Você está na página 1de 18

CLAVES DE LECTURA

Para cursos de introducción al estudio bíblico


Adrián Pérez, pbro.

Con estas “Claves de Lectura” pretendo ayudar a los que quieren acceder a los textos
bíblicos, a la Palabra de Dios.

Esta presentación va creciendo, y se va acortando, a medida que voy caminando en esto


de estudiar y enseñar, la Biblia. De hecho ha tenido muchas “versiones”. Algún día
¿tendrá una redacción definitiva?

Sin duda que por allí se encontrarán mejores aportes. Aquí presento de manera sencilla
herramientas que, a mi entender, pueden ayudar.

Advertencia: El original de esto es una presentación al estilo Power Point… o sea que se
proyectan algunas ideas o textos y luego se habla partiendo de ellas. Aquí intentaré
poner algo de lo que yo hablo en base a dicha presentación. Se podrá mejorar en un
futuro esta ayuda escrita sin dudas. Pido perdón, desde ya, a los que de esto saben
mucho… acepto correcciones y ayuda, por mi bien y el de mis pobres alumnos.

1. ¿Qué es un texto?

Partimos de la definición que nos da el Diccionario de la Real Academia Española


(DRAE):

El texto es un “tejido”. No es algo “simple”. Es una construcción. Decimos que está


organizado con una intención. Quiere comunicarnos algo. “Texto, es un término para
designar todo conjunto analizable de signos. Son textos, por tanto, un fragmento de una
conversación, una conversación entera, un verso, una novela, la lengua en su totalidad,
etc.”

Quiero detenerme en una característica de los textos que nos presenta el DRAE:
enunciados orales o escritos.

Es importante tener presente esto: los textos que tenemos en la Biblia tuvieron un largo
camino en la memoria de un pueblo como tradiciones orales. Luego se escribieron.
Algunos nacieron directamente como textos escritos. Pero es importante tener presente
1 de 18
que en el tiempo que se escribieron la cultura no tenía “una memoria de papel” como
nosotros. Cuando se escribieron fueron escritos para ser escuchados. Alguien leería,
pero la mayoría escuchaba los textos. Lo importante es que cada uno se lleven algo para
su vida de lo que escucharon, entonces tenían señales que ayudasen a la memoria. Por
ejemplo la repetición de palabras, frases, imágenes, paralelismos, etc.

Por ejemplo:

“¡Aleluya! ¡Den gracias al Señor, porque es bueno,

porque es eterno su amor!

¡Den gracias al Dios de los Dioses,

porque es eterno su amor!

¡Den gracias al Señor de los señores,

porque es eterno su amor!

Al único que hace maravillas,

¡porque es eterno su amor!

al que hizo los cielos sabiamente,

¡porque es eterno su amor!

al que afirmó la tierra sobre las aguas,

¡porque es eterno su amor!” (Ps 136,1–6ss)

Después de recitar este salmo, quizás no te acordarás de todo su contenido, pero sí que
¡es eterno su amor y por eso hay que darle gracias!

Otro ejemplo es el verbo griego μένω (quedarse (en un lugar, estado, relación o
expectación dado): — hacer escala, esperar, morar, durar, perdurable, permanecer,
permanente, perseverar, persistir, posar, quedar, retener, vivir.) ¡En el capítulo 15 de Jn
aparece 11 veces! Después de leer ese capítulo ¡hay que permanecer!

Son elementos, estrategias, para ayudarme a retener, memorizar, guardar, poner en


práctica la Palabra de Dios. En la medida que vayamos caminando en el conocimiento de
la Palabra, iremos descubriendo más estrategias de este estilo.

2. Todo comienza con una pregunta…

¿Qué dice el texto?


¡Esta es “la” pregunta! Todo girará entorno a ella.

Podemos pensar que para saber qué dice el texto tenemos que salir a buscar
comentarios bíblicos que la puedan responder.

Recuerdo vivamente un profe de Biblia que tuve el honor de tener mientras estudiaba la
especialización en Sagradas Escrituras. Escucharlo era un placer, escucharlo era algo
que te llevaba a querer más y más la Palabra de Dios. Entonces un compañero le
pregunta: “Profesor, para preparar la homilía qué comentario bíblico nos recomienda”. La
respuesta fue clara y contundente: “La Biblia… lean la Biblia”.

Los comentarios bíblicos serán de gran ayuda, pero sus autores también se plantearon
esa pregunta y fue el texto quien les respondió a ellos.

2 de 18
Es importante saber que los textos responden si le preguntamos. Son como las
personas, si les preguntas ellos, responderán. El texto repetirá lo mismo que dijo antes,
una y otra vez sin cansarse.

Los grandes problemas que tenemos entre las personas es que no nos escuchamos.
Decimos: “tú dijiste esto y esto”, y en realidad no sabemos lo que dijo el otro porque no
lo escuchamos, o no lo entendimos… Hay que volver a preguntar: ¿qué dijiste? A veces
decimos que la Palabra de Dios dice tal o cual cosa y en realidad no dice eso.

La “tentación” que tenemos que vencer es que la primera pregunta sea: “¿qué me dice el
texto?”. Esta pregunta es muy válida y necesaria, pero en un segundo lugar. Primero hay
que saber qué dice el texto. Luego de saber qué dice el texto veré, meditaré, qué me
dice.

Repito: Se trata de leer, o escuchar, lo qué dice el texto. Lo que la Palabra de Dios tiene
para decir. En definitiva es Dios que sale de su silencio para decir algo, una palabra de
salvación. ¿No habrá que escuchar qué dice?

Lo que Dios quiere decir está en un texto. Entonces hay que ver qué dice el texto.
¿Quedan dudas de cuál es la primer pregunta?

No será fácil acostumbrarse a que esta pregunta sea la primera que surja cuando nos
enfrentamos a los textos.

Tampoco será fácil encontrar respuestas claras e inmediatas. Hay que leer una y otra vez.

Después de leer, también surgirán otras preguntas sobre el texto, es conveniente


anotarlas. Son preguntas que ayudarán a entender lo qué dice el texto. Por ahí alguien
dijo que más importante que la respuesta es mejorar las preguntas. Mejores preguntas al
texto nos facilitarán llegar a las respuestas.

Para poder escuchar, leer mejor y encontrar qué dice el texto, es necesaria la constancia,
la práctica. Hay que leer la Biblia, la Palabra de Dios. Nunca sabré que piensa alguien si
no lo conozco y no lo trato diariamente o con frecuencia.

Hay un método de lectura de la Biblia que es antiquísimo, y un verdadero patrimonio de


la Iglesia: La Lectio Divina. Podemos decir que es la lectura de Dios, la lectura desde el
corazón del hombre del corazón de Dios. Este método tiene cuatro momentos:

Momento Pregunta

1. Lectura (Lectio) ¿Qué dice el texto?


2. Meditación (Meditatio) ¿Qué me dice el texto?
3. Oración (Oratio) ¿Qué le digo a Dios?
4. Contemplación (Contemplatio) ¿Qué más?

Este es un don de Dios.

Estar en su paz.

Por ahí me he encontrado que le agregan algunos momentos (compromiso, etc.). Estos

3 de 18
son los básicos. En estos cuatro momentos hay una confianza en la Palabra de Dios, en
su poder, que una vez que es escuchada, meditada y hecha oración que pide esa vida
que el texto nos mostró, transforma la vida y hace vivir según esa Palabra.

En los estudios bíblicos nos detenemos en la primer pregunta: ¿Qué dice el texto? En los
estudios bíblicos no enseñamos a rezar, a orar, pero sin duda que el escrutar la Biblia
preguntando ¿qué dice el texto?, nos ayudará a orar.

3. ¡También es necesario formarse!

¡Hay que estudiar! Cuanto curso serio de Biblia hay es bueno hacerlo. Es bueno también
compartir con otros esta búsqueda. Preguntar a otros, y ayudarnos a responder en
comunidad.

Formarse es cuestión de responsabilidad de todo cristiano y más aún de un animador,


catequista o educador en la fe.

¿Qué libros comprar para estudiar la Biblia? Si hay algo que caro, son los libros de Biblia.
Los comentarios bíblicos son caros, muy caros. Entonces, un consejo es: empezar
comprando libros más generales, manuales, no comprar libros muy especializados. Los
manuales son resultado de años de búsquedas, de estudios, y que se nos presentan en
un libro. Distinto son los artículos de revistas especializadas, o los libros monográficos,
etc., que son investigaciones de “avanzada”, que nos podrán ayudar más adelante.

Lecturas básicas recomendadas:

Son más que recomendadas, son documentos fundamentales. Nos ayudaran muchísimo
en nuestro estudio de la Biblia.

* Constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II (DV)

http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-
ii_const_19651118_dei-verbum_sp.html

* La interpretación de la Biblia en la Iglesia (PCB 1993) (IntBib)

http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo20/files/PCB_interpretacion.pdf

* Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini.

http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/apost_exhortations/documents/hf_ben-
xvi_exh_20100930_verbum-domini.html

Repito: Son documentos fundamentales. No se puede aquí abarcarlos, y no es el


objetivo. Son el cimiento desde donde alguien que pretende acceder de manera seria a
los textos lo puede hacer.

4. ¿Quién es el autor de la Biblia?

Para responder esta pregunta veamos que dice el primer documento propuesto: «Las
verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se
4 de 18
consignaron por inspiración del Espíritu Santo. La santa Madre Iglesia, según la fe
apostólica, tiene por santos y canónicos los libros enteros del Antiguo y Nuevo
Testamento con todas sus partes, porque, escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo,
tienen a Dios como autor y como tales se le han entregado a la misma Iglesia. Pero en
la redacción de los libros sagrados, Dios eligió a hombres, que utilizó usando de sus
propias facultades y medios, de forma que obrando Él en ellos y por ellos, escribieron,
como verdaderos autores, todo y sólo lo que El quería.» (DV 11)

5. ¿Qué buscamos en la Biblia?

De nuevo nos servimos de Dei Verbum: «Pues, como todo lo que los autores inspirados o
hagiógrafos afirman, debe tenerse como afirmado por el Espíritu Santo, hay que confesar
que los libros de la Escritura enseñan firmemente, con fidelidad y sin error, la verdad que
Dios quiso consignar en las sagradas letras para nuestra salvación. Así, pues, "toda
la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para
educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y equipado para toda
obra buena" (2 Tim., 3,16-17).» (DV 11)

Debemos buscar la intención del autor.

No todos los textos de la Biblia nos dicen explícitamente la intención del autor como los
que siguen. Pero sin duda estos textos muestran claramente que la Palabra de Dios, que
cada texto, tiene una intención.

“Muchos han tratado de relatar ordenadamente los acontecimientos que se cumplieron


entre nosotros, tal como nos fueron transmitidos por aquellos que han sido desde el
comienzo testigos oculares y servidores de la Palabra. Por eso, después de informarme
cuidadosamente de todo desde los orígenes, yo también he decidido escribir para ti,
excelentísimo Teófilo, un relato ordenado, a fin de que conozcas bien la solidez de las
enseñanzas que has recibido.” (Lc 1,1–4)

Teófilo, no era una persona que no conocía a Jesús, que nunca había recibido una
enseñanza. Todo lo contrario. Lo que dice Lucas es que escribe “un relato ordenado, a fin
de que conozcas bien la solidez de las enseñanzas que has recibido”. Las enseñanzas
donde Teófilo está parado son sólidas. En medio de las vicisitudes de la vida Teófilo
podrá permanecer firme en el camino gracias a la solidez de la enseñanza que ha
recibido.

“Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se
encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que
Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.” (Jn 20,30–
31)

Juan reconoce que Jesús hizo “muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que
no se encuentran relatados en este Libro”. Él decidió no contarlos. Podemos decir: “se
guardó información”, algunos dirán: “si no contó todo, nos ocultó cosas, nos mintió”. No.
Él decidió contar los signos que contó “para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el
Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre”. Esa era su intención y ¡nos lo dijo
en su Libro!

Y luego nos dice: “Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que
5 de 18
las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. Jesús hizo también muchas
otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para
contener los libros que se escribirían.” (Jn 21,24–25)

6. Los sentidos de la Escritura

Nos podrá ayudar estas distinciones (nos servimos de IntBib):

Sentido Literal - El sentido literal de la Escritura es aquél que ha sido expresado


directamente por los autores humanos inspirados. Siendo el fruto de la inspiración, este
sentido es también querido por Dios, autor principal. Se lo puede discernir gracias a un
análisis preciso del texto, situado en su contexto literario e histórico.

Sentido Espiritual - Como regla general el sentido espiritual, comprendido según la fe


cristiana, es el sentido expresado por los textos bíblicos, cuando se los lee bajo la
influencia del Espíritu Santo en el contexto del misterio pascual de Cristo y de la vida
nueva que proviene de él. Es pues releer las Escrituras a la luz de este nuevo contexto,
que es el de la vida en el Espíritu.

No hay una necesaria distinción entre el sentido espiritual y el literal. Cuando un texto
bíblico se refiere directamente al misterio pascual de Cristo o a la vida nueva que resulta
de él, su sentido literal es un sentido espiritual.

…Por eso es el Antiguo Testamento la parte de la Biblia a propósito de la cual la exégesis


cristiana habla más frecuentemente de sentido espiritual.

Sentido Pleno - Es un sentido profundo del texto, querido por Dios, pero no claramente
expresado por el autor humano.

Se descubre la existencia de este sentido en un texto bíblico, cuando se lo estudia a la


luz de otros textos bíblicos que lo utilizan, o en su relación con el desarrollo interno de la
revelación.

Se trata del significado que un autor bíblico atribuye a un texto bíblico anterior, cuando lo
vuelve a emplear en un contexto que le confiere un sentido literal nuevo; o bien de un
significado, que una tradición doctrinal auténtica o una definición conciliar, da a un texto
de la Biblia.

En definitiva, se puede considerar el "sentido pleno" como otro modo de designar el


sentido espiritual de un texto bíblico, en el caso en que el sentido espiritual se distingue
del sentido literal. Su fundamento es que el Espíritu Santo, autor principal de la Biblia,
puede guiar al autor humano en la elección de sus expresiones de tal modo, que ellas
expresen una verdad de la cual él no percibe toda su profundidad.

7. Diferencia entre método y acercamiento

Por "método" exegético comprendemos un conjunto de procedimientos científicos


puestos en acción para explicar los textos. Hablamos de "acercamiento" cuando se
trata de una búsqueda orientada según un punto de vista particular (sociológico,
antropológico, etc.).

6 de 18
8. Una advertencia: ¡ojo con la lectura fundamentalista!

El problema de base de esta lectura fundamentalista es que, rechazando tener en cuenta


el carácter histórico de la revelación bíblica, se vuelve incapaz de aceptar plenamente la
verdad de la Encarnación misma. El fundamentalismo rehuye la relación estrecha de lo
divino y de lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza admitir que la Palabra de Dios
inspirada se ha expresado en lenguaje humano y que ha sido escrita, bajo la inspiración
divina, por autores humanos, cuyas capacidades y posibilidades eran limitadas. Por esto,
tiende a tratar el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el
Espíritu, y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y
en una fraseología condicionados, por tal o cual época. No concede ninguna atención a
las formas literarias, y a los modos humanos de pensar presentes en los textos bíblicos,
muchos de los cuales son el fruto de una elaboración que se ha extendido por largos
períodos de tiempo, y llevan la marca de situaciones históricas bastante diversas.

El acercamiento fundamentalista es peligroso, porque seduce a las personas que buscan


respuestas bíblicas a sus problemas vitales. Puede engañarlas, ofreciéndoles
interpretaciones piadosas pero ilusorias, en lugar de decirles que la Biblia no contiene
necesariamente una respuesta inmediata a cada uno de sus problemas. El
fundamentalismo invita tácitamente a una forma de suicidio del pensamiento. Ofrece una
certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones humanas del mensaje
bíblico con su sustancia divina.

9. ¿Cómo Dios se revela?

¿Cómo Dios se da a conocer, cómo Dios da a conocer su voluntad, cómo Dios inspira?
Aquí presento unos esquemas de cómo Dios se revela y cómo las personas responden.

7 de 18
8 de 18
Con los esquemas quiero que queden algunas cosas claras (al menos es lo que intento).

Para poder responder a la pregunta qué dice el texto es necesario tener presente que:

* La primer Palabra de Dios es la Creación. Dios no habla con y en la Creación.

* “Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas,
en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló
por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el
mundo.” (Heb 1,1–2 BPD)

* Dios se revela a través de un texto, que tiene un contexto (tiempo, espacio, una historia
de un pueblo, en una cultura…) Ya sea “ayer” u “hoy”.

Para entender el texto bíblico “hoy”, primero tengo que ubicarlo en su contexto original
(“ayer”).

Para contextualizar el texto nos podemos servir de comentarios bíblicos, de las notas a
pie de página de las Biblias…

También es importante tener presente que se escribieron los textos en hebreo, griego o
arameo y hace muchos siglos.

10. Algunos conceptos

Exégesis - (del griego exegéomai, “conducir hacia afuera”) es, básicamente, la


explicación del texto. Apunta a descubrir las riquezas de significado que el texto encierra,
explotando todas sus potencialidades.

Responde a la pregunta “¿qué dice el texto?”. Detrás de esta pregunta está la búsqueda
de la “intención del autor” (autor humano y autor divino).

Hermenéutica - (del griego hermeneúo, “interpretar”) es, la interpretación del texto, y


tiene en cuenta sobre todo al receptor del mismo.

Se pregunta por el sentido que tiene el texto para el lector actual. Pregunta fundamental,
pues la Biblia fue escrita con la intención de transmitir un mensaje que implique la vida de
quienes lo reciben. Un mensaje religioso que, como tal, apunta a “decir” algo significativo
para el lector (cf. DV 11).

Estamos ante la actualización del texto (aplicación a nuestra realidad pastoral,


teológica...) ¡No va en contra de la exégesis, la supone!

Métodos Histórico-Críticos - “El Método histórico-crítico es el método indispensable


para el estudio científico del sentido de los textos antiguos. Puesto que la Sagrada
Escritura, en cuanto «Palabra de Dios en lenguaje humano», ha sido compuesta por
autores humanos en todas sus partes y todas sus fuentes, su justa comprensión no
solamente admite como legítima, sino que requiere la utilización de este método”. (IntBib)

Los métodos histórico-críticos parten siempre del texto, no de nuestra interpretación. Es


un trabajo histórico porque es un estudio del texto bíblico según las exigencias de la
historiografía. Investigan la historia de la formación del texto. Se trata de un conjunto
9 de 18
amplio de técnicas de investigación, que llevan los siguientes nombres: Crítica Textual;
Filología; Crítica Literaria; Crítica e historia géneros y forma; Crítica e historia de las
Tradiciones; Crítica e historia de la Redacción; Crítica Histórica.

11. ¿Qué Biblia utilizar?

Mejor dicho… ¿qué traducción utilizar? Vamos a leer algunos textos que nos pueden
ayudar.

Primero veremos un texto del Antiguo Testamento, que su idioma original es el hebreo.

Biblia El Pueblo de Dios Biblia Jerusalén Biblia Reina Valera

“¡Tú me has seducido, Señor, y “Me has seducido, Yahveh, y me “Alucinásteme, oh Jehová, y
yo me dejé seducir! ¡Me has dejé seducir; me has agarrado y hállome frustrado: más fuerte
forzado y has prevalecido! Soy me has podido. He sido la irrisión fuiste que yo, y vencísteme: cada
motivo de risa todo el día, todos cotidiana: todos me remedaban. día he sido escarnecido; cada
se burlan de mí. Cada vez que Pues cada vez que hablo es para cual se burla de mí. Porque
hablo, es para gritar, para clamar: clamar: «¡Atropello!», y para gritar: desde que hablo, doy voces,
"Violencia, devastación!". Porque «¡Expolio!». La palabra de Yahveh grito, Violencia y destrucción:
la palabra del Señor es para mí ha sido para mí oprobio y befa porque la palabra de Jehová me
oprobio y afrenta todo el día. cotidiana. Yo decía: «No volveré a ha sido para afrenta y escarnio
Entonces dije: "No lo voy a recordarlo, ni hablaré más en su cada día. Y dije: No me acordaré
mencionar, ni hablaré más en su Nombre». Pero había en mi más de él, ni hablaré más en su
Nombre". Pero había en mi corazón algo así como fuego nombre: empero fué en mi
corazón como un fuego ardiente, prendido en mis huesos, corazón como un fuego ardiente
abrasador, encerrado en mis y aunque yo trabajada por metido en mis huesos, trabajé por
huesos: me esforzaba por ahogarlo, no podía. Escuchaba sufrirlo, y no pude. Porque oí la
contenerlo, pero no podía. Oía los las calumnias de la turba: «¡Terror murmuración de muchos, temor
rumores de la gente: "¡Terror por por doquier!, ¡denunciadle!, de todas partes: Denunciad, y
todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo ¡denunciémosle!» Todos aquellos denunciaremos. Todos mis
denunciaremos!". Hasta mis con quienes me saludaba amigos miraban si claudicaría.
amigos más íntimos acechaban estaban acechando un traspiés Quizá se engañará, decían, y
mi caída: "Tal vez se lo pueda mío: «¡A ver si se distrae, y le prevaleceremos contra él, y
seducir; prevaleceremos sobre él podremos, y tomaremos tomaremos de él nuestra
y nos tomaremos nuestra venganza de él!» Pero Yahveh venganza. Mas Jehová está
venganza". Pero el Señor está está conmigo, cual campeón conmigo como poderoso gigante;
conmigo como un guerrero poderoso. Y así mis por tanto los que me persiguen
temible: por eso mis perseguidores tropezarán tropezarán, y no prevalecerán;
perseguidores tropezarán y no impotentes; se avergonzarán serán avergonzados en gran
podrán prevalecer; se mucho de su imprudencia: manera, porque no prosperarán;
avergonzarán de su fracaso, será confusión eterna, inolvidable. ¡Oh tendrán perpetua confusión que
una confusión eterna, inolvidable. Yahveh Sebaot, juez de lo justo, jamás será olvidada. Oh Jehová
Señor de los ejércitos, que que escrutas los riñones y el de los ejércitos, que sondas los
examinas al justo, que ves las corazón!, vea yo tu venganza justos, que ves los riñones y el
entrañas y el corazón, ¡que yo contra ellos, porque a ti he corazón, vea yo tu venganza de
vea tu venganza sobre ellos!, encomendado mi causa. Cantad ellos; porque á ti he descubierto
porque a ti he encomendado mi a Yahveh, alabad a Yahveh, mi causa. Cantad á Jehová, load
causa. ¡Canten al Señor, alaben al porque ha salvado la vida de un á Jehová: porque librado ha el
Señor, porque él libró la vida del pobrecillo de manos de alma del pobre de mano de los
indigente del poder de los malhechores.” (Jer 20,7–13 BJ2) malignos.” (Jer 20,7–13 RVR09)
malhechores!” (Jer 20,7–13 BPD)

Partimos siempre de la pregunta: ¿Qué dice el texto?

Jeremías dice: “¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir! ¡Me has forzado y has

10 de 18
prevalecido!”

Pero, por qué dice: “¡Me has forzado y has prevalecido!”

Jeremías está viviendo un momento muy difícil de su vida, de su ministerio profético. Él


dice lo que dice el texto. Ahora, dos traducciones hablan de que el Señor lo sedujo y el
se dejó seducir… otra no. Veamos que sería seducir según el DRAE (¡está bueno recurrir
al mataburros!):

Del latín seducĕre.

1. tr. Persuadir a alguien con argucias o halagos para algo, frecuentemente malo.

2. tr. Atraer físicamente a alguien con el propósito de obtener de él una relación sexual.

3. tr. Embargar o cautivar el ánimo a alguien.

Hoy, comúnmente, entendemos “seducir” como algo “romántico”. Cuando vemos el


diccionario nos damos cuenta que seducir no tiene mucho de “romántico”… tiene mucho
de persuadir de cualquier manera para conseguir un fin.

Jeremías se siente engañado y que él se dejó engañar por el Señor. Por eso dice que me
forzaste… Él se siente así. Pero asume su responsabilidad de decir que sí. ¿El Señor lo
engañó? No. Él se siente. La situación que está viviendo es muy difícil como dice el
mismo texto. Por eso él no quiere hablar más, quiere olvidarse de la Palabra. No lo
hace… ¿por qué? Porque está prendida como un fuego en sus huesos, en su interior…
¿Cuántas veces nos sentimos como unos tontos por vivir según la Palabra de Dios?
Podemos quejarnos, como Jeremías, pero también podemos escuchar en nuestro
interior, en nuestro corazón, recurrir a nuestra experiencia del amor de Dios, que está
prendido en nuestros huesos. Entonces elegimos las palabras que me ayuden a entender
lo qué dice el texto…

Recordemos que los que traducen la Biblia saben mucho hebreo ¡y mucho de español!
Cuando utilizan una palabra en español, saben lo que significa. Muchas veces nosotros
no.

Hay dos cosas que se tienen en cuenta a la hora de las traducciones: Por un lado el texto
original y por el otro los hablantes de español de hoy. Tratar de ser fiel a lo que el texto
dice en su idioma original y por otro lado que con la palabra de nuestra lengua
entendamos el sentido original.

A veces hay que actualizar el español de las traducciones para que hoy podamos
entender fielmente lo que en el texto original se quiere decir. Las palabras “se van”
usando de distintas maneras según los contextos geográficos y tiempos. Por eso es
bueno ver otras traducciones.

Quizás quede más claro si nos remitimos a una canción en inglés que tendríamos que
traducir distintas personas. Quizás todos hagamos una traducción correcta de la canción
pero utilizando distintas palabras del español.

Ahora vamos a ver otro ejemplo. Este es del Nuevo Testamento. Aquí nos encontramos
con un texto que su idioma original era el griego.

Leeremos Lucas 24,13-35 en varias traducciones (leeremos distintas Biblias) como


hicimos en el caso anterior. Aquí, en el cuadro del medio pondremos el texto en griego.
No hay que asustarnos, simplemente podemos considerarlos como “dibujitos” y veremos
11 de 18
que hay dibujos algo iguales que se traducen de distinta manera.

Texto griego
“Jesús les dijo: “Entonces “καὶ αὐτὸς “El les dijo: «¡Oh “Entonces él les
"¡Hombres Jesús les dijo: εἶπεν πρὸς insensatos y dijo: ¡Oh
duros de “¡Qué torpes αὐτούς, Ὦ tardos de insensatos, y
entendimiento, son para ἀνόητοι καὶ corazón para tardos de
cómo les cuesta entender! βραδεῖς τῇ creer todo lo corazón para
creer todo lo ¡Cómo les καρδίᾳ τοῦ que dijeron los creer todo lo
que anunciaron cuesta creer πιστεύειν ἐπὶ profetas!” (Lc que los profetas
los todo lo que πᾶσιν οἷς 24,25 BJ2) han dicho!” (Lc
profetas!” (Lc anunciaron los ἐλάλησαν οἱ 24,25 RVR09)
24,25 BPD) Profetas!”.” (Lc προφῆται·” (Lc
24,25 BIA) 24,25 UBS5-T)
“Y se decían: “Entonces se “καὶ εἶπαν πρὸς “Se dijeron uno “Y decían el uno
"¿No ardía dijeron uno a ἀλλήλους, Οὐχὶ a otro: «¿No al otro: ¿No
acaso nuestro otro: “¿Acaso ἡ καρδία ἡμῶν estaba ardiendo ardía nuestro
corazón, no ardía καιομένη ἦν [ἐν nuestro corazón corazón en
mientras nos nuestro ἡμῖν] ὡς ἐλάλει dentro de nosotros,
hablaba en el corazón ἡμῖν ἐν τῇ ὁδῷ, nosotros mientras nos
camino y nos cuando nos ὡς διήνοιγεν cuando nos hablaba en el
explicaba las hablaba por el ἡμῖν τὰς hablaba en el camino, y
Escrituras?".”
camino y nos γραφάς;” (Luke camino y nos cuando nos
(Lc 24,32 BPD) explicaba las 24,32 UBS5-T) explicaba las abría las
Escrituras?”.”
Escrituras?»”
Escrituras?” (Lc
(Lc 24,32 BIA) (Lc 24,32 BJ2) 24,32 RVR09)

Estamos en el texto “archiconocido” de los discípulos de Emaús que aparece en Lucas


capítulo 24.

El texto griego habla de corazón: βραδεῖς τῇ καρδίᾳ (tardo o lento de corazón) y de Οὐχὶ
ἡ καρδία ἡμῶν καιομένη ἦν (no ardía nuestro corazón…)

La lectura de las distintas traducciones nos ayuda a entender algo: un corazón duro,
podemos decir, congelado, lento, que no es capaz de entender, cuando se encuentra en
el camino con el Señor Resucitado, deja de serlo y arde, termina entendiendo… Los
traductores no es que desconozcan este “movimiento” lo que quieren dejar claro con sus
traducciones que al comienzo no entendían, pero está bueno quedarnos con la imagen
de algo que termina siendo muy vivo como el fuego, que tiene otro movimiento.

Entonces: ¿Qué dice el texto? ¿“duros de entendimiento” o “tardos (lentos) de corazón”?


Elegimos las palabras teniendo en cuenta todo el texto…

No estoy haciendo una exégesis del texto, simplemente, presento lo valioso que es tener
varias traducciones para poder aproximarnos, con todas ellas, al sentido del texto.

Las traducciones se mueven entre: traducción más literal (fidelidad al texto por si mismo)
y traducción más dinámica (fidelidad al texto teniendo presente los destinatarios
actuales).

12 de 18
Entonces a la pregunta ¿qué traducción utilizar? Todas las que tengan.

Si van a las Sociedades Bíblicas Unidas, por ejemplo, a comprar una Biblia pidan la Biblia
con Deuterocanónicos. En algún momento explicaré esto. No tengan miedo de las biblias
de las SBU.

¿Qué son los Deuterocanónicos? Más adelante hablaremos de eso cuando veamos lo
que es el Canon.

12. ¿Qué es una Perícopa?

“El término perícopa, que describe literalmente la acción de cortar (κοπή) alrededor de
cualquier cosa (περι), designa entre otras cosas, una sección o breve pasaje que se ha
aislado (o cortado) de su contexto.”

“En exégesis bíblica, una perícopa es una unidad literaria relativamente breve
(parábola, relato de milagro, parte de una argumentación paulina, etc.).” Tiene unidad de
sentido.

¿Cómo se hace la delimitación de la perícopa?

Delimitar, en sencillo, significa decir: “el texto empieza aquí y termina aquí”. Para decir
eso hay que decir lo que hay “antes, durante y después” del texto. Hay que ver: Tiempos;
Espacios (lugares); Personajes; Acciones…

Hay que tener en cuenta que los “títulos” que se ponen en las Biblias no son Palabra de
Dios. Nos inducen a entender el texto en base a ellos. Otro detalle, a la hora de delimitar
la perícopa, no son relevantes.

13. Hay que “descubrir” la estructura que tiene la perícopa

Para explicar la estructura recurro al libro de Eleuterio Ruiz, Los pobres en los salmos,
editorial San Pablo, 2010, 13-24. Aunque el autor habla de la estructura de un texto
poético, nos sirve para otros textos.

“Para, entender correctamente un texto es importante comprenderlo en toda su amplitud,


considerando su estructura. La estructura de un texto es lo que le da su “personalidad”
propia, lo que lo distingue e identifica. Pero es también el criterio último de su
interpretación. En un Salmo, esto es muy importante, porque de otro modo se puede
caer en una interpretación de frases sueltas, con sentido más o menos piadoso, pero sin
percibir la idea general que el autor del poema quiso transmitir con su composición.

La determinación de la estructura de un texto es un proceso a veces bastante complejo,


que exige del lector una atención muy grande, tanto a los detalles más ínfimos como a la
visión de conjunto. Una buena estructura es 'idealmente hablando- simple y armónica, y
consigue integrar significativa- mente la mayor cantidad de elementos observables en el
texto: formas sintácticas (por ejemplo, oración principal y subordinadas), morfemas
(formas imperativas, interjecciones), sintagmas (frases hechas o típicas), temas, refranes,
etc.

Pero, ¿qué elementos se deben tener en cuenta para determinar la estructural?

13 de 18
La determinación de la estructura de un texto tiene dos aspectos o “momentos”: el de la
segmentación y el de la articulación. El primero identifica las “partes” en que se divide el
texto, mientras que el segundo presta atención a la relación que hay entre las mismas.
Sólo en este segundo momento se percibe la estructura del texto.

Cuantos más elementos se tengan en cuenta, la estructura propuesta será “mejor”, en


cuanto que explicará de modo más acabado el “funcionamiento” del texto.

En la antigüedad no existía el concepto de párrafos, títulos o demás elementos con los


cuales hoy solemos marcar gráficamente las secciones de un texto. En una cultura
mayormente oral, prestaban mucha atención al discurso mismo. En éste iban
introduciendo esquemas que le daban una estructura que el oyente podía reconocer.
Para poder identificar esos esquemas hay que prestar atención a los elementos que
unifican una sección (elementos que unen) y los que la diferencian de las otras
(elementos que separan). …

En los puntos anteriores hablamos de los elementos que permiten distinguir secciones en
el texto. Es lo que llamamos la división. A esto, seguiría la articulación, que consiste en
ver cómo están relacionadas las secciones entre sí. …”

14. Imágenes y palabras… no ideas

Cuando escuché estas palabras en una clase magistral, por parte de un biblista me
iluminó todo lo que, has ese momento, había estudiado sobre el estudio de la Biblia.

En la Palabra de Dios, en los textos nos encontramos con imágenes y palabras. Lo que
Dios nos quiere decir viene dado en las palabras y en la imágenes. No son ideas. Pide de
nosotros fidelidad a las palabras, a lo que dice el texto. Cada palabra es importante.
Cada imagen es importante también. Yo diría: “hay que creer en las imágenes”. Lo
primero es aceptarlas tal como se nos presentan.

Por ejemplo, en Os 2,4-15 lo primero que tenemos que creer es en la imagen que se nos
propone: un hombre que está recriminando, denunciando, una situación que esta
viviendo con una mujer… primero hay que creer esa imagen, después el propio texto nos
llevará a identificar a el hombre con Dios y a la mujer con el pueblo de Dios. Pero primero
hay que entender la imagen y aceptar todo lo que implica la misma.

15. “¡Hay que creer en los milagros!”

Mi profe de Hebreo nos repetía esa frase una y otra vez. No se trata de la fe que pueda
tener sí Jesús hizo o no hizo los milagros. A ver, Dios puede hacer lo que quiera, ¡tiene el
poder y la sabiduría para hacerlo! Acá se trata de entender que el texto que narra el relato
de milagro nos quiere decir algo. Tengo que creer ese milagro para entender lo qué quiere
decir el texto.

Si el texto habla de que Jesús multiplicó los panes (cf. Jn 6), yo tengo que creer que
Jesús multiplicó los panes. No tengo que buscar otras explicaciones, por ejemplo, decir
que el milagro de Jesús fue hacer que todos compartieran sus panes con los demás, que
sean solidarios, porque el texto te lleva al encuentro del Pan de Vida.

Entonces: si no creo en los milagros que el texto nos narra jamás lograré entender lo que
dice el texto.

14 de 18
“Jesús les respondió: "Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos,
sino porque han comido pan hasta saciarse.” (Jn 6,26) ¡Jesús mismo pone en duda la
“importancia” del milagro de los panes! En Juan, no se los llama milagros, sino signos.
Pero primero hay que aceptarlos, verlos, para después dirigirse a Jesús, creer en Él y no
quedarse en el signo.

“Jesús realizó además muchos otros signos en presencia de sus discípulos, que no se
encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que ustedes crean que
Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.” (Jn
20,30-31)

16. Leer los textos implica un viaje.

Es un viaje en el tiempo y en el espacio. Si quiero entender los textos los tengo que
ubicar en su tiempo y en su espacio (historia y geografía).

Hay “Historias de Israel” que comienzan en el Génesis. Esa era una forma de encarar la
historia de Israel. Una cosa es la “línea cronológica” que nos presenta el texto bíblico y
otra es la línea cronológica en la que se escribieron esos textos.

Está bueno poder acceder a mapas, atlas bíblicos. Por ejemplo:

Estos mapas nos muestran los “mundos” del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Es un viaje también a un mundo con otra cultura, con otro idioma (idiomas), con otras
estructuras mentales, etc. Eso lo tenemos que tener presente. Hace 10 años no nos
imaginábamos que iban a existir los “smartphones”, menos que “no pudiésemos vivir sin
ellos”. Hoy, no nos imaginamos lo que habrá en 10 años, y menos cual va a ser nuestra
dependencia con lo inventado. Si yo me encuentro con textos de más de 2000 años y no
hago el esfuerzo de salir de mi mundo, de mis estructuras mentales, me resultará
imposible entender lo qué quiere decir el texto.

Por ejemplo, a Pablo no se le cruza por la cabeza abolir la esclavitud, pero si pide por
fidelidad al evangelio que Filemón reciba a Onésimo de otra manera: “Tal vez, él se apartó
de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino
como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto
15 de 18
más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.” (Film 1,15-16)

17. ¿Qué hacer con el Antiguo Testamento?

Para responder esta pregunta recurro al capítulo IV de la Constitución Dogmática Dei


Verbum que más arriba indiqué como una lectura fundamental.

“Importancia del Antiguo Testamento para los cristianos 15. La economía del Antiguo
Testamento estaba ordenada, sobre todo, para preparar, anunciar proféticamente y
significar con diversas figuras la venida de Cristo redentor universal y la del Reino
Mesiánico. mas los libros del Antiguo Testamento manifiestan a todos el conocimiento de
Dios y del hombre, y las formas de obrar de Dios justo y misericordioso con los hombres,
según la condición del género humano en los tiempos que precedieron a la salvación
establecida por Cristo. Estos libros, aunque contengan también algunas cosas
imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo, la verdadera
pedagogía divina. Por tanto, los cristianos han de recibir devotamente estos libros, que
expresan el sentimiento vivo de Dios, y en los que se encierran sublimes doctrinas acerca
de Dios y una sabiduría salvadora sobre la vida del hombre, y tesoros admirables de
oración, y en los que, por fin, está latente el misterio de nuestra salvación.”

Veamos qué responde Jesús ante la pregunta de un escriba:

“Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le
preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?". Jesús respondió: "El primero es:
Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El
segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más
grande que estos". El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un
solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la
inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que
todos los holocaustos y todos los sacrificios". Jesús, al ver que había respondido tan
acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle
más preguntas.” (Mc 12,28-34)

¿Con qué responde Jesús? ¿De dónde saca lo que dice?

“Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor, tu Dios, con
todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.” (Dt 6,4–5 BPD)

“No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo
como a ti mismo. Yo soy el Señor.” (Lv 19,18)

Jesús responde citando la Torá, la Ley, lo que nosotros conocemos como Pentateuco.

“No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar
cumplimiento [πληρῶσαι]. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la
Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice.” (Mt 5,17-19)

πληρόω pleróo: (πλήρης pléres; repleto, o cubierto encima; por analogía completo: —
abundar, llenar, lleno.) hacer repleto, es decir (literal) atiborrar (una red), rellenar (un
hueco), o (figurado) proveer (o imbuir, difundir, influencia), satisfacer, ejercer (un oficio),
16 de 18
terminar (un período o tarea), verificar (o coincidir con una predicción), etc.: — pasar,
perfecto, rellenar, suplir (cumplir o integrar lo que falta en algo, o remediar la carencia de
ello), terminar, lleno, llena, atestar, al cabo, completar, completo, completa,
cumplidamente, cumplir. // 1. hacer lleno, llenar (lleno) 2. completar un período de tiempo,
llenar (arriba), completar 3. llevar a término lo que ya se había iniciado, completar,
terminar 4. llevar a un fin diseñado, cumplir 5. Llevar a término una actividad en la que se
ha participado desde su inicio, finalización completa 6. Completar

Jesús vino a llevar a cumplir, a llevar a plenitud. ¡No vino a CORREGIR! (corregir es
enmendar algo errado, según el Diccionario de la Real Academia).

18. ¿Qué es Canon?

Es el catálogo de los libros sagrados que se consideran inspirados por Dios y contienen
la norma de fe y moral.

Canon de la Escritura es la lista de los libros que componen la Biblia, diversa entre
Judíos, católicos y protestantes.

Nuestro Antiguo Testamento es: la Biblia Hebrea + Deuterocanónicos

La Biblia Hebrea

Torá Nevi’im Ketuvim


‫תּוֹרה‬
ָ
‫יאים‬
ִ ‫נְ ִב‬ ‫תוּבים‬
ִ ‫ְכּ‬

Genesis Josué Salmos


Exodo Jueces Proverbios
Levítico Samuel Job
Números Reyes Cantar de los Cantares
Deuteronomio Isaías Rut
Jeremías Lamentaciones
Ezequiel Eclesiastes
Doce Profetas Esther
Daniel
Esdras-Nehemías
Crónicas

17 de 18
¿Qué son los Deuterocanónicos?

Son los libros que fuera admitidos tardíamente en el canon de la Escritura, pero que
pertenecen a él y son, por tanto canónicos.

La diferencia entre católicos y protestantes o judíos se refieren pues, a siete libros:


Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc (incluyendo la Carta de Jeremías), 1-2 Mac y
partes de Ester y Daniel.

En determinado momento de su historia, el pueblo de Israel estaba disperso por todo el


Mediterráneo, y el idioma que dominaba ese mundo era el Griego, de ahí que se traduce
la Biblia Hebrea al Griego, de ahí surge la que conocemos como la Septuaginta, o la
Biblia de los LXX. Pero no se queda en una simple traducción. El pueblo escribe,
inspirado por Dios (esto lo creemos los católicos), nuevos textos, que luego el pueblo de
Israel y los protestantes no los consideran inspirados.

——————

Advertencia: El Canon es la lista de los libros considerados Sagrados, inspirados. Hay


otros textos con temas religiosos, que incluso hablan de Jesús (también hay del Antiguo
Testamento). Alguien se puede preguntar por qué determinados textos quedan afuera de
la lista, e incluso armar “teorías conspiratorias”… Es bueno aclarar que toda comunidad,
sea religiosa o no, política o no, deportiva, etc., tiene el derecho de decir cuales son los
textos que los representan.

Por último:

¡No olvidar la pregunta fundamental!

¿Qué dice el texto?

18 de 18

Você também pode gostar