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Es INDISPENSABLE leer en voz alta y ponerle sentido a las palabras (Nehemías 8:8)
Una persona lee en voz alta el pasaje. Las otras la escuchan o siguen en silencio la lectura del texto
en su propia Biblia. Después otra persona lee en otra versión y así hasta una tercera lectura como
máximo.
Errores a evitar:
Leer mentalmente.
Leer muy rápido o en medio de ruido.
Escoger una pericopa demasiado extensa.
Usar un texto incompleto y/o fuera de contexto.
Abordar varias pericopas en un solo ejercicio.
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2. CALLAR para MEDITAR.
Despojarnos de nuestra adultez y jugar, imaginar, darle vida a los personajes, recrear la escena con
información pertinente, leer entre líneas, considerar detalles, matices, colores, olores, texturas, tonos
de voz, el clima, el viento, si es de día o de noche etc.
Una vez parado en medio de la escena imaginada, me identifico con la situación, reconozco si
pertenezco al grupo de los equivocados, o de los perseguidores, o de los murmuradores… O si por el
contrario me identifico con el grupo de los asertivos.
No se trata de idealizar mi posición, sino de reconocer mi condición.
Errores a evitar:
Ridiculizar los detalles imaginados
Caer en prototipos y clichés
Ser muy obvio y predecible
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Resistir y /o apagar al Espíritu
Responder las preguntas ¿Qué le digo a Dios? ¿Qué decisión tomo? ¿A qué me comprometo?
Responder al texto Bíblico en oración.
El facilitador del ejercicio retoma el texto bíblico y todos los demás permanecen en oración. Empieza
a leer el texto, hace una pausa guiado por el Espíritu Santo (generalmente se lee teniendo en cuenta
las divisiones naturales del texto). Una vez el facilitador hace la pausa, una persona levanta la voz
haciendo una oración en respuesta al texto recién leído; una vez esa persona termina, otra hace su
oración, y así hasta agotar las personas que quieran orar o el tiempo destinado para tal fin (Tres orantes
por turno sería suficiente). El facilitador retoma la lectura del texto, sin editarlo y nuevamente hace
la pausa para que haya oraciones pertinentes al texto.
Las oraciones son en voz alta, corta, intensa pero no extensa, por turno, sin interrumpirse, en primera
persona del singular (yo… reconozco… decido… perdóname, etc.) y dejando la oración abierta (sin
decir: en el nombre de Jesús… sin comentar las oraciones, ni decir Amén en cada participación), dado
que quiera cierra la oración es el facilitador cuando haya agotado todo el texto meditado.
Sería una buena opción que haya un secretario colocando por escrito las oraciones pronunciadas dado
que ellas son la teología y exégesis bíblica de la comunidad de fe.
Errores a evitar:
Editar la lectura del texto.
Permitir oraciones simultáneas en las pausas.
Hacer oraciones que no tengan que ver con el texto leído (ni siquiera se debe orar por el conjunto de
todos los versículos, se debe instruir a que se ora sobre lo recién leído).
Que unos pocos monopolicen las intervenciones y no permitan que otros oren.
Caer en oraciones prefabricadas, decir lo que las demás personas quieren escuchar.
Tratar de impresionar.