Você está na página 1de 1

La Basura Que No Es Basura

La basura que no es basura (Lixo que não é Lixo).” Así fue inaugurado el programa de reciclaje de la
ciudad de Curitiba, Brasil en 1989, con el objetivo de cambiar la mentalidad de sus ciudadanos y
comenzar a visualizar la “basura” como un recurso. Hoy en día, el programa de Curitiba abarca 100% de
la ciudad de 1.8 millones de habitantes, recuperando 550 toneladas (más que una parte de los residuos
urbanos) para el reciclaje. Curitiba, ya reconocida como un modelo internacional para la planificación
urbana, extendió su legacía, implementando un sistema de recolección que separa todos sus desechos
urbanos, bajo la política nacional de Brasil, de manejo de desechos. El programa esta complementado
por un programa educacional permanente en las escuelas, condominios, y barrios de Curitiba, dando
incentivos para minimizar la generación de basura.
Ahora República Dominicana cuenta con un pequeño ejemplo de manejo integral de desechos sólidos en
el Aeropuerto Internacional de Punta Cana. El programa, que ya está reciclando 1.5 toneladas de
plásticos, periódicos, revistas, vidrios, y cartón al día, ha reducido la cantidad de basura que manda al
vertedero local en un 56%.
¿Por qué una ciudad de casi dos millones de habitantes, o un aeropuerto que maneja prácticamente la
misma cantidad de llegadas turísticas al año, invertirían su tiempo, recursos, y energía en el manejo de
los residuos sólidos y el reciclaje?
Precisamente porque «la basura que no es basura» es algo diferente. Es parte de un negocio. Al
minimizar la basura y convertir un problema en un recurso, tanto Curitiba como Punta Cana, están
mejorando la marca de su destino. Los destinos del mundo que ofrecen a sus visitantes una experiencia
y una calidad ambiental igual o mejor al país de donde provienen, tienen una ventaje competitiva por
encima de otros lugares y esta orientados al desarrollo sostenible.
El reciclaje también ofrece nuevas oportunidades de ingresos. La venta de materiales debidamente
clasificadas, especialmente los metales como aluminio y plásticos PET, tiene un mercado excelente en el
mundo. Pero igual de importancia son las posibilidades de ahorros significativos. En el caso de Punta
Cana, la reducción de 56% de los desechos destinados al vertedero ha significado US$110,000 en
ahorros en la recolección de basura al año. La eficientización y el manejo de residuos, significa
oportunidades importantes de ahorros y nuevos ingresos, y este cambio de mentalidad de “la basura
que no es basura” está creando nuevas oportunidades económicas en otros partes del mundo. En Nueva
Jersey, la compañía TerraCycle (www.terracycle.net) ha creado una fabrica de tierra usando lombrices
para convertir restos de comida y desperdicios de agricultura en abonos y fertilizantes especializados de
alto valor. Los envases para sus productos son botellas plásticas usadas, que la empresa paga a jóvenes
en escuelas locales por recolectar y reciclar. Sus productos están de venta en los grandes centros
comerciales como Home Depot, Walmart, Target y Whole Foods y el éxito del negocio les ha motivado a
producir una variedad de productos fabricados de desperdicios.
Recycle Bank (www.recyclebank.com) es otra compañía que tiene un programa innovador para motivar
la reingeniería de los desechos en algo productivo. En distintas comunidades en Estados Unidos y
Canadá, Recycle Bank provee un recipiente a los ciudadanos para recolectar reciclables. El recipiente
contiene un chip electrónico especialmente diseñado para medir la cantidad de material que se ha
entregado. Por cada libra de material reciclable la persona gana puntos. Al final de cada mes, la persona
recibe créditos en su cuenta que puede gastar en diferentes tiendas por el valor de su reciclaje. El
modelo de Recycle Bank funciona porque tanto los participantes como la empresa, reciben un beneficio
económico por acciones responsables.
 Estos pequeños ejemplos son significativos, no sólo por ser innovadores sobre cómo convertir desechos
en un producto, sino porque reflejan una nueva mentalidad de crear empresas y negocios nuevos, cuyos
valores y compromisos con la responsabilidad social, convierten en ventaja competitiva.
En el caso de Punta Cana, se espera replicar su liderazgo en el manejo integral de desechos sólidos,
tanto en la zona turística de Punta Cana como en el resto del país. La producción de “basura” perjudica
la salud humana, el medio ambiente y la economía nacional, mientras que aprovecharla como un
“recurso» agrega valor a la marca del país, crea nuevas oportunidades económicas y protege la calidad
ambiental. Ahora es el momento de crear una política publica que motiva “la basura que no es basura.

Você também pode gostar