Ort.
‘Nace la antropologia medica. En: Campos
NR. compilador. La antropologia médica en
México: Instituto Mora. Universidad Autonoma
Metropolitana: 1992.p.39-93.
NACE LA ANTROPOLOGIA MEDICA*
Gonzato Aauinse Bettain
CURIOSIDAD ANTIOUA
Enelsenode la comunidad médica exist, en estos dias, una profunda
inquierud por entender el contenido y la utlidad que proporciona el
meinpto del amopsloge mela Beene oe ea
mente en Estados Unidos, l subdisiplina tiene ya tres decenios argos
de robusto crecimiento y figura separadamente en la lista de earreres
ue imparten algunas universidades: no muchas todavia. La litera.
{ura que se publica sobre la materia, se vuelve cada vex més copiosa ¢
interesante, tanto en lo que concieme a la antiopologta médica pro-
piiamente dicha cuanto en lo que hace a la sociologia médica. En los
paises que componen el tercer mundo, es cada ver mayor el aractivo
‘que ejetcen los estudios de antropologia médica, particularmente en
aquellas que contienen dentzo de su jurisdiccién a pueblos éenicos no
Jntegrados atin en el proceso de formacién nacional.
En México el interés por la reflexién sobre la enfermedad y cl
accidente desde a perspctiva sociocultural, tambicn toma cuerpo al
‘érmino de la segunda guerra mundial, pero Su ascendience queda re-
+ Tenado de: Anropuit malice. Sus deserilsteiriosen Mei, Edilones de
In Casa Chats, Mien
! Bibra wlecoas n ntopelogic mie puna bs profesional de sa en
las AmbiasOrpncacin Areceana de Ia Sal (ns) El Paves 1978Let
[Nace la antropoogta médica
ducido a los antropslogos y en cierta medida, a los epidemi6loges,
Las circunstancias, sin embargo, nunca permangcen constantes y en.
la aetualidad son los médicos y no sélo los antropélogos quienes se in-
teresan por el enfoque cultural de la medicina. Esta obta tiene como
Propésito discutis teérieae histéricamente, el proceso desu formacién
«en nuestro pats, inicindolo desde sus origenes entre los antropslogos
ingleses y norteamericanos; pero antes de introducirme al tema ero
necesario fijarloslimites del campo de estudiode laantropologia gene
tal, para desputs abordar la antropologia médica. Esta es una subdisci-
plina de aquéla y se ocupa de aplicar ciertes conceptos ypracticas ala
interpretactn yal proceso de cambio de las ideas, patrones de accién,
y valores que norman el ejercicio de la medicina
Con frecuencia damos por sentado que los padres fundadores de
{a disciplina son quienes le dan cimientos te6ricos y atribuyen orden
Y significado a sus categorias conceptual, metodolégicas, procesales y
aplicativas; esto es, los que le asignan calidad profesional o académica
‘asf como la denominacién con la que hoy en dfa I identficamos. La
antropologfa no escapa aesta manera um tanto apreeurada de reorgani~
2ar conocimientos viejo para sistematizarlasen una ciencia nueva et
rmoldgicamente comprometida con el estudio del hombre. Pensadores
de fines del siglo pasado y principios del presente son reputados, por
‘us respectives pass, como las figuras relevantes que, con sus propor
siciones, inclan los derroteros de la ciencia del hombre: Eduardo Tylor
¢en Inglaterra, Francisco Boas en Estados Unidos, Marcelo Mauss en
Francia, Emesto de Martino en Italia, y Manuel Gamio en México,
para s6lo mencionat a unos pocos de ellos?
A decie verdad, la antropologfa no es una ciencia reciente; sus
races se hunden profundas en el tiempo. Desde la antighedad griega
YY romana y en el largo y ascuro medioevo, hombres sevios y graves
Por su saber y por su billante imaginacin, muestran curiositad por
los usos y costumbres de pueblos diferentes al suyo. Angel Paletm,
‘en el primer volumen de su historia de la ernologa, da cuenta de los
testimonios que dejan las incursiones de los primeros viajantes que se
aventuran por el mundo birbaro; de modo especial alude a Herddoro
de Halicarnaso, llamado padre de Ia historia y también de la etnologia,
narrador portentoso de las creencias yritos exticos cuya verdad no
avala pero sf estima dignos de ser conoeides. Nos dice, adem, no sin
‘cigrta admiracin que Luereco, lésofo del Lacio, comete Ia osadia de
7 Marvin Harts, Thereof endvopoloéal hry, Ceomel, Nueva Yor, 196.
‘Gonzalo Aguire Belin
‘rigitconstrucciones intelectuales grandiosas sobre la evolucién de la
hhumanidad que, en gran medida, siguen vigentes. Agrega otros casos,
‘Sin embargo, es preciso esperar hasta la época de los descubri-
‘mientos y la conquista de tierras y continentes nuevos, alla por el siglo
XVi para advertirlaaparicin de textoe, aveces monumentales, d=
‘us autores abogan o impugnan los usos y costumbres de los pueblos
nativos, por lo general, con fines proselititas. Entonces brotan, con
vigor inusitado, utopfas emperiadas en fabricar un modelo de comu-
nidad primiziva opuesto al que vindican la expansin capitalisa el
sistema econémico colonial. La vera par de Bartolomé de las Caves,
los hospiales pueblo de Vasco de Quiroga y el reno milenario,en la hora
Uundécima de Ger6nimo de Mendieta, son unos cuaitos ejeniples de
estas representaciones misticas4
‘Naze la emologia, Sielsleance de nuestras consideraciones lo cir-
‘cunscribimos 2 Mesoamérica, bien podemos afirmar que la antropo-
logfa en su vertiente etnolégica, nace en 1547 con las investigncio.
nes afanosas de Bernardino de Sahagén, cuando compila en idioma
verndculo el Tratado dela retricay flosofia moral yteologia de la gente
mexicana, y en su especialida ca, con la gramética néhuatl de
Andrés de Olmos, también de 1547, el vocabulario en lengua mexi-
‘cana de Alonso de Molina, de 1555, y otras artes en idiomas vatios
ue, durante el siglo de la conquista, distintos misioneros trasladan al
alfabeto latino. El interés de los pioneros, tanto en emologia cuanto
en lingutsic, se concenira en el campo controvertido dela religicn
Y los propésitos que les mueven a conocer las préctieas y ereencias
indigenas sobre lo pretematural, van dirgidas a faciltar la innovacién
Hay, desde luego, una excepcién ao dicho. El acopio de materia-
les sobre religion nativa al que dedican gran parte de su tiempo libre
los frailes inquisidors, los conduce de la mano al conocimiento de los
conceptos que modula la teoriay prictica de la medicina indigena ean
inexcricablemente ligada a las creencias y eeremonias mégieas, Los
2 Angel Paleo, Obras hinds print ene ster late de wile de
Mes strmuat Mexico, 1973,
“Enrique Fresno, “Una incerpeecin mica dela conqustade Mésco™ en
(Casa dl Tempo, nn. 24, 982, Mevien. pp. 1824,
Luis Nicolan DOvwery Howard Cin, Sahagun ad hs wort", en Hntok,
Gm 13,1973. 187.art
[Nace la antopolgia mica
invasores europeos, desde muy temprano, comprucban Ia eficacia de
Imédicas y médicos en el tratamiento de las enfermedades y accidents
omunes en la terra antes del contacto indoctstiano. A legos clés
fos les atra elcardcter esotérico de la medicina india y los franctscanos
fe adelancan a instituir una cétedra, servida por médicos mexica, en el
Imperial Colegio de Santa Cruz en Tlatelolco, para preservar los fogros
ela medicina mesoamericana. El experimento produce algunas obras
Perdurables en cédices y memoriales en los que, a juagar por su conte,
ido, se advierte la influenciarecfproca de las nociones de la medicine
270 ¢8effmera, al punto de no durar una simple generaeion, porque
us propésitos formar un cuerpo médico nativo~ contradic Tes hcg
8 aue supra la colonia de exploracin establecida en Nueva Eapafs,