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Junio
2014

PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LOS EXCOMBATIENTES:


REFLEXIONES DESDE SIERRA LEONA
PARA EL CASO COLOMBIANO

Maguemati Wabgou*
Rafael Quishpe Contreras**

Introducción largo del tiempo, que han desembocado en


escenarios de participación política de los
La aprehensión de la complejidad de la rea­ excombatientes de las facciones subversi­
lidad bélica y posbélica de Sierra Leona vas mediante los cuales se espera restable­
pasa por una breve descripción del país, cer la seguridad y la estabilidad política en el
que refleje sumariamente variadas aristas y país. De esta forma, desde una perspectiva
dimensiones desde las cuales nos propone­ comparativa, el presente documento bus­
mos brindar elementos de reflexión sobre la ca hacer algunos aportes al debate actual
coyuntura política colombiana, relaciona­ sobre la viabilidad de participación política
das a su vez con las actuales conversacio­ de las FARC y demás Fuerzas subversivas
nes de paz y el deseado (o eventual) perio­ en Colombia durante la era posterior a una
do de posconflicto. En ese orden de ideas, eventual firma de los acuerdos de paz en La
este sucinto análisis comparativo pretende Habana.
arrojar luz sobre las diferentes modalidades
y formas que han tomado los procesos de Sierra Leona: una breve
firma de acuerdos de paz en Sierra Leona y contextualización sociopolítica
los mecanismos de aplicación de estos a lo
Sierra Leona es un pequeño país de 71740
km², situado en el África occidental. Limi­
ta al suroeste con el Océano Atlántico, al
* Profesor. Departamento de Ciencia Política, norte con Guinea (Conakry) y al sureste
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
con Liberia. Comparte un pasado similar
Sociales, Universidad Nacional de Colombia,
sede Bogotá. Responsable del grupo Migra­ con esta última por haber sido fundada ini­
ciones y Desplazamientos-Unijus. Integran­ cialmente en 1791 también con el propó­
te del Grupo de Estudios Afrocolombianos sito de establecer allí a esclavos liberados.
(GEA-CES).Correo: mwabgou@unal.edu.co Luego de ser una colonia de Gran Bretaña,
** Estudiante. Departamento de Ciencia Po­ consiguió su independencia en 1961, con
lítica, Facultad de Derecho, Ciencias Polí­
ticas y Sociales, Universidad Nacional de
Freetown como capital. Tanto durante la
Colombia, sede Bogotá. Integrante del gru­ época de la colonización, como en el perio­
po Migraciones y Desplazamientos-Unijus. do de descolonización y en el poscolonial,
Correo: rcquishpec@unal.edu.co la explotación y los negocios en torno a
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los diamantes se convirtieron en activida­ Ahmad Tejan Kabbah, y el de Johnny Paul


des centrales para la economía del Estado. Koroma, que a su vez derrocó a Kabbah en
Además, la era poscolonial estuvo marca­ 1997. Todos estos golpes de Estado han pro­
da por una gestión caótica de los recursos vocado una profunda inestabilidad política y
del país en sucesivos gobiernos, sobre todo han contribuido a generar una aguda crisis
durante las más de dos décadas de la presi­ socioeconómica, una grave deflagración po­
dencia de Sitka Stevens (1971-85) y Joseph lítica y tensiones sociales en el país. Por ejem­
Saidu Momoh (1985-92), que hicieron de plo, la instauración del Consejo Provisional
la corrupción y la manipulación un modus del Gobierno Nacional (CPGN o NPRC, por
operandi en todos los intersticios de las es­ sus siglas en inglés) por el régimen de Stras­
tructuras del Estado. De igual manera, esta ser terminó fortaleciendo las redes de tráfico
forma de proceder y hacer la política en el ilegal de armas y mercancías al acudir a mer­
país ha ido articulándose a las redes inter­ cenarios para controlar y recuperar zonas
nacionales de tráfico de armas y recursos mineras de diamante, rutilo y bauxita en el
naturales (como las piedras preciosas) hasta territorio sierraleonés. Además, al favore­
el punto de evidenciar la participación de las cer a los integrantes del grupo étnico mende
mafias estadounidense y europea en este sobre otros grupos étnicos tanto en su go­
tipos de negocios, además de nexos con ex­ bierno como en el ejército nacional, el CPGN
cavadores de Liberia, Guinea y Nigeria, en­ terminó haciendo del etnocentrismo y el et­
tre otros. En medio de este apoyo y compli­ nicismo político herramientas de gobierno.
cidad internacional, se consolidó un vínculo Al respecto, cabe precisar que Ahmed Tejan
entre la política, la violencia, los negocios y Kabbah es mitad mende y que su Partido Po­
los intereses personales, lo cual determinó pular de Sierra Leona (PPSL o SLPP, por sus
procesos acelerados de socavamiento de las siglas en inglés) es fundamentalmente men­
débiles instituciones poscoloniales aún exis­ de. Esto es lo que explica las acusaciones
tentes, distribución desigual de los recursos, dirigidas contra el PPSL por el Secretariado
marginación política de amplios sectores de del FRU, que en repetidas ocasiones ha de­
la población, sectarismo, etnicismo político, nunciado que el partido de Kabbah margina
etnocentrismo, clientelismo, etc. políticamente a las personas pertenecientes
a los grupos étnicos no mende y emplea cri­
Lo anterior explica, en gran medida, el esta­ terios étnicos en la designación de personas
llido, en marzo de 1991, de una prolongada a altos cargos, como los ministerios del Go­
guerra civil cuyos actores son principalmente bierno. Pero, paradójicamente, se observa
los rebeldes encabezados por Foday Sankoh, que tanto la dirección del FRU como buena
del Frente Revolucionario Unido (FRU o parte de sus tropas han estado principalmen­
RUF, por sus siglas en inglés), las fuerzas ar­ te compuestas por personas del grupo étnico
madas sierraleonesas, milicias y mercenarios. temne. Prueba de ello es que el propio Foday
Así, entre 1991 y el 2001, Sierra Leona fue Sankoh, comandante en jefe del FRU, y la
azotada por una cruenta guerra de sucesión mayoría de sus lugartenientes son de la etnia
interna, marcada por una serie de golpes de temne y luchan, según ellos, contra la hege­
Estado entre los cuales se destacan el lide­ monía política mende.
rado por el capitán Valentine Esegragbo
Strasser en 1992, el dirigido por el brigadier En medio de este panorama poco alentador,
Julius Maada Bio en 1996, que entregó en Sierra Leona se convierte en un polvorín po­
este mismo año el poder al gobierno civil de lítico donde se evidencian vestigios del colo­

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nialismo, el tráfico ilegal de diamantes y otras partido político, el cual debería entrar a
piedras preciosas, la búsqueda desesperada competir por el acceso al poder y los cargos
de la construcción del Estado-nación, etc. estatales. Sin embargo, dicho tránsito no se
Entre 1991 y el 2001, Sierra Leona sufrió las pudo realizar debido a la intensificación de
consecuencias de un devastador conflicto la ola de violencia impulsada por los bandos
interno, cuyos efectos se dejarán sentir du­ en confrontación derivados de la alianza
rante las décadas posteriores sobre las gene­ del FRU con elementos disidentes de las
raciones futuras, pese a las iniciativas de ter­ fuerzas militares, agrupados en el Conse­
minación de las hostilidades y construcción jo Revolucionario de las Fuerzas Armadas
de la paz en el posconflicto. Aquí, los retos (CRFA o AFRC, por sus siglas en inglés), y
para la construcción de una paz duradera se golpistas (implicados en el golpe de Estado
vuelven fundamentales para la reflexión en perpetrado contra el presidente Kabah en
torno a los procesos de integración política 1997). Dicha alianza se convirtió en una
de los excombatientes del FRU, lo que nos fuerza estratégico-militar, que se caracteri­
obliga a considerar los dos acuerdos de paz zó por un dominio del FRU en los cascos ur­
(Abiyán, 1996, y Lomé, 1999) y, en particu­ banos como Freetown, lo cual significó una
lar, las disposiciones contempladas en dichos crisis humanitaria sin precedente en el país,
acuerdos para garantizar la participación cada vez más aislado, y supuso inestabili­
política de los excombatientes y asegurar dades de todo tipo para el sistema político
su implicación en la competencia electoral, sierraleonés.
como actores políticos, durante las eleccio­
nes del 2002 y el 2007 realizadas en pleno Luego de operativos desarrollados por tro­
periodo de posconflicto. pas nigerianas que hacían parte de las Fuer­
zas de mantenimiento de la paz de la Comu­
Acuerdos de paz en Sierra Leona nidad Económica de los Estados del África
del Oeste (Cedeao) junto con la milicia local
El primer acercamiento de negociación en­ —Fuerzas de Defensa Civil (FDC)— a ini­
tre el FRU y el Gobierno nacional (que re­ cios de 1998, Kabah es instalado de nuevo
presentaba al partido PPSL) da como resul­ en la presidencia tras su derrocamiento en el
tado el Acuerdo de paz de Abiyán, en 1996, año anterior, y tanto el FRU como el CRFA
el cual fue acompañado por múltiples orga­ son expulsados parcialmente de Freetown
nismos internacionales y contó con la inter­ y otras zonas urbanas del país y se replie­
mediación y el auspicio de Costa de Marfil, gan hacia las zonas rurales y circundantes
entre otros gobiernos del continente africa­ a las ciudades. Sin embargo, en medio de la
no. Dicho acuerdo “promete, en parte, un alta probabilidad de que el FRU se asenta­
cese de hostilidades, la conversión del RUF ra de nuevo en la capital, el 6 de enero de
en un partido político, amnistía para los 1999 estalla una vez más la confrontación,
miembros del RUF, desarme y desmoviliza­ tras lo cual la alianza que conforma la jun­
ción de sus combatientes, disminución de ta FRU-CRFA logra volver a Freetown, con
las fuerzas armadas y la retirada del país de un efecto violento devastador al cometer
los mercenarios del Executive Outcomes” atrocidades generalizadas con un saldo final
(Lord,2001: 164). de 5000 a 6000 personas muertas. Aunque
la junta fue de nuevo expulsada de la capi­
Dentro de estos acuerdos, se contempla tal por las fuerzas nigerianas, estos nuevos
la transformación del grupo armado en un acontecimientos violentos no dejaron indi­
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ferentes ni a la clase política sierraleonesa, y el Tribunal Especial de Naciones Unidas


ni tampoco a la comunidad internacional, para el caso particular4.
africana y no africana, que promovieron
nuevas conversaciones para la solución de­ En materia de integración política y gober­
finitiva del conflicto interno. Bajo la presión nanza, el acuerdo contempla, de nuevo, la
creciente de diversos organismos interna­ transformación del FRU en un partido polí­
cionales y dada la propia dinámica interna tico, además de la conformación de un Go­
del conflicto, el presidente Kabbah accede bierno de Unidad Nacional (GUN) con Fo­
en 1999 a dialogar de nuevo principalmente day Sankoh, comandante en jefe del FRU,
con la insurgencia del FRU en Lomé, la ca­ como vicepresidente de la nación. Adicio­
pital de Togo. nalmente, se brindan siete cargos ministe­
riales a miembros del grupo armado y se
Así, se ponen en marcha nuevas negocia­ acuerda la creación de la Comisión para
ciones entre gobierno de Kabbah, del parti­ el Manejo de los Recursos Estratégicos, la
do PPSL, y las fuerzas subversivas del FRU. Reconstrucción Nacional y el Desarrollo
La firma de este acuerdo entre las partes, (CMRRD, por sus siglas en inglés), cuya di­
bajo la presión nacional y con el acompa­ rección será igualmente ofrecida a Sankoh
ñamiento internacional, abrió la posibilidad (Omotola, 2007: 40-41).
de organizar elecciones libres para todas las
formaciones políticas del país, precedidas Un balance de los acuerdos de paz en tér­
de una transición política marcada por el minos del programa de Desmovilización,
reparto del poder entre el gobierno de Ka­ Desarme y Reinserción (DDR) nos permite
bbah y el FRU y el despliegue de tropas de indicar que pronto, en 1998, se pusieron en
paz de la ONU para ayudar al desarme y marcha procesos enmarcados en la justicia
la desmovilización. De esta manera, se pro­ transicional con el desarrollo de dicho pro­
duce el Acuerdo de Lomé, el cual contempla grama, el cual contó con el decidido apoyo
amnistía general y total para la insurgencia de las Naciones Unidas y culminó a inicios
del FRU (aunque con matices) y la creación del 2002, cuando oficialmente se declaró el
de la Comisión de Derechos Humanos2, la fin de la guerra civil. Pese a las dificultades
Comisión de la Verdad y la Reconciliación3 encontradas a lo largo de la aplicación del
plan, sus resultados fueron importantes al
cabo de cuatro años: a enero del 2002 se
registraban cerca de 72500 combatientes
desmovilizados, de los cuales el 6,48 % eran
2 La cual tenía como principal función “supervi­
niños —92 % niños y 8 % niñas— (Unicef,
sar el cumplimiento de las obligaciones inclui­ 2005: X y 16).
das en los tratados, promover la conformidad
con las leyes nacionales e internacionales y
facilitar la puesta en marcha de las recomen­
daciones de la Comisión para la Verdad y la 4 El Tribunal Especial para Sierra Leona fue
Reconciliación” (“Sierra Leona”, s. f.: 2). creado en el 2000 mediante resolución 1315
de Naciones Unidas, y se encargó de perse­
3 Creada con el objetivo de “hacer frente a la guir a los acusados de graves crímenes contra
impunidad, dar respuesta a las víctimas, pro­ el derecho internacional. El caso más sonado
mover la curación y la reconciliación y preve­ hasta el momento fue la detención y poste­
nir una repetición de las violaciones y abusos rior condena a cincuenta años de prisión al
perpetrados” (ibíd.). expresidente liberiano Charles Taylor.

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Sin embargo, el mecanismo del GUN, con­ situación es necesario conocer la comple­
templado en los acuerdos de paz y poste­ ja naturaleza del grupo armado, el cual, a
riormente implementado, se tradujo más en diferencia de otros grupos insurgentes, no
un problema de gobernanza que en una so­ contaba con un proyecto político definido
lución efectiva para la participación política y carecía de legitimidad y apoyo tanto na­
de la cúpula de excombatientes del FRU, en cional como internacionalmente debido a
la medida en que, muy pronto, se hicieron sus prácticas de guerra asociadas al tráfico
evidentes las tensiones al interior del go­ ilegal de diamantes, el terror y la brutali­
bierno de “unidad” derivado de este acuer­ dad (International Crisis Group, 2002: 8).
do. Además, los vínculos e intereses que Teniendo en cuenta la heterogénea con­
aún conservaba Sankoh como jefe rebelde, formación del FRU, es posible deducir
mientras ejercía su cargo estratégico desde el carácter heteróclito de los intereses y
la CMRRD, le permitieron nutrir su persis­ comportamientos tanto de su comandan­
tente afán de poder, fortalecer su codicia cia como del resto de sus combatientes.
—en términos de búsqueda y acumulación Dichas diferencias serán, sin duda alguna,
de recursos minerales— y capitalizar recur­ fundamentales para la aprehensión del gra­
sos para reforzar la economía de guerra del do y las dinámicas de participación política
FRU en caso de que los acuerdos se rompie­ de los excombatientes en el sistema políti­
ran (ibíd.: 42). En este contexto de fragilidad co de Sierra Leona en distintos momentos
política derivada de una gobernanza débil y de los intentos de resolución del conflicto y
un malestar político salpicado de descon­ durante el posconflicto.
fianza política y tensiones partidistas, en­
tre otros, se proyecta la organización de las Por un lado, se observa que el FRU está
elecciones de 2002 como una etapa sublime compuesto por un gran número de jóvenes
del largo camino hacia la paz, que abriría los iletrados, excluidos social, política y econó­
pasos definitivos de la construcción y conso­ micamente, que vieron en la vía armada una
lidación de la Paz en Sierra Leona. forma de empoderamiento para conseguir
beneficios personales. Además, cuenta con
Periodo de posconflicto: un sinnúmero de menores reclutados for­
reintegración política y comicios zadamente para participar en actividades
electorales (2002-2007) ilegales como el tráfico de diamantes. Así
mismo, como ejército y luego como partido
Tras el intento fracasado de participación político, los dirigentes del FRU evidencian la
política de los mayores dirigentes del FRU, poca o nula preparación de sus bases para
en los años anteriores y dentro del mar­ reintegrarse políticamente. De hecho, algu­
co de las negociaciones de paz, el periodo nos de los sectores del FRU más reticentes
de posconflicto de 2002 a 2007 se perfila a la paz simplemente ignoran el proceso de
como una oportunidad para la reintegra­ entrega y dejación de armas, y prefieren in­
ción política del FRU como partido político. gresar a bandas criminales, el crimen orga­
Sin embargo, la participación del FRU en las nizado, grupos de actividades económicas
primeras elecciones del año 2002 también ilegales o ilícitas, pandillas involucradas en
fracasó, en la medida en que solo obtuvo delincuencia callejera o de orden común,
un 2,2 % de los votos para el Parlamen­ etc., situación que choca con los intereses
to y un 1,7 % para la Presidencia (Mitton, y la orientación de los dirigentes de la nue­
2008: 202). Ahora bien, para entender esta va organización política, integrada a la vida
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civil. Ello nos hace pensar en la necesidad APC), de Ernest Bai Koroma, considerado
de medidas y mecanismos de acompaña­ el principal partido de oposición, y el Partido
miento del proceso de reincorporación po­ de Liberación y Paz (en inglés, Peace and
lítica de las bases de los grupos insurgentes Liberation Party, PLP), liderado por Johnny
como garantías esenciales para la partici­ Paul Koroma, exdirigente del CRFA. Exis­
pación política de los excombatientes en ten por lo menos tres factores que explican
escenarios de posconflicto. Este contexto el estrepitoso fracaso electoral y orgánico
convoca a la mayor conciencia y determi­ del PFRU luego de los acuerdos de paz de
nación de las autoridades nacionales y la Lomé de 1999. En primer lugar, en los ex­
comunidad internacional en ese sentido: se combatientes rasos persistió una preocupa­
requieren iniciativas de carácter preventi­ ción mayor por su subsistencia económica y
vo, pedagógico y educativo, principalmente sus necesidades básicas que por la ideología
articuladas a los medios de comunicación política del naciente partido, lo cual mermó
y dirigidas a las bases de las formaciones significativamente el número de afiliados al
armadas insurgentes; pero sin obviar a las partido y frenó, sobre todo, la adhesión a
Fuerzas Armadas, la Policía y otros am­ este de buena parte de los jóvenes excom­
plios sectores de la población susceptibles batientes (Mitton, 2008: 201-204). En se­
de convertirse en enemigos de la paz o de gunda instancia, ocurrió un distanciamiento
reforzar sus posiciones en contra de la hoja irremediable entre cúpula y base, ya que
de ruta diseñada para avanzar hacia esta. esta última percibió a la primera como in­
Evidentemente, la participación política tegrada por corruptos que habían sacado
dentro de la democracia liberal requiere no provecho de su posición, en contraste con
solo de saber manejar y mantener un parti­ los soldados rasos, que se encontraban en
do político a flote, sino de una serie de nor­ precarias condiciones económicas y que
mas y códigos propios, que permiten trami­ buscaron, por lo tanto, otras vías de expre­
tar mediante la interacción política pacífica sión política, casi siempre en los partidos
las diferentes reivindicaciones, elementos tradicionales (International Crisis Group,
de los que claramente carecían los recién 2002: 8). Finalmente, y con la mayoría de
desmovilizados del FRU, quienes necesita­ líderes del FRU en la cárcel, se hizo cada
ban una inducción a la sociedad civil como vez más difícil un manejo eficaz del partido
una etapa previa a su reintegración a esta político por parte de la poca dirigencia que
(Mitton, 2008: 197). aún quedaba. Esta escasa dirigencia entró
igualmente en confrontación, lo cual supu­
Por lo anterior, como partido político, la so una erosión y fragmentación interna que
nueva versión del FRU (PFRU, por sus siglas contribuyó igualmente al pobre desempeño
en inglés) no respondió eficientemente al del FRU en las urnas (ibíd.), al no ganar ni
nuevo orden político derivado de los acuer­ siquiera un escaño en el parlamento.
dos de paz, que implicaba hacer frente a
las nuevas exigencias y reglas de juego en Para el 2007, fecha en que se celebraron
el marco de la competencia electoral. Así, los segundos comicios electorales de la era
perdió las elecciones del 2002, en las cua­ posconflicto, el PFRU anunció su fin como
les participaron el Partido Popular de Sierra partido político y, por tanto, su declinación
Leona (PPSL o SLPP, por sus siglas en in­ a participar en dichas elecciones. La princi­
glés), de Kabbah; el Partido del Congreso pal razón que arguyeron los miembros del
del Pueblo (en inglés, All People’s Congress, PFRU fue la falta de apoyo económico por

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parte del Gobierno nacional y de los orga­ nes del 2007 (Mitton, 2008: 213). Esto, sin
nismos financieros, lo cual desembocó en duda alguna, representa un riesgo para los
una bancarrota irremediable del partido. procesos de reintegración política ya que
Esta situación obliga a poner sobre la mesa “tanto partidos como líderes están sirvien­
de negociaciones de paz y en los escenarios do para reconectar a los excombatientes
de debate y reflexión en torno a la cons­ con la violencia en oposición a consolidar
trucción de esta en tiempos de posconflic­ su rechazo hacia ella” (ibíd.: 214).
to el tema de la financiación de los parti­
dos políticos tradicionales y minoritarios en Más allá de los acuerdos de paz
general, y del/los partido/s derivado/s del/ y los comicios electorales.
los grupo/s insurgentes en particular, como Puesta en marcha de reformas
mecanismos esenciales para garantizar el estructurales en el posconflicto
ejercicio democrático con carácter equi­ sierraleonés
tativo y transparente. La verdad es que la
supervivencia de los partidos minoritarios Ahora bien, aparte de los motivos que aca­
y los nuevos partidos de excombatientes bamos de esgrimir para explicar los proble­
es saludable para la democracia plural, di­ mas derivados de la participación política
versa e incluyente. Más aún cuando en el efectiva del PFRU en las elecciones, apun­
posconflicto se requiere construir, por un tamos también algunos factores estruc­
lado, una cultura política de transparencia turales de la crisis del sistema político de
que contribuya a limitar los riesgos de fi­ Sierra Leona que no han favorecido dicha
nanciación ilegal de los partidos, sus cam­ participación y que pervivieron desde la
pañas y demás actividades políticas, y, por época de la guerra hasta hoy. Estos proble­
otro lado, la confianza entre actores polí­ mas se mantienen en el periodo de normali­
ticos del país, azotado por años de hostili­ zación política, de modo que complejizan y
dades y conflictos armados internos. Con obstaculizan la reintegración exitosa de los
su disolución, el grueso del PFRU se unió al excombatientes en la vida política. En este
principal partido de oposición (APC), cuyo orden de ideas, deben superarse si se quiere
candidato presidencial, Ernest Bai Koroma, avanzar hacia la consolidación democrática
resultó victorioso y es el actual mandata­ en el escenario del posconflicto.
rio del país5. Tras la desaparición del PFRU
del espectro político partidista de Sierra Por un lado, la corrupción endémica que
Leona, hay evidencias de la utilización de aqueja al país mina sin duda alguna la con­
algunos excombatientes en actos de inti­ fianza que tienen los excombatientes en
midación política y crímenes en las eleccio­ las instituciones y, más ampliamente, en
la democracia en conjunto. Resultan preo­
cupantes los aún precarios resultados de la
5 Frente a los comicios del 2007 cabe resaltar lucha contra la corrupción en Sierra Leona,
la alta participación de la sociedad civil, así más aún cuando se ha creado la Comisión
como el llamativo caudal electoral que logró Anticorrupción (ACC, por sus siglas en in­
el anterior partido de oposición y nuevo par­ glés) y cuando los donantes internacionales
tido de gobierno: el APC logró 59 escaños,
han invertido cuantiosas sumas de dinero y
frente a los 43 del PPSL y los 10 del Movi­
miento Popular para el Cambio Democrático esfuerzos para mitigar dicha problemática
(en inglés, People’s Movement for Democratic (Mateos, 2011: 371). La influencia e inter­
Change –PMDC- (Mateos, 2011: 337). ferencia del Gobierno nacional en las inves­
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tigaciones adelantadas por dicha comisión en el 2002, cerca de un 50 % de los desmo­
y el uso estratégico de esta para castigar a vilizados de Sierra Leona (incluidos excom­
los opositores (International Crisis Group, batientes del FRU, las Fuerzas Armadas
2002: 16) han sido algunos de los obstácu­ Sierraleonesas, el Consejo Revolucionario
los que impiden consolidar la transparencia, de las Fuerzas Armadas, las Fuerzas de De­
independencia y eficacia de este órgano fensa Civil; respectivamente, SLA, AFRC y
de control. Por cierto, para el 2006, Sie­ CDF, por sus siglas en inglés) afirman que
rra Leona se encontraba en el puesto 126 las oportunidades de empleo son las mismas
(de 142) en el indicador de la organización o peores que antes de la guerra. Los resul­
Transparencia Internacional (Mateos, op. tados son preocupantes ya que muchas de
cit.: 371). Esta situación hace pensar que las personas desmovilizadas tenían altas
“mientras la política siga siendo entendida expectativas frente a la integración econó­
como un modo de enriquecimiento y un mica y laboral al momento de dejar las ar­
juego de suma cero, Sierra Leona no logra­ mas. Según la Asociación Internacional de
rá estabilidad y la erradicación de todos sus Fomento (2007: 7), “la alta tasa de desem­
persistentes males” (Mateos, 2007b: 9). pleo, el analfabetismo generalizado y algu­
nos de los peores indicadores de salud del
Por otro lado, si bien la ayuda internacional mundo contribuyen a una impresionante
ha sido un elemento clave en la reintegra­ tasa de pobreza del 70 %, con una esperan­
ción de los excombatientes, al fortalecer su za de vida de apenas 41 años”. Lo que signi­
interacción política pacífica en el ámbito lo­ fica que la puesta en marcha de procesos de
cal (Mitton, 2008: 206), también cuestiona integración y participación política debe ir
la capacidad del Estado y de sus institucio­ de la mano con mecanismos de integración
nes para continuar, en el largo plazo, con di­ económica y laboral de los excombatientes,
cho proceso de reintegración. Aquí suscri­ mediante programas y talleres de formación
bimos los planteamientos de Mitton (ibíd.: y capacitación con enfoque diferencial, diri­
206-207) según los cuales no puede consi­ gidos a ellos y que faciliten su reincorpora­
derarse como integración política la partici­ ción a la vida y la sociedad civiles.
pación de los excombatientes en proyectos
de ONG y grupos de la sociedad civil, los Además, muchos de los excombatientes
cuales dependen en gran medida de acto­ que se encuentran en precariedad económi­
res externos y fondos de donantes. Debe ca son jóvenes deseosos de tener una buena
ser, en últimas, el Estado de Sierra Leona educación, trabajar y mejorar sus condicio­
—y sus instituciones—, y no las organiza­ nes materiales de existencia. Sin embargo, ni
ciones no gubernamentales y los donantes el Estado, ni los partidos políticos tradiciona­
internacionales, el que genere credibilidad les han sido capaces de responder a las de­
y confianza en los procedimientos demo­ mandas de este sector social, lo que conlleva
cráticos y en la efectiva canalización de las a una desesperanza frente a los espacios de
demandas de la sociedad civil. oportunidad posibles que abre la posibilidad
de que estos gremios juveniles sean procli­
A continuación, la garantía de la estabili- ves a convertirse en un “caldo de cultivo
zación económica es, sin duda alguna, con­ para la movilización y la manipulación” (Ma­
dición fundamental para lograr una rein­ teos, 2007a: 52) y recaigan en la violencia
tegración política exitosa. En un estudio como el mecanismo predilecto para tramitar
realizado por la Universidad de Columbia las demandas de carácter político ante el Es­

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tado o garantizar sus mínimos de subsisten­ el tradicional reparto del voto a lo largo y
cia. Tal posibilidad facilita que “de nuevo las ancho del territorio nacional. Sin embargo,
condiciones económicas estén causando la estas elecciones fueron precedidas de in­
marginación política de los combatientes del tensos trabajos de fundamentación de los
RUF” (Mitton, 2008: 210). pilares del proceso de descentralización,
mediante acciones como la aprobación, en
Finalmente, en el campo del ordenamiento el mes de marzo del mismo año, del Local
territorial y el manejo de centros políticos Government Act, mediante el cual se ins­
de decisión, se requiere descentralizar el sis- titucionalizaron las “principales estructu­
tema de toma de decisiones a nivel nacional ras organizativas del Estado, estableciendo
para reforzar los núcleos de poder a nivel una separación de funciones entre el Go­
departamental y local, lo que contribuiría a bierno central, el de los consejos de distrito
un mejor funcionamiento de los mecanis­ y el de los chiefdoms (subunidad en la que
mos de toma y ejecución de decisiones en los jefes tradicionales eran los principales
las zonas más alejadas del centro político. responsables)” (Sessay et al., 2009: 60, en
Al respecto, cabe resaltar el hecho de que, Mateos, 2011: 338). Según el informe de
pese a las enormes dificultades que presen­ Conciliation Resources (Drew y Ramsbo­
ta el sistema político en Sierra Leona para tham, 2012: 30), “en el nuevo sistema local
reintegrar exitosamente a los excomba­ de gobierno, el más alto nivel de autoridad
tientes del FRU, existen algunos avances política es el consejo local. El Acto 2004
relevantes y significativos que pueden co­ creó 19 consejos locales, 12 consejos dis­
adyuvar a profundizar la democracia más tritales, 1 consejo distrital rural, 5 concejos
allá de las decisiones y actuaciones del Go­ municipales y un consejo de ciudad”.
bierno. Específicamente nos referimos a los
procesos de restauración de las autoridades Así, en los años posteriores, se implemen­
tradicionales y consejos locales, y a los pro­ taron muchas de las iniciativas diseñadas en
cesos de descentralización política que se esta etapa, lo que no impidió que el Secre­
han desarrollado en el país desde el 2004, tariado de la Descentralización adelantara,
pero cuyos inicios se remontan a finales del en el 2008, un primer informe de revisión y
2002, con la creación del Ministerio para seguimiento del proceso de descentraliza­
el Gobierno Local y el Desarrollo Comuni­ ción, en el cual resalta algunos resultados
tario y el Secretariado para la Descentrali­ ambiguos en ciertos aspectos, tales como
zación, junto con la puesta en escena del la práctica de la “dedocracia” —seleccionar
Equipo de Descentralización y Gobierno ,en algunos casos, los miembros de los con­
Local. El impacto de todas estas medidas, sejos más por afinidades clientelares y lazos
en la práctica, se refleja esencialmente en amistosos que por criterios inscritos en las
la promoción de la participación ciudada­ prácticas tradicionales del sistema político,
na, desde las bases rurales, en la toma de pasando por alto, atropellando o confron­
decisiones políticas para el desarrollo de las tándolos poderes tradicionales—.
comunidades locales. De allí en adelante,
destaca la celebración de los primeros comi- Este mecanismo de seguimiento y evalua­
cios locales, en mayo del 2004, que, pese a ción ha permitido poner en marcha proce­
las limitaciones reflejadas en la denuncia de sos más eficientes de gestión del sistema
algunas irregularidades, se constituyó en un de descentralización para que los consejos
hecho político importante que resquebrajó locales puedan hacer significativas contri­
Número 4 / Junio de 2014

buciones al desarrollo y avance de Sierra terfaz entre la Sociedad Civil y el Estado


Leona hacia la paz definitiva: “la descen­ para mejorar la Vida de la Gente Pobre [en
tralización es importante para la construc­ inglés, Enhancing Interaction and Interface
ción de la paz en Sierra Leona, en particu­ Between Civil Society and the State to Im­
lar en las comunidades rurales. Teniendo prove Poor People’s Lives –ENCISS–] […]
en cuenta la falta de conexión entre el go­ o estrategias de empoderamiento de las mu-
bierno y el pueblo y la sensación de muchos jeres y de las organizaciones de las mujeres”
sierraleoneses de enajenación desde el Es­ (Castillejo, 2008, en Mateos, 2011: 339).
tado, se puede decir que los cuerpos más
eficaces del gobierno local están en mayor En este contexto de construcción de paz
capacidad de mediar en los conflictos y las posbélica, no cabe duda de que la descen­
señales de advertencia de puntos de con­ tralización puede constituirse en un meca­
flicto. Mejores relaciones entre el gobierno nismo potenciador de la participación y las
local y central pueden ayudar a conectar a capacidades políticas de los excombatien­
los ciudadanos marginados con las estruc­ tes y de la población civil, históricamente
turas políticas centrales” (ibíd.: 33). marginada, a nivel local. De esta manera,
se busca incrementar el empoderamiento
Al margen de estas estrategias de descen­ de las personas frente a las problemáticas
tralización y del proceso electoral a nivel lo­ particulares que pueden enfrentar sus co­
cal, existen iniciativas volcadas en proyec­ munidades facilitando la toma de decisiones
tos de infraestructura, como el suministro desde las bases populares y las zonas más
agua e instalaciones sanitarias, la renova­ remotas del país, lo cual brinda posibilidades
ción de escuelas primarias ola construcción reales de interlocución más directa desde lo
salones de clase y edificios de oficinas. Por local con las autoridades políticas del país.
ejemplo, los consejeros de Freetown han
usado los proyectos de autoayuda para re­ Reflexiones desde Sierra Leona
parar caminos, puentes y otras infraestruc­ para el caso colombiano
turas públicas. De igual manera, algunos
consejos locales ofrecen becas educativas A modo de cierre del presente análisis de
a las comunidades. Todo ello va de la mano los acuerdos de paz y de la posguerra en
con otras transformaciones estructurales Sierra Leona, consideramos que algunos
operadas a nivel nacional: “El ámbito de la temas tratados pueden arrojar luces tanto
democratización y la participación política sobre la agenda de las actuales negocia­
también ha contemplado en estos años ini­ ciones de paz en Colombia como sobre
ciativas como por ejemplo: la reforma del la construcción de la paz en el eventual y
funcionariado y de la administración pú­ deseado posconflicto. Esto es posible ya
blica (mediante el Secretariado de Refor­ que el conflicto colombiano deja ver algu­
ma de la Gobernanza), el fortalecimiento nos elementos similares a los del conflicto
de los partidos políticos o de instituciones en Sierra Leona. Por ejemplo, el hecho de
como el Parlamento, varias reformas de la que en este último las rivalidades por la
Carta Magna, la transformación de los ser­ supremacía política y el control sobre los
vicios de radiodifusión nacional, la promo­ diamantes caracterizaron fuertemente la
ción y fortalecimiento de las organizacio­ situación, en el sentido de que todos los ac­
nes de la sociedad civil (con la coordinación tores implicados en la guerra “han confiado
del llamado Mejorando la Interacción e In­ en las cambiantes redes de proveedores y

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comerciantes de diamantes para extraer y trucción de paz demuestran la importancia
transportar los diamantes a los mercados. de concebir la participación política de los
La mayor parte de los diamantes de Sierra excombatientes más allá de la creación de
Leona llega al mercado mundial por medio un partido político que se sume a la compe­
de Liberia, a causa de su proximidad con los tencia electoral. Implica también, y sobre
principales campos de diamantes y a la au­ todo, la construcción y el fortalecimiento
sencia de controles” (Lord, 2001: 151). de ciudadanía, de modo que el sistema de
valores de la cultura política logre reivindi­
Por su parte, similar a lo ocurrido en Sierra car la tramitación pacífica de los conflictos
Leona, el conflicto armado colombiano re­ y rechace cualquier expresión de carácter
vela elementos históricos y estructurales violento. En este orden de ideas, en Co­
tales como la lucha por controlar, defender lombia la definición de mecanismos de par­
y explotar territorios, el paramilitarismo y ticipación política de los integrantes de las
las desigualdades sociales entre el campo y FARC-EP es un tema de la agenda de nego­
la ciudad. De igual manera, existen facto­ ciaciones de paz que se debe abordar con
res económicos que alimentan la guerra (o serenidad, seriedad y respeto mutuo para
más bien la economía de guerra), como las acordar clara y exhaustivamente las reglas
actividades ilícitas —el narcotráfico (o la de juego de este proceso participativo.
producción y el tráfico de drogas ilícitas), el
tráfico de armas, el lavado de dinero, entre 2. Las dinámicas internas del grupo belige­
otras—.Y, sin duda, las experiencias inter­ rante en Sierra Leona evidencian riesgos de
nacionales de posguerra en general, y sierra­ ruptura entre el secretariado del FRU y los
leonesas en particular, nos hacen pensar que combatientes de las bases de la formación
el deseado posconflicto colombiano augura rebelde debido a problemas de confianza,
un campo minado de todo tipo de violencia desarticulación de acciones estratégicas en
derivada de los mercados de esta, que inclu­ el terreno, deficiente gestión pedagógica y
yen la delincuencia organizada, las bandas comunicativa de las negociaciones de paz,
criminales emergentes (las llamadas Ba­ entre otros. Esta situación conduce a po­
crim), las redes ilegales de secuestradores y sibles distanciamientos cúpula-base en la
traficantes de droga y demás. Sin embargo, insurgencia tanto en el desarrollo de las ne­
nosotros apostamos por la puesta en mar­ gociaciones como en la concreción de los
cha de procesos de construcción de la paz acuerdos. Por eso es necesario evitar este
anhelada, con justicia, verdad, reparación y tipo de situación en el caso colombiano, ya
reconciliación en el marco de la edificación que debilidades en la interlocución o el con­
de una democracia plural e incluyente. Estas senso entre estas dos instancias generarán
consideraciones nos permiten extraer por lo problemas tanto en la identificación de los
menos ocho ejes de las experiencias de Sie­ militantes con sus líderes como en la cohe­
rra Leona, que pueden ser de utilidad para sión interna del partido político de los ex­
nutrir reflexiones, desde un enfoque com­ combatientes que nazca tras la firma de los
parativo, en torno a los alcances futuros de acuerdos. En este sentido, los comandan­
las negociaciones de paz en La Habana que tes de las FARC-EP deben garantizar a sus
desembocarían en un periodo posbélico: futuros excombatientes que las decisiones
que se tomen en los acuerdos de paz no se­
1. Las experiencias de Sierra Leona en ma­ rán excluyentes en el sentido de beneficiar
teria de resolución del conflicto y cons­ solamente a la cúpula del grupo armado.
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3. Los acuerdos exitosos en materia de in­ permitían mantener a flote su proyecto


tegración, inserción, reintegración o rein­ militar en tiempos de confrontación arma­
serción social y política requieren de una da. En Colombia, la desvinculación de las
compresión a cabalidad tanto del sistema FARC-EP de spoils como la coca o la minería
político como de la naturaleza del grupo ilegal serán, sin duda alguna, determinan­
armado que quiere reintegrarse política­ tes para evitar la reincidencia de los excom­
mente con el ánimo de respetar las reglas batientes en actividades ilegales asociadas
de juego acordadas en la mesa de negocia­ con la violencia, que pueden derivar incluso
ciones. Lo que sucedió en Sierra Leona en en la transformación de los excombatientes
materia de desmovilización y reinserción en spoilers o perturbadores de paz (Nussio,
social con enfoque diferencial de género y 2009: 224).
generación llama mucho la atención para
pensar el caso colombiano, en el cual tam­ 6. Así pues, todo proyecto de reintegración
bién se registra la práctica de reclutamiento política debe desarrollarse de la mano con
forzado de menores de edad por sectores una reintegración económica que brinde
de las FARC-EP, como lo hizo el FRU en oportunidades para que los excombatien­
Sierra Leona. Es necesario tener en cuenta tes se inserten al mercado laboral. Enten­
esta dimensión en los planes de desmovi­ diendo que muchos de los soldados rasos
lización, desarme y reinserción (DDR) con de la guerrilla de las FARC-EP son campesi­
el fin de reparar los daños que el conflicto
nos, las oportunidades deberán focalizarse
ocasiona en la niñez y la población juvenil
en el desarrollo del sector rural (Nussio &
de ambos sexos reclutada por los actores
Howe, 2012). En el caso de Sierra Leona se
del conflicto. Esto se consigue asegurando
ha evidenciado que la marginación econó­
su reintegración social en el momento de la
mica ha sido tanto causa como consecuen­
desmovilización de las FARC-EP, para ofre­
cia de la histórica exclusión política sufrida
cerles un futuro mejor.
por los sectores rurales desconectados de
4. Se vislumbra un largo camino para el es­ Freetown, centro de poder.
tablecimiento de las FARC-EP como una
fuerza política de amplio caudal electoral 7. Se hace necesario emprender procesos
dentro de un sistema político caracteriza­ de reforma institucional que fortalezcan el
do por el clientelismo, la connivencia en­ ejercicio democrático en un ambiente de
tre legalidad e ilegalidad y un bajo nivel de transparencia, libre de corrupción e inte­
organización de la sociedad civil. Por esta reses particulares: tanto Colombia como
razón, es necesario que dicha organización Sierra Leona comparten una historia de
empiece a elaborar estrategias participa­ corrupción endémica, que se debe erradi­
tivas útiles para frenar el distanciamiento car si se pretende generar confianza de los
entre sociedad e insurgencia, en gran par­ excombatientes en las instituciones y los
te debido a sus prácticas tradicionales de procedimientos democráticos. Más aún, en
guerra, como el reclutamiento forzoso y el el caso colombiano pervive la connivencia
secuestro, entre otras. entre actores legales e ilegales en el ejer­
cicio de la política regional y nacional (el
5. El mantenimiento de los acuerdo de paz fenómeno de la para-política es un claro
requiere que el grupo armado logre desco­ ejemplo de ello), lo cual impide el fortaleci­
nectarse de las economías de guerra que miento y la profundización de la democra­

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cia y deslegitima las instituciones a los ojos mas sociales dirigidos a los más jóvenes de
de la ciudadanía. la población colombiana en general, y sobre
todo a los de los sectores más afectados por
8. En el marco de las reformas estructurales el conflicto; focalización en la protección de
del sistema político necesarias para garanti­ personas vulnerables, en aras de prevenir su
zar una reintegración exitosa de los excom­ posible reclutamiento por bandas de crimen
batientes, se debe prestar mayor atención organizado y de orden común; defensa de
al fortalecimiento de la descentralización los grupos étnicos (afrocolombianos e indí­
puesto que favorecerá no solamente la par­ genas) que, en buena medida, han sido afec­
ticipación ciudadana, sino también la de los tados de distintas maneras por este conflicto
excombatientes colombianos en la toma
armado interno de larga duración.
de decisiones a nivel local. Sin duda, pese
a los escollos del proceso, la descentraliza­
Bibliografía
ción en Sierra Leona se ha convertido en
un mecanismo eficaz para motivar el em­
Asociación Internacional de Fomento (AIF). “Sie­
poderamiento de las comunidades rurales y rra Leona: recuperación tras años de conflic­
de base frente a los problemas particulares to”. Documento PDF. 2007. 9p. Disponible en
que los aquejan en su cotidianidad. Por lo http://siteresources.worldbank.org/EXTIDAS­
tanto, una política de reintegración política PANISH/Resources/IDA-Sierra-Leone-es.pdf
no deberá desconocer la dimensión comu­
Drew, Elizabeth y Ramsbotham, Alexander (eds.).
nitaria (institucional y no institucional) de
Consolidating Peace Liberia and Sierra Leone
la participación política, la cual es comple­ (Accord Issue: An International Review of Pea-
mentaria a la competencia partidista de los ce Initiatives, n.° 23). Conciliation Resources,
niveles regional y nacional. Londres. 2012. Disponible en http://www.c-r.
org/resources/consolidating-peace-libe­
En resumen, de las experiencias de cons­ ria-and-sierra-leone
trucción de paz y democracia en Sierra Leo­
International Crisis Group. Sierra Leone after Elec-
na, marcadas por éxitos, fracasos, fortalezas tions: Politics as Usual? Africa Report n.° 49, 2
y limitaciones, se podrían extraer algunas de julio del 2002. ICG, Freetown/Bruselas. 34p.
lecciones que eventualmente servirían de Disponible en http://www.crisisgroup.org/en/re­
orientación, en perspectivas comparadas, gions/africa/west-africa/sierra-leone/049-sierra-
para el largo camino hacia la paz en Co­ leone-after-elections-politics-as-usual.aspx
lombia. Ojalá se logre firmar los acuerdos
Lord, David. “Pagando el precio: el proceso de paz
de paz, tras considerar y articular los pun­
de Sierra Leona”. En Mariano Aguirre y Mabel
tos prioritarios siguientes en la concepción, González (eds.) Políticas mundiales, tendencias
elaboración e implementación de políticas peligrosas. Claves sobre la realidad internacional:
públicas posconflicto: apoyo político a la in­ Anuario CIP 2001, Icaria, Centro de Investiga­
clusión social de los grupos marginados, jun­ ción para la Paz (CIP), Fundación Hogar del
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Mateos, Óscar. La construcción de paz posbélica:
de las reformas estructurales en materia de análisis de los debates críticos a través del caso
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Número 4 / Junio de 2014

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