7. Los centros historicos, paisajes culturales
Los espacios construidos antes de los afios 1950 del siglo xx constituyen las areas centra-
les de cualquier localidad. con caracieristicas morfologicas bien diferenciadas y problemas
sociales y funcionales distintos del resto de la ciudad. Coincidicndo gencralmente con esas
Areas contrales sc encuentran los centras histéricos, siempre paisajes culturales de especial
valor y zonas complejas y sensibles que por miltiples razones demandan la atencion de la
opinién publica, del conjunto de la sociedad y de los responsables de la politica
A diferencia de los espacios difusos ¢ impersonales que corresponden a casi todas las
expansiones urbanas posteriores a la década de los cincuenta, los nucleos centrales a los que
pertenecen o, lo que cs lo mismo. sus centros historicos, presentan patrimonios urbanisticos
heredados de las etapas preindustrial c industrial que merecen proteccién. Sus entramados y
esiructuras arquitecténicas muestran tipologias cuya originalidad y personalidad dependen
del significado historico aleanzado en el pasado por la ciudad de ia que se trate. Dentro de
cslas lipologias. figuran: recintos medicvales, expansiones barrocas, cnsanches decimonéni-
cos. suburbios industriales y barriadas cided jardin
Al margen del tamaiio actual de cada una de las localidades y de su desigual ritmo de
crecimiento en funcidn de factores de localizacion y de relacion respecto a los fendme-
nos mas recientes de globalizacién, los niicleos historicos son siempre espacios fisicos,
morfologicos, Funcionales y sociales bien diferenciados de las areas mas recientes de ex-
pansién. El pasado historico explica su singularidad paisajistica, su riqueza patrimonial.
sus valores simbdlicos y educativos. y su papel como lugares de encuentro y atraccion
turistica (Zarate, 1992)
Vestigios urbanisticos y arquitectonivos del pasado muestran la historia de cualquier ciu-
dad. Sobre ellos las personas construyen basicamente sus imagenes colectivas, aunque tam-
bien 1a modernidad mas reciente crea nuevos simbolos paisajisticos y mentales. En el caso
de la aglomeracién madrilefia, su representacion mental por el conjunto de sus habitantes se
asocia en primer lugar a hitos del pasado que encierran una fuerte carga simbélica (Palacio
de Oriente, Puerta de Alcali, firente de Cibeles, Plaza Mayor) y al frente paisajistico de la
cornisa del Manzanares (¢l niicleo fundacional inmortalizado por grandes pintores, como
Goya. Haés, Pérez do Villaamil. Beructe). Pero también, y cada vez més. las imagenes colec-
tivas de la ciudad sc vinculan a clementos nuevos relacionados con los procesos recientes de
globalizacién, como las torres de la Puerta de Europa, los rascacielos de la prolongacion de
Ja Castellana o el conjunto del Parque de las Naciones. Todos ellos son elementos visvales y
simbélicos que proporcionan a los ciudadanos sentimicntos de respeto, seguridad ¢ identifi-
cacién con el lugar que habitan
Los micleos histéricos encierran valores de centralidad vineulados al poder politico y
econémico acordes con su tamaiio y el lugar de cada localidad dentro de la jerarquia urbana
(sedes de la administracion central, autonomica y municipal cuando se trata de la capital,
bolsa, centrales de entidades financieras. multinacionales. etc.) Precisamente estos valo-
res de centralidad son responsables de gran parte de los desplavamientos cotidianos que se
efectian dentro de las ciudades y de los problemas de congestion de trafic que se originan
en su interior por su coincidencia en el tiempo y en el espacio, sabre todo cuando se trata de
grandes aglomeraciones urbanas, A estos desplaamientos, se aiaden los motivados por el
turismo y las oportunidades que gencran las funciones de ocio y cnirctenimicnto. especial
mente durante la noche y los fines de semana
En Madrid. el contro de la aglomeracién est constituid morfolgica y funcionalmente
por el territorio comprendido dentro de Ja almendra que forma la Calle 30. En su interior se
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