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Apertura a la Maternidad/Paternidad
INTRODUCCIÓN
No necesitas ser un padre/madre de manual ya eres la madre/el padre perfecto para tu hijo.
No podrías ser una madre mejor, no podrías ser un padre mejor. Eres perfecta, perfecto.
Podrías saber más sobre Movimiento Libre, podrías saber más sobre juegos y juguetes,
podrías saber más sobre Neurodesarollo, sobre Psicología cognitivo-conductual, sobre
métodos de crianza y nutrición infantil. Seguro que podrías saber más, pero eso no te haría
mejor madre ni mejor padre, simplemente estarías más informada y tendrías unos recursos
más o menos prácticos.
Tener recursos tampoco implica saber, poder o querer aplicarlos, algunos son muy
complicados de llevar al día a día.
¿Para qué necesitas leer ese manual de crianza? ¿Para qué necesitas saber más?
¿Desde donde lees ese libro, escuchas ese podcast o sigues esa cuenta de Instagram? ¿Desde
el amor hacia ti misma o desde el miedo? ¿Cómo te hace sentir hacerlo?
Y la pregunta clave:
¿Qué es lo que me haría sentir mejor? No "mejor madre", sino sentirme mejor, sentirme bien,
en equilibrio, vibrando desde el amor a mi hijo y el amor hacia mi misma.
Descubrimos que hay un pequeño lago de agua tranquila, cristalina y sentimos la necesidad
de entrar en la orilla del lago, no es profundo, nuestros pies están en contacto con la arena y
las piedras del fondo, que nos hacen un masaje relajante que sana todo nuestro cuerpo.
Ponemos la conciencia en nuestros pies e imaginamos cómo salen unas raíces de ellos que se
hunden a través de esta tierra húmeda, sentimos cómo crecen estas raíces, las visualizamos
haciéndose grandes, fuertes, nutridas por la tierra.
En nuestro pecho empezamos a sentir una luz cálida, un sentimiento consuelo se expande en
nuestro cuerpo.
Ahora nos conectamos con nuestros pies, con nuestras raíces fuertes y grandes, nos damos
cuenta de que toda nuestra historia familiar, nuestros antepasados y todas y cada una de las
experiencias que hemos vivido son las raíces que nos sostienen, y sentimos que la tierra
húmeda de este lago las ha sanado y purificado convirtiéndolas en sostén.
Poco a poco voy regresando al Aquí y Ahora, a la realidad que me envuelve, a los sonidos del
entorno, y sin perder esta sensación de calma y de sostén empiezo a mover mis pies, piernas,
cadera, brazos cuello, y sólo cuando me sienta preparada, abro los ojos.