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1.1.

BIOMASA:
La biomasa es aquella materia orgánica de origen vegetal o animal,
incluyendo los residuos y desechos orgánicos, susceptible de ser
aprovechada energéticamente. Las plantas transforman la energía radiante
del sol en energía química a través de la fotosíntesis, y parte de esta energía
queda almacenada en forma de materia orgánica.

Seguramente uno de los logros más espectaculares de la biotecnología has


sido la producción de biomasa en forma acelerada mediante cultivos cultivos
controlados de microorganismos (levaduras, bacterias, hongos y algas)
usando sustratos tradiciones (almidón, sacarosa, etc.) y no tradicionales
(petróleo y sus derivados, gas natural, etanol , etc.) dado el contenido
proteínico de los microorganismo y sus productividad, el principal interés por
la biomasa ha recibido en la obtención de proteínas que a partir de los años
60 fueron bautizadas como “proteína unicelular” (PUC). La productividad de
los microorganismos es enorme. Mientras que, por toneladas de sustancia
viva, el ganado produce 100 kilos de proteína y la soya 10 mil kilos, la
levadura y las bacterias pueden producir 106 y 1016 kg; por hectárea y por
año, se pueden obtener hasta 60 kg de proteína de res, 100 kg de proteína
de leche, 300 kg de proteína de trigo, 700 kg de proteína de maíz y 24000
kg de proteína del alga Spirulina. Estás comparaciones muestran el alto
potencial que existe para producir alimentos mediante nuevas técnicas y por
supuesto, han generado mucha especulación.

En la práctica, el efecto de las proteínas unicelulares sobre la alimentación


humana ha sido mucho menor que el que originalmente se suponía debido
a varias razones, La PUC se puede producir en grandes cantidades, pero su
digestibilidad y valor bilógico no es muy alto, su precio no es bajo, su atractivo
sensorial es pobre y su sentido valor cultural es nulo. Por lo tanto, la PUC
solo puede usarse como ingrediente de productos formulador.

Como, en términos generales, la desnutrición primaria no obedece a


problemas en la producción de alimentos y como la proteína no suele ser
limitante, es fácil suponer que la PUC no ha tenido mayor efecto en este
reglón. Se puede formular productos “especiales” para poblaciones
desnutridas, que en una época estuvieron de moda, pero su impacto es nulo
pues los destinarios de tales productos son grupos aislados, con una
capacidad adquisitiva mínima y generalmente ya agotada y en cuya cultura
alimentaria no se incluyen estos tipos de productos.

Las desventajas señaladas por el uso de PUC no son relevantes en la


alimentación de animales, área en la cual tiene un gran potencial e incluso
aliviaría la competencia por algunos granos.

1.1.1. LA BIOMASA COMO FUENTE ENERGÉTICA:


Desde tiempos remotos el hombre ha utilizado la biomasa como fuente
energética para realizar sus tareas cotidianas. Cuando el uso de
combustibles fósiles comenzó a tomar fuerza, la biomasa se vio
relegada a un plano inferior, donde su aportación a la producción de
energía primaria era insignificante. En la actualidad debido a diversos
factores, detallados a continuación, ha habido un resurgimiento de la
biomasa como fuente energética.

Los factores responsables de favorecer la biomasa como fuente


energética son:

 El encarecimiento del precio del petróleo.

 El aumento de la producción agrícola.

 Necesidad de buscar usos alternativos a la producción agrícola.

 Cambio climático.

 Posibilidad de utilizar los conocimientos científicos y técnicos para


optimizar el proceso de obtención de energía.

 Marco económico favorable para el desarrollo de plantas que utilizan


biomasa como combustible, gracias a las subvenciones a la
producción que reciben las plantas generadoras de energía con esta
fuente.

 Dificultad normativa para desarrollar otro tipo de proyectos, dejando a


la biomasa como la alternativa más razonable para rentabilizar una
inversión económica.
1.1.2. TIPOS DE BIOMASA:
La biomasa para energía se obtiene de los restos de aprovechamientos
forestales, de las industrias de la primera y segunda transformación de
la madera, de los productos agrícolas y forestales, de los residuos de
explotaciones ganaderas, de la fracción orgánica de los residuos
sólidos urbanos, de cultivos implantados y explotados con el único
objeto de la obtención de biomasa, los denominados cultivos
energéticos, y, en general, de cualquier producto de origen orgánico
susceptible de aprovechamiento energético.

A. Biomasa natural:
La biomasa natural es la que se produce en ecosistemas naturales.
La explotación intensiva de este recurso no es compatible con la
protección del medio ambiente, aunque sea una de las principales
fuentes energéticas en los países subdesarrollados.

La biomasa natural se produce sin la intervención del hombre para


potenciarla o para modificarla. Se trata fundamentalmente de
residuos forestales:

 Derivados de limpieza de bosques y de restos de plantaciones.


 Leñas y ramas
 Coníferas
 Frondosas

B. Biomasa residual
La biomasa residual es la que generada en las actividades humanas
que utilizan materia orgánica. Su eliminación en muchos casos
supone un problema. Este tipo de biomasa tiene asociadas unas
ventajas en su utilización:

 Reduce la contaminación y riesgos de incendios.


 Reduce el espacio en vertederos.
 Los costes de producción pueden ser bajos.
 Los costes de transporte pueden ser bajos.
 Evita emisiones de CO2.
 Genera puestos de trabajo.
 Contribuye al desarrollo rural.

1.2. ÁCIDOS AMINADOS:


Por medios biotecnológicos se pueden obtener aminoácidos individuales
que tienen múltiples aplicaciones.

Al igual que el uso del PUC y otros concentrados proteínicos y al igual que
el diseño y fabricación de productos “para luchar contra la desnutrición”,
durante la década de los 60 se puso de moda la adición de ciertos
aminoácidos ah alimentos para mejorar la calidad de sus proteína. Es obvio
que la adición de los aminoácidos limitantes a una proteína eleva su
utilización biológica, pero este enfoque tiene numeroso debilidades. Además
de las ya señaladas para productos especiales, la adición es costosa el
aminoácido puede alterar el sabor del producto y, en el caso de harinas, es
factibles que la mezcla pierda homogeneidad durante el manejo dando lugar
a que parte de ella contenga demasiado del aminoácido y otra parte
contenga muy poco, con lo que se malogra en propósito e incluso se crea
riesgo de toxicidad.

La debilidad mayor, sin embargo, es que el objetivo de toda la operación


suele ser incorrecto, pues es muy difícil que alguien ingiera solo esa proteína
y si así fuera seria indicación de problemas muy serios. Como aun las
poblaciones muy pobres ingieren simultáneamente varias proteínas, es casi
inevitable que se complemente entre si y que la combinación tenga una
“calidad” razonablemente alta; en otras palabras, el promedio de la “calidad
proteínica” es poco importante en la práctica y en todo caso el remedio es
dietético – combinar alimentos, el cual es más barato. Estable, natural,
aceptable. Dado que casi siempre hay combinación de alimentos lograr en
unos de ellos la proporción perfecta entre aminoácidos es una labor inútil,
pues dicha perfección se perderá con toda seguridad. Este es un ejemplo
fehaciente de la torpeza de los enfoques ingenuos, de una mala aplicación
de una ciencia por ignorancia de realidades obvias, de concentrar la atención
en los alimentos en vez de hacerlo en la dieta como unidad de la
alimentación.
Pero la producción de aminoácidos es útil es varias áreas. La industria
fabricante para alimentos de animales, que formula raciones únicas
buscando el menor costo posible, utiliza cantidades importantes de
metionina, licina, triptófano y treonina para obtener patrones de aminoácido
muy precisos.

La industria de los alimentos para seres humanos emplea aditivos en los que
figura el glutamato de sodio en forma destacada.

Por otra parte, cada día crece más la rama de productos especiales, para
diferentes enfermedades que, aunque sirvan a un número limitado de
pacientes, son sumamente útiles y en ciertos casos vitales, como son las
mezclas de aminoácidos para alimentación intravenosa, los productos
pobres en fenilalanina para fenilcetonúricos, las arginina que se emplea en
casos de insuficiencia hepática con hiperamonemia o el ácido aspártico para
casos de insuficiencia hepática, insuficiencia cardiaca y diabetes mellitus o
mezclas ricas en aminoácidos ramificados que son necesarios en pacientes
con insuficiencia renal.

1.3. ENZIMAS
La biotecnología permite disponer de muchas enzimas que se utilizan en
solución y que tienen la ventaja de su bajo costo, de no necesitar coenzimas
y de servir aun en preparaciones relativamente burdas. Al parecer, las más
utilizadas son hidrolasas (amilasas, celulasas, proteasas, glucanasas,
lipasas y peptinas).

Dado que la celulosa es la sustancia orgánica más importante y está


constituida por glucosa, la posibilidad de digerirla in vitro es muy atractiva y
ofrece la perspectiva de dispone de grandes cantidades de alimento; harían
realidad el sueño de reproducir lo que ocurre en el rumen. La celulasas en
principio aprovechas madera aserrín, pajas, bagazos, esquilmos agrícolas y
hasta papel para obtener glucosa, etanol y PUC. Los materiales ricos en
lignina presentan limitaciones pues es necesario tratarlos con ácidos o calor
o molerlos antes de la digestión, pero las frutas y verduras no presentan esas
limitaciones.
Las pectinasas, especialmente si se combinan con celulasas permiten la
licuefacción eficaz de frutas y verduras para obtener, con altos rendimientos,
jugos, néctares, etc.

Las proteasas tienen una amplia aplicación por ejemplo permiten eliminar el
gluten del trigo para producir pastas, lo que es importantes hacia la tendencia
a una menor disponibilidad mundial en trigo pobre sin gluten. Mediante el
uso de proteasas es posible hidrolizar plasma, sangre, suero de leche, etc.
Otro uso interesante de estas enzimas es la preparación de alimentos para
bebes, para prematuros y para pacientes pre y post operativo o en cuidado
intensivos y para personas con alteraciones gastrointestinales; para preparar
estos productos se busca una hidrolisis parcial y rápida, en temperaturas
bajas, de caseína, ovoalbúmina, etc.

La técnica de inmovilización abrió nuevos horizontes a la biotecnología ya


que permite un proceso continuo, ahorrar la enzima y elevar la calidad del
producto evitándose maniobras para eliminarla del producto. Otra ventaja es
la posibilidad encadenar varios procesos enzimáticos en secuencia. Las
desventajas de esta técnica son los costos de los soportes y el quipo, la
perdida de enzima y el riesgo de contaminación que es alto. La
inmovilización no sustituye los procesos en solución, sino que los
complementa, se ha explorado la movilización de menores enzimas para,
entre fines, modificar almidones, producir maltosa y fructuosas, clarificar
jugos de frutas. Sin embargo solo 3 enzimas inmovilizadas se utilizan a gran
escala: La isómeras de la glucosas que convierte ese azúcar en una mezcla
muy agradable de fructuosa y glucosa, La aminoacilasas que convierte
mezclas racemicas y la betagalactosidasa que rompe la lactosa de la leche
en galactosa para obtener productos para personas de deficiencia de lactasa
intestinal.

Las clases de los mamíferos, la lactancia tiene una duración definida al cabo
de que no se vuelva ingerir la leche, se ha observado al actividad de la
lactasa intestinal que reduce notablemente, todos los mamíferos pierden la
capacidad de digeriría al lactosas y cuando la ingestión de leche sobrepasa
sufren diarrea. Cuando se sufren molestias después de la lactancia se dicen
que son intolerantes a la leche, que en realidad la padece todos pero en
grados diferentes.

La biotecnología permite hidrolizar eficientemente la lactosa de la leche


utilizando beta-galactosidasas, este tipo de leche simplifica enormemente la
alimentación por sonda con excelente tolerancia a recuperación.

Otro avance importante de la biotecnología ha sido la inmovilización de


celulasa que permite sistemas múltiples y hasta combinar células enzimas.

PRODUCCIÓN DE POLISACÁRIDOS, ÁCIDOS ORGÁNICOS,


AROMATIZANTES, SABORIZANTES

Los hidrocoloides basados en polisacárido, los ácidos orgánicos (acético,


cítrico, málico, tartárico, glucónico, láctico) y un gran número de saborizantes
y aromatizantes son aditivos que cada día más se emplean en la industria
de los alimentos. Su producción microbiana ha ampliado su diversidad y
disponibilidad y eso favorece a la industria. Su efecto sobre la alimentación
y más aún sobre la nutrición, es indirecto y circunstancial.

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