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£1 ESTADO: SU FORMACION HISTORICA, SOCIOLOGICAY POLITICOAURIOKCA 6 Ante esta pregunta se han mezclado, a lo largo de la historia, respuestas de or- den juridico y otras de indole politica, también literario"®, De tiempo atras, come veremos, se ha discutido sobre la actitud que pueden tomar los hombres cuands jas Estados 0 los gobiernos abandonan las finalidades que propician su existencia, En otros casos no se trata de un abandono de los objetivos esenciales, sino de la discusién politica 0 juridica que crea una determinada medida estatal; naturalmen= te las situaciones son diversas. En algunas hipstesis la conciencia sobre la extralimi- taci6n o el desafuero alcanza a la mayorfa de la poblacién; otras veces el desacuerdo es parcial y s6lo comprende sectores de intereses sociales, econdmicos o politicos. En toda la disquisicién se observa la fragilidad que tiene el derecho frente a la fuerza; pero también cémo él tiene una gran capacidad para evolucionar y renovar- se. La vecindad del derecho y la politica aparece patente; por eso la combinacién de formulas en las situaciones que se analicen. 6.1. Los mecanismos juridicos y politicos ordinarios La vida politica y juridica de las naciones ha progresado mucho para desterrar la arbitrariedad. El reconocimiento de los derechos y de las libertades y el juego de los sistemas democraticos han creado controles preventivos que permiten, en la ma- yor parte de los casos, que los gobernantes acttien conforme a derecho. Inclusive la arbitrariedad se encuentra prohibida en la Constitucién, como en la de Espafia de 1978 (art. 9,3): La Constitucién garantiza el principio de legalidad, la jerarqufa normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones san- cionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la segu- ridad juridica, la responsabilidad y la interdiccién de la arbitrariedad de los poderes puiblicos. Aparte de los mecanismos de las sanciones disciplinarias y penales que puedan existir, las constituciones prevén sistemas de vigilancia permanentes sobre las accio- nes gubernamentales; la Constituci6n colombiana denominé drganos de control (art. 117)a la Procuradurfa General de la Nacién y a la Contraloria General de la Rept blica, que pretendié controlar y regular la arbitrariedad del poder puiblico pero que en algunos casos parece mas bien haberlo exacerbado. En forma mis directa, sobre las disposiciones adoptadas por el Estado en el campo legislativo opera el control constitucional, al cual se hizo idem ene! ca- Pitulo primero, A nivel del ejecutivo o gobierno existe el control de legalidad, que puede conducir a la anulacion de lo que se haya dispuesto en la esfera administra- tiva y a la indemnizacidn de perjuicios por la jurisdiccién contencioso administrati- va (CP, art, 237). — 448) Moro, Tomés, Utopfa, traduccién de Joaquim Malafre Gavalda, Barcelona, Planeta, 2003. J BETANCUR 662. 1wie vida peRDOMO - CARLOS NOLIN danos pueden contribuir de manera eficaz Prey dadanlesy a mantener el clima de respeto data Ie i F eonteol directo del pueblo sobre la gestion of lth | de informacién y el de la libertad de prensa, los Ciertos derechos clu desbordamientos guberns i representan también cierto ] son: el derecho de peticion, os mecanismos que tienen que ver Con el contol py, | Gabiemo, que lega a su méxima expresin en el rgimen param oe aoe mocign de censura, que Hleva a la renuncia del gabinete fee 1 co eon ropiedad se puso en el régimen presidencial nuestro cree rial; con diva impr mpl en 2007, Las citaciones de los ministros al Congr” lee debutes tienen también esa finalidad de control politico, previsto en la my cién (art. 114). Deben mencionarse I No esté desprovista la democracia de controles preventivos. Mas como lo ad vierte Burdeau”, su eficacia depende en buena parte de la voluntad de los ober. nantes que permitan su ejercicio adecuado. Por ello, continéa Burdeau, al lado las sanciones juridicas existen otras no organizadas, como tiltimo recurso de los civ. dadanos contra la arbitrariedad: la resistencia a la opresién y la revolucién, 6.2, La resistencia a la opresién Es el empleo de la fuerza por parte de los gobernados en contra de las deciso nes de los gobernantes que se catalogan como violatorias del derecho, La problematica del derecho di autores catdlicos como en los publ cen no solamente la legitimidad d le resistencia a la opresién es antigua, tanto en los icistas. Desde Santo Tomas de Aquino se recono- le la resistencia defensiva —empleo de la violencia (49) Burdeau, Georges, (50) Ibidem, Op. cit, 6) Wa, ‘A La personnalisation du po Voir, Paris 1 e Presses Universitaires de Fran“ TLISTADO SU TORMACION IINTORICA, SOCOIGGICAY POLITICO JURIDICA 6 En el siglo XVII la deificaci6n de las monarquias absolutas no da lugar al eer cicio del derecho de resistencia a la opresién; Burdeau dice, ademvis, que los gran: des publicistas de la época fueron enemigos de ella; Hobbes, en razén de la inse- guridad que creaba; Bossuet, en nombre de la parte de majestad divina incorporada fl poder de los reyes, y Pascal, por su conviccién de la vanidad de las leyes y de la jragilidad de la justicia humana, La Revolucidn francesa tomé el principio de Locke y no de Rousseau, quien era partidario del absolutismo de la ley. Locke explicaba que el pueblo tenia derecho a regresar a su libertad originaria y a proveer a su conservacién cuando los gobernan- tes perseguian fines distintos a aquellos que habfan motivado el pacto social. De este modo, la revolucién inscribidé la resistencia a la opresién dentro de los derechos na- turales del hombre, al lado de la libertad, la propiedad y la seguridad, en la Declara- cidn de 1789. La formula redactada en 1793 es aun més agresiva: cuando el gobierno viola los derechos de! pueblo, la insurrecci6n es para el pueblo y para cada porcién del pueblo el mas sagrado de los derechos y el mas indispensable de sus deberes. Posteriormente no se encuentra consagrado en textos constitucionales franceses el derecho de resistencia a la opresién. Lo tuvo el proyecto de Constitucién recha- zado por el pueblo francés en referendo de mayo de 1946, en términos semejantes a los citados. Tal vez por esto Claude-Albert Colliard™ cree que en los regimenes constitucionales de la democracia clasica la opresién es dificil de encontrar. El go- bierno en régimen parlamentario puede caer, y en régimen presidencial es renovado periddicamente. El control de los jueces, por otra parte, evita la opresi6n legislativa o gubernamental, para eso se ha crefdo en la divisién del poder como en la mejor ga- rantia contra la opresi6n y el despotismo. La historia ensefia que la insurrecci6n pa- rece inutil en un Estado de derecho donde existen controles y garantias ciudadanas. En los Estados policiales de la época moderna, salvo con el apoyo extranjero, la revuelta de los stibditos parece impotente y destinada a ser ahogada en sangre. La insurreccién solo tiene valor de prueba de fuerza; nadie puede asegurar que una in- surrecci6n, aun justa, triunfara. Para Jean Rivero existen problemas en la aplicacién practica de este princi- pio de la resistencia a la opresi6n, bien por las apreciaciones subjetivas sobre la no- cién de opresin, bien porque la resistencia no se dirija contra todo el conjunto de la actividad del Estado sino contra alguna ley injusta. Los instrumentos de la resisten- cia también son diversos: rechazo a la obediencia de una norma, oposicién no vio- lenta, tentativa revolucionaria (Martin Luther King, Hélder Camara, Che Guevara). El problema de la resistencia a la opresi6n, para dicho autor, se sittia por fue- ra del derecho positivo, en la conciencia individual o colectiva que, para salvar va- lores de libertad que se ponen por encima de todos, toma sus riesgos de revuelta 0 ——__ (52) Colliard, Claude-Albert, Libertés publiques, Paris, Dalloz, 1982. (53) Rivero, Jean, Les libertés publiques, Paris, Presses Universitaires de France, 1994, va FTANCUR 1 PtRDOMO - CARLOS MOLINA 4 sae DAL PERO siquiera que sea, organiza SU propia desteuccign .. ningtin poder, Cs A opresiGn toma formas Nuevas como en lahue. encia a 7 * ; ; dees actividades de comerciantes, funcionarios, médy enla Ce En tos estos movimientos No existen relacignae > estudiantes, etc. busca es presionar a la autoridad por medi def a os imperativos del interés general o en defengy ‘ de mart xin él, ef derecho g3 politica y agricultores, aano-empleados y lo que busca e nién publica, ya sea conta los imp grupo sacrificado u oprimido. , _ En todos ellos un grupo se rehusa a continuar cumplien lo una funcion en ja Vida 'n todos: ta no sea modificada en el sentido que se estima justo Y necesa, aot itt huclgae de hambre, suicidis por el fuego de los bonzos en Viet erred Praga). No se debe descartar que algunas de estas Presiones se uy. Teen en socieeades sujetas aun largo desafio revolucionario como un medio pag alentar este propésito. El proceso de paz en Colombia a partir de 1998 muestra propésitos similares de parte de las guerrillas marxistas; el pueblo colombiano resistid mas de sesenta af la resistencia armada contra la arbitrariedad del Estado, que se convirti6 en otta for jra de opresion, pero que terminé cediendo para logar un consenso colective S. bre estos acuerdos se pronunciarén los ciudadanos sobre lo acordacio en La Haba- nay dejarén una huella imborrable en la historia de los colombianos. Las Posiciones al respecto son encontradas, pero tal vez, por hastio o Por cansancio, el pueblo co- lombiano podré confirmar una vez mas en la urnas el viejo adagio popular que reza: vale ms un mal acuerdo que una buena guerra”, 63. Las revoluciones neniemen eee fo se 28 Opresién, la revolucién es un fenémeno en auiere quebrantarel goberane noe CONSE un determinado orden juico 2 sino de reemplazar un regimen i ojcUal esulta de justicia el empleo de la fue- Ma ee iuridico por otto, La revolucién no es entonces un simple hecho de f uerza; ella contie i ; * dico que sus promotores len ono mponen, Semen de un nuevo sistent 4 én 00 la normative (de facto) Por cuanto su integracion ce fice Duvergerss gtu® @! Brupo alzadg . 7 paces. vente, pero el momento @ é miento reve les Pus que se Puede ifgr® Pueda calificar de gobierno varia. Mi" ase ato CaPaz de hacer rein 8b/emo al grupo director de un 0" urar “ Tein, : i Clfuncionamiente (ona seorden interno, hacer cumplir su icios publicos, Nacional * uel : * Btados de fa 1 Producirse el reconocimiento como obi ” Produce efectos juridicos limitados y & * OD. cit, EL ESTADO: SU FORMACION HISTORICA, SOCIOLOGICA ¥ POLITICOJURIDICA 65, cable, y de jure, si concede la plenitud de la personalidad internacional a quien se cotorga. Las revoluciones pueden limitarse al cambio de gobernantes y mantener el mismo régimen politico existente; en otros casos pueden modificar sustancialmente las estructuras estatales. Si la legislacion politica suele variar, la econémica y social puede quedar —al menos por cierto tiempo— si la revolucién no tiene hondura en estos campos. Ese trinsito legislativo es complicado, y se presenté en la América es- pafola con las guerras de independencia del siglo XIX®. Igualmente, en los proce- Fis de descolonizacion subsiguientes a la Segunda Guerra Mundial’. Otras, las revoluciones del siglo XX, que Burdeau®” llama totales, por los progre- sos de la sociologia y de la economia han podido, en cambio, producir un completo remodelamiento del Estado. Las estructuras sociales y econémicas desaparecen al impulso revolucionario para dar paso a las que encarnan su ideal, y la legislacién an- terior normalmente es retirada. En ese sentido el Consejo de Comisarios del Pueblo decreté el 27 de noviembre de 1917 en la Unidn Soviética la prohibicion de aplicar las leyes anteriores que fueran contrarias a la conciencia juridica revolucionaria®™®. En la Alemania de Hitler también se ordené interpretar las leyes y convenciones priva- das dentro de la concepcidn del mundo del nacionalsocialismo en 1933. Si bien es cierto que las revoluciones de mayor calado han sido las de inspira- cién marxista, puesto que cambian fundamentalmente el ejercicio del poder y la or- ganizacién econémica y social en su propésito de construccién del socialismo, son de mucho relieve las que se suscitan en paises sometidos a largas dictaduras, como la Revolucién de los Claveles en Portugal en 1974. Ala vez, el colapso del socialismo real en la Unién Soviética y en Europa Orien- tal (el derrumbe del muro de Berlin y fa Revolucién de Terciopelo en Praga, como simbolos) ha cambiado la historia del mundo. E! siglo XX comenz6 con la expecta- tiva de la Revolucién de Octubre hacia una sociedad nueva y se cerré con el hun- dimiento del mas ambicioso proyecto de organizacién social que haya conocido la historia. En el interior del Estado también se pregunta sobre el valor juridico de los actos de los gobernantes de hecho, no designados conforme a lo juridicamente previsto. Algunas constituciones tratan de precaverse contra tal hipdtesis, como la del Pert en 1979, que negaba obediencia a un gobierno usurpador y a quienes asumieran funciones violatorias de los procedimientos que la Constitucién y las leyes estable- clan, y reconocia al pueblo el derecho de insurgir en defensa del orden constitucio- —— (55) De Vergottini, Giuseppe, Diritto costituzionale comparato, Padova, Cedam, 2004 (traduc- cién argentina de la sexta edicién por Claudia Herrera). '58) De La Madrid, Miguel, Estudios de derecho constitucional, México, Ed. Porria, 1980. « 57) Burdeau, Georges, op. cit. (58) Coquin, Francois Xavier, La révolution russe, Paris, Presses Universitaires de France, 1962, (59) Molina Betancur, Carlos, “EI nazismo: enfrentamiento entre nacién y nacionalismo’, rscu® sr.05 MOUNA BET 66 WME VION ERDOMD CARLOS ontecimientos politicos vividos por dicha nacg 16, c cia de os acorn ; Constitucion ' junta militar de 5 personas de 1957 una jun! Teen, Cini El Consejo de Estado, ante la acusacign nal. Como consecuel esta tiene ahora otra En Colombia, e! 10 de . Ss . ile. 26 al general ee a ue no habia llegado al mando por medio de Clecciongs gitimidad de sus ac igrnos de hecho. , aplicé la teoria de los go! de las revoluciones en el siglo XX se enriquecid con el fenémeng eter ee jusllas de estipe marxista, Es digno de estudio también el pr (ere ce aie da, como en el caso de Colombia, sobre todo despugt sp Coes Cubana, que fue el ejemplo para imitar en América Latinas, declarara en 1993 que no existian ya condiciones para el éxito de la lucha armada, El caso mds revelador es el colombiano. Es asi como el proceso de paz, a quehy sido llevado el Estado colombiano por las guerillas marxistas de las FARC-EP Fue, 2as Armadas Revolucionarias Colombianas - Ejército Populan), principalmente,y presin internacional, después de la declaracion como grupos terroristas en el go bierno de Alvaro Uribe Vélez, ademas del deseo profundo de paz del pueblo colon. biano, asumié —desde el Gobierno de Andrés Pastrana en agosto de 1998— las a. racteristicas del desmonte de la revolucién frustrada®”, Finalmente, después de la declaraci6n conjunta en La Habana, entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la dirigencia de las FARC, en junio de 2016, de acabarde- finitivamente con el enfrentamiento armado de mas de 50 afios, se le ve al conte. to mas bajo el lente de una guerra, inexplicable y anacrénica, que como una conse- Cuencia de un largo proceso revolucionario fallido; es lo que algunos observadores agudos vieron en el tema de la liberacion de secuestrados, en la Colombia de 2007, 2008 y 2009 y ahora con el fin del desplazamiento, los secuestros y la siembra de minas antipersonas®), iCudl serd la evoluci ; ion de El tiempo nos dara la las Fuerz: ae nast ‘as Arma olombiar Tespuesta, das Revolucionarias c _—_—_— (60) Vayssiere, Pierre, Les (61) Vidal Perdomo, Jai , Jaime, Estado de crisis 6 crs revolutions d? Arm ae ee Amérique Latine, Paris, Seuil, 1991. la is del Estado gh Strada en Colombia y la violencia indefini © Pizarto Leongémez, * SRO, Centro Editorial Universidad del Rosati?” Eduardo, Molina Betan, ” Una democracia asediada, 5 4 cur, « 1, Bogoté, Norma, 200: Golomb ae Caos tt, eco jogos, No el contlicto colombia Jos fechos de los d0°P os so ombiano, Madrid, Un uitarioy derechor hoa co pollen " Universidad Carlos M-AECID, 2013. 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