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UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES FACULTAD DE DERECHO Y


CIENCIAS POLITICAS

El príncipe de Nicolás Maquiavelo


-RESUMEN-

Presentado por
Elí Juan Cárdenas Valverde
IV Semestre

Lima Perú 2018


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Al sacrificio de los que quieren salir adelante


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INDICE:

Carátula
Dedicatoria
Índice
Introducción

CAPITULO I
LA COMPETENCIA Y SUS CRITERIOS
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CAPITULO II
CARACTERES DE LA COMPETENCIA 6

CONCLUSIONES
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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INTRODUCCIÓN

En el ámbito de la Literatura Universal, se conoce con el nombre de El Príncipe (Il


Principe, en su título original en italiano) a una obra, nacida de la pluma del
escritor florentino Nicolás Maquiavelo, la cual fue dedicada por su autor a
Lorenzo de Médici, siendo publicada de forma póstuma en el año 1513. El príncipe,
de Nicolás Maquiavelo, constituye un importante aporte a la concepción moderna
de la política. En este sentido, es una obra contradice la tradición filosófica del
pensamiento político antiguo en la cual la práctica política se encuentra
ensombrecida por la idealización de gobiernos y ciudades utópicas.

Al contrario, en El príncipe, Maquiavelo establece que el ejercicio real de la política


implica situaciones reales con hombres y pueblos reales, cuyas conductas,
decisiones y acciones, generalmente no responden necesariamente a la moral sino a
las leyes del poder.

Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al descubierto las
verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente el ejercicio
del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que, en lugar de
dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque más en cuestiones
de estrategia política.

De esta manera, Maquiavelo expone detalladamente la forma en que el gobernante


debe hacer frente a las diferentes situaciones o circunstancias que se le presenten, y
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establece que el principal fin de la práctica política es conservar exitosamente el


poder.

Para demostrar sus teorías, Maquiavelo echa mano de situaciones históricas reales,
que abarcan desde el mundo antiguo hasta su presente.

Tenemos que tener presente que todo consultor político o propagandista necesita
tomar a El Príncipe de Maquiavelo como referencia. Este decálogo de buenas
medidas para conseguir y mantener el poder son llevadas a cabo por la mayoría de
los políticos y demostrado está que en el momento que se alejan de ellas el desastre
está asegurado. La emoción como dice toda la obra es fundamental, una
característica que tanto políticos como propagandistas han tomado como suya. Lo
racional queda en el olvido y la emoción cobra más que nunca importancia, pues
cuando no hay nada que decir hay que conmover al pueblo.
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CAPITULO I
Sobre Nicolás Maquiavelo

Nicolás Maquiavelo (1469-1527) fue escritor, filósofo político y diplomático. Hoy en


día es considerado el padre de la teoría política moderna. En su época, durante el
Renacimiento, fue una figura de gran relevancia en Italia. Su principal obra, El
príncipe, escrita en 1513, durante su confinamiento en San Casciano, solo vio luz
póstumamente, en 1531. Nicolás Maquiavelo nació en Florencia (1469-1527), donde
estudió y ejerció como secretario diplomático y segundo canciller del gobierno de
su república. Su vida y su obra están entrelazadas y difícilmente puede
aludirse a una sin referirse a la otra. Porque de hecho, la carrera diplomática
y política de Maquiavelo le puso en contacto con los grandes problemas militares y
políticos de su ciudad natal que, más tarde, plasmaría en sus escritos políticos. Se
familiarizó con las potencias extranjeras poderosas como España y Francia, con las
intrigas del poder temporal de la Iglesia, con pueblos germanos libres y, además,
fue el creador de la milicia nacional florentina. Su carrera diplomática fue apoyada
por César Borgia y cuando Florencia cayó en manos de los Médici, Maquiavelo fue
destituido de su puesto de secretario, arrestado y torturado por colaborar con el
gobierno republicano. Poco tiempo después fue liberado por una amnistía cuando
uno de los Médici es elegido nuevo Papa, conocido como León X. Maquiavelo se
retira a Sant’Andrea, su casa de campo, donde se dedica a escribir Discursos sobre
la primera década de Tito Livio y El Príncipe.

El Príncipe. En esta obra el autor conjuga a la perfección su capacidad literaria, su


rastreo histórico y, por supuesto, el análisis político de su contexto; una obra que se
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aleja de utopías pasadas, como las elaboradas por Platón, y que se ciñen a la praxis
de la realidad política imperante. Por tanto, la novedad que encierra El Príncipe se
debe a su contenido y a la reflexión teórica que hace de la situación en Italia.

Maquiavelo escribe esta obra después de lo observado tras su paso por las cortes
europeas como representante de la cancillería florentina. Habla desde la
experiencia, pues sus relaciones directas con príncipes y las decisiones tomadas por
éstos, muchas llevadas a error, conforman el caldo de cultivo idóneo para refrendar
cuál es la manera correcta de gobernar y cuáles son los errores que no deben
cometer los hombres de Estado.

Dentro de la obra, Maquiavelo se encarga de dar consejos a los futuros


gobernadores. El más importante es que el Príncipe necesita contar siempre con la
amistad del pueblo, ya llegue por méritos (el medio más adecuado para el autor) o
por suerte (que para él cae por su propio peso al no tener raíces que lo mantengan
fuerte). Es primordial contar con el clamor popular antes y ahora, pues el miedo a
la sublevación o a las revueltas no permite al gobernador trabajar de manera
adecuada.

Con el estallido de la crisis y el debilitamiento del sistema político, es fundamental


reconquistar el poder y ofrecer a los ciudadanos una buena forma de gobernar, de
hacer política, de dirigir un país. Maquiavelo no se equivocaba en que la
comunicación era imprescindible y, aunque alejado de la cuestión ética, sabía que
había que estar preparado para llevar las riendas.
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CAPITULO II
RESUMEN DE EL PRINCIPE DE MAQUIVELO

El príncipe de Nicolás Maquiavelo

El príncipe, publicado póstumamente en 1531, es un tratado de doctrina


política escrito por Nicolás Maquiavelo, escritor, diplomático y filósofo
político italiano de la época renacentista.

La obra está dirigida a Lorenzo de Médici, conocido como ‘el Magnífico’, a quien
Maquiavelo explica cómo actuar y qué hacer para unificar a Italia y sacarla de la
crisis en que se encuentra. Aunque fue escrita en 1513, durante el confinamiento de
Maquiavelo en San Casciano, a causa de las acusaciones que sobre él pesaban por
estar señalado de conspirar contra los Médici, no sería sino hasta 1531 cuando vería
luz en Roma. El libro, así, funciona como una respuesta a dicha acusación.

RESUMEN:
Clases de principados, formas de adquirirlos y gobernarlos (capítulos
1-11)
Las repúblicas y los principados
Los primeros capítulos de la obra están dedicados a explicar las distintas clases de
principados que hay y las maneras en que estos pueden adquirirse. Comenta que
los Estados pueden ser repúblicas o principados, y que pueden ser hereditarios,
cuando se trasmiten a través del linaje, o nuevos, cuando se obtienen por herencia
o conquista, mediante las armas propias o las ajenas, por fortuna o por virtud.
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Principados hereditarios, nuevos o mixtos


Expone que los principados hereditarios, así como los nuevos, precisan políticas de
continuidad en lugar de cambios radicales que puedan trastornar la vida y
costumbres de la población.

En cambio, aquellos que denomina mixtos (que son nuevos, pero que se anexan a
un principado antiguo), implican tratos diferentes, acordes con las circunstancias
políticas que intervinieron en su adquisición.

Advierte sobre las dificultades de asumir el gobierno de un principado nuevo, y


avisa especialmente sobre la importancia de imponerse al grupo de poder anterior,
de sofocar rebeliones y de manejar la política interna con cautela y eficacia.

El poder absoluto o compartido


Maquiavelo considera que existen dos formas esenciales de gobernar un principado
según las circunstancias políticas: detentando el poder absoluto o administrándolo
conjuntamente con un grupo de barones de nobleza propia (no adquirida por
gracia del príncipe).

Aconseja optar, de ser posible, por la primera de las opciones: detentar el poder
absoluto, pues con la segunda, el príncipe ostentará una menor autoridad y deberá
sofocar frecuentemente rebeliones internas.

Sobre los Estados que se regían por leyes propias


También analiza Maquiavelo la forma en que se debe proceder en un Estado que,
antes de su conquista, se gobernaba por leyes propias, y, enumera las tres opciones
que tiene el gobernante: 1) destruirlo, 2) radicarse en él, o 3) mantener las leyes y
costumbres anteriores, pero obligándolo a pagar tributos y ser gobernado por un
grupo leal al príncipe.

Advierte que, sin embargo, este tipo de Estados o ciudades tienen un gran orgullo
por su libertad, razón por la cual siempre estarán dispuestos a levantarse para
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reconquistarla. Así, pues, la única opción segura que tiene el príncipe para
mantener el poder es arrasarlo y dispersar a la población.

Sobre la adquisición de principados con armas propias o ajenas


Según Maquiavelo existen dos formas de adquirir los principados: con las armas
propias y con virtud, o con las armas y la fortuna de otros.
En el primer caso, señala que, si bien estos principados son más difíciles de
adquirir, son, a la larga, más fáciles de mantener, siempre y cuando se disponga de
las suficientes fuerzas.

En el segundo, explica que los principados adquiridos con las armas y la fortuna de
otros aunque resultan muy fáciles de obtener, son, al contrario, difíciles de
mantener, pues se depende de un conjunto de factores que lo condicionan.

El buen y mal uso de la crueldad


Maquiavelo también advierte sobre el uso de la crueldad y la forma en que esta
debe ser aplicada. Sostiene que es bien usada si se cometen todos los crímenes al
principio, lo que permite que luego, poco a poco, se pueda empezar a otorgar
beneficios a los súbditos, para hacerlos olvidar las ofensas recibidas previamente.
La crueldad es mal usada cuando no son cometidas todas en un inicio, lo que fuerza
a que deban seguir cometiéndose en lo sucesivo, lo que le atrae la enemistad del
pueblo y conduce al príncipe al fracaso.

Principados civiles y eclesiásticos


Son también referidos otros tipos de principados, como lo son el civil y el
eclesiástico. El primero, el civil, se obtiene con el favor de los ciudadanos (de los
poderosos o del pueblo); para él se requiere sobre todo de astucia política,
principalmente para mantener al pueblo del lado del príncipe.

El segundo, el eclesiástico, por su parte, es bastante difícil de adquirir en un


principio, pero luego es muy fácil de mantener, puesto que se apoya en las leyes de
la religión.
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Clases de milicias y cómo lidiar con ellas (capítulos 12-14)


Sobre la forma de medir las fuerzas de los principados
Maquiavelo explica la forma en que han de ser medidas las fuerzas en los diferentes
principados. En este sentido, lo principal, comenta, es si el príncipe es capaz de
valerse por sí mismo o no.

Tener hombres, dinero y un ejército adecuado lo calificarían como capaz. En


cambio, si no posee ninguno de estos elementos, entonces deberá refugiarse tras
sus murallas y resistir los ataques enemigos.

Sobre el ejército
Con relación al ejército y los soldados que el príncipe debe tener a su disposición,
Maquiavelo afirma que estos pueden ser de tres tipos: propio, auxiliar y mixto.
Advierte sobre los soldados mercenarios, que luchan por dinero y no por lealtad.
Desaconseja los soldados auxiliares, que pertenecen a otro príncipe, al cual deben
su fidelidad. E indica que lo idóneo será tener un ejército propio, que solo al
príncipe deba lealtad.

También refiere la importancia de que el príncipe se ocupe de la guerra, que es


tarea fundamental en el Estado, que ni siquiera en tiempos de paz debe
abandonarse, pues, advierte, un príncipe que no es hábil en los artes de la guerra
será despreciado por el pueblo.

Sobre la forma de actuar y comportarse del príncipe (capítulos 15-21)


Sobre lo que hace que un príncipe sea alabado o censurado
En los capítulos siguientes, Maquiavelo aborda la forma en que ha de conducirse el
príncipe en función de las circunstancias y de las consecuencias de sus acciones y
decisiones.

Refiere las cosas que hacen que sea alabado o censurado y aconseja, en este
sentido, guiarse siempre por la realidad en lugar de perseguir utopías irreales. Ya
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que para mantener el poder lo importante no es seguir la moral sino hacer lo que
sea necesario para la conservación del Estado.

La generosidad y la avaricia
Hace también referencia a la generosidad y la avaricia, y realiza consideraciones
sobre cuál es más conveniente. La primera, por un lado, suele ser tenida por buena,
pero a la larga resulta perjudicial, pues para mantener esta reputación, el príncipe
habrá de gastar todo su patrimonio.

En cambio, si opta por la avaricia, entonces también podrá ahorrarle impuestos al


pueblo, lo cual lo ayudará, en momentos decisivos, a financiar empresas y ganar
guerras, de modo que acabará por ser amado por la mayoría.

La crueldad y la compasión
Un aspecto central en la administración de la justicia del príncipe es el asunto de la
crueldad y la compasión. La compasión, que es una virtud apreciada, puede llevar
con el tiempo a verse obligado a la crueldad.

A la crueldad, por su parte, la considera más efectiva que la compasión siempre y


cuando sea bien administrada. Mucha crueldad aplicada al principio ahorra
crueldades futuras, mientras que si se prefiere ser compasivo en un inicio, es
posible que se tengan que cometer más y más crueldades para conservar el Estado.
Sobre ser amado o temido
En este sentido, aconseja Maquiavelo ser amado y temido simultáneamente, pero
afirma que, puestos a elegir, lo mejor es ser temido que amado, pues el pueblo —
explica— siempre puede olvidar el amor, pero nunca el temor, y gracias a esto
disminuyen las posibilidades de ser destronado.

Sobre el león y el zorro (alegoría)


Maquiavelo, con relación a la forma de conducirse en los asuntos del Estado,
aconseja poseer la fuerza y la cautela al mismo tiempo. Lo ilustra empleando la
alegoría del león y el zorro. El león no sabe evitar las trampas, mientras que el zorro
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no sabe cómo defenderse de los lobos, por ello, el príncipe debe ser capaz de evitar
las trampas, como el zorro, pero también de aterrorizar a los lobos, como el león.
Sobre las virtudes y el poder

Sobre la importancia de las virtudes en el ejercicio del poder, advierte que


poseerlas es bueno, pero que es más importante aparentarlas. De hecho, afirma que
no toda virtud es buena para el poder y que, en todo caso, la mayoría de la gente
solo juzga por las apariencias y los resultados, de allí que se atribuya a Maquiavelo
la frase “el fin justifica los medios”, aunque no la exprese con estas mismas
palabras.

Sobre ser odiado y menospreciado


Advierte que los únicos defectos que deben evitarse son el ser menospreciado y
odiado, pues son estos los defectos que pueden llevar a que el pueblo, los nobles o
los soldados puedan ir contra su propio príncipe.

Sobre las fortalezas


Maquiavelo también discurre sobre la utilidad de armar o desarmar a los súbditos,
y sobre la eficacia de las fortalezas, que solo son útiles cuando se teme más al
propio pueblo que a los invasores.

Sobre la forma de conducirse para ser amado por el pueblo


Maquiavelo explica que el príncipe debe conducirse de cierta manera para ser
estimado y admirado por su pueblo, los nobles y el ejército. Para ello, aconseja el
acometimiento de grandes empresas, el manejo adecuado de la política interna y
realizar premiaciones o castigos que sirvan de ejemplo para sus súbditos.

La elección de secretarios (capítulos 22-23)


Advierte Maquiavelo sobre los criterios que debe seguir el príncipe a la hora de
elegir a sus secretarios o ministros, que serán el cuerpo de ayudantes y consejeros
más cercanos y que, por lo mismo, han de ser los más fieles, los que pongan por
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encima de su interés personal al príncipe y el Estado. En esa misma línea,


recomienda, más adelante, huir de los aduladores, porque no dicen la verdad.

Sobre la fortuna (capítulo 25)


También dedica Maquiavelo un capítulo a explicar el poder de la fortuna. Sin
embargo, afirma que no todo debe dejarse en manos de esta, sino que se ha de estar
preparado para las adversidades de tal modo que se les pueda hacer frente.

Las causas de la pérdida de Italia y la importancia de recuperarla


(capítulos 24 y 26)
En los capítulos finales, Maquiavelo hace un balance sobre las causas por la cuales
los príncipes de Italia han perdido sus Estados, y enumera, entre ellas, carencia de
ejércitos, mala relación con el pueblo, así como falta de previsión y de decisión al
actuar.

Por todo lo anterior, cierra la obra exhortando al príncipe, en este caso, Lorenzo de
Médici, a quien va dirigida la obra, a liderar Italia y liberarla de los bárbaros, es
decir, de los extranjeros.
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CONCLUSIONES

1. El libro escrito por Maquiavelo, era un completo manual de gobierno, en esa


época, el sistema de gobierno más común, era el de los señores feudales,
llamados también príncipes (primero entre sus iguales), en este libro
Maquiavelo habla sobre, cada uno de las situaciones a las que se puede
enfrentar un gobierno como este. Al principio, Maquiavelo habla sobre todos
los tipos de principados que puedan existir, como los nuevos, los
hereditarios, los eclesiásticos, etc..., se habla también sobre los tipos de
ejércitos que puede haber, pero sobre este tema, profundizare más adelante,
Maquiavelo habla también sobre las personas, por las cuales hay que
cuidarse, y sobre las personas en las cuales hay que confiar, por supuesto
todo lo que dice, lo apoya ejemplificando con hechos históricos los que
respaldan sus tesis. La mayoría de estos hechos, que son usados como
ejemplos, son situaciones ocurridas, la mayor parte, en Italia, España y
Francia, Maquiavelo ocupa muchos ejemplos de situaciones actuales (para el
por cierto), habla sobre los papados y sobre el reinado de Fernando de
Aragón, los cuales eran contemporáneos a él.

2. Maquiavelo muestra la manera en que el gobierno se ha corrompido y la


corrupción que en este existe, aunque muestra señores feudales y monarcas
es una crítica aplicable a la actualidad, habla de la confianza y basa sus
aportaciones en situaciones vividas si bien no por el directamente son
hechos que sucedieron y demuestra cómo lo escrito por Maquiavelo es mas
allá de solo un escrito si no todo un compilado histórico contrastado con la
situación de su actualidad y perfectamente aplicable a tiempos presentes.

3. Es un libro en el cual se refleja la realidad de una sociedad, la conducta


humana, su condición y motivaciones, el realismo con el cual Maquiavelo
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maneja la lectura lo hace un libro un tanto incomprendido, ya que suele


pensarse que es un "manual de maldad" (un libro dirigido a políticos), pero
visto desde otra perspectiva es un libro sincero que maneja el tema desde un
punto neutral y hablando con claridad acerca de la pollita sin maquillarla,
como realmente es... con su corrupción y falsedad!

4. Tenemos que tener presente que todo consultor político o propagandista


necesita tomar a El Príncipe de Maquiavelo como referencia. Este decálogo
de buenas medidas para conseguir y mantener el poder son llevadas a cabo
por la mayoría de los políticos y demostrado está que en el momento que se
alejan de ellas el desastre está asegurado. La emoción como dice toda la obra
es fundamental, una característica que tanto políticos como propagandistas
han tomado como suya. Lo racional queda en el olvido y la emoción cobra
más que nunca importancia, pues cuando no hay nada que decir hay que
conmover al pueblo.
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RECOMENDACIONES:

1. Recomendamos y sugerimos la lectura en vista que la importancia de este


tratado radica en que deja al descubierto las verdades prácticas del poder y
muestra la forma en que frecuentemente el ejercicio del poder contradice u
obvia los preceptos morales. De allí que, en lugar de dedicarse a hacer juicios
sobre la moral o la religión, se enfoque más en cuestiones de estrategia
política.

2. A los gobernantes o autoridades leer a Maquiavelo porque expone


detalladamente la forma en que el gobernante debe hacer frente a las
diferentes situaciones o circunstancias que se le presenten, y establece que el
principal fin de la práctica política es conservar exitosamente el poder.

3. A los estudiantes y escritores sobre la política le sugerimos que para


demostrar sus teorías, echar mano de situaciones históricas reales, que
abarcan desde el mundo antiguo hasta su presente, tal como lo expresa
Maquiavelo.

4. A los estudiantes de derecho leer El príncipe, Maquiavelo quien establece


que el ejercicio real de la política implica situaciones reales con hombres y
pueblos reales, cuyas conductas, decisiones y acciones, generalmente no
responden necesariamente a la moral sino a las leyes del poder; en
consideración abstenerse de opiniones y concretarse a las normas jurídicas
establecidas.
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REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

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