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Igualdad Democracia Mujeres
Igualdad Democracia Mujeres
ENSAIO
Eucaris Olaya
Universidad de la Salle, Bogotá
como el Año Internacional de la Mujer y la sin dejar de lado las subjetividades, la relación de lo
celebración de la primera Conferencia Mundial de la público y lo privado como pilares fundamentales en la
Mujer. También se declara la Década de la Mujer construcción de la democracia y la ciudadanía para
(1975-1985), cuyos objetivos estaban dirigidos a pro- las mujeres. Como lo dijo Phillips (1996, p. 79) “ – ‘lo
mover medidas encaminadas a integrar a las mujeres personal es político’ – constituyéndose en un lema del
al desarrollo, crear condiciones de igualdad entre movimiento feminista, donde el poder era algo
hombres y mujeres y contribuir al fortalecimiento de omnipresente resaltando la importancia de la demo-
la paz mundial. cracia en todos los ámbitos de la vida humana.”
A modo de ejemplo, en Colombia, durante la dé- En varios planteamientos que hace Santana, la
cada del Desarrollo (1960-1970) se realizó una democracia es una forma de gobierno de los hombres
apertura de la educación dirigida a la mujer y se planteó y – desde los antiguos – es el de la mayoría. Esta
su vinculación al desarrollo con un enfoque de regla muestra precisamente que la democracia supone
bienestar. Como lo señala Peláez y Rodas (2002, p. – y no es sólo una apreciación sino que a menudo es
25), citando a León de Leal: la realidad – que la unanimidad en una sociedad
compleja es casi imposible. Y de manera enfática dice:
Los programas y políticas con mujeres partían, en
el bienestarismo, de tres supuestos: la maternidad La democracia es un régimen de disenso, es a tra-
como el rol más importante; el papel en la crianza de vés de la confrontación de fuerzas civiles y políti-
los hijos como su tarea más efectiva para el cas como se determinan los rumbos de la
desarrollo, y en tercer lugar se definió a la mujer sociedad; sólo que los medios para resolver esas
como receptora pasiva, como consumidora y contradicciones son predominantemente la
usuaria de recursos. confrontación civil, la movilización, la desobedien-
cia civil, la huelga, el diálogo, el voto, etc. Es decir,
Indiscutiblemente, la lógica desde el sistema soci- se privilegian los mecanismos pacíficos de
al de género continuaba a asignar tareas y responsa- confrontación y se hace expreso el rechazo a la
bilidades a las mujeres en función de su rol materno. utilización de la violencia para imponer un determi-
nado rumbo a la sociedad (SANTANA, 1989, p. 16).
Para cuando las mujeres se incorporan a los
espacios públicos y a las tareas políticas, se supone De otra parte el profesor Dahl analiza las
que deben seguir actuando como madres y amas situaciones de países democráticos en el marco de
de casa y se les encargan tareas que son semejantes viejas, nuevas y recientes democracias, para lo cual
a las que realizan en el hogar. Las diputadas, minis- retoma aportes de autores como O´Donnell, quién ha
tras, gobernadoras, entre otras (que siguen siendo argumentado que un sistema político verdaderamente
una minoría en el mundo) son quienes se dedican a responsable requiere de tres componentes para una
temas de educación, comunicación, servicios democracia liberal:
sociales, y rara vez se vinculan en temas
macroeconómicos, de defensa o agroindustria El primero es el ‘democrático’, que permite a los
(ASTELARRA, 1986, p. 21). ciudadanos y ciudadanas elegir a sus gobernantes
en elecciones libres y honestas y participar y
expresarse en otros procesos políticos. El segundo
En debate: la igualdad en la democracia es ‘liberal’, limitando el poder del Estado de avanzar
sobre los derechos básicos de la persona, y de este
La democracia se convierte en el ideal o tal vez modo afirmando las libertades civiles y los derechos
en la utopía, y las mujeres le apuestan a la de la minoría. El tercero es ‘republicano’,
construcción de una sociedad democrática y pluralista garantizando el imperio de la ley y el buen gobierno
aunque las dinámicas sociales, políticas, económicas a través de instituciones de responsabilidad hori-
y culturales impidan la consolidación de un proyecto zontal que controlen y balanceen al poder ejecutivo
democrático en un modelo capitalista. Son (y de otras formas de poder), al paso que asegura
innumerables los debates entorno al significado de la que todos los actores, públicos y privados, son
democracia, a sus principios y al ejercicio de la iguales ante la ley (DAHL, 2004, p. 54).
ciudadanía, a la garantía plena de los derechos de
mujeres, varones, jóvenes, niños y niñas. Dahl toma los fundamentos de O´Donnell para
El movimiento feminista se identificó con los valo- identificar las apuestas de lo que sería una demo-
res de la democracia local y descentralizada, con la cracia ideal y las democracias reales. De alguna
idea que la democracia debe estar presente siempre manera, lo ideal se convierte en un parámetro o
que existan relaciones de poder y con la importancia modelo que posibilita pensar en qué sería una
de las formas organizativas a la hora de fijar objetivos, verdadera democracia.
Pensar una democracia ideal como un sistema po- Las feministas cuestionan el modelo
lítico que puede ser diseñado para miembros de
una asociación2/demos dispuestos/as a tratarse Para las feministas estas reflexiones sobre la de-
recíprocamente, para propósitos políticos al me- mocracia representan diversos aspectos que la sociedad
nos, como políticamente iguales. Todos los no había tenido en cuenta anteriormente. En primera
miembros, deben poseer iguales derechos para instancia hubo un período de insatisfacción generali-
participar plenamente en la determinación de las zada por la propuesta de la democracia liberal, especi-
políticas, reglas, leyes u otras decisiones que se almente por las jerarquías y los dirigismos del patriar-
le espera (o requiere) que todos los ciudadanos cado en el poder. Durante las décadas del sesenta y
cumplan, entonces el gobierno de su Estado setenta los grupos radicales le apostaron a una demo-
tendrá, idealmente, que satisfacer una serie de cracia más activa y participativa. Esa democracia
criterios (DAHL, 2004, p. 59-60). directa se reflejaba en salir del anonimato del voto, y
compartir experiencias y conocimientos, llegar a nive-
Al respecto se observa que esta lógica debe les de asambleas y debates amplios y colectivos. En la
contener iguales y efectivas oportunidades para to- primera fase, “las feministas se ocupaban de lo que
das y todos en el marco de la política, todas las podíamos llamar el micronivel de la democracia en el
personas tendrán la oportunidad de votar y ser vo- seno de un movimiento y la democracia en la vida co-
tados/as. También cada persona debería aprender tidiana” (PHILLIPS, 1996, p. 80).
sobre las políticas y las consecuencias de éstas en Es en dicho escenario que las feministas le
sus vidas. Desde esta posibilidad sería la gente apostaron a los valores de la democracia local y
quienes indicarían cuales serían los temas de la agen- descentralizada. Posteriormente, la segunda fase se
da política y siempre estaría abierta para el debate tradujo en una época de desdén por el fetiche de la
y los cambios. Y, finalmente, todas las personas democracia directa y resurge la confianza en los
tendrían los derechos completos: efectiva mecanismos de la democracia liberal, a lo cual
participación, derecho a la igualdad del voto, a la Phillips dice que la transición desde la participación
oportunidad de acceder a la comprensión de los te- hacia la ciudadanía refleja el movimiento en el
mas, y el derecho a participar ejerciendo el control pensamiento radical como conjunto. Esta fase se
sobre la agenda política. caracteriza por la ocupación del macronivel de la
Desde otra perspectiva, la democracia real pertenencia de las mujeres a la comunidad política,
presenta innumerables imperfecciones, empezando a explorar cuestiones de inclusión y exclusión, y a
por las instituciones políticas que están lejos de amortiguar las pretensiones universalistas del
alcanzar un ideal de democracia, especialmente por- pensamiento político moderno.
que éstas deberían garantizar el ejercicio de una de- Entre esta participación y movimiento político,
mocracia representativa antes que una democracia las feministas evidencian y denuncian las debilida-
directa. Como lo dijo Dahl, la democracia represen- des que tiene la promesa de igualdad política. No
tativa presupone que todos sus ciudadanos y existe igualdad para todas y todos, y más, en un
ciudadanas adultos/as posean un cuerpo de derechos escenario donde lo económico impera se reconoce
fundamentales, libertades, y oportunidades. la erosión de las instituciones democráticas ocasio-
nadas por el neoliberalismo, la economía de merca-
El principio de la democracia contemporánea es do y la corrupción de sus mandatarios. En palabras
que los gobiernos deben someterse periódi- de Puyana (2004, p.220), “[…] las políticas
camente al escrutinio público: debe haber la sufi- económicas, la guerra y otras problemáticas han
ciente libertad de asociación e información para incidido en que se agudicen las desigualdades
fomentar la organización de diversos partidos sociales”, y se complementa con lo que dice Phillips
políticos y debe haber elecciones regulares en las (1996, p. 81), “Nuestro desigual acceso a recursos
que todos las personas adultas puedan votar económicos se combina con nuestro desigual acceso
(PHILLIPS, 1996, p. 81). al conocimiento, a la información y a la formación
política que nos hace políticamente (y no sólo soci-
En concreto, éstos derechos se ven reflejados en almente) desiguales.”
el voto libre y honesto, en la posibilidad de acceder a Phillips (1996, p. 81) retoma a Dahl, y se pregunta:
cargos electivos y de decisión política, a la libertad “¿La igualdad política es compatible con la economía
de expresión, a formar y participar en organizaciones de mercado?” Según el profesor brasilero, Oliveira
políticas independientes, derecho al acceso a fuentes (2004, p. 115), “La política institucional gira en falso,
de información independientes, y el derecho a otras pues los condicionamientos y constreñimientos
libertades y oportunidades que puedan ser necesarias impuestos por la globalización vuelven inútiles y
para la operación eficaz de las instituciones políticas superfluas las instituciones democráticas y republica-
de la democracia a gran escala. nas.” La ciudadanía está en una trampa porque está
subordinada a la lógica capitalista y de mercado, y por cultural, político y económico que enfrenta el país.
tanto, renuncia a la política progresista y de derechos. Como lo señala Estrada (2003) y varias activistas del
La ciudadanía que defiende la democracia libe- movimiento social de mujeres y feministas: es
ral considera que esta categoría de ciudadanía abar- necesario denunciar la cruda realidad que se escon-
ca los derechos sociales, de manera que un de bajo los imperativos de nuestra cultura patriarcal.
ciudadano o ciudadana podría esperar legítimamente La mayoría de las sociedades ve los casos de agresión
que se le proporcionase el acceso a la educación y hacia la mujer como sucesos aislados y no como par-
a un empleo o, en su defecto, a un subsidio. Al te de una estrategia cultural que perpetúa la
respecto, las feministas están explorando algunas desigualdad social entre hombres y mujeres, reproduce
cuestiones que hasta ahora se abordaban desde la el control y la sumisión de éstas, y favorece la
política económica y social, un hecho de importancia aparición y el uso de distintas formas de violencia de
estratégica porque supone desplazar argumentos género contra la mujer.
sobre la igualdad sexual, desde el ámbito privado al Las relaciones de poder y control que se ejercen
público. Como lo afirmó Phillips (1996, p. 84): “Par- sobre las mujeres en distintos espacios han generado
te de la crítica tradicional a la democracia liberal situaciones de violencia y maltrato que aparecen como
consiste en que ésta únicamente concede la igualdad acontecimientos cotidianos en sus vidas, los cuales
política formal, mientras que ignora o, de hecho, cobran mayor crudeza en eventos de crisis,
condona, las desigualdades sociales inherentes a la desarticulación social y guerras. El reconocimiento
economía del mercado.” de la discriminación, de las formas de opresión, de la
La ciudadanía real, en una democracia real, solo exclusión y de sus manifestaciones en el cuerpo de
se podrá lograr cuando las mujeres y las minorías las mujeres condujo a importantes definiciones para
dejen de ser grupos oprimidos. Quiere decir, las mujeres, la sociedad y los Estados, respecto de la
identificación de la violencia como una expresión del
Superar situaciones de ‘explotación’: cuando los poder autoritario que debe ser prevenida, sancionada
beneficios derivados de su trabajo o energía van a y erradicada dentro de una estrategia de igualdad,
otras personas sin que éstas les recompensen democracia y paz.
recíprocamente por dicho trabajo; de ‘marginación’: El conflicto armado colombiano se ha converti-
están excluidos/as de la participación en las do en un escenario propicio para el ejercicio de las
principales actividades sociales, lo que en nuestra violencias contra las mujeres, dando lugar a
sociedad significa básicamente un lugar de trabajo situaciones impensadas de crueldad y humillación
con dignidad humana; ‘falta de poder’: viven y (violaciones, torturas, collares bomba, amputación
trabajan bajo imposiciones de otras personas; ‘im- de órganos). Indiscutiblemente, “La violencia
perialismo cultural’: como grupo están estereotipa- ejercida por todos los actores armados en sus dis-
dos/as y, a la vez, su experiencia y situación resulta tintas formas tiene expresiones de desprecio e
invisible en el conjunto de la sociedad, por lo que irrespeto a los derechos humanos para intimidar,
tienen poca oportunidad y poca audiencia para degradar y destruir la subjetividad femenina”
expresar su experiencia y perspectiva sobre los (VILLARREAL; RÍOS, 2006, p. 45).
sucesos sociales (YOUNG, 1996, p. 111). Frente a todos los hechos que a diario conoce el
país de violencia, conflicto y muerte, las mujeres le
Podemos afirmar que “salir de la opresión” es han apostado a una propuesta por la vida y la dignidad.
superar situaciones de violencia y muerte. En muchas Como lo afirma el movimiento social de mujeres y
ocasiones son las instituciones democráticas quienes feministas en Colombia, y lo sintetiza Villarreal y Ríos
son cómplices y/o las dejan en completa impunidad. (2006) las mujeres hacemos “resistencia”, entendida
ésta como la potencia que se orienta a desarrollar el
ser, es decir, la vida misma; de allí la importancia que
Las mujeres colombianas hacen propuestas se da a la fuerza del acontecer cotidiano para hacer
frente a las situaciones límite. Desde esta perspecti-
En el marco del contexto colombiano, las va, la resistencia no es una abstracción, ni es teoría,
instituciones del Estado defienden una supuesta de- sino que, por el contrario, es percibida como una
mocracia. Sin embargo, es una sociedad cargada de práctica; por ello se la relaciona con la fuerza vital.
intolerancia, de la no aceptación al disenso, de la La resistencia tiene la fuerza del acontecer cotidia-
negación de conflictos sociales, políticos y no, construye de modo persistente las alternativas para
económicos, sin dejar de lado la violencia y escalada denunciar abusos sistemáticos del ejercicio del po-
del conflicto armado. der, genera así mismo estrategias para sortear las
Es imposible que la violencia en sus múltiples for- arbitrariedades de una organización social desigual.
mas se aborde exclusivamente como un problema De alguna forma refleja lo señalado por Suárez
aislado o alejado de la realidad o del contexto social, (2004) y varias organizaciones de Derechos Huma-
nos en Colombia: los procesos de migración forzada mujeres y su amplia vinculación al sector informal
en Colombia, la débil configuración del Estado y la con salarios miserables. También ha sido el movimien-
creciente crisis humanitaria y o social de mujeres y feminis-
de derechos humanos, que es tas el que ante la comunidad
a su vez contexto y resultado El Movimiento Social de internacional denuncia las
del persistente conflicto Mujeres en Colombia, le ha violaciones cometidas por los
crónico social y armado que actores armados contra el
se expande a pasos agigan- apostado a hacer incidencia cuerpo de las mujeres, jó-
tados, son el escenario en el venes, niñas y niños.
cual la población queda a política, entendida ésta como La reflexión que se pro-
merced de la buena voluntad mueve desde el movimiento
del gobierno, que en la mayoría una estrategia de social de mujeres y feminis-
de casos no responde y/o deja tas para construir democra-
en la impunidad los delitos que fortalecimiento de la cia y ciudadanía es compren-
se cometen contra la der que los cambios y las
población civil. democracia y la participación condiciones de vida de las
El Movimiento Social de política de las mujeres en mujeres no se pueden “natu-
Mujeres en Colombia, le ha ralizar”, los procesos que se
apostado a hacer incidencia diversos escenarios. adelantan tanto en el ámbito
política, entendida ésta como político, económico, social y
una estrategia de fortaleci- cultural son el resultado de
miento de la democracia y la participación política de luchas y reivindicaciones históricas que las mujeres
las mujeres en diversos escenarios. Doug, citado por han liderado. Mantener posturas de resistencia, de-
Lozano (2002), indica, en términos generales, que la nuncia y exigibilidad de derechos se convierte en un
incidencia política debe ser comprendida en el ejercicio democrático válido, que indiscutiblemente
interjuego de aspectos referidos a las oportunidades se contrapone a la lógica de la violencia y la guerra
que ofrecen los sistemas políticos e institucionales; que enfrenta el país.
los recursos organizativos y las dinámicas colectivas Los movimientos de mujeres y los demás
y los marcos interpretativos que orientan sus movimientos se despliegan en la sociedad civil y en
comportamientos. ella tienen su raíz. “Son la materialización de las
De la misma manera, Duque-Arrazola, (2006, p. tendencias del mundo contemporáneo sobre la
81) hace un llamado y enfatiza sobre la postura críti- afirmación de intereses sectoriales (territoriales y
ca que debemos asumir las mujeres frente a las regionales) y especialmente de género y el mismo
apuestas políticas, al contenido temático de las agen- feminismo, materializan identidades no contenidas en
das y al escenario donde se inscriben dichas políti- las grandes diferenciaciones clasistas” (SANTANA,
cas. En sus palabras se afirma: “Las políticas tienen 1989, p. 29).
carácter sexual y de género, porque afectan diferen-
te y desigualmente a mujeres y hombres, dependiendo
de su clase social, orientación e identidad sexual, grupo Referencias
étnico, religiosidad, ubicación geográfica, edad y nivel
educativo, entre otros aspectos”, lo que significa que ASTELARRA, J. Las mujeres podemos: otra visión política.
las políticas no son neutras, poseen intencionalidades. Barcelona: Ed. Icaria, 1986.