor, ¿otra cosa de mi misma? No era ni un
apodo, ni un diminutivo. Beba Jaramillo. Juntándolo con mi apellido sonaba como un
anuncio publicitario, dejándolo solo era un abismo. Decidí dejarme llevar, llevar mi nombre
puesto y dejarlo sonando así, Beba, y listo. Ahí, en ese mismo lugar donde sonaba toda la
catarata de mi risa dejé sonar el eco de ese nombre como un brebaje, Beba. Y ahí nomás, él
me clavó los ojos encima, sin dejar un solo sorbo para nadie más. De repente me pareció
que ese nombre podía significar algo así como un exorcismo.

Comienza a sonar un tango. De la valija de Beba comienza a salir el títere Beba con su
valijita y se dirige hacia el escenario del recuerdo que es un retablo para títeres de mesa.

LA CANTANTE: Del estuche de mi nombre salió por entre mis labios un aliento denso y
tibio que se unía a esos labios que me nombraban sin sonido, como para adentro. Para
perderse, para vaciarse, para dejarse ir.

Beba, la cantante canta “Romance de Barrio”2mientras en el escenario del recuerdo se va


armando la escena. Bailan el Bandoneón y el títere, a medida que la música termina la luz
se concentra sobre el títere Beba. Beba, la cantante, observa la escena al costado de
proscenio. A partir de ahora la escena transcurre en todo el escenario, teniendo como eje
central el retablo para títeres. La cantante sale.
BEBA: (Empujando la copa.) Pibe…
EL PIBE: Beba, la ginebra se acabó.
BEBA: No mientas pibe, no sabés mentir.
EL PIBE: Don Eliseo no me deja que te sirva más y yo necesito laburar. Cuando vos cantás
los tangos se llena el boliche de gringos que dejan buena propina y yo estoy juntando…
BEBA: Juntando, ah, ¿sí? y ¿para qué?
EL PIBE: Para comprarme el bandoneón.
BEBA: ¡Mirá vos ché!, y a vos ¿cuál tango te gusta más?
EL PIBE: Y… a mí me gustan todos…
2
“Romance de Barrio”. Tango vals (1947). Letra: Homero Manzi. Música: Aníbal Troilo.
BEBA: ¡Y dale con la calesita! no me des más vueltas che! cual tango te gusta más, eh?
EL PIBE: Y… a mí me gusta “Fumarrr”- (Alargando la erre.)
BEBA: (Tarareando.) Fumar es un placer sensual, genial…
EL PIBE: Sí, ese.
BEBA: Bueno pibe, a vos te gusta fumar y a mí me gusta la ginebra, ¿viste?

Se oye el ruido de una puerta y el pibe hace mutis, se va detrás del mostrador. Por la
puerta entra Don Eliseo, ya tiene sus años, saludando, se acerca a Beba.

DON ELISEO: ¡Hola Beba!, ¡llegaste temprano!, ¿porque no aprovechás y vas a


maquillarte? Hoy probamos al violinista. Este hombre tocó con la Sinfónica y dicen que se
está quedando ciego. Toca lo que quieras y todo de memoria. ¡Es un fenómeno Beba!
BEBA: ¿Y para qué uno más, si así estamos bien?
DON ELISEO: Beba, el boliche es una pena, y yo me quiero dedicar al espectáculo.
Después de todo a vos te da lo mismo, vos cobrás tu parte igual. Yo soy el que invierte.
BEBA: Bueno, tenés razón, me da igual, pero, ¡que no me haga llorar! Porque… a veces los
violines en el tango hacen llorar, y ¡chau pichi!, ¡chau, carita pintada!
DON ELISEO: Está bien, cambiate. Lo probamos y vemos.

Beba sale por la pata izquierda a público que es la salida al camarín en la ficción. Don
Eliseo busca al pibe que está tarareando algo detrás del mostrador, lo llama. Don Eliseo
deja al Pibe a cargo del Boliche para ir detrás de Beba a camarines.

Entonces se oye que alguien entra, y el pibe se acerca a la puerta para abrir.

EL PIBE: Pase, pase, por el estuche me imagino que usted debe ser el violinista
EL VIOLINISTA: (Agrandado.) El mismo, me podés tutear, o mejor decime Pirincho,
como a Canaro …
EL PIBE: ¡Já! ¡Entonces a mí me decís Pichuco, como a Troilo!
EL VIOLINISTA: Bueno, bueno… pero decime, ¿esto es “El sueño del Pibe?
EL PIBE: Bueno, sí, pero, (Mirando a su alrededor.), en realidad no, bueno, sí, es.
EL VIOLINISTA: ¡Pero pibe!¡Vos tenés más vueltas que una calesita, decidite che!, ¿es o
no es?
EL PIBE: Bueno, sí, sí, literalmente si es; pero en realidad no lo es.
EL VIOLINISTA: ¿Vos sos filósofo o poeta che?
EL PIBE: No, no, yo quiero ser músico, pero estoy juntando para comprarme el fueye…

Aquí se escucha una pelea desde camarines entre Beba y Don Eliseo. Ella descubre que él
la está espiando por la cerradura y lo increpa, le grita y lo echa. Don Eliseo se defiende
tratando de quedar bien parado de la situación, pero es imposible. El Pibe y el Violinista
escuchan desde el escenario la pelea que sucede en camarines.
Vuelve Don Eliseo agitado desde camarines. Se lo ve contrariado.
DON ELISEO: (Al violinista.) ¡Buenas! por fin llega, justo en el momento indicado. Esta
mujer es una fiera, espero que la ablande un poco…
EL VIOLINISTA: ¿Qué, tiene mal carácter?
DON ELISEO: No…no, es que, bueno, como le explico…, “le gusta llevar”, como en el
tango, pero al revés, ¿vio?
EL VIOLINISTA: ¿Y? (Alentándolo a seguir hablando.)
DON ELISEO: …Y… cuando canta es otra cosa, cuando canta….

Entra Beba desde camarines. El Pibe hace mutis.

BEBA: …Y cuando canto es como si pudiera volar, lejos…


EL VIOLINISTA: (Dirigiéndose a Beba.) Buenas… ¿cómo es su nombre?

El violinista le besa la mano.

BEBA: Beba, a secas.


EL VIOLINISTA: Ese nombre es un pedido, una insinuación, no hace falta ver para darse
cuenta…
BEBA: ¿Para darse cuenta de qué?
EL VIOLINISTA: (Acercándose a Beba, casi al oído.) Para darse cuenta de que tenés una
voz que suena como un pájaro herido.

Don Eliseo engrana con El violinista porque se la está levantando a Beba hay una
discusión y la escena termina cuando Don Eliseo empuja fuera de la escena al violinista
para presentar a Beba.

DON ELISEO: Respetable público, esta noche Beba Jaramillo interpreta para ustedes…

Suena un violín y mientras el violinista se recupera hace su entrada en la escena el títere


Violín. Entra la cantante que interpreta a derecha del proscenio el tango “Malena”. 3 Beba
está acompañado en escena por los títeres Guitarra, y Bandoneón, que hacen su aparición
en escena mientras el acompañamiento suena en off. Don Eliseo mira desde lejos y el
violinista, en silencio, se mantiene siempre cerca de Beba. Los títeres Guitarra Violín y
Bandoneón intervienen en la escena cobrando vida propia.
Beba se desplaza sobre el escenario del recuerdo levantando vuelo sobre el Bandoneón.
Don Eliseo, junto al farolito que está a la izquierda de proscenio recita el estribillo del
tango mientras suena la melodía en el violín en off.
Ahora, en la última estrofa del tango la escena sucede toda en el recuerdo, son los títeres
que cantan e interpretan el final del tango dando lugar a una escena romántica entre el
violinista y Beba.
Al finalizar el tango todos hacen mutis girando sobre sí, y solo quedan Beba y El violinista
sobre la tarima de los instrumentos.

EL VIOLINISTA: Señorita Beba, como me gustaría bailar este tango con usted.
BEBA: ¿Conmigo?… ¿sí?
EL VIOLINISTA: ¡Si señorita!
BEBA: Entonces… ¡Música maestro!

3
“Malena”. Tango (1941). Letra: Homero Manzi. Música: Lucio Demare.
Beba y el violinista bailan apasionadamente el tango. Luego los interrumpe la entrada del
Violín que mágicamente eleva a Beba y se la lleva fuera del bar, mientras por otro lado
volando se le acerca su valijita. Beba se va saludando al Pibe que vuelve a escena. El
violinista hace mutis.

EL PIBE: ¡Que noche mágica, si me dan ganas de tocar el fueye para acompañar a esta
mujer, como en mis sueños… (Hablando solo.) No lo tomes a mal Beba, pero esta noche
me parece que todos mis sueños… ¡tienen vida!

Bandoneón se acerca lentamente al Pibe que está solo. Es una escena íntima entre estos
4
dos personajes mientras suena el tango “Sueño de juventud”, y vuelve a entrar la
cantante, que interpreta el tango. Luego, para la última estrofa se unen a ella Bandoneón y
El Pibe. Al terminar el tango, la cantante se aleja y hacen su entrada Guitarra y Violín.
Los tres instrumentos animan una corta escena donde despliegan la formación del trío
frente al público. El Pibe observa fascinado…
Bandoneón se acerca, expectante frente al Pibe.

BANDONEÓN: Pibe, pibe…


EL PIBE: ¡Eh!!, y usted de dónde salió?
BANDONEÓN: Es que cuando canta Beba de su voz salen “cositas”…
EL PIBE: ¿Cómo “cositas”?
BANDONEÓN: Sí, cositas…, historias, duendes.
EL PIBE: Aaaaah… (Entre asustado y sorprendido.)
BANDONEÓN: ¡Ehhhh! (Haciendo una seña y dirigiéndose al Violín y a la Guitarra.)
¡Atentti la barra!
EL PIBE. ¡Aaaaaah! (Totalmente desorientado.) Ahora entiendo…
LA GUITARRA: Pibe, ¿tenés fuego?
EL PIBE: ¿Cómo?
LA GUITARRA: ¡Si, te pregunto si tenés fuego!

4
“Sueño de juventud”. Tango. (1931). Letra y música: Enrique Santos Discépolo.
EL PIBE: Eh, sí, digo no, no. (Acatando las señas que le hace Bandoneón por otro lado,
que está junto al violín chamuyando algo bajito.)
LA GUITARRA: Acá me ves, este Pánfilo me deja plantada para la milonga, y yo toda
empilchadita, fumando espero….
EL PIBE: Pero tenga paciencia señorita, si el hombre no la quiere hacer esperar, solo que
está ensayando con la barra…
LA GUITARRA: (Con aire seductor y dirigiéndose al Pibe.) Y vos Pibe, ¿sabés llevar?
EL PIBE: ¡Que noche!… a veces me parece que laburar en este boliche que se llama “El
Sueño del Pibe” me hace soñar demasiado.
BANDONEÓN: ¡Atención!, ¡Cada uno a su puesto!
Ahora forman entre los tres instrumentos una figura humana. El pibe se queda sorprendido
mirando.
BEBA: (Vuelve a entrar, ahora sola, con su valijita.) Chist, ¡Pibe!
EL PIBE: ¡Beba, me asustaste!
Los instrumentos hacen mutis.
BEBA: ¿Porque?, ¿estás viendo fantasmas?
EL PIBE: No…
BEBA: Pibe, ¿estás bien?
EL PIBE: Sí, sí Beba. Pero que hacés por acá a esta hora, ya cerramos, yo ya me iba a
dormir, o no sé si me quedé dormido acá y no me dí cuenta.
BEBA: Me quería despedir.
EL PIBE. ¿Eeeeh?, ¿cómo?, ¿te vas?
BEBA: Sí, Pibe, me voy, y a vos te quería dejar esto. (Saca un fajito de billetes del escote y
se los da.)
EL PIBE: ¿Y esto?
BEBA: Es para vos. Para comprarte el bandoneón.
EL PIBE: Pero Beba…-Hace un gesto como para devolverle el dinero- ¡Esto es mucha
plata!
BEBA. No, no, Pibe, esto es para vos. Además, yo el instrumento lo llevo puesto.
EL PIBE: (Como para sí.) Cositas, historias, duendes…
BEBA: ¿Cómo?
EL PIBE: Nada Beba, es que no sé cómo agradecerte esto, y tampoco sé que va a pasar con
Don Eliseo…, sin vos, este boliche…
BEBA: Mirá Pibe, el violinista me consiguió una audición con una orquesta típica,
LOS INSTRUMENTOS: ¡¡¿¿Eh??!!
BEBA: ¡¡¿¿Eh??!!
EL PIBE: ¡¡¿¿Eh??!!
Cada uno sorprendiéndose de la intervención anterior.
BEBA: Sí, una orquesta, así que vos comprate el bandoneón, y practicá eh, quien te dice, a
lo mejor, un día, nos volvemos a encontrar…¡con las vueltas que da la vida!
¡Ah!, y también le dejé una carta a Don Eliseo en el camarín explicándole todo… Chauuu!
EL PIBE: Una orquesta… ¡una orquesta!

Haciendo el gesto de director de orquesta El Pibe hace entrar a los instrumentos al centro
de la escena. Suena el tango “Che Bandoneón”.5 El pibe canta. Los instrumentos lo
acompañan cantando con voces humanas, sobre el acompañamiento en off. Afuera, al lado
del farol aparecen los títeres Beba y El violinista debajo de la luz azul. Se miran, se besan,
y desaparecen de la luz. Al finalizar el tango los títeres Guitarra y Violín desaparecen. El
Pibe y Bandoneón se quedan juntos en la escena. Luego, aparece Don Eliseo hecho una
fiera, enojadísimo
.
DON ELISEO: Decime pibe, ¿vos sabías algo de esto?
EL PIBE: ¿Eeeeeh?
DON ELISEO: ¿Vos sabías que Beba se fue?!…y sin despedirse… ¿Cómo puede ser? Justo
ahora que se empezaba a llenar el boliche de gente…, y yo que me quería dedicar al
espectáculo…
EL PIBE: Tranquilícese Don Eliseo, le va a hacer mal, tómese un traguito y baje las
revoluciones que así no va a llegar a ningún lado. Aparte, siempre hay alguna piba que
aparece por acá, con su vestidito de percal, con su tapadito marrón, y después…
DON ELISEO: No pibe, no habrá ninguna igual…al final, al final, es como en el tango. ¡Se
fue!, ¡me abandonó!
5
“Ché bandoneón”. Tango (1949). Letra homero Manzi. Música: Anibal Troilo.
EL PIBE: Vamos, Vamos Don Eliseo, no se deje llevar por la melancolía, que algún sueño
hay que tener.
DON ELISEO: ¿Cómo decís Pibe? ¿Quién le puso el nombre a este boliche?, ¿eh? Yo tenía
una ilusión…, el boliche lleno de gente, y ahí…(Señalando el proscenio, El pibe se queda
pensativo mirando hacia el proscenio.)
EL PIBE: (Hablando como para sí.) Cositas, historias, duendes…
DON ELISEO: ¿Que decís? ¿Estás soñando?
EL PIBE: No, Don Eliseo, no estoy soñando, que me voy a comprar el fueye.
DON ELISEO: ¿Y eso? ¿Cómo?, ¿Vos también te vas?
EL PIBE: Y…yo quiero ser músico…
DON ELISEO: Ustedes se creen que yo no tengo corazón, ¡andá!
EL PIBE: Pero no lo quiero dejar en banda Don Eliseo, lo banco hasta que consiga alguien
para atender las mesas.
DON ELISEO: No, no, Pibe, sin Beba esto ya no va a ser lo mismo. No sé porque, pero me
parece que es mejor así. Andá, cuídate pibe, pero antes vení, dejame darte un abrazo.

Se abrazan y el Pibe se va. Don Eliseo se queda solo mientras el pibe se va, avanzando
lentamente sobre el bandoneón que se traslada, y empieza a sonar un tango.
6
Don Eliseo se acerca al micrófono y canta “Tu pálida Voz”. Lentamente entra Beba la
cantante en escena y terminan cantando a dúo.

DON ELISEO: ¡Ahhhhh! (Asustado al reconocer a Beba la cantante.) ¡Pero qué es esto!
¿Que hacés vos acá?
LA CANTANTE: Siempre quise volver…, no sé…
DON ELISEO: ¿Volver?, ¿y para qué?, ¿acaso te fue mal?
LA CANTANTE: No, no…, viajamos mucho, pero no sé, ya te digo, es como si una parte
mía nunca se hubiera ido. (Mirando a Beba que aparece con su valijita debajo del farol.)
DON ELISEO: Ahhhh, entonces ahora querés volver…
LA CANTANTE: ¡Bueno ché, si no te gusta, me pianto y chau!
DON ELISEO: No…, pará, pará, si yo nunca te entendí, pero la verdad, me ilusioné…
6
“Tu pálida voz”. Tango (1943). Letra: Homero Manzi. Música: Charlo.
LA CANTANTE. Bueno, mirá, de la ilusión te agarrás o te caés, pero un sueño…siempre
hay que tener.
DON ELISEO: (Dirigiéndose a la cantante primero, a Beba después y por último al
público.)
La vida es cruel, pero nos regala un sueño,
En mi sueño yo no era ni músico, ni poeta.
Los titiriteros me llamaban para subirme a una carreta.
Amontonados,
Un montón de rostros me dedicaban sus gestos
Y me pedían que riera y llorara con ellos.
Me prometían un montón de historias.
Cosas y cositas,
Duendes.
Cuando me desperté…
Ya no estaba solo.
¡¡¡Guitarrita, vení!!!
Don Eliseo canta el tango “Cafetín de Buenos Aires”7.
Todos los personajes vuelven a hacer su entrada y cantan con él.

FIN

7
“Cafetín de Buenos Aires”. Tango (1948). Letra: Enrique Santos Discépolo. Música: Mariano Mores.
LECTURA CRÍTICA DE Manzana verde, manzana roja, manzana ¡azul!
María Natacha Koss

Fabián Sevilla (Mendoza, 1970) es, como él mismo se define, un “bicho de teatro”. En su provincia
natal, junto a su hermano gemelo, estrenaron la primera obra de teatro y, desde entonces, crearon
una veintena de musicales y comedias para chicos y grandes. Sin embargo, el camino de la
profesionalización fue más sinuoso de lo que a primera vista parece:

Desde los nueve años hacía títeres junto a mi hermano Ariel y junto a él, en 1987, a los diecisiete
estrenamos nuestra primera obra de teatro, una comedia musical. Por mandatos familiares y por
falta de alternativa, comencé a estudiar Derecho: me escapaba de la facu para ir a los ensayos y
viceversa. ¡Hubiera sido un excelente constitucionalista, eh! Pero en segundo año me di cuenta de
que lo mío tenía que ver con la palabra escrita y la creatividad. No deseaba estudiar la carrera de
Teatro y de pronto Comunicación Social se presentó como una opción con sus talleres de escritura,
material como Cine, Semiología, Literatura Iberoamericana… todo lo cual no me alejaba de mi faz
letrosa y creativa. De hecho a los 21 años me inicié como guionista de televisión y a los 27 me pasé
al periodismo gráfico para chicos, que fue mi gran escuela; luego, durante 14 años fui periodista de
un diario en el cual escribía sobre patrimonio, cultura, turismo… a la par, desarrollaba mi profesión
como escritor de LIJ, y comediógrafo y director teatral 8.

Por eso desde 1997 escribe para diversas revistas infantiles, mientras desarrolla su carrera como
periodista, novelista, dramaturgo y teatrista en general.

Soy (y lo digo con orgullo) un laburante del teatro: hice todo lo que hay para hacer en un teatro,
desde colgar escenografía hasta limpiar la sala, actuar y dirigir. Hasta hoy, que produzco y dirijo, si
hay que subirse a una escalera para poner un foco, lo hago.

Sus obras de teatro y cuentos aparecen en libros de texto y manuales de editoriales argentinas
como Aique, Santillana, Puerto de Palos, Kapelusz, Estrada, Tinta Fresca, AZ, Edebe, Mandioca y
Edelvives, y de otros países como EE.UU, Puerto Rico, Chile y México.
Además, integra el Jurado de los Premios Javier Villafañe desde su primera edición en 2012, junto a
Antoaneta Madjarova, Evelyn Goldfinger, Jimena Trombetta, Jorge Dubatti, Juano Villafañe, Marisa
Rojas, Nora Lia Sormani, Patricia Lanatta y Tito Loréfice.
En esta ecléctica formación, que mezcla voracidad de lecturas y prepotencia de trabajo, Sevilla
reconoce a dos grandes maestros que colaboraron en el desarrollo de su poética.

Mi primera maestra fue Lita Tancredi: a ella caímos mi hermano y yo en 1986 con una adaptación de
El Mago de Oz y, no sé por qué, aceptó dirigirla. Luego, fuimos sus autores durante casi diez años,
en los cuales también comencé a actuar. Ya más grande, me sumé a la troupe de Cristóbal Arnold,
un prócer del teatro mendocino “que ya se fue de gira”, y de quien aprendí mucho sobre técnicas de
dirección y dramaturgia, laburar un texto teatral desde la coyuntura en que fue escrito y aquella en
la que transcurre la trama hasta el análisis de cada palabra en un parlamento. Con él hice y conocí
los grandes clásicos del teatro argentino del siglo XX.

8
Todas las citas pertenecen a una entrevista realizada por la autora, en Buenos Aires, marzo de 2016.
Su poética, entonces, está integrada por una enorme cantidad de producciones, orientadas a
diversos públicos y con la más variada cantidad de temas. Sin embargo, algo que las aúna es el uso
del humor. Ya sea que se mezcle con el género del terror, que se trate de narrativa o de obra
teatral, el recurso humorístico prevalece. Pero se trata de una búsqueda inclusiva, en la cual la risa
asoma para los grandes y para los chicos simultáneamente, por más que haya diferencias en el
espesor metafórico de la recepción. Nos es extraño que las obras dedicadas al público infantil
contengan una cantidad de chistes pensados como guiños cómplices entre los adultos. O
referencias externas que sólo los mayores pueden entender. El caso de Sevilla es un contraejemplo
de ello. En el comienzo de la obra que aquí presentamos sucede lo siguiente:

VERDULERO: ¡Qué día tengo hoy, Santa Cereza! Ahora, debo revisar si de la feria me enviaron, lo
que pedí (De un cajón saca una manzana verde) Una manzana verde… (Saca una de color rojo) Una
roja… (Saca una azul) Una… ¿¡Azul!? ¿Estará podrida? ¿Tendrá frío?
(Se escucha música de violín que sale de adentro de la manzana)
VERDULERO: ¿Y eso? En vez de una manzana, de la feria me enviaron una cajita musical (Nota un
agujerito en la fruta) Para colmo, tiene un gusano. ¡También es azul!
GUSANO: (Asoma por la manzana, tocando un violincito. Al ver al Verdulero, deja de hacerlo)
¡Buen día por la mañana sin lagañas!
VERDULERO: (Ordena) Le exijo que ya mismo abandone esa manzana. Si no jamás podré
venderla. Además de ser azul, tiene un inquilino.
(…)
GUSANO: (Como si contara un secreto) Además, yo en realidad no soy un gusano.
VERDULERO: ¿Y qué es? ¿Una flauta dulce?
GUSANO: (Tristón) ¡No! Era un príncipe azul, como el de los cuentos. Pero un hechicero, de esos
que siempre quieren jorobar a los príncipes azules de los cuentos, me hechizó, transformándome en
esto y no me quedó otra que mudarme a una manzana. Para no aburrirme, toco todo el día mi violín
(Comienza a tocar)
VERDULERO: (Intenta convencerlo) Entienda que si no se va, jamás podré vender su casa, digo,
esa manzana. Pero antes, deberé teñirla para que alguien la quiera comprar…
Si bien la acción es sencilla, los sistemas de referencia tanto internos de la obra (ser una flauta
dulce) como externos (ser un príncipe azul) producen hilaridad en diferentes capas de
conocimiento. No obstante, esto se complejiza cuando aparece el tema del desalojo. La metáfora
funciona por relación interna y por relación externa de dos maneras diferentes. Vale decir que, en
función de la experiencia del espectador, cada uno podrá interpretar diferentes horizontes de
sentido. Pero por tratarse de un devenir interno de la trama, se garantiza que nadie quede afuera
del chiste.
Esta maestría en el uso del humor es común a toda la producción de Sevilla. Sin embargo, en
términos de producción, “Manzana…” es una excepción.

En común con otras obras, tiene el humor, las situaciones que se plantean y la elección de
personajes mundanos que conviven con otros fantásticos... ¡Algo que me encanta como escritor y
también lector/espectador! En cuanto a diferencias, nació desde el vamos pensada como una obra
para títeres o títeres y actores, y con la intención de que guste a los espectadores más pequeños; no
suelo sentarme a escribir pensando si una obra será interpretada por actores o con títeres o si solo
será leída, tampoco pienso en un espectador de determinada edad. Digamos que esta es una
excepción a mi regla…
MANZANA VERDE, MANZANA ROJA, MANZANA ¡AZUL!
Fabián Sevilla

ACTO ÚNICO
Personajes
VERDULERO
GUSANO AZUL, que primero puede ser un títere y luego, un actor cuando se transforma
en PRÍNCIPE AZUL
PRINCESA ROJA, que también puede ser primero un títere y luego, una actriz
BRUJA VERDE

La escena transcurre en una verdulería. Debe haber tres manzanas: una verde, otra roja y
la tercera azul.
VERDULERO: ¡Qué día tengo hoy, Santa Cereza! Ahora, debo revisar si de la feria me
enviaron, lo que pedí (De un cajón saca una manzana verde) Una manzana verde… (Saca
una de color rojo) Una roja… (Saca una azul) Una… ¿¡Azul!? ¿Estará podrida? ¿Tendrá
frío?
Se escucha música de violín que sale de adentro de la manzana.
VERDULERO: ¿Y eso? En vez de una manzana, de la feria me enviaron una cajita musical
(Nota un agujerito en la fruta.) Para colmo, tiene un gusano. ¡También es azul!
GUSANO: (Asoma por la manzana, tocando un violincito. Al ver al Verdulero, deja de
hacerlo.) ¡Buen día por la mañana sin lagañas!
VERDULERO: (Ordena.) Le exijo que ya mismo abandone esa manzana. Si no jamás
podré venderla. Además de ser azul, tiene un inquilino.
GUSANO: (Prepotente.) ¡Qué inquilino ni ocho panchitos! Esta es mi casa y yo mismo la
pinté de azul para que combinara con mi color.
VERDULERO: ¿Y por qué es azul usted? He visto gusanos de todos colores, pero nunca
uno así.
GUSANO: (Orgulloso.) ¿Qué hay de malo con el azul? Es un color muy bonito. Es el del
cielo, las lagunas, el zafiro.
VERDULERO: Tiene toda la razón, pero…
GUSANO: (Como si contara un secreto.) Además, yo en realidad no soy un gusano.
VERDULERO: ¿Y qué es? ¿Una flauta dulce?
GUSANO: (Tristón.) ¡No! Era un príncipe azul, como el de los cuentos. Pero un hechicero,
de esos que siempre quieren jorobar a los príncipes azules de los cuentos, me hechizó,
transformándome en esto y no me quedó otra que mudarme a una manzana. Para no
aburrirme, toco todo el día mi violín (Comienza a tocar.)
VERDULERO: (Intenta convencerlo.) Entienda que si no se va, jamás podré vender su
casa, digo, esa manzana. Pero antes, deberé teñirla para que alguien la quiera comprar…
GUSANO: (Deja de tocar el violín.) Hay un único modo de que eso pueda pasar.
VERDULERO: (Ansioso.) ¿Cuál? Dígame. Haré lo que sea. ¡Palabra de verdulero!
GUSANO: Ayudándome a deshechizarme, para dejar de ser un gusano y vuelva a ser un
príncipe.
VERDULERO: ¿Y eso cómo se hace?
GUSANO: Con un beso.
VERDULERO: (Se aleja.) ¡Ni loco le doy un beso! Antes prefiero besar una planta
carnívora.
GUSANO: No, no, el beso me lo tiene que dar una princesa.
VERDULERO: ¿Y de dónde rayos saco una princesa?
GUSANO: Me he enterado que en esa manzana roja vive una.
VERDULERO: Me está tomando el pelo.
GUSANO: Fíjese bien y verá que no le miento. Yo lo espero aquí afuera, dentro de la
manzana hace un calor terrible.
VERDULERO: (Alterado, mira al cielo.) ¡Qué día, Santa Cereza, qué día! (Se acerca a la
manzana roja y la golpea como si tuviera una puerta.) ¡Hola! ¿Hay alguien ahí?
PRINCESA: (Su voz.) ¿Sí? ¿Quién golpea? Le aviso que si es un vendedor, no quiero
comprar nada.
VERDULERO: Soy el verdulero y quería pedirle, gusano…
PRINCESA: (Sale de la manzana, es toda roja y chiquita.) ¿Gusano? ¡Más respeto! ¿No ve
que soy una princesa?
VERDULERO: Disculpe. No quise faltarle el respeto. Sucede que antes he visto princesas,
pero ninguna colorada y en miniatura como usted.
PRINCESA: (Orgulloso.) ¿Qué problema tiene con lo que es colorado y chiquito? Así son
las rosas, las frutillas, los moños de las cajas de bombones.
VERDULERO: (Mostrándose amable.) Tiene razón. Le cuento: en esa manzana azul hay
un gusano azul que asegura ser un príncipe azul, como el de los cuentos, pero está
hechizado.
PRINCESA: Le creo: a un primo mío, un brujo lo transformó en sapo. Justo ayer me enteré
que se había casado con una sapa y tuvieron un millón de gusarapos, que son mis sobrinos.
VERDULERO: (Falsamente amable.) ¡Qué alegría! ¡Felicitaciones a su primo y su esposa
sapa! Le decía que el gusano azul, digo, el príncipe azul sólo se irá de la manzana azul, que
pagué bien carita, sólo si lo ayudo a volver a ser lo que era antes.
PRINCESA: Y seguro que para deshechizarlo, debo darle un beso (Resopla.) ¡Qué
originaaaaaaaaaaaaal!
VERDULERO: ¡Eso mismo! ¿Me daría una mano? Digo, ¿le daría un beso?
PRINCESA: Puedo ayudarlo, pero antes usted tendría que ayudarme a mí. Yo también fui
víctima de un embrujo: una bruja me tiñó de colorado y me achicó a este tamaño.
VERDULERO: Ya sé: no le quedó otra que hospedarse junto a la manzana que yo acabo de
comprar.
PRINCESA: ¡Bien dice! Iba a mudarme a ese limón, pero ya estaba ocupado por un duende
que tiene un humor muy ácido.
VERDULERO: ¿Y cómo puedo hacer para que usted vuelva a ser una princesa, bese a ese
gusano y él sea un príncipe otra vez?
PRINCESA: Convenciendo a la bruja que me embrujó para que me desembruje.
VERDULERO: Parece un trabalenguas (Hastiado.) ¿Dónde encuentro a esa bruja que la
embrujó para que la desembruje?
PRINCESA: Vive en esa manzana verde. Pídale que me desembruje, así yo puede
deshechizar al gusano azul, mejor dicho, al príncipe azul. (En voz baja.) Pero vaya con
cuidado, eh, no tiene muy buen humor que digamos. Yo lo aguardo aquí, plumereando las
pepitas (Con un plumero, limpia las semillas de la fruta.)
VERDULERO: (Ofuscado.) Primero un gusano azul tocando el violín en una manzana
azul, luego una princesa colorada y chiquita, y ahora esto. ¡Qué día, Santa Cereza, qué día!
(Se acerca a la manzana verde y toca el timbre como si fuera una casa.)
BRUJA: (Su voz, enojosa.) ¡Melón melón sandía sandía! ¿Quién joroba a esta hora del día?
VERDULERO: (Exageradamente amable.) Disculpe, señora bruja…
BRUJA: (Sale de la manzana, es verde como la fruta y tiene gesto de amargada.)
¡Señorita! Ya he transformado en zapato agujereado a más de uno que me dijo señora.
VERDULERÍA: (Ante el gesto de la bruja, dice al público.) ¡Esta es más amarga que un
pomelo! ¡Y parece un kiwi pachucho! (Simula amabilidad.) Perdón, señorita bruja, la
molestaba porque en esa manzana roja hay una princesa que por un embrujo suyo se puso
colorada y chiquita.
BRUJA: ¡Y se lo merecía! Cada vez que terminaba de lustrar la vereda, pasaba andando
sobre patines y me la rayaba toda. ¡Melón melón sandía sandía!
VERDULERO: Yo también me enojaría por eso. Le comentaba que necesito que la
desembruje para que pueda darle un beso, que deshechice a un príncipe azul, que por culpa
de un hechizo ahora es un gusano azul viviendo en una manzana azul que compré…
BRUJA: ¡Melón melón sandía sandía! ¡Ahorre palabras! Ya entiendo, puedo ayudarlo
pero…
VERDULERO: (Suspirando.) ¡Yo tengo que ayudarla a usted! ¿Qué quiere que haga o
diga?
BRUJA: (Luego de pensar un rato.) ¡Ya sé! Quiero que me de algo que me necesite mucho.
VERDULERO: ¿Algo que necesita mucho?
BRUJA: (Molesta.) ¡Melón melón sandía sandía! ¿Repite todo lo que digo?
VERDULERO: ¿Y qué puede ser eso? Una escoba último modelo con caja de quinta y
motor de mil cilindradas…
BRUJA: ¡Nooooooooooo!
VERDULERO: ¡Un gato negro que hable español, inglés, francés, grecochipriota y
tailandés!
BRUJA: ¡Nooooooooooo!
VERDULERO: ¡Un caldero que sirva para hacer pociones, sopa, pucheros y carbonada!
BRUJA: ¡Nooooooooooo! ¡Melón melón sandía sandía! No necesito ninguna de esas cosas.
VERDULERO: Deme un momentito (Va hasta donde está la princesa y el gusano. Entre
ellos discuten y se ponen de acuerdo.) ¿Piensan que eso es algo que necesite mucho?
GUSANO y PRINCESA: ¡Sin dudas!
VERDULERO: (En su anotador, dibuja algo y vuelve a la manzana verde.) ¡Aquí tiene
algo que seguro necesita y le gustará mucho! Eso espero.
BRUJA: Yo también, sino lo transformaré en una ficha de dominó sin puntitos (Recibe el
papelito y luego de verlo.) ¡Melón melón sandía sandía!
VERDULERO: (Se ha hecho un manojo, esperando que la bruja cumpla con su amenaza.)
¡No una ficha de dominó sin puntitos! ¡No una ficha de dominó sin puntitos!
BRUJA: ¡Esto sí es algo que me necesitaba mucho! (Muestra el papelito al público: es una
sonrisa dibujada.) ¡Es contagiosa! Tanto que me dan ganas de… (Luego de mucho
esfuerzo, logra sonreír.) ¡Melón melón sandía sandía! ¡Hacía tanto tiempo que no sonreía!
VERDULERO: (Ilusionado.) Entonces…
BRUJA: ¡Córrase! No vaya a ser cosa que termine embrujándolo a usted (Con sus manos
hace unos pases.) ¡Naranja naranja mandarina mandarina!
Se produce un efecto de luces, un breve apagón y vuelve la luz.
PRINCESA: (Dejó de ser colorada y ha recuperado su tamaño normal.) ¡Al fin! Soy yo
otra vez…
VERDULERO: Ahora, princesa, cumpla con su promesa.
PRINCESA: (Casi en secreto y mirando al gusano, que prepara los labios para que lo
besen.) ¿Y si el gusano ese es un mentiroso y no resulta ser un príncipe azul hechizado?
GUSANO: ¡Becho! ¡Becho! ¡Becho!
BRUJA: (Que cada vez sonríe más y más.) Hay una única manera de confirmarlo.
GUSANO: ¡Becho! ¡Becho! ¡Becho!
PRINCESA: Si no me queda otra (Con cierto asco, besa al gusano.)
(Se produce un efecto de luces, un breve apagón y vuelve la luz.)
PRÍNCIPE: (Está en el lugar del gusano, pero sigue siendo azul.) ¡Genial! Ya no deberé
vivir en esa manzana, aunque extrañaré dormirme acunado por el latido de su corazón…
PRINCESA: Pero en cambio, podrías sentir el mío. Te invito a tomar un helado, pasear y,
quien sabe… Colorín colorado.
PRÍNCIPE: ¡Azulón azulado! (Comienza a tocar su violín, mientras sale de escena.)
PRINCESA: Nuestro cuento se ha terminado (Sale, bailando al son de la música que
interpreta el príncipe.)
BRUJA: (Sin dejar de sonreír.) Bueno, ahora vuelvo a mi manzana: cuando me interrumpió
estaba viendo una peli de terror…
VERDULERO: ¡Espere! Iba a decirle que me gusta mucho su sonrisa. Ya es tarde y dudo
que vengan clientes.
BRUJA: (Avergonzada.) ¿Me está invitando tomar un helado, pasear y, quién sabe?
VERDULERO: ¡Melón melón sandía sandía! Sería un buen modo de terminar este día.
BRUJA: (Lo agarra de una mano y se lo lleva.) Justo esos son los sabores de helado que
más me gustan.
VERDULERO: (Mientras sale arrastrado por la bruja.) Y viviremos felices comiendo
perdices…
BRUJA: Yo diría: ¡comiendo helado!
Telón o apagón

FIN
Mariana Trajtenberg nació en Buenos Aires en 1967. Es titiritera y dramaturga, y ha
desarrollado la mayor parte de su actividad teatral con El nudo – Compañía teatral, una
compañía independiente de teatro de títeres de la cual es miembro fundador. La compañía
fue creada en 1998 junto con Daniel Scarpitto, Nelly Scarpitto y Claudia Villalba, todos
egresados de la Escuela Taller de Titiriteros del Teatro San Martín de Buenos Aires. Luego
se sumaron Andrés Sahade y Julieta Alessi, y, en cada obra participaron otros
colaboradores.
Trajtenberg, además de formarse como titiritera, es egresada de la carrera de Dramaturgia
de la Escuela de Arte Dramático, dirigida por Mauricio Kartun y Roberto Perinelli (año
2000) y, previamente, en 1994 recibió el título de Bachelors of Arts in Theatre and Drama
de la Universidad de Michigan, Ann Arbor.
Con El nudo, estrenó cuatro obras de títeres para niños en las que tuvo diversos roles. En la
1

primera, “Hay que esconder al elefante”, Trajtenberg participó como titiritera, mientras que,
en las siguientes, “Un tigre en el gallinero”, “Un hipo desafinado” y "Un ovillo con
Pelusa", fue además dramaturga. Próximamente van a presentar “El viaje de Azul”, también
escrita por Mariana, que, además, es intérprete.
La compañía estrenó también cuatro obras para adultos. En “El Molde”, que luego fue “El
Nudo / 3”, y en “Mar de Margaritas”, Trajtenberg fue autora y directora y en “El Señor
Nicodemo”, autora y titiritera. En la más reciente, “Desalojo, recuerdo sin fotos”, se
encargó de la producción ejecutiva.
Además, El Nudo colaboró con la compañía española Aracaladanza en la dramaturgia,
diseño y realización de títeres de “¡Nada... Nada!” (2004); “Pequeños Paraísos” (2006);
“Nubes” (2009); y “Constelaciones” (2012), todas estrenadas en el Teatro de la Abadía en
Madrid.
En 2014, la compañía recibió la “Mención especial a la Trayectoria de Compañía”, del
Premio Nacional Javier Villafañe.

El Nudo y el teatro para niños


Todos los espectáculos de títeres para niños de la compañía estuvieron destinados a los más
pequeños, a la franja de público desde los 0 a los 7 años. Por ello, sus propuestas tienen un
lenguaje simple, un ritmo y una duración acorde, incluyen el juego y el humor, utilizan
títeres coloridos y de texturas blandas, los efectos sonoros, la música y las canciones, una
iluminación cuidada, etc. Pero esta especificidad no implica caer en estereotipos ni en
propuestas que conciben al teatro como una animación o fiesta que tiene que entretener al
público ni tampoco quedar atrapados en la pedagogía. “No pretendemos educar a los niños
sino acompañarlos en el transito del mundo cultural que empiezan a atravesar. Ir al teatro es
estimular la imaginación, emocionarse, reírse, reflexionar, conectarse con el mundo del
arte.”, señala Trajtenberg. Por ello, podemos enmarcar su producción como teatro infantil
de arte (Sormani).
Por otra parte, el grupo es consciente de que, por la edad a la que están destinadas sus
obras, en muchos casos se tratará de la primera experiencia teatral de esos niños, y eso
genera la responsabilidad de brindar espectáculos de calidad. “Es nuestro mayor anhelo
entonces “fundar espectadores”, que estos niños tengan una excelente experiencia en el
teatro y quieran volver.”, afirman.
Lectura crítica de Un hipo desafinado
Andrea Picovsky
En el presente volumen, presentamos “Un hipo desafinado”, tercera obra de la compañía,
que fue estrenada en el Centro Cultural de la Cooperación en 2008 y en cartel hasta el 2010,
con la técnica de títeres de mesa y titiriteros a la vista. A diferencia de los anteriores
espectáculos, “Hay que esconder al elefante” y “Un tigre en el gallinero” en las que
trabajaron con retablo y títeres de guante y del estrenado posteriormente, "Un ovillo con
Pelusa", en el que utilizaron títeres de varilla y guante.
En cuanto a lo argumental, la obra trata de la vergüenza y la timidez en el mundo cotidiano
de los niños. Un conflicto íntimo y no un conflicto externo como trataron las obras
anteriores. Pero en las tres hay una estructura interna lineal, mientras que, la obra siguiente,
“Un ovillo con pelusa”, se trata de un relato sin texto, con una estructura más similar a la de
un poema.
El texto de la obra es fruto de un trabajo que definen como “grupal”, ya que cada
espectáculo de la compañía es una construcción colectiva, que incluye el aporte creativo de
todos, más allá de los roles que asume cada uno. Ese proceso de creación y producción duró
un año y medio. La dramaturgia se fue construyendo con intercambios, con borradores, en
los ensayos y con improvisaciones. “Trabajar con títeres supone la necesidad de trabajar en
el espacio, de volcar rápidamente en los ensayos las ideas que surgen primero en papel.”,
señala Trajtenberg.
El título de la obra condensa el tema de la misma, explotando la homonimia de “hipo”,
como apócope de hipopótamo y de Hipólito, nombre del protagonista, y el hipo que tiene
cuando siente vergüenza cada vez que quiere cantar. El mismo juego se da con el pato
Patricio (“Pato”), el otro personaje que debe vencer su timidez. Ambos logran superar su
problema con ayuda de sus amigos.
El texto está dividido en ocho escenas y son cinco personajes: Hipólito, el hipopótamo,
Patricio y Tito, patos y hermanos, la pata Rosita y el pájaro Maestro de música, a los que se
suman un grupo de ovejas con las que sueñan en la quinta escena. Cada personaje tiene una
característica que se va delineando mientras avanza la obra.
Como se trata de teatro de títeres para niños, aparecen ciertos elementos recurrentes en el
género, como la repetición, el humor y el juego. La repetición se da en distintos niveles,
desde lo estructural (como nos referimos al hablar del título) a lo lingüístico, con ciertas
frases típicas de cada personaje, rimas y aliteraciones como en “patito Tito”. Dentro de la
misma escena se repiten intervenciones y acciones que, a la vez, desencadenan juegos entre
los personajes que permiten anticipar las situaciones y cuyo remate impacta porque plantea
una diferencia. En la séptima escena, la obra incluye un episodio metateatral, en el que el
pato Patricio junto a sus amigos ensaya cómo declarar su amor a la pata Rosita, pero la
situación se resuelve porque Hipo canta una canción con la que ha soñado. En la escena
anterior, se presentan los sueños de los Hipo y Patricio donde por un lado, los límites entre
sueño y vigilia se corren y lo que ocurre en el sueño impacta en la vigilia a través de su
repetición en la escena siguiente. Y, por el otro, lo verosímil se tensa ya que hay
interacciones entre los personajes de ambos sueños y Tito es testigo de lo que sucede,
elemento que es clave para la resolución del conflicto.
El juego aparece en las interacciones entre los personajes, en especial entre Hipo y Tito y
también cuando se proponen armar un coro, juegan con sus voces, y en muchos diálogos
hay juegos de palabras.
En la obra está muy presente el humor, causado por malentendidos vinculados a la
polisemia o la interpretación literal de algunas frases, equívocos o interrupciones reiteradas
que son desoídas. Hay también gags, disparates, imitación y parodia entre los personajes y
rimas graciosas.
1 Por fuera de la compañía, Mariana Trajtenberg escribió “Hermanas Siamesas”, que se presentó en el Teatro del Pueblo y
en el Festival Internacional de Buenos Aires (1997) y luego fue publicada en Género Chico Teatro (Libros del Rojas).
También"...en tu día" y "Clandestino", que se presentaron en el Ciclo 9 (Teatro IFT), ediciones 2001 y 2002. Es autora de
"La Tortuga", incluida en el libro Dramaturgas /1, (Editorial Nueva Generación, 2002). Como titiritera, participó en, entre
otras, "La invención de Morel" (1º Buenos Aires en Puerto Alegre), dirigida por Eva Halac (1996) y también en la ópera
"Sennin" de Javier Giménez Noble (Sala Alberdi del C.C. Gral. San Martín, 1999).
Un hipo desafinado
Mariana Trajtenberg

Personajes
El hipopótamo Hipólito
El pato Patricio
El patito Tito, hermano menor de Patricio, el mejor amigo del hipopótamo
El pájaro Maestro de música
La pata Rosita
Grupo de ovejas

Técnica: Títeres de mesa con el titiritero a la vista del espectador.

Escena 1
A la orilla de un río.
Después de la lluvia, el hipopótamo Hipólito asoma su cabezota a la superficie.

HIPO: Uy, salió el sol.

Se acercan nadando los otros animales, la pata Rosita, y los patos Patricio y Tito.

HIPO: ¡Qué lindo día!


PATRICIO: Sí, hermoso día para cantar.
TITO: (Imitando a su hermano) Para cantar.
PATRICIO: Para que cante yo.
TITO: Ufa.

Patricio realiza ejercicios vocales y Tito lo imita en todo. Patricio comienza a cantar y Tito
canta con él.
PATRICIO: ¡No!
TITO: ¡Ufa!

Patricio vuelve a cantar y ahora son Tito y Rosita quienes se unen, pero cada uno con una
canción diferente. Hipólito marca el ritmo con su pie.

Se acerca Pájaro, el Maestro de música, y escucha.

PÁJARO: (Murmurando para sí mismo, entusiasmado.) ¿Qué pasa? ¿Qué hacen? ¿Están
cantando? Suena bastante bien…

PATRICIO: ¡No canten todos, canto yo!


TITO: ¡Ufa!
PÁJARO: Qué bochinche tan… tan… bochinchero. ¿Estaban cantando?
TODOS: ¡Sí!

Todos vuelven a cantar.

PÁJARO: (Murmurando para sí.) Sí, tienen buen ritmo, chispa… (A los animales.)
silencio… silencio por favor…les quiero decir algo, un poco de silencio…¡Silencio!

Los animales se callan.

PÁJARO: ¡Este es un bochinche muy original! ¿Estaban cantando?


TODOS: Sí.

Todos vuelven a cantar.

PÁJARO: Un momentito… ¡Momento!

Los animales se callan.


PÁJARO: Ya que este es un bochinche bastante afinado y muy musical, vamos a armar un
coro.
PATRICIO: ¡Un coro!
TITO: ¡Un coro!
ROSITA: ¡Un coro!
HIPO: ¿Un qué? ¿Qué es un coro?
PÁJARO: Un coro es cantar todos juntos.
TITO: Todos juntos… ¿Escuchaste Patricio?
PATRICIO: Sí.
PÁJARO: ¿Qué esperamos? ¡A ensayar!
TODOS: ¡Sí, a ensayar!

Salen todos entusiasmado con el nuevo proyecto.

Escena 2

Tito e Hipólito entran navegando en un barquito y atracan en la orilla.

TITO: ¡El último cola de perro!


HIPO: Cola de hipopótamo… (Se ríen.) Un coro... ¡Vamos a cantar!
TITO: Sí… (Pausa.) Y vos, ¿ya sabés qué canción vas a cantar en el ensayo?
HIPO: No… ¿y vos?
TITO: Yo tampoco.

Pausa, suspiran los dos. Se miran.

HIPO: Ya sé. Podemos cantar la canción del avión.


TITO: Avión…

Los dos juegan a que son aviones, pero no cantan.


TITO: Hipo, yo no sé la canción del avión…
HIPO: Yo tampoco… (Pausa.) Ya sé, cantemos la de la motoneta.
TITO: Motoneta…

Juegan con motos imaginarias, chocan entre sí, corren carreras, pero no cantan.

TITO: ¡Te gané! (Pausa.) Igual esta canción no la sé…


HIPO: Yo tampoco… Ya sé, cantemos la del barrilete.

Vuelan como si ellos fuesen los barriletes, pero no cantan.

TITO: Hipo, esta tampoco la sé.


HIPO: (Pausa.) ¡Ah! Ya sé, cantemos la del elefante.
TITO: ¡Sí! Esa sí la sé. ¿Vos la sabés?
HIPO: No.
TITO: Es muy fácil. Yo la puedo cantar y vos me seguís, ¿está bien?
HIPO: Sí, Tito.

Tito empieza a cantar y el Hipo lo persigue sin abrir la boca.

TITO: ¿Qué haces?


HIPO: Te sigo.
TITO: ¡No! yo canto y vos me seguís, cantando.
HIPO: Sí, Tito.

Tito empieza a cantar y el Hipo vuelve a perseguirlo.

TITO: ¿Qué haces?


HIPO: Te sigo.
TITO: ¡No!
HIPO: …la parte de “cantando” no me sale muy bien…
TITO: Yo canto y vos seguime, pero cantando.
HIPO: Sí, Tito.

Tito empieza a cantar y el Hipo lo persigue por tercera vez, sin abrir la boca.

TITO: Tengo otra idea… ¡no me sigas más!...

Pausa, los dos se quedan en silencio, enojados.

Escena 3

Entran el Pájaro, Rosita y Patricio arrastrando un piano.

PÁJARO: Bueno. Vamos a ir armando este coro. Numerarse por favor.


HIPO: Uno
PATRICIO: No, yo soy Uno.
HIPO: Dos.
ROSITA: No, yo soy dos.
HIPO: Tres.
TITO: No, yo soy tres.
HIPO: Cuatro, cuatro.
TITO: Está bueno el cuatro.
PÁJARO: Vamos a empezar por el número…
PATRICIO: Uno
ROSITA: Dos
TITO: Tres.
PÁJARO: Cuatro.
HIPO: ¡Ah! Yo soy cuatro.
PÁJARO: Perfecto, a ver Hipólito.
HIPO: Presente.
El Maestro propone ejercicios vocales con el piano, que el Hipo hace con algo de timidez.

PÁJARO: Admirable, ahora elija una canción, por favor.

El Hipo consulta con Tito, en secreto, cual canción cantar.

HIPO: La del elefante.


PÁJARO: Muy bien, lo escuchamos.

Hipólito intenta cantar, pero le da hipo.

HIPO: Hip, hip, hip. ¡Uh! Me dio hip -po… (Se ríe, se le pasa.) ya está.

Intenta de nuevo y vuelve a tener hipo. Todos se ríen. A la tercera vez el hipo ya no se le va.

HIPO: No se hip -va el hip, hip –po, hip, hip, hip…


PÁJARO: Si tiene hipo no va a poder cantar en el coro.
TITO: ¿Pero maestro… y ahora que hacemos?
PÁJARO: Eh… (El Maestro se muestra desorientado.)
ROSITA: Como dice mi abuelo Augusto, el hipo se va con un buen susto. (Al Hipo.) Vos
Hipo, andá para allá y hacete el distraído. (Al resto, murmurando, para que Hipo no
escuche.) Ustedes se acercan despacito, sin que se de cuenta, y cuando yo les diga, lo
asustan.
PATRICIO, TITO y PÁJARO: (Se acercan al Hipo en puntas de pie.) ¿Acá?
ROSITA: Un poquito más.
PATRICIO, TITO y PÁJARO: ¿Acá?
ROSITA: Un poquito más.

Los animales ya están pegados al Hipopótamo.


PATRICIO, TITO, PÁJARO (Se suma el HIPO en la pregunta): ¿Acá?
TITO: Vos, ¡distraído!
HIPO: ¡Ah!
ROSITA: Sí. Un, dos, tres, ya.
PATRICIO, TITO y PÁJARO: ¡Buuu!

Con el grito de los animales es Rosita quién se asusta, e Hipólito sigue con su hipo como si
nada.

PATRICIO, TITO y PÁJARO: No funcionó, no funcionó, que pena.


HIPO: Hip, hip, hip, hip….

Silencio. El hipopótamo hace grandes esfuerzos para contener su hipo. Tito se le acerca
despacio.

TITO: A ver…parece que se le fue…


HIPO: ¡Hip!
TODOS: No, no funcionó.

Nuevamente silencio. El hipopótamo vuelve a intentar contener su hipo.

ROSITA: Ven, sí funcionó, el hipo se silenció.

Esta vez todos se acercan despacio al Hipopótamo.

HIPO: ¡Hip, hip, hip!

Todos se asustan. Hipólito sale decepcionado.

TITO: No se le fue el hipo. ¿Maestro, por qué no se le fue?


PÁJARO: No te preocupes Tito, ya se le va a pasar.
TITO: Pero no se le fue el hipo, no se le fue.
PÁJARO: Ya se le va a ir…
TITO: No se le fue…
PATRICIO: ¡Callate Tito!
TITO: ¡Ufa!

Escena 4

PÁJARO: Ya se le va a pasar… Mientras tanto podemos seguir por el número…


PATRICIO: Uno.
TITO: Tres.
PÁJARO: Dos.
ROSITA: Yo soy Dos.
PÁJARO: Número dos… María Rosa.
ROSITA: Rosita, presente.
PÁJARO: A ver Rosita…

El Maestro propone un ejercicio con el piano que Rosita hace con cierta coquetería.

PÁJARO: Muy logrado.


PATRICIO: (A Tito.) ¡Qué voz tan dulce tiene Rosita!
TITO: ¿Te parece?

El Hipopótamo se asoma, sigue hipando, todos lo miran, y él vuelve a salir.


El Maestro propone otro ejercicio para Rosita, que ella hace a la perfección.

PÁJARO: Brillante.
PATRICIO: ¡Nadie lo hace tan bien como ella!
TITO: ¿Te parece?
El Hipopótamo se asoma de nuevo, sigue hipando, todos lo miran, y él vuelve a salir
avergonzado.

PÁJARO: Elija una canción por favor.

Rosita canta las primeras estrofas de una canción romántica.

PATRICIO: ¡Es la canción que más me gusta! Seguro la eligió para mí.
TITO: ¿Te parece?
PÁJARO: Muy acertado, Rosita. Gracias.

Rosita se une a sus compañeros.

PÁJARO: El control de la respiración es la base de la buena emisión y calidad del sonido…

El Hipopótamo entra corriendo.

HIPO: Maestro, maestro…


PÁJARO: (Al Hipo.) Un momento por favor. (A los patos.) La respiración debe ser
tranquila y libre de tensiones, sobre todo en los hombros y el cuello…
HIPO: Maestro, maestro…
PÁJARO: (Al Hipo.) Un minutito. (A los patos.) Se pueden realizar ejercicios como por
ejemplo inspirar el perfume de una flor, mantener el aire gozando y luego espirarlo
diciendo “tsss”…
HIPO: Maestro, maestro…
PÁJARO: (Al Hipo.) ¡Un poco de paciencia! (A los patos.) Con la práctica se va
desarrollando la capacidad de control del aire…
HIPO: Maestro, maestro…
TITO: Maestro, Hipólito le quiere decir algo.
PÁJARO: ¿Quién? Ah sí, claro, gracias Tito.
HIPO: Maestro, maestro…
TODOS: Dale Hipo, ¡habla!
HIPO: ¡Se me fue! ¡Se me fue el hipo! ¡Se me fue el hipo!
MAESTRO: ¡Se le fue el hipo a Hipólito!

Todos festejan.

Escena 5

PÁJARO: Entonces podemos seguir por el número…


PATRICIO: Uno
ROSITA: Dos
TITO: Tres
PÁJARO: Cuatro.
HIPO: ¡Cuatro! ¡Cuatro! Yo soy cuatro.
PÁJARO: Número cuatro… Hipólito.
HIPO: ¡Presente!
PÁJARO: A ver Hipólito, elija una canción.
HIPO: ¿Una canción? ¿Pero cuál canción?
PÁJARO: La que usted quiera.
HIPO: ¿Y cuál quiero?
PÁJARO: La que tenga ganas.
HIPO: ¿Y cuál tengo ganas?
PÁJARO: (Algo fastidiado.) La del elefante.

Todos se juntan para escuchar cantar al Hipo.


El Hipo intenta cantar, pero no resulta, vuelve a tener hipo.

HIPO: Lo que pasa es que…


TODOS: ¿Que?
HIPO: Que me miran todos juntos y me da vergüenza.
TODOS: Ah…
HIPO: Lo que pasa es que…
TODOS: ¿Qué?
HIPO: Que me escuchan todos juntos y me da vergüenza.
TODOS: Ah…
HIPO: Lo que pasa es que…
TODOS: ¿Qué?
HIPO: Qué cuando me da vergüenza, me da hip-o.
TODOS: Ah…era vergüenza, sí, le da vergüenza…
TITO: ¿Pero maestro…y ahora que hacemos?
PÁJARO: Eh… (El maestro vuelve a mostrarse desorientado.)
ROSITA: Como dice mi abuelo Tomás, la vergüenza se va con un buen disfraz.
PÁJARO: ¿Un disfraz?
TODOS: ¡Sí! ¡Un disfraz! ¡Disfraz! ¡Disfraz!

Hipólito desaparece detrás del piano y se va probando todo lo que sus amigos le proponen.

TITO: Pirata.
PATRICIO: Cocinero.
PÁJARO: Bombero.
ROSITA: Payaso.
TITO: Empanada.
TODOS: ¿Empanada?
TITO: (Se ríe.) Bigotes.
PATRICIO: Barba.
PÁJARO: Flequillo.
ROSITA: Trenzas.
TITO: Una bufanda amarilla.
PATRICIO: Mejor verde.
PÁJARO: No, lila.
ROSITA: ¿Rosa?
TITO: Papa frita.
TODOS: ¿Papa frita?
TITO: (Se ríe.) Astronauta.
PATRICIO: Jugador de fútbol.
PÁJARO: Doctor.
ROSITA: Solo faltaría una flor para darle algo de color.
TODOS: A ver…

Hipólito sale de detrás del piano. Apenas se lo distingue bajo la montaña de ropa.

HIPO: ¡Hip, hip, hip!


TODOS: No funcionó.
TITO: ¿Y maestro? ¿Cómo vamos a armar nuestro coro entonces? No vamos a poder… no
vamos a poder armar el coro.
PÁJARO: No te preocupes Tito.
TITO: Pero no se le fue el hipo… no se le fue.

Tito comienza un berrinche que el Maestro no sabe cómo detener. Rosita intenta distraerlo.

ROSITA: ¡Miren, salió la luna!


PATRICIO: La luna, qué romántico…
TITO: ¿Y a quién le importa la luna?
PÁJARO: Ahora, lo mejor es irnos a descansar. Ya se hizo muy tarde… vamos todos a
dormir y mañana podremos armar nuestro coro.
TITO: Yo no estoy cansado.
TODOS: A dormir… buenas noches… hasta mañana.
TITO: Yo no quiero… además no se le fue el hipo.
PATRICIO: Callate, Tito.
TITO: Ufa.

Salen Rosita y el Maestro llevando el piano.


Hipólito, Patricio y Tito se preparan para ir a dormir. Se lavan los dientes, se acuestan. Se
duermen.

Escena 6

El hipopótamo comienza a soñar.


En su sueño aparecen un grupo de ovejas saltando. Una de estas ovejas se desprende del
grupo y oficia de oveja presentador.

OVEJA PRESENTADOR: Buenas noches damas y caballeros. Luego de su exitosa gira


mundial, regresa a nuestro escenario, el mensajero del amor. Sí, sí, sí, en la voz de este
hipopótamo vive la canción romántica. Con ustedes: Hipólito, el hipopótamo cantor.
¡Aplausos!

Se escuchan en off aplausos y los gritos de fanáticos. El hipopótamo, en su sueño,


comienza a cantar una canción romántica pero es interrumpido por los ronquidos de
Patricio, que también comienza a soñar.
Con tanto alboroto Tito se despierta y es testigo del sueño del Hipo y del sueño de su
hermano Patricio.
El sueño del Pato transcurre en una plaza. Pasan unas ovejitas saltando, llega Patricio.

PATRICIO: ¡Qué hermoso día! ¡Qué hermoso día! Qué hermoso día para estar enamorado.
(Suspiro profundo.) Hoy me voy a encontrar con mi novia, la pata Rosita (Sale.)

Entra Rosita buscando a Patricio.

ROSITA: ¿Príncipe? ¿Príncipe? ¿Dónde está mi príncipe, el pato Patricio?


PATRICIO: (Entrando.) Acá, Rosita, patita mía.

Se buscan sin verse.


ROSITA: ¿Pato Patricio?
PATRICIO: ¿Patita Rosita?
ROSITA: ¿Príncipe Patricio?
PATRICIO: ¿Rosita bonita?

Se encuentran.

ROSITA: ¡Patricio!
PATRICIO: ¡Rosita!

Se sientan en el banco de la plaza. Los dos suspiran.

PATRICIO: ¡Rosita!
ROSITA: Sí Patricio, dime.
PATRICIO: Te traje un regalo, mi amor.
ROSITA: ¿Un regalo? ¿Un regalo? ¿Un regalo para mí? ¿Qué es, qué es… ¡qué es!
PATRICIO: Te traje de regalo… mi corazón. (Aparece un corazón.) Para Rosita, la pata
más bonita (Se lo entrega.)
ROSITA: Ah… Patricio, mi príncipe, ¡qué romántico! (Rosita le da un beso.)

De la emoción, Patricio se desploma sobre el banco, Rosita sale volando y aterriza en el


sueño del Hipo. Por el rebote este último sale volando también y aterriza en el sueño del
Pato. Patricio se incorpora y besa al Hipo creyendo que es Rosita. Patricio e Hipo se
despiertan gritando.

HIPO y PATRICIO: ¡Aah!


HIPO: Patricio, ¿qué hacés acá?
PATRICIO: No sé…

Escena 7
TITO: ¡Patricio tiene novia! (Se ríe)
HIPO: Patricio ¿tenés novia?
PATRICIO: (Suspira enamorado.) No, no tengo novia.
HIPO: (A Tito.) No, no tiene… (Se miran cómplices con Tito.)
TITO e HIPO: Sí, tiene. ¡Patricio tiene novia! ¡Patricio tiene novia!
PATRICIO: No, no.
TITO e HIPO: ¡Patricio tiene novia! ¡Patricio tiene novia!
PATRICIO: No, no. ¡Basta! Era solo un sueño… ella no sabe nada.
TITO e HIPO: ¿No?
PATRICIO: No, lo que pasa es que…
TITO e HIPO: ¿qué?
PATRICIO: Que me da vergüenza.
TITO: Ah, vergüenza, otra vez la vergüenza…

Entra Rosita nadando y se acomoda a cierta distancia de los otros animales. Se peina sus
plumas. Los tres amigos la miran.

TITO: ¡Tengo un plan! Esperen acá.

Tito se acerca a Rosita.

TITO: Hola Rosita.


ROSITA: Hola.
TITO: Mirá, ahí está mi hermano Patricio que te quiere decir algo... Bueno, chau.
ROSITA: Bueno.

Tito regresa con sus amigos. Rosita sigue peinándose.

TITO: (A Patricio.) Listo, ya está, ahora podés ir a hablarle, te está esperando.


PATRICIO: ¿Pero ahora?
TITO e HIPO: ¡Sí! Andá.

Patricio se acerca a Rosita.

PATRICIO: Hola Rosita, soy yo, Patricio…


ROSITA: Hola.
PATRICIO: Eh… yo quería decirte que… que… cuac, cuac, cuac.

Patricio vuelve con sus amigos avergonzado.

PATRICIO: No puedo.
HIPO: Sí, podés. Vos tenés que decirle que… que tiene una voz suave…
TITO: (Imitando al hipopótamo.) … ave.
HIPO: Un pelo hermoso.
TITO: (Imitando al Hipo.) … oso.
HIPO: Unos ojos brillantes.
TITO: (Imitando al Hipo) …elefante.
PATRICIO: Tito, vos callate.
HIPO: Tito, vos callate.
TITO: ¡Ufa!... Andá
TITO e HIPO: Anda, andá, ¡andá!
PATRICIO: Bueno, pruebo de nuevo.

Patricio vuelve a acercarse a Rosita.

PATRICIO: Hola, soy yo, Patricio otra vez…


ROSITA: Hola.
PATRICIO: Yo quería decirte que…que… cuac, cuac, cuac.

Patricio sale avergonzado.


HIPO: Pero si es muy fácil. Patricio tiene que decirle:
“En el medio de la mar
suspiraba una alpargata
Y en el suspiro decía…” ¿Qué decía?
TITO: “Qué linda que está la pata”.

Mientras Hipo y Tito recitan Patricio regresa.

PATRICIO: No, no es exactamente eso. Probá otra cosa.


HIPO: Otra cosa… eh… vamos a tener que practicar: Vos Tito, hacés de Rosita.
TITO: ¡Rosita! No, yo no quiero.
PATRICIO: Dale, me tienen que ayudar.
TITO: Bueno, está bien.
HIPO: Yo vengo caminando como Patricio, “cuac, cuac” y digo: “Buenos días Rosita”.
TITO: Buenos días.
HIPO: No, pero con la voz de Rosita.
TITO: ¡Ah! (voz finita) “Buenos días”.
HIPO: Más finita
TITO: (Voz más finita.) “Buenos días”.
HIPO: “Rosita, dicen que el agua del mar
se junta con la del río.
Así se podrían juntar
tu corazón con el mío…”
TITO: ¡Qué aliento Hipo!
HIPO: Pero si yo me lavé los dientes…
ROSITA: (Gritando, desde su lugar.) Lindo, simpático, ¿pero no podría ser un poquito más
romántico?
HIPO, PATRICIO, TITO: (Desesperados.) Más romántico, más romántico, más
romántico…
TITO: Hipo, vos sos el único que lo puede ayudar.
HIPO: ¿Yo?
TITO: Sí, porque en tu voz “vive la canción romántica”.
HIPO: ¿Qué? Eso es solo en mis sueños…
TITO: Te voy a presentar.
HIPO: Como en mi sueño…
TITO: “Damas y caballeros, con ustedes, Hipólito: el Hipopótamo cantor. ¡Aplausos!”.

El hipopótamo canta la canción romántica del sueño, primero tímido.

TITO: ¡Hipo, Hipó, Hipo!

Hipo se entusiasma y canta a todo pulmón.


Patricio se acerca a Rosita, le da un beso, se van nadando juntos.
Hipo termina su canción, se sienta y suspira. Tito se sienta a su lado.

TITO: ¡Hipo! ¿Sabes qué?


HIPO: ¿Qué?
TITO: ¡No te dio hipo!

Se ríen los dos y festejan.

Escena 8

Regresan Patricio y Rosita. Patricio le da un beso a su hermano Tito.

PATRICIO: Gracias Tito.


TITO: ¿Qué haces?

El hipopótamo también le da un beso a Tito.

HIPO: Gracias Tito


TITO: ¿Qué haces?

Patricio y el Hipo le dan muchos besos a Tito.

TITO: Bueno, basta, no me den más besos… me dan tantos besos que me da…me da…
TODOS: ¿Qué?
TITO: ¡Que me da vergüenza!
PATRICIO: Callate, Tito.
HIPO: Callate, Tito.
TITO: ¡Ufa!

Entra Pájaro, el maestro de música, con una guitarra. Propone ejercicios que todos los
animales hacen a la perfección.

PÁJARO: ¡Cómo canta este Hipopótamo!


TODOS (menos Hipo): ¡Cómo canta este Hipopótamo!

Hipo ríe satisfecho.

PÁJARO: ¡Ahora sí podemos armar este coro!


TODOS: ¡Coro!

Cantan todos juntos una canción final.

FIN
LECTURA CRÍTICA DE El mar dejó de moverse
Bettina Girotti

Desde su visita entre 1933 y 1934, la influencia de Federico García Lorca en dramaturgos y
titiriteros argentinos se ha ido plasmando en infinidad de propuestas. En esta multiplicidad,
tropezamos con El mar dejó de moverse, de Ariel Varela. Egresado de la Escuela Municipal
de Arte Dramático y del Taller Escuela de Titiriteros "Ariel Bufano", su doble formación
como actor y titiritero se expone aquí a través de la combinación de teatro de actores con
teatro de objetos, títeres de mesa, puppi y máscaras. La obra se estrenó en 2010 y recibió en
2014 el Premio Javier Villafañe en el rubro Diseño y Realización de Títeres y/u Objetos.
Además de la dramaturgia, Varela estuvo a cargo de la dirección y de la manipulación,
junto a Analía Marcolini y Alfredo Rizo.
El mar… se propone contar los últimos días del poeta granadino utilizando elementos
propios de su escritura. Así, el autor relata en clave lorquiana el camino que va desde la
detención hasta el fusilamiento. Varela toma sus textos, los desgrana y reorganiza los
fragmentos reconstruyendo el universo poético de Lorca. Los textos aparecen de distinto
modo: como textos escritos por Federico-personaje, papeles tangibles que son leídos y
manipulados, como texto recitado por los personajes y como textos que se han convertido
en imágenes.
Varela navega por tres tiempos que se irán intercalando e hilvanando: el posterior a la
muerte de Lorca, el de su detención y el de su niñez. Estos se corresponden con tres niveles
narrativos, los cuales se distinguen por el uso de distintas técnicas de manipulación. El
Federico/intérprete, ya muerto, es el responsable del relato y de animar al Federico/títere,
niño y detenido. El primero se sitúa en el mismo nivel que la madre/intérprete, quien
completará el relato de los horrores de la guerra. Ambos Federico/títere (de mesa) resaltan
la inmensidad del Teniente Coronel de la Guardia Civil, tan enorme como el toro que doma
de niño. A su vez, la materialiadad del Teniente, de hierro y chapa, contrasta con la de otros
títeres, realizados en tela y madera.
La primera escena funciona como prólogo. En ella el Federico/intérprete nos cuenta que ha
tenido un sueño en el cual se encontraba en un teatro cerca del mar poblado por “barquitos
sin mar” y “marineros pintados”. El sueño se volverá pesadilla: la imagen de los barquitos
que navegan se desvanece, el teatro se transforma en un campo yermo y frente a él, se
yergue un muro blanco detrás del cual aparecerá un minotauro con fúsil. La escena
condensa las fantasías y temores de Lorca y aquellos elementos de su poética que
aparecerán en la obra.
La prosopopeya, figura frecuentemente usada por el poeta, es la base del relato. Será Lorca,
ya asesinado, el encargado de llevarnos por sus últimos minutos. Él es conciente de su
muerte: “lo que no sabía en ese momento es que era el sueño de mi propia muerte. Lo que
no sabía en ese momento es que teniendo miedo a morirme de tantas cosas (…) me iba a
morir, por hacer lo que mejor supe hacer en mi vida; y es esto, lo que hoy vengo a
contarles”.
Otro procedimiento es la mencionada inclusión de textos. Esta escena se cierra con el
protagonista recitando “Asesinato (Dos voces de madrugada en Riverside Drive)”, incluido
en Poeta en Nueva York y del cual brota la frase “el mar dejó de moverse” que da título de
la obra.
El mar y la quietud son dos tópicos recurrentes que, en la obra de García Lorca, refieren a
la muerte. Y es que junto al poeta, la muerte es la otra gran protagonista, una presencia que
Federico intuye y teme desde niño. Junto a estos elementos, el toro y el minotauro -que
presagia al Teniente-, el metal y la sangre derramada completan la serie de símbolos
lorquianos a los que recurre Varela.
Los miedos tienen su revés en las historias que narra. Federico es un “domador de
historias”, como dice su madre. Él explica al banderillero, compañero de encierro, que
“siempre que me siento en peligro, cierro los ojos y entonces hay una historia o un recuerdo
que me salva”. Cada hecho siniestro tiene entonces un reverso poético: serán las historias
que doma el modo de ahuyentar los temores. Y serán los recuerdos de la infancia el refugio
predilecto. Se destaca la escena que expone el cariño de Lorca por los títeres, una estructura
abismal que recrea la llegada de titiriteros al pueblo, la cual significa la entrada del color, la
música y la vida. En la presencia de los títeres, la doma del toro, el cante jondo y las
castañuelas resuenan los ecos de lo popular en Lorca.
Federico, domador de historias, consigue vencer a la muerte eternizándose a través de su
obra: “todo eso no es más que miedo a la muerte” repetirá el Teniente Coronel. “Ahora no,
ahora a la muerte, la visto, la pongo en escena y se la regalo…” replicará él.
EL MAR DEJÓ DE MOVERSE
Ariel Varela y textos de Federico García Lorca

En el centro de la escena una estructura/tarima giratoria, cuadrada de madera de 2m x


2m. Algo indefinido entre barco y muelle. Escenario ambulatorio. A lo largo de la obra,
esta estructura irá girando para armar los distintos retablos/mesas, donde se
desarrollarán las distintas escenas.
Al costado izquierdo una tarima de madera con una silla, donde se encuentra el músico.

ESCENA 1

Lentamente se van encendiendo las luces y se escucha un leve sonido de agua y mar.

FEDERICO/ INTÉRPRETE: Una tibia noche de verano tuve un sueño. Soñé que me
encontraba en el escenario de un teatro, cerca del mar. Tenía en la mano un paraguas.
Entonces, una música sonó (con un ademán comienza a sonar la guitarra del músico) y
ante la mirada absorta de toda la sala, surgían por todas partes… (Aparecen unos barquitos
flotando.) barquitos sin mar de verdad… pero que navegaban por un mar con marineritos
pintados...el paraguas se abría y era un mar de barquitos (Abre el paraguas y se van
sumando barquitos con luces por toda la estructura.) Marineritos sobre el mar y mujeres
que duermen a sus niños bajo las sombras de las parras. Los barquitos, navegaban y
navegaban… el corazón se me llenaba de agua… peces voladores tejían humeantes
guirnaldas, y el cielo como la temible mujerona azul de Picasso corría con los trazos
abiertos a lo largo del mar… Los barquitos, navegaban y navegaban... (Se van apagando y
prendiendo los barquitos.) Pero entonces me daba cuenta que ya no había más ni luces, ni
telones, ni escenario. El teatro se abría hacia un campo desolado, atrás solo quedaba una
platea desierta bajo la luna … y más adelante un inmenso muro blanco… Detrás del muro
surgió un gigantesco minotauro con fusil, que me apuntaba…sí, no, sí, no, sí… (Suena la
sirena de un barco.) …y me despertaba.
Lo que no sabía en ese momento es que era el sueño de mi propia muerte. Lo que no sabía
en ese momento es que teniendo miedo a morirme de tantas cosas… en el mar… de
soledad… de amor... me iba a morir, por hacer lo mejor que supe hacer en mi vida; y es
esto, lo que hoy vengo a contarles.
Una comedia rota del que quiere arañar la luna y se araña el corazón.
¿Cómo fue? Una grieta en la mejilla.
Eso es todo.
Una uña que aprieta el tallo. Un alfiler que bucea hasta encontrar las raíces del grito. El
corazón salió solo, ¡ay de mí!
Y el mar dejó de moverse.

ESCENA 2
Federico y el toro
Se apagan todos los barquitos y todos quedan en suspensión. Se escucha un sonido de
crujir de madera. La estructura comienza a girar y se irá armando el espacio de
retablo/mesa para la siguiente escena. El sonido de la madera y el agua se irá mezclando
con los sonidos en vivo de la guitarra.

FEDERICO/INTÉRPRETE: (Sacando el títere Federico niño.) Desde siempre me persigue


la imagen del gigantesco minotauro de mi sueño. (Sale el toro/títere.) La primera vez fue
cuando era así de pequeñito. A un costado del camino se me apareció un toro negro, para mí
era tan gigante y monstruoso como el minotauro. (El toro/títere amenaza a Federico niño y
lo acorrala.) Su sola presencia me imponía respeto y miedo. Sentí que se me mojaban los
pantalones y salí corriendo…pero en ese mismo instante, mientras corría, decidí inventar
historias, porque descubrí que inventando historias se me iban los miedos… (Federico
toma al títere de Federico niño y aparta al toro.)… no, así no… así…

En escena árboles de cartón.

FEDERICO/INTÉRPRETE: Mamá, mamá, mamá… vencí a un toro yo solo. Soy torero…


Estaba jugando con mi barquito y de repente apareció un gran toro negro, (saca de una
caja un montón de arena que pone arriba del retablo/mesa) al principio le tuve un poco de
miedo pero igual lo seguí hasta un lugar todo amarillo de arena…

Hace entrar a Federico niño/títere jugando con un barquito de papel en la mano, juega
con el barquito por el aire, luego por la arena. Hasta que aparece el toro. Federico/niño
se esconde detrás de un árbol y el toro lo sigue. Intenta distraerlo de alguna manera. El
toro retrocede un poco, entonces sale de su escondite y juega como si fuera un gran torero,
que está en una plaza de toros colmada de gente que grita su nombre.

FEDERICO/INTÉRPRETE: ¡Ves como vencí al toro yo solo!

ESCENA 3
Madre
La estructura gira nuevamente hasta que aparece el retablo/mesa de la siguiente escena.

En escena la madre/intérprete, planchando casi mecánicamente mucha ropa de hombre, de


Federico y el barco de papel.

MADRE/INTÉRPRETE:- Quisiera que todo esto hubiese sido un sueño. Pero no lo fue,
igual te sueño todas las noches. Mi chiquito… domador de historias… ¿Por qué te perdí
para siempre? Ahora plancho tu ropa por última vez, planchada y guardada, lista para no ser
usada nunca, como la eternidad vulnerable de las fotografías.
¿Por qué tuvieron que llevarte esa tarde?… ¿Es justo y puede ser que una cosa tan pequeña
como una pistola pueda a acabar con un hombre, que es como un toro? ...Te sacaron a
empujones de la casa… te subieron a un automóvil, un Oakland descapotable negro… te
dejaron en la casa del Gobierno Civil.
Pero el gobernador no estaba, era evidente que hasta que no llegara no se podía hacer
nada…sin embargo mientras tanto, por las dudas, te palparon y por las dudas te encerraron.
(Toma la ropa que plancho, el barquito y sale.)

ESCENA 4
Yo me subí a un pino verde…

Se escucha una banda militar y aparece el Teniente Coronel con el sargento.

TENIENTE CORONEL/TÍTERE: Yo soy el teniente coronel de la Guardia Civil.


SARGENTO: Sí.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: Y no hay quien me desmienta.
SARGENTO: No.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: Tengo tres estrellas…
SARGENTO: Sí.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: …y veinte cruces.
SARGENTO: Sí.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: Yo soy el teniente.
SARGENTO: Sí.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: Yo soy el teniente. Yo soy el teniente coronel de la
Guardia Civil.
FEDERICO/TÍTERE: ¡Yo me subí a un pino verde por ver si la divisaba, por ver si la
divisaba! ¡Y solo divise el polvo del coche que se la llevaba, del coche que se la llevaba!
Anda jaleo, jaleo…
TENIENTE CORONEL/INTÉRPRETE: ¿Qué pasa? Yo soy el teniente coronel de la
Guardia Civil.
FEDERICO/TÍTERE: ¿Sí?
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¿Usted quién es?
FEDERICO/TÍTERE: Uno.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: Como se llama.
FEDERICO/TÍTERE: Federico
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¿Dónde estaba?
FEDERICO/TÍTERE: En el puente de los ríos.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¿De qué ríos?
FEDERICO/TÍTERE: De todos los ríos.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¿De todos los ríos? ...que dice, bueno no importa, y que
hacía allí.
FEDERICO/TÍTERE: Una torre de canela.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: (Como con miedo.) ¿Qué? ¡Sargento!
FEDERICO/TÍTERE: He inventado unas alas para volar…
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¡Sargento! ¡Sargento!
FEDERICO/TÍTERE: … y vuelo.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¡Eh! ¡Ay!
FEDERICO/TÍTERE: Aunque no necesito alas, porque vuelo sin ellas.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¡Ay!
FEDERICO/TÍTERE: En enero tengo azahar.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: (Retorciéndose.) ¡Ay!
FEDERICO/ TÍTERE: Y naranjas en la nieve.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: ¡Ay! ¡Ay!
FEDERICO/TÍTERE: Me voy a poner la cara verde de zumo lima limón
TENIENTE CORONEL/TÍTERE:¡Ay!, ¡pum!, ¡pim!, ¡pam! (Cae muerto. Luego se levanta
como si nada hubiera pasado.)
SARGENTO:- Teniente, teniente…
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: (Al sargento.) Imbécil. (A Federico.) Te lo creíste… con
que poeta. Esta es la única poesía que usted y gente como usted tienen que escuchar.

Le hace un gesto al sargento para que abra su pecho. El sargento abre el pecho del
Teniente Coronel. Es todo de hierro y chapa, y saca, una especie de radio y hierro
retorcidos, es el corazón del Teniente Coronel. De la radio sale una mezcla de sonidos de
marchas militares, comunicados, sirenas de guerra. El Teniente coronel le extiende la
mano con la radio.
TENIENTE CORONEL/TÍTERE:- Esta es mi poesía y la única verdad que hay…

Vuelve a ponerse el corazón dentro del pecho y le da una orden al oído al sargento para
que detenga a Federico. Aparece el sargento en la estructura y toma el títere de Federico.
Mientras que la estructura comienza a girar lentamente, aparece un camioncito con títeres
dentro que hace un pequeño recorrido solo.

ESCENA 5

Primer camión

MADRE: Una familia vivía en la cumbre de la colina y oían subir los camiones. Un día uno
de la familia, se atrevió a mirar por la hendija de la ventana.
En cada camión había veinte o treinta hombres y mujeres amontonados unos con otros,
atados como cerdos para el mercado.

La estructura gira nuevamente. El sargento saca una silla y sienta a Federico/títere, le


pone una venda en los ojos, le ata las manos a la silla y entra al banderillero/títere en las
mismas condiciones. Todos estos movimientos los hace como si fuera un ritual, una
ceremonia.
Los dos, primero en silencio se escuchan intentando reconocerse, quieren saber que está
pasando ahí afuera. Por último el sargento saca la radio/corazón” del Teniente de donde
irán saliendo sonidos de pasos, luego gritos, corridas, un disparo, una puerta que se
cierra, una marcha…y otra vez silencio, provocándolos y haciéndoles sentir el peligro.

ESCENA 6
La Guardia Civil
BANDERILLERO: Veo negro. (Silencio.) … Yo estaba ahí, en su puerta, con ella…Y de
un golpe vi todo negro… ahora estoy acá…
FEDERICO/TÍTERE: Siempre me ha pasado igual…
BANDERILLERO: No nos pueden hacer nada por unos simples papeles y unas
conversaciones.
FEDERICO/TÍTERE: … recuerdo…
BANDERILLERO: ¿Qué?
FEDERICO/TÍTERE: Siempre que me siento en peligro, cierro los ojos y entonces hay una
historia o un recuerdo que me salva, como con el toro…
BANDERILLERO: ¿Qué?
FEDERICO/TÍTERE: Un recuerdo, piense en un recuerdo…pruebe…
BANDERILLERO: Yo me acuerdo de mi novia…
FEDERICO/TÍTERE: Sí, eso, hay que recordar las cosas vivas ardiendo en la sangre…
FEDERICO/TÍTERE: Yo recuerdo que guardaba los dulces para comerlos después.
BANDERILLERO: …y si nos matan…
FEDERICO/TÍTERE: Me acuerdo de un caballito blanco que entraba volando en mi
habitación y me dejaba mensajitos en la almohada
BANDERILLEO: ¡Yo necesito volver a ver a mi novia para decirle cuanto la quiero!
Porque si de verdad nos matan…
Federico termina de sacar un títere de guante que tenía escondido entre sus ropas y al
escuchar las últimas palabras del banderillero, reacciona y se levanta, la luz cambia para
crear un clima de ensueño.
FEDERICO: Yo no quiero morirme nunca, porque quiero jugar siempre… (Va caminando
lentamente, con el títere en la mano hacia la tarima del músico, mientras gira la estructura
llevándose al banderillero de escena.)
FEDERICO/INTÉRPRETE: (Con el títere Federico en la mano, que a la vez tiene un títere
en la mano.) Cuando tenía siete años…no, siete no… ¡ocho! ocho años… un teatrito llegó a
mi pueblo, como un mar me baño de colores.

ESCENA 7

El retablo del pueblo

Interrumpe la escena un carromato de títeres de madera, tirado por un caballito con


rueditas. Todo se llena de color, música y vida, hay un contraste muy grande con la escena
anterior. El carromato hace un recorrido por todos los retablos y la estructura gira como
una calesita. Hasta que llega a la plaza del pueblo, entre todos los intérpretes con
máscaras de la comedia del arte, van a ir armado todo para la función: banderines y luces
de colores, se arma el retablo del carromato. Un presentador intérprete de la compañía,
presenta la función.

PRESENTADOR: ¡Público! ¡Querido y respetable público, acérquense y presten atención,


que la función va a comenzar! En este atardecer arrebolado, al caer el sol, comenzará la
gran función de títeres que recorre el país.
¡Vamos abuelo no se atrase! ¡Niños vengan corriendo y tomen los primeros lugares!
Ya está por comenzar. Ya comienza… por este costado hará su entrada… la bella
Colombina, llena de gracia y dulzura, y por este otro lado el pícaro arlequín dando saltos y
piruetas.
¡Y esta función ya comenzó! Aquí vemos a Colombina traer en brazos a un bebé, el bebé
está inquieto y a ella se le nota un tanto preocupada.
COLOMBINA: ¡Ay, Dios mío!, ¡Dios mío y santo! ¿Qué puedo hacer? Tengo que preparar
todas las alcobas, la patrona me ha encargado el cuidado de la niña. Si la dejo un instante en
su cuna se pone a chillar y la casa es un desastre, la tengo que arreglar. ¡Dios mío, Dios mío
y santo! ¿Cómo podré esto solucionar?
ARLEQUINO: ¿Me has nombrado dulce y preciosa Colombina? ¿Me has llamado mi Dios,
mi bien amado?
COLOMBINA: A usted solo puedo llamarlo pícaro, pícaro y pica flor, pero a decir
verdad…necesito pedirle un favor.
ARLEQUINO: Lo que usted quiera mi dulce, por un beso suyo, bajaría una estrella.
COLOMBINA: Nada más tiene que cuidar a la niña, solo un instante.
ARLEQUINO: No, imposible, los niños no me agradan y menos ellos a mí, aunque quizás
por dos besitos, tal vez…
COLOMBINA: Por favor, se lo suplico, no sea así, ayúdeme por lo que más quiera…
ARLEQUINO: Lo que más quiera, lo que más quiero es…un beso suyo.
COLOMBINA: Delante de la niña… no, no, no, me da vergüenza…
ARLEQUINO: Solo un beso…
COLOMBINA: Bueno está bien, tome, a la niña, cuando vuelva le daré un beso. (Sale
Colombina y entra Pantaleón.)
PANTALEÓN:- Holgazán, sinvergüenza. Te voy a dar, querer quedarte con lo que no es
tuyo.
A partir de acá habrá un juego de persecuciones, corridas y cachiporras. Hasta que la
función es interrumpida por el corazón/radio del Teniente coronel.

RADIO/CORAZÓN DEL TENIENTE CORONEL: (Sale una mezcla de sonidos de marchas,


sintonización de radio y el siguiente texto: - Está prohibido cualquier manifestación que
afecta la moral y las buenas costumbres, está prohibido, está prohibido todo…fuera, fuera a
las casas…) (El escenario gira llevándose de escena el carromato, queda solo el
corazón/radio del Teniente coronel en un costado.)

ESCENA 8
Segundo camión

Se escucha una melodía de la guitarra del músico y desde el corazón/radio del Teniente
coronel se escuchan sonidos de motores, aviones, marchas, Hitler… Entra el sargento
manipulando un camioncito con títeres de trapo dentro y recorre las mesas retablos, luego
entra la madre.

MADRE/INTÉRPRETE: Cada madrugada se escuchaban disparos, muchos disparos.


Luego silencio. (El sargento detiene al camioncito y saca dos títeres, del corazón de los
títeres saca unas tiritas rojas y los deja en el camino, luego sigue la marcha alrededor del
escenario.) Luego el rugido del motor. El camión se ponía en marcha. Se paraba. Un tiro.
Silencio otra vez. Tornaba a zumbar el motor en una minuciosa pesadilla de marchas y
contramarchas. Y yo siento mi pecho reseco como una estrella apagada. (Sale la madre
quedando los títeres y el corazón/ radio del Teniente coronel. Ahora el sonido de la radio
se mezcla con el sonido de la lluvia que se irá escuchando de apoco. Entra el sargento y el
Teniente coronel/títere.)
TENIENTE CORONEL/TÍTERE: (Le hace una seña al sargento para que le vuelva a
poner el corazón/radio dentro del pecho.) Sargento, súbalos a todos, los vamos a llevar a
dar un paseo. (El sargento hace girar la estructura y entra en escena Federico/títere y el
banderillero, en un camión.)

ESCENA 9
Mirando el mar

FEDERICO: (Subiendo al camión.) La mano… deme la mano… (El banderillero le da la


mano)… y apriétemela muy fuerte… (Se enciende un cenital azul sobre ambos.)
BANDERILLERO: ¿Sí? (Suena una fuerte ola de mar.)
FEDERICO: Más fuerte… (Le aprieta la mano cada vez más fuerte.)
BANDERILLERO: Sí…
FEDERICO: Más… Siempre que estaba cerca del mar necesitaba aferrarme de la mano del
que estuviera a mi lado, solo así me sentía anclado a la vida… y ya no le tenía más miedo a
la muerte.

Los dos quedan unidos de las manos mirando al frente al mar, hasta que una señal del
Teniente coronel, hace arrancar el camión y se vuelve a la realidad, el mar es tapado por
el sonido del camión. El camión da una vuelta por la estructura y el Teniente coronel, da la
orden para que se detenga nuevamente.

ESCENA 10

Mujer de la lluvia

FEDERICO/TÍTERE: La lluvia es hermosa. En el colegio entraba por los patios y


estrellaba por las paredes a unas mujeres desnudas, muy pequeñas, que lleva dentro.
¿Nunca las vio? Cuando yo tenía cinco años…, no, cuando yo tenía dos…, miento, uno, un
año tan solo. Es hermoso ¿verdad?, un año tomé unas de esas mujeres de la lluvia y la tuve
dos días en una pecera.
BANDERILLERO: ¿Y creció?
Federico/títere: No…. (El sargento toma al banderillero, le saca una tirita de tela roja
del pecho y se lo lleva.) …se hizo cada vez más pequeña, más niña, hasta que no quedo de
ella más que una gota de agua. Y cantaba esta canción:
MUJER/INTÉRPRETE:
Por ti seré un angelito
Y guardare tu corazón
Y borrare malos recuerdos
Y te daré la luz de luna que tu corazón buscaba
Y quiero ser ese brillo de tu mirada
Un reflejo de tu alma.
Quiero que me beses y a media vos decirte que te amo,
Háblame bajito que nadie se entere lo que nos cantamos
FEDERICO/TÍTERE: Que es precisamente lo que yo canto a todas horas… (Silencio.)
¿Está ahí?... ¿no?

Aparece el Teniente coronel y el sargento, le da la orden de que el camión se ponga en


marcha, se escuchan un sonido de campanas lejanas. El camión da una vuelta por toda la
estructura.

FEDERICO/INTÉRPRETE: La catedral replica y los aviones hacen su danza de la muerte.


La Guardia Civil mata a muchos por día y añade sus nombres a una lista tan larga y
ondulante como un dragón chino.
TENIENTE CORONEL: Revíselo y vea que no tenga nada. No queremos encontrarnos con
ninguna sorpresa. (El sargento revisa a Federico y le encuentran un títere y tiras de
papeles se los pasa al Teniente coronel, que los lee sin entender nada.)
TENIENTE CORONEL: Yo en cambio, sabía que tú no me querrías nunca. Y, sin embargo,
te quiero, pero más lejos de ti. He huido tanto, que necesito contemplar el mar para poder
evocar el temblor de tu boca. (Lo tira. Toma otro papel.)
TENIENTE CORONEL: Yo no puedo retirarme de esta ciudad, porque soy ella misma, yo
me fugué una noche con estrellas rojas. (Mira el cielo. Lo tira. Toma otro papel.)
TENIENTE CORONEL: Texto final ¿De la casa de Bernarda Alba?
BERNARDA: Y no quiero llantos. La muerte hay que mirarla cara a cara. ¡Silencio! ¡Las
lágrimas cuando estés sola! Nos hundiremos todas en un mar de luto. Ella la hija menor de
Bernarda Alba, ha muerto virgen. ¿Me habéis oído? ¡Silencio, silencio he dicho! ¡Silencio!
Telón. Día Viernes 19 de junio de 1936.
TENIENTE CORONEL: Está completamente loco.
FEDERICO/TÍTERE: ¿Loco? ¿Porque no quiero estar lleno de arrugas y dolores como
usted? ¿Porque quiero vivir lo mío y me lo quitan?
TENIENTE CORONEL: Todo eso no es más que miedo a la muerte.
FEDERICO/TÍTERE: No. Ahora no… ahora a la muerte, la visto, la pongo en escena y se
la regalo….
TENIENTE CORONEL: ¿Qué?
FEDERICO/TÍTERE: Y si usted es verdaderamente valiente atrévase a ver… y usted
también (Al sargento.) Venga acérquese… Imaginase…
El niño y el gato. Primero se ve como se llevan a enterrar al niño con las primeras gotas de
lluvia. Así quiero que me entierren a mí en una caja así de pequeña… luego se oye un
trueno, una luz desciende y una luminosidad azulada invade la escena. Hay un biombo
negro con estrellas…

ESCENA 11

El niño y el gato

GATO: Miau.
NIÑO: Chisss…
GATO: Miau.
NIÑO: Chisss…
GATO: Miau…
NIÑO: ¡Ay! Me duele el corazón.
GATO: ¿Por qué te duele niño?
NIÑO: Porque no anda. Ayer se me paro muy despacito. No vinieron los ángeles. No, gato.
GATO: No me digas más gato.
NIÑO: ¿No?
GATO: Soy gata.
NIÑO: ¿Eres gata?
GATO: Debiste conocerlo.
NIÑO: ¿Por qué?
GATA: Por mi voz de plata.
NIÑO: ¿Quieres una? (Se arranca una rosa de la cabeza.)
GATA: Sí, quiero. (Se la pone.) ¿Tú qué hacías?
NIÑO: Jugar. Y ¿tú?
GATA: ¡Jugar!... Iba por el tejado, gata chata, naricita de hojalata, en la mañana iba a
recoger los peces por el agua… y al mediodía bajo el rosedal me dormía…
NIÑO: Y por la noche.
GATA: Me iba sola.
NIÑO: Sin nadie.
GATA: Por el bosque.
NIÑO: Yo también me iba a comer zarzamoras y manzanas. (Suena un trueno.) ¡Ay!
(Silencio.) ¡Espera! ¿No vienen a buscarnos? Tengo miedo. Yo quiero seguir siendo siempre
un niño. Yo no quiero que me entierren.
GATA: ¿Nos van a enterrar? ¿Cuándo?
NIÑO: Mañana, en unos pozos oscuros, todos lloran, todos callan. Pero luego se van. Yo
los vi. Y luego…
GATA: ¿Qué pasa?
NIÑO: Vienen a comernos.
GATA: ¿Quién?
NIÑO: El lagarto y la lagarta, con sus hijos pequeñitos, que son muchos. (Truenos
lejísimos.) Vámonos. Vámonos de casa en casa. Llegaremos donde pasen los caballitos de
agua. ¡Yo quiero ser un niño, un niño! (Se dirige a la puerta de la derecha.)
GATA: Está la puerta cerrada. Vámonos por la escalera.
NIÑO: Por la escalera nos verán. Ya vienen a enterrarnos.
GATA: Vámonos por la ventana. (La luz es tenue. El niño y la gata agarrados andan a
tientas). ¿Dónde estás? No hay luz.
NIÑO: Calla.
GATA: ¿Encontraste la salida? (La gata se acerca a la puerta de la derecha; sale una mano
de que la empuja hacia adentro.) (Dentro.) ¡Niño! ¡Niño! ¡Niño! ¡Niño! (El niño avanza
con terror, deteniéndose en cada paso.)
NIÑO: Se hundió. Una mano la tomo. Debe ser la de Dios. No me entierres. Espera unos
minutos. Mientras deshojo esta flor. (Se arranca la flor de la cabeza y la deshoja.) Yo me
iré solo, muy despacito (Deshojando.) Sí, no, sí, no, sí.
TENIENTE CORONEL: No, no. (Una mano se asoma y entra al niño que se desmaya).
FEDERICO: Pero todavía no, todavía me veo subido en los cerezos con aquel traje que
tenía unas anclas de plata…
TENIENTE CORONEL: Los trajes se rompen y las anclas se oxidan. Sigamos adelante.
(Da una señal para que el camión siga y desaparece. Antes de irse el Teniente y el
sargento)
TENIENTE CORONEL: Insisto, eso no es más que miedo a la muerte.

ESCENA 12

Zapatos

FEDERICO/INTÉRPRETE: La muerte… ¡Ah!... En cada cosa hay una insinuación de


muerte. La quietud, el silencio, la seriedad, son aprendizajes. La muerte está en todos lados.
Es la dominadora… hay un comienzo de muerte en ratos que estamos quietos. Cuando
estamos en una reunión. Hablando serenamente, miren los zapatos de los presentes. Los van
a ver quietos, horriblemente quietos. Son piezas sin gestos, mudas y sombrías, que en esos
momentos no sirven para nada, y eso es la muerte…

La estructura gira y aparece el camión.

TENIENTE CORONEL: Camine para adelante.


FEDERICO/TÍTERE: Yo soy inocente.
TENIENTE CORONEL: No tenga miedo, no le vamos hacer nada… “no le vamos hacer
nada”. (Federico comienzan a caminar lentamente. El Teniente coronel le da la orden al
sargento para matar a Federico. El sargento acaricia la funda de su revólver…. Saca el
revólver de la funda, pero no apunta, está demorando lo inevitable.)
FEDERICO: La tengo, la tengo, la imagen de mi próxima obra… Se va a llamar “La sirena
y el carabinero”. En él se cuenta… (Suena el mar que irá creciendo hasta el final y
mezclarse con la música.) …cómo un carabinero mata a una sirenita de mar con el tiro de
un fusil (Aparecen olas de madera pintadas.) Al final habrá un gran llanto de sirenas. Un
llanto levantando y derrumbando al mismo tiempo, como el agua marina.
Luego quisiera que el agua se quedara tranquila y describir minuciosamente una ola, la
primera, (Surge una ola.) y luego la segunda (Surge una ola.) y luego la tercera (Surge una
ola.) Hasta que nos tropezamos con una barquita donde el poeta dormirá su último sueño…
(El Teniente coronel le arrebata el arma al sargento que no puede disparar y apunta él.)
MADRE/INTÉRPRETE: Pero nadie tira y así transcurren segundos, minutos, años…y el
tiro no llega. No (El Teniente coronel tira una vez.)
FEDERICO/TÍTERE: Una ola… y otra ola (Dispara una ráfaga de tiros. El títere de
Federico cae pero se levanta y una nueva ráfaga de tiro. Cae otra vez.)
FEDERICO/TÍTERE: Y otra… hasta que de repente el mar deja de moverse…

El Teniente coronel vuelve a tirar una ráfaga de tiros y esta vez cae Federico. Se acerca, y
del cuerpo de Federico/títere, comienzan a salir, de a poco, barquitos de papel con textos
de Federico, acompañados con sonidos y música de los textos.
Los barquitos y papeles son cada vez más y comienzan a surgir de todas partes, y van
aplastando al Teniente Coronel, que queda solo en escena, mientras la estructura gira
como una calesita.

FIN

ÓSCAR
Miguel Ángel Vigna

Obra en un acto

Aclaración:
“Oscar” es una obra pensada para títeres, bajo la técnica de “Bunraku” (manipulación
directa, títeres de mesa de unos 60 centímetros de altura), pero también puede ser adaptada
para actores. Hay dos títeres que representan las dos etapas del protagonista: la actualidad y
su pasado como arquero de futbol. Los diálogos al ser titiritescos, son muy directos y
tendrían que adaptarse en caso de hacer una puesta actoral

Personajes:

Ortiga
Beto
Bebote
Espíritu de Rita
Espíritu de mujer de Ortiga
La Muerte

Vemos un ambiente de cancha, un hincha alentando, tocando una vuvuzela, se escucha un


relato de futbol eufórico que da pie para que ingrese Óscar Adelmar Ortiga (27), arquero,
nueva incorporación del flamante River Plate. Lo vemos en su mejor momento, todo es
lujo, fiesta, es un acróbata del futbol, un crack, una gran promesa para la hinchada
Riverplatense.
Tras hacer la “atajada de todos los tiempos” el relato va cesando, Ortiga saluda a su
gente y emprende la retirada. El hincha se va convirtiendo en un músico de un bar, toca su
guitarra ambientando dicho lugar…la escenografía va entrando lentamente.
La acción se sitúa en un bar sórdido, oscuro del barrio de Liniers. Se ven algunas mesas de
billar y muy pocas personas sentadas. Son las 2 am. Beto, el cantinero, conversa con
Bebote, un borracho de turno.

BETO: Portate bien vos eh

BEBOTE: S,sí sí. (Se lo nota en muy mal estado, vomita al lado de la mesa.)

BETO:(Yendo a ayudarlo.) ¡¡¡¡¡Pero que haces!!!!!siempre lo mismo Bebote!!!siempre lo


mismo!!!(Limpiando.) No te doy más de tomar a vos!!! ¡Será posible! ¡que borracho!

BEBOTE: Peerdona, hermanito, perdona. (Señalándole.) Limpiá ahí mírate, quedó una
salchichita… (Bebote cae con sus últimas fuerzas en la mesa y se queda dormido.)

BETO: (Limpiando) No te fio más a vos.

Entra por la puerta Óscar Adelmar Ortiga, ex arquero de futbol de unos 48 años. Se lo
nota ebrio. Se sienta en la barra.

ORTIGA: (Entrando.) ¡¡¡Buenas buenas!!!(Viendo que nadie lo saluda.) Epa, ¡veo que no
hay ánimos de saludar un amigo che! (Señalando a Bebote.) Apa, qué le pasó a este?
(Sentándose en la barra.) Pibe, dame un whisky.

BETO: ¿Nacional?

ORTIGA: (Piensa.) Sí, sí nacional, pero traeme la botella.

BETO: A sus órdenes…. Me queda este poco…

Beto le trae la botella, Ortiga empieza a tomar.

BETO: Buen whisky, ¿no?

ORTIGA: Bueno…

Ortiga empieza a beber desmesuradamente, Beto lo mira de lejos.

BETO: (Acercándosele.) ¡Qué aguante, hermano!

ORTIGA: E’ la experiencia pibe… (Terminándose la botella.) Ey, ¿taba pinchada la


botella, flaquito? Dame una más…

BETO: Claro… (Yendo hacia la repisa de las bebidas.) Me queda “8 hermanos” nomás…
ORTIGA: Y… si son unidos, todo bien (Ríe.)

BETO: (No entendiendo el chiste.) Claro, claro… ¿la quiere?

ORTIGA: Uh, no cazás un chiste, vos. Tuteame pibe. Sí, traeme los hermanos.

Beto le da la botella.

ORTIGA: Gracia’ hermano.

BETO: (Señalando el whisky.) Mirá que éste te destroza…

ORTIGA: ¿Sabé’ el whisky que me tengo que tomar yo para que me destroce? Estoy
vacunado de whisky yo hermanito… soy indestructible.

BETO: Bueno, usted sabrá.

ORTIGA: O no…

BETO: Cualquier cosa avíseme.

(Beto se aleja limpiando la mesa larga del mostrador, sin perder de vista a Ortiga. Ortiga
queda solo, ve a dos hombres de su edad jugando al pool, se pierde en las manchas de
humedad de las paredes de ese gigantesco bar fantasma. Cada vez está más borracho.)

BETO: (Acercándosele.) Disculpe, usted…. ¿usted no es un actor?

ORTIGA: (Riendo.) Un actor… Sí, un actor de mierda soy… (Señalando a Bebote.) Y


este…e mi bailarina clásica…

BETO: (Reconociéndolo de pronto.) No, no, usted no es actor, ¡usted es jugador de futbol!

ORTIGA: (Levantando la vista, contento por el reconocimiento, pero aún con rencor,
mirando fijamente al cantinero.) Yo FUI un jugador de futbol.

BETO: Claaro… (Tratando de recordar.) No me sale su nombre….

ORTIGA: ¿Te ayudo? Os…

BETO: Os…

ORTIGA: Osc…

BETO: Osc…nono

ORTIGA: El apellido mejor… Or


BETO: Or (Pensando.)

ORTIGA: Ort……Orti….

BETO: Ortiz!!!! Noono “El Almirante” Ortiz no sos vos.

ORTIGA: ¡No loquito! Ese era un pascual, Or-ti-gggg…..

BETO: Ortigggg….

ORTIGA: Ortiggggg Ortiga papa Ortiga ya te lo dije!

BETO: ¡¡¡¡¡Ortiga!!!!!; Óscar Ortiga

ORTIGA: Oscar Adelmar Ortiga, papá el mismo, ¡soy yo! (Empieza a hacer poses.)

BETO: ¡Claaro…! Si yo te vi jugar…

ORTIGA: So muy pibe vo pendejo también, por eso no me reconocías.

BETO: ¡Arquero sos vos!

ORTIGA: FUI. Ahora tengo menos reflejo que una tortuga en el barro. (Ríe.)

BETO: Bueno, pero lo seguís siendo, está en vos. Gran arquero eras loco, vos jugaste en All
Boys. Nunca me voy a olvidar de esa atajada al ángulo que le sacaste al Maguito
Morales…, faa, ¡qué atajada, loco!

ORTIGA: Que atajada pibe!!!mira lo que me haces acordar, fue muy fuerte para mi esa
atajada!(Vemos entrar la pelota como un sueño…Ortiga se levanta, se entusiasma, revive
esa gran atajada, se estira aunque le cueste para emular la atajada, cae.)Sí, no me pude
mover hasta después de dos semanas, pero era clave ganar ese partido.

BETO: Merecía ser tapa del Gráfico esa tapada.

ORTIGA: Y salió en segunda plana eh…

BETO: Eeee pero no es lo mismo… Jugaste en River vos también, ¿no?

ORTIGA: NO. (Se escuchan risas, como si su cabeza lo perturbara.)

BETO: Ah, me pareció…

ORTIGA: Bue, sí. Dos años, sí. Los peores años de mi vida.

BETO: Eee, ¿por?


ORTIGA: Si es feo ser segundo, más lo es ser tercer arquero pibe. Yo llegué a River con
todas las de ganar. Me mandé tres cagadas y me sentenciaron a la reserva, ni al banco iba…
gallinas de mierda, gallinas, gallinas (Le agarra un ataque como a un nene caprichoso,
vuelven a escucharse más fuerte las risas de su cabeza.)

BETO: Y qué querés, ¡si son gallinas! Vos tendrías que haber venido al Oeste, ¡loco!

ORTIGA: ¿Qué Oeste?

BETO: Al Oeste, ¡¡¡man!!! ¡¡¡A la locomotora del Oeste!!!

ORTIGA: Qué, ¿so de Ferro vo?

BETO: ¡¡¡Callate Ortiga!!! Que si se enteran acá, ¿sabé por dónde me van a meter la botella
de whisky que te estas tomando?

ORTIGA: (Riéndose.) ¡Qué hijo de puta! ¡Suicida! ¡Queré morir vo! Justo a Liniers te venís
a laburá.

BETO: Son unos giles estos, que le va a hacer… “los caminos de la vida”

ORTIGA: Si sabré de “los caminos de la vida”. ( Tararea una parte del tango
desencuentro, el músico lo sigue.) Gracia, hermano. (Agradeciéndole al músico una vez que
termina.)

BETO: ¡Esa Óscar!

ORTIGA: Lindo club Ferro… me hubiese gustado pasar por Caballito. Sabe que iba a ir,
pero ¡me compraron los gallinas estos!

BETO: FERRO loco, el verdolaga, ¡lo mejor que te puede pasar!

ORTIGA: Callate, o morís en este insssstante. (Ríen los dos.) ¿Cómo te llamás vo,
hermanito?

BETO: Pablo…me dicen Beto.

ORTIGA: ¿Qué tiene que ver Pablo con Beto?

BETO: Por el Beto Marcico. Me gustaba cómo jugaba y tenía posters de él de pibe y me
pusieron Beto y quedó.

ORTIGA: ¡¡¡¡El Beto Maaaaarcico!!!! ¡¡Si yo lo conocí!! Un loco ese. Sí un campeonazo,


chupadoooooor como pocos…

BETO: ¡¡¡No seas mentiroso!!! No te metas con el Beto, ¿eh?


ORTIGA: (Rie.) Ayyyyy, ¡que no le toquen a Marcico! ¡Si dije que era chupador noma!
¡Como yo, como vo! (Sirviéndole de la botella al cantinero.) Toma, tomate un trago que
invito yo.

BETO: ¡¡¡Salu!!!

Bebote, que estaba escuchando la conversación, de a poco se va levantando.

BEBOTE: ¡¡¡Ortiga!!! ¡¡¡El 1!!! ¡¡¡La tarántula Ortiga!!!!

ORTIGA: (Disgustado, a pesar del reconocimiento.) Así es, “tarántula”, hace mucho que
no lo escucho. Ese apodo me lo puso este relator… (Recordando.) ¡Rolo Pestachio! ¡Qué
hijo de puta! No sé si me lo puso por mi cara o porque tengo muchos brazos para atajar…
(Ríe.)

BEBOTE: Por tu cara te lo puso… (Ríe.) ¡Por tu cara… so’ fiero hijo de puta!

ORTIGA: (Molesto.) Mirá, flaco, ¿me podés dejar tranquilo? La verdá’ que hoy no tengo
ganas de hablar con ningún perejil.

BEBOTE: ¡Apa! Se enojó la tarántula Ortiga. Una vez que uno te reconoce, Ortiga, ¡la
concha de tu hermana!

ORTIGA: (Levantándose.) ¡Me volvés a dirigir la palabra y te surto!

BETO: ¡Epa, muchachos! ¿Era un chiste nomás, ¿no?

BEBOTE: ¿Así que te la bancas Ortiga? ¡Si siempre fuiste un cagon, perdedor!

ORTIGA: (Abalanzándose.) Mira cómo te caga a trompadas este perdedor.

BETO: (Detrás de la barra, dirigiéndose a bebote.) ¡Bebote! Andate, porque llamo a la


policía.

BEBOTE: Yo soy policía.

ORTIGA: Así que sos botón vos. (Le tira un golpe pero le erra por su borrachera, se
genera una pelea en cámara lenta musicalizada por el músico, ortiga piensa que gana pero
está perdiendo rotundamente, habla dice “toma, toma”.)

BETO: (Termina cámara lenta.) Pará, pará, che, ¡¡¡paraaaaaá!!! Ey, ¡¡¡paraaaaá paraaaaá,
andaate, andaate!!!

BEBOTE: ¡Pero él se metió con mi mamá!

BETO: ¿¡Qué decís bebote!?


BEBOTE: ¡Que se metió con mi mamá y se va a meter con tu mamá también!

BETO: ¡Andate Bebote! ¡Andate! ¡Me tenés los huevos al plato!

BEBOTE: (Señalando a las demás mesas del bar.) Y si no lo paro yo se va a meter con la
mamá de él, de él y de todos los que estamo acá. (Beto le pega un golpe seco en la boca,
Bebote se queda en un gran silencio y empieza a llorar como un bebe.) Me voy ta bien, ta
bien, te voy a venir a buscar ortiga ya sabe, ¡le voy a decir a mi mamá! (Bebote, no se
quiere ir, Beto lo empuja para sacarlo del bar.)

BETO: (A Ortiga.) ¿Tás bien?

ORTIGA: (Recuperando la consciencia.) ¿Eh?

BETO: ¿Estás bien loco?

ORTIGA: Sí, no sé, me duele todo el cuerpo.

BETO: Y…. te hiciste el Yean Clo Vandam y te cago a trompadas, ese mono. (Los
borrachos comentan jean clo van dam ja…)

ORTIGA: Pero yo… ¿yo no maté al boludo ese?

BETO: (Ríe.) A vos casi te matan Ortiga… Por suerte se apiado y paro, se asustó porque ya
estabas medio drogui.

ORTIGA: La puta que me parió…

BETO: Che te llamaría una ambulancia pero ni bola me van a dar, para acá no llegan…Qué
hijos de puta!

ORTIGA: No, tá bien flaquito. Traeme una botella más de whisky ¿dale?

BETO: ¿Tás loco vos? No podés ni tomar, tenés la boca hecha mierda.

ORTIGA: (Enojado) ¡Traeme te dije! Y ayudame a levantarme, ¿qué hora e’?

BETO: Como las 4 de la matina.

ORTIGA: Traeme, ayudame a levantarme.

Beto lo acompaña a Ortiga a la barra y éste sigue bebiendo.

BETO: Tomá loco, cualquier cosa avisá. (Se va.)

ORTIGA: Sí flacooooooo!
Sigue bebiendo, se escucha desde el fondo una mesa de amigos jugando al truco pasándola
bien, risas, bromas, peleas de amigos, todo un mundo que a ortiga se le había esfumado, el
ambiente empieza a cambiar lumínicamente y sonoramente, vemos aparecer y desaparecer
por los costados de la barra a un ser muy especial, el espíritu de su hija Rita, es una nena
de unos nueve años, un mundo que solo ve Ortiga.

ORTIGA: (Señalándola.) ¡Ahí te vi! Betooo, ¡está lleno de lauchas esto!

RITA: Hola… ¿no te acordas de mí?

ORTIGA: (Viendo todo muy difuso, no la reconoce.) Noooo…¿quién so vo?

RITA: (Ríe y luego llora.)

ORTIGA: Noooo, ¡no llores! ¿Qué paso?

RITA: Mmm ¿qué es eso que estás tomando?

ORTIGA: ¡Juguito! ¿queré?

RITA: (Oliendo.) Mmm no, no es juguito, ¡es caca!

ORTIGA: ¿Caca? Noooo ¡qué va a ser caca esto! ¡esto es un elixir!!

Vemos entrar por la puerta del bar el espíritu de la mujer de ortiga, elegante pero
monstruosa a la vez.

MUJER: Dejaloooo, déjalo Rita… ¡Óscar! ¿¿No nos vas a invitar un trago a nosotras???

ORTIGA: (Empezando a tener miedo.) ¿Qué? ¿Quién so vo? (Invitándole de la botella.) Si


toma…

MUJER: (Riéndose.) ¿Qué paso, Óscarsito?

ORTIGA: Nada,yo solo…

MUJER: ¡Nada! ¡Eso paso! ¿¡Nada!?

RITA: ¿Siempre paso nada?

Los espíritus empiezan a atormentar a Óscar.

MUJER: ¡Siempre nada!

RITA: ¿Qué pachoooo? ¿Dónde estás?


MUJER: ¿¡Donde estas Óscar!? ¿Dónde estás, Ortiga?

RITA: ¿Ortiga? ¿Quién es ortiga?

ORTIGA: ¡Soy yo!

MUJER: ¿Sos vos? ¡Un brindis por Óscar Ortiga, entonces!

ORTIGA: (Incómodo.) Sí.

RITA: ¡¡¡Un brindis, sííí!!!

MUJER: (Comenzando a elevar el tono.) Un brindis por tu carrera Óscar.

RITA: (Siguiendo en el tono a su madre.) ¡Sí! ¡Un brindis por Óscar Carrera!

MUJER: ¡Un brindis por tu familia, Óscar!

ORTIGA: Bueno…basta…
RITA: ¡¡Un brindis porque te fuistes!!

MUJER: ¿Dónde está papa? ¿Dónde? ¿Dónde? ¡Un brindis por tu fracaso Óscar!

RITA: ¡Fracaso! ¡¡¡Cobardía!!!

MUJER: ¿Qué pachooooo?

RITA: ¿Qué pachoooooo?

Los espíritus de la mujer y Rita ríen, disfrutan de verlo sufrir…De repente, ingresa por un
costado un espíritu más grande y más monstruoso, es La muerte. Rita y la mujer no lo
advierten.

LA MUERTE: (Bamboleando un vaso de whisky en su mano.) ¡Ajem!

Al escuchar a la muerte, Rita se da vuelta, la ve, le hace una reverencia y se aleja asustada
como a quien agarraron haciendo algo que no debía. La mujer no se da cuenta de esto y
sigue atormentando a Ortiga.

MUJER. ¡Atorrante! ¡Te fuiste! ¡Ahí viene Óscar Ortiga el campeón! ¡El número 1! ¡El
más grande! ¡¡¡De los perdedores!!! ¡Perdedor!

LA MUERTE: (Tosiendo más fuerte para alertar a la mujer de su presencia. )¡¡Ajeeem!!

La mujer, la ve…. Calla instantáneamente y al igual que Rita, huye…haciendo una gran
reverencia.
LA MUERTE. (Dirigiéndose a Ortiga.) ¡¡¡Óscar!!!

ORTIGA: ¿Que…quién so vo?

LA MUERTE: ¿No te querés tomar una copa conmigo? (Ríe y se le acerca.)

ORTIGA: ¿Eh? Nooooooo. (Cae al piso. )¡¡¡Betooooo!!! ¡¡Betooooo!!

LA MUERTE: (Riendo a carcajadas.) Tranquilo, Óscar, tranquiiiiilo.

BETO: (Desde el fondo.) ¿Qué paaaasa?

ORTIGA: Veniiii.

La muerte se va riéndose…llega Beto y ve a Ortiga tirado entre las sillas y mesas.

BETO: ¿¿¿¡¡¡Que pasó!!!????

ORTIGA: (Más tranquilo, disimulando.) Nooooo…e que tenés un chicle acá pegado en la
mesa… ¿ta todo sucio esto?

BETO:(Ayudándolo.) Bueno, bueno, no me hagas más quilombo…

ORTIGA: Noooo…no. (Desesperado.) ¡¡Dame una Ginebra!!

BETO: (Pensando.) ¿Te puedo pedir una cosa?

ORTIGA: (Desconfiando.) Ojoooo yo no estoy en esas cooosas guacho…

BETO: ¿¡Te puedo patear un penal!?

ORTIGA: (Sorprendido.) ¡Un penal! ¡Siiiiiiii, dale, pibe! (Entusiasmado Ortiga va


relatando la previa mientras arma un arco con las sillas y mesas del bar.) Pero, mirá
Betito, ¡¡¡que vo estás fresco como una lechuga!!!Si me lo metes es por eso ¡eh! ¡Ma que
me lo vas a meter vos! (Ríe.)

BETO: (Llamando a la pelota y acomodándose para patear.) ¡Dale, dale, fanfarrón!

ORTIGA: (Emulando a un relator de fútbol.) “¡Le va a pegar el beto! El beto con esas
piernas flacas, se prepara! ¡En el arco está Ortiga señores! ¡Ortiga! Le va a pegar, le va a
pegar, le pegoooooo”. (La pelota va a un costado de ortiga, este se estira y la ataja.)
“Ortiiiigaaaaaa, Ortiiiiiga! Como siempre Órtigaaaa, seguro abajo, ¡el número uno de la
gente!”

BETO:(Frustrado por errar.) Bueno, bueno, ¡tuviste suerte! Estás tan mamado que justo te
caíste para ese costado.
ORTIGA: (Sigue con el relato.) “¡¡¡Óscar Ortiga el arquero borracho!!! ¡¡¡¡Óscar,Óscar!!!!”
(Sentándose.) Jugábamos por los whiskys, ¿no?

BETO: Pagame una botella aunque sea que si no me mata el dueño…

ORTIGA: ¡¡¡Te pago las tres, camarada, pero traeme una gi…epa!!! ¿Y la ginebra?
(Enloqueciendo.) ¡¡¡La ginebra beto!!! ¿¿¡¡¡La ginebra que te había pedido!!!?? ¿Me tratás
de boludo a mí? (Caprichoso.) ¡Ginebra, ginebra, ginebra, ginebra!

BETO: (Apoya bruscamente la botella de ginebra sobre la barra, Ortiga calla


instantáneamente.)

ORTIGA: … (Dirigiéndose a Beto.) Betiiiiito…ves que nos entendemos…te quiero yo a


vos eh! ¡te quiero! ¡Dame la botella! (Beto se niega a soltarla.) ¡¡¡Dame la botella!!! (Se va
enfureciendo.) Damelaaaa, ¡¡¡Beto no me hagas estoooo!!! Dame la botella, Beto, ¡la puta
que te pario! (Beto suelta la botella, Ortiga respira.) Eeeeso, eeeeso es, Beeetitoooo, ¿me la
hacés difícil ¡eh! (Empina la botella como para tomársela, pero desiste.) Sabés, Betito ¿qué
me hiciste feliz? Me hiciste feliz chabón. ¿Sabe hace cuanto que no atajaba un penal? Sabe
hace cuanto hermanito…., gracia’ loco…

BETO: Gracias a vos Óscar, sos un buen tipo… (Al ver tomar a Ortiga un fondo blanco de
ginebra.) No tomes más...

ORTIGA: La ginebra y se acabó, ¡me voy pa’ la pensión! ¡Como todos los días! ¡Buena
vida chamigo! (Se emociona, canta un tango, músico lo sigue.) “¡¡¡Arriba doña Rosa!!!
Don Pánfilo lijero!!! Y aquel titiritero de voz aguardentosa nos daba la función”. Ahhhh, ¡la
puta… la puta! Qué voz tenía el viejito…Cómo te extraño viejo.

BETO: (Acercándosele.) Vos tendrías que haber sido cantor.

ORTIGA: ¿Vo’ sabé’ quien soy yo? ¿Vo’ sabé’?

BETO: Claro, Ortiga.

ORTIGA: Si ni yo sé quién e’ Ortiga…Tengo 50 pirulos, loco y no sé qué hacer de mi puta


vida… No tengo dónde caer muerto.

BETO: Eh, loco… bueno, perá.

ORTIGA: So’ bueno vo’ pibe, so’ buena cepa…

BETO: Sí, es que me hacés acordar a mi viejo…

ORTIGA: Tipo loco tu viejo…


BETO: Sí, qué se yo… no lo veo hace mucho. No sé ni si se murió… pero lo extraño,
¿sabés? Hay muchas cosas que siento que no le dije… má que se yo… Me borré, él se
borró…

ORTIGA: Che, esto no será como la telelenovelas, que yo termino siendo tu viejo, ¿no?

Los dos se ríen.

ORTIGA: (Le da un abrazo al cantinero y llora en su hombro.) Andá a buscarlo a tu viejo


pibe, andá a buscarlo, no dejés pasar un segundo más sin ir a buscarlo. Capaz él se está
reventando en otro bar podrido como éste. Vo’ lo podé’ sacar de esa.

BETO: Sí…

ORTIGA: (Recuperando la consciencia.) ¿Eh? Uh, ¿qué hora e’ campeonazo?

BETO: ¡Las 5 de la matina, ¡uh! Tengo que conectar la heladera! ahí vengo Oscar.

ORTIGA: (Se queda solo. Viendo la botella de ginebra.) Uh ¿y toda esta ginebra e’ para
ortiga?

Ortiga sigue bebiendo, se toma dos copas de ginebra al hilo. Gira la cabeza hacia la
puerta del bar y ve entrar el espíritu de su mujer, más linda que nunca, irradia luz, se
dirige directamente a la barra donde está Ortiga, quién ahora ve todo mucho más nítido.

MUJER: Vamos, Óscar, te vine a buscar, vamos que está Rita esperándonos. La dejé sola
un segundo.

ORTIGA: ¿Cómo que la dejaste sola?

MUJER: Vamos, Óscar, quiero que vuelvas a casa, quiero formar una familia con vos como
siempre quisimos…

ORTIGA: Sí mi amor yo también quiero. Yo las quiero a las dos. Voy a mejorar amor, yo te
amo a vos.

MUJER: Dale sonso, vamos….

De repente en la imaginación de Ortiga entra al bar su hijita Rita de aproximadamente 7


años. Busca a su mamá, también irradia una luz, pero mucho más fuerte)

RITA: ¡¡¡Mamá, papá!!!

MUJER: Rita!!! ¿No te dije que me esperaras en el hall?

ORTIGA: ¡¡¡Ritita, mi amor!!! (Le da un abrazo.) ¡Cómo te extraño mi amor! Vamos a


casa, ¿sí?
RITA: Sí papá…quiero jugar con vos.

ORTIGA: Sí, mi vida. (Ortiga la besa.) Ya nada nos puede pasar si estamos juntos, ya nada
mi amor.

Ortiga abraza a su mujer y a su hija.

MUJER: Vamos, Óscar.

ORTIGA: Sí, vamos… (Yéndose.) Perá que me despido de un amigo… Ey, ¡¡¡Pablo…
Beto!!!

BETO: ¡Óscar!

ORTIGA: (Dejando un fangote de billetes de 2,5 y 10 pesos.) Tomá, acá te dejo todo pago y
tomá esto. (Le da una medalla de oro.) Es la única medalla que gané, el campeonato con
All Boys del ’73. Te la regalo hermano, es tuya, me hiciste feliz loco, me diste bola, gracias
loco y perdoná si te metí en quilombos.

BETO: Pará Óscar, no me la merezco…

ORTIGA: No me la rechacés, por favor.

BETO: Ta bien, pero tené cuidado, no te vas a ir solo así…

RITA: (Desde el hall.) ¡¡¡Papá, vamos, que quiero jugar con vos!!!

ORTIGA: (Al cantinero.) Está mi vida ahí en el hall, estoy más que acompañado.

BETO: (Viendo que no hay nadie.) ¿Qué vida Óscar? Te llevo a tu casa.

ORTIGA: Perá campeón, no soy un inválido. Ahí voy Ritita, esperame mi amor, decile a
mami que ya estoy. (Empieza a irse, pero vuelve y le da un abrazo al cantinero)

BETO: Chau campeón, volvé loco. Tu medalla la voy a enmarcar acá en el bar para que
todos te recuerden.

ORTIGA: Nah, nadie me va a recordar, tenela vos loco, con que me recuerdes vos me
basta, vos me hiciste feli’. Chau loco, saludos a Marcico!!!

Rita- dale papaaaa!!!

ORTIGA: Ahí va mi amor!

(Los espíritus sacan a Ortiga del bar, el cantinero lo acompaña al hall para ver si están
su mujer y su hija pero no hay nadie. Ortiga se va del bar a las 6.30 de la mañana
manteniendo una conversación con el aire. El cantinero se queda con la medalla en la
mano, se queda limpiando el bar, pensando todo lo que paso)

BETO:(viendo donde poner la medalla, prende la radio, se escucha un tango)esta medalla!


la voy a poner ahí!, no no,ahí esta el baño..al lado del cuadro del Beto!no…me la llevo,se la
voy a dar al viejo, si eso voy a hacer..

(En ese momento se escucha por la radio un flash informativo de último momento:

“Ultimo momento!!! Esta mañana murió Óscar Adelmar Ortiga, arquero de All Boys que
también pasó por River Plate y San Lorenzo. Murió esta mañana en el acto al arrojarse
debajo de un colectivo de la línea 80. Las pericias indican que tenía gran cantidad de
alcohol en sangre. Nuestro más sentido pésame a sus familiares. Oootro temaaaaaaa: Se
viene la nueva revista de Cherutti!!!!! Al parecer la única que falta firmar contrato es
Evangelina Tetamanti la nueva estrella de la farándula de quien todos hablan hoy!!! La
revista cuenta con grandes artistas como Juan Carlos Portaliga, Debora Tangalanga y
Miguel Angel Rodriguetta, ah no perdérsela!!!”

BETO: (Apaga la radio de un golpe, llevándose la medalla de Ortiga al pecho, llorando)


Óscar Adelmar Ortiga…Óscar!!!

(Se van apagando las luces y va subiendo el volumen del músico en escena)

FIN

LECTURA CRÍTICA DE Desalojo, recuerdo sin foto


Patricia Lanatta
PAISAJE IMBORRABLE
Hacia finales de 1998, un pequeño grupo de egresados de la Escuela Taller de Titiriteros
“Ariel Bufano” del Teatro General San Martín, imaginó la Compañía, con el deseo de
indagar la paradoja de animar lo inanimado. Desde entonces, viene trabajando en la
creación de versiones para chicos y grandes: “Hay que esconder el elefante”, “Un tigre en
el gallinero”, “Un ovillo con Pelusa”, “Mar de Margaritas” y “El Señor Nicodemo”, por
citar algunas, se lucieron en la escena local y encontraron su reconocimiento en festivales y
premios. Julieta Alessi, Daniel Scarpitto, Nelly Scarpitto, Andrés Sahade, Mariana
Trajtenberg y Claudia Villalba integran una Compañía que se destaca por su permanente
trabajo de investigación sobre las posibilidades expresivas del títere, con una sólida
formación en diferentes disciplinas (dramaturgia, escenografía, plástica, cine de
animación), rasgo que la posiciona en el lugar de la especialización del género.
El Nudo nos convoca esta vez, con una obra inscripta en la poética de los objetos que
danzan sin pausa, en la construcción de la memoria. Desde el principio, la escenografía de
color blanco, sugiere que lo que acontece proviene de otro sitio. Se asoman a su turno, los
personajes: Matilde (actriz y títere), Anselmo (actor y títere), una muchacha (desdoblada en
dos actrices) y Perlita (la mascota), que nunca saldrá a escena: forma parte de lo perdido.
Ingresamos a la intimidad de una casa cuyos habitantes se están despidiendo de su ciudad,
“La Atlántida”. Los lotes se han vendido: Lote 76, la viuda de Morales . Lote 77, los
Cabrera... Es preciso mudarse: en su tierra se está construyendo una represa, que está
demoliendo los pilares de su historia y toda su vecindad. Entre tanto, el río sube, inunda,
traiciona.
Cuentan que llegaron a la ciudad “para afincarse de manera segura” –reza el texto-. Cada
tanto, irrumpe el sonido ensordecedor de las maquinarias en movimiento, el goteo
persistente del agua. Se escucha también la bocina estruendosa del tren, que libra una salida
a los personajes, un otro destino. Sin embargo, parecen congelados en una foto muy lejana,
en el deseo irrefrenable de permanecer en el punto de pertenencia.
PARTIR
Rápidamente, los actores arman sobre una mesa de luz a escala humana, un retablo. Se
alarga desde los extremos y sobre ésta se dispone la estación: sus vías, señales, bancos.
Sueños y sentimientos son narrados por los títeres. Las figuras de Matilde y Anselmo gozan
de la misma anatomía que sus actores titiriteros, el mismo vestuario y color: terrado,
característica que da fuerza al relato. Son dos personajes acaso unidos por un largo amor,
dos que ahora se buscan y se pierden. El diálogo entre ellos se hace dulce en el racconto de
lo que supieron y pudieron construir, en el retrato de lo que fue y ya no es. Títere Matilde a
la orilla del río: “… la llevo conmigo, como que me parece que si no me agarro de la
piedra, quien sabe adonde puedo ir a parar”.
El Nudo muestra sus rostros en los modos de manipulación directa de sus muñecos,
mientras la gestualidad en ellos se acrecienta.
Los habitantes de “La Atlántida” dejan su huella: Nico y su acordeón, los del Almacén, la
Farmacia. Casi todo el pueblo ha partido. Sólo unos pocos resisten.

PAISAJE INTERIOR
La muchacha recuerda su infancia: el “veo, veo”, con el verde manzana o el amarillo patito,
que sólo resplandecen en su memoria.
La iluminación juega un papel preponderante en la puesta: en un juego muy fugaz,
agrupaciones de objetos son movidos sólo con la luz bamboleante de pequeñas linternas,
que cuelgan de los cuellos de los propios actores. Del mismo modo, el recurso de la
fotografía, más precisamente de la diapositiva, resulta poderoso. A la manera de una caja
abierta, una estructura con laterales, fondo y sin frente, subyace en la escena. En su interior
penden cuerdas con sábanas, sujetadas por broches.
Ella intenta rescatarse: se ubica delante del proyector y la fotografía se proyecta sobre las
telas. Se acomoda entre aquellas figuras sepias que compartieron su vida, toma un objeto
cualquiera y recorre la proyección en busca de fragmentos de esa imagen. De modo
poético, la foto familiar se transparenta sobre su cuerpo, sencillamente porque está grabada
en su interior.

No sabemos mucho de los nuevos destinos. Sólo ha quedado Matilde en un espacio vacío.
Absolutamente todo lo ha guardado. Finalmente, la memoria de la retina es imborrable.

Ficha artística:
Dramaturgia: Daniel Scarpitto, Claudia Villalba
Intérpretes: Julieta Alessi, Jorge Piccardo, Nelly Scarpitto, Claudia Villalba
Diseño de títeres y objetos: Julieta Alessi
Realización de títeres: Julieta Alessi, Nelly Scarpitto
Diseño de luces: Sebastián Ochoa
Producción musical: Federico Palmero, José Ríos
Diseño gráfico: Andrés Sahade
Producción ejecutiva: Andrés Sahade, Mariana Trajtenberg
Puesta en escena: Daniel Scarpitto, Claudia Villalba
Dirección: Daniel Scarpitto, Claudia Villalba

Desalojo, recuerdo sin foto


Claudia Villalba/ Daniel Scarpitto

. ¿somos la suma de nuestros recuerdos, o de nuestros olvidos?


.
. “Una ciudad demolida e inundada por la construcción de una represa. Y solo una
casa aun con habitantes que se resisten a partir”
.
.
. Descripción del espacio
.
. En el comienzo distintos objetos como ubicados al azar ocupan el espacio.
. Son blancos y no ocultan su construcción escenográfica.
.
. Hacia el fondo se ubica una estructura - dispositivo con laterales, fondo y sin frente,
como armando una caja abierta. Dentro de este dispositivo, cuelgan cuerdas con sábanas
sujetas con broches.
.
. Desde este dispositivo surgirán los objetos que desde un comienzo no están a la
vista.
.
. Por delante de este dispositivo, se ubican a cada lado un banco. Junto a uno de ellos,
una mesita de luz en una escala más pequeña.
.
. En los laterales asoman una valija, un banco, un reloj de pie, una señal de estación
de tren que emerge entre unos pastos. No guardan una escala entre sí.
.
. El suelo está recorrido por unas líneas de sal blancas que arman un dibujo en el
suelo.
.
. Personajes
.
.
. Anselmo (desdoblado en actor y títere), vestuario en tonos marrones.
.
. Matilde (desdoblada en actriz y títere) vestuario en tonos tierras
.
. Muchacha (desdoblado en dos actrices) vestuario en tonos ocres y otro en tonos
verdes
.
.
. 1- Armar un plano con sal
.
.
. Un hombre (Anselmo) vuelca sal en el piso con una regadera blanca. Completa las
líneas del plano de una casa.
. Una Mujer (Matilde) está sentada en uno de los bancos observa una fotografía.
. Anselmo volcando sal y formando líneas, desaparece de la vista, el espacio se
oscurece.
.
.
. 2 – Correr en círculos
.
.
. Oscuro, sonido de corrida y jadeo.
. Una luz ilumina a Matilde, está corriendo con la mesita de luz pequeña en sus
brazos.
. Fuertes sonidos de bocina de tren. Todo oscurece. Siguen el sonido de jadeo y
corrida.
. La luz vuelve a iluminar a Matilde corriendo, ahora está con Anselmo que corre
detrás.
. Se escucha un sonido largo y ya lejano de bocina de tren.
. Matilde y Anselmo se detienen congelados como en una foto, irán retrocediendo
lentamente, como reteniendo ese instante.
. Anselmo ya no se ve.
. Matilde, saca una foto del bolsillo del delantal y murmura algo. A su lado hay dos
muchachas paradas arriba de los bancos.
.
.
. 3 – Jugar al veo - veo
.
.
. Al mismo tiempo,
.
. Muchacha 1-(parada sobre el banco, cierra con fuerza los ojos)…la mesita de luz
marrón… la de la moldura despegada… la del cajón que se traba… esa que tiene las fotos
de las vacaciones….las vacaciones en las sierras…
.
. Matilde - (mira la foto y murmura lo mismo que la muchacha)…la mesita de luz
marrón… la de la moldura despegada… la del cajón que se traba… esa que tiene las fotos
de las vacaciones…las vacaciones en las sierras…
.
. Muchacha 2 – (parada sobre el banco, con un gran manojo de fotografías en sus
manos, mientras se escucha a la Muchacha 1 y a Matilde, las arroja de a una al suelo,
busca una fotografía en particular, llega a la última) ¡¡¡Si!!!
.
. Muchacha 1 - …¿porqué yo no estoy en esa foto?

Matilde mira a la Muchacha 1, mira la foto y sale hacia el fondo hasta desaparecer.

Muchacha 2 - (interrumpiendo) ¡Veo veo!

Muchacha 1 - ¡No!...yo, ¡¡¡veo, veo!!!

Las dos Muchachas bajan de los banquitos y se sientan en ellos y recorren el espacio,
siguen las líneas del plano de la casa marcadas son sal. Juegan al veo veo.
.
. Muchacha 2 - ¿qué ves?
.
. Muchacha 1 - Una cosa
.
. Muchacha 2 - ¿qué cosa?
.
. Muchacha 1 - maravillosa
.
. Muchacha 2 - ¿de qué color?
.
. Muchacha 1- amarillo patito
.
. Muchacha 2 - …la toalla del baño
.
. Muchacha 1 -no
.
. Muchacha 2 - la lámpara
.
. Muchacha 1 -no
.
. Muchacha 2 -¡la pantalla!
.
. Muchacha 1 -Sí. Ahora vos
.
. Muchacha 2 - Veo veo
.
. Muchacha 1-¿qué ves?
.
. Muchacha 2- una cosa
.
. Muchacha 1- ¿de qué color?
.
. Muchacha 2- verdecito
.
. Muchacha 1- …¿las manzanas de la frutera?
.
. Muchacha 2- no, frío frío…
.
. Muchacha 1- ¿verdecito?...¡la bufanda en el perchero!
.
. Muchacha 2 - sí…dale
.
. Muchacha 1 - Veo, veo
.
. Muchacha 2-¿qué ves?
.
. Muchacha 1 - una cosa
.
. Muchacha 2-¿qué cosa?
.
. Muchacha 1 - Maravillosa
.
. Muchacha 2 -¿de qué color?
.
. Muchacha 1 - Blanco
.
. Muchacha 2 - …¡la cucha de Perlita!
.
. Muchacha 1 - ¡No!…si es marrón
.
. Muchacha 2 - …¿el cielorraso?
.
. Muchacha 1 - no, frío, frío
.
. Muchacha 2 - el marco del cuadrito…
.
. Quedan frente a frente
.
. Muchacha 1- No, muy frío
.
. Muchacha 2 -… ¡ya sé!...el mantel

. Acercan sus sillas, giran, quedan de espaldas.


. Se mecen como viajando.Sonido de tren.
. Por entre las sábanas se escucha voz.
.
. Matilde - ¡Perlitaaaa!
.
.
. 4 – Guardar todo en la cabeza
.
.
. Sonido de goteo
.
. Matilde - (sale entre las sábanas de espaldas arrastrando una palangana blanca
con sábanas en su interior, desprende sábanas que coloca también en la palangana)
¡Perlita! ¡Perlita! (gira) Yo le dije a Anselmo… se queda… pero hay que cambiarle el
destino…que se llame Perla¡las perlas son redondas, lisas, transparentes, brillan…flotan en
el agua!..¿las perlas flotan en el agua?
.
. Silencio
. Matilde dobla las sábanas con rapidez y las apila sobre uno de los bancos
.
. Matilde - Yo no era callada…nos avisaron de la mudanza así como así, de un día
para el otro.Y de pronto las máquinas, el ruido, el polvo, el agua que sube (detiene el
doblar y hace silencio)…si, ya sé, el agua lo anunciaba. No quisimos creer. El rio es
traicionero (ensimismada) el agua a veces miente…no, no, yo no era callada (coloca en el
otro banco la pila de sabanas que armó) ahora había que mudarse, guardar todo, embalar...
¿qué me llevo?¿qué parte guardar?...de la historia…(acomoda los bancos y se sienta) por
eso tomé una decisión… Decidí guardar todo en mi cabeza, no tenía tiempo para hablar. Me
quedé muda (asiente en silencio y comienza a dibujar con sus dedos, formas en el aire)
tengo guardado un autito verde, con las ruedas negras y las tapas plateadas. Lo encontré
ahí, en la tierra al lado del agua, meta escarbar, escarbar y ahí estaba… el autito verde con
las ruedas negras y las tapas plateadas, acá estaba un poco cachadita una de las ruedas…
ah…pero es que a mí…me gusta guardar los detalles. También tengo guardado unos
frasquitos de remedios, de la abuela, los marrones con las tapas de corcho (buscando en la
palangana) y la mesa(sigue buscando) la de fórmica y las cuatro sillas, el cuadrito…(de la
palangana saca un títere igual a ella)

Títere Matilde - Tengo guardada una piedrita, chiquita y redonda. La encontré en el agua,
cuando el agua era buena. A veces está bien agarrarse de una piedra…para no andar
volándose por ahí…y tengo guardado un amarillo clarito, clarito, el del sol pegando en los
pastizales…pero el agua sigue subiendo, sube, sube, no deja de subir (el títere es tapado
lentamente por un repasador y desaparece adentro de la palangana)
Se detiene el sonido de goteo de agua.
Matilde – (mira a su alrededor)¿escuchás Perla?...no se oye nada, ¿nos dejaron solas?
. Sonido de estruendo, como de una puerta que cae.
.
.
. 5 – Soñar despierto
.
.
. Muchacha 2 - (sale de entre las sábanas con una mesa de luz a escala, igual a la
pequeña) Se irrumpe en la situación, entra mesa de luz con firmeza, se gira sobre sí misma
hasta la posición definitiva. Se busca la señal.
.
. Todos los personajes arman esta escena a través de acciones y de texto que refiere a
la acción que realizan.
. Como en un juego, arman una estación de tren, con objetos que no guardan escala
entre sí.
. Acciones: Muchacha 1 entra con caja, Muchacha 2 retira velador y reloj y lo lleva a
la caja, Muchacha 1 saca marquito de foto y se lo entrega a Matilde que lo lleva a la caja,
Muchacha 1 ubica la señal, un banco y el reloj, Anselmo ubica la valija y el otro banco.
.
. Todos – (en forma sucesiva y a destiempo) se extiende la mesa, primero de un
extremo, luego del otro, se aseguran las trabas. Se coloca la señal luminosa y se enciende.
Se coloca el campo de vías. Se coloca el reloj. Se verifica su ubicación y se prepara el
alambrado. Se lo estira y se lo asegura. Se coloca el banco en la estación de tren. Se
enciende al farol.
.
. Sobre la mesa de luz, aparece armada una maqueta de una parada de estación de
tren. A los costados de la mesa de luz está la señal y el reloj.
.
. Sobre la maqueta aparece muy agitado el títere Anselmo con una valija, manipulado
por Matilde y Muchacha1.
.
. Anselmo - (sentado en el banco, con la valija en sus brazos, con los ojos cerrados,
despierta) En el sueño corría detrás de Matilde, los pies se me hundían en el barro y me
enredaba en los pastos altos, el tren se escuchaba cada vez más cerca…. mire las vías en la
oscuridad de la noche…todo silencio, las pocas casas habitadas dormían en la espera de una
mañana última, como la nuestra, olvidándonos, despidiéndonos.
.
. El títere Anselmo en paralelo, se sentó en el banco de la estación a esperar el tren,
inquieto.
.
. Sonido de bocina de tren que se pierde.
.
. El Títere Anselmo corre para alcanzar el tren hasta más allá de la maqueta, no logra
alcanzarlo, vuelve y se queda parado con la cabeza baja.
.
. Anselmo - El tren pasó… la luz fue perdiéndose y yo quedé al borde del andén
.
. Matilde– (se desprende de la manipulación del títere) Esa noche…la guardé
profundamente. (Toma el títere de Anselmo, se lo lleva mientras tararea una melodía,
desaparecen)
.
. Anselmo - Una valija…los pies húmedos, embarrados, el tren… y yo sin
decidirme(abre la valija)
.
Muchacha 1 - (mientras desarma la maqueta, guarda cada uno de los objetos en la valija)
Te guardé tres pares de medias, las azules, las negras y las blancas, ya se que no te gusta
pero te puse una camiseta, está nuevita.También las cosas para afeitarte. Ojo, que la brocha
pierde pelos, ah! y un pulóver escote en ve y otro con cuello alto. El pantalón marrón, no
tuve tiempo de sacarle el barro de las botamangas.Tres pañuelos, blancos.Una bufanda…
me hubiese gustado calentártela en la estufa. (Lo mira) Entre la ropa vas a encontrar una
foto (le cierra la valija)

Anselmo - ¿y Matilde?

La muchacha gira, descuelga unas sábanas y se va.


Quedan a la vista, unas fotografías colgadas y la última cuerda con sabanas tendidas.

Anselmo– (se levanta, deja la valija)¿Matilde?…¿Matilde?(se va)

. 6 – Adivinar en las sombras


.
.
. Oscuro.
. Se escuchan voces que susurran mientras en la última cuerda con sábanas colgadas
aparecen y desaparecen pequeños fragmentos de sombras de una casa, luego aparecerá en
sombras el recorrido por un pasillo interior que termina en un patio.
Muchacha 2 - ¿Que ves?

Muchacha 1 - Veo un reflejo azul

Muchacha 2 -¿La cortina de la ventana?

Muchacha 1- ¡Ay Sí! Ahora vos… ¿qué ves?

Muchacha 2– Veo un verde clarito, clarito, clarito

Muchacha 1- Los pastos

Muchacha 2 - No

Muchacha 1- ¿La reja?

Muchacha 2–¡Sí!, ahora vos, ¿qué ves?

Muchacha 1- Veo algo marrón, marrón.

Muchacha 2 - La cucha de Perlita

Muchacha 1 - ¡Sí! Ahora vos…

Se siguen escuchando voces, ahora más nítidas.

Matilde – No…en la cucha tampoco está!

Anselmo - Hace rato que no la veo… ¿le dejaste comida?

Matilde -¡Sí! Temprano…en el portón…¡ay!... pero no comió…¿escuchás?

Anselmo - No, ¿qué?

Matilde - ¡El río, Anselmo!

Anselmo -¿El río?.. Ay, Matilde…solo se escucha el ruido de las máquinas…

Matilde - A lo mejor si hablamos más bajito, podemos escuchar

Anselmo -¿Qué?

Matilde - ¡¡El río, Anselmo!!

Anselmo – Ay, Matilde…..acá en la ventana tampoco está… tendríamos que haberla atado.
Matilde -Sabés que no le gusta

Anselmo -¡Perlitaaaa!

Matilde - Está fresca la noche…

Anselmo -¡¡¡Perlita…Perlita...Perlita!!!
.
. Las sombras se deforman y se agrandan hasta desaparecer.
.
. Anselmo – (iluminando el suelo con una linterna) ¡Perlita…Perlita!

7 – Mudar los lotes

En forma intermitente con linternas se iluminan agrupaciones de los objetos, lotes de


mudanza, mientras se escuchan voces.

Voces - ¡Lote 78 Nico y su mujer!…¡Lote 76 la viuda de Morales! ¡Lote 80 los de la


Farmacia!¡Lote 79 Carmen y Caito!¡Lote 77 los Cabrera! ¡Lote 81 los del Almacén!

Las voces se superponen mientras los objetos son movidos y cambiados de lugar sólo con
la iluminación de las linternas bamboleantes, colgadas en los cuellos de los que mueven los
objetos.

Sonido de bocina de tren.

Comienza a iluminarse todo el espacio.


Anselmo, Matilde y las Muchachas están encerrados en un círculo que arman los objetos a
su alrededor.Congelados como una fotografía.

Muchacha 1sale del círculo con la valija,¿intenta alcanzar el tren?


El sonido de la bocina se aleja hasta perderse.
La muchacha 1 vuelve al grupo, todos modifican la ubicación de los objetos, realizan una
tarea repetida muchas veces, arman una especie de apilamiento – trinchera de objetos.

8 – Vender la Atlántida
.
.
. Detrás de los objetos que arman un apilamiento –trinchera, están Matilde, Anselmo
y las dos Muchachas con linternas apagadas.
. Tienen una actitud extraña, como de vendedor de spot publicitario.
.
. Muchacha 1 -Deje atrás esa Atlántida en ruinas.
.
. Anselmo –Por una ciudad limpia, prolija, segura.
.
. Matilde - Una ciudad de líneas rectas.
.
. Muchacha 2 - Una ciudad que mira al futuro.
.
. Las linternas en sus manos se encienden e iluminan el horizonte.
.
. 9 – Llegar a la orilla
.
.
. Es de noche, las linternas se acomodan en los distintos objetos, ahora estamos en un
muelle.
. El personaje actriz Matilde, saca a Matilde títere de entre los objetos y lo mismo
realiza el personaje actor Anselmo con el títere Anselmo.
.
Matilde -(mientras acomoda el títere) ¡Ay, Anselmo la verdad, que me cansé!...hace tanto
tiempo que no caminábamos hasta el río...
Títere Anselmo -¡Perlita!...la orilla era… más allá…¿se habrá perdido?
Títere Matilde (sorprendida) – aaaaay ¡Pero mirá cuaaantas hay ahora! ¡Acá era donde yo
encontré la piedrita! Claro porque miré para arriba ahí estaban las tres Marías y justo
abajo… estaba mi piedrita (se hacela señal de la cruz).
Títere Anselmo - Con todas esas luces, se hace tan rara la noche….piedrita….(vuelve a la
conversación) ¿qué piedrita?
Títere Matilde - Pero sí, esa que tengo, bah tenía, en la mesa de luz…
Títere Anselmo - …que raro, la orilla estaba más allá…
Títere Matilde - ¿Te parece? …Ah…yo, igual ahora la llevo conmigo, como que me parece
que si no me agarro de la piedra quien sabe adonde puedo ir a parar…ah, Anselmo …no te
olvides de los remedios, otra cosa, ya embalaste los libros que te vas a llevar?
Títere Anselmo - Todavía noooo.
Títere Matilde - Ah! Y fijate la fecha de vencimiento… de los remedios digo, los que no
estén en fecha…tiralos, pero ojo como los tirás, bien envueltos Anselmo…no sea cosa que
los agarren los perros, te acordarásbienlo que pasó con los patos de la viuda de Morales.
Títere Anselmo – (ensimismado) Hay todo un caminito de hormigas
Títere Matilde – Ay, pero claro, ¡mirá! están todas las hojitas mordidas, ay Anselmo, no te
olvides de poner un poco de veneno…o mucho, seguro que el camino llega hasta mis
rosales, yo no tengo nada en contra de las hormigas… pero pobres plantas… también tienen
derecho a vivir ¿no?(da un pisotón, matando a una hormiga). ¿Anselmo?...¿oís?
Títere Anselmo - ¿qué?
Títere Matilde - Ya no se escucha nada.
Títere Anselmo - es verdad y hay muchas más luces, tantas que no se ve el agua, todo
parece un reflejo, está turbia…no se ve el fondo.
Títere Matilde - está refrescando Anselmo…. ¡ Perlita!...sabés… por momentos me parece
escuchar el acordeón de Nico…. Nico ya se fue, ¿no?
Títere Anselmo - Sí, solo quedamos….¿Matilde?, sabés que no entiendo como hacés…
¿cómo hacés para que te entre todo en ese bolsito que tenés?
Títere Matilde - Ay Anselmo,Anselmo…es que… unas cosas las guardo ahí, otras las
guardo acá (señala su cabeza), otras acá (señala su corazón) y otras en… (se interrumpe)
a ver , a ver ¿y vos ya elegiste por lo menos, que libros llevar?
Títere Anselmo - ¡¡¡Nooo!!!...como me hubiera gustado saber tocar la verdulera… lo que
aprendes de chico, no se te olvida más.
Títere Matilde ríe
Títere Anselmo - ¿Otra vez Matilde?
Títere Matilde – Pero es que cuando decís “verdulera”, parece que estuvieras hablando de
Alicia, la verdulera (se ríe) es como que… se me desprestigia el instrumento, Anselmo
(sigue riendo)
Títere Anselmo - Que lástima lo de la Alicia, ¿no?
Títere Matilde - Mejor no hablar de esas cosas…
Títere Anselmo - ¿Y te acordás de Juan?, él siempre nos ponía la yapa.
Títere Matilde – Como no me voy acordar de Juan… mi Juancito….y bueno, que sé
yo...Alicia se quedó sola… ella tal vez pensaba que si ponía una yapita no le alcanza para
llegar a fin de mes… aunque… no creo que hubiera sido así….viste cuando te quedas sola,
es otra cosa, te parece que todo va a salir mal…Ay! pero que fría que está esta noche.
Títere Anselmo – ¡Y no te trajiste abrigo!
Títere Matilde – ¡Y con el apuro! Ay, yo me vuelvo Anselmo, todavía hay muchas cosas
para hacer…¡y dejá de acordarte de Alicia!,¡nos va hacer mala suerte!
Títere Anselmo –Si, por ahí tenés razón…
Matilde – (va guardando el títere) ¡ay! pero y Perlita?
Anselmo –(va guardando el títere) En un rato seguro nos está rascando la puerta.

10 - Buscar

. Se despliegan papeles, cordones y elementos de embalaje, Matilde, Anselmo y


Muchacha 2 embalan con rapidez los objetos. Los ubican y ellos mismos se acomodan en el
espacio como un objeto más.
. Arman una fotografía con un tono sepia.
.
. Entra Muchacha 1, se ilumina e ilumina el espacio con la luz de un proyector de
diapositivas.
.
. Muchacha 1– (acomoda sobre un banco el proyector y se para adelante de él, con
sus manos arma un cuenco y trata de atrapar lo que se proyecta)…no recuerdo en que mes
del 79 se inauguró la nueva ciudad… tampoco cuando nos mudaron, ni cuando pusieron la
equis amarilla en la puerta de la casa( se agacha, se toma fuerte del banco)…haciendo
fuerza para mantenerse a flote…después… apenas se verían los techos más altos, ese
fragmento ínfimo y revelador quedaba bajo el agua.
. La muchacha se corre y deja que las fotografías se proyecten sobre la última cuerda
con sábanas. Se acerca a cada foto que proyecta y juega e interviene con su cuerpo en cada
una.
.
. Proyección primera Fotografía: Dos mujeres sonriendo, una está embarazada y un
niño la toma de la mano.
. La Muchacha 1, se acerca y coloca su mano sobre la mano de una de las mujeres y
luego apoya su cara de perfil juntándola con la del niño, luego cambia de lugar, sonríe a la
cámara.
.
. Muchacha 1 - ¡Chic!
.
. Proyección segunda fotografía: Tres niñas en un patio, ¿es un cumpleaños?, una de
ellas subida a una escalera, otra sentada.
. La Muchacha 1 se coloca a un costado tomando la actitud de una de las niñas de la
foto, mira al frente, sonríe exageradamente.
.
. Muchacha 1 - ¡¡Whiski!!...otra vez…¡¡¡whiski!!!
.
. Proyección tercera fotografía: Foto de una familia con varias generaciones en el
patio de una casa con un limonero.
. La Muchacha 1 toma la palangana y va recorriendo la proyección buscando
fragmentos de esa foto, como una lupa.
.
. Muchacha 1 - Mi tío Alfredo…era muy gracioso, siempre me hacía reír, era un
loco…Ema, Gladys y la Tati, la Tati curaba el mal de ojo, a toda la cuadra, Ah… y éste es
Carrizo, el del chalecito…y ésta es mi abuela Mary, con sus zapatillas de colores, yo se las
usaba… y caminaba por ese piso de lajas, si me habré caído ahí, me pelaba las rodillas...¡ y
me hacía unas frutillas! (se ríe, frotando sus rodillas)¡ pero no lloraba, eh!…la abuela Mary
siempre me decía “vení nena, vení, vení que te levanto”( se ríe)…y yo iba…sin llorar, eh.
. ¡Y este es el limonero! Me acuerdo la primera vez que me subí al limonero…¡no me
quería bajar!...la abuela Mary hacía cascaritas de limón en almíbar, le ponía a las tortas… al
budín… a las galletitas, al mate, a las salsas, al té…a todo bah!
. Y esa es mi tía Teresita…y ése es el tío…o…ese…no éste, no, no éste otro, sí éste.
. ¡La Polaca!, la Polaca vivía en el pasillo del fondo, yo fui a la escuela con la hija,
Miriam, toda la primaria… pero ni una vez nos sentamos juntas….con la hija de la Polaca
no…¡¡¡Y ésta es Perlita!!!...y Caito, mi primo, bah, mi primo segundo, aaah… ¿ usaba
anteojos?, que chiquito…
. Entonces yo estoy…(se busca en la foto)…acá no, entonces acá, no, acá tampoco,
acá (se tapa la cara con la palangana buscando, su voz toma un tono extraño) no, yo no
estoy en esta foto.
.
.
. 11- Demoler
.
.
. Oscuro
. Sonido de maquinarias trabajando, el sonido va subiendo el volumen hasta volverse
ensordecedor.
. Cuando se ilumina todos están atareados.
. Muchacha 1 comienza a despojar a la estructura- dispositivo de las fotos y broches
que quedaron colgados.
. Muchacha 2 y Anselmo apilan los objetos adentro de la estructura – dispositivo.
. La estructura- dispositivo se va cerrando sobre sí misma,
. Anselmo y Muchacha ya no se ven, solo quedan los objetos apilados como a la
intemperie.
. El sonido baja hasta desaparecer. Todo queda en silencio.
.
.
. 12 - Encontrar
.
.
. Aparece Matilde barriendo con una escoba el suelo, junta fotos, sal, lo que
encuentra. Se detiene, levanta una foto, le quita la sal, la observa, se la guarda en un bolsillo
y sigue barriendo mientras tararea una melodía.
. Baja luz hasta apagón. Sigue el sonido del barrido.
. Se escucha música de acordeón.

FIN

LECTURA CRÍTICA DE Río arriba


Antoaneta Madjarova

Selva misionera. El paisaje verde es atravesado por un río naranja. Noche estrellada.

Con estas palabras que describen un paisaje onírico de la selva misionera, el mulifacético
artista Leonardo Volpedo nos introduce a su nueva obra titulada Río arriba, que fue
estrenada el 5 de julio del año 2015 en el Pasaje Artesón, Sala Cultural (CABA). Estuvo en
cartel durante las vacaciones de invierno del mismo año y con funciones en Tecnópolis.

Actor, director, titiritero, dramaturgo, músico, realizador, docente y diseñador gráfico


Leonardo Volpedo se formó con artistas reconocidos como Julio Chavez, Pompeyo
Audivert, Ana Alvarado, Javier Swedzky Mabel Salerno, Juan Carlos Posik, Enrique
Federman y José Bravo entre otros. Su atracción y gran pasión por el arte de los títeres se
ven reflejadas en sus espectáculos realizados en la Compañía Cuerda Floja, donde participa
como actor, titiritero, músico y director. Una de las líneas de trabajo grupal en Cuerda Floja
está relacionada con la producción de material dramatúrgico que contempla temáticas
referidas a la identidad y la preservación de lo nacional, a través de la reivindicación de la
tradición folclórica y los textos cásicos cómo el emblemático Martín Fierro de José
Hernández, máxima expresión de la literatura gauchesca. Esta tarea compleja para los
integrantes del grupo que debieron traducir los textos de Hernández al lenguaje de los
niños, se ve perfectamente resuelta en Martín le yerró fiero (temporada 2003/04), con una
puesta entretenida y conmovedora, donde Leonardo Volpedo participa cómo actor –
titiritero y músico en vivo. Otra obra de su autoría que tiene que ver con la temática
gauchesca es Mate Dulce (año 2010), obra multipremiada en los Premios: Teatro del
Mundo, ATINA y Javier Villafañe. Refiriéndose a todos esos textos el autor cuenta: “Casi
todas nuestras obras hacen referencia al pasado, pero con lenguajes contemporáneos.
Creemos que en ese “collage temporal”, en ese cruce, es donde está nuestra teatralidad.
Pensamos que es importante mostrar esto a los niños, porque vemos que es una forma de
mantener viva la memoria de nuestro pueblo, especialmente cuando hay agentes foráneos
que intentan introducir su propia cultura. Nos interesa mantener ese puente, para que los
niños conozcan de dónde venimos, especialmente en un país donde se dice que
descendemos de los barcos. Estamos lejos de un nacionalismo fanático, sino más cerca de
ser divulgadores de un legado cultural que tiene más de 500 años…”

Hay una larga lista de trabajos en teatro, televisión, cine, publicidad, docencia y diseño
gráfico en los que Leonardo Volpedo participó. Entre los más destacados se encuentran: Lo
Morto y Máquinas de improvisación con la dirección de Pompeyo Audivert (Teatro El
cuervo), Warnes (di. Martín Urruty, Teatro El Extranjero), Los valerosos Clownies (dir.
Gustavo Monje, Centro Cultural Adanbuenosayres), Tres para el té (dir. Omar Calicchio,
Centro Cultural de la Cooperación), Manifonías (dir. Néstor Caniglia, Teatro Cervantes),
Eureka! (dir. Leo Volpedo), Mozart Instantáneo (dir. Soledad Vidal, Sala Alberdi), El Show
Prehistórico (televisión, PAKA PAKA, dir: Javier Salazar), Los Grisinos (televisión, dir:
Emiliano Portino), Kluge y Zenitram (dos films de Kaos Films, dir. Luis Barone), Más
tiempo (cortometraje, dir. Marina Gerosa), Habitación Hotel (cortometraje, dir. Sebastián
Muro) y 4 Temporadas (dir. Javier Swedzky, Teatro Payró y El Camarín de las Musas) entre
otros. Cabe destacar su trabajo junto a Javier Swedzky y Mariela Ortiz Suárez en la
Compañía Al pie de la cama, un proyecto de cooperación internacional destinado a niños
enfermos, que se realiza en la ciudad de Amiens, Francia y en el Hospital Garrahan y que
consiste en realizar obras cortas de teatro y títeres de proximidad a los pies de la cama (en
la mesa de comida) de los pacientes internados en las salas de cuidados intermedios. A este
proyecto se sumó el Noticiero Plop! Cayó la noticia conducido por títeres, una propuesta
teatral multimedia y disparatada que busca brindar contenidos para el cuidado y prevención
de la salud.
En la obra Río arriba Leonardo Volpedo propone un acercamiento al público infantil a un
tema nacional folclórico: las leyendas. Cinco leyendas guaraníes contadas por un Mono, el
protagonista y narrador de las historias, que a su vez es el que cuida la selva de las
agresivas intervenciones de los humanos. Las fuentes de inspiración, según cuenta el autor,
fueron sus viajes por el río Paraná y las obras de dos grandes artistas: el cantautor, poeta y
escritor argentino Ramón Ayala, autor de la Posadeña linda (la canción oficial de la cuidad
de Posadas, Misiones), y el pintor francés Henri Rousseau. La estética del paisaje
escenográfico de la obra hace recordar al cuadro El Sueño, del mencionado pintor francés, y
la poética de los textos rememora los poemas de Ayala.
La pieza transcurre en la Selva Misionera atravesada por el río Paraná; río que se ve teñido
de color naranja. La estructura que utilizó el autor para componer su obra es a modo de
diálogo entre la Topadora (el personaje humano que viene a destruir la selva) y el Mono,
cuidador y protector de la selva. Después de un largo proceso de investigación y lectura
Volpedo eligió cinco leyendas populares guaraníes: Futura luna, cuenta que la luna
transformada en una niña llamada Yací baja a la tierra y se encuentra con hombres
primitivos. Corre peligro porque los primitivos la quieren comer, entonces ella para
salvarse y castigarlos los convierte en pez, serpiente, mosca, mosquito y rata. Estos serán
unos de los habitantes de la selva. La segunda es la Leyenda del Timbó (árbol de la zona),
que trata de una extraña transformación. El sabio cacique Isaraki ama a su hija, pero ya es
viejo y sabe que ella un día se va a casar y se va ir. La bella Iraí conoce un joven hermoso,
se enamora y se van a pasear por la selva. Isaraki espera a su hija con las orejas pegadas a
la tierra para escuchar sus pasos de regreso. La joven no regresa, pasa mucho tiempo y el
padre se convierte en el árbol del Timbó. En la resolución plástica escenográfica, este árbol
tiene la corona con forma de orejas, que hace recordar las orejas del viejo cacique pegado a
la tierra. La tercera leyenda Cuento con muchos pecaríes y un yacaré revela la historia de
un niño guaraní, que por desobedecer a sus padres casi contrae matrimonio con una pecarí
(animal salvaje parecido al jabalí), pero logra escapar y se salva. Sigue La flor del Irupé.
Esta es la historia de una bella pareja que juega y se divierte a la orilla del río. La niña
Morotí (significa blanco en guaraní) tira su collar al río y el niño Pitá (significa rojo en
guaraní) se sumerge para buscarlo, pero el collar cae cada vez más al fondo del río y el niño
desaparece. Morotí se tira al agua a buscarlo y también desaparece. Los dos se transforman
en una bella flor blanca y roja que flota y se desplaza lentamente por el río: la flor del Irupé.
La última leyenda es El Pombero, el duende protector de los bosques que asusta y castiga a
los que hacen daño a la naturaleza. Cuenta la leyenda que nunca se debe pronunciar su
nombre en voz alta, hablar mal de él o silbar en horas de la noche porque esto lo enoja. Su
venganza es terrible. Un mero roce con sus manos peludas puede producir que la persona se
torne zonza, muda o experimente temblores para el resto de su vida. Su presencia no
siempre puede ser advertida, porque la capacidad de metamorfosearse o tornarse invisible,
hace que vigile sin descanso la conducta de los hombres. El Pombero tiene una apariencia
física al final de la obra de Volpedo y lucha contra la Topadora (el personaje humano),
destruyendo su máquina de cortar árboles y echándolo lejos, muy lejos de la selva.
En todas las leyendas que aparecen en la obra se percibe un denominador común, la
presencia de un elemento fantástico, que es la capacidad de mutación de los personajes.
Este elemento fantástico es el objetivo principal en la búsqueda del autor para construir un
relato que encuadra perfectamente con el lenguaje poético del Teatro de títeres. Los seres
fantásticos de las leyendas se corporizan en escena para interactuar con los protagonistas:
El Mono y La Topadora.
La resolución plástica de la obra está muy bien cuidada, e integra perfectamente los
bellísimos títeres (humanos, animales e insectos) de Daniela Calbi con la escenografía
creada por Leonardo Volpedo. Los rostros de los personajes, los vestuarios, la estética y la
combinación de las texturas y los colores representan y contienen elementos tradicionales
de los pueblos del Litoral. La música elegida para generar el clima de cada escena son
cantos tradicionales guaraníes y dos canciones originales del autor.
Río arriba es una obra basada en cuentos guaraníes que creó un lenguaje escénico capaz de
combinar el teatro de títeres con la actuación y la multimedia en pos de un relato fantástico
para niños.

Río arriba
Leonardo Volpedo

Personajes:

Principales Secundarios
Mono Pacú
Seres Primitivos Biguá
Yacy, la luna Loro
Topadora Cacique Guaminí Ngé
Isaraki Padre de Gurí
Iraí Martín Pescador
Gurí Hija Pecarí
Pecarí Espíritu de Topadora
Pitá Pato Plumero
Morotí Yacaré
Pombero

Escena 1

Selva misionera. El paisaje verde es atravesado por un río naranja. Noche estrellada.
Entra el Mono con un objeto extraño, es un pato-plumero. El Mono limpia los lugares
sucios de la selva tarareando una canción. De repente, se da cuenta que alguien lo está
mirando.

MONO: (Al público.) ¿Si? ¿Qué hacen acá? ¿A qué vienen? ¿A mirar las luces del cielo?
(Señala las estrellas.) ¿O a mirar como la tierra crece? (Señala los árboles.) ¿O tal vez
vienen a mirar al agua que no se mueve pero que, sin embargo, se mueve? (Señala al río.)
¿O vienen a mirar como los peces le hacen cosquillas al río? ¡Pacú! ¡Pacú! (Sale el Pacú
del río, ve al Mono y se vuelve a meter al río. El Mono mete la mano en el río y saca una
lata de cerveza.) ¡Pacú! ¡Pacú! ¿Dónde estás? (Vuelve a salir el Pacú, ve al Mono y se
vuelve a meter al río. El Mono mete la mano en el río y saca un zapato viejo.) ¿Pacú?
¿Pacú? ¿Dónde estás? (Vuelve a salir el Pacú, ve al Mono y se vuelve a meter al río. El
Mono mete la mano en el río y el Pacú lo muerde.) ¡Ahhh! (Al público.) ¿Si? ¿A que venían
entonces? ¡Ah, ya sé! ¿Vienen a mirar que en la selva tenemos árboles pequeños y árboles
grandes? ¿No? ¿Saben qué? ¡Bienvenidos a la selva! Tenemos el río, los árboles, las
estrellas y: ¡la luna! (La luna no aparece.) ¿La luna? ¡Lunaaaa! ¿Luna? ¡Ah! Ya me acordé
que pasó con la luna: hace mucho tiempo, nacieron acá, del barro, los primeros habitantes
de la selva. No eran hombres aún, eran seres primitivos. (Aparecen los seres primitivos.)
SERES PRIMITIVOS 1: ¡Hambre!
SERES PRIMITIVOS 2: ¡Hambre!
SERES PRIMITIVOS 3: ¡Hambre! (Ven un arbusto.)
SERES PRIMITIVOS 4: ¡Comida!
SERES PRIMITIVOS 5: ¡Comida!
SERES PRIMITIVOS 1: ¡Comida! (Comen el arbusto pero no les gusta. Escupen. Ven
frutas en otro árbol.)
SERES PRIMITIVOS 2: ¡Comida!
SERES PRIMITIVOS 3: ¡Comida!
SERES PRIMITIVOS 4: ¡Comida! (Van hacia el árbol de frutas y tratan de treparlo.)
SERES PRIMITIVOS 5: ¡Más arriba! (No llegan a la fruta.)
SERES PRIMITIVOS 2: ¡Más arriba! (No llegan a la fruta.)
SERES PRIMITIVOS 5: ¡Más arriba! (Pelean entre ellos y se caen del árbol.)
SERES PRIMITIVOS 4: ¡Hambre!
SERES PRIMITIVOS 2: ¡Hambre!
SERES PRIMITIVOS 3: ¡Hambre! (Los seres primitivos ven que un objeto extraño cae del
cielo. Tratan de atraparlo no lo logran. El objeto extraño cae a la tierra.)
YACY: ¡Por fin! ¡Estoy en la selva! ¡Es hermosa, tal cual me la contaron! (Ve a los Seres
Primitivos.) ¡Hola, yo soy Yacy, es la primera vez que vengo a la selva! Me dijeron que es
tan hermosa como peligrosa. ¿Me puedo quedar con ustedes?
SERES PRIMITIVOS 1: ¡Un momento!
SERES PRIMITIVOS 2: Lo vamos a pensar.
SERES PRIMITIVOS 3: (Aparte.) Pero que rica niña, ¡vamos a comerla!
SERES PRIMITIVOS 4: ¡Vamos!
SERES PRIMITIVOS 5: ¡No!, ¡Esperen! ¿Por qué no la engordamos con frutas?, así
tendremos más comida.
LOS 5 SERES PRIMITIVOS: ¡Es verdad! ¡Vamos!
SERES PRIMITIVOS 1: Está bien puedes quedarte…
YACY: ¡Bien!
SERES PRIMITIVOS 2: … pero con una condición.
YACY: ¿Cuál?
LOS 5 SERES PRIMITIVOS: Tienes que traernos comida del árbol que está allá.
YACY: ¡Qué fácil! (Yacy se trepa al árbol sin dificultad y les trae la comida.)
LOS 5 SERES PRIMITIVOS: ¡Comida! (Comen como desaforados y se quedan dormidos.
Roncan. Aparece un loro.)
LORO: ¡Te van a comer!
YACY: ¿Quiénes?
LORO: ¡Ellos! (Los 5 Seres Primitivos roncan.)
YACY: ¿Ellos?
LORO: ¡Sí, ellos! (Los 5 Seres Primitivos roncan.)
LORO: ¡Te van a comer! (Sale Loro.)
YACY: Eh, ¿ustedes me querían comer? (Los 5 Seres Primitivos roncan.) Si me quieren
comer, tienen que venir por acá. (Sale Yacy.)
SERES PRIMITIVOS 1: (Despertándose) ¿Eh? ¿Y nuestra comida?
SERES PRIMITIVOS 2: ¿Dónde se fue?
SERES PRIMITIVOS 3: ¡Les dije que no se queden dormidos!
YACY: (Desde el otro lado del río.) ¡Estoy acá! Si quieren comerme, tienen que cruzar el
río.
LOS 5 SERES PRIMITIVOS: ¡Pero no sabemos nadar!
YACY: Entonces no me van a poder comer.
LOS 5 SERES PRIMITIVOS: (Tratando de cruzar el río.) Vamos despacio. (Cuando
llegan a la mitad del río.) Ahora sí, te vamos a comer. (Se ahogan.) ¡Auxilio! ¡Nos
ahogamos!
YACY: Ahora van a ver. Por querer comerme, a vos te voy convertir en pez (Uno de los
Seres Primitivos se convierte en pez.) y a vos te voy convertir en serpiente (Otro de los
Seres Primitivos se convierte en serpiente.) y a vos te voy a convertir en mosca (Otro de los
Seres Primitivos se convierte en mosca.) y a vos te voy a convertir en mosquito (Otro de
los Seres Primitivos se convierte en mosquito.) y a vos te voy a convertir en rata (Otro de
los Seres Primitivos se convierte en rata. Los bichos salen de escena echados por Yacy.)
¡Fuera! ¡Fuera! (Pausa.) ¡Qué peligrosa es la selva, mejor me vuelvo a mi casa. (Yacy se
transforma en una luna, se va hacia el cielo y se queda allí, girando y girando durante
toda la pieza.)
MONO: (Al público.) Y ahora sí. ¡Bienvenidos a la selva! Tenemos el río, los árboles, las
estrellas y ¡la luna! Ahora que los miro mejor, ustedes me hacen acordar a alguien. Son
muy parecidos a alguien que vino por acá hace poco tiempo. (Continúa la limpieza. Sale.)

Escena 2

Entra Topadora y recorre toda la selva prestando especial atención en todos los árboles
que están en escena. Cuando se detiene en uno, entra el Mono.

MONO: Pero que sucio está toda la selva, sucio el río, sucio los… (Ve a Topadora y
detiene la limpieza.) Señor, ¿qué hace acá? Perdón, pero ¿qué especie de animal es usted?
(Topadora lo ignora.) ¿es carnívoro o herbívoro? (Topadora lo ignora.) ¿Es cuadrúpedo o
bípedo? (Mono se da cuenta de que Topadora está mirando un árbol.) Ah, ¡ya lo sé! Usted
es un amante de la naturaleza. Mire: ese árbol es un lapacho, es un árbol muy... (Topadora
deja de mirar el lapacho y mira la luna.) ¡Ah!, y esa es la luna que esté girand… (Topadora
deja de mirar la luna y mira unas flores.) y esas flores que están ahí son flo…. (Topadora
deja de mirar las flores y mira el árbol del Timbó.) y ese árbol que está ahí es el árbol del
Timbó.
TOPADORA: ¡Qué lindo! ¿Y cómo llego hasta acá?
MONO: Mire, hace mucho tiempo acá había una tribu (Aparece la choza de Isaraki), el
cacique de la tribu era el gran Isaraki, un hombre muy inteligente, sabía de todo y…
ISARAKI: Iraí, hijita mía ¿dónde estás?
IRAÍ: ¿Qué pasa papá?
ISARAKI: Iraí, ¿algún día te vas a casar y yo me voy a quedar solo?
IRAÍ: ¿Pero de dónde sacaste eso papá? Quedate tranquilo, siempre voy a estar a tu lado.
ISARAKI: Pero que hijita tan buena.
IRAÍ: Papá ¿puedo ir a jugar la huerta?
ISARAKI: Por supuesto hijita mía, yo me voy a dormir una siesta. (Ambos salen.)
MONO: Y así pasó una primavera… (Crecen flores.)
ISARAKI: Iraí, hijita mía ¿dónde estás?
IRAÍ: ¿Qué pasa papá?
ISARAKI: Iraí, ¿algún día te vas a casar y yo me voy a quedar solo?
IRAÍ: Papá, ya te dije mil veces que nunca me voy a ir de tu lado, quedate tranquilo.
ISARAKI: Pero que hijita tan buena, me voy a dormir la siesta. (Ambos salen.)
MONO: Y así pasó una primavera… (Crecen más flores.)
GUAMINÍ NGÉ: ¿Isaraki? ¿Alguien vió al cacique Isaraki? ¡Isarakiiiii! (Golpea la puerta
de la choza.)
IRAÍ: ¿Si? ¿Quién es?
GUAMINÍ NGÉ: Soy el cacique Guaminí Ngé, ¿se encuentra el cacique Isaraki?
IRAÍ: Si, pero ahora está muy ocupado durmiendo la siesta.
GUAMINÍ NGÉ: Y usted, ¿quién es?
IRAÍ: Yo soy su hija: Iraí.
GUAMINÍ NGÉ: (Aparte.) ¡Qué linda que es! (A Iraí.) ¿No quiere ser mi novia?
IRAÍ: ¿Le parece? ¿Puedo pensarlo?
GUAMINÍ NGÉ: Pero ¡por supuesto! ¿No quiere ir a dar una vuelta por la selva?
IRAÍ: ¿No quiere conocer mi huerta?
GUAMINÍ NGÉ: Pero ¡por supuesto! (Ambos salen.)
MONO: Y así pasó otra primavera. (Crecen más flores.)
ISARAKI: Iraí, hijita mía, ¿dónde estás? ¡Sh! ¡Ahí viene! (Pone las orejas en la tierra
para escuchar.) No, es una yarará. (Pausa.) ¡Sh! ¡Ahí viene! (Pone las orejas en la tierra
para escuchar.) No, son las hormigas. ¡Sh! ¡Ahí viene! (Pone las orejas en la tierra para
escuchar.) ¡No! Son unos ratones. ¡Sh! ¡Ahí viene! (Isaraki se queda dormido con la oreja
pegada a la tierra.)
MONO: (Al público.) Y así se quedó dormido nuestro amigo, ¿y saben lo que pasó?
(Isaraki se transforma en el árbol del Timbó.) ¡Pero miren que hermoso árbol! ¡Venga
señor! (Llamando a Topadora.) ¡Mire! Los frutos del árbol tienen forma de oreja porque
dicen que todavía él está esperando a que vuelva su hija. (Mientras Mono está distraído,
Topadora golpea sorpresivamente el árbol varias veces hasta que lo derriba.) ¿Pero, qué
hace? (Desesperado.) No lo haga, ¡no lo haga! Señor, ¡por favor, no lo haga! (Mono
comienza a tentarse de risa.) ¡No lo haga!jajajaj ¡no lo haga!ajajajaja¡no lo haga! Ajajajajaj
(Topadora se enoja y lo increpa.)
TOPADORA: ¿De qué se ríe?
MONO: (Tentado de risa.) Es que me acordé de la historia del gurí que… (Enojado.) Pero
¿Mire cómo dejó el árbol? Mejor, no le cuento ninguna historia más.
TOPADORA: ¿Cómo? Por favor, cuénteme la historia del gurí.
MONO: (Firme.) ¡No!
TOPADORA: Dele, por favor. (Gimotea.)
MONO: ¡No! Mire como dejó el árbol.
TOPADORA: (Amenazándolo con su pala.) ¡Dale!
MONO: Bueno, está bien, pero ¿me promete que no va a tocar ningún árbol más?
TOPADORA: Se lo juro por mi madre.

Escena 3

MONO: (A Topadora.) Hace muchos años, por acá, vivía un gurí.


PADRE DE GURÍ: Hijo.
GURÍ: ¿Si papá?
PADRE DE GURÍ: ¿Ves el árbol que está allá?
GURÍ: Sí.
PADRE DE GURÍ: Allá está el señor Pecarí. No vayas para allá porque es muy peligroso.
No lo hagas.
GURÍ: Si papá. (Sale Padre de Gurí. Huele algo rico que viene del árbol.) ¡Pero qué rico
olor a Pecarí! ¡Cómo me comería un exquisito Pecarí! (Se levanta y se dirige hacia el árbol
prohibido.) ¡Me comería: pecarí con papas! ¡No, mejor un rico sándwich de Pecarí! ¡No,
mejor milanesas de cola de Pecarí! (Llega al árbol.) ¿Pecarí estás ahí? ¡Venga lindo Pecarí!
¿No está? ¡Qué lástima! Me quería comer un rico Pecarí. (Aparece Pecarí
sorpresivamente.) ¡Hola señor Pecarí!
PECARÍ: ¿Vos me querías comer?
GURÍ: Sí, pero sólo la cola.
PECARÍ: ¿Cómo? No me vas a comer, lo que vas a hacer es: ¡casarte con mi hija!
GURÍ: ¿Cómo? Disculpe señor Pecarí, pero yo no me puedo casar con su hija. Primero
porque soy un niño y segundo porque soy un humano.
PECARÍ: ¡A mí que me importa! ¡Subite!
GURÍ: Pero discúlpeme yo nunca anduve en Pecarí.
PECARÍ: ¡Subite!
GURÍ: ¡Está bien! No se enoje. Espere que le aviso a mi papá. ¡Papá!
PECARÍ: ¡No hay tiempo! ¡Vamos! (Comienza a andar.)
GURÍ: ¡Papááá! (Ambos salen. Comienzan a cruzar el río.) ¡Pero qué lindo es el río
Parána! Nunca lo había cruzado. Señor Pecarí, ¿cómo es su hija?
PECARÍ: ¡Silencio! ¡No te muevas! Sos muy pesado.
GURÍ: ¿Falta mucho?
PECARÍ: ¡Silencio! ¡No te muevas! Nos vamos a ahogar. (Con mucho esfuerzo llegan a la
otra orilla.) Quedate quieto aquí, no te muevas. Voy a descansar y después seguimos (Se
duerme. Ronca. El Gurí aprovecha y se escapa trepándose a un árbol. El Pecarí se
despierta.)
PECARÍ: ¡Listo! Ahora podemos continuar hacia…. ¿dónde estás? (El Gurí estornuda
desde arriba del árbol.) Ah, estás ahí. ¡Baja cobarde!
GURÍ: No.
PECARÍ: ¡Baja cobarde! (Golpea el árbol.)
GURÍ: No.
PECARÍ: ¡Baja cobarde! (Golpea el árbol.)
GURÍ: No. (Cae al río.) ¡Ayuda! No sé nadar, ¡alguien que me lleve a la orilla! (Pasa un
Pacú.) Pacú, ayuda, ¿me podés llevar al otro lado del río?
PACÚ: No (Sale y aparece un Biguá.)
GURÍ: Biguá, ayuda, ¿me podés llevar al otro lado del río?
BIGÜA: No. (Sale y el Gurí se hunde, aparece un Yacaré.)
GURÍ: (Saliendo del agua.) Yacaré, ayuda, ¿me podes llevar al otro lado del río?
YACARÉ: No, porque los humanos dicen que soy feo.
GURÍ: ¿Cómo? No es verdad, ¿sabes que dicen en la tribu de vos?
YACARÉ: No.
GURÍ: Dicen: ¡Oh Yacaré, el que tiene los ojos redondos como la luna!
YACARÉ: ¿En serio? No sabía nada. Bueno, subí que te llevo. (Gurí se sube al lomo del
Yacaré. Comienzan a atravesar el río retornando hacia la casa del Gurí.)
GURÍ: Yacaré, ¿sabe que vino un Pecarí y me…
YACARÉ: ¡Silencio! ¡No te muevas! Nos vamos a ahogar. (Pausa) ¿Y qué más dicen de mí
en la tribu?
GURÍ: Dicen: ¡Oh Yacaré, con piel suave como la miel!
YACARÉ: Si, muy suave. ¡Llegamos! (el Gurí se baja del Yacaré.) ¿Y qué más dicen de
mí?
GURÍ: ¡Oh Yacaré, viejo peludo!
YACARÉ: ¿Viejo peludo? Pero si no tengo pelos.
GURÍ: Pero dicen eso: yacaré viejo peludo. (El yacaré se enfurece y comienzan a pelear.)
GURÍ: ¡Auxilio! ¡Papá! Me secuestró un pecarí y ahora un yacaré me quiere comer.
¡Auxilio! ¡Papá! (Aparece un Martín Pescador que lo rescata y lo devuelve a su casa.)
¡Gracias Martín Pescador! (Martín Pescador saluda y sale.) ¡Papá! ¡No sabes lo que me
pasó! (Sale Gurí.)
MONO: (A Topadora.) Por eso cuando le digo que no lo haga, usted no lo tiene que
hacer… (Topadora golpea a Mono y sigue su paso.) Un momento, usted tiene que escuchar
lo que… (Topadora vuelve a golpear al Mono, sigue su paso y derriba otro árbol.) ¡Nooo!
¿Qué hace? ¡Va a venir el Pombero y se va a enojar!
TOPADORA: (Se detiene.) ¿Quién?
MONO: El Pombero. Es el duende protector de la selva y se va a enojar mucho cuando se
entere de que usted está rompiendo la selva. (Música. Canción del Pombero en ritmo de
chamamé.)

MONO: Si venís a la selva, y todo vas a destrozar,


te vengo a avisar que un duende de acá,
se puede enojar.

Tiene ojos como el sapo, de paja, su sombrero es,


él es muy bocón, casi como un pez,
le gusta la miel.
Puede convertirse en pez, en la linda flor del irupé,
o en árbol como él jacarandá, un mono, un loro, una yarará.

Puede hacerse invisible, también pasar por acá,


y puede imitar el canto sin par,
de cualquier tucán.

Puede convertirse en pez, en la linda flor del irupé,


o en árbol como él jacarandá, un mono, un loro, una yarará.

Un pato, una hormiga o un yacaré, cuidado con el yaguarete,


si usted sigue asi lo va a provocar,
el Pombero, se va a enojar.

Sale Mono de escena.

Escena 4

Topadora queda sola en escena. Pausa.

TOPADORA: (Mirando para todos lados.) ¿Se fue? ¿Gané? ¡Gané! (Se dirige a tirar a
otro árbol y cuando lo está por derriba aparece Mono con una flor.)
MONO: Pero, ¿qué hace? ¡Espere! ¿No le gustan las flores?
TOPADORA: No.
MONO: ¿No quiere oler el perfume de ésta flor?
TOPADORA: No.
Mono trata de que Topadora huela la flor, pero no lo consigue. Topadora retrocede y sin
querer derriba un árbol.
MONO: Pero, ¿qué hizo? Ahora va a ver: ¡huela la flor! (Mono le pone forzadamente la
flor a Topadora quien se duerme inmediatamente. Ronca. Aparece el Espíritu de Topadora.
Se despierta adentro de su sueño. Aparece un collar de perlas que el Espíritu de Topadora
trata de atrapar, pero no lo consigue. El Espíritu de Topadora persigue al collar por toda
la selva como si estuviera hipnotizado. Cuando llega al río atrapa el collar, pero aparece
Morotí y el collar cae al agua.)
MOROTÍ: Ay señor, mi collar se cayó al agua, ¿me lo trae? (Al ver el accidente que
provocó el Espíritu de Topadora huye cobardemente.) Pero señor ¿Qué hace? ¡Ayudeme!
¿Alguien podría ayudarme? (Aparece Pitá.)
PITÁ: ¿Si? ¿Qué sucede?
MOROTÍ: Mi collar se cayó al agua ¿podrías ir a rescatarlo?
PITÁ: Por supuesto, allá voy. (Pitá se tira al río, nada y le trae el collar.)
MOROTÍ: Gracias Pitá.
PITÁ: Por nada. (Sale de escena.)
MOROTÍ: Ay, ¡cómo se tiró al agua para rescatar mi collar! ¡Me encantó! (Morotí tira el
collar al agua un poco más lejos de donde había caído antes.) Ay, ¡ayuda! Mi collar se
cayó al agua ¿Alguien puede venir a rescatarlo?
PITÁ: Aquí estoy yo para rescatarlo, mi amor. Ahí voy Morotí, todo por ti. (Pitá se tira al
río, nada y le trae el collar.)
MOROTÍ: Gracias mi amor.
PITÁ: Por nada. (Sale de escena. Morotí vuelve a tirar el collar ahora a la parte más
profunda del río.) ¡Mi collar! ¡Se ha caído al agua otra vez!
PITÁ: Aquí estoy para rescatarlo, mi amor. ¡Ahí voy!
MOROTÍ: (Interrumpiéndolo.) ¡No!, no vayas, se ha caído en la parte más profunda del río.
PITÁ: Jajjaj, no te hagas problemas mi amor, soy un gran nadador. Ahí voy Morotí, todo
por ti. (Se besan. Pitá desaparece en el río. Pausa.)
MOROTÍ: ¿Pitá? ¿Dónde estás? No te hagas el gracioso. ¡Pitá! (Morotí se desespera y se
tira al agua para rescatar a Pitá. Ambos están en el río ahogándose.)
PITÁ: ¡Auxilio Morotí!
MOROTÍ: ¡Pitá ahí voy! (Ambos desaparecen, pero se transforman en la flor del Irupé.)
MONO: (Aparece el Espíritu de Topadora.) ¿Sabe señor que nunca más se los volvió a ver
a Pitá y a Morotí? ¿Y sabe que del fondo del río nació ésta flor que es la flor del Irupé? ¿Y
sabe que si olés y te quedás dormido, es que nunca conociste el amor? ¡Como usted! ¡Huela
la flor! (El Espíritu de Topadora se niega a oler la flor. Se enfurece y vuelve a su cuerpo, se
despierta y continúa enojado. Rompe la flor y tira todos los árboles. El Mono trata de
atraparlo, pero en una pelea Topadora lo vence.)
MONO: Esta bien, usted ganó, me doy por vencido, usted ganó, tire todos los árboles que
quedan. (Mono sale dolorido.)
TOPADORA: ¡Se fue! ¡Se fue! (Topadora intenta arrancar el motor pero no lo consigue.
Intenta varias veces y se baja a revisar su motor.) ¡Maldición! ¿Quién me robó la nafta? No
me importa porque tengo: ¡mi hacha! (Topadora saca su hacha y comienza a tirar otro
árbol. Aparece el Pombero. Tienen una batalla final donde el Pombero expulsa a Topadora
de la selva.)
TOPADORA: ¡Volveré! ¡Volveré! (Sale y aparece Mono.)
MONO: (A Topadora huyendo.) ¡Vuelva cuando quiera! (Al público.) Desde aquel día
nunca más volvimos a ver a ese ser tan extraño, pero si algún día regresa, lo vamos a estar
esperando. Y ahora que los miro, ustedes me hacen acordar bastante a él. (Mono ve como
quedo toda la selva destruida, saca su Pato-Plumero y con su ayuda, poco a poco levanta
todos árboles caídos mientras canta una canción junto a los árboles.)
MONO: Tengo solo un cuerpo, tengo solo un sol
ÁRBOLES: Tengo solo un cuerpo, tengo solo un sol
MONO: Un cielo solo, una sola tierra
ÁRBOLES: Un cielo solo, una sola tierra
MONO: Hay solo un rio, hay solo una flor
ÁRBOLES: Hay solo un rio, hay solo una flor
MONO: Hay solo un pez, una mariposa
ÁRBOLES: Hay solo un pez, una mariposa
MONO: Tengo un solo árbol, un solo amor
ÁRBOLES: Tengo un solo árbol, un solo amor
FIN

Currículums de los autores


Ana Alvarado
Jorge Dubatti
Bettina Girotti. Bettina Girotti es Licenciada y Profesora en Artes por la Universidad de
Buenos Aires. Ha sido colaboradora en distintos medios digitales escribiendo reseñas y
artículos e intervenido en numerosos congresos con trabajos sobre el teatro de títeres en
Argentina. Integra el Área de Investigación en Ciencias del Arte (AICA), coordinada por el
Dr. Jorge Dubatti, en el Centro Cultural de la Cooperación. Es co-coordinadora del área
Teatro para Niños y Teatro de Títeres del Instituto de Artes del Espectáculo (FFyL-UBA) y
forma parte del Grupo de Estudios sobre Teatro, Política y Sociedad del Instituto de
Investigaciones Gino Germani (FSOC-UBA). Ha compilado Los titiriteros obreros: poesía
militante sobre ruedas. Sobre textos de Carlos Fos (Eudeba).
Laura Inés Gutman
Ignacio Huang
Natacha Koss
Patricia Lanatta. Periodista con especialización en el teatro para niños y títeres, con
publicaciones en el campo de la crítica y la investigación. Miembro de la AINCRIT,
Asociación Argentina de Investigación y Crítica Teatral. Jurado del Premio Teatro del
Mundo, Universidad de Buenos Aires, del Premio Javier Villafañe. Distinguida con el
Premio ATINA 2010 a la Investigación Teatral. Integra el Área de Investigación en Ciencias
del Arte (AICA) del Centro Cultural de la Cooperación.
Antoaneta Madjarova
Andrea Picovsky
Marisa Rojas
Fabián Sevilla
Nora Lía Sormani. Nació en Buenos Aires en 1965. Es Licenciada en Letras, egresada de
la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Se especializa en
estudios sobre teatro, literatura y cultura para niños y jóvenes. Fue Jurado del Premio
Internacional Hans Christian Andersen en representación de la Argentina para el 2012. Es
miembro del Centro Cultural de la Cooperación, el Instituto de Artes del Espectáculo,
ITYARN (International Theatre for Young Audiences Researchers) y de la Cátedra
Internacional de Lectura y Escritura con sede en Cuba.

Mariana Trajtenberg
Jimena Cecilia Trombetta. Doctora de la Universidad de Buenos Aires con orientación en
Historia y teoría de las artes y becaria CONICET. En dicho doctorado realizó una tesis
titulada Las representaciones cinematográficas y teatrales de Eva Perón en el período
1983 – 2014. De la figura histórica al mito. Actualmente es co-coordinadora del Área de
Teatro del Instituto de las Artes del Espectáculo (IAE). A su vez forma parte de dos grupos
de investigación. Uno dirigido por el Dr. Jorge Dubatti dentro del AICA perteneciente al
Centro Cultural de la Cooperación “Floreal Gorini” y el otro corresponde al Grupo CIyNE
perteneciente a la UBA, dirigido por la Dra. Ana Laura Lusnich. Dentro de dichos grupos
de investigación ha escrito diversos artículos relacionados al cine y al teatro. Dentro del
Centro Cultural de la Cooperación también trabaja junto a Antoaneta Madjarova dentro del
Área de Teatro de Títeres. A su vez participó como colaboradora en las revistas Tranvías y
deseos, Imaginación Atrapada, Mutis x el foro, Sudestada, Cinecritic, El ángel
exterminador, Imagofagia y Palos y Piedras. Por otro lado, integra el jurado de Premio
Teatro del Mundo, el Premio Javier Villafañe y es socia fundadora de AINCRIT.

Ariel Varela
Miguel Ángel Vigna
Claudia Villalba/Daniel Scarpitto
Leonardo Volpedo. Actor, director, titiritero, dramaturgo, músico, realizador, docente y
diseñador gráfico. Se formó con artistas reconocidos como Julio Chávez, Pompeyo
Audivert, Ana Alvarado, Javier Swedzky Mabel Salerno, Juan Carlos Posik, Enrique
Federman y José Bravo, entre otros. Su atracción y gran pasión por el arte de los títeres se
ven reflejadas en sus espectáculos realizados en la Compañía Cuerda Floja, donde participa
como actor, titiritero, músico y director.
Índice
-Palabras preliminares
por Juano Villafañe

-Introducción
Por Nora Lía Sormani

-Lectura crítica de Anatolia y su sombra


por Nora Lía Sormani
-Anatolia y su sombra, de Ana Alvarado

-Lectura crítica de El sueño del pibe


por Jimena Cecilia Trombetta
-El sueño del pibe, de Laura Inés Gutman

-Lectura crítica de Rey Mono vs. Madame Esqueleto


por Jorge Dubat
-Rey Mono vs. Madame Esqueleto, de Ignacio Huang

- Lectura crítica de Manzana verde, manzana roja, manzana ¡azul!


por María Natacha Koss
- Manzana verde, manzana roja, manzana ¡azul!, de Fabián Sevilla

-Lectura crítica de Un Hipo desafinado


por Andrea Picovsky
-Un Hipo desafinado, de Mariana Trajtenberg

-Lectura crítica de El mar dejó de moverse


por Betna Girot
-El mar dejó de moverse, de Ariel Varela

-Lectura crítica de Óscar


por María Fukelman
-Óscar, de Miguel Ángel Vigna
-Lectura crítica de Desalojo, recuerdo sin foto
por Patricia Lanatta
-Desalojo, recuerdo sin foto, de Claudia Villalba y Daniel Scarpitt o

-Lectura crítica de Río arriba


por Antoaneta Madjarova
-Río Arriba, de Leonardo Volpedo

-Currículums de los autores

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